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Evolución de la Esquizofrenia en el Siglo XX

Resumen objetivo elaborado


por el Comité de Redacción Científica de SIIC sobre la base del artículo
One Hundred Years of Schizophrenia: A Meta-Analysis of the Outcome Literature
de
Hegarty J, Baldessarini R, Oepen G y colaboradores
integrantes de
Harvard Medical School, Boston, EE.UU.
El artículo original, compuesto por 8 páginas, fue editado por
American Journal of Psychiatry
151(10):1409-1416, Oct 1994

Globalmente, menos de la mitad de los pacientes con diagnóstico de esquizofrenia


presentaron una mejoría clínica sustancial después de un seguimiento promedio
de 6 años. Si bien los índices mejoraron en gran medida en la segunda mitad del
siglo pasado, a partir de la década de 1970 se comprobó una nueva declinación.
Es probable que los cambios temporales reflejen, en parte, las modificaciones
terapéuticas y la aplicación de distintos criterios diagnósticos.

Introducción Métodos
La esquizofrenia suele considerarse una enfermedad cró- Se realizó una revisión completa de la bibliografía del siglo
nica o progresiva, asociada con un compromiso importante pasado. Los estudios publicados antes de 1966 se identifica-
de la función cognitiva y social. Inicialmente solo se obser- ron mediante una búsqueda en el Index Medicus o la Current
vaba mejoría clínica durante el seguimiento en no más del List of Medical Literature. Los trabajos publicados a partir de
17% de los casos, un hallazgo que motivó la aceptación de 1966 se identificaron mediante una búsqueda en MEDLINE.
que la evolución desfavorable es casi la regla. Un amplio La búsqueda completa abarcó el período comprendido entre
estudio de 1912, realizado con 395 enfermos internados, 1895 y 1991. Se encontraron 821 artículos en total.
mostró resultados sumamente desalentadores en cuanto a Solo se incluyeron los estudios realizados en pacientes con
la evolución clínica y puso de manifiesto la ineficacia de los demencia precoz o esquizofrenia; se excluyeron aquellos
tratamientos utilizados por ese entonces (inyección de adre- que evaluaron, también, a enfermos con trastorno manía-
nalina, fiebre inducida y vasectomía). En la década de 1930, co depresivo, trastornos esquizoafectivos u otras formas de
se introdujeron otras opciones terapéuticas, como el coma psicosis. La duración promedio del seguimiento debía ser
insulínico, la terapia convulsiva química y la terapia electro- de, por lo menos, un año, y 15 enfermos, como mínimo,
convulsiva, las primeras modalidades de terapia asociadas debían haber completado el seguimiento. Los artículos de-
con efectos positivos y mejoras considerables en el pronós- bían aportar información sobre la evolución. Tanto los estu-
tico de los pacientes con trastornos psicóticos. En la década dios experimentales como los naturalísticos debían especificar
de los cincuenta, se incorporaron los primeros antipsicóticos, los tratamientos utilizados durante el seguimiento.
como la reserpina y la clorpromazina. Trescientos veinte estudios (57.9%) reunieron los criterios
En los años setenta se realizaron 2 amplios estudios a de inclusión para el presente análisis, con 51 800 pacientes
largo plazo que comprobaron mejoras clínicas importantes de 368 cohortes y 311 400 personas/años (P/A) de segui-
en alrededor del 50% de los pacientes con esquizofrenia miento. Se incluyeron artículos publicados en cualquier idio-
10 años después del diagnóstico. La no institucionaliza- ma; 37 (11.6% de la totalidad) se tradujeron al inglés.
