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Idioma Español
País Perú
Formato Impreso
Serie
Todas las sangres es la quinta novela del escritor peruano José María
Arguedas publicada en 1964. Es la novela más larga de dicho autor, y la más ambiciosa,
siendo un intento de retratar el conjunto de la vida peruana, por medio de la representación
de escenarios geográficos y sociales de todo el país, aunque su foco se sitúa en la sierra.
El título alude a la variedad racial, regional y cultural de la nación peruana. La novela se
desenvuelve entre dos ideas fundamentales: el peligro de la penetración imperialista en el
país por intermedio de las grandes transnacionales y el problema de la modernización del
mundo indígena.
Índice
1Argumento
2Personajes
o 2.1Principales
o 2.2Secundarios
3Resumen
4Resumen por capítulos
5Análisis
6Polémica en torno a la obra
7Crítica
8Adaptación cinematográfica
9Mensaje
10Referencias
11Bibliografía
12Enlaces externos
Argumento[editar]
La novela se inicia con el suicidio de don Andrés Aragón de Peralta, jefe de la familia más
poderosa de la villa de San Pedro de Lahuaymarca, en la sierra del Perú. Su muerte
anuncia el fin del sistema feudal que hasta entonces ha predominado en la región. Don
Andrés deja dos hijos: don Fermín y don Bruno, enemigos y rivales, quienes en vida del
padre se habían ya repartido sus inmensas propiedades.
El conflicto principal gira en torno a la explotación de la mina Aparcora, descubierta por
don Fermín en sus tierras. Don Fermín, prototipo del capitalista nacional, quiere explotar la
mina y traer el progreso a la región, a lo que se opone su hermano don Bruno, latifundista
tradicional y fanático católico, que no quiere que sus colonos o siervos indios se
contaminen de la modernidad, que según su juicio corrompe a las personas.
Con la llegada de un consorcio internacional –la Wisther-Bozart– se inicia la disputa por el
control de la mina de plata. Don Fermín no puede competir ante la gigante transnacional y
se ve obligado a venderle la mina, que desde entonces adopta el nombre de Compañía
Minera Aparcora. Ante la necesidad de abundante agua para el trabajo de la mina, la
compañía muestra interés por las tierras del pueblo y de las comunidades campesinas
aledañas, obligando a que se los vendan a precios irrisorios; para ello cuenta con la
complicidad de las autoridades corruptas. La compañía actúa como una fuerza
desintegradora que hace de todo para conseguir el máximo lucro, sin importarle los
perjuicios que causa a los pobladores. Se inicia entonces un proceso de convulsión que
lleva a la movilización del campesinado liderado por Rendón Willka, un comunero indio
que ha vivido en la capital del país donde ha aprendido mucho. Bajo sus órdenes estallan
levantamientos que son reprimidos sangrientamente por las fuerzas gobiernistas pero que
son el anuncio de la rebelión final.
Personajes[editar]
Principales[editar]
Don Andrés Aragón y Peralta, es el viejo mencionado al inicio del relato. Es el jefe
de la familia más poderosa de la villa de San Pedro de Lahuaymarca, región
típicamente feudal de la serranía peruana. En su mejor momento, don Andrés acapara
muchas tierras desplazando a otros latifundistas o señores feudales, así como a los
comuneros indios. Luego se vuelve alcohólico y su entorno familiar se disgrega: sus
hijos se pelean entre ellos y su esposa también empieza a beber, decepcionada de su
familia. Antes de suicidarse ingiriendo veneno, don Andrés maldice a sus dos hijos,
don Fermín y don Bruno, a quienes acusa de apropiarse ilegítimamente de sus
propiedades, y lega por testamento sus últimos bienes a los indios.
La kurku Gertrudis, una jorobadita enana que es violada por don Bruno, fruto de lo cual
aborta un feto con cerdas.
Vicenta, la mujer de don Bruno, de quien tiene un hijo, el niño Alberto.
Matilde, la rubia esposa de don Fermín, una señora «linda y dulce».
Nemesio Carhuamayo, primer mandón o capataz de los indios de la hacienda «La
Providencia» de don Bruno.
Policarpo Coello, segundo mandón o capataz de los indios «La Providencia».
Adrián K’oto, primer cabecilla de los siervos indios de «La Providencia».
Santos K’oyowasi, segundo cabecilla de los siervos indios de «La Providencia».
Justo Pariona, indio perforador de la mina.
Anto, criado de don Andrés. Su patrón le regala un terreno en La Esmeralda, donde
eleva su casa. Cuando la compañía minera expropió el terreno, no quiso abandonar su
propiedad y se voló con dinamita junto con las máquinas aplanadoras de terreno.
Hernán Cabrejos Seminario, costeño piurano, ingeniero jefe de la mina de Apar’cora.
Es un agente encubierto de la Wisther-Bozart. Cuando esta transnacional se adueña
de la mina (que adopta el nombre de compañía minera Aparcora) es nombrado como
su gerente. Muere asesinado a manos de Asunta de la Torre.
Gregorio, mestizo, chofer del ingeniero Cabrejos y a la vez músico tocador
de charango, que se enamora de Asunta de La Torre. Muere en una explosión que
ocurre dentro de la mina.
Perico Bellido, joven contador al servicio de don Fermín.
Don Alberto Camargo, capitán de la mina de don Fermín.
Felipe Maywa, alcalde varayok de la comunidad indígena de Lahuaymarca.
El alcalde de San Pedro, Ricardo de La Torre.
Asunta de La Torre, una joven de familia aristocrática del pueblo de San Pedro, hija
del alcalde. Tiene unos 35 años de edad y una fisonomía española. Es pretendida por
don Bruno, a quien rechaza. Simboliza la virtud y la pureza. Asesinará al ingeniero
Cabrejos, culpable de la desgracia de su pueblo que sucumbe ante la voracidad del
consorcio minero.
El subprefecto Llerena, mestizo, a sueldo de la compañía Wisther-Bozart.
Don Adalberto Cisneros, «el cholo», indio, señor de Parquiña, es la encarnación del
latifundista malvado. Abusa despiadadamente de los indios comuneros de
Paraybamba, a quienes arrebata sus tierras. Amenaza con adquirir las haciendas de
don Bruno y don Fermín.
Don Aquiles Monteagudo Ganosa, joven de familia blanca, de hacendados, viaja por
Europa y retorna para vender sus dos haciendas a don Adalberto.
Don Lucas, es otro gamonal desalmado, que no paga jornales a sus trabajadores y
mantiene a sus indios hambrientos y harapientos. Es asesinado por don Bruno.
El Zar, es el apodo del presidente de la compañía minera Aparcora. Es malvado y
homosexual.
Palalo, fiel servidor y compañero íntimo de El Zar.
El ingeniero Velazco, otro representante de la compañía minera Aparcora.
Don Jorge Hidalgo Larrabure, ingeniero que renuncia de la compañía Aparcora pues
no está de acuerdo con sus métodos.
Resumen[editar]
La novela se inicia con la aparición de don Andrés Aragón de Peralta, jefe de la familia
más poderosa de la villa de San Pedro de Lahuaymarca, en la sierra del Perú. Don
Andrés, ya viejo, se sube al campanario de la iglesia del pueblo y desde allí maldice a sus
dos hijos, don Fermín y don Bruno, a quienes acusa de apropiarse de sus tierras;
asimismo, anuncia su suicidio, dejando en herencia a los indios todos los bienes que aun
conservaba. En efecto, se retira a su casa e ingiere veneno.
Los dos hermanos, don Fermín y don Bruno, viven en perpetua discordia. Don Bruno es
dueño de la hacienda «La Providencia» donde viven varios centenares de indios como
colonos o siervos. Don Bruno es un católico tradicional y fanático, que se opone a que el
progreso llegue a sus tierras pues cree que eso corromperá inevitablemente a sus indios,
al inoculárseles el llamado veneno del lucro. Un rasgo característico de don Bruno es su
ardor sexual desenfrenado que lo lleva a poseer y violar a muchas mujeres, de toda raza,
edad y condición social. Por su parte, don Fermín es el propietario de la mina Aparcora,
que trata de explotarla prescindiendo de la voracidad de las empresas transnacionales.
