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George Berkeley

George Berkeley (Inglés británico:/ˈbɑː.kli/; Inglés irlandés: /


ˈbɑɹ.kli/) (Dysert, Irlanda, 12 de marzo de 1685 - Cloyne, id.,
George Berkeley
14 de enero de 1753), también conocido como el obispo
Berkeley, fue un filósofo irlandés muy influyente cuyo
principal logro fue el desarrollo de la filosofía conocida como
idealismo subjetivo o inmaterialismo, dado que negaba la
realidad de abstracciones como la materia extensa. Escribió un
gran número de obras, entre las que se pueden destacar el
Tratado sobre los principios del conocimiento humano (1710) y
Los tres diálogos entre Hylas y Philonus (1713) (Philonus, el
«amante de la mente», representa a Berkeley, e Hylas, que toma
su nombre de la antigua palabra griega para designar a la
materia, representa el pensamiento de Locke). En 1734 publicó
El analista, una crítica a los fundamentos de la ciencia, que fue
muy influyente en el desarrollo de la matemática.

La ciudad de Berkeley, California toma su nombre de este


filósofo, en cuyo honor fue denominada la universidad en torno
a la que creció. Información personal
Nacimiento 12 de marzo de 1685
También han tomado su nombre una residencia universitaria de Kilkenny (Irlanda)
la Universidad de Yale y la biblioteca del Trinity College de Fallecimiento 14 de enero de 1753 (67 años)
Dublín. Oxford (Reino de Gran Bretaña)
Lugar de catedral de Oxford (Reino
sepultura Unido)
Índice Nacionalidad Británico)
Religión Anglicanismo
Biografía
Familia
Contribuciones
Véase también
Cónyuge Anne Forster (desde 1728)
Referencias Educación
Bibliografía Educado en Trinity College Berlin
Enlaces externos
Kilkenny College

Información profesional
Biografía Ocupación Filósofo, sacerdote anglicano,
escritor, epistemólogo, filósofo
Berkeley nació en Dysert, cerca de Thomastown, Irlanda. Fue de la ciencia y metafísico
el hijo mayor de William Berkeley, miembro de la familia Área Filosofía, teología, educación,
nobiliaria de Berkeley. Recibió su educación en el Kilkenny epistemología, metafísica,
College, y asistió a las clases del Trinity College de Dublín, filosofía de la ciencia, cálculo
donde acabó sus estudios en 1707. Permaneció en el Trinity infinitesimal e Immaterialism
College hasta lograr un título de profesor de Griego. Su primera Cargos Bishop of Cloyne
ocupados
publicación fue de carácter matemático, pero la primera que le Dean of Derry
ganó notoriedad fue su Ensayo hacia una nueva teoría de la Dean of Dromore
visión, publicado en 1709. Aunque levantó mucha polémica en
Movimiento Empirismo e Immaterialism
su momento, sus conclusiones forman parte en la actualidad de
la óptica. En 1710 publicó el Tratado sobre los principios del Obras Tratado sobre los principios del
conocimiento humano y en 1713 los Tres diálogos entre Hylas y notables conocimiento humano
Philonus, en los que desarrolló su sistema filosófico, cuyo
principio fundamental es que el mundo que se representa en nuestros sentidos sólo existe si es percibido. El Tratado es una
exposición, mientras que los diálogos constituyen su defensa. Uno de sus objetivos principales fue combatir el materialismo,
teoría dominante en su época. Aunque sus teorías fueron ridiculizadas, algunos, como S. Clarke, le consideraron un genio. Poco
después visitó Inglaterra donde fue recibido por Addison, Pope y Steele. En el periodo entre 1714 y 1720 alternó sus trabajos
académicos con viajes por Europa. En 1721 recibió un doctorado en teología, y decidió permanecer en el Trinity College de
Dublín dando clases de Teología y Hebreo. En 1724 se le hizo deán de Derry.