ción y una apreciación clínica distinta, en relación con los Dada la heterogeneidad de los criterios de valoración con-
factores psicológicos en los trastornos psicóticos crónicos, siderados en los distintos estudios, los datos de cada trabajo
incluidas las relaciones familiares y las emociones expresa- se transformaron en cocientes de medición de mejoría, es
das, fueron cambios importantes en el abordaje integral decir, el número de enfermos con mejoría en relación con el
de estos enfermos. En la mayoría de esos estudios se apli- número total de pacientes en la cohorte. Se utilizaron los cri-
caron criterios relativamente amplios o transversales, en terios que sugirieron niveles adecuados de funcionamiento
vez de las pautas norteamericanas más recientes (Diagnos- y ausencia de síntomas psicóticos. Los pacientes con mejoría
tic and Statistical Manual of Mental Disorders® [DSM] III fueron aquellos que estuvieron recuperados, en remisión y
y III-R). Por lo tanto, es interesante evaluar las tendencias sin síntomas residuales o solo con síntomas mínimos o leves,
históricas en la evolución de la esquizofrenia y conocer las sin deficiencia funcional, con recuperación social y con posi-
consecuencias de los cambios en los métodos diagnósticos bilidades de vivir o trabajar de manera independiente.
y terapéuticos. Cuando se definieron criterios diagnósticos específicos,
Hasta la fecha, ningún trabajo incorporó la información los estudios se asignaron a los sistemas de Kraepelin (de-
internacional y los datos en un metanálisis con criterios es- mencia precoz), Langfeldt, Bleuler, Schneider, Leonhard o
pecíficos de inclusión y de exclusión. Por lo tanto, en el Mayer-Gross; a la International Classification of Diseases
presente estudio se aplicó la metodología contemporánea (ICD) 8 o ICD-9; al DSM-II®, DSM-III® o DSM-III-R®; a la Pre-
sugerida para los metanálisis de estudios clínicos, conside- sent State Examination (PSE); a los criterios de Feighner, o a
rando en particular la información vinculada al abordaje los Research Diagnostic Criteria (RDC). Estos criterios fueron
diagnóstico y terapéutico. posteriormente asignados a una categoría más estrecha (ca-
tegoría kraepeliniana) o más amplia (categoría no kraepeli- se mantuvo hasta mediados del siglo, con un promedio máxi-
niana). Los sistemas que requirieron al menos 6 meses de mo de 48.5% en el período de 1956 a 1985, estadísticamen-
enfermedad para establecer el diagnóstico de esquizofrenia te diferente del promedio de 1895 a 1955 (35.4%; t = 5.7;
se consideraron kraepelinianos (Kraepelin, Langfeldt y Feigh- df = 292; p < 0.0001). Es probable que este cambio obedecie-
ner; DSM-III® y DSM-III-R®). Los sistemas no kraepelinianos se ra a la introducción de la terapia antipsicótica.
basaron más en los síntomas, la duración requerida fue me- Sin embargo, a partir de 1986, la probabilidad promedio
nor (un mes o menos) y no tuvieron requisitos en cuanto a la de evolución favorable disminuyó nuevamente a 36.4%, es
duración de la fase prodrómica o de la enfermedad psicótica decir, a niveles semejantes a los que se encontraron en la
activa (criterios de Bleuler, de Leonhard, de Schneider, de primera mitad del siglo (t = 0.2; df = 146; diferencia no sig-
Mayer-Gross; ICD-8 e ICD-9; DSM-II®; sistema PSE/CATEGO nificativa).
y sistema RDC). Los estudios sin sistemas diagnósticos defi- La duración del seguimiento se analizó, también, como un
nidos se consideraron con criterios inespecíficos. factor predictivo de la evolución clínica. La probabilidad no
Para las comparaciones entre las décadas solo se tuvieron ponderada de evolución favorable tendió a declinar en rela-
en cuenta las cohortes con 10 años o menos de seguimiento ción con el seguimiento más prolongado; las diferencias fue-
(314 cohortes, 85.3% del total). Para los períodos de segui- ron leves y no significativas (43.7%, 40.8%, 38.3%, 37.4%
miento las décadas se definieron en relación con el punto y 37.3% para los seguimientos de 1 a < 2 años, 2 a 4 años,
intermedio (por ejemplo, la década de 1950 tuvo un segui- 5 a 9 años, 10 a 19 años y 20 años o más, respectivamente;
miento promedio entre 1946 y 1955). El seguimiento se cla- F = 1.5; df = 4363).
