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Teología con Ojos de Mujer. Unidad 1: Realidad de las Mujeres.

Sesión II: Conceptos fundamentales: Realidad de las mujeres.


Estudiante: Claudia Rodríguez Godoy.

Aunque las estadísticas nos dicen que la VCM física ha disminuido pero, que ha
aumentado la psicológica en nuestro país.(1) Podemos iniciar esta reflexión afirmando que
podemos visualizar este tipo de violencia en nuestras comunidades. Los casos de femicidios
son una realidad que no logra eliminarse en nuestra sociedad. En las Iglesias, como bien lo
decía el texto, la situación no es diferente.
En primer lugar les comento que me introduje al ámbito de VIF por medio de la
Oficina de Asuntos religiosos que nos solicitó trabajar el tema de VIF con un grupo de
pastoras de la comuna, por petición de la encargada hicimos un “discipulado” que lo
llamamos: “El diseño de Dios para la Mujer”. (basado en el libro Opresión de la Mujer,
pobreza y desarrollo económico, Darrow Miller) Ya que los pastores no enviarían a sus
esposas a un taller sobre VIF, pero sí a un discipulado. De las dieciséis mujeres que
asistieron catorce habían sido víctimas de violencia durante su niñez e incluso hasta en ese
tiempo en algunos casos. Fue un trabajo arduo y muy desgastador, ya que era una primera
incursión en acompañamiento pastoral en temas de VIF. Fue desgarrador escuchar los
testimonios de mujeres que habían sido vulneradas desde su niñez, obligadas a realizarse
abortos, violentadas psicológicamente por sus padres, esposos y otros horrores que no voy a
mencionar. Dios comenzó la restauración. Nos mostró la cruda realidad en la que viven
muchas mujeres cristianas. Comprobé que el mal uso de textos bíblicos ampara y protege a
los agresores en la intimidad de sus hogares y en sus congregaciones. Fue un tiempo duro
pero satisfactorio, convencida de que se puede reivindicar el diseño de cada una de esas
mujeres, fieles al Señor, abnegadas madres y siervas. Desde ese momento he podido
acompañar a varias mujeres en el largo proceso de denunciar la VCM. Conocemos las
redes de apoyo que ofrece la comuna como la “Casa de la Mujer”, a la Asistencia Judicial,
Carabineros de Chile, OPD, COSAM, etc. Podemos realizar una acompañamiento pastoral y
de consejería a los hijos e hijas y a las madres. El diplomado en Mediación Familiar que
pude cursar fue una gran bendición para poder acercarme de manera más abierta y concreta
a la dura realidad de tantas mujeres, niños y niñas que están sufriendo maltrato y VIF.
En segundo lugar, a nivel comunal, en nuestras congregaciones no se han podido generar
mayores avances. Cambiar el paradigma de cómo se aborda la equidad de género en
nuestra congregaciones es una misión que aún no logramos concretar. Ver a las mujeres con
los ojos de nuestro Jesucristo es una tarea con la que estamos en deuda, desde los pastores
y lideres de las Iglesias hasta los padres y madres en la intimidad del hogar. Aún es
cuestionado el ministerio pastoral de mujeres dentro de nuestras congregaciones Bautistas.
En tercer lugar, en relación a la acción pastoral hacia las mujeres violentadas, dentro
de nuestra congregación es algo que está implementado, debemos sistematizar algunos
procedimientos, como los sugeridos en el texto. Pero aún estamos al debe en relación a la
formación y enseñanza del diseño de Dios para el hombre y la mujer. En el vocabulario que
utilizamos en nuestras reuniones o en las bromas que hacemos muchas veces. Agradezco
esta instancia de reflexión y de desafío, estoy pidiéndole a Dios poder realizar talleres de
prevención de VCM en nuestra congregación, y abrirlos a la comunidad. Enseñar la correcta
verdad bíblica de nuestra naturaleza trascendente en su versión masculina y femenina. Es
una necesidad inmediata que debemos saciar al interior y exterior de nuestras comunidades
de fe. Debemos aprender del evangelio transformador que Jesús nos mostró, aprender a
relacionarnos de manera fraterna y en una mirada de iguales desde el amor de ABBA.
Nosotras podemos enseñar esta forma de relacionarse entre personas, desde la intimidad
del hogar hasta las naciones.
Concluyendo, la violencia es algo que está asociada a nuestra idiosincrasia, nuestra manera
de educar en los hogares es violenta. El sistema educativo en el cual pasamos doce años de
escolaridad es violento. Debemos trabajar en la formación de los niños y niñas en igualdad
de dignidad, enseñar que los roles de hombres y mujeres son una combinación perfecta de la
maravillosa imagen de Dios, no la hemos enseñado ni vivenciado correctamente. Vivimos en
un mundo “de hombres”, nos desarrollamos en una Iglesia que muchas veces piensa que
Dios es “masculino”. La cosmovisión judía machista con la que Cristo se enfrentó, en muchas
congregaciones no ha cambiado. Creo que el feminismo extremo que vemos a diario, es
consecuencia de ocultar la LUZ que Cristo nos enseña en su trato con las mujeres en los
evangelios y la Iglesia primera.
Estoy esperanzada en que las generaciones más jóvenes puedan erradicar de sus vidas, de
nuestras congregaciones y del entorno en que se encuentran, la VCM. Que logremos
establecer el diseño real y bíblico de hombres y mujeres, perfecto y maravilloso, que Dios
nos ha dado.
1.- https://www.emol.com/noticias/Nacional/2018/01/08/890326/Encuesta-Nacional-de-violencia-
intrafamiliar-38-de-las-mujeres-declara-haber-vivido-algun-tipo-de-violencia.html

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