Don Fermín representa al capitalismo nacional y desea que el progreso y la modernidad
lleguen a la región, oponiéndose así a su hermano. Pero para explorar la mina necesita
como trabajadores a los indios de Bruno, quien acepta entregárselos, a condición de que
lo deje vivir en paz en sus tierras. Es entonces cuando entra en escena Rendón Willka, un
«ex indio», es decir un nativo transculturado, que ha vivido varios años en Lima y que ha
perdido parte de su herencia cultural, pero que ha conservado sus valores tradicionales
más valiosos. Rendón Willka es contratado como capataz de la mina, pero tiene ya el
soterrado propósito de encabezar la lucha por la liberación de sus hermanos de raza y
cultura.
Don Fermín empieza a explorar la mina Aparcora en busca de la veta principal, para lo
cual empieza a usar la mano de obra de unos 500 indios enviados por don Bruno. El
sistema de trabajo que impone es el de la mita, es decir por turnos, pero los indios no
reciben jornal y solo se les da alimentos. Estos indios laboran como lampeadores y
cargadores, mientras que otros obreros especializados trabajan como jornaleros. Para
continuar su proyecto don Fermín calcula que necesitará más suelos con agua, por lo que
enfoca su interés en las tierras de su hermano y en las de los vecinos de San Pedro.
Empieza por comprar tierras de algunos de estos vecinos.
Pero el consorcio internacional Wisther-Bozart, que ha puesto sus miras en la mina, infiltra
en ella al ingeniero Cabrejos para que boicotee las labores y haga fracasar la exploración;
de esa manera don Fermín se vería obligado a vender la mina al consorcio. Cabrejos logra
la ayuda del mestizo Gregorio, quien planea una estrategia. Se sirve de las creencias
indígenas sobre una serpiente gigantesca, el Amaru o espíritu de la montaña, que
supuestamente vive los socavones de la mina. Gregorio da aullidos desde el interior,
simulando al Amaru, a fin de asustar a los indios, algunos de los cuales efectivamente se
espantan, pero de pronto ocurre una explosión dentro de la mina y Gregorio muere
despedazado. Rendón Willka tiene la certeza de que el causante de esa muerte es el
ingeniero Cabrejos. Gregorio estaba enamorado de una joven de San Pedro, la señorita
Asunta de La Torre, quien más adelante se vengará asesinando al ingeniero Cabrejos.
Entretanto don Bruno sufre una transformación milagrosa, tras asesinar a una de sus
amantes, de nombre Felisa. Abandona la vida lujuriosa, uniéndose definitivamente a una
mestiza, Vicenta, de quien espera un hijo. Redimido por el amor, Bruno visita a los
comuneros de Paraybamba, a quienes ayuda a elegir a su alcalde y regidores, así como
les ofrece semilla para la siembra. De pronto se asoma en la plaza del pueblo don
Adalberto Cisneros, un hacendado cruel y abusivo que había arrebatado sus tierras a los
indios. El nuevo alcalde de Paraybamba humilla públicamente a Cisneros, a quien hace
azotar y pasear desnudo por las calles. Don Bruno se despide de Paraybamba aclamado
por los indios, pero el incidente con Cisneros origina después que el alcalde y los regidores
sean arrestados, y que el mismo don Bruno sea denunciado por Cisneros. Ambos se
encuentran en la capital de la provincia, ante las autoridades, pero don Bruno se defiende
bien y Cisneros se marcha jurando vengarse.
Volviendo a la mina, al fin se encuentra la veta del metal argentífero y don Fermín viaja a
Lima para tratar de formar una sociedad con capitales peruanos, ya que se había quedado
descapitalizado. Sin embargo, la Whistert-Bozart tiene mucho poder e influencias y logra
finalmente que don Fermín le venda la mina, tras una reunión que se realiza en un edificio
capitalino. Don Fermín terminar por ceder pues no puede competir con la gigantesca
transnacional. La empresa le reconoce un porcentaje de las acciones de la mina y le
cancela los gastos iniciales de la exploración. Don Fermín decide invertir este dinero en la
industria pesquera, adquiriendo fábricas de harina y conservas de pescado en Supe, de la
que se encargará administrar su cuñado, mientras que él vuelve a San Pedro, dispuesto a
ampliar y modernizar su hacienda «La Esperanza».
Mientras tanto, la compañía minera necesitaba agua para represarlas en beneficio de la
mina y a fin de ello consigue una orden judicial que obliga a los propietarios de San Pedro
a vender sus tierras de labranza de la hacienda «La Esmeralda». Los vecinos se niegan a
hacerlo, y como protesta deciden quemar el pueblo, marchándose del lugar. Son acogidos
temporalmente por una de las comunidades indígenas. Mientras tanto llegan las
maquinarias pesadas de la compañía y cientos de indios como jornaleros. Empieza
también a proliferar en la región los locales de vicios nefandos (bares y burdeles).
Don Bruno, que retorna a San Pedro, encuentra destruida la iglesia, por lo que siente
honda pena. También llega don Fermín, trayendo todo lo necesario para modernizar su
hacienda «La Esperanza» y promete que el pueblo volvería a renacer con su ayuda. Se
anuncia también la llegada del hacendado Cisneros, quien quiere vengarse de don Bruno,
para lo cual se entrevista con el subprefecto. Este se ofrece para matar a don Bruno a
cambio de dinero, pero su plan se desbarata.
La empresa minera, continuando con la expropiación de la hacienda «La Esmeralda»,
comienza a aplanar la pampa con máquinas bulldozer. Pero uno de los residentes de esa
zona, Anto, un antiguo empleado de don Andrés (el padre de don Fermín y don Bruno) se
niega abandonar su propiedad y cuando una de las máquinas ya se acercaba a derrumbar
su casa, se tira contra ella con varios cartuchos de dinamita en la mano, volando en
pedazos con todo.
Don Bruno se culpa de todas esas desgracias por haber contribuido con la explotación
minera, y decide purificar el mundo acabando con los responsables. Encomienda a su hijo
y a su mujer Vicenta a Demetrio Rendón Willka, coge sus armas y se dirige a la hacienda
de don Lucas, gamonal cruel y abusivo que no pagaba a sus trabajadores y que tenía a
sus indios famélicos y harapientos. Don Bruno mata a don Lucas, ante el regocijo de los
indios; luego se dirige a la hacienda «La Esperanza» de su hermano don Fermín, a quien
acusa de ser responsable de todas las desgracias del pueblo y le apunta con su revólver.
Al verse amenazado, don Fermín corre pero cae herido en las piernas. Al ver lo que ha
hecho, don Bruno se derrumba y llora, pidiendo que lo lleven a la cárcel. Don Fermín es
trasladado a Lima donde se recupera de sus heridas, mientras que don Bruno es
encarcelado en la capital de la provincia.
En la hacienda de «La Providencia», Demetrio Rendón Willka se entera de la prisión de
don Bruno y la probable muerte de don Fermín. Entonces, con la aprobación de Vicenta,
se proclama administrador de la hacienda y protector del niño Alberto, hijo del patrón. Los
colonos trabajarían en adelante para ellos mismos, sin patrones. Esto significa ya una
revolución, por lo que el gobierno envía a los guardias civiles a sofocar la revuelta que
considera de inspiración comunista. Vicenta y su hijo se esconden en el pueblo de
Lahuaymarca. Mientras que Demetrio se queda alentando a los indios a resistir. Los
guardias irrumpen a sangre y fuego, encuentran a Demetrio Rendón Willka y lo fusilan
junto con otros indios. Pero Demetrio ha cumplido la misión de despertar la conciencia de
sus hermanos de raza dejando abierto el camino para la liberación.
