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ensayos laborales 22
Ensayos laborales/veintidós
Autores:
Julio Puig Farrás
Sociólógo, Ciencias Políticas, Ciencias Administrativas
Viviana Osorio Pérez
Negocios Internacionales, Universidad de San Buenaventura, tesista en Dere-
chos U. de A.
Fotografía de portada:
“Comedor Migrante”, Ernesto Ramírez Bautista, Mëxico, 2013
Diagramación e impresión:
Pregón S.A.S. Medellín
ISBN: 978-958-8207-61-2
Introducción..................................................................................... 5
BIBLIOGRAFÍA............................................................................. 151
3
INTRODUCCIÓN
5
ción con espectros variables de garantías laborales. De otro lado,
el riesgo de desempleo recurrente que encarna la externalización
compromete la estabilidad laboral y, como lógica consecuencia,
la garantía de seguridad social. Las mujeres, que en la interme-
diación laboral realizada por empresas de servicios temporales
(EST) representan el 45%, jóvenes en su mayor proporción1, en-
cuentran en esta modalidad de contratación otra forma de preca-
rización que está lejos de ser un escenario para realizar las aspira-
ciones personales y cuya naturaleza se ha planteado como excusa
para negar la protección a las mujeres en estado de embarazo o
lactancia. A las y las/los trabajadores tercerizados se les niega
también el derecho de asociación, en cuanto a que no se les per-
mite conformar organizaciones sindicales en las empresas en las
que ejercen su actividad.
La buena fe y la primacía de la realidad sobre las formas son
principios o indicadores extrajurídicos sustentados en la concepción
de la/el trabajador como parte débil en la relación laboral, que han
sustentado la decisión a cerca de la existencia de contrato realidad,
esto es, de una relación laboral directa cuando en las formas se pre-
senta alguna forma de externalización de la actividad vía contratos
civiles, comerciales, administrativos o fraccionamiento de capital.
La OIT señala que el principio de primacía de la realidad
implica que para verificar la existencia de una relación de tra-
bajo es necesario guiarse por los hechos, y no por su forma o la
denominación que las partes le hayan dado, así que la existencia
de una relación de trabajo depende de si se han satisfecho o no
ciertas condiciones objetivas, y no de la manera como cada una
de las partes o ambas califiquen la relación entre ellas.2
En el mismo sentido, la jurisprudencia colombiana y la doc-
trina, a la luz del artículo 53 referido, se han orientado a que la
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aplicación de las normas laborales dependan cada vez menos de
una situación jurídica subjetiva, a más de una objetiva, existen-
te con independencia del acto que condiciona su nacimiento, ya
que “aparecen circunstancias claras y reales, suficientes para
contrarrestar las estipulaciones pactadas por las partes, por no
corresponder a la realidad presentada durante el desarrollo del
acto jurídico laboral.”3
Con la aplicación del principio de primacía de la realidad
sobre la forma se busca asegurar el imperio de la buena fe que
debe revestir a todos los contratos, haciendo que surja la verdad
real, lo cual “[…] desde luego en el litigio tendrá que resultar
del análisis serio y ponderado de la prueba arrimada a los autos,
evitando la preponderancia de las ficciones que con actos des-
leales a la justicia, tratan de disimular la realidad con el objeto
de eludir el cumplimiento de las obligaciones legales, contrac-
tuales o convencionales.”4
Con fundamento en lo anterior, estos dos principios compor-
tan el sustrato axiológico en la tarea de conceptuar el carácter de
misional permanente de una actividad para alcanzar el cometido
de descubrir situaciones de externalización e intermediación la-
boral ilegales, así como de desprotección de derechos laborales
a partir del rediseño empresarial por fraccionamiento de capital.
La conjunción de estos dos principios orienta, asimismo, el uso
de alternativas jurídicas como la declaratoria de unidad de em-
presa o de grupo empresarial, que se abordarán en su momento,
en casos en los cuales se fracciona estratégicamente el capital
para generar situaciones de desprotección laboral.
En últimas, la externalización resulta ser la expresión de la mer-
cantilización del trabajo, comprometiendo en sus fibras más íntimas
la dignidad humana, y de forma más exacerbada cuando tal es ilegal.
De hecho, la jurisprudencia ha señalado que el deber de promover
el empleo “responde a un imperativo de la dignidad de la persona
humana, porque busca dar una respuesta, no sólo a los requerimien-
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tos materiales de las personas, sino también a sus necesidades de
autosuficiencia, realización personal y contribución a la vida social,
[…][así], lo que protege la Carta no es el trabajo como concepto abs-
tracto, sino ‘al trabajador y su dignidad’”5, considerando además que
“la garantía de condiciones de dignidad en el trabajo tiene particular
sentido cuando existe oposición de intereses y se interviene en favor
del extremo más débil de la relación”6.
La investigación que se presenta, atiende justamente a la ne-
cesidad de contar con elementos para determinar la ilegalidad en
casos en los cuales se hace uso de la tercerización e intermedia-
ción laboral.
El documento está compuesto I) por un primer acápite en
el cual se realizan algunas precisiones terminológicas y concep-
tuales para clarificar la discusión a lo largo del texto en atención
a la inexistencia de un consenso en este sentido en materia de
externalización laboral; II) en segundo lugar se hace un análisis
desde la sociología del trabajo, las teorías administrativas y del
mercado lo que representa y se define como actividades misio-
nales permanentes; III) En el tercer componente, se realiza un
análisis de la jurisprudencia de altas Cortes y la doctrina de OIT y
se decantan un conjunto de indicadores y criterios para sustentar
la ilegalidad de las relaciones laborales directas y tercerizadas
cuando encubren o disfrazan una verdadera relación laboral di-
recta, presentándose al final una serie de esquemas que permiten
tener una mayor comprensión de lo propuesto.
8
I. ALGUNAS PRECISIONES TERMINOLÓGICAS Y
CONCEPTUALES
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el más en boga, es el de externalización (neologismo por out-
sourcing). Además, es bajo este último vocablo y por su sentido
etimológico que el concepto del fenómeno puede entenderse y
especificarse más adecuadamente.
Pues bien, la externalización (sacar u obtener afuera de la
empresa) se subdivide en dos tipos: la “externalización de activi-
dades” y la “externalización laboral” o de mano de obra o fuerza
de trabajo.
Externalización (subcontratación, tercerización) de activi-
dades. Tiene como objeto el giro del negocio llamado también
actividades características, core business o, en las normas recien-
tes colombianas sobre intermediación laboral ilegal, actividades
misionales permanentes, así como las actividades de soporte o
apoyo denominadas también periféricas, complementarias, etc.
Hay externalización de actividades cuando una entidad confía
(transfiere) a otra entidad externa (jurídica o natural) la ejecu-
ción con autonomía de unas actividades, perdiendo así el control
directo de dicha ejecución. Esto es lo que representa el criterio
primordial de la externalización y no la ubicación geográfica de
la entidad subcontratista y de sus trabajadores en la ejecución de
su labor. Ahora bien, la externalización tiene tres tipos básicos:
i) la empresa externalizadora venía realizando una determinada
actividad con activos y personal propios y se deshace definiti-
vamente de la misma transfiriendo al subcontratista esos acti-
vos y ese personal, o despidiendo a estos últimos; ii) la empresa
subcontrata nuevas actividades que nunca había realizado; iii) la
empresa confía a otra la ejecución de un incremento transitorio o
definitivo de actividades (de giro o soporte) sin la transferencia
de los recursos correspondientes. En los dos primeros casos los
sociólogos hablan de subcontratación de especialización y, en el
tercero, de volumen o capacidad.
El contrato de prestación de servicios, cuando la ejecución
de las actividades se realiza sin subordinación, en el sentido
del derecho laboral, respecto al beneficiario (es decir, cuando
se está en presencia de un trabajador realmente independiente),
corresponde a una externalización de actividades. También en
principio sería el caso de una cooperativa verdadera que sub-
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contrata actividades y sus asociados las ejecutan sin subordi-
nación respecto a la entidad cliente o beneficiaria. Pero, ¿cómo
imaginar que un sindicato pudiera ejecutar un contrato sindical
en estas mismas condiciones, y usando por lo demás sus pro-
pios medios de trabajo y producción, que es lo que se le exige
a una cooperativa7?
Externalización (subcontratación, tercerización) laboral.
Se habla de externalización laboral cuando son solo los trabaja-
dores quienes son “externos” –definiéndose su externalidad por
el hecho de que no media entre ellos y el beneficiario de su traba-
jo un contrato laboral, es decir, que no forman parte de la planta
de personal de este–, pero estando efectivamente subordinados a
dicho beneficiario en el desarrollo de sus actividades. Aquí tam-
bién prima el criterio de control geográfico, no importando que
la prestación laboral ocurra en las dependencias del beneficiario
o en otro lugar, desde que haya efectiva subordinación.
La intermediación laboral, legal o ilegal, la temporalidad
indirecta (empresas de servicios temporales), los préstamos de
trabajadores entre empresas de un mismo grupo empresarial, el
trabajo a domicilio y los seudoindependientes, son formas parti-
culares de externalización laboral (Bronstein, 1999).
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esta terminología era conforme al sentido etimológico de sub-
contratación y subcontratista. Consecuentemente, para una única
operación de externalización, se hablaba de contratante y contra-
tista. Actualmente, se habla sin miramientos de subcontratación
y subcontratista a propósito de esta operación simple de externa-
lización de actividades entre dos empresas.
Sin embargo, en sociología, para evitar toda confusión, dada
la existencia actualmente de externalizaciones en cascada a lo
largo de cadenas productivas, se indica el rango del subcontratis-
ta respecto a la empresa desde la cual se inicia la cascada: sub-
contratista de primer rango (contratista, en la terminología tradi-
cional), subcontratista de segundo rango […], y subcontratista de
rango n. Cabe señalar que el Artículo 34 del Código Sustantivo
de Trabajo (CST), fuente en Colombia de la regulación de la ex-
ternalización de actividades que se remonta a los años cincuenta,
emplea aquella terminología tradicional: dueño de la obra (para
comitente o contratante), y contratista, subcontratista pensado
para aquellas pequeñas cadenas de tres eslabones, propias de la
construcción y las obras públicas.
Tercerización. Como externalización, esta palabra es de
curso más reciente que la de subcontratación. Etimológicamen-
te implica la intervención de un tercero en una situación donde
ya están presentes dos personas. En las distintas modalidades de
intermediación laboral, se respeta literalmente esta connotación:
amén de la empresa beneficiaria y controladora de la prestación
laboral y del trabajador que la efectúa, se tiene la entidad in-
termediaria. No así con la otra forma particular de subcontrata-
ción laboral, como es el contrato de prestación de servicios, ni
con todos los casos de externalización simple de actividades. No
obstante, con imaginación se podría forzar la aparición de algún
tercer actor en el escenario, o encontrar alguna explicación a esta
anomalía semántica.
Terceros. Aparte de no ser a menudo el “tercero” una tercera
persona, su uso adolece de otra curiosidad: su asignación es va-
riable, dependiendo del actor que se toma como punto de vista.
Ejemplos: si bien en la intermediación laboral el “tercero” suele
ser la entidad que suministra la mano de obra, para el Decreto
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2025 de 2011 “el tercero contratante” es la empresa beneficiaria
de la prestación laboral; y en la industria de la confección del Va-
lle de Aburrá, para el maquilador el “tercero” es la empresa para
la cual trabaja, y para esta el “tercero” es el maquilador.
Relaciones triangulares o triangulación. En principio, el uso
de la metáfora del triángulo, no sería plenamente lícita sino cuan-
do hubiera tres actores y tres relaciones. Esto es únicamente el
caso en la intermediación laboral. Algunos autores (Bronstein,
1999) se atienen a esta aplicación restringida; pero otros la ex-
tienden prácticamente a todas las formas y tipos de externaliza-
ción (OIT, 2006, p. 43; Uriarte y Colotuzzo, 2009, p. 29).
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La intermediación laboral de las empresas de servicios (o
trabajos) temporales. La legislación colombiana muestra reticen-
cias para considerar las funciones de las empresas de servicios
temporales como intermediación laboral. Para ciertos autores
estas funciones son el paradigma de la intermediación laboral.
Empero, algunos textos se refieren a estas agencias por fuera de
este concepto (hablando a su respecto por ejemplo simplemente
de suministro de mano de obra temporal), siguiendo el ejemplo
de la OIT que deliberadamente excluyó de su proyecto de con-
venio (fallido) sobre subcontratación (1997) dichas agencias, en
razón de que estas eran parte del objeto del Convenio 181 sobre
agencias de empleo privadas, donde por lo demás tampoco se
designan con esta expresión. Así mismo, en Colombia, la Ley 50
de 1990 –primera norma que usa la expresión de intermediación
laboral (la norma anterior del Artículo 34 del CST solo habla de
“intermediario simple”)–, que dedica dos artículos a la interme-
diación laboral, implícitamente deja de considerarlas nominal-
mente de esa manera. No obstante, el Decreto 2025 de 2011 de
un lado, al rezar que la “intermediación laboral [es una] actividad
propia de las Empresas de Servicios Temporales”, y de otro, al
definir la intermediación laboral como envío de trabajadores en
misión, es decir, con los mismos términos mediante los cuales la
Ley 50 define a los trabajadores que las empresas de servicios
temporales (EST) suministran a los terceros beneficiarios, evi-
dencia de que el legislador colombiano termina conceptuándolas
también como participando de un mecanismo de intermediación
laboral.
Tipos y modalidades de intermediación laboral. La legisla-
ción colombiana, para regularla contempla de distintas maneras
y en distintas ocasiones, la intermediación laboral. Lo hace en
el Artículo 35 del CST (“intermediarios simples”); en la Ley 50
sin nombrarla a propósito de las EST y nombrándola, (“interme-
diación laboral”, “intermediación del empleo”), en dos artículos
bajo un acápite de ese nombre; en el Decreto 722 de 2013 que
desarrolla estos artículos, definiendo en particular cuatro grupos
de “prestadores del Servicio Público del Empleo”; y en la Ley
1636 de este mismo año que somete estos últimos a sus disposi-
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ciones sobre sanciones. Dichos prestadores son: i) las agencias
públicas de empleo a cargo del SENA; ii) las agencias privadas
de gestión y colocación de empleo (cajas de compensación); iii)
las agencias públicas y privadas de gestión y colocación; y, iv)
las bolsas de empleo.
Pues bien, en el Convenio 181 de la OIT se presentan tres
tipos de agencias de empleo privadas, que en atención a la sola
naturaleza de sus respectivas funciones, permiten clasificar todas
las modalidades de intermediación laboral del derecho colombia-
no, tanto las privadas como las públicas. He aquí los tres tipos y
la clasificación:
1. Agencias que vinculan “ofertas y demandas”, sin que ellas
“pasen a ser parte en las relaciones laborales” (modalidades
colombianas: i) Intermediación –intermediarios– simple; ii)
agencias públicas de empleo a cargo del SENA; iii) agencias
privadas de gestión y colocación de empleo –cajas de com-
pensación–; iv) agencias públicas y privadas de gestión y co-
locación).
2. Agencias que emplean trabajadores para ponerlos a dispo-
sición de un tercero (usuario), quien “determina sus tareas
y supervisa su ejecución” (modalidad colombiana: interme-
diación laboral por EST –-Ley 50 de 1990 y Decreto 4369 de
2006).
3. Agencias que prestan servicios relacionados con la búsqueda
de empleo, “como brindar información”, sin necesariamente
“vincular una oferta y demanda especificas” (modalidad co-
lombiana: bolsas de empleo –Decreto 722 de 2013–).8
Ilegalidad y prohibición. El Artículo 63 de la Ley 1429 de
2010 y el Decreto 2025 de 2011 prohíben nominalmente la in-
termediación laboral de las actividades misionales permanentes
a las CTA y PreCTA, haciendo extensiva la prohibición a todas
las entidades distintas a las EST, las cuales están autorizadas a
practicarla por la Ley 50, por lo demás dentro de ciertos lími-
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tes. En realidad, y en la medida en que la intermediación labo-
ral (definida como “envío de trabajadores en misión”) supone
necesariamente subordinación jurídica de los trabajadores a los
beneficiarios de su trabajo, son todos los tipos de actividades,
misionales o no, que quedan siempre bajo interdicción. Gravosas
multas están previstas para las entidades que participan en una
intermediación ilegal, y cuando se trata de CTA y PreCTA, estas
están expuestas a disolución y liquidación.
Las sanciones, en tanto que disuasivas, reducen el riesgo
de que los trabajadores caigan atrapados en estas situaciones.
En cuanto a los trabajadores atrapados, y según estas normas,
el contrato realidad entre ellos y la entidad beneficiaria (tercero
contratante) que emerge de la prohibición llevada a cabo es la
protección a sus derechos causados.
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soporte) que la ley autoriza tercerizar, como en Chile. En casos
excepcionales, son ambos tipos que se prohíben, como en el Ecua-
dor (art. 327 de la Constitución y Mandato Constituyente N° 8).10
Un tercer grupo de países no prohíbe la tercerización sino la de
las actividades de giro, como es el caso de Colombia, por lo me-
nos y sin discusión en la tercerización de “actividades misionales
permanentes” en que las CTA y PreCTA pudieran intervenir como
subcontratistas (art. 2 del Decreto 2025 de 201111). Es el propósito
de proteger los derechos de los trabajadores que podrían, intencio-
nalmente o no (elusión de responsabilidades laborales por parte
de la empresa contratante e insolvencia de la subcontratista), ser
afectados por este mecanismo que explica los distintos grados de
prohibición. En algunas legislaciones nacionales se hace una dis-
tinción entre actividades de giro y actividades de soporte no para
establecer alguna prohibición, sino para especificar casos de apli-
cación de la responsabilidad solidaria o subsidiaria.
La responsabilidad solidaria o subsidiaria en la tercerización
(externalización) de actividades legales. Generalmente, se estipula
responsabilidad solidaria del contratante y subcontratista, o subsi-
diaria del contratante respecto al subcontratista, en las situaciones
de tercerización de actividades autorizadas, y en relación con obli-
gaciones laborales y sociales (salarios, prestaciones, seguridad so-
cial, indemnizaciones, etc.). Las condiciones de aplicación de estas
responsabilidades varían: cuando todas las actividades son legal-
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mente tercerizables estas responsabilidades pueden activarse para
todas ellas (Chile), o solo para las de giro (Colombia, art. 34 CST,
y España); cuando solo se autorizan las de soportes es respecto a
ellas que juega la responsabilidad. Empero, en el caso del Ecuador
se estipula responsabilidad solidaria para las actividades comple-
mentarias (de soporte) que pueden legalmente externalizarse, pero
no para los servicios técnicos especializados, también legalmente
externalizables. En Sudamérica hay dos regímenes de aplicación
de estas responsabilidades: uno de aplicación incondicional y otro
de aplicación condicional, en el cual la empresa principal o usua-
ria se hace también responsable solo si incumple la obligación de
cierta vigilancia y control sobre las prácticas laborales del subcon-
tratista. Colombia, conjuntamente con Venezuela y Perú forman
parte del grupo de aplicación incondicional.
La protección en Colombia de los derechos de los trabaja-
dores en la tercerización (externalización) de actividades ilegal.
Esta protección no abarca en realidad más que la subcontrata-
ción de actividades misionales en las que participan las CTA y
PreCTA en calidad de subcontratistas (Decreto 2025 de 2011).
Respecto a sanciones pecuniarias y jurídicas (reducción de ries-
gos futuros), el Artículo 4 de dicho decreto puede interpretarse
en el sentido de que por el simple hecho de participar en una ter-
cerización de actividades misionales permanentes en calidad de
subcontratistas, las CTA y PreCTA se exponen a multas de hasta
5.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes (SMLMV),
e incurren en causales de disolución y liquidación. En cambio,
el artículo enuncia taxativamente, en cuanto a sanciones, que los
terceros contratantes se exponen a la misma multa. En lo que se
refiere a derechos causados, y tratándose de una tercerización
sin subordinación, se les puede reducir a estos dicha multa si
formalizan mediante un contrato de trabajo escrito la relación
con los trabajadores de las cooperativas subcontratistas (cuando
hay subordinación y se trata por lo tanto de una intermediación
laboral de hecho, es el contrato-realidad que opera). De todos
modos, los trabajadores de las CTA y PreCTA involucrados en
esta tercerización de actividades misionales permanentes, han de
beneficiarse además de la responsabilidad solidaria, de que trata
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el Artículo 34 del CST en relación con la subcontratación legal
de obras y servicios.
Actividades misionales permanentes. Las actividades misio-
nales permanentes han sido el criterio de la Ley 1429 de 2010 y
del Decreto 2025 de 2011 para distinguir la intermediación labo-
ral y la tercerización de actividades ilegales de las legales. Este
criterio merece varias consideraciones.
1. En el derecho laboral, un criterio es un concepto utilizado como
técnica para determinar las condiciones de aplicación de una
figura jurídica. La subordinación, criterio prominente de ese
derecho, se dice que califica el contrato de trabajo, o permite
establecer la existencia de un contrato realidad. Bajo otros nom-
bres (giro ordinario, actividades propias y habituales, activida-
des productivas) y con determinados indicadores, el criterio de
misionalidad permanente de las actividades ha sido tradicional
y específicamente utilizado para determinar la responsabilidad
solidaria, la unidad de empresa e incluso para delimitar el cam-
po de intervención de las empresas de servicios temporales.
2. “Permanente”, segundo adjetivo de la expresión, necesita una
discusión. No todas las actividades son misionales, y entre
las no misionales las hay permanentes. Pero mientras no se
cambie el objeto social de la entidad ¿puede haber activida-
des misionales no permanentes, si se entienden estas como
esenciales y determinantes de la identidad de aquella? Pare-
ciera que por definición, o como postulado, han de ser per-
manentes. Si fuera así, este adjetivo sería pura redundancia.
Sin embargo, podría tener alguna utilidad si se introduce
una distinción respecto a las actividades misionales, entre
volumen o cantidad y naturaleza o calidad, distinción que
hacen los sociólogos cuando contraponen externalización
“de volumen o capacidad” y la de “especialización”. Además,
la dimensión cuantitativa la introduce la Ley 50 al hablar de
“incremento de producción”, como una actividad que puede
confiarse a los trabajadores en misión de las EST. Igualmen-
te, la Sentencia 614 de la Corte Constitucional, en la defi-
nición del criterio de excepcionalidad evoca esta dimensión
cuantitativa, cuando habla de “actividades que, de manera
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transitoria, resulte necesario redistribuir por excesivo recar-
go para el personal de planta”.
3. De esta manera se podría decir que las actividades misiona-
les son permanentes en su naturaleza, pero cambiantes o va-
riables en su volumen. Sin embargo, se puede profundizar y
ver que el atributo de permanencia también puede aplicarse
al volumen, aunque sería solo para referirse a un determina-
do nivel habitual o normal de actividades misionales. Habría
entonces un volumen permanente, (nivel habitual o normal),
y un volumen no permanente (los incrementos imprevistos).
En aquella sentencia 614 se puede hallar incluso un indica-
dor indirecto de medición de dicho “determinado volumen
habitual”, que es el volumen de actividad que puede realizar
la planta de personal actual sin recargo excesivo.
Estas especificaciones conceptuales permitirían decir que al
prohibir a las CTA y PreCTA la intermediación o tercerización de
“actividades misionales permanentes”, la Ley 1429 de 2010 y el De-
creto 2025 de 2011 apuntan a la naturaleza de dichas actividades
(cayendo en una redundancia), porque está claro que no les permi-
ten intervenir ni siquiera en los “incrementos de producción”. En
cuanto a la posibilidad que tienen las EST de intermediar en relación
con estos últimos, se podría decir que se les interdice las actividades
misionales permanentes y se les permite las no permanentes, pero
ambas consideradas en el sentido cuantitativo. Dichas especificacio-
nes hacen posible en particular, cuando los giros de las empresas se
caracterizan (como en la industria del petróleo y la del carburante
biológico) por una estructura en la cual alguno de sus componentes
es una actividad intermitente o discontinua, y/o cuando la produc-
ción está sometida a fluctuaciones estacionales, afinar los análisis y
fundamentar interpretaciones más favorables para los trabajadores.
Reflexión final
La definición general del concepto de actividades misionales
permanentes (o giro del negocio) puede ser clara, pero su operacio-
nalización es delicada. Y allí está uno de los retos de las políticas
prohibitivas del gobierno. Este concepto tiene un carácter históri-
co: en un mismo sector lo que antes se consideraba como misional,
20
ya no se considera así actualmente; y relativo: lo que unas empre-
sas tienen por misional, está subcontratado por otras. La conexi-
dad y la misma externabilidad de un componente del mismo, son
parcialmente subjetivas y no solo determinadas por criterios intrín-
secos, sino también por el cálculo económico y las posibilidades
del mercado. Para cortar el nudo gordiano, he aquí la espada: En
un momento dado, para los efectos de aplicación de las normas
legales, han de ser actividades misionales permanentes (en sentido
cualitativo y cuantitativo), el núcleo del giro del negocio, así como
todas sus partes componentes (inherentes, conexas, articuladas en
fases productivas, etc.), cuyo desarrollo es asumido directamente
por la empresa investigada, y que puedan considerarse como tales
de acuerdo con los criterios establecidos en las normas legales y la
jurisprudencia en dicho momento, así estas partes las externalizan
otras empresas, o las pudiera externalizar la empresa en cuestión.
DIRECTA INDIRECTA
21
CONTRATACIÓN INDIRECTA DE ACTIVIDADES
Aquella en la cual el ente contratista cumple Cuando el ente que realiza las actividades no
con los requisitos de ley acorde con su natu- cumple los requisitos legales se-
raleza gún su naturaleza jurídica.
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INTERMEDIACIÓN LABORAL
AUTORIZADA ILEGAL O PROHIBIDA
Categorización en armonía con el art. 1º del
Convenio 181 de la OIT (“agencias de em-
pleo”)
Agencias de empleo (Ley 50 arts. Envío de trabajadores en misión por
95, 96)e intermediarios simples parte de entes diferentes a las EST.
definidos en el art. 35 del CST – (Ley 50 de 1990, art. 71. Decreto 4369 de 2006.
“servicios destinados a vincular ofer- Decreto 2025 de 2011, art. 1)
tas y demandas de empleo, sin que Uso de la EST por mayor tiempo del
la agencia de empleo privada pase a legalmente permitido para una ne-
ser parte en las relaciones laborales cesidad específica (6 meses prorrogables
que pudieran derivarse” (Ley 1336 de por 6 meses más), o por fuera de los su-
2013 y Decreto 722 de 2013) puestos que establece el art. 77 de
Empresas de Servicios Tempo- la Ley 50 de 1990 (1. labores ocasionales,
rales (EST) – “servicios consistentes en accidentales o transitorias. 2. Cuando se requiere
emplear trabajadores con el fin de ponerlos a reemplazar personal en vacaciones, licencia, o
disposición de una tercera persona, física o incapacidad. 3. Para atender incrementos en la
jurídica (en adelante “empresa usuaria”), que produccióno ventas.)
determine sus tareas y supervise su ejecu- Vinculación económica con las
ción” (Ley 50, arts 71-94. Decreto 4362 de usuarias a quienes prestan sus ser-
2006) vicios, en los términos de que trata el Capítulo
Bolsas de empleo – “otros servicios XI del Libro Segundo del Código de Comercio,
relacionados con la búsqueda de empleo, (Ley 50 de 1990, art. 80), o cuyos trabaja-
determinados por la autoridad competente, dores se encuentren en huelga, (Ley
previa consulta con las organizaciones más 50 de 1990, art. 80)
representativas de empleadores y de traba- La EST no cuenta con autorización
jadores, como brindar información, sin estar de funcionamiento (Ley 50 de 1990,arts.
por ello destinados a vincular una oferta y 82, 83)
una demanda específicas.” (Ley 50 de 1990, El simple intermediario no declara
arts. 95-96. Ley 1336 de 2013 y Decreto 722 esa calidad (art. 35 Num. 3, CST), o cuan-
de 2013) do no se obtuvo la autorización le-
gal (Le 1336 y Decreto 722)
23
II. ACTIVIDAD MISIONAL E INTERMEDIACIÓN
LABORAL (EN LA LITERATURA SOBRE GESTIÓN Y
SOCIOLÓGICA DEL TRABAJO)
24
una o varias de diez “conductas”, lo que de hecho implican que
estas entidades han de ser y actuar como auténticas cooperativas
para no exponerse a las sanciones; 4°) recuerda que la interme-
diación laboral está reservada a las EST, las cuales según la Ley
50 de 1990 pueden hacer dicha intermediación laboral, incluso
y dentro de ciertas limitaciones, para actividades productivas y
conexas, o sea de carácter misional permanente.
Unas consideraciones son aquí necesarias acerca de estas
normas, o tomando pie en ellas.
1°) Las CTA y preCTA, por la restricción aportada por el
Decreto al artículo 3, no pueden de hecho hacer intermediación
laboral ni para actividades misionales ni para aquellas que no lo
son, lo mismo que las SAS. Pero las CTA(s) que reunieran las
características y se comportaran como unas verdaderas coope-
rativas, lo podrían probablemente hacer como contratistas inde-
pendientes al amparo del artículo 34 del CST; sin embargo, en
este caso se estaría en presencia de una subcontratación de obras
y servicios, en otros términos de una subcontratación productiva.
2°) Para establecer una intermediación ilegal por parte de
una CTA o preCTA, en el caso de actividades misionales, se dis-
pone de dos estrategias, en principio independientes y ambas
decisivas: demostrar que las actividades de la empresa cliente,
realizadas por las/los trabajadores enviados por aquella, son
efectivamente de naturaleza misional permanente, o bien esta-
blecer que la cooperativa o precooperativa no se ajusta a las defi-
niciones legales de este tipo de entidad. Además, para cualquier
tipo de actividades (misionales o no misionales permanentes), y
tal como se concluye en la primera parte, queda siempre posible
la aplicación del criterio de subordinación al efecto de demostrar
la existencia de una relación laboral entre la/el trabajador/asocia-
do y la empresa beneficiaria, y por lo tanto una intermediación
laboral sancionable.
3°) Todo indica que el contrato sindical se presenta como el
principal candidato a sustituir a las CTA(s) en otra masiva burla
de los derechos de las/los trabajadores, mediante una modalidad
de intermediación no tipificada como tal por las normas. Después
de producirse la Ley 50 de 1990, en tanto que les permitía a las
25
Empresas de Servicios Temporales, entre otras cosas, hacer in-
termediación laboral, -dentro de límites rápidamente transgredi-
dos-, para la ejecución de actividades productivas, de transporte
y venta de productos, se disparó esta forma de intermediación.
Pero pronto el fenómeno se frenó por la competencia de la pro-
pia intermediación de las CTA(s), que podían cumplirles a las
empresas el mismo papel, pero a un costo menor. Se dio entonces
el inaudito auge de las CTA(s) y preCTA(s), hasta que a su vez
empezaron a perder impulso a raíz de unas primeras regulaciones
restrictivas en 2008. Y no casualmente, al tener para las empre-
sas las mismas ventajas de flexibilidad que las otras dos formas
de intermediación, y de costo que la intermediación por CTA(s),
empezó a revivir la vieja figura jurídica del contrato colectivo
sindical, en algunos sectores donde precisamente habían proli-
ferado esas CTA(s). Insuficiente y ambiguamente desarrollada,
esta figura jurídica se presta al encubrimiento de la relación de
trabajo, o al desconocimiento de ciertos derechos y protecciones
del/la trabajador asalariado12. De allí que en este caso no se tra-
taría sólo de garantizar la eficiencia de unas normas existentes,
sino de instigar una acción legislativa para completarlas.
4. La expresión “actividades misionales permanentes” (Ley
1429 de 2010) amerita varias observaciones.
En primer lugar, implica que pueden existir actividades mi-
sionales que no son permanentes, lo cual sería una redundancia si
se piensa lo permanente sólo como naturaleza de las actividades
(¿Son concebibles actividades misionales por su naturaleza, de
carácter ocasional, accidental o transitorio?), y no también como
volumen, cantidad o nivel normal de las mismas; y no excluye la
expresión otras actividades permanentes que no sean misionales.
En segundo lugar, aquello a que se refieren las “actividades
misionales”, se nombra muchas veces de distintas maneras en
la jurisprudencia analizada anteriormente. Se nombra también
en particular con las palabras de “actividades propias”, o, -y es
26
de subrayar-, “giro”, alguna vez identificado este término con
el “objeto social” de la empresa. En efecto, la importancia para
nosotros de esto último estriba en que la literatura internacional
especializada que se examinará en el próximo capitulo y versa
sobre lo que designa la expresión de marras, usa las expresiones
de “core Business”, en inglés, “coeur de métier”, en francés, y
precisamente de “giro del negocio”, en español. Por otra parte, la
misma manera como el decreto 2025 de 2011 define las activida-
des misionales,-y por más general que sea la definición-, muestra
que también el legislador piensa las mismas como giro del nego-
cio o core Business, y no tiene en mente la “misión” tal como se
concibe y enuncia en la planeación estratégica13.
En tercer lugar, está claro que, pese a que muchas veces la
distinción sólo se sobrentiende, los textos normativos colombia-
nos disciernes las actividades misionales permanentes de las ac-
tividades no misionales pero igualmente permanentes.
5. Este documento se refiere exclusivamente al sector priva-
do de la economía. Pero es bueno recordar que el llamado New
Public Management, es una política de modernización del sector
público, que se inspira en la filosofía de gestión y en las prácticas
del sector privado, y en particular en las de racionalización del
costo y flexibilización laboral. Iniciada en el Reino Unido hace
más de 20 años, ha sido emulada en muchas partes
27
tema del core business; y lo suele hacer en relación con el out-
sourcing, por cuanto la evolución de su naturaleza ha venido
apareciendo históricamente como inseparable de esta prácti-
ca14. En esta literatura, sólo se encuentra incidentalmente la no-
ción de misión o actividades misionales, la cual está de hecho
confinada al lenguaje propiamente de la gestión, o planeación
estratégica, donde en cambio es omnipresente. Al core business
se encuentra contrapuesta la noción de non-core Business, que
corresponde a las actividades externalizables. Al ser histórica-
mente inseparables las dos nociones, la comprensión de una
es igualmente inseparable de la de otra. Sépase también que,
asociada al core Business, se usa comúnmente esta otra noción
de core competencias, las cuales son las capacidades específi-
cas de la empresa para desarrollar las funciones o actividades
llamadas precisamente core business.
Esta noción ha cobrado fuerza, uso y hasta cariz de moda
en el contexto de las transformaciones incesantes que han co-
nocido las empresas y sus entornos en los últimos 30 años. El
enfoque del desarrollo de la empresa presidido por la lógica del
core Business domina hoy día el discurso estratégico de los es-
pecialistas del Management, y el discurso y práctica de las em-
presas (B. Quelin, 2002). Esta lógica determina que la empresa
debe concentrar sus recursos en las competencias y actividades
que la vuelven más competitiva, y deshacerse de las demás ac-
tividades. Por lo tanto, el core business sería el componente
esencial de las actividades de las empresas que tendería a de-
purarse y volverse único, por causa de los procesos de exter-
nalización, vale decir de desintegración vertical y horizontal,
o así mismo, de especialización de las entidades productivas
en estos dos planos. En otros términos, según este discurso y
lógica, todas las actividades de la empresa son externalizables,
menos aquellas absolutamente estratégicas (el core business),
y son condición sine qua non de la identidad y existencia de la
misma.
14. B. Quelin (2003): “Externalizar e invertir en el core Business son pues las
dos facetas de una misma actividad de la (empresa)”.
28
Sin embargo, es de saber, -y algunos autores lo discuten-,
que es difícil cernir esta noción en la realidad concreta de su ob-
jeto, y por lo tanto de operacionalizarla con criterios válidos. En
cierta forma se puede decir que es inestable, relativa y subjetiva:
inestable, porque el core business de las empresas evolucionan o
cambian radicalmente; relativo, porque lo que no es para una em-
presa actividad central (contratante), lo es para otra (subcontra-
tista); subjetiva, porque es una noción propiamente gerencial que
sólo las mismas empresas han de determinar, y eso que a veces
en una misma entidad sus propios dirigentes divergen en identifi-
car cuáles son las actividades del giro de la misma (G. Chanson,
2007). Un ejemplo del punto extremo de la evolución del core
business, es el de los grandes fabricantes de automóviles, otro-
ra paradigmas de integración vertical, o de computadores, o de
los mismos confeccionistas de todo tamaño, que lo redujeron a
la concepción del producto, la gestión de la marca, y a algunas
funciones de mercadeo y relaciones con los clientes, entregando
a otros toda la fabricación propiamente dicha, incluyendo el en-
samble final.
1.2. Se puede periodizar la historia de la empresa desde el
punto de vista del peso de las actividades que ella asume directa-
mente o confía a otras entidades, así: Predominio hasta 1875 de la
subcontratación; entre 1875 y 1980, de la integración vertical; y
desde esta última fecha, nuevamente de la subcontratación, pero
que por su características nuevas se prefiere llamar externaliza-
ción (Marsden, 1999, mencionado por S. Deakin, 2002). Ahora
bien, respecto a esta última, la margarita tiene unos pétalos que
no han empezado a deshojarse todos al mismo tiempo. Son los
servicios generales que en los 80 iniciaron su subcontratación
masiva; luego, a mitad de la misma década le sonó la hora de la
subcontratación a la producción y la infraestructura informática;
en los 90 las telecomunicaciones entraron en el movimiento; y
después de 1995 las funciones financieras, los recursos humanos
y otras muchas actividades de soporte cedieron a la fuerza del
fenómeno de la externalización (Baromètre, 2001). Obviamente,
lo arrollador del proceso en la época actual no supone que to-
das las empresas externalizan significativamente, ni que lo hacen
29
con todos los tipos de actividades consideradas por lo regular
externalizables, o en conjunto o para determinadas actividades lo
hacen en el mismo grado. En cuanto a las diferencias entre la ex-
ternalización contemporánea y la subcontratación tradicional, la
particularidad esencial de la primera es la tendencia presente en
todos los tipos de actividades subcontratadas a confiar a terceros,
ya no sólo la ejecución de actividades simples o aisladas, sino
la responsabilidad casi total sobre un proceso (Business Process
Outsourcing, en el caso de externalización de ciertas funciones
de soporte) o un producto (Full Packet, o “subcontratación glo-
bal” del subconjunto de un producto complejo, como en el caso
de la aeronáutica).
Haciendo una síntesis con base principalmente en B. Quélin
y J. Barthélémy (2001), B. Quélin (2003), F. Mazaud (2006), y
Ernst & Young (2005), se propone y describe la siguiente gráfica
1, donde en círculos concéntricos en torno al core business se
representan una tipología de actividades o funciones externaliza-
bles, alejadas del centro según su grado de conexión general con
el mismo y su carácter estratégico.
Soporte Básico
Complejo estrat
o rte ég
p ico
So NO estratégic
a
n (S
ció
stratégica
er
c
e
vic
du
n
Pro
ios)
ó
(S
Producci
ervi
CB
cios)
Externalizable Externalizable
30
firma y al valor agregado a sus productos o servicios15, o también
a la diferenciación en el mercado de los mismos. Contrariamente
a lo que podría dar a entender la gráfica, es una variable ordinal:
el carácter estratégico tiene grados. Y debe saberse que la nece-
sidad y naturaleza de la coordinación, lo mismo que la asimetría
de poder, entre empresa y subcontratista, tiende a ser función de
qué tan estratégicas sean las funciones transferidas o confiadas.
A continuación, se describen y caracterizan las funciones de la
gráfica externalizables distintas al core business.
31
seguridad, aire condicionado, electricidad, etc. de unos locales,
se confía a un mismo prestatario la gestión del edificio con todos
sus servicios (Facility Management).
32
optimización del nivel de las existencias, reducción de los plazos
de pago, etc.
33
sas las pueden externalizar, pero bajo condiciones contractuales y
de coordinación que les permitan reducir los riesgos de dependen-
cia. Suponen capacidad de concepción altamente específica, que
deben tener, amen de la de ejecución, los subcontratistas, puesto
que han de codiseñar con la empresa cliente el producto o la par-
te del mismo, objeto de la relación. El carácter crítico de la ex-
ternalización hace que sean alianzas estratégicas, o partenariados
“casi jerárquicos” (F. Mazaud, 2006), que se establecen entre las
empresas. Los análisis acerca de funciones productivas estratégi-
cas y su externalización se encuentran sobre todo a propósito de
lo que dan en llamar “producción compleja”, cuyo paradigma es
la aeronáutica. Allí una misma empresa externaliza a la vez com-
ponentes estratégicos y no estratégicos, y las diferentes comple-
jidades tecnológicas de los mismos lleva, entre otros factores, a
la externalización según una u otra modalidad. Para ejemplificar
el alcance de este fenómeno, digamos que un 70% del costo de
construcción de Airbus corresponde a funciones externalizadas, la
mayoría de ellas del tipo estratégico. Por otra parte, la subcontra-
tación de subsistemas estratégicos (sistemas hidráulicos, trenes de
aterrizaje, electrónica de a bordo, etc) corresponde típicamente a
aquella tendencia repetidamente mencionada.
1.3. Todos los autores tratan el fenómeno de la externalización
como transición de un modelo de empresas y tejido productivo a
otro, pero pocos se detienen en el examen del modelo emergente.
Por lo demás, el mismo verbo sustantivo de externalización, -sacar
afuera actividades realizadas internamente-, es propio del proceso
de transición y perderá sentido cuando éste concluya. Las empre-
sas integradas vertical y horizontalmente, constituidas en la época
anterior, fueron desgajando en tiempos desfasados y ritmos dispa-
res sus capas de actividades menos nucleares. Pero lógicamente
el proceso se agota por si mismo. En Francia y supuestamente en
general, de un lado, el porcentaje de empresas que acuden a algu-
na externalización se estabiliza alrededor de un 65%, lo mismo
que inicia una desaceleración el crecimiento de la tasa de subcon-
tratación de aquellas actividades no estratégicas que se lanzaron
primero al proceso. Pero, de otro lado, para las demás funciones la
externalización se profundiza, en el sentido de que el número de
34
partes de las mismas confiadas a terceros conoce un fuerte avance.
Ahora bien, cada vez más las nuevas empresas que se crean nacen
“delgadas”, (aparte de que nacen también de una vez como multi-
nacionales) con un core business que procura reducirse a una pura
esencia estratégica18, y con entre sus supuestos de funcionamiento
el contratar los tipos de funciones que históricamente se habían
considerado como propias de la empresa. Cuando predomine el
nuevo modelo de negocio, bien porque las empresas hayan evolu-
cionado hacia el mismo, bien porque se hayan creado de acuerdo
con el mismo, se estará en una situación sin duda no carente de di-
námica, pero en que los core business, o las actividades misionales
directamente asumidas por las empresas, aparecerán como menos
escurridizas y subjetivas, y donde perderá vigencia el mismo con-
cepto de externalización.
1.4. El fenómeno de la externalización es universal, en to-
dos los sentidos, y en particular en el que abarca las empresas
independientemente de su tamaño. Puede que las motivaciones y
contenidos de la externalización difieren en algo en el caso de las
pequeñas empresas, pero externalizan en términos generales tan-
to como las grandes. Además, se ha observado que las pequeñas
empresas subcontratistas, y por un efecto de imitación y apren-
dizaje, lo hacen aun más que el conjunto de las entidades del ese
tamaño19. Pero es cierto que también esto sucede con las grandes
18. Dos citas de Th. Friedman (2006): “Si te propusieses contactar hoy
agencias de capital riesgo de Silicon Valley y les dijeses que quieres
montar una empresa, pero que te niegas a subcontratar fuera o a llevarte
la fabricación o parte de ella a otros países, inmediatamente te mostrarían
el camino de salida..”. “En la actualidad hay empresas que empiezan
con treinta personas: veinte en Silicon Valley y las otras en la India
Si
tu empresas se dedica a múltiples productos, seguramente tendrás
relaciones en Malasia y China para la manufactura, en Taiwan para el
diseño, en la India y Filipinas para la atención al cliente, y posiblemente
en Rusia y EEUU para algunas labores de ingeniería. Así son las llamadas
micromultinacionales, y son un anticipo de lo que se nos viene encima”.
19. L. Duclos y J-Y Kerkourc´h: “Las pequeñas empresas subcontratistas,
es decir el hecho de estar apresado en una red, facilita los aprendizajes
y determina la adopción del modelo de negocio de referencia
Así las
pequeñas empresas subcontratistas externalizan más a menudo que el
conjunto de pequeñas empresas ciertas funciones periféricas de sus
actividades industriales”:
35
empresas subcontratistas, lo cual lleva al tema de los grupos de
empresas, las cadenas y redes de suministro, productivas, o de
valor. Todos estos sistemas de relaciones interempresariales se
han desarrollado, o han cobrado un nuevo impulso, por virtud
de las estrategias de core business y externalización. Sólo unas
consideraciones acerca de los mismos.
Entre los grupos de empresas se distinguen los económi-
cos que implican un vínculo de índole capitalista entre los
empresas (empresa matriz y sus filiales, participación accio-
naria, etc.), y los contractuales, que son aquellos en que las re-
laciones entre empresas se fundan en contratos o acuerdos (los
clústeres son un ejemplo). Ambos tipos han medrado, pero
son los grupos contractuales los típicos de la época. En efecto,
en la motivación de circunscribirse a un core business está el
querer aplicar todas las capacidades y el mayor capital a esas
actividades especializadas. En materia de externalización, lo
más llamativo indicado a propósito de grupos, es el patrón de
externalización de funciones generalmente de soporte básico
y estratégico: en un primer tiempo se centralizan dentro del
grupo esas funciones en una entidad subcontratista (externali-
zación interna), y en un segundo tiempo, esta entidad subcon-
trata a su vez a prestatarios especializados (externalización
externa), parte de, o todas sus funciones20. También es llama-
tivo que en unos casos los grupos centralizan sus funciones
de soporte básico y externalizan por fuera funciones de core
business (G. Chanson, 2007). Los dos tipos de grupos revisten
otro interés para nosotros: en su seno suele practicarse, por lo
menos en Europa, préstamos cruzados de trabajadores, lo cual
puede verse como un caso particular de intermediación labo-
ral, que encierra posibilidades de seguridad en el empleo, pero
también riesgos de lesión de derechos laborales individuales
y colectivos.
36
El concepto metafórico de cadena evoca restringidamente
una línea jerárquica de funciones externalizadas, mientras que
el de red es más realista y comprensivo, permitiendo focalizar
un entramado de árboles jerárquicos y adicionalmente de rela-
ciones horizontales entre actores empresariales y entre éstos y
su contexto político, social e institucional21. Por esto, el uso del
segundo concepto tiende a predominar sobre el del primero. Hay
cadena y redes productivas a todos los niveles: globales, regiona-
les, nacionales, locales. El desarrollo de estas estructuras es con-
comitante con el de la subcontratación y externalización, luego
ambos fenómenos son universales. Las cascadas de los distintos
tipos de subcontratación corren a lo largo de las relaciones entre
los nodos de estas redes. Pero lo más relevantes para nosotros en
esta materia es el enfoque de gobernanza, o sea de las relaciones
de poder, luego de dependencia, entre las empresas incorporadas
a estas redes. Esto porque la distribución desigual de este poder
(posición de poder dominante de las llamadas cabezas de cade-
nas o redes) hace que unas empresas adquieren una capacidad de
influencia y control más allá de sus propias fronteras jurídicas, y
pueden por lo mismo determinar la suerte de colectivos de traba-
jadores de sus subcontratistas, sin contraer con ellos las respon-
sabilidades de una relación laboral. Allí, está uno de los puntos
donde se manifiesta la disociación de las funciones de empleador.
Se han definido distintas tipologías de gobernanza. La más
conocida es la de G. Gereffi (2003). Suelen situar los tipos en un
continuo que empieza por relaciones de mercado y termina en re-
laciones jerárquicas, que son las internas a la empresa. El continuo
es de grado creciente de coordinación explícita y asimetría de po-
der (G. Gereffi, 2003), y adicionalmente del carácter estratégico
del objeto de las transacciones (F. Mazaud, 2006)22. El caso es que
37
conforme el tipo se aleja de la relación de mercado y acerca de la
jerárquica, más se da asimetría de poder en detrimento del sub-
contratista, así como coordinación explícita, o más estratégico es
el objeto de la transacción. En la definición de estas relaciones
intervienen también la naturaleza del producto u objeto de la tran-
sacción, su grado de estandarización, el know how respectivo del
cliente y proveedor, etc. Entre cualquier par de eslabones de una
cadena, o entre dos nodos cualesquiera de una red, puede crearse
uno u otro de estos tipos de relaciones. Sin embargo, con cierta
frecuencia se da que los interfaces de mayor asimetría o índole
estratégico se sitúan entre la cabeza de cadena o red y su subcon-
tratista inmediato (o de primer rango). Por otra parte, ha de verse
que, si bien unos hablan de mercado de la externalización para
referirse a las empresas que se ofrecen como subcontratistas, las
relaciones de externalización difieren de las propiamente dichas
de mercado (en particular, la coordinación no se establece sólo o
primordialmente por el precio). También, se ha de advertir que a
cada tipo de interface le corresponde a la empresa contratante una
capacidad distinta para influir indirectamente sobre las relaciones
de empleo y laborales de las/los trabajadores de sus subcontratistas
inmediatos. Entre mayor asimetría de poder a su favor, mayor es
esta capacidad de la empresa contratante.
38
flexibilidad numérica externa en el seno de grupos o redes de em-
presas, dicha disciplina habla de flexibilidad en red, “extendida
productiva” o “extendida laboral”, según se trate de subcontra-
taciones recíprocas de actividades, o de préstamos recíprocos de
mano de obra.
Pero, hay que ver que la externalización de una parte va-
riable de la producción, la cual tenían en mente los sociólogos,
no corresponde a la externalización definitiva o por contrato lar-
go de actividades, asociada a estrategias de core business. Dos
diferencias que importa resaltar: la primera consiste en que la
externalización de transición conlleva la transferencia de acti-
vos y de trabajadores, con riesgos para estos últimos de que en
la operación se les vulneren derechos laborales; y la segunda es
que, dentro de una misma lógica general de ganancia, las motiva-
ciones de las empresas difieren en alguna medida, según la clase
de externalización23. Con todo, la externalización de transición,
lo mismo por lo demás que el modelo de negocio limitado al core
business nacido como tal, le trae a la empresa las ventajas iden-
tificadas para la flexibilidad cuantitativa. Es decir que se logra
ajustar la producción asumida directamente a los vaivenes de la
demanda, flexibilizando los costos de producción, transfiriendo
también el problema de los costos fijos a los subcontratistas.
Señalemos que para algunos autores, y en particular la OIT
(2003), la subcontratación de actividades, conjuntamente con la
intermediación laboral, configura una triangulación de relaciones
laborales: triángulo de tres actores (empresa usuaria, empresa
39
subcontratista o de intermediación, y trabajador), y de tres rela-
ciones (relación comercial entre el primer actor y el segundo, re-
lación laboral jurídica entre el segundo y el tercero, y prestación
laboral entre el tercero y el primero).
2. No sólo la producción se ha segmentado, sino también el
mercado laboral. A los empleos clásicos con las mejores condi-
ciones y mayores garantías, se les han agregado segmentos de
empleos precarios, entre los cuales se cuentan los triangulariza-
dos. A principios de la década pasada, algunos sociólogos como
M. Carnoy y A. Atkinson han propuesto modelos que establecían
una correspondencia entre los segmentos del mercado laboral y
la estructura de las actividades de las empresas en cuyo centro
campa el core business. Con éste se relaciona en las empresas
modernas el primer segmento laboral, llamado por ellos de la
“mejor vía” o “nuclear”. Lo constituyen mandos medios, técni-
cos y obreros altamente calificados o competentes y polivalentes;
su vinculación es de tiempo completo, goza de buena estabilidad
y remuneración, y de una capacitación permanente por parte de
las empresa; asumen gran variedad de tarea y son funcionalmen-
te flexibles; en cierto sentido representan un núcleo duro de “es-
tabilidad flexible” (Fourmont y otros, 2003). La literatura actual
sobre Management, y en la medida en que el core business se
asocia al core competences de la empresa, coincide con esta idea
de los sociólogos. Y lo que, según ella, es uno de los grandes
problemas que enfrentan actualmente las empresas, esto es, la
fidelización de su personal, se refiere obviamente a este personal
de la “mejor vía”. Sin embargo, si se considera el universo de
todas las empresas, y en particular los distintos eslabones de las
cadenas, la realidad es más diversa, invadiendo muchas veces la
precariedad laboral todos los tipos de funciones.
3. La forma más conocida y generalizada de intermediación
laboral es aquella en que intervienen las agencias de trabajo tem-
poral, y son habitualmente muy reguladas (incluso cuentan con
un Convenio de la OIT). En los países más desarrollados por
lo menos, tiene importancia la intermediación consistente en un
préstamo de personal entre los miembros de un grupo económico
o contractual. Y en Colombia, muy típicamente, las cooperativas
40
de trabajo asociado y los sindicatos, a través del contrato sindi-
cal, hacen también intermediación laboral.
Todas las formas de intermediación laboral responden a unas
mismas estrategias generales de las empresas, y a estas últimas
también obedece la contratación directa a término fijo. Aun así,
cada una de estas modalidades de empleo tiene para las empresas
condiciones de uso y funcionalidades particulares que se intentan
mostrar a continuación.
24. En algunos países, como Francia, en esta situación, existe una contratación
alternativa más interesante para el trabajador: el contrato a término
indefinido INTERMITENTE, que ofrece una contratación permanente,
pero sólo efectiva para períodos determinados del año.
41
Cuando se trata de flexibilidad numérica externa, o sea, de
responder a un aumento de la actividad productiva, influye en la
decisión de la empresa el criterio de previsibilidad. Se observa en
forma llamativa aquel patrón estadístico secuencial en relación
con el ciclo económico. Cuando en el fondo de la recesión apare-
ce un asomo de reactivación, las empresas, prudentes, contratan
por agencia porque hay urgencia y es más fácil eventualmente
despedir, si persiste la reactivación y aumentan las esperanzas de
recuperación definitiva, entonces se contrata más a término fijo,
y una vez consolidada la misma, puede aparecer incluso un in-
cremento en las estadísticas de contratación a término indefinido
(en las estadísticas de la Encuesta Industrial del DANE, se puede
detectar este fenómeno).
Parece que la contratación temporal indirecta tiene un uso
privativo en actividades particularmente peligrosas o repugnan-
tes, hacia las cuales les tienen desvío las/los trabajadores estables
(N. Fourmont y otros, 2003). Se asignan a un personal de agen-
cia, haciéndolo rotar rápidamente, lo que facilita precisamente
este tipo de contrato.
El trabajo temporal por agencia está particularmente regula-
do en todas partes, y prácticamente en los mismos términos: de
un lado, actividades ocasionales, remplazos de personal, incre-
mentos de actividades, y de otro, limitación en la renovación de
contratos cortos. No obstante, es muy generalizada la transgre-
sión de estos límites, como es el caso mismo de Colombia, en
virtud de unas determinadas interpretaciones de la ley las/los tra-
bajadores temporales indirectos se mantienen permanentemente
en la misma empresa por renovaciones ilimitadas de su contra-
to25. Es más, en algunos países, entre otros Francia (N. Fourmont
y otros, 2003), la contratación masiva de temporales indirectos
para actividades productivas se practica, no sólo para seguir las
variaciones de actividades, sino como estrategia de dowsizing,
25. Hay países como Alemania donde los contratos laborales entre las/los
trabajadores y la agencia de intermediación son por tiempo indefinido. En
Francia, muy recientemente se obliga por ley a que este tipo de agencia
tenga una proporción significativa de sus trabajadores bajo esta forma de
contrato.
42
es decir de reducción drástico de los costos laborales; y en estos
casos se puede hablar de externalización de la fuerza de trabajo.
43
Las cooperativas de trabajo asociado han conocido un de-
sarrollo explosivo como competidoras directas de las empresas
de servicios temporales, sacándoles una ventaja arrolladora por
una diferencia de costo, que según ACOSET (gremio de las EST)
constituía una competencia desleal caracterizada. Aún más, es
conocido que en razón de ésta, en muchos casos, los mismos due-
ños de una EST lo eran igualmente de una CTA, operando ambas
en las mismas oficinas; y que cuando un cliente potencial encon-
traba demasiado costoso el contrato para temporales, se le propo-
nía acto seguido otro para asociados de CTA. Por esto, ACOSET
ha intervenido activamente como grupo de presión a favor de la
regulación de las CTA(s) desde 2008. Todo esto lo decimos para
poner de manifiesto que las dos modalidades de intermediación
eran estrictamente equivalentes en todo punto, menos en el del
costo. Así pues se deduce que, como la temporalidad indirecta, la
intermediación por CTA(s) se dirigía muy generalmente a activi-
dades o puestos de trabajo poco calificados, libraba a los usuarios
de la función de gestión de personal, permitía un ajuste preciso
a las variaciones de las actividades (enganche y despido rápidos
sin dificultades jurídicas), y sobre todo, se prestaba para un uso
masivo con fines de reducción drástica de costos laborales. En
efecto, es básicamente por esta última razón que las CTA(s) han
llegado a tener aquel alance en Colombia.
Incluso después de que la ley de 2008, las CTA(s) mantuvie-
ron ciertas ventajas de costo frente a las EST(s), en particular por
razones de gravámenes fiscales de los que siguieron exentos las
CTA, y porque éstas en materia de costos laborales y prestacio-
nales continuaron siendo favorecidas. Es en sectores como los de
la salud, el textilero, el de la confección, en el corte de la caña,
los puertos, el cultivo de la palma, las flores, en que se hizo un
uso masivo de trabajadores asociados. En todos los casos primó
la motivación del costo, y en casi todos, el requerimiento de ca-
lificación de la mano de obra era baja. El caso paradigmático en
que mejor se disciernen estas dos características es la maquila de
exportación en el campo de la confección. Como últimos eslabo-
nes de cadenas globales, en la última década y debido a que los
precios de ensamble de los prendas de vestir eran muy bajos, sólo
44
pudieron mantenerse como maquiladoras internacionales gran-
des empresas que pudieron gracias al trabajo más barato facilita-
do por las CTA(s) y la producción a escala salvar sus márgenes
de ganancia. Y sobra decir que este trabajo de maquila es uno de
los menos calificados.
En cuanto las nuevas regulaciones (en particular la ley 1429
de 2010 y el decreto 2025 de 2011) forzó esta intermediación de
las CTA(s) a un rápido repliegue, se disparó el Contrato Sindi-
cal26, empezando precisamente en los campos que aquella estaba
abandonando: la confección, la salud, etc.27. Es que los contratos
sindicales tienen para las empresas las mismas funcionalidades y
condiciones de uso que la intermediación por agencias y CTA(s),
y las mismas ventajas de costo que las que venían teniendo estas
últimas. Por esto ACOSET se opone a ellos como se oponía a las
CTA(s).
Los contratos sindicales no ofrecen condiciones menos pre-
carias que las CTA(s). Incluso les someten a unos riesgos par-
ticulares. Uno es el hecho de que, a diferencia de éstas desde
2008, la empresa usuario no está obligada a una solidaridad labo-
ral respecto a los derechos de las/los trabajadores (art. 483 CST y
Sentencia T-303/11, 2011 de la Corte Constitucional).
45
unos buenos en otras. De otro lado, la externalización productiva,
en tanto que desintegración productiva vertical, y la de soportes
estratégicos hacen depender la empresa en distintos aspectos de
actores externos sobre los cuales no tiene la misma capacidad de
control que sobre los agentes internos. Esta literatura analiza abun-
dantemente estos riesgos, pero en particular los relacionados con la
externalización de transición de carácter productivo o estratégico.
Parece que el riesgo que más temen las empresas es la pérdida de
las capacidades y experiencias adquiridas en torno a las activida-
des que transfieren y el relajamiento del control sobre la ejecución
de las mismas. El segundo mayor riesgo para ellas es el que llaman
curiosamente “social” (habitualmente los riesgos sociales son los
asumidos por las/los trabajadores), y se refiere a las reacciones in-
dividuales o colectivos de las/los trabajadores (Barómetro, 2005).
Como las operaciones de externalización se acompañan habitual-
mente de una restructuración general, implican un cambio de em-
pleador para las/los trabajadores transferidos con las actividades, y
muchas veces despidos, todo anuncio de esta operación despierta
inquietud y prevención entre las/los trabajadores. Pero la verdad,
es que en estas ocasiones son incomparables los riesgos que estos
también corren.
Lo que se afirma en un plano general en cuanto a riesgos res-
pectivos de empresas y trabajadores se refiere, es que los costos
de la adaptación de ésas (producción y organización “delgada” y
distintas formas de flexibilidad laboral) a las nuevas característi-
cas y comportamiento de los mercados, los han intentado trans-
ferir a las/los trabajadores, cuando no socializar. Y es sobre estos
riesgos de las/los trabajadores que nos vamos a extender más.
2. En una perspectiva histórica abstracta, se puede decir que
la madre de todos estos riesgos es la ruptura del pacto social,
(“fundador”, según A. Supiot), que supone el sistema de derecho
laboral y social, tal como se construyó en la primera mitad del
siglo pasado (S. Deakin, 2002; M. L. Morin, 2005): La/el trabaja-
dor intercambiaba una subordinación al empleador contra una se-
guridad garantizada por éste y mecanismos de solidad social. El
empleador asumía solo los riesgos económicos del empresario,
pero ejercía los poderes de dirección del proceso de trabajo. La
46
evolución de las cosas ha venido trastocando este equilibrio. La
seguridad ya no compensa bien la subordinación; y los riesgos del
empresario se redistribuyen en la estructura del sistema produc-
tivo, así como entre las/los trabajadores. En particular, podemos
decir que la organización en grupo o redes y la externalización
es una estrategia para transferir a otras empresas, a trabajadores
y a la colectividad riesgos económicos, así como los ligados a la
gestión del empleo y trabajo (M.L. Morin, 2005); mientras que la
precarización, bajo todas sus formas atenta típicamente contra la
seguridad del/la trabajador en todas sus dimensiones.
La triangulización ha disociado la relación de trabajo que
originalmente el derecho del trabajo concibió como binaria. El
poder de dirección del/la trabajador lo puede ejercer una persona
y las obligaciones jurídicas pueden estar atribuidas a otra, lo que
plantea una dicotomía entre empleador real y empleador jurídico
o aparente. Esto y además la subcontratación parcial de funciones
de gestión del personal, y la complejidad de ciertas situaciones,
hace que surge un riesgo esencial para las/los trabajadores, que
es la dificultad para determinar quien o quienes deben responder
por sus derechos laborales y prestacionales.
3. Todos las/los trabajadores que según una expresión presen-
te en textos de la OIT están en “situación de subcontratación”28,
lo que incluye las/los trabajadores con contrato individual de
prestación de servicios, están en su conjunto comparativamente
expuestos a una serie de riesgos concretos. Los principales son:
1) deslaboralización o informalización laboral; 2) ingresos labo-
rales inferiores, 3) desprotección social; 4) discriminación labo-
ral; 5) insolvencia del empleador formal; 6) desempleo recurren-
te; 7) no oportunidad de ejercicio de derechos colectivos29. Nos
47
limitaremos a indicar cuáles de estos riesgos las modalidades de
intermediación contempladas más arriba hacen correr a las/los
trabajadores, y a describirlos.
Deslaboralización
La deslaboralización, o no laboralización, (o informalización
laboral ) se entiende como la ausencia del contrato laboral, cuando
por la relación de subordinación que se mantiene en una actividad
laboral, debería haber contrato de trabajo, ausencia debido a que
no puede este último exigirse legalmente, o no se establece de fac-
to. También puede concebirse como la inexistencia parcial de los
derechos adscritos a este tipo de contrato, en cuyo caso se podría
hablar de grados laboralidad o informalidad laboral.
Las/los trabajadores temporales contratados a través de las
agencias de servicios temporales, son por necesidad laboraliza-
dos, aunque dentro de una modalidad atípica y precaria. Los que
están prestados a otra empresa de un grupo o red en teoría lo
son o no, según el tipo de contrato firmado con la empresa pres-
tamista. Pero, en los países donde está en uso la flexibilidad en
red, estos trabajadores son laboralizados. En Colombia, las/los
trabajadores asociados a la CTA(s) no tienen contrato laboral,
si bien la ley ha venido obligando a que se les reconozca “com-
pensaciones” que corresponden a ciertos derechos propios de la
relación laboral. De su lado, en el caso del contrato sindical no
parece haber una obligación legal de laboralidad en ninguna de
las dos relaciones que mantiene la/el trabajador (con el sindicato
y la empresa usuaria), aunque se dan casos en que se establece un
contrato laboral entre los sindicatos y las/los trabajadores involu-
crados30. De todos modos, la deslaboralización a que se exponen
las/los trabajadores en los casos de intermediación por CTA(s)
o sindicatos no es tan absoluta como la que pueden padecer los
seudo independientes provistos de contrato de prestación de ser-
vicio con una empresa, para la cual trabajan bajo una relación de
subordinación caracterizada.
30. Hay países donde por ley en el caso de un contrato de equipo la empresa
usuaria está obligada a firmar contrato laboral con cada miembro del grupo.
48
Ingresos laborales inferiores
En la medida en que: 1) las empresas acuden, como es casi
siempre el caso, a la intermediación laboral con un fin de reduc-
ción del nivel de los costos laborales, las/los trabajadores inter-
mediados han de percibir de la empresa menos ingresos que sus
trabajadores directos a término indefinido; 2) las/los trabajadores
intermediados son un factor de ajuste de las variaciones de activi-
dad, y luego sufren desempleo recurrente, sus ingresos laborales
son discontinuados; 3) algunos tipos de intermediados no tienen
contrato laboral, no acceden a ciertas prestaciones sociales; y 4)
no llegan a ser cubiertos por las convenciones colectivas, no se
benefician de sus cláusulas económicas. El hecho de que en ge-
neral las/los trabajadores intermediados se destinan a tareas rela-
tivamente poco calificadas contribuye también a que tengan una
remuneración inferior. En realidad, hay que exceptuar en todas
estas explicaciones a las/los trabajadores prestados en los grupos
o redes.
Se ha dicho que casi en todas partes para la empresa el tem-
poral indirecto es más costoso que el directo. Esto no implica
necesariamente una diferencia de salario entre las dos clases de
trabajadores, porque la entidad de intermediación tiene sus pro-
pios costos y ganancia que factura a su cliente. En este país, to-
dos esos factores determinantes de bajos ingresos relativos han
pesado enormemente sobre las/los trabajadores intermediados, y
muy particularmente sobre los que lo han sido y siguen siendo
por parte de las cooperativas y los sindicatos.
Desprotección social
Los modelos de bienestar dominantes en el mundo, inclui-
dos los de América Latina, vinculan una protección social plena
al empleo formal o contrato de trabajo. De suerte que al caerse
o no ser reconocida la relación de trabajo, la/el trabajador que-
da o está sin protección social. Ésta es también la situación en
América Latina y Colombia, con la particularidad de que en esta
región el subsidio al desempleo ha sido muy imperfectamente
instituido.
49
En gran medida la desprotección social es correlativa a la
deslaboralización: los que tienen un contrato de trabajo gozan
de toda la protección social, y los demás pueden beneficiarse por
determinación de normas especiales de algunos de sus compo-
nentes. Luego, las/los trabajadores temporales indirectos y los
prestados no están expuestos a este riesgo. En Colombia en ac-
tualidad y por prescripción de leyes recientes, las/los trabajado-
res de las CTA(s) y los participantes a un contrato sindical han
de estar afiliados a la seguridad social intregral (salud, jubilación,
riesgos profesionales).
Discriminación laboral
En cierta forma todos los riesgos que se pueden señalar son
discriminaciones respecto al trabajador típico de tiempo com-
pleto, con estabilidad laboral y posibilidades de carrera interna,
beneficiario de una convención colectiva, y afiliado a un sindi-
cato; por lo tanto gozando de cierto estatus y reconocimiento
en su medio laboral y social. Pero, el mayor de estos riesgos
estriba en que esta situación de inferioridad se puede prolongar
durante toda la vida laboral. Efectivamente, las/los trabajadores
precarios están constituyendo en el mercado laboral segmen-
tos permanentes relativamente cerrados, en el sentido de que es
difícil salirse de ellos hacia mejores posiciones laborales. De
allí que a estos trabajadores se les truncan las expectativas de
carrera laboral.
En el ámbito del trabajo, donde esta discriminación se hace
literalmente visible es en ciertos talleres fabriles y en algunas
oficinas del sector terciario. Allí, en espacios contiguos, o incluso
entremezclados, trabajadores pertenecientes a grupos de condi-
ciones de empleo e identidades laborales distintas, realizan idén-
ticas o similares actividades.
Las/los trabajadores prestados escapan quizá a este riesgo, y
puede que el grupo les brinde mayores posibilidades de carrera
que su propia empresa. En cuanto a los demás tipos de trabaja-
dores intermediados, a los asociados a cooperativa y afiliados a
sindicatos les toca la peor suerte, tanto en materia de posición
laboral y social como de trayectoria laboral.
50
La probabilidad de pasar a una condición laboral más ape-
tecibles (temporal directo, tiempo indefinido) es sin duda mayor
para los temporales indirectos que para las/los trabajadores invo-
lucrados en las demás formas de tercerización.
Desempleo recurrente
La frecuente interrupción de la actividad laboral es connatural
al hecho de que las/los trabajadores tercerizados son un instrumen-
to de ajuste fino de la fuerza de trabajo a las variaciones de las ac-
tividades, a lo cual se amoldan las características de los contratos.
Este riesgo afecta prácticamente por igual los distintos tipos de tra-
bajadores, salvo aquí también los que son objeto de un préstamo.
51
Es uno de los más graves por cuanto repercute inmedia-
tamente en el ingreso del/la trabajador, especialmente en los
países donde no existe un subsidio de desempleo digno, y en
la protección social. Se discontinúa el ingreso, se interrumpe
la acumulación de requisitos para la jubilación, y puede que
desmejore el régimen de salud. Son estas implicaciones de la
tercerización laboral que le dan pleno sentido al concepto de
precariedad, usado para caracterizar la situación de estos tra-
bajadores.
52
dores temporales tienen alta probabilidad de no hacer uso de los
derechos laborales colectivos.
El boom de las CTA(s), como entidades de intermediación
laboral, fue artificioso y frágil, desvirtuando el espíritu y las prác-
ticas de un cooperativismo auténtico. Las adhesiones eran opor-
tunistas y forzadas por la necesidad material, la participación
democrática a la vida interna de las cooperativas dudosa, amén
de supeditada en el tiempo por la precariedad de los contratos, y
la autonomía colectiva en el desarrollo de sus actividades exter-
nas sacrificada. Por lo demás, la burbuja está estallando. Fue un
camino errado para el progreso del ejercicio de esta forma del
derecho de asociación libre de las/los trabajadores. Puede que el
contrato sindical esté produciendo el mismo boom en los efec-
tivos sindicales. Pero por las condiciones en que resurgió y se
está multiplicando, es lícito preguntarse cuándo y mediante qué
regulación esta nueva burbuja estallará también.
53
III. LO MISIONAL PERMANENTE DESDE LA
JURISPRUDENCIA DE LAS ALTAS CORTES
COLOMBIANAS Y LA DOCTRINA DE LA OIT
54
do distintas situaciones en las cuales se hace necesario formular
estrategias de protección de las/los trabajadores; señala que el
marco de la relación de trabajo se ha venido desdibujando pro-
gresivamente y cada vez se hace más complicado determinar si
existe en ciertos casos, tornándose a su vez etéreas las reglas ju-
rídicas aplicables y configurándose circunstancias que amenazan
los derechos laborales de las/los trabajadores.
Esto se presenta en muchos países, según la OIT32, por la
presencia de factores como falta de claridad, limitatividad o in-
eficacia de la legislación, que la relación de trabajo se presente
de manera disfrazada o encubierta y como un acuerdo civil o co-
mercial, que la misma sea ambigua, que la/el trabajador de hecho
sea empleado pero no quede claro quién es el empleador, cuáles
son los derechos del/la trabajador y a quién puede este en efecto
reclamar la efectividad de estos derechos.
Por otro lado, señala la OIT que el encubrimiento puede
versar sobre la naturaleza jurídica de la relación laboral o sobre
la modalidad utilizada para establecerla. En el primer caso, se
busca “anular, impedir o atenuar la protección que brinda la
ley […], se trata de una acción destinada a ocultar o deformar
la relación de trabajo, dándole otro ropaje mediante una figura
jurídica o una forma distinta”33; asimismo “puede servir para
ocultar la identidad del empleador, cuando la persona desig-
nada como tal en realidad es un intermediario que libera al
empleador de aparecer como parte en la relación de trabajo y,
de esta manera, de la responsabilidad que debería asumir ante
su personal”34. En el segundo caso, no desaparece el contrato,
pero su naturaleza es deformada, pues se manipula “de modo
que se prive a las/los trabajadores dependientes de ciertos de-
rechos y prestaciones”35, es decir, se priva de protección a las/
los trabajadores.
32. Ibídem.
33. OIT: La relación de trabajo, Informe V (1), Conferencia Internacional del
Trabajo, 95ª reunión, Ginebra, 2006. P. 14. Disponible en: http://www.ilo.
org/public/spanish/standards/relm/ilc/ilc95/pdf/rep-v-1.pdf
34. Ibídem.
35. Ibídem.
55
Los casos de relaciones de trabajo triangular son un ejemplo
de situaciones en las cuales la relación de trabajo puede verse des-
dibujada, así que ante la desprotección laboral que ello genera y
las consecuencias adversas para las/los trabajadores en razón a la
inexistencia de derechos y garantías, y para las empresas en mate-
ria de afectación de la productividad y competitividad, la necesi-
dad de establecer medidas de protección en casos como este se ha
venido incluyendo progresivamente en la agenda de la OIT.
Desde 1997 y 199836 la Conferencia Internacional del Traba-
jo señaló la necesidad de adoptar medidas para proteger ciertas
categorías de trabajadores desprovistas de protección laboral en
el trabajo en régimen de subcontratación, entre las cuales se in-
cluyó a las relaciones de trabajo triangulares, así como a las/los
trabajadores que prestan servicios a otras personas en el marco
de un contrato civil o comercial, aunque en realidad son parte del
personal dependiente o integrado a la empresa para la que traba-
jan o aportan su servicio37. Se adoptó en esa ocasión una Resolu-
ción en la cual se exhortaba al Consejo de Administración de la
OIT a incluir este tema en una futura reunión de la Conferencia
con la idea de adoptar un convenio, así como la realización de
estudios nacionales por parte de la Oficina.
Asimismo, la Reunión de expertos en el año 2000 destacó la
protección de las/los trabajadores en situaciones en las cuál es el
ámbito legal de la relación de trabajo no está en conformidad con
las realidades de las mismas
Para el caso de Colombia, la OIT38 expuso que en el sistema
de cooperativas de trabajadores para el suministro de trabajadores
en la producción de bienes, la ejecución de obras o la prestación
36. OIT. Conferencia Internacional del Trabajo, 85.a reunión, 1997: Trabajo
en régimen de subcontratación, Informes VI, 1) y VI, 2), y, para la 86.ª
reunión, 1998: Trabajo en régimen de subcontratación, Informes V (1), V
(2A) y V (2B).
37. OIT. El ámbito de la relación de trabajo, Informe V, Conferencia
Internacional del Trabajo, 91ª reunión, Ginebra, 2003. P. 6. Disponible en:
http://www.oit.org/public/spanish/standards/relm/ilc/ilc91/pdf/rep-v.pdf
38. La relación de trabajo, Informe V (1), Conferencia Internacional del
Trabajo, 95ª reunión, Ginebra, 2006. P. 46-47. Disponible en: http://www.
ilo.org/public/spanish/standards/relm/ilc/ilc95/pdf/rep-v-1.pdf
56
de servicios, ha habido lugar a relaciones de trabajo disfrazadas
o fraudulentas, por ejemplo en los casos en los que agencias de
empleo temporal operan bajo la apariencia de cooperativas para
evadir contribuciones impositivas y de seguridad social.
La Corte Constitucional, por su parte, ha sido enfática y rei-
terativa al señalar “la inconstitucionalidad de todos los procesos
de deslaboralización de las relaciones de trabajo que, a pesar de
que utilizan formas asociativas legalmente válidas, tienen como
finalidad última modificar la naturaleza de la relación contrac-
tual y falsear la verdadera relación de trabajo”39. Reconoce esta
Corporación que aunque las cooperativas de trabajo asociado40
fueron creadas para facilitar el desarrollo asociativo y el coope-
rativismo, “se han utilizado como instrumentos para desconocer
la realidad del vínculo laboral, a pesar de que expresamente el
artículo 7º de la Ley 1233 de 200841 prohíbe su intermediación
laboral.”42
En este componente pretende llegarse, sino a un concepto
unívoco, a una serie de elementos que permitan calificar determi-
nada labor o actividad como misional permanente de la entidad
pública o privada, en razón a la necesidad de propiciar la efecti-
vidad de las prohibiciones de ley a cerca de su externalización,
así como la realización de los derechos laborales en contextos de
fraccionamiento de capital que pueden dar lugar a la declaración
de unidad de empresa o grupo empresarial.
39. Corte Constitucional. Sentencia C-614 de 2009. M.P. Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub. Ver, por ejemplo, las sentencias C-171 de 2012 (M.P. Luis
Ernesto Vargas Silva), C-645 de 2011 (M.P. Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo) , T-166 de 2011 (M.P. Juan Carlos Henao), T- 287 de 2011 (M.P.
Jorge Ignacio Pretelt Chaljub), T-004 DE 2010 (M.P. Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub).
40. Las cooperativas de trabajo asociado tienen por marco jurídico las
siguientes normas: Ley 79 de 1988, el Decreto 4588 de 2006, la Ley 1233
de 2008, la Ley 1429 de 2010, el Decreto 2025 de 2011, entre otros.
41. Este artículo establece en su numeral 1º que “Las Cooperativas y
Precooperativas de Trabajo Asociado no podrán actuar como empresas
de intermediación laboral, ni disponer del trabajo de los asociados
para suministrar mano de obra temporal a terceros o remitirlos como
trabajadores en misión”
42. Ibídem.
57
Los indicadores decantados a partir de la jurisprudencia de
la Corte Constitucional, Corte Suprema de Justicia y Consejo de
Estado que se tomó como fuente para el presente escrito, no ne-
cesariamente se corresponden con fallos favorables al trabajador.
Lo que interesó para la selección de las sentencias revisada fue
los indicadores aplicados en el análisis de la corporación respec-
tiva para determinar la existencia de una relación laboral, soli-
daridad o unidad de empresa que al mismo tiempo fueran fun-
cionales a la elaboración de algunas pautas para fundamentar el
carácter de misional permanente de la labor en casos concretos.
En el primer acápite titulado “Lo misional y lo permanente
como punto de partida para determinar la existencia de una rela-
ción laboral directa, la unidad de empresa o el grupo empresarial”,
se fundamenta la necesidad de definir lo misional y lo permanente
para descubrir situaciones de intermediación o externalización la-
boral ilegal, o lo “similar, conexo o complementario” y la “unidad
de propósito y dirección” en los términos de las figuras de unidad
de empresa y grupo empresarial, respectivamente.
En el segundo, nombrado “Lo misional y lo permanente
para la Corte Constitucional, la Corte Suprema de Justicia y el
Consejo de Estado”, se trata de decantar algunos indicadores de
los cuales han hecho uso las altas cortes colombianas para definir
lo misional y lo permanente en diversos ámbitos, como sigue:
• El primero de ellos es el sector público, con unos indicado-
res señalados expresamente por la Corte Constitucional, los
cuales se refuerzan con la jurisprudencia del Consejo de Es-
tado y de la Corte Suprema de Justicia y se analizan en su
aplicabilidad en el sector privado.
• El segundo se refiere a indicadores emanantes del análisis de
la existencia o no de subordinación hacia quien es el benefi-
ciario del servicio.
• El tercer ámbito corresponde con aquellos pronunciamien-
tos en los cuales las cortes determinan si existe o no solidari-
dad entre el beneficiario del servicio y el contratista indepen-
diente.
• El cuarto se corresponde con el análisis que se realiza en la
jurisprudencia de situaciones de desprotección laboral pro-
58
piciadas por la utilización ilegal de la figura legal de las Em-
presas de Servicios Temporales.
• El quinto, se refiere a sentencias en las cuales las cortes ana-
lizan la procedencia de la declaratoria de unidad de em-
presa en razón a que además de predominio económico se
encuentra que las actividades desarrolladas por los entes
económicos son “similares, conexas o complementarias”.
Si bien se indagó a cerca de la jurisprudencia que pudie-
ra orientar en la conceptuación de “unidad de propósito y
dirección”, no se hallaron resultados relevantes en los pro-
nunciamientos revisados; no obstante, se considera funcio-
nal para la declaratoria de grupo empresarial el carácter de
“similares, conexas o complementarias” de las actividades
tal cual se exige para la declaratoria de unidad de empresa,
si bien ambas formas exigen requisitos adicionales diferen-
ciados.
En el tercer acápite, titulado “Algunos indicadores señala-
dos por la OIT: el grado de integración en la organización y su
aplicación tácita en Colombia”, se aportan algunos indicadores
que pueden ser útiles para determinar el carácter de misional per-
manente de una actividad que se infieren de la doctrina de la OIT
y se analiza su aplicación tácita en la jurisprudencia de las altas
cortes colombianas.
En la cuarta parte nombrada “Compendio de los indicadores
para determinar si una actividad es misional permanente”, se
realiza un mero recuento acompañado de una explicación breve
de cada uno de los indicadores hasta allí encontrados.
En el quinto componente, “Preguntas para hacerse en casos
concretos para determinar si la actividad desarrollada es misio-
nal o permanente”, se transforman en preguntas los indicadores
fundamentados en los acápites precedentes para darles aplica-
ción en casos concretos.
En la sexta sección, titulada “Hacia un concepto de lo mi-
sional y lo permanente”, se trata de esculpir el concepto en cada
uno de los ámbitos de los cuales emanaron indicadores para este
cometido, en relación a las especificidades y formas legales que
estas figuras presentan.
59
En la última parte de este componente, se presenta un mapa
y un cuadro resumen para observar los indicadores construidos
desde la perspectiva de las relaciones laborales directas y terceri-
zadas, para fundamentar su ilegalidad cuando encubren o disfra-
zan lo que en realidad es una relación laboral directa, poniendo
a dialogar los criterios construidos a partir de las categorías de
sentencias exploradas desde otra perspectiva.
60
quisitos de ley puede dar lugar a la declaratoria de unidad de
empresa o grupo empresarial.
Respecto de los límites que ha establecido el legislador para
evitar las figuras legales mencionadas se utilicen para generar
ambigüedad u ocultamiento de la relación laboral, en la ley 1429
de 2010 o Ley de Formalización y Generación de Empleo, se
estipuló la siguiente prohibición:
61
externalización de una actividad misional permanente constituye
una elusión de los derechos laborales, según consagra el artículo
63 de la norma precitada, podrá generar consecuencias como la
imposición de multas por parte del Ministerio de la Protección
Social a los entes públicos o privados, así como la disolución
y liquidación de las precooperativas y cooperativas , y la confi-
guración de falta grave al funcionario público que realice inter-
mediación laboral para la realización de actividades misionales
permanentes.
Sin embargo, el gran vacío legal existente acerca de qué en-
tender por actividad misional o permanente obstaculiza la efica-
cia de esta norma en tanto convierte en difusos los límites respec-
to de lo que puede y no puede ser contratado bajo estas modali-
dades que no generan relación laboral y que se han utilizado de
manera truculenta para encubrirla o disfrazarla cuando de hecho
existe. Nótese que la breve definición que aporta el artículo 1º del
Decreto 2025 de 201145, en el cual se señala que son misionales o
permanentes “aquellas actividades o funciones directamente re-
lacionadas con la producción del bien o servicios característicos
de la empresa”, está muy lejana de ser precisa.
En ese sentido, es imperativo, sino lograr un concepto, de-
cantar indicadores que permitan establecer qué operaciones son
misionales o permanentes para demostrar de la existencia de una
relación laboral en situaciones de ambigüedad o encubrimiento
y, en ese sentido, no solo propiciar la eficacia de la norma referi-
da, sino también la protección efectiva de las/los trabajadores ter-
cerizados. Al respecto son útiles algunos indicadores y conceptos
que han emitido la OIT y las altas cortes colombianas alrededor
de las relaciones de trabajo triangulares y las situaciones de des-
protección que se han generado para las/los trabajadores en el
marco estas y otras figuras legales en razón de diversas modali-
dades de contratación civil, comercial o administrativa.
De otro lado, el rediseño empresarial a través del fraccio-
62
namiento del capital genera situaciones de desprotección labo-
ral. Conforme ha señalado la jurisprudencia, esta figura consis-
te en el
63
glas incluso en el caso en que se haga uso de dichas modalidades
de contratación de manera legal; estas son: (1) la aplicación pre-
ferente de las normas sobre Unidad de Empresa, (2) la aplicación
de las normas sobre responsabilidad solidaria en las obligaciones
laborales, y (3) la constitución de garantías para amparar los de-
rechos relativos a la remuneración, salarios, prestaciones e in-
demnizaciones de las/los trabajadores.
Si bien es cierto que con lo que el Decreto plantea se
minimizan riesgos como la insolvencia del empleador formal
mas no se resuelve la afectación a los derechos colectivos,
resulta positivo que con estas disposiciones se desvanezca la
aspiración de muchos empleadores de desentenderse de las
responsabilidades frente a las y las/los trabajadores. Queda
en el tintero la suerte del sindicalismo colombiano frente al
uso de la externalización como instrumento para fraccionar y
debilitar los sindicatos.
Con posterioridad a la promulgación de la Ley 1429 de
2010, y en referencia a las CTA, la Corte Constitucional emite la
sentencia C-645 de 2011 en la cual realiza examen de constitu-
cionalidad al artículo 63 de la nombra mencionada y se determi-
na que “la compensación que en dichas cooperativas reciban las/
los trabajadores asociados por las labores realizadas debe estar
prevista de manera tal que, respetando la naturaleza asociativa y
solidaria de esa modalidad de trabajo, resulte equivalente en con-
diciones a las que se han previsto para la retribución en el Código
Sustantivo del Trabajo como un mínimo de garantías para las/los
trabajadores”47. En resumen, la Corte determinó en este examen
que tanto el marco regulatorio estatal como el régimen interno de
las CTA deben adaptarse en orden de que exista equivalencia de
prestaciones a las y los cooperados y aquellas/os a los cuales se
aplica el Código Sustantivo de Trabajo, lo cual resulta ser otro
mecanismo para frenar la tercerización ilegal y proteger a las y
las/los trabajadores.
64
3.3 Nociones de lo misional permanente para la Corte Constitu-
cional, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado
Si bien se hace acopio de factores que han sido expresamen-
te nombrados por la Corte Constitucional, estos, así como otros
que se encuentran implícitos en diversos pronunciamientos de las
Altas Cortes como de la OIT, tienen un carácter de interdepen-
dencia o se presentan en ocasiones en una estrecha relación cuan-
do se aplican a los casos concretos. En esta medida, a la hora de
analizar un caso, será más prometedora la conjugación de varios
de los parámetros que en este capítulo se señalan para fundamen-
tar la calificación de una actividad como misional o permanente.
48. Esta regla jurídica había sido reiterada en el artículo 17 de la Ley 790 de
2002, según el cual “En ningún caso los Ministerios, los Departamentos
Administrativos y los organismos o las entidades públicas podrán celebrar
contratos de prestación de servicios para cumplir de forma permanente
65
tección constitucional de la vinculación laboral con el Estado,
la Corte señala el carácter de excepcional de la modalidad del
contrato de prestación de servicios, y reitera que estos contratos
sólo podrán celebrarse con personas naturales cuando dichas ac-
tividades no puedan realizarse con personal de planta o requieran
conocimientos especializados.
Es importante tener en cuenta que este tipo de contratos no
generan relación laboral ni prestaciones sociales, aunque esta
presunción quedaría desvirtuada de quedar demostrada la exis-
tencia de los elementos esenciales de una relación laboral49, caso
en el cual deberá realizarse el pago de tales rubros en virtud del
principio de primacía de la realidad sobre la forma. De hecho,
la Corte ha sido reiterativa50 en señalar que la distorsión de las
relaciones laborales cuando aparecen bajo la forma de contra-
tos de prestación de servicios, implican el desconocimiento del
régimen de presupuestal y de contratación estatal, así como de
las disposiciones constitucionales referidas a la función públi-
ca, pues “de acuerdo con ellas no habrá empleo público que no
tenga funciones detalladas en ley o reglamento (Artículo 122);
los servidores públicos ejercen sus funciones en la forma previs-
ta en la Constitución, la ley y el reglamento (Artículo 123); el
ingreso a los cargos de carrera se hará previo cumplimiento de
estrictos requisitos y condiciones para determinar los méritos y
calificaciones de los aspirantes (Art. 125) y la ley determinará
la responsabilidad de los servidores públicos y la manera de ha-
cerla efectiva (124).51”. Asimismo, se vulneran los derechos de
las/los trabajadores ante la coexistencia de distintos tratamientos
salariales y prestacionales.
66
El Tribunal Constitucional cita la Sentencia C-154 de 1997
al referirse a ciertas características del contrato de prestación de
servicios y expresa que “la prestación de servicios versa sobre
una obligación de hacer para la ejecución de labores en razón
de la experiencia, capacitación y formación profesional de una
persona en determinada materia”, por lo que “la autonomía e
independencia del contratista desde el punto de vista técnico y
científico, constituye el elemento esencial de este contrato”, por
lo que el contratista dispone de un amplio margen de discrecio-
nalidad; por otra parte, “la vigencia del contrato es temporal y,
por lo tanto, su duración debe ser por tiempo limitado y el in-
dispensable para ejecutar el objeto contractual convenido”, de
este modo, si se excede el carácter excepcional y temporal para
convertirse en ordinario y permanente, será necesario que se cree
el empleo público.
De esta manera, existirá una relación contractual cuan-
do: “i) se acuerde la prestación de servicios relacionadas con
la administración o funcionamiento de la entidad pública, ii)
no se pacte subordinación porque el contratista es autónomo
en el cumplimiento de la labor contratada, iii) se acuerde un
valor por honorarios prestados y, iv) la labor contratada no
pueda realizarse con personal de planta o se requieran co-
nocimientos especializados”52, esto es, que se trate de labo-
res ocasionales, extraordinarias o que excedan su capacidad
funcional. Lo anterior deja ver que el concepto de función
permanente es un indicador fundamental para diferenciar la
vinculación laboral y la vinculación contractual con el Estado,
aparte de los elementos esenciales para establecer la existen-
cia de una relación laboral.
A partir de la jurisprudencia del Consejo de Estado y de la
Corte Suprema de Justicia, la Corte Constitucional53 logra de-
cantar los siguientes indicadores para determinar si una función
es misional o permanente en el caso del sector público, si bien,
67
como se mencionará, algunos de ellos pueden tener aplicabilidad
en el sector privado; son éstos: indicador funcional, indicador
de igualdad, indicador temporal o de la habitualidad, indica-
dor de la excepcionalidad, indicador de la continuidad. Estos
indicadores pasan a explicarse, aunque complementados con los
pronunciamientos del Consejo de Estado y la Corte Suprema de
Justicia y aplicados a otros sectores.
54. Ibídem.
55. Colombia. Consejo de Estado. Sección Segunda. Sentencia del 21 de
agosto de 2003. Radicado 0370-2003. Consejero Ponente: Jesús María
Lemos Bustamante. Citada en: Corte Constitucional, Sentencia C-614 de
2009.
56. Ibídem.
68
ción triangular57, determinó que la triangulación aparente tuvo por
objetivo relevar al ente territorial de su carácter de empleador, pues-
to que el establecimiento público, un Fondo de Semaforización y
Apoyo de Tránsito Municipal, se creó para cumplir no una finalidad
esporádica o eventual sino todo lo contrario, tenía por misión una
función pública de carácter permanente, y para demostrar que en el
actor recaían responsabilidades directas en el logro de los objetivos
y finalidades para los cuales fue creado el referido Fondo, se valió
de la misión y los objetivos yacentes en la ordenanza municipal a
través del cual tal organismo fue creado. Por este motivo, no podían
ser materia de contratación a través de la modalidad de empresas de
servicios temporales y de prestación de servicios.
Como emanante de este indicador, se encuentra que en re-
lación a las entidades privadas, si la actividad de que se trate
está contenida en la plataforma corporativa del beneficiario de la
misma, esto es, en su misión, visión u objetivos corporativos, se
trata de una actividad misional permanente, en la medida en que
su contenido determina el esencial hacer de la empresa.
69
En un caso en el que el Consejo de Estado se pronunció a
cerca de la obligación de la entidad pública de crear los cargos
cuando estos tienen vocación de permanencia en desarrollo de la
misión de la entidad, expresó respecto de la igualdad que en el
caso “[era] notoria la inequidad en el trato, pues aun existiendo
la necesidad de crear el cargo en la planta de personal se mantu-
vo persistente la vinculación contractual. Lo anterior, se deduce
en razón a la inherente labor cumplida por la entidad en relación
con la ejecutada por la actora.”60
En ese sentido, será fundamental determinar en qué medida
la función desarrollada por la/el trabajador formalmente exter-
nalizado se corresponde con la desempeñada por los empleados
de planta, para lo cual resulta indispensable realizar un cotejo
de los manuales de funciones de los primeros, con las obliga-
ciones contenidas en los contratos de carácter civil o comercial.
Puede pues inferirse que ello no sólo opera para las entidades
públicas, sino para las de carácter privado, si bien en el primer
caso han sido más insistentes las Altas Cortes en señalar que el
cargo debe ser creado e integrado a la estructura de personal a
tenor de las disposiciones legales y constitucionales que así lo
determinan.
Por violación del derecho a la igualdad, el Consejo de Estado
analizó un caso en el que la demandante pretendía se le recono-
ciera la diferencia salarial respecto de otro trabajadores oficiales
de diferente categoría en razón a que desempeñaba las mismas
funciones. Lo que pretende mostrarse en este caso es que, si bien
se daba una relación laboral, la realización de iguales funciones
se empleó como fundamento para equiparar ideológicamente los
cargos y solicitar el pago de los excedentes acumulados61. Lo
70
mismo pues en tratándose de actividades misionales permanen-
tes, en las cuales la igualdad en las funciones desarrolladas por
el personal de planta y las realizadas de manera externalizada
dan cuenta de que la entidad esquiva el deber legal de generar
relaciones de trabajo en esos casos.
Este mismo tribunal ha expresado que como elemento adi-
cional a las exigencias legales de remuneración, prestación per-
sonal del servicio y remuneración, para probar la existencia de
una relación laboral corresponde al interesado “[…] demostrar
la permanencia, es decir que la labor sea inherente a la entidad
y la equidad o similitud, que es el parámetro de comparación con
los demás empleados de planta, requisitos necesarios estableci-
dos por la jurisprudencia,62 para desentrañar de la apariencia
del contrato de prestación de servicios una verdadera relación
laboral”63. En este caso se observa, pues, la conexión o interre-
lación entre los indicadores de que la actividad desarrollada haga
parte de los objetivos de la entidad, o indicador funcional, y la
igualdad.
Sin embargo, la regla según la cual en la indemnización para
restablecer el derecho del/la trabajador cuando en virtud del prin-
cipio de igualdad acciona y de hecho se reconoce la existencia de
relación laboral y la realización de las mismas funciones de los
empleados públicos, tiene que tenerse en cuenta el monto pacta-
do en el contrato de prestación de servicios y no lo devengado
por los docentes vinculados a la planta de personal, resulta ser
una aplicación paradójica cuando no absurda del indicador de
igualdad si se utiliza de manera absoluta.
El Consejo de Estado64 ha fundamentado el presente señalan-
do, en el caso de los docentes, que “aunque el simulado contrato
de prestación de servicios docentes suscrito con el demandante
71
pretendió esconder una vinculación de derecho laboral público,
éste no puede ser considerado empleado público docente [y en
ese sentido] será el valor pactado en el contrato y no otro el que
servirá de base para la liquidación de la indemnización equiva-
lente a las prestaciones sociales […]” 65
En jurisprudencia posterior sobre un caso similar, expresó
esta Corporación que ello se debe igualmente a que “[…] las
asignaciones salariales en el caso de los docentes dependen de
las condiciones particulares demostradas por cada uno de ellos;
y en segundo término, porque aceptar la existencia de un contra-
to realidad, también debe aceptarse como válido el pacto que las
partes hicieron de la remuneración.” 66
Se propone que en cada caso se evalúe qué base para el cál-
culo de las prestaciones resulta ser más beneficiosa al trabaja-
dor, si la del monto pactado en el contrato civil o comercial, o
el devengado por el servidor público o trabajador de planta que
desarrolla las mismas funciones. Considerando que con el hecho
de liquidar las prestaciones sociales a partir de lo devengado por
las/los trabajadores de planta que desempeñan las mismas fun-
ciones que el externalizado no se adquiere per se la condición de
empleado público, sino se decidiría de manera proteccionista y
en garantía de la igualdad efectiva.
72
temporal o de la habitualidad decantado por la Corte Constitu-
cional67.
Lo señalado por esta Corte en la sentencia C-614 de 2009 en
este punto incluye aspectos que darían cuenta de la existencia de
una verdadera relación laboral a más de una mera relación oca-
sional o esporádica, en tanto indicativas del ánimo de la adminis-
tración por emplear de modo permanente y continuo los servicios
de una misma persona, como el cumplimiento de un horario de
trabajo y la realización frecuente de labor, expresiones de cons-
tancia y cotidianidad68, y la suscripción sucesiva de órdenes por
parte del empleador69.
En sentencia del Consejo de Estado se ve de manera clara
la aplicación de este indicador cuando la Corporación establece
que como “[…] se suscribieron con el demandante ocho órdenes
de trabajo entre el 10 de abril de 1995 y el 06 de abril de 1997,
lo que muestra el indiscutible ánimo de la administración por
emplear de modo permanente y continuo sus servicios, […]no se
trató de una relación o vinculo de tipo ocasional o esporádico,
sino de una verdadera relación de trabajo, que por ello requirió
de la continuidad que ha sido destacada, lo cual se constituye en
una prueba [de] una relación de tipo laboral”70.
En cuanto a la suscripción sucesiva de órdenes por parte del
empleador, el Consejo de Estado ha expresado que cuando ello
se presenta en contratos de prestación de servicios, siendo acti-
vidades propias del personal de planta y que no requieren cono-
cimientos especializados “[…] impone al servidor una relación
no convenida y lo induce a la firma de tales órdenes y contratos,
[…] constituyendo “nóminas paralelas” con la diferencia de que
a quienes las conforman les despoja de todo derecho surgido de
73
tal relación. Además, los derechos mínimos reconocidos en las
normas laborales son irrenunciables”71; así, este indicador está
asimismo en íntima conexión con el derecho fundamental a la
igualdad.
71. Ibídem.
72. Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-614 de 2009. MP. Jorge
Ignacio Pretelt Chaljub.
73. Ibídem.
74. Colombia. Consejo de Estado. Sección Segunda. Sentencia del 21 de
febrero de 2002. Radicado 3530-2001. Consejero Ponente Jesús María
Lemos Bustamante. Citada en: Corte Constitucional, Sentencia C-614 de
2009.
74
podrán celebrarse contratos de prestación de servicios para el
desempeño de tales funciones”75.De corresponderse la actividad
contratada con el giro normal de los negocios, deberá pues existir
una relación laboral y no puramente contractual. La sala laboral
de la Corte Suprema ha, asimismo, declarado frente al caso de
empresas industriales y comerciales del Estado que “[…] la enti-
dad pública que ejecuta actividades de gestión, cuando contrata
personas para cumplir con actividades propias del giro u objeto
social comercial, debe estar a lo dispuesto en las normas per-
tinentes sobre la vinculación de las/los trabajadores, mediante
contratos de trabajo”76.
En este pronunciamiento hace extensiva la aplicación del
presente indicador a las empresas industriales y comerciales del
Estado, las cuales están sometidas al régimen de derecho priva-
do77. Por otra parte y en consonancia con la ley 1429 de 2010 ya
citada, el indicador de excepcionalidad es aplicable a toda em-
presa, sea pública o privada, en su tenor de que sólo puede ex-
ternalizarse una actividad si no es misional permanente, esto es,
sólo actividades entendidas como excepcionales.
Es importante precisar que cuando existe formalmente un
contrato de prestación de servicios entre una persona y una en-
tidad pública y se demuestra la existencia de los tres elementos
propios de toda relación de trabajo, surge el derecho a que sea
reconocida una relación de trabajo que, en consecuencia, confie-
re al trabajador las prerrogativas de orden prestacional, mas no
75
implicará ello conferir al actor la condición de empleado público,
como bien lo ha señalado el Consejo de Estado, ya que “para
acceder a un cargo público se deben cumplir todos y cada uno
de los requisitos señalados en la Constitución y en la Ley. La cir-
cunstancia de trabajar para el Estado, no confiere la condición
de empleado público”78.
76
síntesis, la entidad deberá optar por ampliar la planta de personal
si la labor que requiere contratarse hace parte de las funciones
propias de la entidad y no pueden ejecutarse por los empleados
de planta, o se requieren conocimientos especializados.
En un caso, la Corte Suprema determinó que por parte
de una entidad prestadora de servicios de salud se observaba
obrar desleal al contratar de manera continuada al demandan-
te, quien se desempeñaba como odontólogo, bajo el ropaje de
varios contratos de prestación de servicios, “[…] hasta el pun-
to de realizarle sin justificación como se dijo veintidós (22)
contratos administrativos para desempeñar por espacio de 7
años, 11 meses y 23 días una actividad habitual y permanente,
a sabiendas de que se está en presencia de una relación de
carácter laboral […]”81.
También esta Corporación, en un caso en el que se suscribie-
ron ocho contratos de prestación de servicios, y al final una pró-
rroga, expresó que se trató de una relación laboral única, “[…]
pues la brevedad en los interregnos, entre la terminación de un
contrato y la suscripción de uno nuevo, permite inferir sin lu-
gar a dudas que la voluntad de la demandada fue inequívoca en
mantener vigente una vinculación laboral permanente […], de
modo que existió una sola relación laboral […]”82.
77
cio. De hecho, la OIT ha señalado83 que la dependencia y subor-
dinación o trabajo realizado bajo la dirección, autoridad, super-
visión o control del empleador, o bajo las órdenes o instrucciones
del empleador, o dadas por cuenta de éste son los factores más
usuales para calificar la prestación del /la trabajador en el marco
del contrato de trabajo.
Sin embargo, en diversos pronunciamientos de las Altas
Cortes, si bien se acude a la subordinación como indicador, en
el fondo de la discusión subyace el carácter de misional perma-
nente de la actividad desarrollada y ello se toma como expresión
del carácter subordinante de la relación de trabajo. La importan-
cia de ello es que, en asomo de la cualificación de una función
como misional permanente, a más de su carácter subordinado
se da cuenta de la existencia de situaciones ilegales de externa-
lización laboral, lo que daría lugar a la existencia de contrato
realidad en los casos de intermediación entre la/el trabajador y
el beneficiario del servicio así como a las sanciones de ley por ir
en detrimento de los derechos y garantías laborales, a tenor de la
ley 1429 de 2010.
En ocasiones, el indicador según el cual se requiere necesa-
riamente algún grado de subordinación por parte del/la trabajador
como parte informadora de la prestación eficiente del servicio no
es más que una forma de eludir la existencia de una relación de
trabajo por desarrollo de una actividad misional permanente que
subyace a una verdadera subordinación.
A continuación, algunos ejemplos que no sólo dan cuenta de
lo anterior, sino que permiten esculpir algunos indicadores para
determinar el carácter de misional permanente de una actividad.
78
El elemento de subordinación ha sido ampliamente emplea-
do para probar la existencia de una relación laboral en virtud del
principio de primacía de la realidad sobre la forma. La facultad
o posibilidad del empleador para ejercer control sobre la acti-
vidad es útil al momento de determinar el carácter de misional
permanente de una actividad, más allá de probar la existencia en
el caso del elemento de la subordinación como constitutivo de la
relación de trabajo.
Esto se debe a que entendiendo que el empleador tiene una
mayor capacidad de control sobre una actividad que hace parte
fundamental de su objeto, en relación a sus capacidades técnicas,
los protocolos fijados y su experticia, el espectro de posibilidades
de control sobre la actividad externalizada que en la realidad es
misional permanente del beneficiario de la misma, es superior.
De otra manera, esto es, para realizar control respecto de activi-
dades no misionales permanentes, requerirá un control externo
especializado o hacer este control a partir de la exigibilidad de
las cláusulas del contrato civil o comercial como tal para alegar
incumplimiento. De esta manera, el espectro sancionatorio se
amplía cuando la actividad desarrollada se corresponde con las
labores misionales permanentes de la entidad. La pregunta por
cuál es el haber de posibilidades con que cuenta el empleador
para ejercer control sobre la actividad realizada, sería pues fun-
damental al momento de calificar una actividad como misional o
permanente.
Para ilustrarlo, la Corte Suprema de Justicia84 en un caso en
el que se pronunció a cerca de la existencia de contrato realidad
por parte del demandante (neurocirujano) y una IPS, entre los
cuales existía formalmente un contrato de prestación de servi-
cios, consideró que las directrices o instrucciones emitidas por
parte de la entidad al considerado contratista, daban cuenta de
su subordinación. Sin embargo, y frente al tema de análisis, es
importante señalar que tales directrices o instrucciones emitidas
79
por parte de esta al neurocirujano versaban sobre “la atención
de los pacientes”85, la “evaluación o valoración pre anestésica
de los pacientes que van a ser sometidos a cirugía”86, “manejo
de especímenes quirúrgicos”87, “uso y manejo de medicamentos
en cuanto a su formulación, administración y suministro”88, esto
es, sobre actividades misionales permanentes que por tales re-
quieren un conocimiento especializado que está en relación con
el objeto de la parte demandada. Esto da cuenta de que a más de
la relevancia de la prueba de subordinación, el profundo carácter
técnico y especializado de las órdenes impartidas por parte de
la entidad y de allí la correspondencia con el desarrollo de su
objeto, da cuenta de que el demandante desempeñaba funciones
misionales permanentes y de que se presentaba en ese caso una
externalización ilegal.
En ese mismo sentido, la Corte Suprema de Justicia89 falló
en el sentido de negar las pretensiones a la demandante en un
caso en el cual esta pretendía la condena en solidaridad90 de una
entidad territorial y una compañía dedicada a la implementación
de programas de software con fundamento en que las actividades
que desarrollaba “correspondían al giro ordinario de la primera y
eran esenciales para su cometido público y social”, consideran-
do que el objeto de las entidades territoriales es el bien común
y el interés general de sus asociados, no podía derivarse que la
instalación y desarrollo de programas de software estén dentro
del giro ordinario de las actividades de una entidad territorial
85. Ibídem.
86. Ibídem.
87. Ibídem.
88. Ibídem.
89. Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral. Sentencia
de marzo 14 de 2003. Radicado N° 19047. M.P. Luis Javier Osorio López.
90. Es importante señalar que la responsabilidad solidaria que cabe al dueño
de la obra sólo se excluye, cuando la actividad ejecutada por el contratista
es totalmente ajena o extraña a las que corresponden al giro ordinario
de los negocios del contratante, pero cuando son afines, semejantes,
equivalentes o que se entiendan comprendidas entre las que desarrolla el
beneficiario de la obra, la solidaridad se impone para garantizar el pago de
las acreencias laborales a las/los trabajadores.
80
en razón de que las TICs procuren una mejor prestación de los
servicios. La Corte concluyó que la instalación y desarrollo de
programas de software no está dentro del giro ordinario de las
actividades del ente demandado pues el ente no está dedicado a
suministro, instalación y puesta en marcha de plataformas tecno-
lógicas, “pues de aceptarlo así, la solidaridad pretendida por el
recurrente, dada su forma de deducirla, podría extenderse indis-
criminadamente”.
Aplicando el presente indicador al caso, se ve cómo un ente
territorial no podría eventualmente ejercer control técnico o es-
pecializado sobre la actividad de instalación y mantenimiento
de software realizado por la compañía a través de la cual prestó
el servicio la parte demandante, sino meramente remitirse a las
cláusulas contractuales o requerir apoyo externo para la realiza-
ción de auditorías.
En razón a la supervisión de que era sujeto el demandante en
un caso analizado por la Corte Suprema91 en el que se estableció
la existencia de contrato realidad entre una universidad y quien
se desempeñaba como director de la misma y quien había sido
contratado en intermediación, se ejercitaban sobre sus funciones
“ciertos controles de los que solamente se realizan a las perso-
nas que ejercen funciones subordinadas, que no se justifican en
tratándose de un trabajador asociado a una cooperativa de tra-
bajo que supuestamente preste un servicio por cuenta de ésta”92.
La Corte lo consideró probado a partir de la confesión surgida de
un interrogatorio cuando se preguntó sobre los mecanismos que
utilizaba la universidad (parte demandada) para controlar el de-
sarrollo de las actividades que realizaba el demandante; frente a
esta pregunta se admitió que tenía “[…] mecanismos de revisoría
y auditoría tanto académica como administrativa, es decir tiene
un control para que la calidad y la buena marcha de la Univer-
sidad corresponda con las exigencias del contexto […], debien-
81
do entregar informes periódicos de la marcha tanto académica
como administrativa […]”93.
Como se observa, en este caso, el control o auditoría sobre
las actividades desarrolladas por la/el trabajador que, de hecho,
requerían conocimientos especializados al tratarse del cargo de
dirección de una institución de educación superior, era ejercitada
por la misma universidad, la cual tenía esta capacidad por estar
dicha labor en estrecha conexidad con sus actividades misionales
permanentes.
En un caso en el que se demandó a una entidad territorial
que realizó con la demandante contrato administrativo de presta-
ción de servicios como docente oficial, asignándosele funciones
de carácter permanente propias de un docente oficial y sin que
se le reconocieran los derechos mínimos laborales legalmente
consagrados para los docentes oficiales, el Consejo de Estado
determinó que existía relación laboral en la medida en que “La
actora prestó sus servicios personalmente, de manera continua
y encontrándose subordinada a las autoridades educativas de la
administración distrital, a las del establecimiento educativo en
el cual fue ubicada […] y a las normas de derecho público que
regulan el ejercicio docente [por lo que] se encontraba bajo una
relación de orientación y mando, esto es, no podía ejercer en for-
ma libre y autónoma su actividad pues se encontraba sujeta a las
órdenes del respectivo superior, a quien debía rendir cuentas de
su oficio.”94
La Corte Suprema de Justicia ha considerado, asimismo, “la
elaboración de reportes semanales, la información a presentar,
la asistencia a reuniones de trabajo o ventas, la asignación de
clientes o prospectos, la autorización de gastos para llevar a cabo
93. Ibídem.
94. Consejo de Estado. Sección Segunda. Sentencia del 15 de junio de 2006.
Radicado 2603.
Consejero ponente: Jesús María Lemos Bustamante.
Ver, asimismo, las sentencias del 7 de abril de 2005, radicado 2152; del
6 de marzo de 2008, radicado 4312; del 30 de marzo de 2006, radicado
4669; del 14 de agosto de 2008, radicado 157-08.
82
la tarea de ventas […]”95 como muestra de existencia de subordi-
nación laboral, control que puede ejercer la compañía en tanto
atinente a su objeto.
Cuando en un caso el ad quem consideró que no se puede
pregonar subordinación laboral por el solo hecho de tener que
cumplir un horario cuando esta situación deviene del objeto mis-
mo del contrato administrativo, consideró la Corte Suprema que
quien presta un servicio personal de cumplir con un horario es
signo indicativo de subordinación, en la medida en que “[…]
sujeta su actividad a las instrucciones que, en lo que tiene que
ver con la oportunidad en la cual debe cumplir su labor, le im-
pone quien recibe tal servicio, y, por lo tanto, constituye claro
desarrollo de la facultad de someterlo a reglamentos, además
de ser una limitación de la autonomía en lo referente a la libre
disposición del tiempo que, de igual modo, es manifestación de
subordinación laboral, en cuanto implica ‘control especial del
patrono’”.96
83
nes y entrevistas a través de profesional en psicología y trabajo
social, se demostraba la injerencia de la misma en la selección
de los supuestos asociados a la cooperativa que prestarían sus
servicios. Como lo señaló el Colegiado, esto “desdice de la au-
tonomía administrativa que debe caracterizar a las actividades
de una cooperativa de esa naturaleza”98. Este fue uno de los
argumentos de la Corte para establecer que el convenio asocia-
tivo no se presentó en la realidad sino se utilizó para ocultar una
verdadera relación laboral, por lo que declaró su existencia entre
la entidad beneficiaria y las/los trabajadores.
Lo que pretende señalarse en este punto es si bien el argu-
mento de la Corte fue la realización de pruebas por parte de la
empresa beneficiaria del servicio como un acto de injerencia en
la autonomía administrativa de la cooperativa, la modalidad de
las pruebas o exámenes y el grado de conocimiento especializado
que busque medir en la/el trabajador puede dar cuenta de que
se trata de una actividad misional permanente, pues las posibi-
lidades del ente productivo para testear conocimientos técnicos
y especializados por sí misma solamente puede derivarse de que
esté en consonancia con el objeto social la actividad que habrá
de ser desarrollada por quien es evaluado en dicho proceso de
selección, esto sin hacer referencia exclusivamente a la interme-
diación pero sí a la externalización de labores en general.
Contrario sensu, cuando se trata de labores inconexas a las
actividades misionales permanentes y requiriere de un profesio-
nal con conocimiento especializado no relacionado con su objeto
no, tendría pues la capacidad de realizar por sí misma este tipo de
98. Ibídem. En el artículo 6 del Decreto 468 de 1990 se establece que “La
cooperativa de trabajo asociado deberá organizar directamente las
actividades de trabajo de sus asociados con autonomía administrativa y
asumiendo los riesgos en su realización, características éstas que deberán
también prevalecer cuando se conviene o contrata la ejecución de un
trabajo total o parcial a favor de otras cooperativas o terceros en general”.
Artículo 3° del Decreto 2025 de 2011 establece que las Cooperativas y
Precooperativas de Trabajo Asociado y el tercero que contrate con estas
será objeto de las sanciones de ley, entre otras circunstancias, cuando “c)
La cooperativa o precooperativa no tenga la propiedad y la autonomía en
el uso de los medios de producción, ni en la ejecución de los procesos o
subprocesos que se contraten”.
84
pruebas por lo menos en lo que se refiere al examen objetivo de
conocimientos y capacidades en relación con el área del conoci-
miento a la que se circunscribe su objeto.
En un caso en el que la Corte Suprema de Justicia analizó
la naturaleza del vínculo contractual entre una universidad y una
cooperativa de trabajo asociado, determinó que había injerencia
de la demandada en la selección de los supuestos asociados a la
cooperativa de trabajo asociado que le prestarían los servicios,
lo que, sin duda, va en contra de la autonomía administrativa
que debe caracterizar a las actividades de una cooperativa de esa
naturaleza, como lo establece el artículo 6 del Decreto 468 de
199099. Señaló la Corte lo siguiente:
85
La Corte Suprema de Justicia ha considerado que las acti-
vidades en conexión directa con el desarrollo de funciones de
carácter misional permanente no corresponden meramente a la
“eficiente prestación del servicio”, como en un caso101 lo señalare
el ad quem, sino que estos “catálogos de obligaciones” equivalen
a una efectiva subordinación.
Al observar los catálogos a los que hace referencia la Corte
en este caso se encuentra que contienen actividades que están
en conexión directa con la realización de funciones misionales
permanentes en tanto conjugan el conocimiento específico y la
experticia en el ámbito del desarrollo del objeto social con si-
tuaciones que determinan operativamente la realización de tales
funciones y se convierten, por tanto, en subordinantes. En la sen-
tencia referenciada, la realización de juntas médicas, organiza-
ción de las especialidades, disposición de turnos y cronograma
para la realización de cirugías se consideró como responsabili-
dades del demandante en su calidad de jefe de neurocirugía que,
más allá de ser funcionales a la prestación del servicio de salud,
configuraban la subordinación y, como se ve, son fundamentales
o determinantes para el desarrollo de la actividad misional per-
manente que en este caso es la prestación del servicio de salud.
101. Ibídem.
102. Ibídem.
103. Ibídem.
86
revisión, evaluación y concepto”104, el exigido “estricto cumpli-
miento en la programación de Salas de Cirugía”105 como parte de
sus labores de coordinación. La Corte encontró que las pruebas
documentales que daban cuenta de lo anterior “no son exclusivas
a una prestación eficiente del servicio en la atención de los pa-
cientes por parte de médicos adscritos independientes, sino que
de ellas y por sobre todo, es indudable que se desprende palma-
riamente para el caso particular del accionante, una dependen-
cia o subordinación jurídica específica por lo menos mientras
ostentó la condición de Jefe o Coordinador del servicio de Neu-
rocirugía de la Clínica […]”106.
Como se ve, y para proponer otro indicador en la determi-
nación del carácter de misional permanente de la actividad des-
empeñada, se resalta que la Corte expresó que no se refería la
prestación eficiente del servicio; las funciones desempeñadas por
el demandante en su papel de jefe o coordinador de neurocirugía
se consideraron materialmente subordinadas, y se observa que
éstas versaban no hacia la mera prestación eficiente del servicio,
sino de actividades misionales permanentes sobre las que el de-
mandante llegó a ejercer control en virtud de su cargo y de sus
conocimientos especializados. La Corte expresó:
104. Ibídem.
105. Ibídem.
106. Ibídem.
107. Ibídem.
108. Colombia. Consejo de Estado. Sección Segunda. Sentencia del 23 de
junio de 2005, Radicado 245-03
87
Departamento de Riesgos Profesionales de una empresa109.
En un caso en el cual el Consejo de Estado determinó la indem-
nización por la permanencia del contrato de prestación de servicios
de la demandante con centro de salud adscrito a una universidad
pública, resaltó que la actora desempeñaba, entre otras, actividades
consistentes en coordinar los programas de salud de la misma, ac-
tividades que de aquellas que corresponde prestar con seguridad y
confianza, motivo por el cual, requería estar prevista en la planta de
la entidad. La Sala consideró que se trataba de una función adminis-
trativa propia de la entidad que no debió contratarse por prestación
de servicios110. En este caso pues, se creó un cargo y, en sustitución
del decreto de nombramiento y el acto de posesión, se creó una for-
malidad con el fin de disfrazar la relación laboral.
Este indicador expresa también el grado de integración a la
empresa en la medida en que el cargo hace parte de su estructura
jerárquica, indicador que a continuación se fundamenta.
3.5 SOLIDARIDAD
Indicadores decantados de la jurisprudencia de declaratoria
de solidaridad entre el ente beneficiario del servicio y la entidad
contratista en consideración a que la/el trabajador realiza activi-
dades misionales permanentes del primero.
La labor desempeñada por la/el trabajador, así como la de-
sarrollada por la entidad contratista, son elementos que la Corte
Suprema de Justicia ha señalado deben tenerse en cuenta al mo-
mento de determinar la solidaridad a tenor de lo establecido en
el artículo 34 del Código Sustantivo del Trabajo, “en la medida
en que es dable considerar que si esa actividad no es ajena a
la del beneficiario o dueño de la obra y se ha adelantado por
razón de un contrato de trabajo celebrado con un contratista
independiente, militan razones jurídicas para que ese beneficia-
rio o dueño de la obra se haga responsable de las obligaciones
88
laborales que surgen respecto de ese trabajador, en cuanto se ha
beneficiado de un trabajo subordinado que, en realidad, no es
ajeno a su actividad económica principal”111.
La importancia de determinar el carácter misional permanente
de la actividad en cabeza del ente contratista respecto de la entidad
que se beneficia de la misma yace, como ha expresado la jurispru-
dencia de la Corte Constitucional, en el hecho de que “ …para los
fines del artículo 34 del Código Sustantivo del Trabajo, no basta
que el ejecutor sea un contratista independiente, sino que entre el
contrato de obra y el de trabajo medie una relación de causalidad,
la cual consiste en que la obra o labor pertenezca a las actividades
normales o corrientes de quien encargó su ejecución, pues si es
ajena a ella, las/los trabajadores del contratista independiente no
tienen contra el beneficiario del trabajo, la acción solidaria que
consagra el nombrado texto legal”112. De esta manera, la misma
Corporación ha señalado que la/el trabajador como directo perjudi-
cado del incumplimiento, “es el llamado en primer lugar a recla-
mar las obligaciones dejadas de pagar por el contratista bien sea
al contratista, al beneficiario o a los dos, y, siempre y cuando logre
probar estos cuatro elementos: i) el contrato de trabajo con el con-
tratista independiente y el de obra con el beneficiario del trabajo
y, ii) la relación de causalidad entre los dos contratos en la forma
ya explicada, esto es, el hecho de que la actividad contratada per-
tenezca a las actividades normales o corriente de quien encargó su
ejecución y, iii) la falta de pago de lo reclamado”113.
En las líneas anteriores se abordó la naturaleza de la activi-
dad misional permanente desde la perspectiva de la labor desem-
peñada por la/el trabajador para el establecimiento de relación
de trabajo directa entre este y el ente beneficiario del servicio en
89
relaciones triangulares, o respecto del contratista por prestación
de servicios. Sigue pues, abordar lo que jurisprudencialmente se
ha entendido por actividad propia del giro ordinario de los ne-
gocios, desde la perspectiva de la relación existente entre el ente
beneficiario del servicio y la empresa contratista. Al respecto, los
casos en los cuales las cortes han analizado si hay lugar a la soli-
daridad entre estas, así como las sentencias respecto de empresas
de servicios temporales, son de gran utilidad para dilucidar qué
se entiende por actividad misional o permanente y propiciar no
solamente se declare la solidaridad, sino la existencia de un gru-
po empresarial con una situación de control no declarada.
Los fallos en los cuales la Corte Constitucional se pronuncia
a cerca de la existencia de solidaridad entre la CTA, EST, o el
contratista independiente y el beneficiario de la obra son escasos
en razón del carácter excepcional de la acción de tutela, por lo
que conmina a intentar tal declaratoria ante la jurisdicción ordi-
naria laboral114 en los casos en los que no se presenta violación
de los derechos fundamentales o su amenaza directa para que sea
114. En sentencia T-225 de 2012, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto, señaló
la Corte lo siguiente:
En cuanto, a la responsabilidad solidaria del artículo 34 del Código
Sustantivo del Trabajo considera la Sala que es un tema que atañe a la
competencia de la justicia ordinaria laboral, toda vez que los presupuestos
dispuesto para la existencia de dicha solidaridad [
] exigen del análisis del
juez laboral a fin de determinar la procedencia de dicha responsabilidad,
por lo que el trabajador podrá acudir al juez laboral para que se condene
solidariamente tanto ARDCO Construcciones Ltda. como a la Central
Hidroeléctrica de Caldas S.A. E.S.P. y hacer efectiva la protección del
mencionado artículo 34 del Código Sustantivo del Trabajo.
En la sentencia T-457 de 2011, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva, señaló la
Corte Constitucional respecto de la solidaridad en los contratos sindicales:
Frente a los contratos colectivos sindicales, el tema de la solidaridad entre
el sindicato, el empresario y los terceros beneficiarios o dueños de la obra
contratada, [
], deben ser resueltas en el escenario natural, es decir, por
el juez natural (principio de subsidiariedad de la tutela). Salvo cuando
exista un grave compromiso de derechos fundamentales y en procura de
brindar una protección transitoria para evitar que se cause un perjuicio
irremediable, es dable que el juez constitucional establezca la figura de
la solidaridad legal en materia laboral, dando estricta aplicación a los
artículos 32 a 35 del Código Sustantivo del Trabajo. De lo contrario, se
repite, la competencia natural radica en la justicia laboral por ser el medio
judicial idóneo para exponer la pretensión de solidaridad patronal.
90
necesaria la determinación de responsabilidad solidaria en sede
de tutela como mecanismo transitorio de protección al trabajador.
En coherencia, los indicadores que a continuación se señalan,
son decantados principalmente de fallos del Consejo de Estado y
de la Corte Suprema de Justicia en aplicación del artículo 34 del
Código Sustantivo del Trabajo citado en precedencia, aunque son
de importancia algunas precisiones que en su jurisprudencia ha
realizado el Tribunal Constitucional.
91
Asimismo, en la sentencia T-471 de 2008, la Corte Constitu-
cional consideró que las labores de cargue y descargue de camio-
nes en un terminal marítimo, no resultaban ajenas al objeto social
de una Sociedad Portuaria y en ese sentido lo vinculó con las
obligaciones labores y garantías constitucionales en materia de
seguridad social, “porque quien se beneficia de la labor asume
el costo de la misma, en todos los casos, sin perjuicio de la po-
sibilidad de repetir contra el primer y principal responsable”117,
aunque se encontraren vinculados a una Cooperativa de Trabajo
Asociado, en este fallo, dicha Corporación conminó asimismo a
la sociedad portuaria a afiliar a estos trabajadores a la seguridad
social. Es importante señalar que la Corte consideró asimismo
el indicador funcional para analizar este caso, remitiéndose a la
Ley 1ª de 1991 en la cual se establece la naturaleza y el objeto
de las sociedades portuarias, esto es, “[…] la inversión en cons-
trucción, mantenimiento y administración de puertos [así como]
prestar servicios de cargue y descargue, de almacenamiento en
puertos, y otros servicios directamente relacionados con la acti-
vidad portuaria”118.
92
de aceite de palma119, frente a un accidente laboral, determinó
la Corporación que el ad quem se equivocó al haber declarado
la existencia de solidaridad en el caso, ya que dentro del ob-
jeto social de la primera no se encuentra la construcción de su
propia maquinaria o los elementos e implementos necesarios
para el cumplimiento de su actividad, siendo ello extraño al
cumplimiento de sus actividades normales a pesar del carácter
esencial de estos tanques para el desarrollo de las mismas.
Expresó la Corte que “[…] si bien con la obra contratada [se]
buscaba cubrir una necesidad propia, ello no implica una ac-
tividad permanente de aquel como para que deviniera en algo
inherente a la empresa del beneficiario, pues tan solo se pro-
longaría hasta que se culminara la construcción del tanque
metálico”120.
En sentencia del 15 de noviembre de 2001, esta Corpora-
ción121 había señalado en igual sentido, al pronunciarse respecto
de la existencia de solidaridad entre una sociedad de televisión y
la entidad contratada para la construcción de torres para la trans-
misión de señales de televisión, que si bien la construcción de
las torres podía servir de apoyo al negocio de la sociedad de te-
levisión, no constituía su esencia, porque era apenas un soporte
no inherente a su cabal desarrollo. Es importante precisar que
en este caso, la Corte se remitió únicamente a la comparación
entre los objetos sociales desarrollados por una y otra. Expresó
la Corporación:
No desconoce la Corte que entre la construcción de las torres
adelantada por la demandada METALEC y la emisión de señales
de televisión, la prestación de servicios de transmisión de señales
de televisión, la utilización de redes y servicio de satélite, para
la emisión, transmisión o recepción de esas señales-- que son
actividades que según el certificado de la Cámara de Comercio
93
atrás aludido TELEANTIOQUIA puede adelantar en desarrollo
de su objeto social -- puede existir alguna relación indirecta, pero
ellas no constituyen su objeto social principal, como quiera que
se trata de situaciones excepcionales que no aparecen en los do-
cumentos que según la impugnante fueron erróneamente aprecia-
dos dentro de las que corrientemente debe ejercer para cumplir su
designio empresarial.
Más tarde, en sentencia de 22 de septiembre de 2004, apa-
rece claramente el giro jurisprudencial anunciado preceden-
temente. La Corte Suprema de Justicia122 precisó la existencia
de solidaridad en caso similar, esta vez entre una compañía de
exploración petrolera y una contratista cuyas actividades consis-
tieron en suministrar una grúa telescópica para perforar y hallar
hidrocarburos o gas -la cual era conducida por quien demandó
por concepto de las acreencias laborales que le fueron liquidadas
de manera incompleta- y en el acondicionamiento de un pozo.
Señaló la Corte lo siguiente respecto del fallo del ad quem
que consideró que las labores de acondicionamiento del pozo
para proceder a la perforación y extracción de petróleo son mi-
sionales o permanentes:
94
demandantes en la construcción de una banda transportadora de
propiedad de una cementera beneficiaria de la misma, estructu-
raban la solidaridad. El ad quem había señalado que dicha banda
tiene relación directa con el funcionamiento de la planta, tratán-
dose por tanto de una obra conexa o inherente al giro ordinario de
las actividades desarrolladas por la beneficiaria, en razón a que
el servicio se prestaba en sus instalaciones, “beneficiándose con
la misma, toda vez que dicha banda tiene relación directa con el
funcionamiento de la empresa”124.
Esta Corporación expresó lo siguiente:
95
sostuvo que las actividades de mantenimiento general de la plan-
ta de una empresa o de la maquinaria o elementos propios de su
96
actividad de producción cuando tengan vocación de permanencia
no son extrañas al giro ordinario de sus negocios. En este caso,
dicha Corporación estudió la existencia de solidaridad entre una
empresa con el objeto social de desarrollo de la industria side-
rúrgica y minera y una sociedad limitada a la cual se encontraba
vinculado el demandante por contrato de prestación de servicios.
El demandante fue enviado a realizar a la siderúrgica, manteni-
miento como técnico electricista a un puente de grúa.
Ambas entidades fueron halladas solidariamente responsa-
bles con fundamento en la vocación de continuidada de las la-
bores de mantenimiento de la maquinaria y en razón al carácter
especializado del mismo. Expresó la Corte Suprema en este caso
y en relación a la discusión de si la actividad desarrollada en
virtud del vínculo contractual estaba o no deslindada del objeto
social de la beneficiaria del servicio:
128. Ibídem.
129. Ibídem.
97
“[…] son extrañas al giro ordinario de los negocios, las actividades
de mantenimiento de la infraestructura física del establecimiento
productivo, - de ella hace la requerida para servicios públicos-, o
a empresas del sector servicios en las que su equipamiento son de
apoyo a la labor, y no como aquí, maquinarias imprescindibles y
específicas para la obtención del producto industrial.”130 (Énfasis
fuera del texto original)
130. Ibídem.
131. Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
Sentencia de agosto 30 de 2005. Radicado No. 25505. M.P. Eduardo
López Villegas y Luis Javier Osorio López. Salvamento de voto de los
magistrados Francisco Javier Ricaurte Gómez y Carlos Isaac Nader.
Salvamento parcial y aclaración de voto por parte del magistrado Gustavo
José Gnecco Mendoza.
132. Ibídem.
98
con la distribución y mercadeo, lo que es fundamental en este
punto es analizar cómo se configura el proceso industrial del ente
económico para determinar si la actividad desarrollada se com-
prende dentro del mismo.
99
de solidaridad, importa las características de la actividad en sí
misma, de modo que a partir de considerar las funciones de-
sarrolladas por la contratista, logre establecerse si hacen par-
te del giro ordinario de las actividades de la beneficiaria del
servicio. La Corte examinó las que en realidad esa contratista
independiente cumplió en el desarrollo del contrato celebrado
entre la entidad contratista y beneficiaria y no las que surgían
de sus objetos sociales, “pues en los términos del artículo
34 del Código Sustantivo del Trabajo lo que debe observarse
para efectos de establecer la solidaridad que allí se consagra
no es exclusivamente el objeto social del contratista sino, en
concreto, que la obra que haya ejecutado o el servicio presta-
do al beneficiario o dueño de la obra no constituyan labores
extrañas a las actividades normales de la empresa o negocio
de éste”134.
Así, en fallo citado en precedencia señaló lo siguiente:
100
[S]ería un contrasentido calificar esa actividad como extraña a las
actividades normales de la empresa, simplemente, porque se omi-
tió incluirla en la relación descriptiva del objeto social; o porque
no se le da aplicación a la cláusula de reserva que suele aparecer
en los estatutos sociales, aquella del tenor que aparece en el Cer-
tificado de la Cámara de Comercio de la entidad recurrente en ca-
sación: “En general celebrar y ejecutar todo acto o contrato que se
relacione con o complemente el objeto social principal”; o porque
el empleador violó los límites de su objeto social, y se adentró en
actividades ajenas a las formalmente declaradas en la Cámara de
Comercio […]137.
137. Ibídem.
138. Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del 2 de
junio de 2009. Radicado 33082. M.P. Gustavo José Gnecco Mendoza.
101
“no debe entenderse en términos estrictos, pues no se exige exac-
titud o integralidad de los objetos sociales entre las mismas pues
dicha exigencia desdibujaría la figura de la solidaridad ya que en
la práctica encontrar tal precisión e igualdad sería complejo”139.
Señaló asimismo que es necesario tener en cuenta que en la actua-
lidad la legislación comercial autoriza la constitución de socieda-
des mercantiles sin objeto social específico como las conocidas
Sociedades Anónimas Simplificadas que nacieron a partir de la
ley 1258 de 2008, por lo que la exigencia del referenciado artícu-
lo 34 del Código Sustantivo del Trabajo de no realizar “labores
extrañas a las actividades normales de su empresa o negocio” no
debe interpretarse en sentido estricto, pues “De lo contrario, se
dificultaría en la práctica la aplicación de dicha solidaridad; debe
hablarse más bien, de una afinidad entre los objetos sociales y
sobre todo de la posibilidad de que la/el trabajador puede des-
empeñar su labor profesional o expertis técnico en la empresa
condenada a ser solidaria”140.
102
servicio y duración de la misión. Es importante señalar que son
las empresas de servicios temporales quienes detentan el carácter
de empleadores de las/los trabajadores en misión141.
La relación laboral entre la/el trabajador y la empresa de
servicios temporales, de acuerdo con las disposiciones legales
descritas en este punto, subsisten mientras el Usuario necesite de
los servicios del/la trabajador o mientras finaliza la obra para la
cual fue contratado. No obstante, la ley determinó que ese tipo
de relación laboral no puede exceder un año, en razón a evitar
que los contratos con las empresas de servicios temporales se
conviertan en la práctica en contratos permanentes que lleven
consigo el desconocimiento de derechos prestacionales de las/los
trabajadores. La jurisprudencia ha remarcado que si la necesidad
del usuario amerita la contratación permanente del servicio de
las/los trabajadores en misión, debe acudir a otra forma de con-
tratación distinta a la que se cumple a través de las empresas de
servicios temporales. 142
En los casos en los cuales el usuario incurre en violación de
derechos fundamentales a una persona natural que se desempe-
ñe como “trabajador en misión”, verbigracia, cuando incurra en
conductas atentatorias de la dignidad humana o de otros derechos
del/la trabajador, la Corte Constitucional ha sido reiterativa en
establecer que “en tales eventos sería clara la ajenidad de la
empresa de servicios temporales al hecho constitutivo de la vio-
lación”143, esto para hacer notar que la prescindencia el usuario
de las/los trabajadores en misión debe corresponderse con indi-
cadores objetivos y no constituirse en acciones discriminatorias
o generadoras de situaciones de indefensión para los mismos; en
caso contrario, su responsabilidad será directa.
En el caso de las Empresas de Servicios Temporales, la inter-
mediación ilegal se deriva de la contratación para casos distintos
para los que se permite la vinculación de trabajadores en misión
103
establecidos por los artículos 77 de la Ley 50 de 1990144 y 13 del
Decreto 24 de 1998145, o cuando se presenta el desconocimiento
del plazo máximo permitido en estas disposiciones, esto es, seis
meses prorrogables hasta por seis meses más.
Será en estos casos en los cuales la Empresa de Servicios
Temporales se considerará un empleador aparente y un verdade-
ro intermediario, a tenor del artículo 35 del Código Sustantivo
de Trabajo, lo que deriva en que el usuario del servicio o bene-
ficiario del mismo sea, asimismo, ficticio y deba tenerse como
verdadero empleador146. Algunos indicadores pueden ser decan-
tados vía jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, para
descubrir relaciones laborales directas que han sido encubiertas
a partir de la utilización fraudulenta de la figura de las empresas
de servicios temporales.
Es importante señalar que los indicadores que permiten dar
cuenta de la existencia de subordinación entre el usuario y la/
144. El tenor literal de este artículo es el siguiente: “Los usuarios de las empresas
de servicios temporales sólo podrán contratar con éstas en los siguientes
casos: (1). Cuando se trate de las labores ocasionales, accidentales
o transitorias a que se refiere el artículo 6o del Código Sustantivo del
Trabajo. (2). Cuando se requiere reemplazar personal en vacaciones,
en uso de licencia, en incapacidad por enfermedad o maternidad. (3).
Para atender incrementos en la producción, el transporte, las ventas de
productos o mercancías, los períodos estacionales de cosechas y en la
prestación de servicios, por un término de seis (6) meses prorrogable hasta
por seis (6) meses más”
145. En adición a lo que establece el artículo 77 de la ley 50 de 1990, esta
norma consagra la siguiente prohibición: “[
] Parágrafo. Si cumplido
el plazo de seis (6) meses, más la prórroga a que se refiere el presente
artículo la necesidad del servicio en la empresa usuaria subsiste, para
atender a esta necesidad la expresa no podrá contratar con empresas
de servicios temporales. El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
inspeccionará y sancionará el incumplimiento de esta disposición en los
términos señalados en el presente decreto”.
146. La Ley 50 de 1990 que regula las empresas de servicios temporales, en su
artículo 73 señala que se denomina usuario, toda persona natural o jurídica
que contrate los servicios de las empresas de servicios temporales y, en
el artículo 74 indica que las/los trabajadores vinculados a las empresas
de servicios temporales son de dos categorías: trabajadores de planta y
trabajadores en misión, y que éstos, son los que la empresa de servicios
temporales envía a las dependencias de sus usuarios a cumplir la tarea o
servicio contratado por éstos.
104
el trabajador vinculado a la empresa de servicios temporales no
tiene relevancia en este caso, pues como se ha reconocido por
las altas cortes, dado que este tipo de trabajadores realiza labores
en las empresas beneficiarias y actúa bajo su dirección y con-
trol, la jurisprudencia laboral ha reconocido que el usuario del
servicio tiene claramente “una potestad de subordinación frente
a las/los trabajadores en misión, de manera que, está facultado
para exigirles el cumplimiento de órdenes, en cuanto al modo,
tiempo o cantidad de trabajo. Pero ésta facultad la ejercita no
por derecho propio sino en virtud de delegación o representación
de la EST, pues el personal enviado, depende exclusivamente de
ella”147.
Respecto de las particularidades de la existencia o no de
subordinación en el caso de las Cooperativas de Trabajo Aso-
ciado y la Empresas de Servicios Temporales, expresó la Corte
Suprema de Justicia:
105
3.6.1 Indicador de continuidad
Si una función se desarrolló por una EST superando el límite
del tiempo por el cual el usuario puede hacer uso de esta figura
legal en los casos expresamente señalados por la ley, se tratará de
actividades misionales permanentes en tanto el ente económico
tiene una necesidad constante de tales servicios.
Este indicador, emergente de sentencias en las cuales se ha
declarado la existencia de una relación de trabajo directa aun-
que formalmente se haya utilizado la figura legal del contrato de
prestación de servicios, ha sido también empleado en pronun-
ciamientos en los cuales se declara solidaridad entre el ente be-
neficiario del servicio y la empresa de servicios temporales que
realiza intermediación ilegal. En el caso de las empresas de ser-
vicios temporales, este indicador para determinar la solidaridad
se deriva del límite del tiempo por el cual el usuario puede hacer
uso de esta figura legal en los casos expresamente señalados por
la ley, como se citó en precedencia.
La Corte Suprema de Justicia ha sido reiterativa en soste-
ner que la superación del término de la contratación de trabaja-
dores en misión (seis meses prorrogables hasta por seis meses
más), genera una situación jurídica contractual diferente a la
ficticiamente contratada, conforme a la cual la empresa usuaria
pasa a ser el empleador directo de la trabajadora y la empresa
de servicios temporales a ser deudora solidaria de las acreen-
cias laborales149.
En sentencia del 15 de agosto de 2006150, en la cual la Cor-
te Suprema de Justicia se pronunció a cerca de la existencia de
solidaridad por parte de una sociedad de economía mixta del or-
den nacional y una empresa de servicios temporales en tanto se
excedió el término del demandante como trabajador en misión
en tanto fue contratado por el término de 46 meses a partir de
149. Ver, por ejemplo, las sentencias del 24 de abril de1997, radicado 9435,
M.P. Francisco Escobar Henríquez; del 21 de febrero de 2006, radicado
25717, M.P. Carlos Isaac Nader; del 15 de agosto de 2006, radicado
26605, M.P. Gustavo José Gnecco Mendoza.
150. Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del 15 de
agosto de 2006. Radicado 26605. M.P. Gustavo José Gnecco Mendoza.
106
varios contratos de trabajo suscritos ininterrumpidamente con la
segunda, para que se desempeñase como jefe de almacén, lo cual
dio lugar a que no fuera una contratación temporal para devenir
en una con vocación de permanencia; en ese sentido asintió la
Sala frente a lo dispuesto el Ad quem cuando afirmó que “esa en-
tidad oficial [debería] soportar la carga no solo de las sanciones
administrativas, sino las consecuencias de la contratación ilegal
o simulada, de allí que al exceder los límites establecidos en la
citada norma, se colige que la/el trabajador tuvo al IFI como a
su verdadero empleador, el que deberá cancelarle las prestacio-
nes sociales legales, que son las propias de las/los trabajadores
oficiales por la naturaleza jurídica de esta entidad”151.
En sentencia del 26 de octubre de 1994, la Corte suprema
de Justicia hizo algunas precisiones respecto de la continuidad
de contratos con las empresas de servicios temporales cuando
analizó la legalidad del artículo 2 del Decreto 1707152 de 1991.
La Corte expresa que el límite temporal debe entenderse como
circunscrito a una necesidad específica:
151. Ibídem.
152. Este artículo establece lo siguiente: “Si cumplido el plazo de seis (6)
meses más la prórroga a que se refiere el ordinal 3o del artículo 77 de la
Ley 50 de 1990, la necesidad del servicio en la empresa usuaria subsiste,
no se podrá prorrogar el contrato ni celebrar uno nuevo con la misma
o con diferente empresa de servicios temporales para la prestación del
servicio respectivo [
]”. Aunque este artículo fue derogado por el Decreto
24 de 1998, en este último subsiste esta prohibición, así como en la Ley
50 de 1990 a la que ya se hizo referencia.
107
sino que para una misma necesidad ese es el máximo permitido
por las normas. Es claro que si las necesidades de servicio son
permanentes, deberán vincularse trabajadores bajo esta moda-
lidad.”153 (Énfasis fuera del texto original)
108
Y si aparece diáfano […] que la empresa de servicios tempo-
rales fue totalmente ajena a esa actuación apartada del objeto
del contrato en misión, ella no se puede reputar subordinante
en estos eventos, y por tanto no será ésta quien deba satisfa-
cer las indemnizaciones pertinentes sino el empresario usuario
culpable de la acción o la omisión generadora del infortunio
laboral.154
109
estrategia del fraccionamiento del capital. Se halla consagrada en
el artículo 32 de la Ley 50 de 1990 que subrogó el artículo 194
del Código Sustantivo del trabajo, el cual establece que para que
exista unidad de empresa en las personas jurídicas, se requiere
la existencia de una sociedad principal y filiales o subsidiarias
suyas, un predominio económico de la principal sobre las otras,
y que sus actividades sean similares, conexas o complementarias.
En el presente acápite se hará pues referencia a algunos elemen-
tos de los que se ha servido la Corte Suprema para establecer que
las actividades desarrolladas por las que en la realidad vendrían
a ser matriz y subsidiaria, son similares, conexas o complemen-
tarias.
En el caso de estas dos figuras jurídicas anotadas, la “uni-
dad de propósito y dirección” y el carácter “similar, conexo o
complementario” de las actividades que desarrollan determinado
grupo de entidades es de gran utilidad para aportar al concepto
de lo “misional permanente” cuyo contexto es la externalización
laboral ilegal.
Es importante traer a colación la prohibición respecto de los
las empresas de servicios temporales sobre prestar sus servicios
a usuarias con las que tengan vinculación económica o predo-
minio económico157. Esto ha sido reiterado por la Corte Suprema
de Justicia, la cual en fallo del 24 de abril de 1997, expresó que
“se denominan usuarios las personas naturales o jurídicas que
contraten con las empresas de servicios temporales, y no podrán
110
serlo quienes tengan con estas nexos económicos que impliquen
subordinación o control.”158
Como señaló la Corte Suprema en sentencia del 16 de di-
ciembre de 2009 a propósito de la exigencia del el artículo 194
del Código Sustantivo del Trabajo, modificado por el 32 de la
Ley 50 de 1990, de que las empresas objeto de declaratoria de
unidad de empresa deban realizar actividades “similares, conexas
o complementarias”, “estos adjetivos están separados por una
“o”, claramente disyuntiva, lo que significa que no es menes-
ter que las sociedades tengan una actividad económica similar,
conexa y complementaria, sino que es suficiente que se presente
cualquiera de esas condiciones”159.
Para determinar si para el caso que en el pronunciamiento ci-
tado analizó existía similitud en las actividades económicas desa-
rrolladas por ambas compañías, entendida esta como “semejanza
o parecido”, comparó sus objetos sociales y halló que entre los
mismos no había similitud, “muy a pesar, eso sí, de que ambas
estén constituidas como instituciones financieras y, asimismo,
pertenezcan al sistema financiero”160. En relación con las otras
dos características, la conexidad y la complementariedad, señaló
esta Corporación que “de cara a determinar si las actividades
de las demandadas son conexas o complementarias deben estar
ellas enlazadas o relacionadas entre sí o las de la una deben
completar o perfeccionar las de la otra”.
En la mayoría de las sentencias revisadas, no se centra el
análisis de la Corte Suprema en establecer su para el caso efecti-
vamente procede la declaratoria de unidad de empresa, sino que
la discusión se da alrededor de los efectos en materia de solidari-
dad para el pago de las prestaciones de las/los trabajadores o para
el que el tiempo trabajado para las dos entidades cuya unidad de
empresa se alega se considere servido a una sola y se compute en
su integridad para liquidar la indemnizaciones a las/los trabaja-
111
dores. Si bien se considera que serían de mayor utilidad en este
punto las resoluciones del Ministerio del Trabajo que declaren
unidad de empresa o de la Superintendencia de Sociedades, de
Valores o Bancaria que declaren la existencia de grupo empre-
sarial, se encuentran algunos indicadores en la Jurisprudencia de
la Corte Suprema de Justicia que es factible aplicar a la hora de
determinar si la actividad desarrollada por los entes económicos,
a más de los demás requisitos exigidos por cada figura específica,
son similares, conexos o complementarios.
161. Ver, por ejemplo, las sentencias del 16 de diciembre de 2009, radicado
32212. M.P. Gustavo José Gnecco Mendoza; del 30 de octubre de 2012,
radicado 36216, M.P. Luis Gabriel Miranda Buelvas; del 24 de enero del
2002, radicado 16415, M.P. Isaura Vargas Díaz; del 23 de septiembre de
2004, radicado 21552, M.P. Luis Javier Osorio López; del 6 de febrero de
2013, radicado 40498, M.P. Luis Gabriel Miranda Buelvas, entre otras.
112
del Código Sustantivo del Trabajo, modificado por el artículo
32 de la Ley 50 de 1990, para la unidad de empresa, no estaba
satisfecho”162.
113
mentarias, pues sin el recaudo de los recursos, desde luego, no
podía darse su administración; es decir, el recaudo de los dine-
ros se veía complementado con su administración”164. Llegó a la
misma conclusión respecto de la utilización de la red bancaria del
banco por parte de la compañía fiduciaria; expresó que
[…] en la medida en que todos los servicios que ofrecía esa red,
que involucraba oficinas, empleados y sistemas de información,
(servicios que no eran prestados por la fiduciaria), servían para que
esta entidad adelantara el cumplimiento de su actividad económica
principal, esto es, le servían de soporte para cumplir sus funciones,
lo que, sin duda, indica que eran actividades no sólo conexas con
su actividad económica principal, cuanto que complementarias.165
164. Ibídem.
165. Ibídem.
114
ñalado en su objeto social, es decir desarrollar labores análogas o
complementarias.166
115
4. ALGUNOS INDICADORES SEÑALADOS POR
LA OIT: EL GRADO DE INTEGRACIÓN EN LA
ORGANIZACIÓN Y SU APLICACIÓN TÁCITA EN
COLOMBIA.
116
partes hayan definido determinada relación contractual. Quién
supervisa las condiciones de trabajo, la integración a la estructu-
ra administrativa y organizacional de la entidad, el suministro de
herramientas, materiales y maquinaria y la proporción de tiempo
y de ingresos de carácter periódico. Figurar en la nómina, cobrar
cuentas hechas por la misma persona que realiza la actividad,
atender por sí mismo en el lugar en el que tal es desarrollada y
no recibir órdenes de superiores, son otros indicadores que cabe
incluir en la categoría de grado de integración a la organización
que han sido aplicados por la Corte Suprema171. Pasan a reseñar-
se los más sobresalientes.
117
En ocasiones la facultad de supervisión se hace dependiente
del tipo de servicio que se prestará, por lo que la conjugación
del tipo de servicio y el hecho de que sea supervisado porque la
entidad beneficiaria del mismo lo considere relevante para el de-
sarrollo de su objeto, será un indicio relevante de que nos encon-
tramos frente a una actividad de carácter misional permanente.
En la sentencia citada en precedencia la Corte realizó esta infe-
rencia de la cláusula del contrato entre la cooperativa de trabajo
asociado y la entidad beneficiaria del servicio que establecía para
la última “la facultad de supervisar directamente el trabajo del
personal a su disposición, en razón del tipo de servicio que éste
prestará”174.
174. Ibídem.
175. Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
Sentencia del 25 de mayo de 2010. Radicado 35790.M.P. Gustavo José
Gnecco Mendoza.
176. Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del 22 de
abril de 2005. Radicado 23669. M.P. Gustavo José Gnecco Mendoza.
118
través de la actividad de coordinación de los médicos de urgen-
cias, es decir si desempeñaba “una labor propia del engranaje
administrativo de la empresa”, para determinar la existencia
de un contrato realidad en presencia de subordinación por parte
del/la trabajador.
119
servicio179, como las formas utilizadas para describir la atención
a los pacientes en el ámbito médico y los formatos para las cuen-
tas de cobro administrativo. En el primer caso, la misma Corte
asevera que “[…] en general no asumen el carácter de órdenes
y también en general corresponden a exigencias del sistema de
seguridad social, según exigencias que emanan del Ministerio
del ramo y que deben cumplir todos los médicos, subordinados o
no”180, pero justamente esta exigencia da cuenta de que la activi-
dad es misional permanente, pues en el particular consistente en
demanda a una IPS por parte de un médico de urgencias con el fin
de obtener, entre otras pretensiones, la declaratoria de existencia
de un contrato realidad, el ente beneficiario del servicio está en
plenas posibilidades de dar aplicación a disposiciones de carácter
técnico, ya que se refieren al ramo en el que opera, es decir, se
trata de órdenes o directrices emitidas por los órganos llamados a
regular el objeto mismo de la entidad.
Con todo, es importante señalar que éste indicador debería
ser conjugado con otros adicionales para probar el vínculo en la
realidad, pues no constituye por sí solo un indicio suficiente. En
ese sentido, señaló la Corte Suprema lo siguiente:
120
4.4 Indicador de exclusividad material
Si la actividad desarrollada representa una proporción im-
portante o la totalidad de tiempo e ingresos del/la trabajador, po-
dría esta ser misional permanente en tanto requiere de manera
continuada la disponibilidad exclusiva de la fuerza de trabajo.
La proporción de tiempo que ocupa al trabajador en su dis-
ponibilidad total, así como la proporción en sus ingresos tota-
les de la remuneración obtenida por la actividad que desarrolla,
pueden ser indicadores aplicables para determinar si la externa-
lización se produce frente a una actividad misional permanente.
Cuando la proporción de tiempo tiende a la exclusividad del/la
trabajador, se infiere que se trata de una actividad que requiere
ser constantemente desempeñada y que es de importancia para la
empresa o entidad pues es excluyente de otras que pudiere reali-
zar en simultaneidad, exclusividad que se verá asimismo expre-
sada como proporción importante o incluso como monto único
en la totalidad de ingresos del/la trabajador por lo menos por el
ejercicio de actividades productivas.
El fenómeno del trabajo económicamente dependiente, ha
sido descrito por la OIT como aquel que se sitúa a medio cami-
no entre el trabajo independiente y el dependiente, pues “las/
los trabajadores son formalmente independientes pero su ingre-
so depende de unos pocos ‘clientes’ o de uno solo”182, si bien
este órgano reconoce la de la heterogeneidad de situaciones que
comprende, así como la ausencia de una definición y la falta de
datos estadísticos.
La Corte Suprema estimó en un caso que el ad quem se equi-
vocó cuando no halló relevancia en el hecho de que “el actor
tenía un horario de oficina de 8 a 12 del día y de 4 de la tarde a
8 de la noche, de lunes a viernes, y los sábados de 8 a 12 del día
[…]”183, lo que en conjugación con las funciones del actor en el
121
manejo de la nómina, el presupuesto, la contabilidad y la gestión
administrativa, fueron indicio de existencia de relación laboral y
así lo determinó la Corporación.
El Consejo de Estado ha expresado, aludiendo al desarrollo
de un servicio de manera permanente, que este elemento consiste
en la prestación del servicio de manera continua en una jornada de
trabajo definida, “lo cual significa que no necesariamente se alude
a la prestación del servicio en jornada estricta de labor de 8:00
a.m. a 12:00 a.m. y de 2:00 p.m. a 6:00 p.m., sino también cuando
éste se cumpla en un turno definido previamente, como sucede en
el sub-lite, al apreciarse que la actora se sometía al cumplimiento
de turnos laborales estrictos y en jornadas definidas”184.
Por su parte, la Corte Suprema de Justicia declaró en un caso
en el cual se discutía la existencia de una relación laboral en la
modalidad de trabajador oficial frente a la de un contrato admi-
nistrativo de prestación de servicios en relación con una entidad
pública, que “[…] el cumplimiento de un horario estricto en sitio
determinado y para el desarrollo de precisas órdenes, constitu-
ye signo inequívoco de la subordinación, en la medida que [la/
el trabajador], debió de manera exclusiva poner a disposición
del [empleador] su fuerza de trabajo en tiempo predeterminado,
configurándose así una prestación de servicios como trabajador
oficial. […] no es predicable […] que lo fue mediante un contrato
administrativo de prestación de servicios, porque el convenio de
la actividad permanente, exclusiva, con horario y cumplimiento
de órdenes no es típico de la naturaleza de éstos contratos.”185
En un caso en el que el Consejo de Estado determinó la no
existencia de contrato laboral entre el demandante y una entidad
pública, señaló que “las labores de celaduría y de aseo eran des-
empeñadas por aquél de manera esporádica toda vez que su des-
empeño laboral en la oficina de Rentas Departamentales, le im-
pedía deprecar el cumplimiento subordinado, cotidiano, perma-
122
nente y sucesivo de dichas labores, máxime porque de aceptarse
lo anterior, se estaría admitiendo irregularmente la existencia de
dos (2) empleos públicos”186. De este modo, el desempeño labo-
ral del demandante en otro cargo que impedía la coexistencia de
dos labores de naturaleza pública de carácter permanente fue el
indicador que usó el Colegiado.
Conceptualmente la subordinación y la dependencia econó-
mica son distintas, pero participan de dos concepciones diferen-
tes del desequilibrio contractual propio del contrato de trabajo.
La subordinación en su acepción primaria u original supone una
relación jerárquica o de autoridad entre del empleador y la/el tra-
bajador, que le permite al primero dar órdenes y que al segundo
le obliga a obedecerlas. La dependencia económica focaliza la
situación en que por su debilidad en el mercado de trabajo una
persona está forzada a hacer depender sus medios de existencia
de otra, para la cual trabaja y la cual se beneficia de su trabajo. En
la esencia de la subordinación está una asimetría en una relación
de poder, y en el origen de la dependencia económica una des-
igualdad de situaciones, que son dos desequilibrios que pueden
aprehenderse en la relación contractual laboral. (A. Supiot, 2007,
J.L. Gillet, 2011).
En la actualidad, la dependencia económica no suele utili-
zarse en el mundo como criterio esencial, suficiente por sí solo y
excluyendo el de subordinación, para establecer el contrato reali-
dad laboral. De hecho, lo que pasa es que en la aplicación del mé-
todo de los “haces de índices”, los jueces echan mano de índices
o indicadores de este criterio y de índices de otros criterios (en
primer lugar del de subordinación, pero también del de pertenen-
cia a un servicio integrado, o de este otro de pertenencia a una
empresa ajena), para formarse una convicción sobre la existencia
de dicho contrato realidad.
La lista de indicadores que las jurisprudencias han utilizado
parece ser larga, pero los principales y que se derivan más direc-
tamente de la esencia del concepto son:
123
1. La exclusividad. La/el trabajador ha debido comprometerse a la
exclusividad, o sea, a trabajar sólo para una entidad.
2. La casi-exclusividad o disponibilidad. La/el trabajador ha debi-
do comprometerse a dar la prioridad a los trabajos o encargo
de una entidad. Un contraindicador es el que la/el trabajador
pueda rechazar un trabajo que le propone esta entidad. (Los
dos términos se encuentran en la literatura jurídica).
3. Un ingreso único o relativamente alto. Ingreso procedente de
una entidad que represente el único o la mayor parte de los
medios de existencia del/la trabajador (para unos, más del
50%).
4. La continuidad en el tiempo del recurrir por parte de la entidad
a la actividad del/la trabajador.
Es importante anotar que en la Recomendación n° 191 de la OIT
sobre “Relación de trabajo”, entre los “posibles índices espe-
cíficos” que se enumeran, se leen los siguientes que son de
dependencia económica y coinciden en gran medida con los
acabados de mencionar:
1) El trabajo efectuado única o principalmente para una sola per-
sona.
2) El trabajo de cierta duración y continuidad, o que requiere una
disponibilidad del/la trabajador.
3) La única o principal fuente de ingreso.
124
5. COMPENDIO DE LOS INDICADORES PARA
DETERMINAR SI UNA ACTIVIDAD ES MISIONAL O
PERMANENTE
126
• INDICADOR DE SIMILITUD DE OBJETOS: Si los obje-
tos sociales del ente beneficiario del servicio y de aquel a tra-
vés del cual se externalizó la función presentan una igualdad
total o parcial formal, las realizadas por el segundo se corres-
ponden con actividades misionales o permanentes.
• INDICADOR DE LA REALIDAD EN EL OBJETO: Las ac-
tividades pueden ser misionales o permanentes por identi-
dad de objetos sociales vistos estos en la realidad; por ello de-
ben examinarse las actividades realmente desarrolladas más
allá de las estrictamente establecidas en los objetos sociales.
127
• INDICADOR DEL USO DE RECURSOS: Si una de las en-
tidades hace uso de recursos, redes y sistemas de información
de la otra entidad o su talento humano, las actividades por es-
tas desarrolladas son de carácter “conexo” y “complementario”.
• INDICADOR DE LA CONDICIÓN EN EL OBJETO: Si
el carácter de conexas o complementarias de las actividades
desarrolladas por las entidades materialmente subordinadas
es un requisito estipulado por la compañía matriz para cons-
tituir o participar económicamente en las primeras, entonces
realizan en efecto, actividades conexas o complementarias.
• INDICADOR DE EXCLUSIÓN DE LA PROHIBICIÓN:
Así la ley prohíba la realización de ciertas funciones y se cree
o contrate con otra empresa para desarrollarlas, no se exclu-
ye por esta prohibición el carácter de similares, complemen-
tarias o conexas que puedan tener sus actividades.
130
7. HACIA UN CONCEPTO DE LO MISIONAL Y
PERMANENTE
131
za cada veinticinco años, es misional permanente sin importar
que se requiera una sola vez cada tanto, pues es omnipresente en
cada ciclo de producción. Este análisis permite conceptualizar en
perspectiva cualitativa lo misional permanente como una activi-
dad que hace parte del ciclo de producción.
De otro lado, es fundamental analizar si la actividad tiene,
por su naturaleza, el carácter de estacional. Esta mirada nos lle-
va a analizar lo misional permanente desde lo cuantitativo. Los
volúmenes de producción de una actividad estacional por su na-
turaleza son previsibles y sólo las fluctuaciones generadas por las
dinámicas del mercado son excepcionales. Desde esta perspecti-
va, no puede decirse que las actividades constantes en el tiempo
en términos cuantitativos son las únicas misionales permanentes,
cuando las variaciones productivas se deban al ciclo productivo
y a la estacionalidad de la actividad.
Hechas estas precisiones, se presentan perspectivas del ca-
rácter misional permanente de una actividad desde su ámbito de
aplicación:
En manera privativa para el sector público es misional per-
manente una actividad señalada como propia de la entidad
en la ley o en la Constitución Política. En términos genera-
les, puede decirse que son actividades misionales permanentes
aquellas que se establecen como tales en los reglamentos, las
convenciones colectivas, o en sentencias o resoluciones de au-
toridad competente. De manera general, es misional perma-
nente aquella actividad que es desarrollada en sus mismas
características por empleados de planta y empleados exter-
nalizados y que se ejecuta y/o requiere de manera continua o
habitual o tiene tal vocación de manera que no se constituya
como excepcional.
En relación con la solidaridad y las situaciones jurídicas en
las cuales la subordinación es relevante, es misional permanente
aquella actividad que en razón de su objeto específico la entidad
está en posibilidad y capacidad técnica de controlar en su desa-
rrollo, o de injerir en la selección del personal que se requiere
para tales efectos, las que presentan conexidad con las abierta-
mente misionales permanentes y en tal medida tienen vocación
132
de continuidad, y aquellas funciones consistentes en dar órdenes
o emitir directrices sobre el desarrollo de actividades misionales
permanentes.
También en este ámbito, es misional y permanente aquella
actividad que pudo desarrollar por sí mismo el ente económi-
co y de la cual se beneficia, la que corresponde a una etapa del
proceso industrial, la que se refiere a la preparación, construc-
ción o el mantenimiento de maquinaria esencial. Son misionales
permanentes aquellas actividades comunes a los objetos sociales
formales y a los realmente desarrollados por las empresas.
En relación a la figura de las Empresas de Servicios Tempo-
rales, son misionales permanentes aquellas actividades que, tras
ser desarrolladas superando el límite de tiempo legal permitido
para hacer uso de la figura legal de Empresas de Servicios Tem-
porales, se requieren de manera continua o habitual; asimismo
pueden serlo aquellas que se desarrollan de manera paralela a los
contratos civiles o comerciales y son diferentes a las estipuladas
en la ley para las/los trabajadores en misión.
En lo tocante al rediseño empresarial, y relacionando los
conceptos de misional permanente con los de actividades “simi-
lares, conexas o complementarias” y la “existencia de unidad de
propósito y dirección” como uno de los requisitos para la de-
claratoria de unidad de empresa o grupo empresarial respecti-
vamente, se tendrían como misionales permanentes aquellas
actividades que se puedan considerar similares, conexas o
complementarias en la medida en que hagan parte común
del objeto social de los entes económicos, o sean desarrolladas
haciendo uso unilateral o recíproco de recursos, redes, siste-
mas de información o el talento humano. Asimismo, es misio-
nal permanente aquella actividad del ente respecto del que
existe predominio económico si para el mismo fue condición
que sus actividades fueren similares, conexas o complemen-
tarias a las del ente subordinante. Es misional permanente
aquella actividad similar, conexa o complementaria desarro-
llada por otra entidad, sin importar que exista prohibición de
desarrollarla por parte de la entidad subordinante.
133
8. CUADRO RESUMEN. APLICACIÓN DE LOS
CRITERIOS E INDICADORES A SITUACIONES
ILEGALES DE INTERMEDIACIÓN Y
EXTERNALIZACIÓN. INTEGRACIÓN E
INTERACCIÓN DE LOS CRITERIOS E INDICADORES.
134
Relaciones laborales ilegales
Lo misional Beneficiario Control por Injerencia Contraste Uso ilegal Actividades Uso ilegal de Uso ilegal de Violación de Grupo
permanente Subordinación del servicio/ en la selección Continuidad paralelas. contrato de otros contratos la igualdad empresarial
el objeto de objetos de ESTs
solidaridad de personal prestación de civiles y por unidad (económico
servicios comerciales de empresa o contractual)
Temporalidad Función de Similitud de
habitualidad dirección Beneficiario objetos
del servicio Lo misional Similitud
Funcional permanente de objetos
Propio del Supervisión Realidad en
Preparación
Objeto el objetos
de maquinaria
Igualdad Subordinación Realidad en
esencial el objeto
Suministro de
Igualdad Etapa de
herramientas
proceso Temporalidad/ Beneficiario
del servicio Uso de recursos
Industrial habitualidad
Exclusividad
Funcional
material
Conexidad Control por Condición en
Subordinación
el objeto el objeto
Integración
organizacional
Excepcionalidad Injerencua en la Exclusión de
selección de la prohibición
personal
Continuidad
contractual Contraste de
objetos
Uso de
recursos
Exclusión de
la prohibición
Mapa de relación de las relaciones laborales directas, tercerizadas e intermediadas y los indicadores construidos para funda-
mentar su ilegalidad.
CUADRO RESUMEN. Aplicación de los criterios e indicadores a situaciones ilegales de intermediación y externa-
lización. Integración e interacción de los criterios e indicadores.
136
actividad.
1. 1. LO TEMPORA- dad), y la suscripción sucesiva de de 2002, radicado 3530-2001.
La actividad puede no ser habitual y con-
MISIONAL 1.1.1. LIDAD/ órdenes de trabajo por parte del Sentencia del 25 de enero de
siderarse misional permanente en tanto
PERMANENTE HABITUA- empleador (implican su requeri- 2001, radicado 1654-2000. Corte
hace parte de proceso productivo.
LIDAD miento continuo). Suprema de Justicia. Sala laboral.
El Consejo de Estado lo ha conjugado
Que una actividad no sea habitual, Sentencia del 21 de abril de 2004.
con los criterios de igualdad y el grado
entendida como cotidiana, no le Radicado No. 22426.
de especialización de la actividad.
quita el carácter de misional perma-
nente, ya que aunque aparezca una
sola vez en cada ciclo productivo
por prolongado en el tiempo que
este sea, la jurisprudencia ha expre-
sado que es misional permanente.
* A los efectos de este trabajo, se acoge la distinción realizada por la OIT en materia de factores o indicadors e indicadores, entendiéndose los primeros como los elementos cualitativos que puedan probar
la existencia de una relación de trabajo, y la palabra indicadores hace referencia a las circunstancias que pueden contribuir a verificar la existencia, en cada caso concreto, de los factores o indicadors a los
cuales se adscriben.
Corte Suprema de Justicia. Sala CATEGORÍA: General o de apli-
laboral. Sentencia del 22 de sep- cación universal, y esencial o ne-
tiembre de 2004, radicado 23063. cesario para establecer el carác-
Sentencia del 10 de marzo de ter de misional permanente.
PROPIO
2009, radicado 27623. Este indicador de lo misional permanente
DEL OB- Engloba los indicadores de cons-
Corte Suprema de Justicia. Sala tiene que estar presente ya que permite
JETO O trucción, preparación o mante-
laboral. Sentencia de agosto 30 delimitar el objeto y entender como tal la
1.1.2. ESENCIAL nimiento de maquinaria esencial
de 2005. Radicado No. 25505. actividad en todas sus etapas. Aunque no
PARA SU (1.3.2.), etapa de proceso indus-
M.P. Eduardo López Villegas y sea explícito, otros criterios pueden dar
DESARRO- trial (1.3.3.) y conexidad (1.3.4)
Luis Javier Osorio López. Senten- cuenta de que una actividad externalizada
LLO.
cia del 25 de mayo de 1968. es realmente una etapa del proceso aun-
Corte Suprema de Justicia. Sala que la misma no se tenga explícitamente
laboral. Sentencia de marzo 1 de por tal.
2011. Radicado No. 40932.
1. 1. LO
CATEGORÍA: General o de apli-
MISIONAL Si una actividad externalizada
137
cación universal, aunque no ne-
PERMANENTE es desarrollada en sus mismas
cesario para establecer el carác-
características por empleados di-
Corte Constitucional. Sentencia ter de misional permanente.
rectamente vinculados con el ente
C-614 de 2009. Consejo de Es- La jurisprudencia ha establecido que
público o privado, es una función
tado. Sentencia del 6 de septiem- es necesario que se demuestre la per-
misional permanente.
bre de 2008, radicado 2152-062. manencia de la función y la equidad o
La jurisprudencia ha establecido
Sentencia del 18 de mayo de similitud. De esta manera, deben apli-
que es necesario que se pruebe
1.1.3. IGUALDAD 2006, radicado 1553. Sentencia carse al caso concreto los indicadores:
la correspondencia de funciones,
del 26 de enero de 2006, radi- funcional (1.1.4.), de lo propio del objeto
para lo cual señala que es funda-
cado 0735-05. Sentencia del 29 o esencial para su desarrollo (1.1.2.), y
mental el cotejo de los manuales
de septiembre de 2005, radicado de igualdad.
de funciones de los empleados de
2990-05. Sentencia del 13 de En el caso de la EST es necesario de-
planta con las obligaciones conte-
marzo de 2008,radicado 0087-07 mostrar la continuidad, esto es, que la
nidas en los contratos de carácter
contratación a partir de esta modalidad
civil o comercial.
sobrepase los límites temporales de ley.
Ver criterio de continuidad (1.7.1.)
Si la función o actividad consta
como propia de la entidad públi-
ca en el reglamento, la ley o la
Corte Constitucional. Sentencia
constitución, o en la plataforma CATEGORÍA: General o de apli-
C-614 de 2009. Consejo de Esta-
corporativa o los estatutos de una cación universal, aunque no ne-
FUNCIO- do. Sentencia del 21 de agosto de
1.1.4. entidad privada, esta es misional cesario para establecer la misio-
NAL 2003, radicado 0370-2003. Sen-
permanente. Asimismo, si ha sido nalidad.
tencia del 10 de agosto de 2006,
establecida como tal en la conven-
1. 1. LO radicado 4096-03.
ción colectiva o se haya calificado
MISIONAL
así por sentencia jurídica o resolu-
PERMANENTE
ción de autoridad competente.
138
CIONAL Es posible conjugarlo con el criterio fun-
la misma es misional permanente. de abril de 2005, radicado 23669
cional (1.1.4.)
139
porciona herramientas, materiales
Indicador complementario para
o maquinaria para la realización de Doctrina de la OIT.
SUMINIS- comprobarla.
la actividad, podría ésta ser misio- Corte Suprema de Justicia. Sen-
TRO DE A la luz de la jurisprudencia, no es su-
1.2.3. nal permanente. tencia del 24 de abril de 2012,
HERRA- ficiente para probar la subordinación.
La jurisprudencia ha establecido radicado 39600. Sentencia del 22
MIENTAS Debe darse alguno de los otros indica-
que es indicativo de subordinación de abril de 2005, radicado 23669
dores de subordinación para que esta se
pues implica el cumplimiento de
entienda como probada.
órdenes y la sujeción a un control.
Es expresión del indicador de control por
el objeto (1.4.)
Si la actividad desarrollada repre-
senta una proporción importante
o la totalidad de tiempo e ingre-
Doctrina de la OIT.
sos del/la trabajador, podría esta CATEGORÍA: De carácter espe-
Corte Suprema de Justicia. Sen-
ser misional permanente en tanto cífico o restringido a figuras que
tencia del 25 de mayo de 2010,
requiere de manera continuada la no admiten la subordinación. In-
radicado No. 35790. Sentencia
disponibilidad exclusiva de la fuer- dicador complementario porque
EXCLUSIVI- del 8 de febrero de 2006, radica-
1.2. SUBORDINA- za de trabajo. a la fecha se está retomando por
1.2.4. DAD MATE- do 25729.
CIÓN Proviene del concepto elaborado parte de la OIT.
RIAL Consejo de Estado. Sección Se-
por la OIT de “Trabajador econó- La proporción importante de tiempo
gunda. Sentencia del 18 de mayo
micamente dependiente” que es puede implicar exclusividad e indicar
de 2006, radicado 1553. Senten-
aquel “formalmente depen- habitualidad.
cia del 22 de junio de 2006, radi-
diente pero que en materia
cado 5846.
de ingresos depende de
unos pocos “clientes” o de
140
uno solo.”
141
CIO (SOLIDARI-
RIA ESEN- 22 de septiembre de 2004, radi-
DAD) obras nuevas o de mantenimiento, tendido como factor del indica-
CIAL cado 23063. Sentencia del 10 de
que van a ser parte de la cadena dor 1.1.3.
marzo de 2009, radicado 27623.
productiva, instrumento para la Este indicador es expresión del indicador
manipulación de las materias que de conexidad (1.3.4.).
se transforman o de los productos
acabados, está justamente desem-
peñándose en el giro propio de sus
negocios.”
«[Si] se trata del mantenimiento
de elementos necesarios y distin-
tivo de este tipo de industria, […]
como tal, un servicio con vocación
a ser requerido continuadamente.»
Si la actividad desarrollada se
comprende dentro del proceso in-
dustrial, es misional permanente,
entre ellas, las funciones de distri-
bución y mercadeo. CATEGORÍA: General o de apli-
«“[…]no puede considerarse ja- cación universal. Autónomo para
Corte Suprema de Justicia. Sala
más como actividad desvertebrada establecer la solidaridad, aunque
ETAPA DE laboral. Sentencia de agosto 30
o remota de cualquiera empresa o no necesario. Autónomo y nece-
PROCESO de 2005. Radicado No. 25505.
1.3.3. negocio la de acercar el producto sario para calificar una actividad
INDUS- M.P. Eduardo López Villegas y
elaborado a la clientela que lo como misional permanente.
TRIAL Luis Javier Osorio López. Senten-
demanda, con el propósito de que Este indicador es expresión del criterio
cia del 25 de mayo de 1968.
el consumidor lo adquiera fácil- del beneficiario de la obra o servicio.
mente, actividad que no interesa
1.3. BENEFICIA-
únicamente a los terceros, puesto
RIO DEL SERVI-
que de ella se obtienen general-
142
CIO (SOLIDARI-
mente mayores beneficios para el
DAD)
productor»
143
del 14 de agosto de 2008, radi-
cado 157-08.
144
DE OBJETOS trictamente establecidas en los
Corte Suprema de Justicia. Sen-
objetos sociales.
tencias del 22 de septiembre de
«en los términos del artículo 34
2004, radicado 23063 y del 2 de
REALIDAD del Código Sustantivo del Traba- CATEGORÍA: General o de apli-
junio de 2009, radicado 33082.
1.6.2. EN EL OB- jo lo que debe observarse para cación universal. Autónomo.
M.P. Gustavo José Gnecco Men-
JETO efectos de establecer la solida-
doza. Sentencia del 10 de marzo
ridad que allí se consagra no es
de 2009. Radicado 27623. M.P.
exclusivamente el objeto social
Eduardo López Villegas
del contratista sino, en concreto,
que la obra que haya ejecutado o
el servicio prestado al beneficiario
o dueño de la obra no constituyan
labores extrañas a las actividades
normales de la empresa o negocio
de éste»
Si una función se desarrolló por
una EST superando el límite del
tiempo por el cual el usuario pue-
de hacer uso de esta figura legal en
los casos expresamente señalados
por la ley, se tratará de actividades Corte Suprema de Justicia. Sen-
misionales permanentes en tanto tencias del 24 de abril de1997,
el ente económico tiene una nece- radicado 9435, M.P. Francisco
sidad constante de tales servicios. Escobar Henríquez; del 21 de fe-
Según la jurisprudencia, la supera- brero de 2006, radicado 25717,
ción del término de la contratación M.P. Carlos Isaac Nader; del 15
de trabajadores en misión (seis de agosto de 2006, radicado CATEGORÍA: De carácter espe-
1.7. USO ILEGAL CONTINUI-
1.7.1. meses prorrogables hasta por seis 26605, M.P. Gustavo José Gnec- cífico o restringido a EST.
DE ESTs DAD
meses más), genera una situación co Mendoza; del 15 de agosto de
jurídica contractual diferente a la 2006, radicado 26605. M.P. Gus-
145
ficticiamente contratada, conforme tavo José Gnecco Mendoza; del
a la cual la empresa usuaria pasa a 26 de octubre de 1998. Radicado
ser el empleador directo de la tra- 6038; del 24 de abril de 1997,
bajadora y la empresa de servicios radicado 9435, M.P. Francisco
temporales a ser deudora solidaria Escobar Henríquez.
de las acreencias laborales. De
otro lado, ha establecido que el
límite temporal debe entenderse
como circunscrito a una necesidad
específica.
Que el empleado en misión desa-
rrolle por orden del ente beneficia-
rio del servicio labores no inclui-
das en el contrato, es un indicio de
que puede estar haciendo uso de
esta figura para realizar interme-
diación ilegal y externalizar funcio- CSJ. Sentencia del 12 de marzo
ACTIVIDA- CATEGORÍA: De carácter espe-
1.7. USO ILEGAL nes misionales permanentes. de 1997. Radicado 8978. M.P.
1.7.2. DES PARA- cífico o restringido a EST. Indica-
DE ESTs La CSJ ha determinado la respon- José Roberto Herrera Vergara. Sin
LELAS dor complementario.
sabilidad exclusiva del usuario salvamento de voto.
frente al trabajador en misión,
si acuerda con éste actividades
paralelas ajenas totalmente a las
propias del encargo a que se com-
prometió la empresa de servicios
146
temporales.
AUSENCIA
DE AU-
2.1.4. TONOMÍA Ver indicadores del criterio de subordinación (1.2.)
(SUBORDI-
NACIÓN)
2.1. USO ILEGAL
DEL CONTRATO Si la actividad externalizada no es
DE PRESTACIÓN nueva o de carácter excepcional Corte Constitucional. Sentencia
DE SERVICIOS para la entidad pública o privada, C-614 de 2009.
es misional o permanente. Consejo de Estado. Sección Se-
147
La jurisprudencia entiende una acti- gunda. Sentencia del 21 de febre- CATEGORÍA: General o de apli-
EXEPCIO- vidad como nueva o excepcio- ro de 2002, radicado 3530-2001. cación universal. Indicador de
2.1.5.
NALIDAD nal en el sentido de que requiera un Sentencia del 25 de enero de carácter autónomo.
conocimiento especializado, surjan 2001, radicado 1654-2000. Corte
de la necesidad de realizar una redis- Suprema de Justicia. Sala laboral.
tribución temporal por sobrecarga Sentencia del 21 de abril de 2004.
laboral o no puedan ser desarrolla- Radicado No. 22426.
das por los empleados de planta.
Si la actividad se desarrolló ha-
ciendo uso de la contratación
sucesiva, es misional permanente
Corte Constitucional. Sentencia
en tanto se demuestra su requeri-
C-614 de 2009. Consejo de Esta-
miento continuo.
do. Sección Segunda. Sentencia
2.1. USO ILEGAL La brevedad de los interregnos CATEGORÍA: General o de apli-
CONTINUI- del 21 de agosto de 2003, radica-
DEL CONTRATO entre uno y otro contrato comple- cación universal. Indicador de
2.1.6. DAD CON- do 0370-2003. Corte Suprema de
DE PRESTACIÓN menta esta noción. carácter autónomo.
TRACTUAL Justicia. Sala laboral. Sentencia
DE SERVICIOS En el caso del sector público, cuando
del 7 de febrero de 2012, radicado
se permite la externalización tempo-
38863. Sentencia del 1º de marzo
ral por redistribución de funciones
de 2011, radicado 40932.
debido a la excesiva carga laboral
del personal de planta, la entidad
está obligada a crear el cargo.
148
Ante la utilización ilegal de otras formas contractuales para eludir responsabilidades y cargas prestacionales con las/los trabajadores o afectar sus
2.2. USO ILEGAL
derechos laborales colectivos, es pertinente utilizar algunos de los criterios con sus indicadores y algunos indicadores adicionales analizados como
DE OTROS CON-
aplicación del principio de primacía de la realidad. Son estos los siguientes: Criterio de lo misional permanente (1.1.), subordinación (1.2.), beneficiario
TRATOS CIVILES
del servicio (1.3.), control por el objeto (1.4.), injerencia en la selección de personal (1.5.), contraste de objetos (1.6.), uso de recursos (2.3.3.), exclusión
Y COMERCIALES
de la prohibición (2.3.5.).
2.3. VIOLACIÓN CATEGORÍA: General o de apli-
Si los objetos sociales del ente que
DE LA IGUALDAD cación universal. Autónomo.
ejerce control y de aquel subordi- Corte Suprema de Justicia. Sen-
POR UNIDAD DE SIMILITUD Se ha conjugado con el criterio de la
nado presentan una igualdad total tencia del 16 de diciembre de
EMPRESA: 2.3.1. DE OBJE- realidad en el objeto (1.6.2) cuando no
o parcial formal, las actividades 2009, radicado 32212. M.P. Gus-
Respecto del requi- TOS parece suficiente la comparación de los
desarrolladas son “similares”. tavo José Gnecco Mendoza.
sito legal de que las objetos tal cual se definen en los estatu-
Ver criterio 1.6.1.
actividades deban ser tos de la empresa.
“similares, conexas o
REALIDAD
complementarias”, la
CSJ ha dicho que “es-
2.3.2. EN EL OB- Ver criterio 1.6.2.
JETO
tos adjetivos están
separados por una
CATEGORÍA: Criterio específico
“o”, claramente
Si una de las entidades hace uso para la declaratoria de unidad de
disyuntiva, lo que
de recursos, redes y sistemas de empresa pero que puede aplicar-
significa que no es
información de la otra entidad o Sentencia del 16 de diciembre de se para demostrar ilegalidad en
menester que las USO DE
2.3.3. su talento humano, las actividades 2009, radicado 32212. M.P. Gus- la tercerización. Indicador autó-
149
sociedades ten- RECURSOS
por estas desarrolladas son de tavo José Gnecco Mendoza. nomo.
gan una actividad
carácter “conexo” y “complemen- Se ha utilizado para determinar el carác-
económica similar,
tario”. ter de complementarias o conexas de las
conexa y comple-
actividades.
mentaria, sino que
es suficiente que se Si el carácter de conexas o com-
presente cualquiera plementarias de las actividades CATEGORÍA: Criterio específico
de esas condicio- desarrolladas por las entidades para la declaratoria de unidad de
nes”. Corte Suprema materialmente subordinadas es Corte Suprema de Justicia. Sen- empresa. De carácter comple-
de Justicia. Sala Labo- CONDI-
un requisito estipulado por la tencia del 31 de agosto del 2010, mentario.
ral. Sentencia del 16 2.3.4. CIÓN EN
compañía matriz para constituir radicado 32060. M.P. Gustavo Se utiliza de manera complementaria a
de diciembre de 2009. EL OBJETO
o participar económicamente en José Gnecco Mendoza. los criterios de similitud (1.6.1.) y rea-
Radicado 32212. M.P. las primeras, entonces realizan en lidad en el objeto (1.6.2.).
Gustavo José Gnecco efecto, actividades conexas o com-
Mendoza. plementarias.
Así la ley prohíba la realización
de ciertas funciones y se cree o
contrate con otra empresa para de-
sarrollarlas, no se excluye por esta
prohibición el carácter de simila-
res, complementarias o conexas
que puedan tener sus actividades.
En un caso en el que un Banco es- CATEGORÍA: Criterio específico
2.3. VIOLACIÓN grimió la prohibición legal de pres- Corte Suprema de Justicia. Sen- para la declaratoria de unidad de
EXCLU-
DE LA IGUALDAD tar servicios fiduciarios, dijo la CSJ tencia del 16 de diciembre de empresa. De carácter comple-
SIÓN DE
POR UNIDAD DE 2.3.5. lo siguiente: “la circunstancia 2009. Radicado 32212. M.P. Gus- mentario.
LA PROHI-
EMPRESA: ... de que el banco legalmente tavo José Gnecco Mendoza. Se utiliza de manera complementaria a
BICIÓN
no pudiera desarrollar activi- los criterios de similitud (1.6.1.) y rea-
dades fiduciarias no signifi- lidad en el objeto (1.6.2.).
ca en modo alguno que las
adelantadas a través de su
150
red de servicios no resulta-
ran conexas y complemen-
tarias con las que ejecutaba
la fiduciaria, como se con-
cluyó en sede de casación”.
En el estudio no se hallaron discusiones a cerca de la existencia o no de la figura de Grupo Empresarial en una situación en que se omita declararla para
encubrir relaciones laborales y eludir responsabilidades prestacionales. Resulta pertinente señalar que existe una omisión legislativa en el sentido de que
de tal declaratoria no parece tener repercusión favorable alguna para las/los trabajadores, sino meramente pecuniarias, aun cuando se corresponde con
GRUPO EMPRE- una dinámica de rediseño empresarial que los perjudica no solamente en sus derechos laborales individuales, sino también colectivos.
SARIAL (ECO- Sobresale que, en esta figura, una de las circunstancias que son indicativas de subordinación es que en virtud de un acto o negocio se ejerza influencia
NÓMICO O CON- dominante de la matriz respecto de las subordinadas. Esto es de gran utilidad en relaciones triangulares y en la externalización a través de contratos
TRACTUAL) como el de corretaje o el de agencia comercial que se han venido usando a fin de que la matriz pueda eludir sus cargas prestacionales, las cuales suelen
desarrollar su actividad de manera exclusiva para la matriz hacia el logro de un objetivo determinado.
En este caso, serían útiles los siguientes criterios e indicadores: Criterio de lo misional permanente (1.1.), subordinación (1.2.), beneficiario del servicio (1.3.),
control por el objeto (1.4.), injerencia en la selección de personal (1.5.), contraste de objetos (1.6.), uso de recursos (2.3.3.), exclusión de la prohibición (2.3.5.).
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Gustavo José Gnecco Mendoza.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
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do López Villegas y Luis Javier Osorio López.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
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Javier Osorio López.
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Gustavo José Gnecco Mendoza.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
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Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Labo-
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Sentencia C-614 de 2009
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
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goberto Echeverri Bueno.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
Sentencia del 22 de abril de 2005. Radicado 23669. M.P. Gus-
tavo José Gnecco Mendoza.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
Sentencia del 8 de febrero de 2006. Radicado 25729. M.P.
Isaura Vargas Díaz.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
Sentencia del 10 de octubre de 2005. Radicado 24057. M.P.
Francisco Javier Ricaurte Gómez.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
Sentencia del 24 de octubre de 1996. Radicado 8698. M.P.
Jorge Iván Palacio Palacio.
154
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
Sentencia de agosto 30 de 2005. Radicado No. 25505. M.P.
Eduardo López Villegas y Luis Javier Osorio López
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
Sentencia de agosto 30 de 2005. Radicado No. 25505. M.P.
Eduardo López Villegas y Luis Javier Osorio López. Salva-
mento de voto de los magistrados Francisco Javier Ricaurte
Gómez y Carlos Isaac Nader. Salvamento parcial y aclaración
de voto por parte del magistrado Gustavo José Gnecco Men-
doza.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Laboral.
Sentencia del 24 de abril de 1997. Radicación 9435. M.P.
Francisco Escobar Henríquez.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
15 de septiembre de 1993. Radicado 5898. M.P. Jorge Iván
Palacio Palacio.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
2 de febrero de 1996. Radicado 7942. M.P. Jorge Iván Palacio
Palacio.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia
del 1 de marzo del 2010. Radicado 35864. M.P. Gustavo José
Gnecco Mendoza. Sin salvamento de voto.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
10 de octubre de 1997. Radicado 9881. M.P. Francisco Esco-
bar Hernríquez.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
15 de noviembre de 2001. Radicado 16514. M.P. Isaura Var-
gas Díaz. Sin salvamento de voto.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
22 de septiembre de 2004. Radicado 23063. M.P. Gustavo
José Gnecco Mendoza. Sin salvamento de voto.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
10 de marzo de 2009. Radicado 27623. M.P. Eduardo López
Villegas. Sin salvamento de voto.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
10 de octubre de 1997. Radicado 9881. M.P. Francisco Esco-
bar Hernríquez.
155
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
22 de septiembre de 2004. Radicado 23063. M.P. Gustavo
José Gnecco Mendoza. Sin salvamento de voto.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
10 de marzo de 2009. Radicado 27623. M.P. Eduardo López
Villegas. Sin salvamento de voto.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia
del 2 de junio de 2009. Radicado 33082. M.P. Gustavo José
Gnecco Mendoza.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala laboral. Sentencia del
27 de octubre de 1999. Radicado 12187. M.P. José Roberto
Herrera Vergara.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
6 de diciembre de 2006. Radicado 25713. M.P. Gustavo José
Gnecco Mendoza.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del 21
de febrero de 2006. Radicado 25717. M.P. Carlos Isaac Nader
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
15 de agosto de 2006. Radicado 26605, M.P. Gustavo José
Gnecco Mendoza.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala laboral. Sentencia del
12 de marzo de 1997. Radicado 8978. M.P. José Roberto He-
rrera Vergara. Sin salvamento de voto.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala laboral. Sentencia del
24 de abril de 1997. Radicado 9435. M.P. Francisco Escobar
Henríquez.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
16 de diciembre de 2009. Radicado 32212. M.P. Gustavo José
Gnecco Mendoza.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
30 de octubre de 2012. Radicado 36216. M.P. Luis Gabriel
Miranda Buelvas.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del 24
de enero del 2002. Radicado 16415. M.P. Isaura Vargas Díaz.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Laboral. Sentencia del
23 de septiembre de 2004. Radicado 21552. M.P. Luis Javier
Osorio López.
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Gnecco Mendoza.
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