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lneke Phaf-Rheinberger (ed.

Memorias de la fragmentación
Tierra de libertad y paisajes del Caribe

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Pizarro, Ana. (1994). De ostras y cm1íbales. Ensayos sobre la culh1ra latino-
americana. Santiago: Editorial Universitaria.
El original y su traducción: Édouard Glissant y Michael Dash
Rahier, Jean. (2001). "Biackness as a process of creolization: The afro-esme-
raldian décimas (Ecuador)", en: (Ed.) Okpewho, lsidore; Boyce Davies, Carolina Benavente Morales
Carole; Mazrui, Ali. The African Diaspora. African Origins and New
World Jdentities. Bloomington and lndianapolis: Indiana University
Press, pp. 290-314.
Rama, Ángel. (1987). Transculhuación narrativa en América Latina. México: Transversalidad del encuentro
Siglo XXI.
En esta contribución se investigan los cambios entre un texto y su traducción.
Rueda, Rocío. (200 l ). "Esclavos y negros libres en Esmeraldas S. XVTTT-XIX",
Se trata de Le discours antillais (LOA, 1981 ), recopilación de ensayos de
en: Procesos, revista ecuatoriana de historia No 16. Quito: Corpora-
Édouard Glissant, y de Caribbean discourse. Se/ected essays ( 1989), su selec-
ción Editora Nacional 1 Universidad Andina Simón Bolívar, I semestre,
pp. 3-34. ción, introducción y traducción al inglés por Micbael Dash. El martiniqueño
Édouard Glissant, poeta, novelista, ensayista, es uno de los mayores intelec-
Savoia, Rafael (2002). "Esmeraldas a mediados del siglo XVTIT', en: Savoia, tuales caribeños de la actualidad. Dash, profesor de francés de la Universidad
Rafael (coord.): El negro en la historia. Quito: Centro Cultural Afro-
de West lndies en Kingston y actualmente de la Universidad de Nueva York,
ecuatoriano.
traduce su novela La Lézarde (1958), publica una biografía de él y adopta sus
Sharp, William. Manumisión. libres y resistencia negra en el Chocó colom- perspectivas para enfocar la literatura producida en ••eJ contexto del Nuevo
biano. http://www.lab laa.orglblaav irtual/ letra-c/cpaci fic2/3 2. htm. Mundo" (Dash, 1998).
Tovar, Ilcnnes. (1994). La manumisión de esclavos en Colombia, 1809-1851. El aporte de Dasb al traducir LDA es capital, pues es aquí donde Glissant, al
http://www.banrep.gov.colblaavirtuaVcredenciallnoviembre1994/novic buscar una definición de la Antillanidad o identidad antillana, formula las teo-
mbrel.htrn rias de la Relación y la Poética de la Relación, que sustentan una noción, más
Wade, Peter. La relación Choco-Antioquia. ¿Un caso de colonialismo interno?. conocida entre nosotros, como la de criollización o acriollamiento. Al mismo
http://www.banrcp.gov.co/blaavirtuaVIetra-c/cpacifi2135.htm tiempo, el diálogo intelectual que se establece entre estos autores llama la aten-
ción, pues implica una fisura en el patrón de aislamiento que rige entre las dif~­
Zuluaga, Francisco. Cimarronismo en el sur-occidente del antiguo Virreinato
rentes sub-áreas del Caribe. Ambas situaciones nos motivan a comparar el on-
· de Santafé de Bogotá. http://www.lablaa.org/blaavirtuallletra-cl
cpacific2/ 33.htm. ginal y su traducción: ¿Qué diferencias existen entre Le discours anti/lais y
Caribbean discourse y qué las explica?
Zúñiga, Luis. (2002). "El horizonte cultural de los pueblos afrodescendientes", Nuestro supuesto de base es que un texto abre su polisemia al receptor según
en: Monsalvc {Ed.), op. cit., pp. 28-33.
las diferentes identidades involucradas en éste. La renovación se basa en suce-
sivas aproximaciones que son siempre parciales y fragmentarias, porque res-
ponden a problemas inéditos en situaciones cambiantes, pero las posibilidades
futuras de reinterpretación quedan acotadas por la coherencia del original. Toda
traducción conlleva realizar, mediante una operación lingüística, el traslado del
original a realidades "otras". Pero en este proceso se constituye asimismo ~n
espacio simbólico distinto: el "entre lugar" del contacto cultural. La coherencia
de un texto, en este sentido, contiene niveles de sentido diversos y traslapados,
que conectan lo dicho, lo sugerido y lo encubierto dentro de él, con un "afuera"
(el contexto) diferenciado en sus alcances y difractado en sus mediaciones.
Nuestra comparación se lleva a cabo no defendiendo la "pureza" del original,
sino evidenciando las reinterpretaciones de la traducción en la medida que nos

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permitan sumergirnos en la dinámica de relacionamiento entre culturas: aqli. mero contrasta la estructura de ambas publicaciones y luego se ordena en torno
en la transversalidad de un encuentro ocurrido al interior de nuestra wna "111ir- a Jo que, creemos, constituyen las tres ideas fuerza de LOA, atravesadas por la
ginal o periférica". Esto conlleva asumir, por un lado, todo el peso suplemen:a- problemática del discurso: la Relación, la Poética de la Relación y la Antillani-
rio de "desorganizaciones y reorganizaciones" simbólicas (Richard, 1986: 120) dad, comparando nuestra interpretación de esta publicación con el sentido per-
que supone primero encontrar el original y luego traerlo "a casa" a través de los cibido en su traducción.
filtros culturales dominantes. Por otro lado, consideramos que este rescate se Presentamos sobre estos aspectos un "esqueleto de ideas" que necesaria-
realiza dentro del proceso de construcción de una "conciencia de Nuevo mente altera la estructura del original y no agota todas sus intrincadas facetas,
Mundo" que es común a América Latina y el Caribe" (Pizarro, 1984: 140). ni las de sus relaciones con la traducción, ni tampoco las que establecemos con
Glissant explica las diferencias entre la política asimilacionista de la franco- ellos dos, sus autores, sus culturas de origen.
fonia y la política de "respeto" de la anglofonia. Ésta encubre el mismo despre-
cio por la cultura de la población negra, pero permitiéndole subsistir de manera
Estructuras de los textos
autónoma en las plantaciones y luego en los ghettos urbanos (Giissant, 1981:
353). Se generan asl dos tradiciones distintas de "cimarronaje" intelectual y re- Las diferencias entre los textos son evidentes, en primer lugar, en términos de
sistencia cultural (Rodríguez, 1995). En la francofonia, la cultura popular ago- sus estructuras. LDA recopila ensayos que Édouard G.lissant redactó o bien
niza y el excedente intelectual testimonia del enorme peso de una cultura le- dictó como conferencias entre 1962 y 1979, a los que añade algunos contenidos
trada cuyo dominio se eterniza, fomentando respuestas confrontacionales, nuevos. Se compone de una sección inicial llamada Introducciones y de cuatro
cuando las hay, que cristalizan fuera de las Antillas. En el Caribe anglófono, la Libros ("Lo sabido, lo incierto", "Poética de la Relación", "El estallido del dis-
resistencia se evidencia mejor a través de una diversidad de manifestaciones curso" y "El porvenir antillano"), a lo largo de los cuales se reparten 96 capí-
concretas, especialmente ligadas a la oralidad ("thc nation' s language''), que tulos, de extensión variable. Entre ellos se intercalan 25 "reperes" o referencias,
afinnan la vitalidad de la cultura negra y logran inscribirse en el proceso inde- más bien cortas y escritas en letra cursiva, que parecen ser contenidos nuevos
pendentista. Podemos decir que, junto a un variado entramado intelectual donde cuya finalidad es ir orientando temáticamente la lectura, proporcionando algu-
caben Condé, Chamoiseau, Césaire, Walcott, HaU (Stuart Hall) o Brathwaitc, nas claves para la interpretación. Las páginas finales incluyen una sección de
en un caso el resultado cultural es Franz Fanon, en el otro, Bob Marley. "Anexos" ("Cuadro de la diáspora", "Notas sobre los métodos de trascripción"
En el momento en que Glissant redacta LDA, Martinica ya es un Departa- y "Textos del Dogma de Cham", estos dos últimos relacionados con una creen-
mento de Ultra-Mar de la República francesa. Glissant reivindica la antillani- cia local analizada en el Libro lll); un "Glosario" que recoge términos claves
dad de· su pueblo para alcanzar un resultado político concreto, la Independen- para la mejor comprensión de su texto; y un repertorio de las ''Fechas y luga-
cia, que requiere ser preparado en el ámbito cultural de la conciencia identita- res" de publicación o presentación de los textos incluidos.
ria. En esta perspectiva, lleva a cabo profundas refonnulaciones teóricas que Caribbean discourse comienza con una "Introducción" de Dash que se com-
hacen que LDA esté muy lejos de ser un panfleto. La situación de Dash puede pone de cuatro partes: "Yo y Nosotros", "Lenguaje y cuerpo", ''Tiempo y espa-
no ser tan diferente. Jamaica, independiente desde 1962, es rápidamente absor- cio" y "Antillanité- de Matouba al Moneada". La "Selección" conserva el or-
bida en la. órbita de influencia de EEUU en el contexto de la Guerra Fría. con denamiento del original, pero conservando solo 47 de sus 96 capítulos. Las
un breve "desliz" tercermundista durante la presidencia de Manley, en los 1970. unidades más afectadas son los "reperes" (quedan 3 de 25}, pero en cada Libro
Intcmacionalmcntc aislada en la "anglofonia", surgen nuevas ansiedades para se eliminan apartados enteros y dentro de éstos se suprime siempre algún capi-
su conciencia caribefla. La traducción de Dash tiene un perfil académico, pero - tulo, excepto en "Literaturas nacionales" (Libro ill). Quedan del todo fuera
siguiendo a Glissant- podemos constatar lo obvio: la divulgación científica "Sociologías" (Libro T), "Acción cultural, práctica política" (Libro IT) y "El de-
nunca es "neutral''. lirio verbal" (Libro nT). De "Inconsciente, identidad, métodos" (Libro fll) sólo
Las diferencias de área no anulan estructuras más profundas de identifica- se conserva el capítulo " Poética e inconsciente". En lo que cabe a las últimas
ción. Al comparar estos textos veremos cómo el texto de Dash reinterpreta el secciones, se suprimen los anexos "Notas sobre los métodos de trascripción" y
pensamiento de Glissant, incluso lo tergiversa, para amoldarlo a otro contexto. "Textos del Dogma de Cham". El titulo de ''Fechas y llllgares" se modifica por
Lo notable es que la pérdida de coherencia interna del texto original se lleva a uno más explícito: "Fuentes de los documentos reimpresos en este libro". En el
cabo desde una misma aspiración a la antillanidad. Nuestra comparación pri- cuadro anexo se indican los capítulos suprimidos del original (ver p. 30).

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Una primera comparación se llevó a cabo, siguiendo un primer nivel de sen- proceso mediante el cual se socavó del todo la estructura productiva de Marti-
tido de LOA, en ténninos de los enfoques disciplinarios sugeridos por sus inti- nica, transformándolo en un país clientelar, consumista, de servicios; "mons-
tulados. Ella nos indicó que Dash privilegió los contenidos relativos a la litera- truosamente" reducido a la superestructura (LOA: 285). La alienación se su-
tura, el arte, la historia, la filosofia y la pedagogía, tendiendo a suprimir aque- perpone a la dcsposesión, reforzándola, y tiene su origen en un discurso colo-
llos que tienen relación con la economía, la sociología y el psicoanálisis. Ad- nial paterna lista que hace que los martiniqueños crean ser franceses.
vertirlo nos permitió comprender algunas de las tergiversaciones del traductor, Al ser imposible la lucha de clases y por ende la salida revolucionaria en un
aspecto sobre el que se profundizó, en un segundo momento, llevando la com- país sin estructura productiva, Glissant diagnostica que Martinica se encuentra
paración al plano de la argumentación. Aquí se contrastaron los tópicos a nues- en una "situación bloqueada"; pero esto, aclara, "es una hipótesis de trabajo, no
tro juicio principales de LDA con su presencia y ordenamiento en Caribbean la constatación pasiva de un destino" (LDA: 274). Su propuesta es la de des-
discourse, así como el léxico original de Glissant referido a ellos con el utili- montar el discurso colonial por medio de una "teoría global" o "visión de con-
zado por Dash en su presentación de LDA. junto" que permita dar cuenta de las resistencias de los martiniqueños y de la
Estos tópicos fueron establecidos desde la perspectiva del pensamiento cri- originalidad de sus estructuraciones sociales, creando conciencia de la antilla-
tico americano, que engloba, siguiendo a Arturo Andrés Roig, las muy diversas nidad.
modalidades de reflexión generadas en el continente. Atendiendo a su caracte- Esta teoría es la Relación, pero encontrando una versión específica en la teo-
rística de "irse haciendo" con un alto contenido expresivo frente a situaciones ría de la Antillanidad. A través de ella, Glissant amplía el ámbito, el sujeto y el
sociales concretas, se asumió el desafio planteado por este autor de irlo siste- alcance de la historia como se le había concebido en el marxismo original:
matizando a nivel de las ideas. De ahí que estructuremos nuestra presentación desde las relaciones entre las clases sociales hacia las relaciones entre los pue-
en torno a la Relación, la Poética de la Relación y la Antillanidad, comparando blos de la Tierra. Su supuesto básico proviene del campo de la experiencia his-
los énfasis otorgados por cada autor sobre los siguientes aspectos: diacronía y tórica y consiste en establecer la existencia de dos ámbitos civilizacionales di-
sincronía; conocimiento, estética y acción; movimiento, arraigo y equilibrio, ferenciados en sus valores y técnicas, pero imbricados en los hechos en el do-
respectivamente. minio de uno sobre el otro: por un lado, Occidente (que "es un proyecto, no un
lugar"), con su ambición de " lo Uno" y de "lo Mismo", su individualismo y su
afán de dominio; por el otro, "los demás pueblos de la Tierra", con su ambición
Diacronía y sincronía en la Relación
de "lo Diverso" y "el Todo", y con su aspiración a la solidaridad. Glissant lo
Una forma de concebir la Relación es como una teoría de las identidades co- expresa de este modo:
lectivas que incorpora la experiencia histórica concreta de una comunidad
como dato esencial de una enunciación que, asimilando el pasado padecido, se Lo Diverso necesita la presencia de los pueblos, ya no como objetos a
proyecta hacia un porvenir emancipado. Ella se construye desde un cuestiona- sublimar, sino como proyecto a poner en relación. Lo Mismo requiere
al Ser, lo Diverso establece la R elación. Así como lo Mismo comenzó
miento al modelo de identidad dominante francés, levantando un modelo alter-
con la rapiña expansionista en Occidente, lo Diverso emergió a través
nativo que es antillano. La crítica a la concepción occidental de la identidad
de la violencia política y armada de los pueblos. As! como lo Mismo se
como es~cia y unidad se sustenta sobre otras, formuladas contra la abstracción
eleva en el éxtasis de los individuos, lo Diverso se expande mediante el
filosófica y el historicismo teleológico. Al hacer de su pasado w1a "no-histo- impulso de las comunidades. Así como lo Otro es la tentación de lo
ria", ellas contradicen el "barullo de silencios [que escuchamos] en nuestras ca- Mismo, el Todo es la exigencia de los Diverso.[ ... ] Lo Mismo es la di-
bezas", señala Glissant (LOA: 15), quien busca reivindicar este pasado en su ferencia sublimada; lo Diverso es la diferencia consentida. (LDA: 328).
"opacidad".
Glissant elabora la Relación sobre la base de un marxismo sin "a priori", en La propuesta alternativa a la occidental pasa por considerar que la identidad
cuanto éste cuestiona un "Humanismo" que hace depender el mundo de un colectiva se constituye, en el espacio y el tiempo, en la multi-relación de una
único "Hombre" europeo. Entrar en los "mecanismos ocultos de la Relación" le comunidad con su entorno, a través de instancias de mediación que son de or-
permite enfrentar parte de los desafíos planteados por la historia martiniqueña. den técnico y simbólico. La identidad se configura en el contacto establecido
Es centrándose en las estructuraciones sociales que alcanza las hipótesis de la entre una comunidad, la naturaleza y las otras comunidades, pudiendo involu-
desposesión y la alienación del pueblo martiniqueño. La primera se refiere al crar relaciones de solidaridad o de dominio. Es un proceso dialéctico y por ende

