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1111 nudnces concepciones del superhombre. Prescindiendo. IE~tn prosa, tomada, no de los fondos doctrinales de la
uhoru de si la tropicalidad es atributo del pensar amerí- 'obra, sino de la simple portada, es un tejido de cláusulas
('UIIO, lo es de Vasconcelos, que' añora las selvas de pal- de sentido disperso y apenas inteligible, sobre todo que,
IlWl'US, helechos, bejucos y bambúes, selvas que tienen un pocas lineas más abaj 0, se quiere hacer derivar de un
ritmo cósmico, y de cuyo conjunto sinfónico ambiciona ser auténtico españolismo una filosofía hispanoamericana (p.
el alma 3). Vasconcelos, además, está convencido de que 12 -13). Y que el apresuramiento e inconexión apunta-
"In civilización nació en el trópico y ha de volver al tró- dos no sean exclusivos del .párrafo trascrito, que no se
pico" 4), con tra tantos que,' como Hegel, la han hecho flor • trate de uno defectuoso entre mil correctos, se deduce por
de' las nieves o cuan do menos de las zonas templadas. El otros que tiene a su vera de expresión mental insuficiente,
último gran amerícanísta ha sido Keyserling, quien en sus de adj.etivación impropia, con partes de la oración dura-
Meditaciones suramericanas asigna a aquellas regiones Una mente articuladas, con gramática que deja que desear. Y
concepción del Universo fundada en el primado de la deli-
18 gramática, si-no como "aliño, al menos como primera
cadeza. A los americanos del' Norte, a los que ha dedicado.
ordenación del pensar humano, es el comienzo de toda
otro grueso volumen, les concede virtudes de primitividad
filosofía y de todos los primados de la delicadeza. Es una
en pos de lo colosal y cuantitativo. Keyserling, muy, distinto
lástima que desestime Vasconcelos el mecanismo sintático.
en esto de Spengler en Años decisioos, sabe ser cumplido
"El pensamiento, en su ejercicio natüral-afirma-, no si-
con unos y otros, con los de la tesis rubia y morena; .con .
gue el orden que se deriva de las partes de la oración, la
los de la "cósmica" y la anglosaj ona.' .
Con cualquiera de ellas, con sistemas étnícamente pig- secuencia gramatical del párrafo, sino la sugerencia del
mentados o sin ningún pigmento, atrae nuestra atención ritmo emotivo engendrado por la idea, brotado del efecto
este anuncio de filosofía americana. Como si la emancipa- de alguna imagen" (Ei., p. 100). Todavía son más desapren-
ción mental de aquella familia tuviera también .su hora y sivas las frases siguientes: "Escritores hay en el día que
estuviera ya sonando. Gamo si fuera Vasconcelos el nuevo gozan de cierta fama, varios habemos que escribimos mal
Bolívar: Y si no tanto, el nuevo Rubén Darío que revolu- y, sin embargo, se nos lee y aun se nos atiende. No' es aven-
cione la tradición filosófica europea. Algo de esto diría yo turado decir que hace veinte años nadie. se hubiera ocu-
que ha debido de cruzar por su mente al redactar el ca- pado de otra cosa que de señalarnos los yerro s de sintaxis
pítulo IV de Indoloqia. Pero volvamos a sus tratados .fílo- e los descuidós de la expresión" (lndología, p. 111).
sóficos. . Está bien que nuestro "ideólogo" eche' por rumbos
"El pensamiento dé un mejicano, 'dice en el prólogo a a-racionales ya-lógicos, mas nunca ilógicos, incoherentes.
la Estética (1936),.por lo que tiene de ibérico, se aparta Que siga vías éstéticas o extáticas, como le plazca, pero
del intelectualismo latino y busca arraigo en los hechos. nunca defectuosas en técnica gramatical, que al fin es la
La raza española ha dado místicos geniales y casi no da técnica misma elemental, la casera e imprescindible. Le es
filósofos. y aunque parezca extraño, en cierto modo depen- permitido ser anti-intelectualista, pero manteniendo en eso
sar, 'estamos más cerca del inglés y del celta que del galo, mismo algún principio fijo que dé sentido a sus puntos de
el alemán y el latino. Por algo, en la conquista del mundo, vista. Hay, una lógica en la ilógica, la que nunca dejará'
rivalizaron juntos españoles e ingleses, en tanto que los ra- de exigírsele. Nos dice muy resuelto, y como asentando la
cionalistas discutían la "realidad" desde sus pupitres esco- base de la indisciplina más desaforada: "Hoy los escolares
lares. En toda caso, no podemos convertirnos en cartesianos de primer año tienen noción del irracional empírico que
ni hegelianos sin deformarnos. Pero tampoco nos basta el se nos revela 'en la naturaleza", y por lo mismo, "quien
empirísmo inductivo de los ingleses. A nosotros los hechos ahora habla de conexiones necesarias de lo obj etivo es uno
no nos sirven de mero precedente, sino que nosirevelan que se pone .una venda para no ver el mundo" (Esi., p. 17).