Capítulo I.- Se inicia con la presencia del viejo don Andrés de Aragón y Peralta, quien
anuncia su suicidio desde la torre de la Iglesia del pueblo de San Pedro de
Lahuaymarca. Califica de ladrones a sus hijos, don Fermín y don Bruno, por
apoderarse de sus tierras. Regresa a su casa y cumple su amenaza: se envenena y
muere. Don Fermín y don Bruno se odian mutuamente; el primero tiene una mina
llamada Aparcora, y el segundo es dueño de la hacienda «La Providencia», que hace
trabajar a indios siervos. Aparece también en escena Rendón Wilka, un indio
comunero que ha vivido en Lima donde asimiló ideas nuevas.
Capítulo II.- Don Fermín quiere explotar su mina y solicita a su hermano don Bruno
que le conceda sus indios. Don Bruno acepta y llama al primer capataz, don Nemesio
Carhuamayo, para que reúna a todos los indios. Demetrio Rendón Wilka empieza a
trabajar como capataz de la mina de don Fermín, de quien se hace hombre de
confianza. Se relata la vida de Demetrio, quien siendo un indio comunero de
Lahuaymarca pasó a Lima, donde trabajó en diversos oficios, vivió en barriadas y
aprendió a leer y escribir; intelectualmente asimiló las ideologías revolucionarias,
aunque sin renunciar a su identidad andina.
Capítulo III.- Hernán Cabrejos es el ingeniero jefe de la mina de Aparcora, pero actúa
como agente encubierto del consorcio internacional Wisther-Bozart para boicotear las
labores y obligar así a que don Fermín venda la mina a dicho consorcio. Cabrejos
habla secretamente con Demetrio confiándole sus planes y pidiéndole que se sume a
él, pero Rendón no acepta. Cabrejos es llevado por su chofer Gregorio al pueblo para
que visite a la joven Asunta de La Torre a quien la describe como una aventurera, pero
Cabrejos descubre que Asunta es virtuosa y se da cuenta que Gregorio está
enamorado de ella. Cabrejos promete a Gregorio ayudarlo a conquistar a la joven,
pero a cambio le pide sumarse a sus planes para boicotear las labores de la mina.
Gregorio acepta.
Capítulo IV.- Los 500 indios de don Bruno empiezan a laborar en la mina de don
Fermín, con el propósito de llegar a la veta principal. Don Bruno visita a su hermano
don Fermín y a su cuñada Matilde; conversa también con Demetrio, a quien pide que
cuide a sus indios. Mientras tanto, Gregorio, en conveniencia con Cabrejos, ingresa al
fondo de la mina, desde donde hace ruidos simulando al Amaru o serpiente de la
mitología andina; lo hace para ahuyentar a los trabajadores indios y de esa manera
hacer fracasar las labores. Pero solo unos pocos se asustan; para desgracia de
Gregorio, justo en ese momento explota una carga de dinamita dentro de la mina y
muere despedazado. Sus restos son sepultados, mientras Demetrio sospecha del
ingeniero Cabrejos como promotor de esa muerte.
Capítulo V.- Los vecinos del pueblo de San Pedro se reúnen en cabildo presididos por
el alcalde; en esa reunión la señora Adelaida pide a los propietarios que no vendan
más tierras a don Fermín, que las necesitaba para la explotación de su mina. Una de
las participantes del cabildo, la joven Asunta de La Torre recibe un papelito donde
alguien secretamente le informa que el ingeniero Cabrejos es responsable de la
muerte del músico Gregorio. Mientras tanto, luego del entierro de Gregorio, Cabrejos
acompaña a don Fermín y doña Matilde hasta la casa patronal; allí don Fermín
interroga a Cabrejos y le pide que confiese que envió a Gregorio a la mina para
simular al Amaru; le pregunta también bajo qué intereses actuaba. Cabrejos se
muestra burlón y evasivo, y entonces don Fermín llama a Demetrio, quien informa todo
lo que sabe. Cabrejos admite finalmente estar al servicio de un consorcio
internacional,la Whistert-Bozart, y le informa a don Fermín que dicho consorcio
compraría el 80 % de la mina dejándolo solo el resto; que ya todo estaba planificado,
pues don Fermín no llegaría a reunir jamás el dinero necesario para explotar la mina
industrialmente. Don Fermín no acepta su situación y cree poder reunir el dinero
necesario. Por intermedio de Demetrio, don Bruno se entera de todo lo sucedido en la
mina.
Capítulo VI.- Don Bruno recibe la visita de tres hacendados: don Adalberto Cisneros,
de origen indio; don Aquiles Monteagudo y Ganosa, blanco pero de familia
empobrecida; y don Lucas, abusivo propietario que tenía a sus indios hambrientos y
famélicos. Estos patrones reclaman a Bruno el haber comerciado con los colonos
indios de sus haciendas. Don Bruno les responde diciéndoles que cada señor es libre
de hacer lo que quiera y que no haría nada para variar la situación. Los visitantes se
sienten ofendidos ante tal respuesta y amenazan desatar una guerra de hacendados;
entonces don Bruno los expulsa de su hacienda. Dichos hacendados estaban al tanto
de la situación de los hermanos Aragón y confían en que don Bruno sucumba
absorbido por la voracidad del consorcio que explotaría la mina. En otra escena
aparece la Vicenta, una mestiza amante de don Bruno que espera un hijo suyo; pero
otra amante del patrón, Felisa, llena de celos ataca a Vicenta con un cuchillo, ante lo
cual don Bruno la dispara, matándola. A partir de entonces don Bruno cambiará,
dejando de lado su vida disipada y procurando ayudar a los indios.
Capítulo VII.- Fallece la madre de los hermanos Aragón y ningún vecino de San Pedro
asiste a los funerales; solo lo hace la señorita Asunta de La Torre. Los indios,
encabezados por Demetrio, entierran a la señora. Un antiguo empleado de los Aragón,
el indio Anto, ocupa un terreno que le cediera el viejo don Andrés; don Fermín le
ofrece cambiarlo por otro terreno, a lo que se opone tenazmente Anto, a pesar de ser
amenazado con una pistola; finalmente don Fermín, maliciosamente, felicita a Anto por
su valentía y le regala dos vacas. El mismo Fermín le regala a Asunta un brillante; todo
lo hace para ganarse aliados en su lucha contra el consorcio. En el trayecto de vuelta
a su casa, don Fermín le expone a Matilde la situación en la mina y dice saber quienes
son sus amigos y enemigos.
Capítulo IX.- Al fin se encuentra la veta principal en la mina y don Fermín viaja a Lima
para tratar de formar una sociedad con capitales peruanos, ya que se había quedado
descapitalizado. Se aloja en el hotel Crillón y su esposa le pide radicar definitivamente
en Lima, a lo que accede, adquiriendo para ella una magnífica propiedad. Mientras
tanto, en Paraybamba, el incidente con Cisneros origina que el alcalde y los regidores
de dicho pueblo sean arrestados, y que el mismo don Bruno sea denunciado por
Cisneros. Don Bruno marcha a la capital de la provincia, pero antes, ante el riesgo de
ser arrestado, nombra como su albacea a Demetrio para que proteja a su mujer
Vicenta, su pequeño hijo y administre su hacienda. Pero don Bruno, ya ante las
autoridades y frente a Cisneros que lo acusa, se defiende y no es arrestado. Cisneros
se marcha jurando vengarse. Al mismo tiempo, en la plaza principal de Paraybamba
se producen incidentes sangrientos entre la policía y los pobladores.
Capítulo X.- La Whistert-Bozart tiene mucho poder e influencias y logra finalmente que
don Fermín le venda la mina. El directorio de la Wisthert nombra a Cabrejos como
gerente de la mina, con un excelente sueldo. Don Fermín terminar por ceder pues no
puede competir con la gigantesca empresa transnacional. Esta le reconoce un
porcentaje de las acciones de la mina y le cancela los gastos iniciales de la
exploración. Don Fermín decide invertir ese dinero en la industria pesquera,
adquiriendo fábricas de harina y conservas de pescado en Supe, de la que se
encargará administrar su cuñado, mientras que él vuelve a San Pedro, dispuesto a
ampliar y modernizar su hacienda «La Esperanza».
