154 Historia Universal - Materias Comunes

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La clase en la India*

En su discurso sobre la «cita con el destino» pronunciado el 14 de agos-

to de 1947, con el que comenzó el capítulo anterior, Jawaharlal Nehru
habló no sólo de la liberación de la dominación británica, sino también
de su gran visión de una India independiente.** Nehru estaba particu-
larmente resuelto a eliminar las barreras de la estratificación de clases y
sus profundos efectos sobre la desigualdad y la privación en las esferas
económica, política y social. Era una imagen estremecedora que podía
rivalizar con la elocuencia de Alfred Tennyson: «Por I dipt into the future,
far as human eye could see, / Saw the Vision of the world, and ah l the wonder
that would be» [«Pues me sumergí en el futuro, tan lejos como el ojo hu-
mano es capaz, /Y contemplé la Visión del mundo, y toda la maravilla
que habría»]. Era bueno que, en el momento definitorio de su naci-
miento, hablaran a la India libre de «toda la maravilla que habría»:
La visión de Nehru no se cumplió durante su vida. No hay nada de
sorprendente en ello, pues se trataba de una visión ambiciosa. Lo que sí
debe afligimos, empero, es la lentitud de nuestro_pr .wsó_en la direc
ciTa7q1u-e-law-a-harfal Nehru_apunióc-o-nTa-nta firmeza. Pero eso no es
todo. Hay pruebas per -EFS-ad-o- nide que la—bátála contra las divisiones

