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EL FILOSOFAR DE LOS

PROFESORES

Indira Getzabely Mojica Pineda


Didáctica Y Organización Escolar
TEMA 1
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Se debe partir de la base de que para ser un profesor de calidad, antes que nada, se debe ser un
adulto de calidad con capacidad e interés por crecer en lo intelectual, lo racional, lo emocional y lo
ético.

En la profesión docente no se puede separar lo que se hace de lo que se es.


Como señalan Olga Casanova, L. Bazarra y J. García Ugarte en el libro “Profesores, alumnos y
familias” tanto los alumnos como el profesor, deben asumir desde el principio que somos los
artífices de la construcción de un equipo. Su calidad y su valor dependerán de que seamos capaces
de conocer y compartir lo mejor de nosotros mismos.

Es interesante recodar que, un profesional de la educación debería tener desarrolladas las


habilidades propias para una buena interacción humana. El profesor no se limita a enseñar cultura
básica a sus alumnos, sino que, en ocasiones entra en el terreno de las opciones más libremente
personales, como son las creencias religiosas o políticas, organización del ocio, preferencias
artísticas, etc.

Habrá quien argumente que, en este nivel, su intervención es mucho menor, pero por poca que
sea su actuación en estos campos, son demasiados delicados para permitir que puedan ser
manipulados por cualquier persona. Hace falta una personalidad madura para adentrarse tan
hondamente en la mente de un niño, sin temor a causar estropicio alguno.

Si los estudiantes se dan cuenta que no dominamos la materia perderán el entusiasmo y el interés
en el curso. Esto no significa que lo debamos saber todo o aparentar que lo sabemos todo. Estos
son momentos en donde podemos demostrar nuestra vulnerabilidad y humildad. La principal
exigencia no es que el docente sea el dueño absoluto de un conocimiento enciclopédico, tal vez lo
principal es que pueda situarse críticamente ante ese saber universal y generar controversia e
incertidumbres entre sus alumnos.

El docente debe ejercer su liderazgo pedagógico amparado en unas excelentes relaciones


humanas, que finalizaran enriqueciendo la convivencia y fortaleciendo el prestigio y la buena
imagen del docente.

Son profesores que retan a sus estudiantes y tienen las destrezas para estimular que den lo mejor
de sí mismos. Y logran esto teniendo objetivos que sean relevantes para los estudiantes. La
creación de ese ambiente en el aula es una tarea compleja que requiere un gran compromiso por
parte del profesor y los estudiantes. Hay una serie de características que deben estar presentes en
la personalidad y carácter de un buen maestro:

EN LO PROFESIONAL:

- Domina su área.
- Se mantiene actualizado.
- Tiene conciencia de la responsabilidad de su profesión.
- Merece respeto por la capacidad profesional que muestra tanto dentro como fuera del
aula.
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- Es permisible con las ideas ajenas.


- Tiene un juicio lógico.

EN CUANTO A LA DOCENCIA:

- Ayuda significativamente a sus estudiantes a alcanzar los objetivos del curso.


- Prepara bien su clase y hace de ella una actividad estimulante y productiva.
- Logra que los estudiantes se interesen por la materia usando eficientemente estrategias de
enseñanza-aprendizaje apropiadas a los objetivos del curso.
- Evalúa a tiempo, con justicia y de acuerdo a los objetivos y contenidos del curso,
estimulando el mejoramiento del aprendizaje.

EN LO INTERPERSONAL:

- El buen profesor tiene vocación de maestro: ayuda a sus estudiantes a crecer personal y
profesionalmente.
- Es una persona mental y profesionalmente madura: es cálida, honesta, afable, abierta;
respeta a sus estudiantes, se interesa por ellos y disfruta de la interrelación profesor-
estudiante.
- Sirve de modelo y ejemplo a sus estudiantes en cuanto a su comportamiento como
profesor, como profesional y como ciudadano.