una trama, y sólo nos conforma la arquitectura inherente Sin un mundo de conexiones necesarias, con un inde-
8. todo conjunto" (p. 12). " terminismo a todotrapo, se va a lanzar Vasconcelos a sus
construcciones, si ya no mej or, dispersiones fílosóñcas. Que
8) Ü], "Los Parques del Trópico" en Estética. eso y no otra cosa habrá de traer canon tan audaz 'en pai-
4) Oi, ln4ología,p. 65. ' .' ses donde jamás ha imperado el racíonalísmo despótico,
r: VMH:ONm:I.()S o 1iJ. Fui,SOIIO 1IE1. '1'lIÓJ'ICO I:s
.roAQuíN IRIARTE, S. J.
Cunndo soltó él su prosa lírica ante aquella bella apa- único el universo y el descubrimiento efectuado en un sitio
l'1dólI de Santa Sofía que le subyuga y que tantas veces rll'ecla la visión del conjunto" (Est., p. 19). La "mística'
rocu rre en su filosofía 6), nos dió una cálida poetizacíón, corno metafísica es muy anterior a Vasconcelos, y, anterior
euvnclta toda ella en metáforas, distinta en absoluto de los igualmente, esa actitud hierática de sacerdote de la unidad
planos áridos del inmortal monumento de Justiniano. Y, del Universo, con todas las, emociones y estremecimiento/!!
~in embargo, es muy de temerse que a los tratados cientí- con que se la quiera decorar .. Por la Historia de la Filo-
ficos de arquitectura solo pasen dichos planos áridos, y of'ía, mejor acaso, por senderos colindantes a ella" hemos
que por ellos nos sea, dado conocer la esencia del templo conocido multitud de aficionados a la especulación, filóso-
bizantino. Por ellos la ha podido gozar Vasconcelos, pues fos improvisados, que se refugiaban en la emoción y el
que los planos, esto es, el compás y la escuadra, lo -alzaron ocultismo para mejor encubrir los fallos de la inteligen-
en un principio de la nada; que jamás surgiera a haber cia. Por la Historia pasaron, pero pasaron sólo. ¡No pu-
dependido de solo 'arranques poéticos. Y por ellos sabre- dieron quedar!
mos distinguirlo de la Alhambra o
de la· catedral' gótica, "Juzgo que el problema filosófico debe abordarse en
que también irán a las libros del ramo disecados 'en pla- forma semejante a la del músico .en la composición d.e
nos, y no en' melodiosos cantos vasconcelistas. ¡Bueno an- una sinfonía:" (Me., p. 14). "Solo un lenguaje, mi sistema
daria el estudio de la arquitectura confiado a 'cantores ',y sinfónico puede resolver el conflicto dé la' inteligencia con
poetas! Y no es que neguemos que aprehendan ellos algo la emoción" (p. 19). Y así incesantemente; porque en los
'y mucho que no l.e es dado captar a la aridez geométrica. escritos del pensador "cósmico" -las palabras que más se
Pasar por los problemas filosóficos amodo de reportero' han repetido son acaso sinfonía, ritmo, y siempre en sen-
ágil que los' acaricie con la pluma, que los' contemple y • tido y alcance filosófico. ¡Como si la filosofía, que nació
sienta emotivamente, sin que los entienda en su intimidad de los misteriós órficos, quisiera por atavismo volver
, y nervlo-c-hasta sin perjuicio de que pueda hacer confe- ti ellos! .
