todas partes. México: Alias Editorial, 2013 Considerado uno de los compositores más interesan- tes dedicados al arte sonoro en México, Manuel Rocha Iturbide (1963) ha logrado cristalizar en El eco está en todas partes una revisión sustan- cial de sus proyectos y su propia teorización sobre los múltiples significados que se encuentran adentro y afuera del arte sono- ro y de la música contemporá- nea. Lo más destacable para el contexto de los Cuadernos de Iconografía Musical es, sobre todo, no solamente el muy rico e iluminador conjunto de imá- genes que forman parte impor- tante del libro, sino los procesos, las anécdotas y las ideas que generan todo el trabajo que Rocha despliega a lo largo de sus páginas. Las tensiones entre lo visual y lo aural, entre las formas convencionales de componer y escuchar música y las maneras contemporáneas de construir lo sonoro son parte de lo que el autor muestra en este trabajo. De ahí que Rocha asevere, en entrevista con Manuel Santamarina: “Para mí el arte sonoro estaría de ese otro lado, en donde la duración de la obra, su forma y estructura son secundarias con respecto a la experiencia aural (aunque en la música contemporánea también han existido obras que cumplen con estas características” (p. 15). Esa tensión es importante tomarla en cuenta para entender tanto los recursos como las relaciones entre la imagen y la música desde las cuales Rocha aborda sus proyectos. Un ejemplo de ello es el uso inicial roque alarcón guerrero
de la fotografía en sus procesos creativos (1983 a 1989 y 1997 a 2003) y después
el tomar la decisión de no usar más ese recurso con la misma intensidad por cierto desconocimiento del gremio de la fotografía, como él mismo afirma en la entrevista. La fotografía, además, le permitió a Manuel Rocha salir a la calle y relacionarse con el mundo desde lo visual, dejando que la mirada y el cuerpo que la acompaña se involucrara con lo musical de manera distinta al compositor encerrado en su cuarto creando su obra aislado del mundo; una muestra de ello es la imagen de la portada del libro, donde el autor, micrófono y grabadora a cuestas, se encuentra entre los habitantes de una comunidad indígena. Considerado como una fuente iconográfica, el libro de Rocha resulta ser una obra única en la que un compositor mexicano pone a disposición del público una cantidad considerable de documentos visuales que dan cuenta no sólo de su carrera, sino de su forma de entender al arte sonoro en el plano internacional. Tal variedad documental es representada por programas de conciertos, como la invitación al concierto de tesis de maestría en el Mills College en Oakland de 1991; bocetos de obras y partituras no convencionales para música electroacústica, además de fotografías de su labor como intérprete de sus propias obras, como aquella donde toca un contrabajo en “Frost Clear Energy Saver” para refrigerador, contrabajo y sonidos electrónicos fijos, presentada en el Primer Festival Internacional de Arte Sonoro en la Ciudad de México, en 1999. En el libro se incluyen fotografías de sus instalaciones como “Acumulaciones”, “Ritmos” y “Composiciones I”. Otra de sus instalaciones sonoras es “Toco la batería con frecuencia”, en donde las membranas de unos tambores se tocan de manera continua debido a la vibración transmitida por la activación de unas bocinas adheridas a la superficie de aquellos. Otro campo, el de los paisajes sonoros, también se encuentra registrado en el libro y muestra a Rocha como un ejemplo típico del artista contemporáneo, que se ha convertido en un nómada que realiza sus proyectos en varios lugares del mundo, de Venezuela a México y de Guatemala a Vietnam. De estas propuestas Rocha ha incluido sonogramas y partituras visuales. Las relaciones entre figura y fondo, entre espacio acústico y percepción visual, entre sonido multicanal y la planeación rigurosa e imaginativa de la composición–instalación para ocho canales digitales que da nombre al libro, El eco está en todas partes, se muestran en una serie de diagramas que permiten dilucidar el lado procesual del trabajo de Rocha en una obra llevada a cabo con rigor. Dar cuenta en pocas páginas de la riqueza visual y textual de este volumen es, como se comprenderá, una tarea difícil, pero el lector interesado en la iconografía musical podrá verse estimulado por la presencia de imágenes que involucran lo personal y lo íntimo —como sus fotografías de joven y sus
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credenciales escolares— o las diversas ramas del arte contemporáneo que ha
explorado Rocha, como la instalación sonora, la fotografía, la escultura sonora, la composición electroacústica y el paisaje sonoro, así como las diversas fuentes y capas teóricas que han permitido la creación de obras como la escultura sonora (+ x -) = - con la que comienza la revisión de su trayectoria. El libro muestra las fuentes intelectuales que nutren su pensamiento: el psicoanálisis de Jung, teorías de la comunicación de Marshall Macluhan, filosofía budista y pensamiento estético de compositores como John Cage, Brian Ferneyhough o Julio Estrada. No está de más resaltar el efectivo diseño gráfico que le hizo acreedor del premio al mejor libro de Arte en la V Feria del libro independiente de 2014. Además del sitio web www.artesonoro.net, creado por el mismo Manuel Rocha Iturbide, donde también se encuentra parte de su ideario estético, por su singularidad y por las preguntas que abre para el quehacer de la iconografía musical, El eco está en todas partes es, sin duda, un referente en cuestiones de estética y teoría del arte sonoro contemporáneo. roqueagg@gmail.com