Este capítulo se basa en mi Conferencia Nehru pronunciada en Nueva Delhi el

13 de noviembre de 2001.
Material disponible en los Servicios del CECSo ** Este discurso de Nehru, pronunciado ante la Asamblea Constituyente de
Nueva Delhi, está incluido en Sarvepalli Gopal (ed.),Jawaharlal Nehru:An Anthology,
www.serviciosdelcecso.blogspot.com / sercecso@fcs.edu.uy Oxford y Delhi, Oxford University Press, 1983.
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 INDIA CONTEMPORÁNEA
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de clases se ha debilitado de manera muy sustancial en la India. De he-
cho, existen indicaciones notorias de que en diferentes niveles de los
planes de acción económicos, sociales y politicos, el papel frustrante de
la desigualdad de clases es objeto en nuestros días de una . -atelCrán—rio-
tablemente escasa. Por otra parte,iir 1-61-6 los viejos intereses creados
apoyan la consolidacion de las barreras clasistas; también lo hacen las
nuevas fuentes de privilegio, y esto dificulta mucho más la tarea.
Disparidades diversas
El tema es dificil de abordar, por dos razones diferentes. En primer lu-
gar, la clase no es la única causa de la desigualdad, y el interés en ella
----itEtéElpáridades tiene que situarse dentro de un cuadro más
como-fuei
amplio que incluye otras influencias
. divisiyas: el género, la casta, la re-
gión, la comunidad, etcétera. Por ejemplo, la desigualdad entre las muje-
rery-Télló-m —bres también hace una gran aportación a la inequidad. Este
motivo de desigualdad solia ser objeto de un desinterés bastante genera-
lizado en la India hace apenas algunas décadas, y en esa indiferencia te-
nía su papel la preocupación tenaz por la clase. En efecto, hace unos
treinta arios, a principios de la década de 1970, cuando traté de ocupar-
me por primera vez del tema de la desigualdad de género en la India,
me desconcertó el hecho de que aun quienes mostraban una actitud de
suma comprensión hacia las penurias de los desvalidos de la sociedad
eran renuentes a interesarse con seriedad en el mal de la discriminación
de género. Esto se debía en gran medida a la tradición sólidamente esta-
blecida de concentrarse casi por completo en las divisiones en clases
como fuente de la desigualdad. Esa unilateralidad ya no es predominan-
te y hay un reconocimiento creciente de la importancia de otras causas
de disparidad, incluida la desigualdad entre mujeres y hombres. Aun
cuando el género y otros factores que contribuyen a la desigualdad to-
davía requieren, en mi opinión, una atención más sistemática, la versati-
lidad y el alcance del debate público en la India se han visto considera-
blemente enriquecidos.
Sin embargo hay un problema interesante que va más allá de la
cuestión del «si» para plantear la cuestión del «cómo». ¿Debe suponerse
LA CLASE EN LA INDIA 249
principalmente que estas diferentes fuentes de desigualdad se «suman»
unas a otras («está la clase y además está el género, y también la casta, et-
cétera») o, por el contrario, es preciso tratarlas en conjunto y dar cabida
de forma más explicita a sus amplias interdependencias? Cada una de
esas causas de vulnerabilidad es significativa, pero, y esto no es menos
importante, debemos advertir que su complementariedad puede forta-
lecer su impacto recíproco.
La clase eliparticular,tiene un_p_apel.muy e_special_en.
miento y el alcance de la desigualdad social, ypuede,Agudizar_imi_cho la
influencia de otras causas de la disparidad (como la desigualdad de gé-
e se obtieneal ampliar nuestra com-
nero). La ganancia—int-ele-c—tu-al-qir
prensión de otros tipos de inequidad debe tener como correlato una
idea más integrada del funcionamiento de la clase en alianza con otras
causas de la injusticia. O, para decirlo con otras palabras, la clase no sólo
, puede
es importante de_ por sí,_sino
_ que también
.. puede magnificar el impacto
de otros factores que contribuyen a la desigualdad al ampliar los pade-
_
cimientos impuestos por ellos. La incorpo-Ecia de- la clase a una con-
cepción integradq.de la, iniusticiles:creprinióidiálTiifian-cia,vista la
rie-cesidadde abordar,de mánerksimultánea, diferentes fuentes de la de-
allaclje-lacionadassm.k.c.igsml glnero, la_comunidad, la, casta, et-
cétera, y dado el papel abrumador de la clase en el funcionamiento de
cada uno de los demás factores que contribuyen a agravar la desigualdad.
Una segunda fuente de complejidad radica en el hecho de que al-
gunas de las nuevas barreras sociales que no sólo no debilitan sino que,
antes bien, refuerzan el influjo de las divisiones clasistas, provienen -por
decirlo así- del lado «amigable» de la línea divisoria; en realidad, pueden
tener sus raíces en dispositivos institucionales destinados, en apariencia,
a remediar la división en las clases. Por ejemplo, los programas públicos
de intervención pueden proteger intereses vulnerables y servir, de tal
modo, como un buen instrumento en la batalla contra la desigualdad
basada en la clase. Sin embargo, también pueden tener consecuencias re-
gresivas si se cometen errores al trazar los frentes de combate o buscar
remedios para evitarlas.
De hecho, lo que las fuerzas armadas llaman «fuego amigo» -situa-
ción en la que un ejército es víctima de sus propias descargas y no del
bombardeo enemigo- es un concepto que puede tener relevancia no
 INDIA CONTEMPORÁNEA
sólo en las esferas militares sino también en los campos sociales. Es pre-
ciso someter el impacto concreto de las instituciones y políticas públi-
cas de apoyo a un examen constante. El resultado operativo de las insti-
tuciones y programas que se han establecido como dispositivos contra la
desigualdad exige una investigación penetrante y abierta, sin apelación
a fórmulas prefabricadas.
Abordaré estos dos problemas uno tras otro: en primer lugar, la ne-
cesidad de una concepción integrada de la aportación de la clase al im-
pacto combinado de diversas fuentes de la desigualdad y, en segundo lu-
gar, la posibilidad de un «fuego amigo» que nos exige repensar los viejos
frentes de combate contra la desigualdad. En particular, la relevancia de
las nuevas barreras sugiere vigorosamente la necesidad de reexaminar las
maneras y los medios para enfrentarse a la desigualdad clasista.
En este capítulo trataré de identificar dos problemas específicos que
deben examinarse a la hora de entender la trascendental relevancia de la
clase en la India: primero, el «problema de la integración» (ver la in-
fluencia de la clase no como meramente aditiva, sino también como
transformadora), y segundo, el «problema institucional», en especial el
papel de las características institucionales -nuevas y viejas- en el refor-
zamiento y hasta el fortalecimiento de las barreras de clase.
Clase, género, casta y comunidad
La presencia significativa de causas no clasistas de la desigualdad es un
reconocimiento importante que puede combinarse con la aceptación
de que difi - - a a algún aspecto de nuestra vida que no se vea
afectado por nuestro Jugar en a estrati cacion • --e Crasék. La clase no ac-
a cíes-igualdad, pese a lo
túa por sí sola en la creación y el reruer-zi; de1—
cual ninguna otra fuente de ésta es plenamente independiente de ella.'
Consideremos el género. En este aspecto, los países del sur de Asia
tienen un nefasto historial de desilialdad, manifiesto en laTa-esusadas
tasas de morbilTdary mortalidad de las mujeres si se las compara con lo
que sucede en regiones donde la atención a la salud y la nutrición fe-
meninas no son objeto de una indiferencia tan pronunciada. Al mismo
tiempo, las-11111j~ clases altas suelen tener un papel más destaca-_.._ •
--
LA CLASE EN LA INDIA
251
do en esa región asiática que en otros lugares. En efecto, en la India, Pa-
kistán, Bangladesh y Sri Lanka el cargo de Primer ministro ha sido o es
ocupado en nuestros días por mujeres, algo que en Estados Unidos (así
como en Francia, Italia, Alemania y Japón) nunca ha sucedido y no pa-
rece que vaya a suceder en un futuro inmediato (si puedo expresar esta
opinión).
La pertenencia a una clase privilegiada puede ayudar a las mujeres a
superar las barreras que ponen trabas a sus congéneres de clases menos
prósperas. El género es, sin duda, un factor adicional que contribuye a la
desigualdad social, pero no actúa independientemente de la clase. En ri-
gor, la conjunción de la privación de clase y. la discriminación de g_éne-
ro puede representar un---f-asray,e_ustración,
r en la vicia de las mujeres más
presencia interactiva de estos dos rasgos de privación -ser
mujer y ser de clase baja- puede empobrecer masivamente a las muje-
res de las clases menos privilegiadas.
De manera similar y con referencia al sistema de castas, aunque la
pertenencia a una casta inferior es sin lugar a dudas una causa indepen-
diente de disparidad, su impacto es mucho mayor cuando las familias
pertenecientes a ella también aciertan a ser muy pobres. El malogro de
la vida de los dalits o los miembros de otras castas más pobres, o de los
integrantes de las tribus inventariadas, es particularmente severo cuando
las adversidades tribales o de casta se magnifican aún más a causa de una
penuria abyecta. Incluso la violencia asociada a los conflictos entre cas-
tas tiende a implicar mucho más que un mero asunto propio de éstas.
Por ejemplo, el ..B.anveer Sena de Bihar puede ser un ejército priva-
do- cuya subsistencia se debe al respaldo de las castas superiores (en este
—
caso los bhumihares y los rajputs), y-Tai'siarfn-ániábit-u'ales de la bruta-
lidad tal vez s-e-áliTrardadits-cfecasta-inferior, pero la terrible situación de
las víctimas potenciales no podrá aprehenderse de manera adecuada si
no tomamos nota de la pobreza y la falta de tierras de esos dalits ni si-
tuamos los conflictos en un marco sobal y económico general. Este re-
, conocimiento no sugiere que la casta sea poco importanterto -cro lo
_
Catrario), pero viSréricia-de ese origen en un
- - -cesan° situar lá -
contexto más amplio del que participa, inter alia, la clase. La cuestión
fundamental es la complementariedad y la interrelación y no el funcio-
namiento independiente de distintas disparidades que actúan aisladas
 INDIA CONTEMPORÁNEA
unas de otras (como barcos que pasan en 1. noche). Habida cuenta del
amplio alcance y la relevancia genérica de la clase, relacionada con la
pobreza y la riqueza, la royiedad y la indigencia, el trabajó y el empleo,
etCáieri, no es sorprendente qUe -Ilia-tle-ádáa lev- In-ti-r iu horri-ile-cib
za en tantos conflictos que tienen otras identificaciones y correlatos.
De hecho, también hay pruebas considerables de quela acción afir-
i ativá__
. en beneficio de las castas inferiores ha tendido a hacer mucho
___ -- -----
más por sus miembros en situación económica rrils _ ,desahogada
,, que
por quienes penan-Sajo—erpeso combinado de la extrema pobreza y la
inferioridad de su casta. Por<-....,_ejemplo, a menudo_ los puestos
_ «reserva-
dos» se destinan a los miembros relatiVamente adinerados de - las castas
tri.412Qbres:_Ninguna politica de accion a r— mativa apunta a a a infe-
rioridad de casta podrá funcionar con la eficacia deseada si no toma en
cuenta el contexto de clase de los miembros de las castas inferiores. El
impacto de la casta, como el del género, se rige sustancialmente por la
clase.
Considérese, si no, la privación generada por la violencia comunita-
ria. Losmiembros
__ _ de una comunidad minoritaria pueden, en efecto, te-
ner razónes_parájéMer -arm-curin15:WewzIan.a_ una_ c ase_prospera.