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dinámico, pero atravesado por la búsqueda del equilibrio. Cuando una identidad sobre todo en los dos primeros Libros. El peso de esta estructura desestructu-
colectiva es equilibrada, es porque la mediación con el entorno logra ser "con- rante es tan grande que llama la atención el que Dash no se refiera directamente
certada" por la comunidad. Cuando no lo es, es porque tal mediación es "im- a la Relación ni como formulación discursiva, ni como construcción teórica.
puesta" desde fuera. Tal situación, al ser contradictoria, concita resistencias Dash, desde los estudios literarios, elabora como principal aporte de Glissant
orientadas a restablecer el equilibrio. Lo que Glissant llama el "Relevo" supone a la literatura caribeña la idea del "descentramiento del Yo". Esto, señala, se
reequilibrar la Relación, pero atendiendo a las mediaciones ya establecidas. comprende en el contexto de una situación extrema de desposesión que impide
La violencia técnica es el "factor primordial" de la Relación y genera des- la emergencia de estructuras individuales, de manera que la pregunta no es
equilibrios internos a Occidente que contribuyen a socavar sus pretensiones "¿quién soy yo?", sino "¿quiénes somos nosotros?". Esta explicación insinúa el
hegemónicas (romanticismo, surrealismo) (LDA: 244). Pero el mayor desafio problema de la identidad colectiva, pero formulado desde el punto de vista de la
proviene del "asalto de lo Diverso", a través del cual los pueblos de lo Diverso relación del escritor caribeño con la comunidad. El desajuste con el original se
llevan a cabo su batalla por "el alimento y la libertad" mediante formas trágicas produce en cuanto la primera pregunta que se formula Glissant es la de "¿cómo
o violentas (luchas independentistas, revoluciones armadas), así como pacíficas hemos llegado a esta situación?" (de degradación colectiva) y no la de "¿quié-
(arte, cultura, migraciones económicas). Al evidenciar las "tentativas legibles nes somos nosotros?", situada más adelante en el libro (LDA: 265-267). Ha-
de liberación" de lo Diverso, la Relación permite cuestionar la ''Historia" li- cerse una u otra no es indiferente, pues sólo la primera involucra como res-
neal, ad-hoc al dominio occidental, para apreciar la "diversidad de las historias" puesta implícita a la alienada antillanidad. Tampoco es indiferente el hecho que
-sin mayúscula- e ingresar en la "Relación de las historias" (LDA: 276). Lo Glissant se proponga hacer en primera instancia una historia de su pueblo,
que hace que la Relación no sea conocida, sino solamente conocible, es su im- desde donde deriva a la üteratura. Hay en Glissant una inquietud por el pasado
predecible oscilación entre la opacidad del pasado y la proyección al porvenir. que Dash tal vez no exprese lo suficiente ni en su presentación, ni en su selec-
Esto introduce la importancia del "Relato", pues "describir es transformar''- ción.
éste es el primer epígrafe de LDA. La Relación permite construir un Relato al- Sin embargo, es en autores anglófonos (Brathwaite, Naipaul, LanlffiÍng) en
ternativo que asegure el Relevo de los pueblos en historias diferenciadas e im- los que Glissant se inspira para librar su "querella con la Historia" (LDA: 222).
bricadas, desafiando por esa vía la Historia ''padecida" (impuesta y sufrida a la Tal vez por eso, su otro gran aporte, según Dash, consiste en alejarse de una
vez). Pero este Relato toma su sustancia de cada una de las múltiples historias concepción "melodramática" de la historia para profundizar en las "vicisitudes"
que proliferan sobre la faz de la Tierra. No es posible concebir a la Relación en de ésta, aspecto que el jarnaiquino aborda especialmente en "Tiempo y espa-
abstracto porque no puede consumarse con independencia de ellas: las necesita. cio". Dash da cuenta de los cuestionarnientos de Glissant al historicismo occi-
Se ·trata para Glissant de superar la "intención histórica" por medio de la dental y, percibiendo en él una búsqueda sinúlar a la de Faulkner, Carpentier,
"intención poética", elaborando una ''visión profética del pasado" que aborde García Márquez y Alexis - autores examinados por Glissant- , explica que la
sus discontinuidades reales desde una perspectiva del porvenir (LOA: 227). Tal "modernidad esencial" de todos ellos radicaría en componer una nueva historia
visión es histórico-literaria, pues, al permitir abordar creativamente la opacidad para la región, lo que en Glissant daría lugar a la "visión profética del pasado".
del pasado, "la literatura es el arte mejor preparado" para el desarrollo de la Luego observa la importancia que en ellos tiene el paisaje como elemento de
concien~ia anti_Ilana. Sus características, Glissant las elabora a partir del cuento auto-apropiación, convirtiéndose en Glissant en "un personaje en el proceso de
antillano y la Novela de las Américas. El primero, al entregar la "medida del crear la historia". Esto explicarla su llamado a establecer una ''poética de la du-
Nosotros", la segunda, al desarrollar un "regreso en espiral" hacia una "huella ración" donde importen el "flujo continuo" y la "memoria colectiva" y donde la
primordial", ultrajan el individualismo y el "deseo-de-historia" propios de la "intención poética" sustituya a la "intención histórica". El "paisaje ideal", con-
literatura occidental. Es sobre estas bases que Glissant propone realizar la "No- tinúa Dash, definiría así una relación dialéctica entre "lo estable y lo inestable,
vela del Nosotros". lo dicho y lo no dicho", indicativa de un proceso de "devenir", de "cambio
La teoria de la Relación surge a medida que se desarrolla la reflexión y no se inexhaustible" que Glissant identificaría como ''predominante en la concepción
concentra en una sección específica, replicando de este modo en el "discurso americana del tiempo y el espacio". Más adelante explica:
antillano" redactado por Glissant la opacidad de "lo real antillano". Su formu-
lación le pem1ite al autor progresar hacia la Antillanidad según el modelo del Ésta no es una poética del refus [rechazo o negación], de un espacio
"retomo en espiral", dentro del cual las referencias a la Relación se concentran inaccesible, sino una poética del espacio sintetizante [synthesizing

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space], de la "relación·•. lLa poética de la imaginación transcultural] Dash no conserva en la selección. Tiene también repercusiones estéticas, al ex-
consiste no en buscar los orígenes, sino en sumergir el yo en esta sin- plicar que "lo reiterativo" en el discurso de Glissant constituye "la medida del
cronía ejemplar (Dash: xxx.viii-xxxix). Nosotros" que se afirma, al permitir la acumulación. Más aún que la despose-
sión (único tema económico-sociológico al que Dash se refiere en su presenta-
Estas lineas (que, al aludir a la Poética de la Relación, evocan además Jo intrin- ción), ellas configuran "lo incierto" y "lo opaco" como zonas a escrutar, a son-
cado del discurso de Glissant y lo forzado de nuestra sistematización) nos per- dear, antes de generar el proyecto antillano, pues éste debe necesariamente in-
miten apreciar cómo Dasb proyecta la Relación en la sincronía mucho más que corporar esta carencia fundamental en su formulación.
en la diacronía. El énfasis alternativo de Dash es muy evidente desde el princi- La segunda pérdida es la idea del "asalto a lo Diverso". Sin presuponer que
pio hasta fmal de la sección "Tiempo y espacio". Debemos relacionar la men- éste se ha dado en "lo real", primero como dinámica natural de relacionarniento
ción a la "sincronía ejemplar" que le pone fin, con el epígrafe que la encabeza: en el ámbito de lo Diverso, luego como resistencia histórica "no concertada" de
Vegetation is slowly reemcrging in a confusion which is all the more Jos pueblos de lo Diverso, ninguno de éstos puede aspirar a una historia propia,
deceptive since it preserves, beneath a falsely innocent exterior, memo- ni tampoco al equilibrio. De estas dos ideas dependen la "diversidad de las
ríes and patterns of former conflicts. historias" y la "visión profética del pasado", pues fundamentan la posibilidad
Claude Lévi-Strauss, Tristes Tropiques (Dash: xxvüi) de un porvenir emancipado del dominio occidental. Por esta razón, fundamen-
tan asinúsmo la posibilidad, ansiada por Dash, del encuentro solidario de cultu-
El paisaje americano como lugar donde se inscriben las huellas del pasado es la ras en el "espacio difractado de lo Diverso".
original hipótesis que Dash elabora en esta sección. Ella nos confrontó a as- La falta de claridad de Dash sobre la inscripción de Glissant en un marxismo
pectos no advertidos en nuestra lectura de Glissant y se basa, en cierto modo, "sin a priori" es problemática, porque de esto se desprenden aspectos funda-
en invertir sus términos, pues este último, aunque obsesionado con el paisaje, mentales de su pensamiento. Ahora bien, la filiación es explicita, reiterada y
articula su discurso en tomo a la historia. La aproximación "espacial" de Dash evidente en Glissant, mientras la alusión de Dasb a este tema es equívoca, con-
se advierte en otro aspecto. A la vez que usa una sola vez y entre comillas la fusa, ambigua (Dash: xxx). Tal vez Dash no lo vea, en la medida que no existí-
palabra "relation", traduce la palabra francesa "Relation" usando el téonino in- na una tradición marxista fuerte en los estudios literarios jamaiquinos. O tal
glés "cross-cultural", que por nuestra parte traducirnos como "transcultural". vez esto sea una estrategia para "neutralizar" a Glissant ante un público angló-
Puesto que el parentesco idiomático Jo permite, ''Relation" en francés pudo ha- fono, dado el contexto político y cultural que perfilamos al inicio. La obsesión
ber sido traducida al inglés usando la misma palabra. El problema - advertido de Dash ante el paisaje nos sugiere, en primer Jugar, la ambición de una aper-
repetidas veces en el ámbito de los estudios latinoamericanos de la cultura tura a la "Otra América" como forma para Jamaica de escapar de su aisla-
frente a la formulación original que le da Fernando Ortiz - es que el concepto miento internacional dentro de la "anglofonía". Pero ella también expresa la
de ''transculturación" sugiere una relación de igualdad en el contacto cultural, tensión, característica de nuestros pueblos, como él mismo nos lo advierte, en
obviando lo que en Glissant se perfila como una multi-dialéctica emancipadora la relación con un inaccessible landscape: la alienación experimentada ante un
que dinarniza a la Relación. paisaje habitado pero no verdaderamente poseído, su apropiación simbólica
Ésta es a nuestro juicio la mayor pérdida en la traducción de Dash. Al pasar mediante la palabra.
muy rápidameñte de la historia como "pasado" a la historia como "relato", se
pierden en su presentación dos ideas fundamentales para la perspectiva histó-
rico-literaria de Glissant.
Conocimiento, estética y acción en La Poética de la Relación
La primera es la necesidad de evidenciar las contradicciones sociales, detec- Junto con "ultrajar" el historicismo de Occidente, la Relación ultraja su cientifi-
tando las resistencias que permanecen como rastros en la actualidad y toman su cismo, "überándolo" de su pretendida neutralidad estética y politica. La multi-
sentido en la conexión con las "oportunidades desaprovechadas" del pasado plicidad de planos donde ella se lleva a cabo impone transgredir todos los cam-
(LOA: 228). Expresadas en la cultura popular, la cultura de supervivencia y el pos del saber, desarrollando una perspectiva omniabarcadora que dé cuenta de
cimarronaje, el problema de estas resistencias es que no se han acumulado. As- la complejidad de lo real. El conocimiento de los hechos -y todo hecho es un
pecto crucial: a través de él, Güssant perfila la originalidad del pueblo martini- acontecimiento pasado- justifica la búsqueda de una objetividad científica
qués, su alienada antiiJanidad, especialmente en los capítulos del Libro 1 que (ver LOA: 552), pero limitando el afán universalista de Occidente en la revalo-