Capítulo XI.- La compañía minera, que adopta el nombre de Aparcora, ante la
necesidad de agua para el trabajo de la mina consigue una orden judicial que obliga a
los propietarios de San Pedro a vender sus tierras de la hacienda «La Esmeralda» a
precio irrisorio. Los vecinos se niegan a hacerlo, y en cabildo acuerdan defender su
propiedad. El alcalde emprende viaje para entrevistarse con el subprefecto, a fin de
saber la verdad, pero en el camino se encuentra con el mismo subprefecto, que
encabeza con el juez la comitiva de policías que se dirigía a cumplir la orden de
desalojo. Entretanto, la señorita Asunta visita al ingeniero Cabrejos y le dispara tres
tiros con un revólver, matándolo, como venganza por vender su pueblo a la mina y por
causar la muerte a Gregorio, un ser inocente. Asunta es apresada y trasladada a Lima.
Un nuevo cabildo de vecinos de San Pedro decide abandonar el pueblo, pero no sin
antes dejarla presa del fuego, comenzando por la iglesia. Mientras tanto llegan las
maquinarias pesadas de la compañía y unos 1500 indios como jornaleros. Los
representantes indígenas que reclaman un aumento de sueldo son enviados presos a
la capital de provincia, acusados de comunistas. Los bares y las casas
de prostitución amplían su negocio.
Capítulo XII.- Don Bruno, de vuelta en San Pedro, encuentra destruida la iglesia.
Ordena a Demetrio que toque las campanas. Se reúnen la señora Adelaida, el alcalde
La Torre, los alcaldes indígena y los regidores, quienes acuerdan reconstruir la iglesia.
También llega don Fermín, trayendo todo lo necesario para modernizar su hacienda
«La Esperanza» (ganado importado, semillas, etc.) y promete igualmente ayudar con
el renacimiento del pueblo. Se anuncia también la llegada del hacendado Cisneros,
quien quiere vengarse de don Bruno, para lo cual se entrevista con el subprefecto.
Este se ofrece para matar a don Bruno a cambio de dinero, pero en ese momento
llega una orden de Lima ordenando el arresto del subprefecto, por lo que el plan se
desbarata. Entretanto, el ingeniero Jorge Hidalgo, que no está de acuerdo con los
manejos de la compañía minera, decide renunciar a esta y emplearse con don Fermín
Capítulo XIII.-. Los diarios de Lima informan sobre el incendio de la iglesia del pueblo
de San Pedro de Lahuaymarca, hecha por manos «ateas comunistas» así como el
asesinato del ingeniero Cabrejos a manos de una «criminal fría y desalmada». La
empresa minera, continuando con la expropiación de los terrenos de «La Esperanza»,
aplana la pampa con máquinas bulldozer. Pero uno de los residentes de esa zona, el
indio Anto, se niega a abandonar su propiedad y se vuela con dinamita junto con las
máquinas que ya tumbaban su casa. Don Bruno se culpa de todas esas desgracias y
decide purificar el mundo acabando con los responsables. Encomienda a su hijo y a su
mujer Vicenta a Demetrio Rendón Willka; luego coge sus armas y parte acompañado
de un indio. Se dirige a la hacienda de don Lucas, el gamonal cruel y abusivo, a quien
mata ante el regocijo de los indios; luego se dirige a la hacienda «La Esperanza» de
su hermano don Fermín, a quien encuentra conversando con el ingeniero Hidalgo. Don
Bruno acusa a su hermano de ser responsable de todas las desgracias del pueblo y le
apunta con su revólver; al verse amenazado, don Fermín corre pero cae herido en las
piernas. Al ver lo que ha hecho, don Bruno se derrumba y llora, pidiendo al ingeniero
Hidalgo que lo lleve a la cárcel.
Capítulo XIV.- Don Fermín es operado en la mina, extrayéndosele tres balas, y luego
es trasladado a Lima en avión, donde se recupera. Mientras que don Bruno es
encarcelado en la capital de la provincia. En la hacienda de «La Providencia»,
Demetrio Rendón Willka se entera de la prisión de don Bruno y la probable muerte de
don Fermín; entonces, con la aprobación de Vicenta, la mujer de don Bruno, se
proclama administrador de la hacienda, albacea guardador y protector del niño Alberto,
el hijo del patrón. En adelante los colonos indios trabajarían para ellos mismos, sin
patrones, lo que significaba ya una revolución. El gobierno envía entonces a los
guardias civiles a sofocar la revuelta. Vicenta y su hijo se esconden en la comunidad
de Lahuaymarca. Mientras que Demetrio se queda alentando a los indios a resistir.
Los guardias irrumpen e inician una despiadada cacería. Demetrio es fusilado junto
con otros indios. Pero este episodio luctuoso solo es el inicio del camino de la
liberación.
Análisis[editar]
La novela presenta la imagen de una nación sometida por la penetración imperialista y,
sobre todo, el problema de la modernización de la cultura indígena. Arguedas intenta
ofrecer un retrato global del Perú por medio de la representación de escenarios
geográficos y sociales de todo el país, aunque el foco narrativo se sitúa en la sierra. El
título de la novela expresa la compleja vida nacional del Perú, en el que «todas las
sangres» se entremezclan y rivalizan duramente. Pero en esta lucha no sólo está envuelto
el Perú sino también un poder imperialista que pretende manejarlo.1
El enfrentamiento de las fuerzas de la modernidad con una cultura y una sociedad
tradicionales es el principal conflicto que aborda la novela, cuya gran pregunta gira en
torno a la posibilidad de lograr un desarrollo genuinamente nacional, ante la certidumbre
de que ha terminado una época en la historia del país y debe construirse, sobre sus ruinas,
una nueva patria. El orden destruido es el viejo orden feudal. Las alternativas que se
enfrentan van desde el proyecto imperialista hasta el utópico retorno a un orden feudal,
imaginado por don Bruno como un sistema natural presidido por principios morales,
pasando por la propuesta del capitalismo nacional, tal como lo plantea don Fermín. En la
novela se invalidan estas opciones y se enfatiza la legitimidad moral e histórica de otra
alternativa, representada por el comunero Rendón Willka, que podría resumirse en su
sentido colectivista (en el plano social), en su adhesión a los valores quechuas (en el plano
cultural), y en una cauta modernización (en uno y otro nivel).
El proyecto de Willka tiene, sin embargo, algunos componentes más ideales que reales y
una limitación tal vez insubsanable: es un proyecto cerradamente campesino-serrano que
desconfía y hasta rechaza la participación del proletariado y pone en cuestión el servicio
de los partidos políticos. Es un proyecto más cultural que social (aunque ponga de relieve
la importancia de la organización colectivista bajo el modelo de la comunidad indígena) y
más ético que político.
De todas maneras, en el curso de la novela se despliega una consistente reflexión sobre
múltiples aspectos de la realidad peruana: en este proceso, precisamente porque es
reflexivo, se observa la imposibilidad de comprender la dinámica nacional, integrada por
las oposiciones ya conocidas, al margen de la estructura global del mundo
contemporáneo.2
Crítica[editar]
Según Vargas Llosa, las críticas que se hicieron a la obra durante la mesa redonda del 23
de junio de 1965 serían válidas viéndolas desde un punto de vista sociológico.
Obviamente, otro sería el análisis viendo a la novela como ficción literaria. En este
aspecto, la obra también sería fallida, al carecer de un poder de persuasión interno, pues a
decir del mismo Vargas Llosa, la descripción que hace de la sociedad peruana resulta
profundamente falsa e inconvincente, no por apartarse de la verdad objetiva, sino
por carecer de la fuerza propia que emana de los entresijos de la ficción.4 En otras
palabras, no es muy convincente como ficción literaria.