NO ob-stante, el peligro liso y llano al que están expuestas las comunida-
des puestas en la mira se incrementa enormemente cuando las personas
en cuestión no sólo pertenecen a ellas, sino que también proceden de
familias más pobres y menos privilegiadas. Esto es lo que pone de ma-
nifiesto la distribución de clase de las víctimas de los disturbios entre
hindúes y musulmanes en la época de la independencia y de la partición
de la India. Los más fáciles-de-matareritreTól'iritegrantes-de una-comu-
nidad apuntada son quienes salen a trabajar--sin-protección_algun.4 9 v1yen
en chabolas y llevan, de una u otra manera, _ _ una vida completamente
vtilrierable: Nó iiii-s fikiede sorprender que entre ellos esté la mayoría
abrumadora de las víctimas de los disturbios comunitarios.
Mi
Lpriinera gswición al crimen se produjo a los 11 arios, cuando
me topé con Kader Mia, un jornalero iil
- iuirrián que sangrabaprofusa-
mente a raíz de las puñaladas que le habían asestado unos asesinos hin-
dúes frente a nuestra casa en Dacca (murió en el hospital al que lo tras-
ladó mi padre). Me dirigió las que serían casi sus últimas palabras: dijo
\,,q
ue sabía el gran riesgo que corría al venir a una zona de la ciudad de
LA CLASE EN LA INDIA
253
mayoría hindú, pero tenía que hacerlo con la expectativa de conseguir \
algún trabajo y ganar un poco de dinero (cuando lo apuñalaron iba jus-
tamente a trabajar). Kader Mia murió como un musulmán victimizado,
_ _
pero también como un jornaleió-desem-Pleado a la búsqueda desespera- /
da de un poco de trabajo y dineroT - ---- —
Esto sucedió en 1944. En este aspecto, los disturbios de nuestros días
no son diferentes. En las revueltas entre hindúes y musulmanes de la dé-
cada de .119,40„matones hindues_liquidaban_a_10.„musilmanes desprote-
gidos, mientras que matones musulmanes asesinaban a víctimas hindúes
empobiaT577\71-daliüro1lid -da-crc-o-mr1a- de las víctimas ex-
terminadas fuera muy diferente (hindú y musulmana, respectivamente),
con frecuencia sus icipritidades_de_da,se„erai~imillres. La dimen-
sión clasista de la violencia sectaria suele recibir una atención poco ade-
cuada aun en las notas periodísticas, debido a las informaciones unilate-
rales que se concentran en la identidad comunitaria que divide a las
víctimas y no en la identidad de clase que las une.
Esta observación también sería válida para las recientes matanzas y
victimizaciones comunitarias de la India, por ejemplo los disturbios
contra los sijs que se_ órganizaron en_Delhi tras el asesinaTtóWIndira
Gandhi, las brutalidades antimusulmanas que acompañaron los terribles
días POsteriores a la demolición de la mezquita de Babri, etcétera. La cla-
se es un rasgo siempre presente en la violencia comunitaria y sectaria.
Lo que necesitamos, por ende, es algún tipo de reconocimiento do-
ble del papel y el alcance de la clase que tenga en cuenta tanto su ca-
rácter no singular como su función transformadora. Debemos recono-
cer de manera simultánea que
1) la disparidad tiene muchos otros orígenes además de la clase: es
preciso evitar el supuesto de que esta última engloba todas las causas de in-
ferioridad y desventaja; y
2) no obstante, las _
dispáxidades de clase no sólo son importantes de
por sí, sino que también tienden a _acentuar las desventajas relacionadas
con las otras formas de disparidad.
La clase no es la única preocupación y tampoco representa de modo
adecuado otras formas de desigualdad, y aun así necesitamos hacer un
 Tr
y-
INDIA CONTEMPORÁNEA
254
análisis clasista para comprobar el funcionamiento y el alcance de otras
formas de desigualdad y diferenciación.
La desigualdad, la concurrencia y los desvalidos
Al margen de la diversidad de factores que contribuyen a la desigualdad,
también se debe tener en cuenta la importante cuestión de la forma que
ésta puede adoptar. Acaso se suponga que en este aspecto la clase habla
con muchas voces y mucha discordancia. Hay cierta verdad en este su-
puesto pero, una vez más, esto quizá no baste para debilitar la aplastante
relevancia de las divisiones preponderantes de clase a la hora de com-
prender los apremios de los desvalidos de la sociedad, Tenemos que ver,
al mismo tiempo, las distinciones y las interconexiones.
Hay muchas formas diferentes de privación: pobreza económica,
analfabetismo, falta de poder político, falta de atención médica,etcétera.
Estas distintas dimensiones de la desigualdad no son del todo congruen-
tes en su incidencia. En rigor pueden producir clasificaciones sociales
muy diferentes.' La tendencia a ver la privación en los meros términos
de la escasez de ingresos suele ser fuerte y puede ser muy engañosa. No
• obstante, también hay rasgos vigorosamente unificadores en la manifes-
tación de la privación grave. En parte esto se debe a que diferentes tipos
de desventaja se refuerzan unos a otros, pero también a que a menudo
tienden a llegar juntos hasta el último de los extremos y dividir a quie-
nes «tienen» en general de quienes «no tienen» en absoluto. La ausencia
de una congruencia conceptual entre diferentes tipos de privación no
impide su proximidad empírica a lo largo de una gran línea divisoria, lo
que es un rasgo central del análisis clásico en términos clasistas.
Algunos indios son ricos; la mayoría no lo es. Algunos tienen muy
buena educación; otros son analfabetos. Algunos tienen una vida fácil y
; lujosa; otros penan con escasas recompensas. Algunos tienen poder po-
lítico; otros no pueden influir en nada. Algunos tienen grandes oportu-
nidades para progresar en la vida; otros carecen por completo de ellas.
Algunos reciben un tratamiento respetuoso de la policía; otros son tra-
tados como si fueran una basura. Estos son diferentes tipos de desigual-
dad, y cada uno de ellos exige la más seria atención. No obstante, con
LA CLASE EN LA INDIA
bastante frecuencia -y éste es el problema fundamental en la posición
central del análisis de clase- las mismas personas son pobres por sus in-
gresos y sus medios, no saben leer ni escribir, trabajan por una remune-
ración escasa, carecen de influencia en la política, no tienen oportuni-
dades sociales y económicas y la policía las trata con brutal insensibilidad.
La linea divisoria entre «ricos» y «pobres» no sólo es un cliché retórico,
sino también una parte importante del análisis diagnóstico que nos se-
ñala la presencia de Una división preponderante capaz de informar pro-
fundamente nuestras concepciones sociales, económicas y políticas. Esta
concurrencia de la privación se suma a la relevancia generalizada de la
clase como fuente de desigualdad y disparidad.
Cuando me ocupé de analizar el problema de lo que he dado en lla-
mar «fuego amigo», el papel de esa concurrencia manifiesta en la vida de
los más desvalidos de la sociedad cobra particular relevancia. Muchas
de,_las instituciones distributivas existentes en la India y otros lugares es-
tán -d-7--
estmadas a defender los intereses de grupos con alguna privación
(o vulnerabilidad), pero que no son en modo alguno 191.cle.syáli4mab-
sdutos de la _s_o_ciedld, Tustifica y es comprensible verlas como «insti-
tuciones» amigas en la batalla contra las divisiones de clase. No obstan-
te, su efecto también consiste en empeorar el trato recibido, por los
verdaderos desvalidos situados en35 -iiiranáró-jaTso-Cie-daTil,limpacto
gloginfliE n-o -liagaMás que fortalecer aquellas divisiones, en vez de
debilitarlás. En TeSe-n-trdo, sus efectos se pueden ver como «fuego ami-
go», y me temo que este fenómeno está muy presente en las políticas
públicas indias tal como son.
Es de suma importancia estudiar el problema del «fuego amigo», si
bien no se trata del principal factor contribuyente a las divisiones de
clase en la India: factores tradicionales como La masiva desigualdad de
_
re y bienéljasinmensas.b.re.clias. pn , la e.ducación y. otras opo,rtuni-
dades sociales, etcétera, siguen siendo esenciales para nuestra compren-
sión de la fuerza bruta de las divisiones de—clase. Empero hoy esas carac-
terísticas tradicionales se complementan con nuevas barreras, algunas de
las cuales se crearon precisamente para superar la influencia de la clase,
pero terminaron por tener el efecto contrario.
Puedo ilustrar la situación con una gran cantidad de ejemplos. En
este capítulo me concentraré, sin embargo, en dos ilustraciones paradig-
 INDIA CONTEMPORÁNEA
256
máticas que se refieren respectivamente a la política alimentaria y la es-
colaridad elemental, aspectos que tienen una conexión fundamental
con la vida de los miembros más desposeídos del pueblo indio, a saber,
los hambrientos y los analfabetos.
Política alimentaria y hambre
El historial de la India en la lucha contra el hambrey las harnbLunal es,
riírinsamente_ ambiguó. ratncla elimmacion de las secundas tras la in-
dependencia es un logro_de gran imp_ortan -cia (la última verdadera ham-
bruna se registró en 1943, cuatro arios antes de la indépéridencia), y lo
es, sobre todo, en contraste con los fracasos de muchos otros países
-muy especialmente China- a la hora de impedir este fenómeno. Cada
vez que se planteó la amenaza de una hambruna se pusieron en marcha
las salvaguardas de un proceso democrático, con la rápida:implementa-
ción de políticas de protección, incluido el empleo público temporal,
que da a los indigentes en riesgo el dinero necesario para comprar -co-
mida. El mecanismo de prevención de la hambruna en la India ha sido
estudiado en mi libro escrito en colaboración con Jean Dreze, Hunger
and Public Action.' En él sostenemos que se trata del registro de una no-
table hazaña.
Pese a ello, el historial global de la India en cuanto a la eliminación
del hambre y la desnutrición es terrible. No sólo hay una recurrencia
persistente deepisodiolgay_es_c_te en determinadas regiones, sino
lainbién una pavorosa prevalencia del hambr`e ende'mica en gran parte
del territorio. En este aspecto, en efecto, el desempeño del país todavía es
pqldelAfricasuariana. 5 Los cálculos sobre la desnutrición
general_719, _que_ a veces ,se_ llama, «rnalmiFiión _pro eico-energetica»-
muestran que, en promedio, ésta es casi dos veces más alta en la India que
en dicha región de África. Es asombroso que a despecho de la aparición
intermitente de hambrunas en ese continente, Áfrical2gre, empero,_ga-
rantizar un_rnyel más altq, de nutrición regular que la India.-Juzgada en
términos de los criterios habituales de retraso del peso según la edad, la
proporción de niños _africanos desnutridos oscira en-fre el 2Q y el 40%,
mientras que en la india llega al gigantesco nivel del 40 al 60%. 6 Al pa-
.." LA CLASE EN LA INDIA 257
recer, alrededor de la mitad de los niños de la India están crónicamente
desnutridos, y más de la mitad de las mujeres adultas padecen anemia.
Tanto en deseutricion materna como en la incidencia _ de lactantes con
blues°, y también-en- U frecúencia . de enfermedades cardiovasculares
en etapas posteriores de la vida (a las que los adultos son especialmente
propensos si han sufrido privaciones nutricionales en el vientre mater-
no), las «marcas» de la India se cuentan entre las peores del mundo.'
Un rasgo llamativo de la persistencia de esta espantosa situación no
sólo es que siga existiendo, sino que la poca atención pública que reci-
be, cuando la recibe, esté tan cruelmente di vidida .* Es increíble, en
efecto, escuchar la repetición machacona de la falsa creencia de que la
India ha manejado muy bien el desafio del hambre desde la indepen-
