UNIVERSIDAD DEL CAUCA

FACULTAD DE CIENCIAS NATURALES, EXACTAS Y DE LA EDUCACION

DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA

La cotidianidad en la modernidad
Isabela Mazabuel Solarte

Al considerar la cotidianidad como “un tema de todos los días”, me cuestiono sobre ¿qué
es un día común o uno especial, y en que se caracteriza cada uno, inserto en nuestra
sociedad? Dentro de la sociedad civil, la vida cotidiana, es esa en la que se mueven las
personas, el plano básico de su actividad; donde las masas se conforman en reproducir, con
leves diferencias, lo mismos sucesos dentro de su ordinariez; que gira en torno al trabajo, al
consumo rutinario y al goce de los bienes producidos.

En la modernidad capitalista la cotidianidad está implantada de manera, implícita y

explicita considerando que la vida práctica transcurre sobre todo en la esfera laboral, esta
esfera está sujeta a los principios básicos del capitalismo y enfatizado en la
industrialización.

La modernidad, como es bien sabido, trajo consigo cambios drásticos en la sociedad

occidental, se manifestó en la filosofía, la ciencia, la política y la vida en general. Es en este
periodo donde se comienza a evidenciar una nueva forma de trabajo, con los primeros
avistamientos de un Capitalismo que será cruel con la mano de obra concebida como una
mercancía, presenta contradicciones en tanto que el trabajo será distribuido colectivamente
y las ganancias serán de forma individual y privada.
El nacimiento de una era industrial, hará de este sistema económico, un sistema económico
mundial, que regirá a toda nación, se convertirá en centro de toda economía y sociedad. Los
grandes sistemas fabriles requieren obreros competentes con la nueva industrialización y la
producción en cadena, esto se transforma en una crítica del sistema de producción
capitalista y de la mecanización del ser humano, que dedica su vida entera al mercado. El
proletariado sabe que se encuentra destinado a continuar su trabajo de forma maquinal para
poder sobrevivir en un sistema de riqueza social, que llega a imponer sus exigencias sobre
la organización práctica de la vida productiva. Entre sus imposiciones se encuentra la
jornada laboral, que se mueve en torno a la mayor producción, en el menor tiempo posible;
así, el jornalero se ve presionado por el control de cada periodo de tiempo destinado a la
tarea, en la que el trabajador está especializado con un rol específico, que debe desarrollar
mediante movimientos simples, pero eficaces.

Esta es una verdad inmersa en los tiempos modernos, en la vida moderna, esa vida vivida
día a día por cada uno de los individuos. Chaplin, en su obra filmográfica “Tiempos
modernos” nos da cuenta de los esfuerzos, que las personas hacen por permanecer , aún,
sujetas a un trabajo explotador por la mera necesidad de sobrevivir. El mismo Chaplin
refiere a que cualquier otro lugar “es mejor” para escapar de la cotidianidad, y más que
eso, de la mecanización del ámbito laboral. Él en su interpretación, refleja el deseo
existente en todos aquellos subordinados a las intenciones capitalistas, que no benefician
tanto al obrero.
Como siguiente aspecto que implica a la cotidianidad dentro de la modernidad,
industrialización y capitalismo, tenemos que al maximizar la eficiencia de la mano de obra,
de las máquinas y herramientas, el trabajo se ha convertido en una ruptura de la creatividad
laboral, dentro de las industrias, convirtiéndose en una rutina productiva, que se basa en
reducir de manera significativa el tiempo de producción de un bien. Los empleados ya no
piensan, su labor se basa en seguir instrucciones de las tareas que realizan; como meros
autómatas o mecanismos programados. En este sentido la educación capitalista se destaca,
por formar al estudiantado con capacidad para desenvolverse en el campo laboral, se lo
prepara para la vida moderna, es decir para la cotidianidad innegablemente relacionada con
esta, vista en cuanto al Sistema Económico Mundial que reside en ella.

Así pues, la cotidianidad, en tiempos modernos se encuentra inseparable del capitalismo;

en donde los periodos destinados al trabajo, explotador y mercantilista, al igual que el
tiempo de improductividad giran en torno al consumismo. La rutina, vivir para trabajar,
seguirá presente por muchas más generaciones.
Echeverría, B. 2009. Deambular:Walter Benjaminy la cotidianidad moderna. México.
UNAM

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