Adaptación cinematográfica[editar]
La adaptación cinematográfica de la novela fue dirigida por Michel Gómez y con la
producción de Julio Vizcarra en 1987. En el elenco de actores de la película
figuraron Ricardo Tosso, Rafael Delucchi, Pilar Brescia, Andrés Alencastre, Oswaldo
Sivirichi y Juan Manuel Ochoa.
Mensaje[editar]
La gran propuesta arguediana que se trasluce en esta novela es la siguiente: la cultura
andina no debe ser destruida, y puede sobrevivir conjuntamente con otra forma de
modernización que asimile. El pensamiento armónico con la naturaleza es aceptado,
potencialmente, para desarrollar una mentalidad revolucionaria que proyecte un futuro de
bienestar y libertad. El ideal de nación es el de un Perú multivariado, con diversidad
ecológica, multicultural y plurilingüe.
Al respecto, diversos analistas sociológicos coinciden en que, hasta el momento, no existe
una nación peruana ni un proyecto nacional; puede decirse que hay varios núcleos
nacionales, pero no ubicables geográficamente. En el submundo intelectual del Perú,
ligado al poder político, hay una cosmovisión occidental subsidiaria, fuertemente refutada y
contrahecha por la realidad social histórica actual.
TODAS LAS SANGRES
martes, 6 de diciembre de 2011
TODAS LAS SANGRES (JOSE MARIA ARGUEDAS)
INSTITUTO DE EDUCACIÓN SUPERIO
PEDAGÓGICO PÚBLICO PUNO
ÁREA COMUNICACIÓN II
Don Fermín tiene una mina en la zona y quiere explotarla, para ello necesita los indios
que tiene su hermano. Don Bruno acepta dárselos, pero pone como condición, que lo deje
en paz viviendo en su chacra y sus huertos, da la impresión de que se odian, veremos más
adelante.
Capítulo II.- Don Bruno es dueño de la hacienda “La Providencia” y de todos los indios
que viven en sus tierras. Manda a Nemesio Carhuamayo; su primer mandón o capataz; a
llamar a todos los indios que vivían en las partes altas de sus tierras llamadas Moyas, para
que se reúnan en el patio de su casa. Al día siguiente temprano, llegaron 500 jefes de
familia al patio de la casa de Don Bruno y en esta reunión les indica: que tienen que hacer
mita en la mina de su hermano Fermín, quince días de cada mes, turnándose de 200 en
200. En ésta reunión, Nemesio Carhuamayo el capataz, le pide al patrón permiso para
vender comida a los colonos de Paraybamba, porque se estaban muriendo de hambre.
Don Bruno luego de escucharlo, ordena a Olivas su segundo mandón, que azote a
Nemesio Carhuamayo por haber hecho el pedido. Olivas cumple la orden del patrón y lo
azota bañándolo en sangre. Ante este hecho todos los indios se arrodillan y le piden
perdón a Don Bruno; al que lo consideran hijo de Dios, señor de sus tierras y dueño de
sus vidas; Don Bruno acepta perdonar, patea al azotador y autoriza que vendan los
alimentos a los colonos.
Don Fermín tiene un capataz llamado Rendón Wilka, que es un indio refinado. Este
indio Rendón Wilka cuando era niño, estudió en la escuela del pueblo y fue azotado sin
razón por el gobernador, el varayoc y los padres de los niños blancos. Luego de tres
años, viajó a Lima donde estuvo 8 años y vuelve al pueblo de San Pedro de
Lahuaymarca justo cuando muere Don Andrés Aragón de Peralta que ya conocimos.
San Pedro de Lahuaymarca tuvo su época de esplendor cuando las minas de la zona
producían bastante, pero esa bonanza terminó cuando las minas se serraron. Los
caballeros del pueblo se empobrecieron y comenzaron a vender su platería, luego sus
tierras y el que compraba era Don Andrés de Aragón y Peralta. El pueblo se empobreció
y los Aragón y Peralta se enriquecieron. Luego el gran señor Don Andrés Aragón y
Peralta, comenzó a beber en exceso y se volvió un borracho, los hijos se pelearon entre
ellos y la madre también comenzó a beber decepcionada de su familia.
Capítulo III.- Hernán Cabrejos Seminario, es un ingeniero jefe de la mina de
Aparcora, que es de Fermín Aragón y Peralta, pero éste ingeniero es un agente
encubierto del consorcio internacional Wisher- Buzart. Cabrejos tiene como objetivo,
hacer todo lo necesario para que Don Fermín fracase en su intento de explotar la mina
solo, además quiere que haga el trabajo sucio de despojar a su hermano Bruno de sus
tierras y someter a la indiada del pueblo, para que trabajen en la mina. Don Fermín y su
esposa llamada Matilde, saben de las intenciones de éste ingeniero, porque Don Fermín
que es más astuto, lee sus cartas, tanto las que recibe como las que envía a Lima, en
complicidad con el jefe del correo del pueblo de San Pedro. Don Fermín conversa con
su esposa, le habla de sus planes de cómo utilizar a la gente y como arruinará a su
hermano Bruno, le comenta que su hermano debe morir, porque será un obstáculo para
la explotación de la mina.
El ingeniero Cabrejos busca a Rendón Wilka, que es el hombre de confianza de Don
Fermín, trata de embriagarlo con la finalidad de saber cuáles son sus planes y le plantea
asociarse con él para arruinar a Don Fermín, pero el cholo Rendón no acepta, entonces
el ingeniero lo bota amenazándolo para que no hable lo conversado. Luego Cabrejos se
va al pueblo y en este recorrido descubre que su chofer, Gregorio, está enamorado de
una dama del pueblo llamada Asunta la Torre; de regreso, en el campamento, convence
a Gregorio y lo hace su aliado para boicotear todo el trabajo de la mina, se lo compra
con 3,000 soles y la promesa de ayudarlo en su proyecto con Asunta.
Capítulo IV.-Todos los indios de don Bruno empiezan a laborar en la mina de don
Fermín, con el propósito de llegar a la veta principal. Don Bruno visita a su hermano don
Fermín y a su cuñada Matilde; conversa también con Demetrio, a quien pide que cuide a
sus indios. Mientras tanto, Gregorio, en conveniencia con Cabrejos, ingresa al fondo de
la mina, desde donde hace ruidos simulando al Amaru o serpiente de la mitología andina;
lo hace para ahuyentar a los trabajadores indios y de esa manera hacer fracasar las labores.
Pero solo unos pocos se asustan; para desgracia de Gregorio, justo en ese momento
explota una carga de dinamita dentro de la mina y muere despedazado. Sus restos son
sepultados, mientras Demetrio sospecha del ingeniero Cabrejos como intelecto o
promotor de esa muerte de Gregorio.
Capítulo V.- Los vecinos del pueblo de San Pedro se reúnen en cabildo presididos por
el alcalde; en esa reunión la señora Adelaida pide a los propietarios que no vendan más
tierras a don Fermín, que las necesitaba para la explotación de su mina. Una de las
participantes del cabildo, la joven Asunta de La Torre recibe un papelito donde alguien
secretamente le informa que el ingeniero Cabrejos es responsable de la muerte del músico
Gregorio. Mientras tanto, luego del entierro de Gregorio, Cabrejos acompaña a don
Fermín y doña Matilde hasta la casa patronal; allí don Fermín interroga a Cabrejos y le
pide que confiese que envió a Gregorio a la mina para simular al Amaru; le pregunta
también bajo qué intereses actuaba. Cabrejos se muestra burlón y evasivo, y entonces don
Fermín llama a Demetrio, quien informa todo lo que sabe. Cabrejos admite finalmente
estar al servicio de un consorcio internacional,la Whistert-Bozart, y le informa a don
Fermín que dicho consorcio compraría el 80 % de la mina dejándolo solo el resto; que ya
todo estaba planificado, pues don Fermín no llegaría a reunir jamás el dinero necesario
para explotar la mina industrialmente. Don Fermín no acepta su situación y cree poder
reunir el dinero necesario. Por intermedio de Demetrio, don Bruno se entera de todo lo
sucedido en la mina.