. siones de no entender lo mismo que estuvo largamente dis- ¿ Qué, diría Vasconcelos de cuanto sobre sus' métodos
cutiendo. 7)-" será una especulación en sistema de rela- nos está diciendo si le obligaran a formular en plan me-
ciones como "de pentagrama musical", pero que, primero, lódico a musical esa misma determinación de sinfonía que
es inepto, 'y después nada nuevo, pues que estuvo ya de le obsesiona? Al concepto y a los modos conceptuales 'habrá
moda en aquella "ciencia superior" de los gnósticos de las de recurrir para expresar en forma viable lo que es sin-
primeros siglos y entre los sufitas musulmanes más tarde, , fonía dentro de la música, y 1'0 que ésta, la música, e~ den-
para volver a estarlo entre los, cabalistas, ocultistas y teur- tro de las actividades culturales humanas. y ¿qué pudiera
gos de siglos l?osteriores, hasta en el detalle vasconcelista hacerse con esa "ley emocional" que aquí se nos promulga,
de creer que era ella la "super-ciencia" o el "super-crite- si no se admite antes' la noción de ley y bien determinada '1
.rio", y hasta en la persuasión asimismo vasconcelista de ir Emociones que se empujan unas a otras como las olas de
deduciendo de una sola porción de la, realidad bien intuída un mar sin fondo cognoscitivo, nos llevan a un caos senti-
el vasto conjunto de la Creación, "porque es un' cuerpe mental, a una selva o manigua que, en su absoluta impe-
netrabilidad, ni siquiera nos haría sentir una conveniente
~) Oigase a Vasconcelos en el' principio de su canción a Santa Bofia, impresión de manigua. '
dentro siempre de su acostumbrada ilógica: "Henos aquí" en pleno siglo XX, Una vez que él filósofo, sirviéndose de unas planos 'ári-
en el interior de la Basiíica de Santa Sotía, antes 'orgullo de la cristiandad y
,hoy befa del turco, que la profana delante de una Europa impotente". (Pesi-
dos, como ,se dijo antes en el caso de Santa Sofía, cons-
mismo Aleore, p. 131.), Los' sustantivos "orgullo" 'y "befa" no se corresponde. truye las líneas que forman el cuadro de la realidad, le
como querria Vasooncelos. Santa Sofía es befa del cristianismo, Q directa- es muy fácil aljioeta revestírlo de colores cálidos y senti-'
mente objeto ,de befa por parte del turco. Y ¿quién no sabe que ese templo ¡¡It
halla- hoy en poder del turco por algo muy distinto de la impotencia de Eurs- mentales, y hasta reírse de quien trabaj a con meros trazos
pa? Digo lo mismo de los titulares: La Raza O ósmica y M onismo Estético. frios. O dicho en vasconcelista: Es muy .fácil. aprovecharse
El primero nos lleva a pensar en una raza planetaria o astral, y el segundo
apenas especifica al monismo, del que se podrá decir que es materialiata e
de los hermosos libretos que la' fllcsóf'ia intelectualista ha
idealista, pero con dificultad' el que sea estético. reunido, toda esa grandiosa letra ínterpretativa de la rea-
7) "Cuando escribí mi Etica, no tenía idea clara de la naturaleza de 1011 •
lidad que es fruto de siglos, y sinfonizarla después sin es-
'Valores." Bst., p., 378. Y en la Etica incluso se llegaron a jerarquizar 7 "pa-
radígmar" . los valores. fuerzo alguno, poniéndole música sentimental y ritmo O ley
JOAQUÍN IRIARTE, S. J. YASCONOELOS O EL lIILÓSO¡'O DEL TU6l'ICO
intuitivo. Desde lás interioridades del 'átomo, de la célula I '1 11e, pOTla mayor o menor dificultad que d ilujo
y de las conciencias fluyen unos hilitos rumorosos conver- lid eucucntra en su avance, va diversificándose en varíe-
gentes en el fondo emocionado del filósofo estético, que 11\11dl' grados de conciencia. Vasconcelos apunta otra ra-
anulan los mil pretendidos dualismos y pluralismos. El 611, Ln~ formas, restos de la catástrofe pluralista, son las
fluir rítmico que tiene lugar en-los procesos energéticos de "I!I~/1(' encargan-de ir imprimiendo diversidad de. ritmos
los seres todos en actividad, despierta en su interior' otro 1 1(1 renlidad única, pero sin declarar, al menos satisfacto-
fluir paralelo que delata un ser no sólo afín, sino igual a él. uucntc, por qué y de dónde h~ surgido .es~~intervención
"La conciencia llega hasta el fondo del átomo, y allí, en- d, tllH formas a deshacer la unidad paradisíaca que una
, euentra el temblor de su propia esencia" (Esi., p. 66.) Allí nllulogía trasnochada presupone. Porque, ¿dónd~ ha ~o-
se ve y se sabe como porción de una onda gigante que es el, 1IIIIIIrudo siquiera esas catástrofes Ia verdadera ñlosoña?
cosmos, trabajado por un afán inmenso de totalidad y divi- ~II cnmbío, se aquieta la razón, viendo multiplicados los
nidad, de un regreso Q retorno hacia su primer Principio. (H"'/i en un dualismo de materiales e ínmateriales, Y en
La teoría no dej a de ser interesante, pero ... enla esfera pllll'ulismos de perfecciones y maneras de ser sin nÚIn:ero,
de las construcciones "bien trova das", en manera alguna Jlol'ql\C en su diversificación ha presidido no el azar ru un
de las sólidamente fundamentadas. j Qué de interpretacio- "lItllclismo, sino una mente ordenadora que se complace en
nes como éstas no han dado los vates de todos los tiempos, h ihir la variedad en plan arquitectónico de base, alzado
los que han visto el mundo convertido en la nebulosa de' ornamentacíón de seres jerarquizados.
