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2 El terremoto de 1655
7 El terremoto de 1746
11 El habito morado.
13 proclamación del señor de los milagros como patrón de todos los peruanos
14 Bibliografía
SEÑOR DE LOS MILAGROS
El Señor de los Milagros de las Nazarenas, más comúnmente llamado Señor de los Milagros, es
una imagen de Jesucristo originalmente pintada en una pared de adobe, ubicada tras el Altar
Mayor del santuario de Las Nazarenas de Lima (Perú) y venerada en Lima y diversas partes del
mundo. La imagen fue pintada durante el siglo XVII por un esclavo originario de Angola que fue
llevado al Perú. La festividad del Señor de los Milagros es la principal celebración católica en el
Perú y una de las procesiones más grandes del mundo.
Debido a los traficantes de esclavos, una parte importante de estos inmigrantes venían de la
costa atlántica de África occidental, que se clasificaban por castas: congos, mandingas,
caravelíes, mondongos, mozambiques, terranovos, minas y angolas. Aproximadamente 10,000
habitantes de Lima se organizaron de tal manera que construyeron sus toscas cabañas o
callejones divididos en aviva, es decir el bantú o el kimbundo, cantaban canciones antiguas de
sus tierras natales ya que provenían del África Occidental. También se ocupaban de sus
enfermos y se preocupaban de que todos tuvieran un entierro decente, mediante pequeñas
cuotas de cofrades.
Los africanos, tanto esclavizados como libres, encontraron en la institución de las cofradías una
válvula de escape para la condición de opresión que sufrían en el Perú. Desde el siglo XVI se
instituyen cofradías de negros con aprobación eclesial. Eran agrupaciones de unos cien
miembros en promedio que estaban a cargo de un retablo o capilla en los templos de Lima,
dirigidas por un Mayordomo o Caporal, tenían una junta directiva llamada «los veinticuatro»
por el número de personas que lo conformaban.
1.-HISTORIA: LA IMAGEN ORIGINAL
Cerca al año 1650, cuando reinaba el Papado de Inocencio X, en el Perú el Virrey García
Sarmiento de Sotomayor, como Arzobispo de Lima, Pedro de Villagomez. Los Negros angolas
se agremiaron y levantaron el local de su cofradía en la zona de Pachacamilla, en las afueras de
Centro histórico de Lima. En la sede de la cofradía, o pre-cofradía como postula Antonhy de la
Cruz, en una de sus paredes de adobe del galpón, un esclavo angoleño negro llamado, según
se cree, Benito o Pedro Dalcón, plasmó la imagen de Cristo crucificado. La imagen fue pintada
al temple en una pared tosca, cerca de una acequia de regadío, de un acabado imperfecto,
además hay que resaltar que el anónimo pintor no tuvo estudios completos de pintura, y que
ejecutó la obra por su propia devoción a Cristo.
2.-EL TERREMOTO DE 1655
El 13 de noviembre de 1655 a las 14:45 horas, tuvo lugar un terrible terremoto que
estremeció Lima y Callao, derrumbándose templos, mansiones y las viviendas más frágiles,
dejando miles de víctimas mortales y damnificados. El terremoto afectó también al pueblo de
Pachacamilla y las viviendas igualmente se derrumbaron. Todas las paredes del local de la
cofradía se derrumbaron, produciéndose entonces el primer milagro: el débil muro de adobe
en donde se erguía la imagen de Cristo quedó intacto, sin ningún tipo de resquebrajamiento.
3.-REPROBAMIENTO DE LAS AUTORIDADES
Las reuniones para venerar la imagen eran los viernes por la noche, alumbrados por las llamas
de cera; llevaban flores, perfumando el ambiente con el sahumerio, entonando plegarias
acompañándose de arpa, cajas y vihuelas. Con el tiempo, se fue incrementando la
peregrinación. Muchas veces se produjeron hechos de índole distinta a las prácticas religiosas.
Viendo con malos ojos todos estos hechos el Párroco de San Sebastian, José de Mena, hace de
conocimiento al entonces virrey Conde de Lemos, don Pedro Antonio Fernández de Castro que
intervenga como autoridad, para que prohibiese las reuniones y que diera la orden irrevocable
de borrar al Cristo, ya que, según su criterio, estaba fuera de los cultos religiosos. El Virrey
traslado la solicitud a la máxima autoridad eclesiástica que era en ese momento el Provisor y
Vicario General Esteban de Ibarra, por haber fallecido el Arzobispo Pedro de Villagomez. Este
envió el 4 de septiembre al sitio al promotor Fiscal del Arzobispado José Lara y Galván,
Laureano de Mena y el Notario Juan de Uría, quienes verificaron la existencia de la imagen del
Cristo Crucificado, una concurrencia de unas doscientas personas que entonaron el salmo
miserere «Tibi soli peccavi» y la presencia del sacristán de la Parroquia de San Marcelo José de
Robledillo, a quien José Lara le llamó la atención de autorizar con su presencia tal tipo de
reuniones, se armó un tumulto en que los congregados en el lugar rodearon a los
representantes eclesiásticos que se vieron obligados a abandonar el lugar.
Esteban Ibarra dictaminó que se prohibiesen tales reuniones y que se borrase la imagen, por lo
cual entre el 6 y el 13 de septiembre de 1671, y se constituyó al lugar un comité especial
dispuesto por el Promotor Fiscal del Arzobispado José Lara y Galán, un notario, posiblemente
el mismo Juan de Uría, un pintor indígena de brocha gorda y el capitán de la guardia del Virrey,
Pedro Balcazar, escoltado por dos escuadras de soldados para el caso que se produjesen
desmanes por la cantidad de curiosos y vecinos que rodeaban el lugar.
El primero en intentarlo fue un pintor que al momento de subir por la escalera hacia la imagen
comenzó a sentir temblores y escalofríos, teniendo que ser atendido, intentó de nuevo
proseguir con su tarea, pero al subir otra vez, fue tal su impresión que bajó rápidamente y se
alejó asustado del lugar sin concretar el encargo. El segundo hombre, se acercó a la imagen,
pero algo vio en ella que le hizo desistir de raspar la imagen. El tercero, fue un soldado real de
ánimo más templado, éste subió, pero bajó rápidamente explicando luego que cuando estuvo
frente a la imagen, vio que ésta se ponía más bella y que la corona de espinas se tornaba
verde.
Ante la insistencia de las autoridades por borrar la imagen, la gente manifestó su disgusto y
comenzó a proferir grandes voces. En vista de lo cual el virrey y el vicario Ibarra decidieron
revocar la orden y el Vicario Ibarra autorizó su culto. Luego de una visita del virrey y su esposa,
dispusieron se levante una ermita provisional. El 14 de septiembre de 1671 se celebraría la
primera misa oficial en la ermita.
ALFOMBRAS FLORALES
Además de las guirnaldas, cadenetas de color blanco y morado y la tradicional lluvia de pétalos
y ofrecimiento de arreglos florales, destaca la gran variedad de alfombras florales multicolores
que marcan el camino de la sagrada imagen del Señor de los Milagros durante la procesión.
Muchas de estas alfombras son elaboradas por Clubes de Madres y Comedores Populares de
Lima y Callao. Esta tradición es realizada a nivel nacional.
15.-BIBLIOGRAFÍA