Capítulo VI.- Don Bruno recibe la visita de tres hacendados: don Adalberto Cisneros,
de origen indio; don Aquiles Monteagudo y Ganosa, blanco pero de familia empobrecida;
y don Lucas, abusivo propietario que tenía a sus indios hambrientos y famélicos. Estos
patrones reclaman a Bruno el haber comerciado con los colonos indios de sus haciendas.
Don Bruno les responde diciéndoles que cada señor es libre de hacer lo que quiera y que
no haría nada para variar la situación. Los visitantes se sienten ofendidos ante tal respuesta
y amenazan desatar una guerra de hacendados; entonces don Bruno los expulsa de su
hacienda. Dichos hacendados estaban al tanto de la situación de los hermanos Aragón y
confían en que don Bruno sucumba absorbido por la voracidad del consorcio que
explotaría la mina. En otra escena aparece la Vicenta, una mestiza amante de don Bruno
que espera un hijo suyo; pero otra amante del patrón, Felisa, llena de celos ataca a Vicenta
con un cuchillo, ante lo cual don Bruno la dispara, matándola. A partir de entonces don
Bruno cambiará, dejando de lado su vida disipada y procurando ayudar a los indios.
Capítulo VII.- La madre de don Fermín y don Bruno ha fallecido, al entierro no acudió
ningún vecino del pueblo de San Pedro de Lahuaymarca, solo asistió la Srta. Asunta la
Torre. La enterraron los indios con Rendón wilka a la cabeza. Después del entierro, Don
Fermín le indica a su hermano Bruno, que el terreno que su padre Don Andrés le dejó al
indio Anto, se lo cambiará por otro terreno, Anto se opone al cambio y no le demuestra
miedo a Don Fermín, quien lo apunta con su revólver amenazándolo, Anto resiste. Ante
este hecho de valor, Don Fermín lo felicita y le regala dos vacas como un gesto de buena
voluntad, pero esta actitud no es sincera, es solo un ardid para ganárselo como aliado en
su lucha contra Cabrejos y el consorcio. Con el mismo fin visita a Asunta la Torre, a quien
le agradece el haber asistido al entierro de su madre y le regala un brillante. La Señorita
Asunta lo recibe con satisfacción, porque cree que es un acto sincero. Luego don Fermín
regresa a la casa de la mina y en el trayecto conversa con su esposa Matilde, le explica
con mucha claridad cuál es su situación en la mina, sabe quiénes son sus amigos y sus
enemigos, sabe cómo usarlos para su beneficio. Su esposa le indica, que quiere irse a
Lima para no ver lo que pasará en la mina más adelante.
Capítulo VIII.- El ingeniero Cabrejos es despedido de la mina, pero promete volver con
el consorcio. Don Fermín se entera que el cholo Cisneros ha adquirido la hacienda de don
Aquiles y le propone hacerlo socio de la mina con un 40 % de acciones a cambio de un
aporte de diez millones de soles, pero Cisneros se niega a participar de ese negocio.
Mientras tanto don Bruno visita a los comuneros de Paraybamba, que se hallaban
empobrecidos por culpa de la ambición desmedida del hacendado Cisneros; don Bruno
les ayuda a elegir sus autoridades y es testigo de la humillación pública que recibe dicho
hacendado, que es azotado y paseado desnudo, y su mula volada con dinamita. Cisneros
se va, amenazando volver para vengarse. Don Bruno regresa a su hacienda siendo
aclamado por los indios de Paraybamba.
Capítulo IX.- Al fin se encuentra la veta principal en la mina y don Fermín viaja a Lima
para tratar de formar una sociedad con capitales peruanos, ya que se había quedado
descapitalizado. Se aloja en el hotel Crillón y su esposa le pide radicar definitivamente en
Lima, a lo que accede, adquiriendo para ella una magnífica propiedad. Mientras tanto, en
Paraybamba, el incidente con Cisneros origina que el alcalde y los regidores de dicho
pueblo sean arrestados, y que el mismo don Bruno sea denunciado por Cisneros. Don
Bruno marcha a la capital de la provincia, pero antes, ante el riesgo de ser arrestado,
nombra como su albacea a Demetrio para que proteja a su mujer Vicenta, su pequeño hijo
y administre su hacienda. Pero don Bruno, ya ante las autoridades y frente a Cisneros que
lo acusa, se defiende y no es arrestado. Cisneros se marcha jurando vengarse. Al mismo
tiempo, en la plaza principal de Paraybamba se producen incidentes sangrientos entre la
policía y los pobladores.
Capítulo X.- La Whistert-Bozart tiene mucho poder e influencias y logra finalmente que
don Fermín le venda la mina. El directorio de la Wisthert nombra a Cabrejos como gerente
de la mina, con un excelente sueldo. Don Fermín terminar por ceder pues no puede
competir con la gigantesca empresa transnacional. Esta le reconoce un porcentaje de las
acciones de la mina y le cancela los gastos iniciales de la exploración. Don Fermín decide
invertir ese dinero en la industria pesquera, adquiriendo fábricas de harina y conservas de
pescado en Supe, de la que se encargará administrar su cuñado, mientras que él vuelve a
San Pedro, dispuesto a ampliar y modernizar su hacienda «La Esperanza».
Capítulo XI.- La compañía minera, que adopta el nombre de Aparcora, ante la necesidad
de agua para el trabajo de la mina consigue una orden judicial que obliga a los propietarios
de San Pedro a vender sus tierras de la hacienda «La Esmeralda» a precio irrisorio. Los
vecinos se niegan a hacerlo, y en cabildo acuerdan defender su propiedad. El alcalde
emprende viaje para entrevistarse con el subprefecto, a fin de saber la verdad, pero en el
camino se encuentra con el mismo subprefecto, que encabeza con el juez la comitiva de
policías que se dirigía a cumplir la orden de desalojo. Entretanto, la señorita Asunta visita
al ingeniero Cabrejos y le dispara tres tiros con un revólver, matándolo, como venganza
por vender su pueblo a la mina y por causar la muerte a Gregorio, un ser inocente. Asunta
es apresada y trasladada a Lima. Un nuevo cabildo de vecinos de San Pedro decide
abandonar el pueblo, pero no sin antes dejarla presa del fuego, comenzando por la iglesia.
Mientras tanto llegan las maquinarias pesadas de la compañía y unos 1500 indios como
jornaleros. Los representantes indígenas que reclaman un aumento de sueldo son enviados
presos a la capital de provincia, acusados de comunistas. Los bares y las casas
de prostitución amplían su negocio.
Capítulo XII.- Don Bruno, de vuelta en San Pedro, encuentra destruida la iglesia. Ordena
a Demetrio que toque las campanas. Se reúnen la señora Adelaida, el alcalde La Torre,
los alcaldes indígena y los regidores, quienes acuerdan reconstruir la iglesia. También
llega don Fermín, trayendo todo lo necesario para modernizar su hacienda «La
Esperanza» (ganado importado, semillas, etc.) y promete igualmente ayudar con el
renacimiento del pueblo. Se anuncia también la llegada del hacendado Cisneros, quien
quiere vengarse de don Bruno, para lo cual se entrevista con el subprefecto. Este se ofrece
para matar a don Bruno a cambio de dinero, pero en ese momento llega una orden de
Lima ordenando el arresto del subprefecto, por lo que el plan se desbarata. Entretanto, el
ingeniero Jorge Hidalgo, que no está de acuerdo con los manejos de la compañía minera,
decide renunciar a esta y emplearse con don Fermín
Capítulo XIII.-. Los diarios de Lima informan sobre el incendio de la iglesia del pueblo
de San Pedro de Lahuaymarca, hecha por manos «ateas comunistas» así como el asesinato
del ingeniero Cabrejos a manos de una «criminal fría y desalmada». La empresa minera,
continuando con la expropiación de los terrenos de «La Esperanza», aplana la pampa con
máquinas bulldozer. Pero uno de los residentes de esa zona, el indio Anto, se niega a
abandonar su propiedad y se vuela con dinamita junto con las máquinas que ya tumbaban
su casa. Don Bruno se culpa de todas esas desgracias y decide purificar el mundo
acabando con los responsables. Encomienda a su hijo y a su mujer Vicenta a Demetrio
Rendón Willka; luego coge sus armas y parte acompañado de un indio. Se dirige a la
hacienda de don Lucas, el gamonal cruel y abusivo, a quien mata ante el regocijo de los
indios; luego se dirige a la hacienda «La Esperanza» de su hermano don Fermín, a quien
encuentra conversando con el ingeniero Hidalgo. Don Bruno acusa a su hermano de ser
responsable de todas las desgracias del pueblo y le apunta con surevólver; al verse
amenazado, don Fermín corre pero cae herido en las piernas. Al ver lo que ha hecho, don
Bruno se derrumba y llora, pidiendo al ingeniero Hidalgo que lo lleve a la cárcel.