EN CUANTO A LA RESPONSABILIDAD:

- Cumple con las normas mínimas de puntualidad, de impartir la docencia, administración


de exámenes, asignación y entrega de calificaciones.
- Se compromete con su labor de docente.
- Los buenos maestros entienden cómo se desarrollan y aprenden sus alumnos.
- Incorporan las teorías cognitivas de la inteligencia en su práctica.
- Están conscientes de la influencia del contexto y de la cultura en el comportamiento.
- Desarrollan la capacidad cognitiva de sus alumnos y su respeto por aprender.
- Igualmente, promueven la autoestima de los alumnos, la motivación, el carácter, la
responsabilidad cívica y su respeto por las diferencias individuales, culturales, religiosas y
familiares.

 En el recuerdo de los adultos destaca, de forma mayoritaria, como característica del buen
profesor, “el entusiasmo que transmitía acerca de lo que enseñaba”. En segundo lugar,
aquel que ayudaba a “confiar en tus propias posibilidades” o transmitía el deseo de seguir
aprendiendo y estaba disponible para resolver conflictos.

X Por el contrario, el mal profesor se caracterizaba porque “humillaba y ridiculizaba” o


porque “era aburrido”, “no le entendía” o “castigaba mucho”.
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- Para los alumnos actuales, en general existe buena integración y sólo un 5% reconoce que
se enfrenta con algunos profesores. Un 3% se siente a menudo rechazado por los demás.

O. Casanova, l. Bazarra y j. García ugarte autores del libro “profesores, alumnos, familias”,
indican que la persona que sabe escuchar de verdad lleva a la acción a quien le habla, le
provoca sentimientos positivos que favorecen la confianza en sí mismo y su autoestima.

Una buena escucha implica comprensión, aceptación, confianza y una buena respuesta puede
ser tan sólo un gesto, o una mirada.

La comunicación no verbal hay que tenerla siempre muy presente dentro del aula. Hablamos
con cada poro de nuestra piel, con la actitud, con los gestos faciales y corporales, con los ojos,
con la agilidad o la lentitud de movimientos, los niños de manera inconsciente adquieren toda
esta información no verbal. Es lo que se llama “currículo oculto”, aquello que se transmite y se
recibe sin intención expresa y que tiene un enorme poder educativo, pues los niños aprenden
muchísimo por observación, como afirmaba Bandura.

Por otro lado, el profesor ha de ser un excelente “moldeador”, dedicándole tiempo, esfuerzo,
cariño en la tarea, retocando y puliendo las imperfecciones pero respetando el tacto, la
esencia, la calidad y la consistencia de la materia prima.

No es aconsejable imponer a los alumnos un único modelo, un único camino: el propio, si no


que debemos empujarles para que desarrollen cada uno su distinto potencial de la manera
que más se adecue a su ritmo y capacidades, ayudarles a extraer lo mejor de ellos mismos,
porque la figura perfecta está en su interior y sólo hay que quitar de encima aquello que
impide que salga a la luz.

A este respecto, el profesor debe tener una gran fe en la especie humana, confiar en las
personas, creer en ellas, disfrutar analizándolas, observándolas. De la misma manera, el propio
profesor no debería olvidar nunca que él mismo también está permanentemente en proceso
de desarrollo y de aprendizaje.
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Por otra parte Lourdes Bazarra y Olga Casanova en su libro metodología y habilidades
docentes, exponen las cualidades naturales que capacitan para realizar la tarea docente.

• Madurez
• Amor a la verdad
• Estabilidad emocional
• Autocontrol
• Salud psíquica
• Facilidad para la comunicación
• Saber escuchar
• Sentido de la justicia
• Amplitud de miras, curiosidad intelectual y disposición para seguir aprendiendo
• Respeto a la libertad de los demás
• Amor a la propia libertad
• Fortaleza
• Autoridad y respetabilidad
• Optimismo y buen humor
• Coherencia e integridad personal

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