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¿Qué es el carácter?
Conjunto de rasgos, cualidades o circunstancias que indican la naturaleza propia de una cosa o la
manera de pensar y actuar de una persona o una colectividad.
El carácter no es algo que se traiga desde el seno materno, sino que se ve afectado rotundamente
por el medio ambiente, la cultura y el entorno social donde cada persona se forma.
A la par del carácter esta el temperamento el cual reúne los aspectos biológicos del carácter y está
vinculado con el proceso fisiológico y aquellos factores genéticos que colaboran significativamente
en las conductas sociales de los individuos.
Para la creación del carácter son necesarios tres componentes: la emotividad (repercusión
(resultado) emocional del individuo frente a los sucesos), la actividad (inclinación del individuo a
responder a un determinado estímulo) y la resonancia (respuesta frente a los sucesos).
Para siempre es su misericordia. (chesed) es tal vez la palabra más importante de todo el AT porque resume
efectivamente el carácter de Dios. No hay una traducción exacta a otro idioma A veces se dice misericordia, a
veces bondad, a veces benevolencia, etc. Chesed describe el pacto de amor de Dios con su pueblo, una
bondad apasionada, misericordiosa y continua que pasa por alto la habilidad de su pueblo para pagarle o
amarlo de la misma forma.
Su fidelidad por todas las generaciones. Dios es constantemente fiel, no se limita al tiempo ni a una
generación. El es el fiel y justo para con todos y todas.
La unidad familiar es la base de la sociedad humana y cuando la unidad familiar ya no existe, la sociedad es
destruida.
Cada miembro de la familia tiene un papel dado por Dios para desempeñar en la familia.
El bienestar espiritual (ETERNAL) de los hijos es una de las responsabilidades dada por Dios para ambos el
padre y la madre.
“Su amor debe ser real y sincero.... apéguense sólo al bien. Ténganse cariño unos a otros,
como hermanos. Den preferencia a los demás y respétense unos a otros.” (Romanos 12:9-10
PDT)
El propósito de la vida es crecer y darse cuenta de que no todo es acerca de ti. De hecho,
la verdadera felicidad es dar tu vida, no ser egoísta, servir y amar. A esto se llama
madurez. La vida es un laboratorio para aprender a amar.
La Biblia dice, “Su amor debe ser real y sincero.... apéguense sólo al bien. Ténganse
cariño unos a otros, como hermanos. Den preferencia a los demás y respétense unos a
otros.” Romanos 12:9-10 (PDT).
¿Haces esto en tu matrimonio? ¿Tienen una competencia sobre quién puede mostrar más
respeto? Antes de que me casara hace muchos años, yo realmente creía que sabía cómo
amar a una mujer. ¡Pero yo no sabía nada sobre el amor! Ahora, después de 40 años de
matrimonio, sé que se lava los platos por amor. Sé que el amor saca la basura. Sé que el
amor pone la otra persona primero.
Sean exitosos en mostrarse respeto el uno al otro, así crecerán y se parecerán más a
Cristo.