Capítulo XIV.- Don Fermín es operado en la mina, extrayéndosele tres balas, y luego es
trasladado a Lima en avión, donde se recupera. Mientras que don Bruno es encarcelado
en la capital de la provincia. En la hacienda de «La Providencia», Demetrio Rendón
Willka se entera de la prisión de don Bruno y la probable muerte de don Fermín; entonces,
con la aprobación de Vicenta, la mujer de don Bruno, se proclama administrador de la
hacienda, albacea guardador y protector del niño Alberto, el hijo del patrón. En adelante
los colonos indios trabajarían para ellos mismos, sin patrones, lo que significaba ya una
revolución. El gobierno envía entonces a los guardias civiles a sofocar la revuelta. Vicenta
y su hijo se esconden en la comunidad de Lahuaymarca. Mientras que Demetrio se queda
alentando a los indios a resistir. Los guardias irrumpen e inician una despiadada cacería.
Demetrio es fusilado junto con otros indios. Pero este episodio luctuoso solo es el inicio
del camino de la liberación.
ANÁLISIS LITERARIO
TODAS LAS SANGRES
JOSÉ MARÍA ARGUEDAS
ALTAMIRANO
TODAS
LAS
SANGRES
NOMBRES Y APELLIDOS
RONY DURAND CONDORI CONDORI
PUNO – PERU 2011
1. LOCALIZACIÓN
1.1 AUTOR
JOSÉ MARÍA ARGUEDAS ALTAMIRANO – (CONSTA 421 PAGINAS LA OBRA)
1.2 GENERO
Género Literario: Narrativo
Especie Literaria: Novela
Época Literaria: Indigenismo
Movimiento Literario: Indigenista
ANÁLISIS FORMAL
VOCABULARIO EN LA OBRA
ESTANCIAS: Mansión, habitación de un lugar aposento.
MATIZ: Unión de colores mesclados con proporción.
GALICO: Pertenece a galias.
CALLEJUELAS: Despec. De calle.
TORDILLO: Caballo de color blanco o blancuzco.
BOZA: Cabo para amarrar.
YANQUI: Dícese de los colonos rebeldes de nueva Inglaterra en la actualidad.
ANHELAR: Respirar con dificultad.
FUELLE: Instrumento para recoger aire y lanzarlo a determina dirección.
ESTRUCTURA DE LA OBRA
La obra cuanta con 421 paginas los cuales están divididos en 14 capítulos.
Capítulo I - 5
Capítulo II - 28
Capítulo III - 62
Capítulo IV - 89
Capítulo V - 133
Capítulo VI - 166
Capítulo VII - 189
Capítulo VIII - 217
Capítulo IX - 254
Capítulo X - 304
Capítulo XI – 331
Capítulo XII - 365
Capítulo XIII - 393
Capítulo XIV - 409
LENGUAJE
Tiene un lenguaje cotidiano muy propio de la sociedad de esa época. El lenguaje nos
demuestra como marginaba esa época a los indios por el simple hecho que era
campesino.
ESTILO
Cotidiano, crudo, real, drama,, propio de una novela de corte indigenista.
UBICACIÓN DE LA OBRA
Tiene como ambientación al pueblo parybamba y san pedro de layhuamarca.
FORMAS DE COMPOSICIÓN
Narración
El viejo a tientas las gradas de piedra que conducían como un túnel a lo alto de la torre.
Había que apoyarse en las paredes e ir adelantado la pierna buscando con un cuidado los
ruinosos escalones en la oscuridad.
Descripción
Era un ex arriero empobrecido que tomo el cargo menos costoso de la fiesta con la
esperanza de alcanzar la protección de la virgen patrona del pueblo corrió despavorido
hacia el cerro.
Dialogo
Yo te prefiero, apukinto te han robado flores dijo cuándo asome la cabeza para mirar el
atrio la chiquillera del pueblo sabia de la iglesia empezaron a gritar, las chispas, las
chispas bajaron las cadenas kantutemplando las y la levantaron de nuevo.
1.3 EPOCA
Tiempo: a mediados del siglo xx en la transición de los pueblos indígenas a una nueva
era.
-En 1964 publicó su obra más ambiciosa: Todas las sangres, novela de gran consistencia
narrativa, en la que el escritor quiso mostrar toda la variedad de tipos humanos que
conforman el Perú y a la vez los conflictos determinados por los cambios que origina
enlas poblaciones andinas el progreso contemporáneo.
2. DEL AUTOR
PRODUCCIÓN LITERARIA
Sus obras son propias de sus vivencias “No tengo que escribir cual es porque yo lo he
gozado, lo he vivido”
AGUA: Conflicto indio – gamonal.
YAWAR FIESTA: lucha costa – sierra, poder central – bocal.
LOS RIOS PROFUNDOS: lucha cultura occidental – andes.
TODAS LAS SANGRES: lucha de las comunidades contra el expansionismo de las
empresas mineras transnacionales.
WARMA KUYAY: Marginación del niño mestizo en el mundo de los indios.
AGONIA DE RASI NITI: lucha contra la muerte en el baile da las tijeras.
EL SEXTO: Penurias en la cárcel.
OBRA AUTO BIOGRÁFIA EL ZORRO DE ARRIBA Y EL ZORRO DE ABAJO:
Lucha de pobres y ricos en Chimbote.
DIAMANTE Y PEDERNALES.
2.2 ESCUELA LITERARIA
INDIGINISMO. El indigenismo en el Perú se revela contra el indianismo sentimental
de Ventura Garcia Calderón y Clorinda Mattos de Tunner y presenta el problema del
indio como económico y por lo tanto su solución será también de esta índole y no
esencialmente educativo.
3. DE LA OBRA
TITULO: TODAS LAS SAGRES
PRIMERA EDICIÓN 1964
EDICION LEIDA
EDITORIAL “BIBLIOTECA PERUANA”
PERSONAJES
PRINCIPALES
-Andrés Aragón Peralta (viejo werak’ocha)
- Don Fermín.
- Don Bruno.
- Demetrio Rendón Willka.
SECUNDARIOS
- Adelaida.
- Anto.
- Apukintu.
- Gertrudis.
- Rondon Willka.
- Jorge Hidalgo.
- Carhuaymayo.
- Cisneros.
- Cabrejos.
- Don Felipe.
- Mendoza Bodas.
- Don Lucas.
- Alfaro.
- Pablo Pumayauri.
- Matilde.
3.1 DE LA COMPOSICIÓN
LOS FRAGMENTOS UTILIZADOS SON:
Don bruno rezaba sobre la tumba de su padre casi a la media noche el panteonero espera
en la puerta, sentado junto al potro blando que parecía protegerlo.
Don Fermín y su mujer dormían. Matilde había admitido que Rendon Willca era de veras
peligroso .y soñaba algo agitada, que don bruno la arrastraba hacia el rio le gritaba que
sus ojos eran del color de las piedras del rio, una tempestad de rayo había despedazado
en la quebrada “debes morir antes que la ambición pudra tus ojos no son tuyo sino de mi
rio, mis piedras” le gritaba su cuñado.
4. REFRANES DE COMPRENCIÓN
Refrán léxico
“La mayoría de la gente vende su alma y vive con conciencia tranquila del producto de
la venta”
Refrán sintáctico
•-Voy a ir a la pampa contigo. Hago cerco grande… (HIPÉRBATON).
•… en mi corazón, tu encanto y tus alas, conviértelas en sangre (METÁFORA).
Refrán pragmático
VOCABULARIO EN LA OBRA
ESTANCIAS: Mansión, habitación de un lugar aposento.
MATIZ: Unión de colores mesclados con proporción.
GALICO: Pertenece a galias.
CALLEJUELAS: Despec. De calle.
TORDILLO: Caballo de color blanco o blancuzco
BOZA: Cabo para amarrar
YANQUI: Dícese de los colonos rebeldes de nueva Inglaterra en la actualidad.
ANHELAR: Respirar con dificultad.
FUELLE: Instrumento para recoger aire y lanzarlo a determina dirección.
CONTEXTO DE LA OBRA
HISTORIA DE LA OBRA
Todas las sangres es la quinta novela del escritor peruano José María
Arguedaspublicada en 1964. Es la novela más larga de dicho autor, y la más ambiciosa,
siendo un intento de retratar el conjunto de la vida peruana, por medio de la
representación de escenarios geográficos y sociales de todo el país, aunque el foco se
sitúa en la sierra. El título alude a la variedad racial, regional y cultural de la nación
peruana. La novela se desenvuelve entre dos ideas fundamentales: el peligro de la
penetración imperialista en el país por intermedio de las grandes transnacionales y el
problema de la modernización del mundo indígena.
Resumen:
La historia comienza con el gran hacendado Don Andrés Aragón de Peralta en el
atriode la Iglesia maldiciendo a sus hijos por todo lo que le había pasado, luego de esto
Anto, su criado, lo lleva a su casa donde Don Andrés se envenena y muere.
Sus hijos Don Bruno y Don Fermín Aragón de Peralta conversan sobre el futuro en San
Pedro, Don Bruno acepta entregarle sus colonos para que trabajen en la mina de su
hermano, Aparkora, luego se enteran que su padre había muerto.
Mientras los hermanos conversan con los varayok´s en la casa de su padre,
encuentranla pistola que era de Don Andrés.
Don Bruno reúne a sus colonos y les informa que ahora trabajarán para su hermano, por
mientras Don Fermín conversaba con el ingeniero Hernán Cabrejos sobre la mina,
juntos van a arreglar la pistola de su padre a donde el platero Bellido.
Cuenta la historia del indio Demetrio Rendón Wilka, de cómo lo maltrataron y azotaron
en la escuela y que luego de viajar a Lima regresa modernizado.
Don Fermín se reúne con Cabrejos para conversar en su casa, ahí el ingeniero conoce a
su esposa del hacendado, Matilde; luego de que se vaya Cabrejos Fermín y su esposa
conversan sobre lo peligroso que puede ser Don Bruno, y que Cabrejos o Demetrio los
podrían traicionar, a parte, éste tenía un criado, Gregorio, junto con el van a visitar
a laseñorita Asunta, Gregorio estaba enamorada de ella.
Cabrejos era un agente de la Whister and Bozart, que quería quitarle la mina a Don
Fermín, por esto el ingeniero leía sus cartas, les pagaba a los demás para que lo delaten.
Comienza el trabajo en la mina; Cabrejos había hecho un plan para asustar a todos
en lamina, Gregorio se sacrifica con una explosión en la mina haciendo huir a todos.
Después de todo el incidente se van dando cuenta que Cabrejos había sido el
autor deeste plan, Hernán le cuenta a Fermín que la Whister ya se había
apoderado de la mina.
Don Cisneros, Don Aquiles y Don Lucas (tres grandes hacendados, uno gordo y cholo,
otro joven y el otro el viejo respectivamente), visitan a Bruno para reclamarle sus
actosde buena fe contra sus colonos regalándoles tierra y aumentándoles el salario,
Bruno no cambia de parecer; luego de que se van los hacendados, aparece Vicenta, una
mestiza ala que Bruno había ido a buscar a Santa Cruz, Bruno le pide que el hijo que
lleva en el vientre sea su heredero y que lo cuidará.
Aquiles le vende su hacienda a Cisneros, mientras tanto la matriarca de los
Aragón dePeralta muere en agonía, en el funeral Fermín una gran porción de tierras y
ganados a Anto por su valentía.
Fermín y despide a Cabrejos y va a verlo, le pide que sean socios de la mina pero se
rehúsan Fermín se burla de él y se va furioso; por mientras, Bruno va junto a
Carhuamayo y David K´oto a Paraybamba y les regala unas tierras a todos el pueblo,
pero éstos le dicen que Cisneros les cobraba dinero, justo en ese momento llega el gordo
hacendado y Bruno le pide que lo azote, lo tumban de su mula, lo desnudan y lo azotan.
Bruno va a donde el subprefecto y aclara el incidente, pudiendo liberar al alcalde y a los
varayok´s.
Fermín por fin había encontrado la preciada plata en la mina, por esto tiene que viajar a
Lima para aclarar los problemas con la Whister, pero al final Cabrejos lo llama
ofreciéndole el 20 % de las ganancias, Fermín se resigna a aceptar la oferta y se va con
su cuñado a visitar una empresa pesquera; cuando regresa a su residencia lo visitan unos
san pedrinos para informarle que ahora la hacienda La Esmeralda vale sólo diez
centavos el metro cuadrado.
El Zar felicita a Cabrejos y les informa a todos que ahora es el dueño de la mina
Aparkora.
En San Pedro llegan el subprefecto y el juez para hacer cumplir el decreto, a la entrada
balean y matan a Bellido y Asunta había asesinado a Cabrejos
en la residencia de lamina, por esto el socio de Cabrejos, el ingeniero Hidalgo renuncia.
Los san pedrinos queman la Iglesia y todo el pueblo rechazando el decreto.
El ingeniero Hidalgo se une a Fermín, Anto se sacrifica con dinamita destruyendo los
buldózeres que aplanaban el pueblo, por esta muerte Bruno se culpa por esto y por todo
lo que ha pasado, le dice a Demetrio que si algo le pasa, que él sea el nuevo
dueño de lahacienda y que proteja a Vicenta y a su hijo, luego de estas palabras va junto
a Satuco Paukar a la casa del viejo Don Lucas, le dispara y lo mata; después, va a donde
su hermano hablan sobre lo sucedido y Bruno le apunta, Fermín huye, pero es alcanzado
por algunas balas en la pierna y cae herido. Se lo llevan a Fermín a Lima para tratarlo
mejor de sus heridas, en ese momento estaba hablando con Hidalgo, pero llega la policía
y se lo lleva al ingeniero por ser el autor de la rebelión en la hacienda de Cisneros.
Hidalgo se encuentra en la cárcel con Bruno, pero el ingeniero es liberado pronto por su
padre. Por mientras en la Providencia, Demetrio se convertía en el dueño de la hacienda,
acordado con Vicenta, que se iba con su hijo a un lugar seguro.
Llegan policías a La Providencia y acusan a Demetrio de apoderarse de la hacienda,
pero se niega y les dice que ahora los indios ya no le tienen miedo ni a la sangre ni
a lamuerte, luego de estas palabras y de la muerte de unos valientes indios, cae muerto
por el capitán de la policía; en ese momento Bruno, Fermín, Matilde y el Zar sienten
como si algo estuviera comenzando a despertar desde el subterráneo.
6. PLANO SEMÁNTICO
Semántico.-relativo a la significación de las palabras. Estudio de esta.
El lenguaje semántico indica acción, estado, existencia, sentimiento, etc. De las cosas o
seres. (Sustantivas a que se refiere)
Ejem: