Sei sulla pagina 1di 1

El Arte de Mirar

MONJE A LA
ORILLA DEL MAR
Caspar David Friedrich
(Nationalgalerie, Berlín, 1809)
A diferencia de sus contemporáneos,
el autor, uno de los principales artistas
del Romanticismo alemán, no pintó
el mar en medio de una tempestad ni
navíos sucumbiendo entre las olas, sino
la tranquila inmensidad del océano; o
bien, los restos dispersos y gastados de un
naufragio, como si la historia se hubiera
convertido ya en paisaje y la naturaleza
fuera su último monumento.
«Monje a la orilla del mar», 1809, óleo sobre tela, 110 por 172 cm., Alte Nationalgalerie, Berlín.

POR SANDRA ACCATINO La «Abadía en

L
el robledal» fue
a p r o l i j a t r a m a d e d e ta ll e s expuesta junto a
que componen los cuadros de Caspar David «Monje a la orilla
Friedrich atrapa como en una red la mira- del mar». “Una
da del espectador. En «Monje a la orilla del palabra conduce a
mar» somos la figura que observa y miramos a través de otra palabra; una
sus ojos la arena y la hierba que crece en el primer plano, historia prepara
las gaviotas en el horizonte, la niebla y las nubes. otra historia
Construidas a partir del montaje y la superposición de y también un
dibujos realizados en distintos lugares durante sus largas cuadro lleva a otro
excursiones en los montes de Sajonia y Silesia, en los cuadro”, había
bosques de Bohemia y en las costas del Báltico, esta y señalado Friedrich
las otras pinturas de Friedrich no reproducen, a pesar de a propósito de la
la prolijidad de los detalles, un paisaje real, sino imágenes disposición de sus
conservadas en su memoria. A través de ellas, da forma al cuadros en las
sentimiento del hombre frente a la magnitud y a la nos- exposiciones.
talgia del infinito, expresando lo que Edmund Burke, Kant
y otros contemporáneos habían llamado, cincuenta años «Abadía en el robledal», 1809-1810, óleo sobre tela, 110 por 171 cm., Alte National galerie, Berlín.
antes, lo sublime,“una especie de horror delicioso, de tran-
quilidad con un matiz de terror”, señala el primero; un “sa- Friedrich exhibió este cuadro en 1810, en la Aca-
grado estremecimiento que coge al espectador”, escribe demia de Berlín, junto a «La abadía en el robledal».
por su parte Kant, cuando se enfrenta a la vastedad, a la Es posible que ambos formaran parte de una misma
oscuridad, a la soledad y al silencio de aquello que lo ex- reflexión sobre la trascendencia y la finitud del hom-
cede, una emoción que no es “verdadero temor, sino sólo bre. También este segundo
un intento por aventurarnos en ellos con la imaginación”. cuadro se construye a partir “CIERRA TU OJO FÍSICO PARA VER
En la simple desnudez de su composición, «Monje a de franjas horizontales. Mien- EL CUADRO CON EL OJO DEL
la orilla del mar» aparece como una reflexión del hom- tras amanece, en medio de
bre frente al vacío: la franja de hierba da paso al abismo las ruinas de Eldena y de un ESPÍRITU. LUEGO DA A LUZ LO
del mar, de la niebla, de las nubes. Sólo la breve silueta bosque de robles nevado, un QUE VISTE DURANTE LA NOCHE,
del hombre interrumpe esa vastedad. “Nada puede ser grupo de doce monjes atra-
más triste y más insoportable que esta posición ante el viesa el antiguo umbral car- PARA QUE TU VISIÓN ACTÚE
mundo; es la única chispa de vida en el amplio reino de gando un féretro. La similitud SOBRE LOS OTROS DESDE EL
la muerte”, escribió el poeta Heinrich von Kleist al ver entre los árboles despojados
el cuadro. La uniformidad del paisaje, prosigue luego, y las ruinas de la abadía ex- EXTERIOR HACIA EL INTERIOR”, Mark Rothko. N º 61 (Café, Azul, café
hace que parezca “como si a uno le hubieran cortado presa la equivalencia, propia ESCRIBIÓ FRIEDRICH. sobre azul), 1953, óleo sobre lienzo,
los párpados”. No hay límites, en la pintura, que hagan de la cultura alemana, entre el 292,7 x 234,3 cm., MOCA, Los Angeles.
abarcable tanta inmensidad. mito pagano de la naturaleza y la religiosidad cristiana. Según un irritado Goethe, por su compo-
Al igual que «Monje a la orilla del mar», esta pintura sición, «Monje...» podía ser visto también
Sandra Accatino es académica del departamento de Arte de la nos pregunta sobre lo transitorio y lo permanente, el parado sobre la cabeza. La sensibilidad
Universidad Alberto Hurtado. Ha publicado diversos capítulos tiempo de los hombres y el tiempo sagrado de la na- y el gusto del siglo XX, en cambio, lo
de libros, artículos y ensayos sobre pintura europea, arte de la turaleza. “Para vivir eternamente”, escribió Friedrich, “a convirtieron, por esta misma razón, en
memoria, coleccionismo y artistas chilenos contemporáneos. menudo el hombre debe rendirse a la muerte”. un antecedente de la abstracción.

18 I La Panera

Potrebbero piacerti anche