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CURSO:
Seminario de Historia Regional
DOCENTE:
Dr. Ricardo Carhuarupay Bejár
INTEGRANDES:
Alvarez García Gianella
Pasiguan Manchay Maria
Villegas Ojeda Michelly
CICLO:
IX
Piura – 2019.
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INDICE
INTRODUCCIÓN
iv
ANTECEDENTES
v
Pregunta general:
vi
Preguntas específicas:
OBJETIVOS
Objetivo general
Objetivos específicos
Hipótesis general:
La bomba a vapor, tecnificación del manejo del cultivo del algodonero por
ingenieros nacionales y extranjeros dinamiza esta actividad, originando una
extensión de las propiedades terratenientes a costa de pequeñas y medianas
propiedades, se ocupa tierras de las comunidades de Catacaos y Colán,
conllevando a un enfrentamiento entre hacendados y campesinos; también
vamos a encontrar dos fracciones terratenientes que enfrenta la nueva dinámica
económica. Una los latifundistas que descienden de la nobleza criolla donde
están los Seminario - Vascones dueños de las haciendas de Morropón y
Tangarará; la otra los Checa - Escudero - Eguiguren, ligados a negocios y
contratos comerciales con el capital. Tal es el panorama social, político,
económico que presenta Piura al tiempo de la Guerra del Pacífico.
Mariano Ignacio Prado que gobierna el Perú en 1876, nombra como prefecto
de Piura a don Augusto Seminario y Váscones, que tiene que enfrentarse a un
grupo reacio a la política civilista - dictatorial; su vocero el diario “Correo de Piura”
denuncia en su editorial del 02 de marzo de 1879: “pretendió ahogar la
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Piura se engalana como bastión del ideal patriota, sus hombres responden
ante la ofensa que recibe la patria amada por el ejército invasor y ante el
contubernio en que cae la clase dirigente nacional. Este prefecto se rebela a la
traición de Iglesias y muy por el contrario, proclama que todo el departamento
septentrional del Perú resiste a la invasión chilena.
Carvallo hace su entrada a Piura la tarde del día 19. No hubo resistencia, el
prefecto patriota Fernando Seminario, con sus trescientos guerrilleros, había
evacuado la ciudad dos días antes, por el camino de Zapateco. Esto permite que
el prefecto iglesista Augusto Seminario y Váscones, se encumbre en el poder y
no simula su desprecio por la patria, se esmere por confiscar un total de 174
armas entre rifles y carabinas que entrega al jefe chileno. Asimismo, tras la
recompensa que ofrece a quien delate el paradero de los patriotas se vino a
saber que éstos se encontraban en la sierra de Piura, bajo el comando de
Castillo, Barrenechea y Becerra. El feroz y desigual combate se traba el 05 de
octubre, resistiéndo valerosamente la guerrilla de Nicanor Castillo; hombres a
pie, mal alimentados y precariamente armados sucumbieron después de varias
horas de lucha en medio de una verdadera masacre.
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Fernando Seminario cayó prisionero y tuvo que pagar una crecida suma de
dinero para recuperar su libertad. Según el parte de guerra chileno, murieron 150
guerrilleros patriotas, huyendo los sobrevivientes por la ruta de Chalaco. Luego
de varios días de campaña, carvallo “pacificó” el departamento, entregando a los
iglesistas armamento para repeler a los patriotas, cobrando por ello 15,650 soles.
Según los datos recogidos por Reynaldo Moya, hacia noviembre de 1879, el
gobierno central había recaudado a nivel nacional la suma de 6 621.540 soles.
Y los donativos siguieron llegando de parte del departamento piurano que puso
a disposición del gobierno, hacia fines de julio de 1879, la suma de 1.214 soles
para emplearla en el sostenimiento de una columna del Ejército.