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rización de lo subjetivo y lo contingente. con Jo cual se diluye la división con- Las "literaturas nacionales", explica Glissant, surgen ante la necesidad de lo
vencional entre arte y ciencia. En consecuencia, la mirada es multidisciplinaria Diverso de nombrarse en el mundo, superando el "grito", discurso de los pue-
en lo que cabe a las ciencias sociales y las humanidades y es mullí-genérica en blos oprimidos de la Tierra, para ''f01jar la palabra" mediante un discurso ver-
lo que cabe al arte y a la literatura. bal que permita articular "razones" acerca de su degradación. Este proceso en-
Pero Glissant sobre todo diluye la separación entre conocimiento de Jo real e trafla el relevo de la escritura por La oralidad: el asalto de la primera para des-
intervención en lo real, por medio de una acción simbólica en el plano de la viarla desde La finalidad del dominio occidental hacia el objetivo de la emanci-
conciencia. pación. Ahora bien, la oralidad está atravesada por una "práctica moderna de la
Continuamente expresada a través del uso que hace de las nociones de la escritura" que es occidental y las literaturas nacionales deben incorporar esta
Relación, el Relevo, el Relato y lo Relativo, la Poética de la Relación remite a condición, cultivando las resistencias.
la centralidad del lenguaje como instancia de mediación simbólica de una co- Glissant recoge en lo ''Diverso" elementos que ultrajan el individualismo y el
munidad con su entorno. Se trata de jugar con las palabras, pero sabiendo de su teleologismo occidentales y nutren su discurso: el cuento antillano, que, al no
densidad: cada una de ellas tiene su peso e importancia en la teoría de la Rela- fonnular el nosotros, expresa su carencia; la novela de las Américas, relato de
ción. la duración y del "retomo en espiral" hacia los orígenes; la música africana, que
La Poética de la Relación se fonnula desde la experiencia de un pasado pa- da el ritmo, afmnando el nosotros; el cuento africano, que se constituye en la
decido e invisibilizado que conlleva una doble carencia epistemológica: la falta relación no con el pasado, sino al otro, etc. La lista es numerosa e incluye refe-
de registros y el ocultamiento sistemático. Por eso, siendo una metodología de rencias a dos pintores chilenos: Marta, su perspectiva "multilingüe" de la iden-
conocimiento e interpretación de una realidad diversificada, polivalente y obtu- tidad; Zañartu, que "nos recuerda el enorme enmarañamiento de muertos por
rada, ella incorpora además la inteligencia de lo Relatado, posicionándose de donde camina la obstinada esperanza de los pueblos a nuestro alrededor"
manera conciente ante las articulaciones verbales sobre las cuales se va hilva- (LOA: 389).
nando el pensamiento. Al incorporar la meditación de una comunidad sobre su Y es en la pintura nalve haitiana donde Glissant encuentra "el signo de la
situación en el mundo, esta Poética es signo de la Relación, pero también crea comunidad" (LOA: 464).
la Relación. En Martinica, el problema es que la situación colonial genera una "poética
Esto explica su articulación con otras mediaciones posibles. En Martinica, la forzada" que debe ser reemplazada por una "poética natural", es decir, una
necesidad de privilegiar una "acción cultural" antes que una "acción política" poética acorde a lo que se desee expresar, así como al lenguaje utilizado. La
responde a la importancia estratégica de la acción colonial en el terreno de la Poética de la Relación pennire que la "contrapoética" dislocada, alienada, de
culturQ, pero no puede llevarse a cabo fuera de una "voluntad continua de libe- Martinica resuija, florezca, en una nueva positividad.
ración". Podemos decir que en LOA, lo cultural-identitario no es la esfera de la Ahora bien, aquí la importancia de la palabra como forma de dominio hace
abundancia como lo es en las sociedades sobredesarrolladas, sino su reverso: la necesario buscar una resolución verbal, "forzando" la aparición de un "lenguaje
de los desperdicios de una sociedad desposeída. Es a partir de ellos que todo antídoto" que descubra la poética de la lengua créole mientras ésta no vuelva a
debe recomponerse. ser funcional, así como desarrollando un teatro orientado a "exaltar el devenir
La belleza de la Poética de la Relación se realiza al desplegarse en la comu- de la comunidad". En cuanto a cómo escribir el créole, Glissant cree que cada
nicación con u~ pueblo que la "entiende": la escucha y la comprende. Esto in- cual puede hacerlo "como lo entienda": como lo escuche, lo quiera, lo com-
troduce lo "Relativo", pues lo bello no es considerado aquí como un valor uni- prenda. La poética del créole como lenguaje, más que como lengua, es la que
versal, sino como expresión acorde a una "ambición" colectiva. Ella genera una alimenta el discurso de Glissant. Una palabra como Tout-Monde [Todo-Mundo]
estética de lo Diverso, implicada a la historia de los pueblos en su opacidad, en primera instancia choca, perturba y confunde a quien lec a Glissant en el re-
"que no es más que su libertad", señala Glissant (LOA: 803). Por esta razón, gistro de un francés convencional, desde donde emerge su carácter genuina-
ella debe también mostrar las articulaciones o "implicaciones" con el "Allá": el mente créole, enteramente créole. El créole se hace presente en el uso del
dominio de la metrópoli colonial; las solidaridades con los "demás pueblos de guión, como por ejemplo en Port-Royal, así como en la sonoridad africana que
la tierra". Pero no se trata de rechazar o replicar a priori las poéticas surgidas de adquiere en este contexto un vocablo, como Tout (se lee ''tú"), que es no obs-
esos ámbitos, sino de incorporar sus mecanismos y dinámicas para crear la tante cien por ciento francés. Sobre todo, percibimos que la poética del créole
poética antillana de Martinica. se maní fiesta al acolar dos palabras semánticamente abarcadoras (el Todo, el

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Mundo) en la composición de una palabra nueva que inexplicablemente pierde culada a sus historias. En este sentido, creemos que la fórmula del "descentra-
tal connotación para afirmarse en el "infantilismo" lingüístico del pueblo anti- miento del yo'' -referida, recordémoslo, al escritor- no logra sintetizar todas
llano: porque troncha el "tout-le-monde'' [todo el mundo] del vocablo original las implicaciones de una Poética de la Relación. Dash enfatiza el aspecto de la
francés. expresión artístico-literaria como forma de conocimiento, pero desvinculándola
La Poética de la Relación se manifiesta en las palabras que surgen de Le dis- de su relación con la ciencia y, más fundamentalmente, de su carácter de inter-
cours antillais, pero también en el conjunto articulado de palabras que lo confi- vención en lo real.
guran como discurso. Una de las ideas claves que le atribuye a Glissant, haciéndola remontar a
Considerando el título del original, es paradójico que Dash en general no se Césaire, es la del escritor como "articulador de la experiencia colectiva"; la otra
pronuncie sobre el discurso. Caracteriza a Glissant como un "deconstruccio- es la de la "disociación psíquica del yo colonial", proveniente de Fanon. Ambas
nista natural", pero sin sacar consecuencias de lo anterior ni explicitar, por suponen que el escritor lleva a cabo una operación remediadora de la aliena-
ejemplo, el posible influjo de la deconstrucción -Glissant mismo no se refiere ción, pero Dash enfatiza su "inmersión en el inconsciente de la colectividad" y
a Derrida, pero los problemas son comunes y la influencia, al menos en lo suce- su búsqueda de una solución "en su tierra y en su comunidad", resistiéndose a
sivo, mutua. Desentrañar los autores franceses que alimentan la reflexión de la asimilación francesa. Elude de esta forma el problema de la influencia del
Glissant daría para otro artículo, pero Dash, fuera de Sartre y el "situacio- ''yo" del escritor en la "entrada en conciencia" colectiva - es decir, en la rela-
nismo"- sobre el que entrega una visión muy reducida - , no la inserta en el ción del ''nosotros" con el ''nosotros".
debate filosófico francés de las décadas del 60-70. Éste es el momento crucial En la última sección de su presentación, "Antillaníté - de Matouba al Mon-
del "giro lingüístico", que lleva a Glissant a poner como primero de los epígra- eada", Dash sugiere que la forma de alcanzar la identidad antillana para Glis-
fes de LOA "describir es transformar". sant es por medio de la "carnalidad verbal" del carnaval, de la "révolution per-
Glissant, en una entrevista más reciente con Brathwaite, señala estar intere- manente'' asociada a la fiesta, cuando, según vimos, Glissant plantea para Mar-
sado por los filósofos pre-socráticos y por ende todavía no propiamente "occi- tinica una salida a través del teatro. Pero estas afirmaciones son significativas.
dentales" (Phaf, 1996: 30-31). Y es dificil no percibir el paralelo existente entre El traductor en cierto modo "traiciona" la perspectiva literaria que orienta su
los discursos de estos autores y el de Glissant: poesía, aforismo, ensayo, opaci- interpretación al hacer emerger la cultura oral de su comunidad, renovando así
dad, oscuridad, dialéctica, poética; razón especulativa atravesada por la palabra; la ''necesaria 'invasión de los bárbaros' al sueño intelectual de los letrados"
Logos indisociado de la primera sabiduría. En Platón el discurso es el "soplo (LDA : 347) que es, según Glissant, característica de la cultura afrocaribeña.
que el alma exhala por la boca". En Glissant es una forma de articular el grito, El escritor para Glissant no debe ser el "portavoz de nadie", pero tiene el de-
cerrando las heridas abiertas por Occidente en su desbocada estampida desde la ber de hacer entrar en conciencia a su pueblo porque "ve" y "escucha" cosas
polis hacia el mundo. que éste no. Ahora bien, considerando la vitalidad de la cultura popular jarnai-
La traducción de Dash da cuenta del llamado de Glissant a elaborar un dis- quina. tal vez no sea que Dash no se plantee el problema de la acción cultural.
curso basado en la opacidad y la oralidad, pero sin evidenciar que la literatura Tal vez sea que la Poética de la Relación le indique otra cosa para su pais: que
es concebida como práctica politico-cultural, aún cuando destaque la actividad esta acción cultural no necesita ser ejercida por un "yo" critico, crucial, deci-
anticolonial dq Glissant. En general. el texto de Dash no da cuenta de la oposi- sivo, cuando puede serlo por un "nosotros" seguro de su identidad.
ción "civilizacional", en la Relación, entre conjuntos de valores diferenciados
que deben ser afirmados y defendidos activamente. Aborda el insoslayable pro-
Movimiento, arraigo y equilibrio en la antillanidad
blema de las relaciones entre oralidad y escritura, pero referido menos a La
existencia de sus valores subyacentes y las estrategias para afirmarlos desde, a La antillanidad o identidad antillana concreta la Relación a lo largo del tiempo
pesar y contra el dominio, que a partir de una ineludible aceptación de la escri- y en un espacio específico, el Caribe, que Glissant concibe como el "punto de
tura como práctica impuesta desde el dowinio. intrincación". Este autor se propone revelarla a su pueblo - y en primer lugar a
A diferencia de Dash. creemos que la innovación de Glissant en este ámbito su elite intelectual- construyendo una mediación discursiva que, elaborada a
es menos la de procurar "conciliar" los valores de la escritura con los valores de partir de una Poética de la Relación, permita abordar proféticamente su pasado,
la oralidad, que la de transfoanar la "negatividad" que los pueblos caribeños le proyectándola al porvenir. Se aprecia a lo largo de este discurso, en su estruc-
han atribuido tradicionalmente a la escritura en una nueva "positividad", vin- tura misma de progresión "en espiral" (hacia el pasado, el Allá, el porvenir),

44 45
cómo Glissant excava la memoria ofuscada para recuperar de eUa los elementos Otro colonial, mientras que Dash continuamente apoya la idea del proceso
constitutivos de la identidad antillana. Observamos que, a medida que avanza el "cross-cultural".
relato, ésta deja paulatinamente de ser el fruto de las imposiciones en el marco Otras diferencias surgen en el ámbito de la relación que Glissant establece
de la Relación y va resurgiendo - al igual que el discurso martiniqucño- entre "lo fijo" y "lo convulso". Dash sugiere que si éste es un ''deconstruccio-
como el ámbito donde cultivar relaciones "otras". nista natural" es porque "celebra la latencia, la opacidad, la infinita metamorfo-
La antillanidad existe desde el momento en que un pueblo originalmente sis", "la informalidad, la latencia, la mutación'' (Dash; xii). Su cosmovisión se-
africano es transfonnado por la Trata en "otra cosa'': un pueblo antillano (LDA: ría la de un mundo en "continuo estado de flujo" y se basaría en "un ideal con-
40). La historia del pueblo martiniqués, desde el punto de vista de su antillani- vulso, no regido", contrapuesto a la "ordenada simetría asociada con Europa"
dad alienada, tiene que ver con la forma en que ha eludido esta condición me- (Dash: xv). Este aspecto, que forma parte de la idea del "deseentrarniento del
diante, por un lado, el "Retomo" al África propio de la teoria de la Négritudc yo", es otro elemento que, según Dash, distingue a Glissant de los demás auto-
(que consagra la '·Unidad" del "Ser", es decir, la "no-relación"): exorcizando su res caribeños, quienes tradicionalmente habrían intentado imponer un "sentido
imposibilidad; por otro lado, mediante el " Desvío': a la metrópoli colonial. Por total, trascendental, al flujo circundante", buscando la solución en la cultura eu-
eso, para Glissant no se trata de suprimir esos reflejos arraigados en el incons- ropea.
ciente de su pueblo, sino de "fecundarlos", haciendo que los desvíos hacia el Según vimos, Dash explica que Glissant concibe "una relación dialéctica en-
África y Occidente signifiquen volver, pero al "punto de intrincación" que tre lo estable y lo inestable, lo dicho y lo no dicho" que es indicativa de un
constituye la antillarudad, ampliando asimismo el Allá a las solidaridades com- "proceso de 'devenir"' (Dash: xxxviii). Ésta es la descripción más cercana a la
partidas con América, Norteamérica para los franceses, y la "Otra América", es concepción de Glissant sobre la identidad, pues incorpora las ideas de lo fijo y
decir, Sudamérica- si Glissant no habla de Latinoamérica es tal vez porque esa lo regido en el movimiento, pero hay en general diferencias entre Dash y Glis-
denominación incluiría al área francófona. sant sobre este punto, las que se perciben claramente en la traducción siguiente:
Es sobre estas bases que los artistas e intelectuales deben expresar la antilla-
nidad esta vez concebida como deseo (LDA: 728), exaltando el "porvenir anti- Original: La sculpture de Cárdenas n'est pas cri, c'est discours: incessant
llano" en fonna paralela a los logros económicos. Paradójicamente, es en el et délibéré, qui saos arret génere et tout a coup établit (Giissant:
criollo Saint-John Perse, el denigrado "mulato del Quai d'Orsay" que "se abrió 769).
al movimiento del mundo sin querer sumergirse en él", en quien se inspira para Castellano: La escultura de Cárdenas no es grito, es discurso: incesante y
concebir la antillanidad como una "enraizada itinerancia" (LDA: 754). Pero deliberado, que genera sin cesar y de pronto establece.
ella no debe establecerse sobre su palabra "fija", sino desde la confluencia de Traducción: Cárdenas's sculpture is not a single shout, it is sustained speecb:
culturas que ve reflejada en " La Puerta del Sol", obra del escultor cubano Cár- unceasing and deliberate, wbich is forever creating and at cvery
denas que "genera y de pronto establece" (LDA: 769). Entonces Glissant tum establishes something new (Dash: xl).
vuelve a un tema que lo preocupó desde sus "Introducciones": la identidad re- Castellano: La escultura de Cárdenas no es un grito único, sino un discurso
sultante es mestiza, pero esta concepción del mestizaje no implica fusión en el sostenido: incesante y deliberado, que genera sin cesar y siem-
"Otro" magni!icado, sino aceptación del "otro" concebido como vecino (au- pre establece algo nuevo.
trui).
El mundo está en movimiento "incesante", como diria Dash, pero éste - según
Dash se muestra entusiasmado con el movimiento de la "soledad insular a la él mismo lo percibe- incorpora lo estable, así como lo estable incorpora lo
solidaridad regional" llevado a cabo por Glissant, pero esto, en nuestra pers- convulso. Glissant desarrolla el concepto de acriollamiento, como se sabe, para
pectiva, no va sin algunas importantes tergiversaciones de sus ideas sobre la discutir el esencialismo identitario subsistente en el Manifeste de la Créo/iré
identidad y por ende sobre la Antillanidad. Al momento de perfilarla, se preo- ( 1989), que, sin embargo, Bcmabé, Confiant y Chamoiseau redactan como en-
cupa de la relación de "respeto" y "autonomía" entre el "yo" y el "nosotros" en tusiasta respuesta a LDA. Para Glissant no se trata de sustituir una filiación ori-
el seno de una comunidad, cuando, para Glissant, la unidad básica de referencia ginal (la Négritude) por otra (la Créolité), por mucho que esté ligada a la perte-
es la misma comunidad- su pueblo - enfrentado al dominio colonial. Por eso, nencia al suelo americano. La influencia que sobre él tienen Dcleuze y Guattaii
la cuestión de la "autonomía relativa" Glissant la expresa ante todo en su inco- es explícita. Glissant adopta la idea del rizoma, pero añade lo siguiente:
modidad frente a la idea de mestizaje, que implica amenaza de dilución por el

46 47
El .rizoma no es nómada, echa raíces, incluso en el aire (es a veces un
oralidad de los pueblos caribeños que por ser "el signo de una comunidad" que
epifito); pero no ser una cepa lo predispone a "aceptar'' lo inconcebible
ha aceptado su antillanidad, dando Jugar a lo que Oash acertadamente llama la
del otro: el brote nuevo siempre posible, que está al lado (Glissant·
340). . "poética liberada del Caribe" (Dash: xxiv).

La identidad en Glissant queda abierta a nuevas influencias, es un devenir per- Revolución mental
manente, un "siendo", pero eso no implica que se disuelva en el proceso. Dash
tampoco alude a la influencia sobre esta concepción de la identidad ni del mul- Se dan diferencias de fondo entre el original y su traducción y ellas responden
til~güismo, ni del relato africano, ni paradójicamente de Bralhwaite. de quien al énfasis puesto por Oash en un "Aquí" antillano abierto y ampliado a La "Otra
Ghssant adop~a 1~ fórmula de la "unidad de raíces submarinas". Mientras que América", en detrimento de otros elementos del "Allá" que están presentes en
Dash parece mchnarsc al movimiento per se, en Glissant éste también debe el discurso de Glissant. Dash le atribuye una perspectiva "transcultural" a Glis-
cuestionarse por ser el producto de una historia impuesta. Esta visión no es la sant, pero paradójicamente sin considerar cómo ella opera en su discurso.
~e un c.rí~~o .poscolonial qu': reflexiona sobre Jos espacios abiertos por las Esto concierne, por una parte, algunas de las "fuerzas heterodoxas" de la
nomad1as , smo la de un antlllano que padece una situación colonial extrema cultura europea (Rama: 39), comenzando por el marxismo y siguiendo con el
(o un "poscolonialismo" anómalo, puesto que sin independencia) y rememora post-estructuralismo. Glissant construye a través de ellas una visión que mani-
do.lo~osa.'?cnte el des~rraigo identitario impuesto por la Trata y luego por la fiesta el posmodernismo ambiente a principios de los 1980 (La condition post-
as~~lac1on ..La ncccs1dad de arraigo es imperiosa en Glissant y esto explica moderne, de Lyotard, se publica en 1979), pero desafiándolo. Glissant ultraja
asmusmo la. ~portancia que le asigna a la escritura ("fijar la palabra"...), pero los llamados metarrelatos occidentales para dar cuenta de la experiencia histó-
la prcsenta~wn ~e. ~ash no lo transmite. Se concentra en su exigencia de man- rica de su pueblo, pero dando lugar a un relato alternativo que, siendo relacio-
t:ner una d1sp~s1~1on a la apertura, pero convirtiendo esta apertura en una esen- nal, localizado e inclusivo, es al mismo tiempo abarcador, "global". A diferen-
Cia. de modo similar a los teóricos de la Créolité. cia de las visiones posmodemas, Glissant no se resigna a perder la perspectiva
Dash cita. la id:a del "punto de intrincación", pero sin explicarla, cuando es "de conjunto" y de esto surge La Relación.
la que ~ermtte arttcular en el movimiento las ideas de lo fijo y lo convulso. Su El segundo ámbito de influencias obviado en la presentación de Dash es el
confuswn al respecto también se hace evidente al señalar que Glissant es crítico de la cultura africana. Al ser su tradición y memoria ampliamente desconocida
de Borges y Perse, cuando en ambos casos la opinión de G lissant es matizada: para nosotros, nos es más dificil precisar sus contenidos. Pero observamos que
la u~iversalidad de Borgcs proviene de saberse "enraizado en su limo" y sufrir es en la relación con su escindida africanidad donde Glissant despliega la ma-
por ello, scfiala (LOA: 247). En el caso de Pcrsc, Glissant efectivamente le re- yor cuota de imaginación poética. Podríamos decir que es su inconsciente el
p~o~h~ el escoge~ no abrirse al "movimiento del mundo", pero es sensible a la que habla cuando la evoca. Glissant tiene una "fijación" con a lo menos tres
dmamtca de lo fiJo y lo convulso que tensiona su poética. Por eso, dice, repre- elementos que remiten a ella: el tambor, que marca el ritmo de la colectividad,
senta "un~ referencia. de lo estable, un modelo de lo perenne que algún día así como el de las ideas en el discurso; la serpiente, hipnotizantc como la mi-
nuestro Dtverso [ ... ] s~n d.uda necesitará - para mejor expandirse" (LOA: 749). rada del amo, evasiva como el cimarrón que huye de la plantación; el griot, que
Al destacar-las conttnutdades entre Césaire y Glissant, Dash no da cuenta de designa al artesano de la palabra, asi como al músico y cantor, de ciertas tribus
la profundidad de la ruptura de este último con la Négritude. Un indicio de Jo africanas. No es una palabra africana, su origen sería portugués y provendría de
~n.tcrio~. es su utilización ~e la noción de "autenticidad". Dash explica que la "criar", élever, elevar, cultivar, crear.
sttuac1on de extrema cros1ón cultural y lingüística" conduce a Glissant a "lo- Dash se alimenta de perspectivas literarias surgidas en Jos márgenes de Occi-
calizar una zona de discurso auténtico" que lo lleva "más allá tanto del francés dente que podemos calificar de "consagradas" en el ámbito literario (Césaire,
c~mo del ~réole, más allá de la escritura y el delirio verbal" (Dash: xxili). Al Paz, Bakbtin). A partir de cflas, aborda problemas relativos a su área, pero re-
Citar a Gllssant para explicar que la pintura haitiana "deriva de lo hablado" forzando una noción de la identidad caribeña como ámbito de flujo, cambio,
~ash sugiere ~ue la "autenticidad" está ligada a la oralidad. Pero, según hemo; movimiento que traduce su deseo de abrirse a la ''Otra América"; así como una
~lst~ •• ~ara G!ISsant el problema no es el de la "autenticidad", sino el del "equi- noción de discurso que asimila su poder de intervención en lo real. Sus palabras
übno · La pmtura naive haitiana es significativa menos por estar acorde a la contradicen el enfoque multi-dialéctico del original en importantes aspectos,
pero paradójicamente, desde el punto de vista de la situación especifica de ais-

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!amiento de su comunidad en la "anglofonía". su discurso parece acorde a la Pero esta potencialidad, percibida y acogida desde un inicio en su poética, so-
ambición del original. Dash trae a Glissant a la pertenencia regional y conti- lamente la entendimos al actualizarla en un nuevo discurso, ejercicio compara-
nental y lo sitúa dentro de ella, evidenciando que sus problemáticas y respues- tivo que es acción culrural, práctica de integrar al "otro" incorporando sus dife-
tas se articulan a las búsquedas identitarias en el área, superándolas en varios rencias: comparalismo que se desplaza entre el contraste de la diversidad Y la
sentidos y contribuyendo por esa vía a su desarrollo. Su ámbito de acción es difractada construcción de la unidad, acorde a la ambición, que hicimos propia,
netamente simbólico, no se proyecta en el plano de la acción concreta y carece de expresar, afirmar y expandir aquí por la vía pacífica nuestra alternativa en el
de sustrato político evidente. Sin embargo, por esta misma razón está en cierto plano de la identidad.
modo llevando a cabo el programa político-cultural perfiJado por Glissant.
Con este autor debemos asumir que toda creación es la "resultante perfecti-
ble de varias avanzadas" (LOA: 30). En una entrevista reciente, Glissant plan-
tea que es una "connerie" (huevada, pendejada, boludcz) preocuparse dema-
siado por las acciones políticas a llevar a cabo en favor de la antillanidad,
cuando los martiniqucf\os estarían por fin abriéndose a las islas que los rodean.
Mucho antes, en el Glosario anexo a LOA, ya explicaba lo siguiente:

Antillas anglófonas: Tan similares y tan diferentes. Desconfian de la


antillanidad como teoría pero se esfuerzan por implementarla. Las his-
torias de los pueblos convergen en ella más sensiblemente que en
nuestro caso. Los antillanos de estos países están quizás tan angliciza-
dos como nosotros estamos afrancesados. Pero ellos no quieren ser in-
gleses (Giissant: 823).

Dash, con todas las omisiones y tergiversaciones que comporta su traducción,


igualmente publica LOA en la "anglofonia". Glissant, por su parte, asegura me-
diante los procedimientos barroquizantes de la "reiteración" y el "retomo en
espiral" que su texto, aún cercenado, pueda ver sus contenidos recompuestos
por el lector. Ambos parecen actualizar la "astucia adquirida'' (ruse acquise,
LOA: 330) que Glissant le atribuye a los pueblos afroamericanos y que pode-
mos por nuestra parte extender a la generalidad de los sujetos oprimidos.
Queremos finalizar llamando la atención sobre el "movimiento no concer-
tado", genuinamente "difractado", como lo hemos comprobado, que se esta-
blece en lomo a la Antillanidad: un movimiento que tiene a la ''revolución
mental'; comó estrategia primordial de cambio, es decir, un cambio que debe
producirse a nivel de la conciencia, implicando la afirmación idenlitaria en un
discurso concebido como acción. Ambos textos nos permiten apreciar este mo-
vimiento y ambos autores han seguido intercambiando ideas luego del episodio
concreto de la traducción de Le discours antillais, influenciándose mutuamente
en el entre-lugar de un contacto cultural que se establece en un plano de igual-
dad.
Al generar un sistema de ideas anclado en lo real -por ende movedizo, fle-
xible: una sistematización, más que un sistema- el original nos convoca, ade-
más, a constatar y cuestionar los alcances de esa estrategia ici et maintcnant.

51
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Bibliografía ANEXO
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palabra, literatura, cultura, Vol JTJ: "Vanguardia e modernidade". Sao 113. Fal«: <t crécr 1
14. L'wnoroc 46. "Le Rom>n des Amrnq""""
Paulo: Memorial de América Latina- UNTCAMP. fRef"'ns. LofrancLwJiws
47. Monoréal LI\'RE IV:
48. PoCtes d'ici L'AVENIR AN.nLLAfS
[15. Evéncnscnl 49. L3 soiréc h.ütiennc
hur l'antillanlti
1Rtph·es : Lo • /of!JqrJt hiJwrique • SO. 1\flllllll"D"'
(des ra¡1ptH1.t SI. Lac......, Rf!pñes : En forme di! réponse et
S2. Pour un t< Are-en ciel » d'nffrond•
ló. La~'Íun
S3. Sur lil pc1mun: banienne 82. L< vcru. le n!cl
17. Laré:riSUIDC<
183. Sur • Ligltinsd)éfense •
118. Émigréo. cnfants d'émigrO:. Lovou: m : 84. Samt·Juhn Perse ct les AntlllaiS
19. PaYJ
UN DISCOURS ECLAl'E 85. fdenu~ culrurt:ll<
Le vftu aatillait 86. La Soison uniquc
1Repbes . L< discour• dtJglm.<ique lneoa.scicnt, ldc:otité, mélhodcs
20. Stru<:tur"" ct ocnslons de groope IR•f"'r<•
S4. Poéuquc t."llnoonsc.eru
Vol•
87 0.. g¡>bxics d'un•H"" s'organis<:nt
21. Famillessans foyers? cnik:t
22 Evéocmcot SS. Póles ct proposiuons
23. Fondcmcnts du désóqui1ibre .S6. Plni.s:ir c.t jouiS!:RUlct: : le \'ku 88. pan ir de Boises
24. Mono-wlolllu1i•m< lm-1979 martifliqu.aís 89. Sept payoages pour les ""'lprures de
57. Poussi~re! C:lrdcnos
25 Ep!sodes de b dérisioo
58. P•ys 90. Épar>
26. Payo 91 Sur b • linémhtr< •
S9. Le n:gard de l'autn:
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IRtpt"rcr : L 'hi.stoire commr pii!ge Ouvtnures
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27, La qU<n:lle ave< l'llirooír< Re¡,erel . La fin de « l'krit"
Re~ · C,·~ale d produclian
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