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Observación de la Conducta

El perito conductual trata de ser específico en sus descripciones de los


actos realizados por otros. A estos actos se los denomina conductas,
comportamientos o también respuestas. Una respuesta humana se
define como aquel movimiento o actividad observable y mensurable de
una persona. Entre las respuestas están las conductas verbales, como
dar una conferencia, gritar o hablar por teléfono, así como las conductas
no verbales, sonreír, lanzar una pelota, respirar o fruncir el ceño.

Quienes se dedican a los servicios humanos se suelen encontrar con


problemas que se presentan en un lenguaje no específico. Entonces el
profesional de la conducta trata de delinear con palabras el problema
del individuo para especificar claramente sus respuestas motrices y
verbales. La situación de la persona tiene que quedar descrita en
términos positivos y observables. Las descripciones negativas como:
“Hugo no cumple sus tareas escolares” son insuficientes ya que no
describen lo que Hugo está haciendo en esta situación problemática. En
este ejemplo, la descripción apropiada del comportamiento
problemático de Hugo podría ser “Hugo pierde mucho tiempo leyendo
caricaturas en vez de preparar su tarea”.

La descripción del comportamiento de una persona términos


observables especifica lo que dice o hace. La referencia a constructos
inobservables, como “deterioro del yo” o “lucha por la virilidad” son
insuficientes para describir en términos mensurables el comportamiento
de una persona. Tales términos carecen de claridad descriptiva y no
suministran información esencial sobre la conducta. Por ejemplo
cuando un profesor dice que Hugo era “distraído y tenía poca
motivación” en la clase, se prestaba a cierta duda respecto a cómo
estaba “distraído y tenía poca motivación”: ¿Se sentaba debajo del
pupitre?¿ se paseaba por el aula? ¿arrojaba papeles por la ventada? ,
habría sido una descripción más aceptable: “Hugo miraba por la
ventana y solamente resolvió uno de los diez problemas de
matemáticas”. En este caso, un extraño que leyera esta descripción
tendría un ejemplo concreto y observable de cuál era el comportamiento
“ distraído y poco motivado” de Hugo. Del mismo modo, la afirmación
de que “rehusa hacer sus tareas” o “ella negó haber derramado leche”
no describe lo que esas personas dijeron o hicieron en tales situaciones.
El rehusarse a hacer las tareas puede significar que la persona dijo: “me
niego a hacer la tarea”, o qué dedico toda la mañana a dar vuelta en
bicicleta mientras que la madre le hizo los deberes.

Al especificar una conducta, es necesario describir la topografía o forma


de la respuesta. Por ejemplo en la afirmación: “Tomás golpeó a su
hermano en el brazo”, se podría describir mejor la topografía o forma de
la respuesta de Tomás así: “Tomás golpeó a su hermano con el puño casi
dos centímetros debajo del hombro”. Una descripción todavía más
precisa de la topografía de la respuesta sería: “Tomás alzó el brazo
derecho hasta arriba y lo bajo con fuerza, con el puño golpeó casi dos
centímetros por debajo del hombro de su hermano”. Hasta qué punto se
debe especificar la topografía de la respuesta dependerá de la
descripción que se requiera para analizar o modificar el
comportamiento. Si la descripción es adecuada contiene los suficientes
detalles para que otros puedan identificar con precisión las respuestas.

La fuerza de la respuesta es un concepto principal que se emplea en la


descripción del comportamiento. La tasa o frecuencia de una respuesta,
indica con cuanta frecuencia ocurre una respuesta, en determinado
periodo, por ejemplo, la señora Juana se lavó las manos ocho veces en
una hora. Otras medidas importantes de la fuerza de una respuesta son
la latencia ( el intervalo entre la presentación de un estímulo y la
ocurrencia de la respuesta), la intensidad y la duración. Por ejemplo, la
madre llamó a comer, y Bertha acudió inmediatamente a la mesa
(latencia); la charla de los alumnos en el aula registró 70 decibeles
(intensidad). A veces se emplean dos o más de esas medidas para
describir una respuesta determinada; por ejemplo, la señora Juana le
gritó al gato de su ventana durante diez minutos (duración) tres veces
en esta semana (frecuencia).

Ejercicio:

A- Indicar con un (+) cuáles de las afirmaciones siguientes están


redactadas en términos conductualmente específicos, y con un (-) las
afirmaciones qué son vagas y requieren ulterior especificación.

B- Después de haber completado A, redactar en términos específicos


sólo aquellas afirmaciones donde la respuesta no se ha descrito
conductualmente.

a. Eduardo tomó dos latas de cerveza del refrigerador.


b. Juan, durante el juego de pelota, expresó sus sentimientos de
insuficiencia.

c. Norma mostró sentimientos hostiles contra su examinador esta


semana.

d. El señor Pérez impuso su autoridad respecto al uso del auto.

e. Suele pensar con frecuencia en su novia.

f. Susana colocó los platos sucios en el fregadero.

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