En 1725 se embarcó en un proyecto de fundar una escuela en las islas Bermudas para los misioneros de las colonias, dejando el
deanato que le reportaba unos ingresos de 1100£ por un salario de 100£. Desembarcó cerca de Newport (Rhode Island), donde
compró una plantación. El 4 de octubre de 1730, Berkeley compró «un negro llamado Philip de aproximadamente catorce años».
El 11 de junio de 1731, «el deán Berkeley bautizó a tres de sus negros como Philip, Anthony y Agnes Berkeley»1

Los sermones de Berkeley explicaban a los colonizadores que el cristianismo permitía la esclavitud, y en consecuencia los
esclavos debían ser bautizados: «sería una ventaja para sus negocios (de los patrones) tener esclavos que deban "obedecer en todo
a sus patrones desde las entrañas, no sólo cuando les observan, sino de todo corazón, temerosos de Dios"; que la libertad del
evangelio concuerda con la servidumbre temporal, y que todos sus esclavos sólo serán mejores esclavos siendo cristianos».2

Vivió en la plantación mientras aguardaba a que llegaran los fondos para su escuela. Sin embargo, estos fondos no parecían ir a
llegar pronto, así que en 1732 volvió a Londres. En 1734 fue designado obispo de Cloyne. Poco después publicó Alciphron, o el
filósofo insignificante, contra Shaftesbury, y en 1734-1737 The Querist. Sus últimas publicaciones fueron Siris, un tratado sobre
las virtudes medicinales de la infusión de resina de pino, y Further thoughts on tar-water (más pensamientos acerca de la infusión
de resina de pino).

Permaneció en Cloyne hasta 1752, fecha en la que se retiró y se fue vivir con su hijo a Oxford.

Contribuciones
La filosofía de Berkeley es el empirismo llevado al extremo. Si John Locke había dudado sobre el conocimiento de los cuerpos,
Berkeley va más allá. En su juventud, Berkeley propuso que no se puede saber si un objeto es, sólo puede saberse un objeto
siendo percibido por una mente. Declaró que los seres humanos no pueden conocer los objetos reales o la materia que causa sus
percepciones, sino que incluso las propiedades matemáticas son ideas semejantes a las cualidades sensoriales. Por tanto, concluyó
que todo lo que puede conocerse de un objeto es su percepción del mismo, y resulta gratuito suponer la existencia de una
sustancia real que sustente las propiedades de los cuerpos. Los conceptos abstractos de Locke no existen para Berkeley, ni en la
naturaleza ni en el espíritu, es una ficción. Las ideas siempre conservan su particularidad. No es la abstracción, sino el lenguaje,
lo que hace posible extender observaciones particulares a lo general.

En consecuencia, los objetos percibidos son los únicos acerca de los que se puede conocer. Cuando se habla de un objeto real en
realidad se habla de la percepción del objeto. Los cuerpos no son más que haces de percepciones.

Esto plantea la cuestión de si los objetos son objetivos en el sentido de ser el mismo para diferentes personas, y, de hecho, si tiene
sentido el concepto de existencia de otros seres humanos más allá de la percepción de los mismos. Berkeley argumenta que dado
que experimentamos a otros humanos cuando nos hablan—algo que no está originado por ninguna actividad que emprenda el
individuo que percibe—y dado que sus visiones del mundo son consistentes, se puede creer en su existencia y que el mundo es
idéntico o similar para todos.

En consecuencia:

1. Todo conocimiento del mundo


empírico se obtiene a través de la
percepción directa.
2. El error proviene de considerar en
detalle las percepciones.
3. El conocimiento del mundo empírico
puede purificarse y perfeccionarse
eliminando todo el pensamiento y
quedándose sólo con las
percepciones puras.
De esto se sigue que:

1. La forma ideal del conocimiento


científico se obtiene persiguiendo las
percepciones puras, sin intervención
del intelecto. Berkeley (a la derecha) y su familia en las Bermudas (retrato
2. Si los individuos actuaran de esta realizado en 1731 por John Smibert).
forma, seríamos capaces de conocer
los secretos más profundos del
mundo natural y del mundo humano.
3. La meta de la ciencia, por tanto, es desintelectualizar las percepciones humanas, purificándolas.
Berkeley es metafísico por cuanto afirma la existencia de una realidad trascendente y la considera objeto de conocimiento. La
realidad de los cuerpos es su condición de ser percibidos y el que las percibe debe por tanto de existir. Hay un espíritu que percibe
y piensa, pero es la única clase de sustancia, no hay una sustancia exterior al espíritu, como en la metafísica tradicional. Algunas
de las ideas que tiene este espíritu implican la influencia de Dios para que se produzcan de forma coherente. Es decir, el mundo
material son las percepciones que Dios nos hace tener. Pero como Dios no puede ser objeto de conocimiento, sólo las apariencias
lo serán. Dios no sería entonces el distante ingeniero de los mecanismos newtonianos que a lo largo del tiempo causan el
crecimiento de un árbol en el jardín de la universidad. En lugar de esto, la percepción del árbol es una idea en Dios, y el árbol
sigue existiendo cuando aparentemente nadie lo percibe simplemente porque Dios lo observa constantemente. Dios es, para
Berkeley, el garante del orden que se halla entre todas las ideas.

La filosofía de David Hume acerca de la causalidad y la objetividad es una elaboración de otro aspecto de la filosofía de
Berkeley. A medida que progresó el pensamiento de Berkeley, pudo haber asimilado las teorías de Platón, aunque no se sabe con
seguridad. Luce, el considerado más eminente estudioso de la filosofía de Berkeley del siglo XX, enfatizó con frecuencia la
continuidad de su filosofía en la madurez. Esto indica una continuidad entre los Principios, Alciphron y el resto de las obras
filosóficas de Berkeley. Además, el panenteísmo inquebrantable de Berkeley es una evidencia que contradice una completa
asimilación del platonismo, y Alciphron es un desarrollo en lugar de una revisión de cualquier trabajo previo. También contradice
esta interpretación el hecho de que Berkeley volviese a publicar sus libros pocos años antes de su muerte sin realizar cambios
importantes.

En relación a la física newtoniana, Berkeley le concedió un carácter únicamente utilitarista. Para él, las herramientas matemáticas
empleadas en la elaboración de la física de su tiempo son otra clase de ideas no-generales. Ejemplificó este extremo señalando
que al pensar un triángulo no se opera sobre una idea abstracta y general del triángulo, sino que la idea pensada viene siempre
aparejada de un triángulo cualquiera, sosteniendo por lo tanto su realización particular en la mente. En consecuencia, las tesis
científicas son construcciones matemáticas que predicen resultados más o menos adecuados a lo percibido, no obstante
careciendo de una aprehensión de la esencia de tales cosas. Por otro lado, Berkeley rechazó los conceptos absolutos en la física,
presintiendo una visión relativista de la realidad que llegaría más recientemente con Ernst Mach.
Refiriéndose a la filosofía de Berkeley, Samuel Johnson le propinó una patada a una roca exclamando Lo refuto así. Un empirista
podría replicar que la única cosa que Johnson conoció de la piedra fue lo que vio con sus ojos, oyó con sus oídos y sintió con su
pie. Así que la existencia de la piedra consistía únicamente en las percepciones de Johnson. Podría ser que Johnson hubiera
pateado en realidad un tocón inusualmente gris, o puede que le diera un ataque súbito de artritis justo cuando iba a darle una
patada a un trozo de hierba con una roca pintada. Lo que la piedra realmente era, aparte de las sensaciones que pudo experimentar
o las representaciones mentales que se hiciera, le sería, de esta forma, completamente desconocido. La roca existiría, en última
instancia, como una idea de su mente.