dencia. Esta idea se basa en una profunda confusión entre la prevención
de la hambruna, que es fácil de lograwiLevitacion de la desnutrición
y -erhánigre endémicas, que es una tarea mucho más compleja. En este
últliffóálle-cióTaTridia se ha desempeñado peor que casi todos los de-
más países del mundo.
En ese contexto llama mucho la atención que nuestro país haya
continuado acumulando reservas extraordinarilmentegránclescle_grano
en los almiEenes del gobierno central, sin encontrarles un uso adecua-
do: EntrArlii -e-x-Jéncra
i -s-a-s'c-e-n-dla-n- a unos dieciocho millones de to-
71as norrna-s-Za-ge-s-165-emenst2-e-i;gu - la-
neladas,
- cantidad cercana
dor». Desde entonces no han cesado de crecer, y en el momen_to de
escribir estas líneas (destinadas a leerse en la Conferencia Nehru dle,2001) )
superan con comodidad los sesenta y dos millones de toneladas. Para ci-
tar la gráfica descripción de Jean Dreze, si todas las bolsas de grano se
pusieran en fila, ésta se extendería más de un millón de kilómetros, un
recorrido de ida y vuelta a la Luna. Si queremos verlo de otra manera,
cada familia situada p_or debajo de la línea de la póbreza podría recibir
bastante más de una tonelada duran°.
* Examinamos el papel de la inadecuación del debate público en la formulación
y la persistencia de políticas públicas deficientes en Jean Dréze y Amartya Sen, India:
Econornic Development and Social Opportunity, Delhi y Oxford, Oxford University Press,
• 1996, y su continuación monográfica, India: Development and Participation, Delhi y Ox-
ford, Oxford University Press, 2002.
 INDIA CONTEMPORÁNEA
258
El carácter contraintuitivo -para no mencionar la inequidad- de la
evolución de este proceso es tan burdo que cuesta explicarlo con la mera
presunción de la insensibilidad: se parece cada vez más a una locura.
¿Cuál podría ser la justificación percibida de todo esto? ¿Cómo podría
explicarse la presencia simultánea de la peor desnutrición y las mayores
reservas alimentarias ociosas del mundo (con un aumento constante del
stock a un coste extremadamente caro)?
La explicación inmediata no es dificil de encontrar. La acumulación
de reservas e— s ei reiiiiiáJo—d-el compromiso
_ _ delebierno de mantener
elevados los precios mínimos de salicladeLswo, sobre todo del trigo
y el arroz. Pero un régimen de altos precios en general (pese a una po-
sible brecha entre los precios de compra y los precios .de venta al con-
sumidor) expande la adquisición y deprime la demanda. La bonanza
disfrutada
. por productores y vendedores de alimentos tiene la contra-
partida de la priviTirinéros con -sumi —t'dore;:Coin—OTITiecesidad bioló-
gica de_alimen't-o-j— no-esjz_. al al deresZeconkru 7O-9,--p¡rTellosTo-que
las personas pueden permitirse comprar dadas sus circunstancias eco-
nómicas y los precios), es dificil liberarse de las grandes reservas adqui-
ridas, pese a existir una desnutrigon rampante ejjJcÍpais. El mis-
mo sirsteiiik-Aéli-ecios ,que genero una _oferta masiva mantiene las
manos -y las bocas- de los consumidores más P-OlDres lejos de los ali-
mentos.
Pero ¿acaso el gobierno no remedia automáticamente este problema
mediante el subsidio otorgado a los precios de los alimentos en compa-
ración con los precios de compra, medida que con seguridad debería
mantener bajo el precio al consumidor? No del todo. Los problemas en
cuestión se examinan con mayor detalle en mi libro, escrito en colabo-
ración con Jean Dreze, India: Development and Participation (2002), pero
una gran parte de la historia estriba simplemente en el hecho de que una
buena proporción del subsidio se destina, _ en realidad, a pagar
_ el coste de
mantener -.
un monstruoso stocksiuranc,,.,con_tina 3dministracielly-gigan-
..,
tesca y_ voluminosa _ (incluida la Food Corpetion of India). Además,
como el propósito esencial de ros precios subsidiados es alentar a los
agricultores a Pro-d-ucir Ys_an. o._'á-ven-der'lós Stocks existentes a
los consumidores a precios más bajos (cosa que también sucede, pero en
pequeña medi-dia y a grupos limitados), el efecto global del subsidio se
LA CLASE EN LA INDIA
259
hace notar más en la transferencia de dinero a medianos y grandes agri-
cultores con alimentos para vender que en la entrega de esos alimentos
a los consumidores desnutridos.
Si tuviera que haber un argumento favorable a un análisis de clase
radical, por el cual «la izquierda» dejara desplumada a «la derecha», ca-
bría imaginarse que es éste. Hasta cierto punto comprobamos que hay
críticas que apuntan a ello, pero no son suficientes. El esperable aullido
de la crítica desde la perspectiva del análisis de clase es el del perro que
ladra pero no muerde.
¿Por qué? En este punto resulta pertinente el diagnóstico del «fue-
go amigo». Cuando, se implementó Ja_politica de adquisición de ali-
mentos y se argumentó que convenía comprarlos a altos precios a los
agricultores, se previeron diversos
„.. beneficios que no eran del todo inú-
tiles ni carecían de ciertas pretensiones k equidad En primer lugar, la
ac-udiutárión de stocks hasta determinado nivel es útil para tener la se-
guridad de contar con alimentos,y,necesaria, incluso, para la prevención
de hambrunas. De tal manera, hasta cierto limite Sería bueno tener un
grán skicketi las circunstancias de nuestros días ese límite podría rondar
los veinte millones de toneladas. La idea de que, como es adecuado acu-
mular stocks según lo necesario, debe ser aún mejor acumular cada vez
más, no sólo es errónea sino que también equivale a cavar la propia fosa.
Debo examinar asimismo una segunda línea de razonamiento en
defensa de los precios altos de los alimentos, que también se presenta
como una buena idea y termina por ser contraproducente. Entre quie- \
nes padecen los bajos precios de los alimentos se cuentan algunos que
no son adinerados: el pequeño agricultor
._.„ o campesino
_ , „. que vende una
parte de su cosech.a..11s- intereses de este grupo se mezclan con los de
los grandes agricultores y esto genera una Córifiísión letal para la políti-
ca alimentaria. Mientras elpoderosolobby de los,agricultores privilegia-
dos presiona para obtener yrecios.de_cornpra,más elevados exhorta a '
utilizar fondos fiscales pu gianteneffin.,eweAepivel,191 intemes_cle los
agricultores más pobres, _ que .también aprovechan_ esos precios, son de-
fendidos por grupos _._„. políticos que representan_ a esos beneficiarios no
adinerado- s. Entre estas personas ras-historias de penurias desempeñan un
vigoroso papel no sólo en la retórica en defensa de los precios altos de
los alimentos, sino también en la actitud de muchos activistas proclives
 260 INDIA CONTEMPORÁNEA
a la equidad, genuinamente convencidos de que eso ayudará a algunas
personas que están en muy mala situación econórnica.Y así será, pero
dés-d-
, . elueg-o ayudirá mucho más 'a -los agricultores ricos y complacerá -a
sus grupos de presión, en tanto los intereses de un número muy supe-
rior de personas que no venden alimentos pero sí los compran serán
cruelmente sacrificados.
Es necesario un análisis Más explícito de los efectos de estas políti-
cas sobre las distintas clases, y en particular sobre los miembros más des-
validos de la sociedad, quienes, junto con sus otras privaciones (ya men-
cionadas), también se alimentan muy mal y padecen una pronunciada
desnutrición. En el caso de los iórnaleros ocasinnalellos_ residentes de
chabolas los empleados ighaztosb,r,ps, kstralnjallorel migratorios,
los,artesanos rurales,
_.- -- los trablad.óresno agrícolas del campo e incluso los
trabaja- dores-agrícolas asalariados, los altos precios de los alimentos sig-
ninEan una disminución de 'su ingesta. Como efecto global de esos pre-
cios, muchos de los miembros más indefensos de la sociedad se ven muy
duramente afectados.Y si bien los precios elevados ayudan a algunos de
los pobres agrícolas, el efecto neto sobre la distribución es muy_ regresi-
vo. Lós lobbies de agricultores ejercen, por supuesto, una implacable pre-
sión politica para mantener ese nivel de precios, y la imagen un tanto
turbia del beneficio recibido por algunos granjeros pobres hace que las
cuestiones políticas se oscurezcan lo suficiente como para dar pábulo a
la confusa idea de que los precios elevados de los alimentos implican
una postura a favor de los pobres, cuando en realidad su efecto global
está muy lejos de confirmar ése hecho. Se dice que un poco de conoci-
miento es peligroso. También lo es, por desdicha, un poco de equidad
cuando su defensa coincide con una masiva injusticia infligida a grandes
cantidades de personas. Se trata, otra vez, de un caso de «fuego amigo»,
aun cuando la participación de los grupos- de presión de los agriculto-
res ricos complica la trama..
Educación elemental
Para mi segundo ejemplo acudo a la educaciónyrimaria en la India, que
padece, claro está, muchas deficiericiai'. ra--es-caseiz:de---fecTursos econó-
LA CLASE EN LA INDIA
micos es, desde luego, uno de los principales problemas: no- hay
- escuelas
;uficientes y las instalaciones disponibles suelen ser muy limitadas. Pero
2M—biln- hay otros problemas. Una gran dificultad radica en la .débil es-,
:ructura institucional
— de las escuelas
„ primarias en gran parte de la India,
menudo son administradas de manera deficiente. Un problema
idicional se refiere a la inequidad de los ordenamientos escolares y al
lesafio de ofrecer a los ingresantes un sistema de educación primaria
:omprensivo y justo. 9
He tenido la oportunidad de entrar en contacto con una muestra de
os problemas en cuestión gracias a un pequeño „ , estudio realizado sobre
:I tema por el PratichiTrust,que.tuve él_privilegiade emprender con la
iyuda de los beneficios obtenidos fon el Premio Nobel.* En un inicio
rivesfigamoS el funcionamiento de una serie de escuelas elementales de
:res distritos de Bengala Occidental, pero luego el estudio se amplió a seis
listritos de ese mismo Estado y uno del Estado vecino de Jharkhand. El
:uadro global que surge de esas investigaciones es muy desolador. Un
)orcentaje significativo de los maestros había faltado a clase los días que
les visitamos sin anuncio previo. El ausentismo docente era mucho más
grande en las escuelas donde ,el_grueso.de los alumnos venía de familias
pertenecientes a las castas o tribus inventariadas; en rigor, el 75% de los
establecimientos de nuestra lista tenía,serios_problemas .„ de ausentismo
docente, mucho más'alto que en las escuelas en que los alumnos prove-
nían de fairrilias- MáS'nec-e-sliadiS.U4PoPorCiein muy amplia de los ni-
ños apelaba a clases particulares como tiú complemento dé lo que reci-
bía 'en las-élaierds—,y—siTaTira-quienes no lo hacían, era desde luego debido
a su miseria y no porque la familia estuviera satisfecha con la enseñanza
impartida en los establecimientos.A decir verdad, de los alumnos de ter-
cerly_cuarto grado que_p_udimosinyestigadayastapayoría de quienes
nótenjanclasesp_articularestú_signierkaosii:an escribir su nombre.
Bn. la práctica, la educación elemental ha dejado de ser gratuita en
importantes sectores del país, lo cual „significa, cfar-o está, la violación de
* La investigación citada fue llevada a cabo por Kumar Rana, Abdur Rafique y
Amrita Seng-upta, que trabajaron conmigo. Nuestro primer informe educacional pre-
senta los principales descubrimientos de la primera parte del estudio: 'The Delivery of
Public Education:A Study in West Bengal, Nueva Delhi, Pratichi Trust, 2002.
 .
disciplinaria- de
docentes
INDIA CONTEMPORÁNEA

un derecho fundamental. La situación parece reforzarse debido a una

pronunciadaJimisffin, cle..£125.1._~,,,1„oáziaestrpsa. las familias más po-
bres. No obstante, los sindicatos— - -relacionados con los partidos
respectivos- a veces rivalizan entre sí a la hoia deslefe_ndeda. inmunidad
_ sus afiliados. Los padres de las familias desaventajadas tie-
Ir
..
,

,•
,

....
• LA CLASE EN LA INDIA

ción es muy diferente. Los grandes aumentos salariales de los últimos

arios no sólo han hecho que la educación escolar sea mucho más costosa
(lo cual dificulta la prestación de una educación regular a quienes aún es-
tán excluidos de ella), sino que también han
centes,
263

.._ tendido a alejar más a los do-

como grupo, de las familias de los niños, sobre todo las_ proceden-
_
nen poca voz en el manejo de las escuelas y los inspectores oficiales pa- _ ,
tes
, de entornos mas necesitados.
.__ ..._. Hay pruebas considerables de que hoy
recen demasiado temerosos para disciplinar a los maestros transgresores, — la barrera de clase que menoscaba profundamente la prestación de edu-
sobre todo_ gaudjaloursenitoresprovienen de los estratos más bajos cación escolar a los miembros de la sociedad en peor situación económi-
de- la sociedad. Los sindicatos docentes han tenido, desde luego, un ca se refuerza en virtud de la mayor distancia económica y social exis-
Papel myyzositivo lo cón su defensa de los derechos de los tente entre los maestros y los niños más pobres (y menos privilegiados)'
maestros, en momentos en que éstos recibían muy escasa atención y
eran sometidos a una verdadera explotación. Por entonces los sindicatos
actuaron como una parte importante del respaldo institucional en bus- Una observación final
ca de más justicia. Hoy, sin embargo, esas instituciones que ponen en
primer plano la justicia parecen actuar en gran medida contra ella debi- La esperanza de Nehru de superar las divisiones de clase gracias
i al pro-
do a su inacción -o algo peor- cuando se enfrentan con el ausentismo 1 -
greso economico, social y político del país •sigue,en gran_parte, sin cum-
docente y otras irresponsabilidades. pTirs-e. r6?6b1E-culb-s—al -progreso provienen no sólo de las viejas líneas
En algunos aspectos, el problema se agrava por el hecho de que hoy divisorias sino también de nuevas fronteras. A veces las mismas institu-
los maestros de escuela están comparativamente bien pagados; ya no - ciones creadas para superar las disparidades y las barreras se inclinaron a
son los re-c-e-p-t-or----e-s -e-Xplotados de- salarios miserables. La recienle alza sa- actuar como influencias reaccionarias en el fortalecimiento de la ine-
larial otorgada a los funcionarios públicos (que deja muy atrás a las per- • quidad. Hay muchos ejemplos de ese «fuego amigo», del cual he exami-
sonas a quienes estos deben servir, por ejemplo a los operarios agrícolas n ado dos casos particulares.
e industriales) ha generado un aumento muy sustancial de la remunera- La terrible combinación india de inmensas montañas de comida por
ción de los maestros (en su carácter de integrantes de la función públi- . una parte y el conglomerado más grande del mundo de población des-
ca) en toda la India. Los maestros primarios de Bengala Occidental, ,
nutrida por otra es un ejemplo de ello. Las esperanzas positivas de equi-
donde realizamos nuestro estudio, hoy suelen cobrar entre cinco y diez dad depositadas en los precios de salida elevados de los alimentos y el
mil rupias mensuales por salarios y asignaciones, cifra incomparable con 'I pago de subsidios han tendido, en considerable medida, a producir exac-
el sueldo total de los maestros pertenecientes a las escuelas alternativas tamente el efecto opuesto. Otro ejemplo se relaciona con las caracterís-
-llamadas Sishu Siksha Kendras-, de mil rupias por mes. ticas institucionales de la prestación de educación primaria. A menudo,
El salario de los maestros de las escuelas regulares _ _ha sufrido un in- los sindicatos docentes, que tuvieron un papel muy positivo en la pro-
cremento espectacular en años recierites , ifíciaó
_ , - eirtérrriinbS reales, es i___,--,----------
- teccion de los intereses de los maestros y desempeñaron con eficacia ese
decir, tras las correcciones ajustadas al cambio de los precios. Éste es un rol en el pasado, se convierten en una influenciasue refuerza el menos-
motivo obvio de celebración (de hecho, recuerdo haber participado en precio por los int_ereses_de
" - " - 1 os nmos
- -----7
pertenecientes
persona cincuenta arios atrás, como estudiante del Presidency College, en -- -----a familias
..— que •
viven
eu medio de carencias___. desesperadas.
_ Hay pruebas de un endurecimien-
movimientos de agitación para elevar los salarios de los maestros de es- to de las barreras
cuela, que eran desesperadamente bajos). Pero en nuestros días la situa- ._ _ de_ clase
. clie . separan a, los docentes, ahora en situación
_. acomodada, _ . de_los
. pobres del campo, cada vez más pobres.
,,
4i ,- ,
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-. ,,
 INDIA CONTEMPORÁNEA
LA CLASE EN LA INDIA
265
264

No quiero finalizar con una nota pesimista. La utilidad de diagnos- beneficios que han de obtenerse y las pérdidas que deberán afrontar las
ticar un problema reside en utilizar las conclusiones para remediar las distintas clases y grupos ocupacionales, como resultado de cada pro-
deficiencias identificadas. En los dos casos considerados es fácil ver líneas puesta de cursos de acción. El papel ubicuo de las divisiones de clase tie-
posibles de reforma. Sobre el último de ellos, el informe del Pratichi ne una influencia notablemente variada sobre los ordenamientos socia-
Trust, plantea una serie de sugerencias en materia de politicas que in- les y merece un reconocimiento más cabal del que suele recibir en la
cluyen la necesidad de fortalecer la voz de los padres, sobre todo de construcción de las políticas públicas indias. Al respecto, hay cosas im-
quienes pertenecen a los sectores no privilegiados, en la gestión escolar. portantes que discutir.
Esto exigiría una reestructuración de la administración de la educación
prima' iuwarfórá m acin—dPEcitnités-eficares-delSádies y
docentes, dotados de autoridad legal. Con la ayuda del poder de con-
trapeso del grupo de interés más directamente involucrado —esto es, los
padres—, el papel de los sindicatos docentes puede llegar a ser más cons-
tructivo. De manera similar, con referencia al primero de los problemas
mencionados, las montañas de alimentos pueden dejar de ser un impe-
dimento para transformarse en una ventaja, si se presta la atención que
corresponde a los miembros de la sociedad en peor situación (un desti-
no apropiado de esos alimentos sería, por ejemplo, la provisión de al-
muerzos en la escuela).*
Éstas y otras modificaciones en las políticas exigen una acción y una
consideración urgentes. El proceso se desenvolverá con mayor fluidez si
se hace un análisis claro de los efectos precisos de las políticas públicas
reales y posibles. Es importante evitar el «fuego amigo», así como ejer-
cer presión para lograr la implementación de politicas que puedan sig-
nificar una verdadera diferencia en la lucha contra las desigualdades de
la división de clases en la India. Es crucial estudiar con detenimiento los

" La reciweinkiativa (finales de 2004) del gobierno indio de contribuir a servir

almuerzos calientes en las escuelas de to -d-o el país es un-a. medida muy_positivasú rgida
tras la -Conferencia Nehru- Te. 501. Está propuesta- rec-la-m-e-ri-te-derivada de la visio-
, clí-
naria decisión del Tribunal Supremo de incluir esa reivindicación entre los derechos
de los niños, tiene un potencial favorable en cuanto aborda de manera simultánea los
problemas paralelos de la desnutrición infantil y el ausentismo escolar. Ha tenido mu-
cho éxito en Estados (como Tamil Nadu) donde se aplica desde hace unos arios, y co-
mienza a tener efectos positivos en los lugares donde acaba de ponerse en práctica. Las
investigaciones realizadas por el equipo del Pratichi Trust en Bengala Occidental re-
gistran : una mayor asistencia a las escuelas y un nivel más elevado de satisfacción entré
las familias más pobres.