una sola sustancia, tal -vez de una inmensa alma y hasta Cuando la emoción, esa emoción intuifiva de que habla
de inmenso animal! Y sin que les falten bases de unifica- nsconcelos, se encuentra intuyendo por los métodos sin- ,
, ción en la concepción panteizante que se forjan. Encuen- . Ióulcos, no necesita dar a las cosas identidad de esencia
iran; en efecto, analogías entre todos los seres de la Crea- 11 11(, sujeto que no poseen, sino que basta les dé otra unidad
ción; ven que convienen en algunos fenómenos energéticos, el •• origen yfín que a todas luces se les trasparece, y que
que reaccionan por igual ante ciertos agentes de la natu-. In que las coordina en arpa y lira universal como tantas
raleza, que admiten no pocas leyes y predicados comunes. Vt'('('S han cantado poetas divinamente inspirados, intér-
Más: que no hay ser de tal manera diferente que en nada prctcs auténticos de la belleza integral del Cosmos. La sin..:'
se asemej e a los demás. Al notar, digo, tales conformidades, 11I1l1t\ está precisamente, en concordar ritmo y voces, ins-
a poco que se dej en llevar de la fantasía, proyectan en la Irurncntos y lenguas, sin negar sus díf'erenciasv.antes bus-
lej anía una coincidencia de los opuestos, un como vértice ('1\ 11do puntos de unidad en lo que apuntan y en lo que for-
,en donde todo se una, y aseguran' que la igualdad es un, 11II1Il. La sinfonía ·es unidad de. partes varias en un todo,
hecho, que la identidad se ha respirado, que la unidad de 110 precisamente identidad de ser.
esencia se ha palpado en el mundo. Se imaginan, efecti- y si Vasconcelos nos 'afirma, además, que los seres se le
vamente, pulsando en las arterias del Cosmos un único im- muestran entre sí y con .su propio ser en 'identidad de sujeto'
pulso vital, una única nota sinfónica, mientras se sienten y obj eto, la inteligencia le hará esta otra pregunta: ¿ Quién
'invadidos de un religioso temblor. Así es como ha surgido \11 dividido el mundo en tantos centros conscientes, sin ven-
esa pléyade de ocultistas, cabalístas, teurgos y pseudo-místi- luuns que diría Leibniz, de manera que nos sintamos sí
cos que en el mundo han sido. Así,ese su sentimiento de unificados en generalidades específicas y genéricas, más irre-
'creerse haciendo religión: y predicando el amor y unión ductlblementé divérsiflcados en personas e individuos? Esa
universal, cuando los demás están solo filosofando, y filo- -orriente sinfónica que nos envuelve y nos. trae en momen-
sof'ando fría y desinteresadamente, de espaldas al ritmo 111M de éxtasis poético los secretos de una identidad mal
unificador y santificador del Universo.' . encubierta tras la variedad fenoménica que ríos envuelve.
, . Mas también sabe el entendimiento vengarse de los de- c1l'hió traernos también la contestación a, la multitud de
nuestos de que por parte de tales' pseudomísticos es objeto. dlfr-rencias que nos distinguen. Diferencias que superan en
¿Por obra de 'quién o de qué-epregunta-c-se divide la onda, cnlldnd y cantidad a los 'puntos de semejanza. Extrañeídad
siendo una, en esa pluralidad de ritmos o reinoa.de géneros IJlW no puede ser más infranqueable, que no puede salvarse
y especies? Algo o alguien ha tenido que imprimirle las ('011 vuelos poéticos ni consideraciones de base emotíva, El.
direcciones '<) sentidos que en ella constatamos. Bergson vi-rdndcro filósofo, el de base intelectual, tenia ya desde
20 JOAQUÍN IRIARTE, s. J.
* * *
y quede así esta presentación del pensador mejicano,
sólo a grandes rasgos esbozado, dejando a otros (cf •. v. gr.,
El sistema filosófico de Vasconcelos, por J. S. Villaséñor)
un estudio más detallado de su extensa divagación filosófica
donde, en movida visión oriental, y con erudición, para
qué negarlo,extraordinaria, enciclopédica, como ya se dij o,
se pasa revista a todo, desde Dios hasta la materia prima
y desde la liturgia y el celibato eclesiástico hasta las bebidas
"ambrosíacas" del trópico. .
JOAQUÍN'!RIARTE, S. J.