El Tratado de Berkeley se publicó tres años antes de la aparición del Clavis Universalis de Arthur Collier, que desarrollaba ideas
semejantes. Sin embargo, al parecer ninguno de los dos influyó al otro.

El filósofo alemán Arthur Schopenhauer escribió a propósito del mérito de la obra de Immanuel Kant que ésta representa un
verdadero hito filosófico pues antes " (...) lo predominante había sido buscar irreflexivamente las leyes del fenómeno, elevarlas a
verdades eternas y así erigir el fenómeno fugaz en la verdadera esencia del mundo: en una palabra, el realismo no perturbado en
su delirio por reflexión alguna",3 acusación que no extiende a Berkeley y antes bien reconoce que éste: "(...) fue, por tanto, el
primero en tratar el punto de partida subjetivo realmente en serio y en demostrar irrefutablemente su absoluta necesidad. Es el
padre del idealismo...."'4

Véase también
Tlön, Uqbar, Orbis Tertius

Referencias
1. Los recibos de la compra se encuentran en el Museo Británico . George C. Mason, Annals of Trinity Church,
1698-1821, 51.
2. Berkeley, Proposal, 347. Véase su sermón en Newport, octubre de 1729).
3. Schopenhauer, Arthur (2009). «Apéndice. Crítica de la filosofía kantiana». El mundo como voluntad y
representación. Trotta. ISBN 978-84-9879-078-8. p. 488
4. Schopenhauer, Arthur (2009). «La filosofía de los Modernos». Parerga y Paralipómena. Trotta. ISBN 978-84-9879-
115-0. p. 110.

Bibliografía
George Berkeley (2013). Carlos Mellizo, ed. Obra completa. Biblioteca de Grandes Pensadores. Madrid: Editorial
Gredos. ISBN 978-84-249-3668-6.
Sánchez Meca, Diego (2001). Teoría del conocimiento. Madrid: Dykinson. ISBN 84-8155-775-7.
Ewald, William B., ed., 1996. From Kant to Hilbert: A Source Book in the Foundations of Mathematics, 2 vol.
Oxford University Press.
1707. Of Infinites, 16-19.
1709. Letter to Samuel Molyneaux, 19-21.
1721. De Motu, 37-54.
1734. The Analyst, 60-92.

Secundaria

Cousin, John William (1910). A Short Biographical Dictionary of English Literature. Londres, J.M. Dent & sons;
Nueva York, E.P. Dutton.
Stanford Encyclopedia of Philosophy: George Berkeley (http://plato.stanford.edu/entries/berkeley/) por Lisa
Downing.
Bruno Marciano, George Berkeley. Estetica e idealismo, Nova Scripta, Genova 2010
Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre George Berkeley.
Una lista de obras de y sobre Berkeley (http://georgeberkeley.tamu.edu/)
Archivado (http://web.archive.org/web/20060905151819/http://georgeberkeley.tamu.edu/) el 5 de septiembre de
2006 en la Wayback Machine.
Página en la Internet Encyclopedia of Philosophy (http://www.utm.edu/research/iep/b/berkeley.htm)
Otra mirada acerca de cómo enmarcó Berkeley su inmaterialimo (http://www.bbc.co.uk/dna/h2g2/A3472986)
Textos originales y discusiones concernientes a la controversia de The Analyst (http://www.maths.tcd.ie/pub/Hist
Math/People/Berkeley/Analyst/)
O'Connor, John J.; Robertson, Edmund F., «George Berkeley (http://www-history.mcs.st-andrews.ac.uk/Biographi
es/Berkeley.html)» (en inglés), MacTutor History of Mathematics archive, Universidad de Saint Andrews,
http://www-history.mcs.st-andrews.ac.uk/Biographies/Berkeley.html.
Entrada en la Stanford Encyclopedia of Philosophy (http://plato.stanford.edu/entries/berkeley/)
Versiones de los Principles of Human Knowledge y Three Dialogues (http://www.earlymoderntexts.com/f_berkele
y.html)

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