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¡BASTA DE VIOLENCIA!

NI A MÍ, NI A NIGUNA OTRA


En los últimos años, la violencia contra la mujer en el Perú ha ido en aumento, esto se refleja en el
gran número de denuncias y muertes, a causa de este cáncer social. En este instante, es posible que
en algún rincón de nuestro país, una mujer pueda estar siendo insultada, ultrajada, acosada,
golpeada, violada o tal vez siendo asesinada. Y es que, según la Defensoría del Pueblo, siete de
cada diez peruanas han sido víctima de violencia física, sexual o psicológica por parte de su pareja. A
pesar de ello, hay personas con ideas descabelladas, que sustentan que la culpa es de la mujer por
ser sumisas y permitir que se les siga maltratando. Sin embargo, algunos consideran que las leyes no
resguardan la integridad de la mujer y deben darse medidas más drásticas para la defensa de sus
derechos. Ante este escenario, nos preguntamos: ¿Endureciendo la sanción sobre los casos de
violencia de género, contribuirá a disminuir este tipo de violencia? Pues bien, considero que sí va a
contribuir. Ya que las autoridades, tienen un millón de cosas por hacer para aplacar esta terrible
realidad. A continuación, expondré mis razones.
En primer lugar, el endurecimiento de las sanciones si contribuirá a disminuir la violencia de género,
porque se podrá luchar con más fuerza contra la impunidad de los agresores. Esta medida es
necesaria en nuestro país, porque genera gran indignación la pasividad con la que actúan nuestras
autoridades, pues poco o nada hacen por su población y solo atinan a hacerse de oídos sordos ante
las injusticias. Según el Ministerio de la Mujer, a través de los Centros Emergencia Mujer (CEM), entre
los meses de enero y setiembre del 2017, se atendieron 3,125 casos de violaciones sexuales; sin
embargo, solo se aplicaron 60 condenas de cadena perpetua y 408 condenas de penas menores. Y
me pregunto ¿qué sucedió con el resto de víctimas que denunciaron este delito?, ¿los agresores
quedaron libres de polvo y paja?, pues se me corta la respiración saber que mi dignidad puede ser
pisoteada y no podré alcanzar justicia. Por ello, está más claro que el agua que en Latinoamérica, el
Perú ocupe los últimos lugares en defensa de los derechos de la mujer. Y así lo demuestra una
encuesta dirigida a 11 países de la región, elaborada por Win y en colaboración con Datum
Internacional, la cual manifiesta que el 78% de compatriotas consideran que no se respetan sus
derechos. Sinceramente, estos resultados no causan sorpresa, pues día a día, somos testigos como
se difunden a través de los medios de comunicación, la pesadilla que viven las mujeres al interior del
país. En consecuencia, es notorio que para hacer frente a esta ola de violencia, hace falta mano dura
contra los agresores y ejecución de condenas ejemplares.
En segundo lugar, tomar medidas más contundentes contra la violencia femenina, propiciará una
mayor conciencia de sus derechos, que a su vez debe ir de la mano con políticas que aseguren que la
justica sea accesible a todas las mujeres. Un ejemplo de ello, es El Salvador, ya que en el 2016 creó
tribunales especializados para penar delitos de violencia contra la mujer. El logro más importante que
se le atribuyó a estos, fue el reconocimiento del feminicidio como delito, otorgando penas de 20 a 50
años de cárcel, cuando en nuestro país la pena es de 20 a 30 años. Así mismo, impulsan campañas
de concientización contra el machismo, fomentando una cultura de paz y de denuncia para que las
mujeres hagan valer sus derechos. Medidas ejemplares, que nuestro país debe imitar, para alcanzar
un mejor reconocimiento de los derechos de la mujer peruana. Por otro lado, nuestro país vecino,
Chile, también se ha puesto de pie, aumentando las penas contra este tipo de violencia. Así se
expresa en la promulgación de Ley de Feminicidio, que modificó el Código Penal y la Ley de Violencia
Intrafamiliar. Y por si fuera poco, se han implementado casas de acogida para proteger a las mujeres
víctimas de violencia, con alojamiento, alimentación y demás servicios. Por todo lo expresado, es
urgente que el gobierno se ponga las pilas y tome las riendas de este cruento problema, para que de
esta manera se asegure el libre desarrollo y progreso de la mujer peruana.
En conclusión, el endurecimiento de las sanciones si contribuirá a disminuir la violencia de género,
porque se podrá realizar una lucha más eficaz contra la impunidad de los agresores, y a su vez,
propiciará una mayor conciencia de los derechos de la mujer, la cual debe ir de la mano con políticas
que aseguren la justicia para todas. Si bien, el aumento de la severidad en las leyes podrá ayudar a
disminuir la violencia de género. Es importante reflexionar y cuestionarnos sobre ¿cómo se está
educando a los niños? ¿Cuál es el ejemplo que están dando los padres? Aniquilemos de una vez por
todas, pensamientos machistas como “calladita te ves más bonita”, “los niños no lloran” o “los
problemas se arreglan a golpes”. Moldeemos la forma de pensar de los niños, enseñémosle el respeto
y la tolerancia, y sobre todo a reconocer el valor de la mujer en la sociedad.

Carol Selene Gonzales Matta

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