sificó en 1 a < 2 años, 2 a 4 años, 5 a 9 años, 10 a 19 años Al considerar los grupos de tratamiento y los sistemas
y 20 años o más. Se consideraron 4 grupos terapéuticos diagnósticos se observaron diferencias más pronunciadas.
principales: terapias inespecíficas, terapias convulsivas (con- Según los análisis no ponderados, la terapia con neurolépti-
vulsiones inducidas de manera química o eléctrica o shock cos se asoció con el porcentaje promedio más alto de sujetos
insulínico), lobotomía prefrontal y terapia con neurolépticos con mejoría (45.6%); siguieron los pacientes tratados con
o antipsicóticos. terapias convulsivas, tratamientos inespecíficos y lobotomía
En las comparaciones múltiples, los promedios se compa- prefrontal. El análisis ponderado ANOVA mostró un efecto
raron con pruebas de Duncan. En los modelos de regresión altamente significativo de los sistemas diagnósticos y todos
múltiple ponderada para la predicción del porcentaje de pa- los tratamientos en conjunto, sin interacciones entre ambos.
cientes con mejoría se consideraron los sistemas diagnósti- En los análisis post hoc, los resultados combinados con los
cos, el tipo de tratamiento y la duración del seguimiento. neurolépticos y los tratamientos convulsivos fueron supe-
Los efectos basados en el número de enfermos, con estima- riores en eficacia respecto de la lobotomía y los métodos
ción de la varianza, se computaron para cada estudio con inespecíficos.
el método de DerSimonian y Laird. Se aplicaron modelos de Los trabajos que utilizaron criterios diagnósticos amplios
varianza ANOVA y pruebas post hoc. no kraepelinianos sistemáticamente mostraron evoluciones
  más favorables, en comparación con los que aplicaron cri-
Resultados terios kraepelinianos restringidos (cociente = 1.7; t = 8.3;
Las cohortes de pacientes psicóticos que reunieron los cri- df = 178; p < 0.0001). La diferencia se mantuvo durante
terios de selección por década (con exclusión de la década todo el siglo, desde la era precoz (antes de la introducción
de 1985 a 1995 con datos incompletos) promediaron 38.7, de las terapias somáticas eficaces [hasta 1925 inclusive], des-
con un máximo de 94 durante la década de 1930, después pués de la introducción de las terapias convulsivas [1926 a
de la introducción del coma insulínico y de la terapia elec- 1955] y luego de la incorporación de los neurolépticos [1956
troconvulsiva. El número promedio de sujetos por cohorte a 1975]) hasta la era actual (después de 1975) y fue altamen-
analizada declinó significativamente en el transcurso del si- te significativa en los modelos ANOVA.
glo: de 250 en 1895 a 1915, a 56 a partir de 1986 (por En los modelos de regresión de variables múltiples, la dura-
década, r = 0.98; n: 368; p < 0.0001). En el 50% de los ción del seguimiento y el tratamiento con neurolépticos fue-
estudios, el diagnóstico de esquizofrenia o demencia precoz ron factores predictivos de la mejoría. El sistema diagnóstico
se estableció sin criterios específicos. Se aplicaron sistemas fue un factor predictivo de la evolución (F = 24.4; df = 2360;
diagnósticos kraepelinianos en el 21.7% de los trabajos y p < 0.00001), al igual que el tratamiento neuroléptico
métodos específicos no kraepelinianos en el 28.3% de los (F = 31.3; df = 1360; p < 0.00001); en cambio, la duración del
casos. El seguimiento tuvo una duración de 1 a 40 años (me- seguimiento no lo fue (F = 2.0; df = 4360; p = 0.09).
diana de 3 años y 5.6 años, en promedio). En la mayoría
de los estudios se incluyó un período de seguimiento breve Discusión
(< 5 años en el 57% de los casos). Los neurolépticos, la te- Estos resultados indican que menos de la mitad de los en-
rapia convulsiva, los métodos inespecíficos y la lobotomía fermos con diagnóstico de esquizofrenia presentaron una
fueron los tratamientos predominantes. mejoría clínica importante tras un seguimiento promedio
El porcentaje promedio de pacientes con evolución favo- de 6 años. Si bien se registraron avances sustanciales luego
rable, de manera independiente del seguimiento, en todo el de la década de 1920, la ganancia en los índices de me-
siglo fue del 40.2% en las 368 cohortes. El análisis década joría declinó en gran medida después de los años setenta.
por década mostró que la evolución se modificó en el trans- Es posible que este patrón bifásico sea consecuencia de
curso del tiempo. Antes de 1920, los estudios solían incluir a los tratamientos más eficaces y de los cambios históricos en
pacientes con diagnóstico de demencia precoz de Kraepelin, los criterios diagnósticos aplicados en el último siglo.
para quienes no se disponía de tratamiento específico. Por Entre las décadas de 1920 y 1970, los índices de evo-
consiguiente, entre 1895 y 1925, el porcentaje promedio lución favorable se duplicaron de 24.3% a 50.5% de los
ponderado de los pacientes considerados con mejoría al final casos; esos cambios positivos serían atribuibles a los nuevos
del seguimiento fue de solo el 27.6%. En la década de 1930, tratamientos de la enfermedad, en especial los neurolépti-
luego de la introducción de las terapias convulsivas, el porcen- cos, a partir de la década de los cincuenta, como también al
taje promedio de mejoría aumentó a 34.9%; esta tendencia mayor hincapié en las intervenciones familiares y comunita-
rias desde la década siguiente. A finales de los años setenta, la enfermedad, con independencia de su duración. Sin duda,
Manfred Bleuler advirtió sobre la posible desaparición de los los criterios considerados influyen en el diagnóstico de la es-
casos más graves de esquizofrenia y atribuyó el cambio a quizofrenia o de otros trastornos psicóticos. La percepción
los tratamientos modernos. Se considera que el tratamiento creciente de los profesionales, en cuanto a la posibilidad de
apropiado precoz con antipsicóticos afecta favorablemen- mejoría en respuesta a los nuevos fármacos, afectó las ten-
te la evolución natural de la enfermedad. En un estudio, la dencias observadas en el tiempo.
indicación temprana de neurolépticos aumentó las proba- Las definiciones más estrictas de esquizofrenia, bajo la in-
bilidades de tener un pronóstico favorable a largo plazo. El fluencia de los criterios del DSM-III®, la duración de la enfer-
curso desfavorable en los pacientes con enfermedad de ini- medad y los síntomas psicóticos activos y residuales como
cio insidioso podría atribuirse, en parte, al retraso en aplicar variables diagnósticas, explicarían los cambios observados
la terapia adecuada. en el tiempo. A pesar del uso sistemático de neurolépticos y
Los resultados de la presente revisión sugieren que los de otras terapias contemporáneas, la evolución clínica pro-
pacientes en quienes la esquizofrenia se diagnostica sobre medio se ha deteriorado en la última década, tal vez como
criterios más amplios o inespecíficos han tenido importantes consecuencia de la introducción de los criterios del DSM-III®
mejoras en la evolución a partir de la década de 1950, cuan- y el nuevo énfasis kraepeliniano en la duración y el curso de
do se introdujeron los neurolépticos. la enfermedad.
La tendencia diagnóstica que predominó entre las déca- En conclusión, los resultados del presente metanálisis de
das de 1930 y 1940 se alejó del modelo kraepeliniano, el la evolución de la esquizofrenia en el transcurso del siglo
cual hace hincapié en la cronicidad de la enfermedad y en la pasado indican que los criterios diagnósticos ejercieron con-
discapacidad progresiva, y se acercó al concepto bleuleriano secuencias fuertes y predecibles sobre el curso de la enfer-
más amplio, que distingue 11 síntomas patognomónicos de medad, antes y durante la era de las terapias modernas.

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