Junto a los donativos en dinero, también los piuranos se hicieron presente con
la entrega de decenas de caballos para el Ejército en varias oportunidades, Se
tiene registrado en los libros copiadores del Archivo Histórico Militar que, hacia
junio de 1879, más de 70 caballos donados esperaban en Piura para ser
trasladados a Lima y el Ministerio de Guerra. Un mes después, se tiene
conocimiento que 72 caballos llegaron al puerto del Callao, mientras los caballos
provenientes del norte del país llegaban a la capital para formar parte del ejército
de defensa, también desde Piura se remitieron vendas de algodón elaboradas
por mujeres y niñas piuranas para auxiliar a los heridos de guerra.
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El semanario local “La Nueva Era” destacó el apoyo masivo que el pueblo
piurano hizo al llamamiento del gobierno central con las siguientes palabras:
Por ejemplo, Danitza Núñez, a partir de una fuente documental extraída del
Archivo Regional de Piura, relata el testimonio de Francisco García, padre del
soldado de infantería Lizardo García, autorizando la participación de su hijo en
la guerra: “Que dominado mi referido hijo por el amor a su patria luego que
manifestó la necesidad que tenía la patria de que sus hijos se armaran para su
defensa contra el atentado cometido por los chilenos, se presentó como soldado
en lo que consentí por estar todavía bajo mi tutela…con gusto se preparaba mi
hijo con sus demás compañeros para derramar su sangre en holocausto a la
patria”.
Cabe destacar que la población piurana, así como la del resto del país, estaba
convencida que el enfrentamiento contra los chilenos se trataría de una guerra
corta y el sentimiento nacional era muy grande. Prueba de ello es el siguiente
poema (fragmento) compuesto por un escritor anónimo de Huancabamba:
Hubo gran fervor patriótico y los vecinos hacían obsequios a los enrolados
que se presentaron voluntariamente, aunque también hubo varios que sólo por
la fuerza habían logrado su inclusión en las filas. Realizada a fin que cada jefe
de las columnas tenga conocimiento de los lugares que deben concurrir con sus
habitantes a la formación de las fuerzas que comandan.
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Miguel Iglesias, ministro de Guerra, ordenó al prefecto de Piura que tan pronto
el batallón esté organizado con 600 hombres, lo remitiese a Lima con el máximo
de precauciones para evitar su captura por los barcos de guerra chilenos que
andaban al acecho en la costa norte.
Miguel Grau - Miguel Alméstar - Felipe Castro Zagala - Emilio de los Ríos -
Teodoro García Paz - Gerónimo García - Tomás González Otoya - Juan
Guerrero - Manuel Gutiérrez - José Guzmán - Luis Hidalgo - Nemecio Medina -
José María Meléndez - Sixto Meléndez - Daniel Merino - Carlos Moor - Nicolás
Palacios- Enrique Ribas- Vicente Sáenz - Ignacio Seminario - Toribio Seminario-
Alberto Seminario- Ponciano Valdivieso- Pedro Varillas- Enrique Vásquez- José
María Vera y Tudela.
Una vez culminada la guerra, los diarios y revistas fueron de vital importancia
en la difusión de eventos relacionados con los veteranos y los familiares de los
fallecidos en el conflicto. Por lo tanto, los soldados piuranos que participaron en
la defensa de Lima o sus familiares cercanos empezaron a solicitar al Gobierno
sus derechos respectivos.
El primero es del Sargento Mayor Ignacio Seminario, tercer jefe del batallón
Piura, quien murió a los 43 años en la batalla de San Juan.
El segundo caso es de Lucas Montero, cabo segundo del batallón Piura que
participó en las batallas de San Juan y Miraflores. Décadas después, ya en la
senectud, pide una pensión al Gobierno: “Habiendo tenido conocimiento de que
la Junta Calificadora de sobrevivientes de la Guerra del Pacífico, por Decreto
Supremo 8415 de la fecha 27/8/1936, es la que debe pronunciarse en el sentido
de acordar pensión a los que cumpliendo con su deber se sacrificaron por
defender el honor nacional, ocurro a su alta justificación para que se me
considere en la citada ley”.
CONCLUSIONES
LIMITACIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS