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Capítulo 1

LAS VACACIONES

A parte de que yoyito – mi pequeño hermano me tirara encima su


leche con chocolate en el desayuno en el desayuno, no hubo en el
despertar de aquel domingo nada que pudiera presagiar un día
espantoso y terrorífico.
Debí haberme dado cuenta de lo que venía, cuando alrededor de las
diez de la mañana el monstruo se lanzó de cabeza en el sofá. casi
golpeándome, donde yo veía cómodamente una película en la sala de
estar.
Vengo a darte dos noticias ¡, Ada me dijo YOYITO, sentándose
¿comienzo por la mala? ¿o por la peor?
Por la que quieras flaco le respondí asustado y poniéndole “pausa” al
DVD.
Voy a comenzar por la peor rompí el bolígrafo que te regalaron en el
colegio y que estaba dentro de tu libreta de teléfonos.
No lo puedo creer
¿Y sabes cuál es la mala, Adalberto? Añadió sin escucharme ¡Rompí
también tu libreta de teléfonos!
¿Que?! ¡No! Es una broma, ¿no es cierto?
¡Dame el control Ada!
Le dije, soltando el control y agarrándolo por los hombros. ¡No!
No es enserio. Ada me dijo con carita de angustia, pero muy ¡Dámelo! Y subió algo la voz, por lo que cambie de estrategia
falsa.
Oye, Yoyito, ¿no quieres que te haga un cuento sobre el control?
¡Júramelo! Le exigí
¡¡Sí!!! Enseguida se iluminó su rostro
Este….
¡Qué bien lo conocía!
¡Dime la verdad! Lo sacudí un poco ¿Rompiste mi bolígrafo y
mi libreta flaco? No, la verdad verdadera es que no lo rompí. ¡Yo no te dije que sí!!!!!! le respondí disfrutando. Yo te dije que si
querías que te hicieran un cuento con el control.
¡UF! Lo solté y aliviado y me eché hacia atrás, casi
acostándome de un tirón y agarrando el control del DVD para ¡Claro, Ada, Házmelo!
continuar viendo mi película. No los rompí repitió YOYITO, No, yo no le dije que si querías que le hicieran un cuento con el
para agregar gritando ¡los quemé! control.
Y salió huyendo. Me demoré unos segundos en entender la ¡No te pongas pesado, Ada que yo se me ese chiste!
gravedad de lo sucedido. después corrí tras él.
Persiguiéndolo entre los muebles. Y cuando lo tenía ya a mi ¡Yo no te dije que no te pongas pesado, Ada que, …!!
alcance, comenzó a dar gritos del terror a todo pulmón, lo ¡Ma…! Me interrumpió con un grito gutural, horripilante,
que hizo que mi madre interviniera y nos sentara de una llamando a la mamá, por lo que tuve que darle urgente el control
oreja, tranquilamente a ver una película. y esperar a que se aburriera de apretar botones.
Pero aquello no termino hay. Al irse mi madre, Yoyito me Gracias dijo con carita pícara, y acercándose demasiado a mí,
tocó un brazo y en voz baja me dijo: arrastrando con él una nube nauseabunda.
--- préstame el control ¿Y ese olor, flaco?
---- No, ¿Para qué lo quieres? El desayuno--- me respondió en serio subiendo las cejas.
---- para tenerlo. Ada. Tú lo tienes hace mucho rato.
Esto no es un juguete, flaco--- se lo mostré y lo escondí
debajo de mi cuerpo ¿lo dejamos aquí?
CAPÍTULO 2

LA LLAMADA

Parece que soy muy inocente, lo sucedido con mi hermano no lo


percibí como una señal de la terrible tragedia que amenazaba ese
domingo.
Yo diría que el momento oficial que marcó el inicio del drama
extendido a toda la familia, fue aquella llamada telefónica, como
con mi madre era la que estaba más cerca del aparato en ese
instante, atendió
Mi amor …. Una mala noticia ---- le dijo muy gravemente a mi
papa cuando colgó.
¿qué pasa? Se asustó mi padre y YOYITO y yo dejamos de ver la
película
¡Falleció Cipriano, el marido de Budgarda ¡
¿Como?
Budgarda es tía de mi madre y madrina mía también. Antes la
veíamos mucho, pero desde que se casó se fue a vivir al campo ---
a la casa de su esposo, y ya solo nos encontrábamos con ella en
contadas ocasiones en que se reunía toda la familia, Sin embargo,
en vez de sentir pena por el alejamiento, he escuchado en varias
conversaciones que la familia está muy feliz, porque por su edad
se pensaba que se quedaría solterona.
¿Y de que murió ese hombre? Continuo mi padre
De un infarto, parece. Dicen que lo encontraron muerto en el
camino viejo.
¡Que terrible ¡cómo debe estar esa mujer!!! ¿Y dónde están
velando a Cipriano? Quiso saber mi padre.
En la misma casa, como se usa mucho en el campo y mi madre alzó
un poco la voz al dirigirse a mi ---- Ada …. ¡Adalberto¡¡¡¡¡¡
Si, mami respondí con desgano.
¡A cambiarse de ropa que nos vamos a casa de tu madrina¡!!!
¡¡¡¡ EEEEh!!! Bailó y aplaudió mi hermano¡!!!!! Yoyito¡¡¡¡¡ lo regaño
mi mamá ¡no vamos a una fiesta! ¡Se trata!!!!!
¡Mujer¡! La interrumpió mi padre ¡cálmate! Y siéntate porque
necesito hablar muy enserio contigo.
¿Conmigo?
Sí, y dirigiéndose a nosotros, mi padre añadió ¡niños, vayan a jugar
a su dormitorio tengo que resolver problemas con su madre.!!!!!
CAPÍTULO 3

La pelea
Ya sabíamos lo que significaba resolver un problema para nuestro
padre, por tanto, no entramos a nuestra pieza, sino que nos
sentamos al final de la escalera para presenciar el espectáculo,
Porque sucedía igual, se gritaban, se enojaban, y terminaban
discutiendo por otro asunto que no era el principal del problema.
Al final como también era de costumbre mi madre lograba
imponerse y se hacía lo que quería. Entonces mi padre no le dirigía
la palabra, pero varias horas después los dos se veían felices
babosamente reconciliados.

Al principio Yoyito, al ver aquello lloraba en silencio encima mío


empapándome con sus lágrimas, mocos y babas. Pero cuando
comprendió que la pelea no tenía malas consecuencias se sentaba
a mi lado a observar cómo se aburría rápido se dedicaba entonces
a molestarme. Me tiraba el pelo o me introducía cosas en las orejas
entre otras bromas pesadas lo que hacía aumentar mi odio por ese
monstruo que me había tocado de hermano.

Escúchame Bien¡¡¡ Comenzó a gritar mi papá¡! No voy a permitir


que te lleves los niños al funeral.!!!!!!!
¿Y se puede saber por qué? Contrataco mi madre,
Si a partir de ahora los niños se orinan en la cama de noche, o le
¡Porque son niños y nunca han visto un muerto!!! ¿Quieres
agarraba terror a la oscuridad por haber visto ese muerto ¡tú
traumatizarlos acaso?
serás la única responsable!!! ¡Entendido!!!!
¿Y tú quieres criarlos como tontos y miedosos? ¿Porque la muerte
es algo natural no hay porqué ocultársela a los niños? Entonces mi madre, levantando las cejas mirando hacia arriba y
Estoy seguro que esa teoría te la metió tu hermano Matías grito haciendo una muequita con la boca, le dio la espalda a mi papá,
más fuerte mi padre ¡¡¡¡¡¡ Que familia me ha tocado!!!!! dirigiéndose a su dormitorio, Gesto y acción que siempre hacia
¡¡¡¡ mi familia es mejor que la tuya, que solo viene a visitarnos para rabiar a mi padre.
comer y criticar como administro la casa o lo sucia que esta!!!!
En ese momento le di la razón a mi mama ¿porque no podíamos
¡Vociferó mi madre!!!! Acercando su cara a milímetros de la de él
ir a un funeral? ¿Si ya sabíamos claramente lo que significaba un
¡¡ pero mi familia no me lava el cerebro con teorías absurdas¡!!!!
muerto?
Chillo mi papá, agitando sus brazos delante de ella.
¡¡¡¡¡ tu familia tiene menos cerebro que la mía!!!! Rugió mi madre, Además, cuántos muertos no hemos visto en películas, juegos y
poniendo sus brazos en jarra y desafiándolo con la altivez de su noticieros de televisión¡!!!!
mirada y la expresión del resto de la cara. ¡¡¡¡ y no voy a discutirlo
más. Sin, embargo sabiendo ahora lo terrorífico y espeluznante que

¡!!! ¡Me los llevo al velorio, y si no te gusta ya sabes……!!!! resulto ese día, sin duda hubiese sido mucho mejor que por

Siempre que llegaban al punto de amenaza de mi madre, papi primera vez mi padre le ganara en una discusión a su mujer.
comenzaba a resoplar con fuerza y a hacer ejercicios abdominales
para hacer desaparecer su furia. Recuerdo la vez que sufrió un
calambre por hacerlo sin calentamiento previo y tuvimos que
llevarlo al hospital oír suerte en esa ocasión no hubo ninguna
desgracia
Cuando se calmó un poco, fue hasta mi madre señalándola con su
CAPÍTULO 4

La llegada

¡Ada!!!!…. ¡Ada!!!! ¡¡¡ Adalberto!!!


¡Ya voy, mami --- le grité, dándose un último abrazo a mi papá y
corriendo hacia el auto
¡Entra por la otra puerta!!!! Me pidió Yoyito, sólo para molestarme,
porque fácilmente se podía haber corrido del asiento.
Durante la mitad del viaje estuvimos escuchando a nuestra madre,
disertándonos sobre sus primeras experiencias con muertos, velorios
y entierros.
Yo no sé si a Yoyito le afectaba todo eso. Me imagino que sí sobre
todo por su poca edad. porque lo que era a mi este asunto me tenía
confusa y por no decirlo nervioso.
Por suerte, el resto del viaje, mirando por la ventanilla, lo usamos
para gozar de los campos sembrados, las vacas comiendo con aves
blancas posadas en sus lomos, las casitas humildes y típicas y los
campesinos a caballos, que, al vernos, nos saludaban como si
hubiésemos sido amigos de toda la vida.
En fin, todo mucho más agradable que hablar con muertos, Todo
agradable, si exceptuamos la malcriadez de Yoyito al pasarse de una
ventanilla a otra en el asiento de atrás, por encima mío
Claro, sólo porque no soportaba que yo viera cosas más interesantes
que él, pero para que preocuparse ¿no es cierto? Él siempre ha sido
así un ser nacido especialmente para que yo lo odie.
Al fin nos salimos de la carretera y tomamos por un camino asfaltado
que nos llevó, quinientos metros más allá hasta el viejo caserón de mi
madrina, no sin antes pasar por varias casitas mucho más modernas.
Me dio mucha pena ver a la tía a bazar a mi madre y llorar en su
hombro, Me imaginé por un instante la situación de que fuera uno de
mis padres el fallecido y enseguida se me nublaron los ojos.
¿Tenemos que llorar nosotros también?
Me pregunto en voz baja el monstruo enano.
Le respondí con un empujón y me alejé del minuto más tarde,
estábamos instalados, en la cocina, la cual habíamos accedido por
detrás de la casona, para evitar encuentros aburridos con parientes,
y amigos y tener un momento de intimidad familiar, Y disfrutar,
también de una espectacular, merienda compuesta por pan amasado
hecho por mi madrina, queso de la zona y limonada preparada con
limones del mismo patio.
CAPÍTULO 5

EL VELORIO Pero como los mayores lo hacen, no podía asegurarle a


Yoyito una respuesta correcta.
Cuando las dos mujeres terminaron de conversar, su café, Uno se viste de negro cuando está de luto o flaco.
entre los llantos y lamentos de mi madrina, nos llevaron a una ¿Y qué cosa es estar de luto? Volvió a la carga.
amplia sala, donde estaban reunidas varias personas, vestidas
Para algunos es estar apenado por la muerte de alguien
con bastante sobriedad. para otro es demostrárselo a los demás, vistiendo de
Oye, Ada me susurro Yoyito, ¿porque hay que vestirse tan negro, no viendo televisión ni escuchando música, ni
oscuro para venir aquí ¿el tío Cipriano era gótico? yendo a fiesta y esas cosas.
No te creo eso
No tenía una respuesta rápida para eso, por lo que tuve que
reflexionar y recordar las cosas que me dice siempre el tío Pues es cierto, le asegure, afirmando también con la
Matías, que, a pesar de no gustarle a mis padres, es el único cabeza.
que me habla abiertamente de todo. Por ejemplo, los colores Estas mintiendo, alzó un poco la voz mi hermanito y
vivos como el rojo, amarillo o el verde cuando se usan en ropa algunos nos miraron extrañados.
se dice que es porque uno esta alegre, por tanto si usa ropa No hables alto, Eso que te dije es verdad.
negra uno demuestra pena, por eso es que hay que ponérsela
Solo porque tú lo dices y me toco el pecho con la punta de
en estas ocasiones, sin embargo, yo recuerdo que la semana los dedos
pasada, cuando se nos perdió Napoleón , el perro más fiel que
Te dijo que es verdad.
hemos tenido lo estuvimos buscando como tres días y yo
nunca me quite la camiseta naranja y todos sabían que yo Te dijo que no te creo.
estaba triste Entonces no creo que el color de la ropa tenga Te dijo que es verdad.
que ver con el estado de ánimo.
Te dijo que es mentira,
Te dijo que es verdad.
Es mentira.
Es verdad. A mí me lo dijo el tío Matías le confesé
Entonces es cierto, una vez más traje en seco. Solo lo mire
con odio.
CAPÍTULO 6

En ese momento para salvarme de Yoyito aunque sin saberlo,


mi madrina nos presentó a dos primas del difunto, las cuales
empezaron a dar gritos, a llorar y a lamentarse de una forma
tan escandalosas que me impresionaron. Incluso pensé que yo EL ATAÚD
le recordaba al muerto cuando tenía mi edad. Al medio día comenzaron a retirarse las visitas …. Parece que muchos se
Pero más tarde, me di cuenta de que hacían lo mismo con toda dieron cuenta de que no les iban a dar almuerzo, supongo---- hasta que
la gente que llegaba a la casa, Y como se calmaban bastante queda
rápido, y de igual manera rompían a llorar estruendosamente, Ese fue un momento decisivo, porque mientras mi madre preparaba la
me llego a resultar divertido verlas, aunque me controle y comida allá en la cocina, junto a mi madrina que cabeceaba un poco,
nunca se me vio ni siquiera una sonrisa en la cara lo contrario desgastada, Yoyito y yo nos tomamos otro vaso de limonada y nos
a Yoyito, que a cada rato teníamos que regañarlo, porque deslizamos en silencio hasta el encerrado comedor, donde estaba tendido
parece que le hacían gracias muchas cosas. el cadáver del pobre Cipriano.

Claro, no era a él solo. En una esquina del salón varios hombres Parece que las flores con las que hacen las coronas son especiales, porque
su perfume era distinto al que emana de las flores que conozco. Quizás
habían tomado un circulo con las sillas y me imagino que se
sea un olor mucho más fuerte, ya que unas pocas coronas tenían saturado
decían chistes y cosas cómicas, porque cuando uno terminaba
el aire de aquel lugar.
de contar algo los demás se tapaban la boca, o escondían la
cabeza, o se ponían colorados, y hasta más de uno dejaban Es probable también que fuera imaginación mía, pero el silencio de aquel
escapar de su garganta un sonido que disimulaban enseguida salón era diferente a cualquier otro, Creo que ni mi respiración se
con falsas toses. escuchaba.

Eses fue otro asunto que me hizo pensar. Yo sé porque me ha El Ataúd, hecho de pino, bien barnizado y con agarraderas y bisagras
bronceadas, era impresionante. Estaba colocado sobe un soporte
sucedido que mientras más sabe uno que no puede reírse, más
metálico con medidas. Ayudando al efecto visual de solemnidad. Aparecía
se ríe. Entonces ¿porque esos hombres se cuentas chistes si
rodeado de cuatro columnas metálicas terminadas en ampolletas de
saben que no pueden reírse normalmente? ¿para qué cuarentas watts. Que intentaban imitar enormes velas. En la parte
provocarse por gusto? Son cosas que no entiendo. Además, se superior del féretro una ventana abierta invitaba a acercarse para ver de
supone que los velorios son para llorar y estar apenados,¿ no cerca al difunto.
es cierto? Tendré que preguntárselo a mi tío Matías.
¡¡ yo quiero verlo,!!!! Yo quiero verlo!!!!! Rompió en silencio Yoyito, a
pesar de gritarlo casi en susurro
¡Espérate flaco!!!! Le conteste en el mismo tono voy a verlo primero.
Me aproxime con cuidado para no tropezar con nada, y como no soy tan
alto tuve que pararme en punta de pie.
CAPÍTULO 7 EL ESPÍRITU
Enseguida le hice una señal ami hermanito y al llegar ami lado lo ¿Qué te pasó, Ada? Quiso saber Yoyito saliendo de las coronas,
cargué para que mirara. Entonces fue cuando sufrí el primer gran
susto de ese domingo. Nada, flaco le oculté para no asustarlo a pesar de mi taquicardia
y mi transpiración nerviosa, arreglamos y ordenamos todo, en
Todo sucedió porque el odiosos de Yoyito se echo lo mas hacia
el menor tiempo posible, y nos sentamos descansar en el otro
delante que pudo para observar mejor, y provoco que se me fue
de la manos, cayendo sobre el ataúd y, claro está empujandolo extremo de la habitación,
hacia el otro lado. Como estaba sobre ruedas se deslizo lo Oye Ada, ¿en qué momento un muerto como Cipriano se vuelve
suficiente para que chocara con unas de las lámparas. Esta
Fantasma? Comenzó mi hermano cuando me vio más
comenzó a inclinarse hacia suelo, por lo que corri y me lance
comon portero de fútbol para atajarla. Por supuesto que para recuperado.
hacer eso tuve que dajar a Yoyito encima de feretro, y se puso a En ningún momento, porque los Fantasmas no existen flaco!!!
gatear por el con la intención de bajarse por donde yo estaba. Respondí con más ganas de convencerme a mí mismo que a él.
¡!!!!! No te muevas flaco ¡¡¡¡ alcance a gritat al ver como por el
Yo estoy seguro de que ahora el espíritu de Cipriano debe estar
peso de Yoyito, el ataúd se levantaba por la parte donde se
encontraba la cabeza del muerto. por aquí mirándonos, Este caserón está embrujado. ¿no es
cierto?
Al escucharme decir eso y ver mi cara de espanto, Yoyito se
imaginó que Cipriano estaba resusitando o algo asi, y salto hacia No hables tonterías, Yoyito
un lado, aterrizando sobre las coronas , apareciendolas
,aplastandolas,apalastando flores y arugando cintas. Es más, si nosotros nos concentramos y empezamos a llamarlo
así, Ciprianoooo…. Cipriano….
Entonces, al caer la cabecera del féretro, éste comenzó a moverse
arriba abajo por la amortiguación del soporte metálico. Un En ese instante, la ventana del féretro se cerró de golpe. Ambos
movimiento como el producido por unos resortes, Enseguida me dejamos escapar un grito y corrimos a abrazarnos. Así estuvimos
incorpore dejé en un sitio la columna y me abracé al ataúd para unos minutos (que para nosotros fueron horas).
detenerlo. Cuando lo logré, abrí la ventanilla que se había cerrado
con el brusco salto de Yoyito para mi desgracia se me ocurrio mirar
de nuevo en Cipriano.
Es muy probable que haya sido otra mala pasada de mi
imaginación, pero juro que vi dibujaba en el rostro del cadáver una
extraña sonrisa pegué un grito y brinqué hacia atráz, cayendo
sentado en el suelo
Parece que no deje firme la ventanita cuando la abrí… ¿pero por Entonces es mentira, porque mi papá dice que nunca le creía al
qué te dio miedo? Le pregunte como si yo no hubiera sentido. tío Matías.
No fue miedo, fue la sorpresa porque no lo esperaba--- aseguró. Pero la otra vez cuando le dije que el tío ….
Por fin logré recuperarme y lo primero que hice fue empujar a ¡Es más!!!! Me interrumpió si no existieran los fantasmas, en las
Yoyito lejos de mí. Pero no por vergüenza, sino por la fetidez que películas no….
me llegaba.
¡No hables más tonterías te dije!!! – lo corté, saliendo del
¿Y ese olor, Flaco? comedor hacia la cocina vamos a ver si ya está el almuerzo.
La limonada dijo sin darle importancia al asunto y agrego ¡Dale ¡Espérame!!!!
vamos a seguir con Cipriano a ver si nos contactamos con él!
Antes de salir miré el salón con ataúd, las flores, recordé la
No, flaco eso es absurdo. Tu sabes que los fantasmas no expresión risueña de Cipriano y la ventanita cerrándose de
existen… pronto. Sentí mucho alivio al irme de aquel lugar. Incluso creí
que después de aquello no me podía suceder algo, pero.
¿cómo qué no? ¡Claro que existen!! Yo los he visto¡!!
Eran muchas cosas malas para un solo día ¡¡¡ qué lejos estaba
¡¡ no seas mentiroso, Yoyito ¡insistí en mi posición, mientras me
de la verdad!!
acercaba al féretro para volver a abrir la ventanita. Todo eso sale
de la imaginación de la gente. Es imposible que después que uno
muere siga viviendo.
Yo creo que existen los fantasmas.
Yo no
Yo sí--- y Yoyito alzó un poco la voz.
Yo no dije bajando la voz y se lo señalé con la mano para que
imitara.
Yo sí, me dieron ganas de lanzarle una corono por la cabeza.
Yo si, además, te informo que eso lo dijo también el tío Matías.
Capítulo 8

EL CAMINO
El almuerzo estuvo espectacular lo que ayudo bastante a
mejorarme el ánimo a pesar del evidente cambio de tiempo.
Y quizás por el bochorno del ambiente o por la llegada de las
enormes nubes grises, el caso fue que, encerrados en la cocina,
después de la suculenta comida el aburrimiento me invadió.
Me voy a dar una vuelta por los alrededores dije en voz alta,
parándome de silla.
Yo voy contigo!! Salto Yoyito
¡Ni lo pienses!! Lo detuve
Adalberto!! Tronó mi madre, yo tengo que acompañar a
Ludgarda, Así que te pido por favor que cuides a tu hermano ¿de
acuerdo?
Lamentablemente eso era verdad, por lo que tuve que aceptar
mi cruel destino.
No se vayan muy lejos que aparece que se va a caer el cielo! Dijo
mi madrina en medio se va a caer el cielo! Dijo mi madrina en
medio de su congoja ¡¡ Y cuidadito con ir por el camino viejo!
Mi madre nos puso el brazo por encima de los hombros y nos
acompañó hasta la puerta.
Mami preguntó Yoyito en voz baja.
Comenzamos a avanzar por el camino viejo saltando en na
¿Porque la tía no quiere que vayamos por el camino viejo? sola pierna, Uno al lado del otoño.
Tienen que entenderla. Ella está afectada. Recuerden que en Oye flaco, ahora que estamos solos, quiero hablar contigo,
ese camino fue donde le dio el infarto a mi marido nos habló con En serio dije sin detenerme,
entonación cariñosa la mamá, ¡Y no se demoren porque de ¿Y yo puedo hablar contigo también o vas a hablar tú solo?
verdad que vienen una tormenta! Me contestó sin mirarme y manteniendo los saltos.
El camino viejo de tierras y piedras empezaba como a unos Yoyito, por favor, esto es importante Mira, no puedes seguir
cincuenta metros de la casa, y era el que antiguamente se haciendo lo que estás haciendo.
tomaba para salir a la carretera principal, recordé que lo vimos No te entiendo bien, pero dime, Ada, ¿esto es idea tuya?
cuando pasábamos en el auto, porque mi madre comentó que
No, esto no lo inventé yo, respondí, cambiando de pierna sin
antes sólo se podía llegar por esa vía al caserón de Ludgarda y dejar de saltar mami, cuando fuiste al baño, me pidió que te
Cipriano. dijera que no lo hicieras más.
Por supuesto, no hicimos más que salir y Yoyito corrió ¿Te dijo que yo no fuera más al baño?
directamente hacia él tuve que seguirlo contra mi voluntad, Dijo cambiando él también de pierna.
porque no iba a dejar que mi hermano se perdiera o le pasara
No flaco, me dijo que te dijera que no hablaras tan alto y no
algo.
rieras más, porque esto es un velorio y todos están tristes.
No se veía a nadie. Se notaba que el camino estaba abandonado. Me aburrió un poco el asunto de los saltos o para decirlo
A ambos lados crecían unos maizales desordenados y repletos mejor, me cansé bastante. Yoyito.
de yerbas silvestre y enredaderas. En las orillas, Árboles
dispersos, como aburridos guardianes ya cesantes, se mecían
también con el viento, que al ir en aumento provocaba alternas
y cómicas inclinaciones en toda la vegetación del lugar. La
humedad también se hacía sentir.
También se detuvo, pero al instante comenzó a poner el pie No, yo dijo si me voy, ¿Se darán cuenta?
derecho delante del izquierdo, pero colocando lo último del No, no creo, flaco. La gente está ensimismada en su tristeza y
tacón del zapato, casi rosando la punta del otro. Lo mismo con sus conversaciones.
el izquierdo delante del derecho y así avanzaba. Buscando el
equilibrio con los brazos, como si caminara por unas cuerdas Entonces si me quedo llorando, nadie me notará Y si me voy
flojas invisibles. Claro con pasitos rápidos. Tuve que hacer lo nadie se dará cuenta ¿es así?
mismo y apurarme para alcanzarlo. Sí …Entonces, ¿a quién le importa si me rio o no Ada, se me
¿Entendiste lo que no debes hacer? detuvo y yo seguí de largo.

Insistí Tuve que regresar para encararlo.

¿Y qué hago entonces? Mira, flaco, la cosa es que no te puedes reír, ni puedes gritar,
ni hacer bulla. Están velando a un muerto en esa casa y más
Solo hablar más bajito encima es de nuestra familia.
No que qué hago cuando tenga ganas de reírme Fue me dio la espalda al decirlo.
Ah, pues piensa en otra cosa, o aprieta los dientes. Si, fue tuve que rodearlo para ponerme de nuevo de frente a
¿Y si duele? él, pero el tío Cipriano hace tiempo que está casado con mi
madrina y es de la familia….
Bueno no los aprietes tanto.
Fue volvió a dar media vuelta, girando en el lugar.
No te dijo si me duele lo que me pongo a pensar y me da pena y
lloro. Ah, pues si lloras estás a tono, porque todo el mundo está Si, fue de nuevo me puse cara a cara
llorando, o te vas del lugar donde estés dejé de caminar y lo paré Y nosotros lo queríamos ¿ te acuerdas? Por eso hay que
por un brazo. respetarlo.
¿Comprendiste? ¿respetarlo por estar casado con la tía Ludgarda?
Entonces Yoyito cambió el paso y comenzó a avanzar saltando, No, por estar muerto, porque su esposa mi madrina, siente
pero esta vez con los dos pies juntos, a la manera de los dolor y porque somos de la familia.
canguros.
Fuimos y trató de repetir el giro, pero se lo impedí agarrándolo
¿Y la gente no se dará cuenta? Me dijo alejándose. por los brazos.
Si lloras, no, Todos están llorando tan bien respondí, imitándolo No somos de la familia, Seguimos siéndolo, no importa si se
y colocándome a su lado enseguida por tener las piernas más muere uno o no.
largas.
Entonces hay fantasmas que son familia nuestra.

Bueno, si existieran los fantasmas, sí serían familia.

Y la familia se quiere siempre, ¿no es cierto, Ada? Me dijo eso con


un brillo en los ojos y un dejo de tristeza en su voz.

Así, es,

Entonces… ¿me das un abrazo?

Aunque no se lo merecía, por lo odioso que era, sentí la necesidad


de demostrarle cariño porque si no lo abrazaba se podría
traumatizar …. O se lo podría decir a mi madre.

Miré hacia todas partes y como no vi a nadie lo abracé con fuerza.

¿Y ese olor, flaco?

El almuerzo, me dijo muy serio, apretando con fuerza sus dientes.


Después, de corretear y pelearnos un poco más, iniciamos una No le hagas caso, tercié yo Estamos en el velorio de un pariente
competencia a ver quién lanzaba más lejos una piedra, En esos nuestro, se acercó al cadáver y parece que quedó impresionado
Miedoso que es.
estábamos cuando una voz a nuestras espaldas me hizo pegar un
brinco. Yo no tuve miedo. Ada! Muchas veces he hablado con muertos
y no me ha pasado nada.
¡Hola!!!
¡Y dale con tonterías esa!!!! Le reté
Era una niña de mi edad, sostenía un paraguas verde en su mano
¡Los fantasmas no existen, Yoyito!
y andaba vestida con una corta falda amarilla, una blusa roja y un
gorro celeste de nadadora, donde llevaba unos anteojos para ver Claro qué existen, Adalberto me encaró Laura ¿porque piensas
que no?
por debajo del agua.
Porque es imposible respondí cuando uno muere, el cuerpo se
¡Hola!! descompone y se queda en puros huesos y polvo, por tanto, es
Les respondió el monstruo, saltando en una pata hacia ella, ¿Cómo absurdo que aparezca otra vez, que reviva, como si nada
hubiera pasado ¡Esta científicamente comprobado que no
te llamas? ¿vives por aquí? ¿qué haces…?
existen ¡
Yoyito! Le grite ¡No seas maleducado! Tú no eres policía para estar
Yo sé cómo convencerte, miren si tienen tiempo y les gusta
haciendo tantas preguntas. escuchar cuentos de misterios yo les podría contar uno, ¿qué
No importa… lo defendió ella me llamo Laura. ¿ y ustedes? te parece?
Me encantan esos cuentos!! Saltó Yoyito.
Yo soy Yoyito y él, es Ada, Adalberto…
No lo podía creer ¡discutirme eso a mí la campesina rarita
¿Has visto un muerto de cerca? esta!!! ¡Y delante de Yoyito para colmo!!! Además nunca me
Sí, claro, ¿porque me lo preguntas? Quiso saber la niña, sonriendo. han gustado ese tipo de historias ¡ me dieron ganas de irme y
dejarla con la palabra en la boca!
Si quieres…. Fue lo único que se me ocurrió decirle
encogiéndome de hombros.
Entonces, nos sentamos sobre unas piedras a la orilla del
camino, y ella con voz dulce, comenzó su relato.
Un dia, estando sola en casa, como a las ocho de la noche,
escuche unos ruidos en la cosina.
Y luego varios pasos que se acercaban a mi dormitorio, me dio un Efectivamente, no nos habíamos dado cuenta, pero finitas
escalofrió en la espalda. Comencé a temblar y solo atiné a
gotas salteadas estaban comenzando a caer, El cielo ya estaba
esconderme debajo de la cama.
totalmente gris y el viento soplaba más fuerte que antes.
La chiquilla contaba ayudándose mucho con las manos, graficándolo
todo, entonces, ¡ Chao Laura, ¡ otro! ¡Día seguimos hablando! Me despedí
¡Ada, ¡ Yoyito se escuchó de pronto la voz de la mamá. llevándome a Yoyito por un brazo.
Mire hacia donde estaba mi madre y le hice una señal con la mano ¡Yo te creo! Le grito mi hermanito forcejeando conmigo.
para que esperase un poco
La niña se apoyó en el paraguas y nos saludó con la otra mano.
¿se acercaba un fantasma? ¿o era un monstruo o un extraterrestre?
Pero podía haber sido un ladrón un asesino también ¿no es cierto?
¿tú estabas?
¡Cállate, Yoyito! Lo regañe y me dirigí a ella, ¡Discúlpalo, Laura, Y
discúlpame a mí también porque no entiendo cómo con una simple
historia puedes convencerme de que los muertos salen!
¡Porque es una historia real!! Afirmo la niña la cuestión es si me vas
a creer o no.
¡Yo te creo! Exclamó Yoyito .
Mira trate de explicarle, si fuera una cuestión es si me vas a creer o
no.
¡yo te creo! Exclamo Yoyito cuando dice que ha visto fantasma, y yo
sé perfectamente que es mentira.
Creo que hay una diferencia, insistió ella esta historia la…
¡Niños ¡Niñas! Interrumpió de nuevo mi madre con sus gritos. ¡Había
llegado hasta el comienzo del camino tapándose la cabeza con un
diario Vengan corriendo para acá que ya empezó a llover!!!
Capítulo 9
LA CARRETERA
Ya en caserón, muestra madre nos informó que se iba a quedar a
dormir allí esa noche para hacerle compañía a la tía Ludgarda.
También nos contó que había hecho las paces por teléfonos con su
adorado esposo y que él iba a venir en cualquier momento a
buscarnos en la camioneta de tío Matías, a quien se le pidió
prestada.
Entonces nos sentamos a esperar, Chupamos unos cuantos
caramelos mientras jugábamos naipes y cuando mi hermano
empezó a dar síntomas de a burrimiento sonó el teléfono. Era
nuestro padre contando que pasó por un tramo inundado de la
carretera y a la vieja camioneta se le había mojado el motor, por
lo que debíamos esperar por el un rato.
Yoyito se intranquilizó. Yo lo conozco de un momento a otro
empezaría con una rabieta,
Aprovechando que mi madre se metió en el baño, agarré por un
brazo a mi hermanito y nos deslizamos fuera del caserón
Yo quiero que papi llegue me susurró
Yo lo sé, pero no se….
Yo quiero que papi, llegue me dijo.
¡Cálmate! ¡Flaco! ¡Mira!
¿Yo quiero que papi llegue? Me reventó el oído.
De repente se me ocurrió una idea…. Consternados, vimos una especie de jabalí, o algo parecido. Iba
saltando como si tuviera muelles en sus cuatro patas, pero todas al
Con el primer relámpago y su trueno algo distante aún, nos subimos a una mismo tiempo, Su cabeza, virada hacia nosotros, mostraba una gran
carreta de madera, estacionada detrás de la casa de un vecino y que era tirada boca que nos enseñaba todos sus dientes, algo así como una sonrisa
por un caballo negro con una mancha blanca en el hocico. macabra, pero a la vez con un matiz ---- aunque se difícil de creer, lo sé
Así nos largamos a buscar la camioneta averiada. Sabía que estaba haciendo --- de una pícara burlilla.
algo malo al salir sin permiso, pero la adrenalina de la aventura me nubló el Hice frenar al caballo y giré las riendas con brusquedad. Quizás por lo
buen juicio. mojado del pavimento, o por el susto también del animal, qué sé yo, la
Nos asomamos a la carretera, que estaba completamente despejada. Me carreta comenzó a deslizarse de lado con mayor rapidez.
imagino que, por el mal tiempo, los choferes evitaban manejar a esa hora. ¡¡¡ mami!!! ¡¡ papi!!! ------ comenzó a sollozar Yoyito.
Nos demoramos un buen rato en avanzar porque a Yoyito se le metió de ceja a ¡Cuidado!! Pude gritar yo, al ver un árbol que se acercaba a gran
ceja llevar las riendas del caballo, Tuve que empujarlo a un lado, usando toda velocidad.
mi fuerza, después de intentar por las buenas que razonara.
Todo ocurrió muy rápido, por suerte para Yoyito, el choque fue por mi
Ya se había hecho de noche y la tormenta intensa, No se veía mucho más allá lado, la parte izquierda y delantera de la carreta quedó algo incrustada
de dos metros de la carretera. en el tronco del árbol. Unas maderas me aprisionaron las piernas, y por
O ye, Ada me habló el monstruo, por encima del ruido del trote del caballo y la ello no Salí volando, Una rama me golpeó fuerte la frente y comencé a
lluvia al caer a chorro, sentándose a mi lado ¿para dónde vamos? ver

A encontrarnos con el papá. ¿tú no querías que él llegara, flaco?


Le respondí
Que él llegara, sí, pero no que llegáramos nosotros.!
Le lancé dos puñales con mi mirada y se echó hacia atrás de un golpe. Se
enfurruño. Concentrándose a mirar a la carretera a través de la cortina de lluvia.
Apoyando en el espaldar del asiento, por suerte, no habló más. Sin embargo,
sentí un poco de lástima y me arrepentí de involucrarlo en esta aventura. Era
muy chico aún. Pero estando a punto de detener la carreta y devolvernos,
sucedió algo increíble.
¡Mira eso!!! Le grite al ver aquella cosa que se nos atravesaba en la carretera
Todo borroso. Me dolía la cabeza y todo a mi alrededor daba
vueltas. Los párpados me pesaban y escuchaba la tormenta
cada vez más lejos, porque un zumbido extraño rebotaba de
oído en oído…. Y el distorsionado rostro de Yoyito, Muy
pegado a mi cara. Fue lo último que vi.
CAPÍTULO 10
LA SEÑORA MIGDALIA

¡¡¡ Ada!!! Exclamó Yoyito asustado ¿cómo estás?


Creo que bien, con un poco de dolor de cabeza nada más.
¿qué vamos hacer? Me dijo, tocándome el hombro.
A unos metros está el camino viejo.
Sí, dale, vamos a buscar ayuda, porque el caballo parece que se dio un
golpe muy fuerte no me gusta como esta tirado ahí.
Busqué con la vista al animal y tampoco me gustó lo que vi. Entonces
me solté de las maderas, agarre a mi hermanito por el codo y nos
bajamos, emprendiendo una violenta carrera bajo la lluvia.
Recorrimos casi un centenar de metros, empapados, antes de tomar
el camino de tierra, el famoso camino donde tío Cipriano había
aparecido muerto, No se percibía ni el más remoto indicio de un ser
humano por ese lugar.
No avanzábamos como era debido por culpa del barro que inundaba
nuestros zapatos, La poca visibilidad que nos permitía la lluvia, sólo
nos permitía distinguir las sombras de los árboles, que obligados por
las ráfagas de viento parecían realizar una violenta y lúgubre danza.
Por supuesto, mis anteojos no me ayudaban a ver mejor. ¡si se
hubieran inventado los limpias brisa para gafas¡!!!
Yo intentaba controlar la respiración, pero no me servía de mucho, De
vez en cuando escupía el agua que me entraba de frente por la boca,
o que llegaba a ella después de deslizarse por mi cara.
De repente me pareció ver una luz a mi derecha, entre los árboles, se
la señale a Yoyito y nos dirigimos hacia ella. Al acercarnos a la orilla del
camino pudimos observar la tenue luz de una bombilla que colgaba en
el portal de una casa. Estaban situada en las faldas de un pequeño
cerro de poca vegetación que se ve desde la carretera.
Después de abrir el portón, por un sendero de piedras llegamos
hacia la puerta. Era una casa de madera, vieja, como abandonad.
En mi desesperación por ayudar al caballo parece que perdí mis ¡Gracias señorita Migdalia!! Le dije ya corriendo y arrastrando
modales, porqué toqué con mis rodillos más fuerte y rápido que lo mi hermano hacia el camino viejo. ¡se lo agradecemos mucho!!!
normal. No pasaba nada. Yoyito, mientras esperaba, Aprovecho
La saludamos con la mano. Y antes de perderla de vista, vi que
para estrujar su ropa con la mano e intentar así secarla de alguna
manera. Volví a llamar a la puerta. Nada se marchaba hacia la parte atrás de la casa, como yendo para el
cerro. Quizás fueran mis nervios, pero me pareció que lo hacía
No hay nadie aquí, flaco debemos seguir buscando por el camino.
por medio de unos cortos saltillos y haciendo con su brazo
Dimos media vuelta y casi tropezamos con una señora. Me pegué
un susto terrible. El pasado de Yoyito rio, supongo que por mi cara derecho unos movimientos de arriba abajo. Como si estuvieran
y mi gesto. tirando de un invisible cordel.

Era una mujer muy anciana, con el pelo gris bien recogido hacia No quise ni comentárselo a aYoyito.
atrás. Pálida. Y con unas ojeras que le acentuaban la gran expresión
de su cara. Para colmo de seriedad, llevaba un vestido negro, sin
adornos que le cubría casi hasta los pies.
¿Que desean? Nos preguntó con una voz apagada y casi sin mover
la boca. ¡por favor, señora! ¡Señorita Migdalia, aclaró!
Por favor señorita Migdelita, ¡perdón ¡señorita Migdalia ¡por favor
¡respondí al desenredarme, necesitamos ayuda. Mire, mientras
buscábamos a mi papa que esta con la camioneta del tío Matías
rota en la carretera, tuvimos un accidente cerca de aquí, y nuestro
caballo quedó muy mal.
Lo siento, pero aquí no resolverán su problema. Afirmó.
Miren, sigan por el camino. A unos doscientos metros más o
menos, verán un portón a mano izquierda, igual al de esta casa,
ábranlo, y continúen por la senda que les llevará hasta donde viven
los hermanos Bauta. Ellos tienen teléfono, si no están, entonces
sigan por el camino, y a dos o tres kilómetros vive Cipriano, que
también tiene Kilómetros vive Cipriano, que también vivía, acoto
Yoyito, Mas no puedo ayudarles, concluyó la señora, mirando con
severidad a mi hermano.
CAPÍTULO 11
LOS HERMANOS BAUTA ¡Es decir, acaban de hablar con un espíritu!!!
Seguimos al pie de la letra sus indicaciones, y llegamos a la casa de esos ¿como? Grité sin comprender bien y sintiendo más miedo.
hermanos, que fue iluminada por un rayo caído demasiado cerca. Él
estruendo aturdió nuestros oídos. La puerta estaba entreabierta, pero de ¿la vieja era un fantasma? Se sorprendió agradablemente Yoyito.
todas maneras toqué. Esta vez no tuve que esperar.
Si, la señora Migdalia, con quien hablaron, está muerta desde como hace
¡¡¡ Adelante!!! Nos invitó una voz aguda como de flauta. un año agregó el gordo.
¡¡¡ Entren!!! Dijo otra vez en tono grave. Como de tuba. Pero …. pero…. a lo mejor no es la misma argumenté yo, casi en pánico.
Así lo hicimos. Nos encontramos con una sala de estar donde dos hombres
Sí, Ada, tiene que ser ella, Esa vieja tenía mucha cara de velorio, tercio mi
descansaban en sendos sillones. Uno era delgado y altor y el otro
hermano.
gordísimo y de piernas cortas. Me fue fácil!!! Hallar sus rostros bastantes
parecidos, porque ambos eran calvos, con anteojos de gruesas armaduras ¿cómo lo saben? Insistí sin hacerle caso a Yoyito, Yo dijo la del vestido
y cristales verde fondo de botella, y lucían un bigote copioso, pero bien
negro y pelo gris, ¿porque están tan seguros?
cortado sobre sus gruesos labios.
Se miraron a los ojos en silencio, Después giraron sus cabezas hacia
¿que desean muchachos, Nos increpó el gordo de voz de flauta.
nosotros con cara bien seria y de repente vociferaron al unísono,
¡por favor!!! cambiando de expresión:
Y les explique el motivo de nuestra carrera.
¡¡¡ porque nosotros también estamos muertos!!!
No observaron de pies a cabeza. Cruzaron sus miradas. Y después de unos
fuertes carraspeos el delgado preguntó: Y acto seguido comenzaron a dar saltos con dos pies a la vez. Unos brincos
idénticos a los que daba el animal que nos provocó el accidente, ambos
¿Cómo llegaron hasta aquí? hombres se perdieron hacia el interior de la casa. Sus cuerpos se alejaban
Entramos a la casa del senderito de piedra contesté. Una señora vestida saltando y dándonos la espalda, pero sus cabezas, completamente giradas
de negro nos dijo que ustedes tenían teléfono y nos podían ayudar. en unos increíble ciento ochenta grados, nos mostraban los dientes,
¡Es increíble! Dijo el delgado parándose. producto de separar desmesuradamente sus labios y de abrir bien los ojos,
en la ya conocida sonrisa macabra.
¡no lo puedo creer!! Añadió el gordo de inmediato.
¿ Que paso? Exclamé ¿Que dije? Miren hijos míos comenzó a explicar el
gordo con su voz de flauta no se asusten cuando les digamos la verdad.
¿qué verdad? Quise saber ¿, acercando hacia mí a Yoyito.
Muchachos, ustedes estuvieron hablando con la señora Migdalia, continuo
ahora el delgado con su profunda voz de tuba.
CAPÍTULO 12
MAS CARRERA

Aunque no creía en fantasma, el pánico nos dominó.


Empuje hacia fuera a mi hermanito y corrimos como locos por
el camino de tierra, bueno en realidad el loco parecía ser yo
porque Yoyito corría, pero con cara de estar gozando de lo
lindo.
La lluvia me golpeaba en la cara y cada vez me pesaba más la
ropa. M e descontrole y lloré de miedo, a, aunque tratando de
que mi hermano ni me viera, debemos llegar a casa de mi
madrina lo antes posible. ¿cómo estará el caballo? Si supiera lo
que nos ha sucedido por ayudarlo a él.
¿cómo estará mi papa?, el pobre. ¡¡ Qué ganas de ver a mi
mamá, pensaba que a unos quinientos metros más allá quedé
sin aire, por lo que tuve que detenerme a respirar bien
despacio?! Para ello puse mis manos sobre cada rodilla y bajé la
cabeza, permaneciendo en esa posición más de dos minutos,
por lo menos Yoyito, por supuesto, también se había detenido,
pero no estaba afectado por la carrera como yo, incluso me
palmeó varias veces la espalda, comentando feliz lo que
estábamos viviendo. Y al Regañarlo por su actitud, me sacaba la
lengua y comenzaba a imitar el saltito de los muertos. Cada vez
lo odiaba más.
En un instante se me acercó como para ayudarme, pero en realidad fue
para compartir otras de sus monstruosidades.

¿y ese olor flaco?

El caramelo me dijo muy serio poniendo los ojos en blanco.

Pero no podía demorarme ni para regañarlo, ni para discutir. Teníamos


que correr, huir de allí y dejar atrás aquel camino maldito, embrujado.

Decidí no parar más ni hablar con nadie hasta llegar al caserón de mi


madrina, se lo dice saber a Yoyito y emprendimos de nuevo la carrera.

El corazón se me salía del pecho. El sudor se mezclaba con las constantes


gotas de lluvia. Me dolía todo el cuerpo ¿, sobre todo mis piernas que ya
casi no las sentía. Llevábamos como un kilómetro recorrido a esa velocidad
cuando me volvió a faltar el aliento, pero no podía aflojar. Tenía que salvar
al caballo.

De repente un enorme relámpago iluminó el cielo, dejando al descubierto


una especie de cavidad formada por la nube, producto de un efecto
tenebroso de luces y sombras proyectadas en ellas. Cavidad que parecía
estar ahí para succionarnos en cualquier momento, según mi imaginación.
Ensimismado en esos pensamientos, no pude reprimir un grito cuando
escuché el desmedido trueno.

Y sin tiempo para recuperarme, otro relámpago como el flash de una


potente cámara alumbró fugazmente el camino, pero con el tiempo
suficiente para que viéramos la figura de Laura. Iba con su paraguas verde
en la mano y luciendo su corta falda amarilla, la blusa roja, su gorro celeste
de nadadora y los anteojos para ver por debajo del agua, venia en
dirección contraria a la nuestra. Después del susto lógico por la inesperada
aparición sentí alegría porque eso podría significar que estábamos muy
cerca del caserón de mi madrina.
CAPITULO 13
LA NIÑA
¡¡Oye!!!! ¡aquí, oye!! Vociferó mi hermanito, ¿qué les paso? Nos preguntó algo
alarmada acercándose con prontitud.
Estamos pidiendo ayuda le solté como pude debido a la sofocación tuvimos un
accidente en la carretera y el caballo quedó mal.
¿Y por qué estás así? Quiso saber, porque nos han sucedido cosas terribles
respondí.
Sí, no lo vas a creer le conto Yoyito
¡Ya hemos visto como cuatro muertos! Primero una especie de jabalí, después
una señora y por ultimo dos hermanos.
¿es cierto eso? Se dirigió a mí con una sonrisita mofa.
Si es verdad, admití, haciendo como si me picaran los ojos para no mirarla de
frente, porque supe por dónde venía.
¿Y ya te convenciste entonces, de que existen fantasmas? Insistió
Si no cree ahora es porque es muy cabeza dura, opino el odiosos ¡porque las
cabezas viradas de esos dos tipos eras horribles!
En realidad, no estoy seguro que estuvieran muerto, fingí seguridad, pero
prometo pensarlo mejor mañana.
¡Claro que son muerto!! Me encaró ella, mira, hace como un año, en esta zona
se envenenaron los pozos de agua. No se sabe por qué, pero lo que sí es un hecho
es que las personas que vivían a orillas de este camino fallecieron todas. Fue una
desgracia.
¿Pero por qué salen los fantasmas? Pregunte, ahora con más aliento, pero más
nervioso.
Me parece que hasta que no se averigüe bien qué paso con esos pozos, animas
seguirán penando. Respondió.
¡¡¡¡ Me encanta eso!!! Disfruto Yoyito.
Dentro de toda su fantasía, tiene cierta lógica … dije, pensando en
aquello, Pero la idea de socorrer al caballo me sacó bruscamente del
asunto, Disculpa Laura, tenemos que llamar por teléfono. Tú que
conoces la zona mejor que nosotros, ¡cual casa está más cerca la de
mi madrina o donde tú vives?
Yo no vivo, dejo caer con indiferencia fingida.
¿como? Exclamé sin entender, pero presintiendo algo raro.
¡sufrí un accidente al caerme en un pozo por curiosear en esa época!!
¿Qué grite, temblando y alejándome de ella?
Entonces la chiquilla nos enseñó los dientes, como los anteriores
muertos, y comenzó a saltar como si tuviera muelles en los pies. Con
el paraguas sosteniéndolo en alto y abierto. Brincaba altísimo en
medio del camino. Su silueta se dibujaba con intermitencia en el cielo
producto de los relámpagos A veces, con sus saltos, llegaba casi
horizontalmente hasta un árbol. Después rebotaba hasta una piedra.
O caía en vertical de cabeza encima del pasto. Hasta que se perdió a
través de la penumbra del maizal abandonado, siempre como si
estuviera montada en un resorte, y mirándonos con la disocha
sonrisa macabra.
Completamente paralizado, la cabeza, me dio vueltas y comencé a
temblar.
¡¡¡¡ Laura también es un espíritu!!! Grito Yoyito, demorándose en
comprender.
CAPÍTULO 14
EL CABALLO
Yo no sabía qué hacer ni que decir, la sorpresa y el miedo me habían dejado
boquiabierto. A mi hermano parece que le dio risa mi expresión.

Porque comenzó a reír a carcajada. Y sin darle mayor importancia a lo ocurrido,


de la sorpresa pasó a la burla, saltando a mi alrededor y mostrándome los dientes
apretados con los labios bien separados, ¡podrían odiarlo más?

¡Yo también estoy muerto!!! Dijo en medio de sus largas risas. Y ahora….

Pero no pude terminar de escucharlo. En ese momento, el ruido de un trueno,


mezclado con casco de tierra, me hizo mirara hacia el camino en dirección a la
carretera. Una forma oscura atravesaba la cortina de lluvia. Esperé unos
segundos y logré ver mejor su silueta, incluso su mancha blanca. ¡¡ era nuestro
caballo!!!

Esperando con ansiedad vi coo se detenía a unos metros de nosotros, ¡ Que


valiente era ese caballo estropeado! A pesar del choque, sacaba fuerzas para
seguir andando.¡era un campeón!

El animal nos miró con expresión feliz, la lluvia limpiaba la sangre de su hocico.
Nos saludó con su cabeza y dio un relincho.

Entonces vino hacia nosotros saltando en sus dos patas traseras, como si tuviera
un resorte en las mismas.

De pronto comprendí, la mente me decía que aquello no podía ser real, pero a
pesar de mi análisis científico. un miedo atroz comenzó a invadirme.

Enseguida, como era de esperarse el caballo nos enseño sus dientes con la
maldita sonrisa macabra.
Capítulo 15
EL DESPERTAR
Poco a poco se me fue aclarando la visión, pude distinguir a mi madre recostada
a mi lado, pasándome la mano por el pelo, la suavidad de la ropa seca y el
calorcito de la sábana que me tapaba también me provocaban esa sensación de
bienestar que me parecía no sentir desde hacía mucho tiempo. De repente, todo
se me vino a la memoria de golpe t me incorporé súbitamente.
¡Mami!!! ¿Dónde está Yoyito? ¿cómo esta él? Pregunte con impaciencia.
No te preocupes me calmó, él está muy bien, Después de avisar a los vecinos por
lo del caballo y la carreta, se cambió de ropa, se tomó un vaso de leche caliente
y creo que se fue a dormir.
Ah, mami, ¿y cómo llegamos hasta aqui?
¡¡¡ imagínate la sorpresa que me dieron!!!
¿Yo los hacia jugando en otra pieza de la casa? Ahora no te voy a regañar…
Gracias mami.
¡pero ya hablaremos cuando llegue tu padre!! Grito de repente.
Espere unos segundos para que se calmara antes de continuar con mis
preguntas.
¿pero cómo llegamos a la casa? Dije al rato.

Mira, cuando abrimos la puerta nos encontramos a Yoyito, el pobre, casi


arrastrándote, el susto que pase fue terrible, porque pensé que te había
sucedido algo grave.

¿y qué te contó mi hermanito?

Bueno tu sabes cómo es el de mentiroso, fantasiosos y exagerado…. Me


dijo, tomando una taza de té que estaba sobre la mesita de noche dándole
un sorbido.

Si, ya me lo imaginaba contando lo de los muertos, dando detalles de la


historia, burlándose de mí, seguro inventó más de lo que paso para
ponerme en ridículo. Me lo imaginé también diciéndole cómo me quedé
paralizado, dejándolo a merced de los fantasmas y hasta “como me salvo”.

¿qué manera de odiar a ese chiquillo?

Primero me dijo que te había salvado Cipriano, pero como no le crei, me


conto que una bruja anciana, un dragón de dos cabezas y un unicornio te
habían cargado hasta la puerta.

¿y tú le creíste mami?

¿cómo le voy a creer? Adalberto? Hay mismo lo obligué a que me dijera


toda la verdad y entonces me dijo todo con lujo de detalles continuo mi
madre, de lo que hiciste para sacarlo de la carretera, para traerlo corriendo
por todo ese camino, porque es verdad, ¡si no lo llegas a cargar en
hombros, él no hubiera podido soportar tanto esfuerzo! Por eso te dio esa
fatiga, hijo mío, aunque por suerte ya estaban muy cerca. Nada, que ¡eres
un héroe, Ada!
No lo podía creer, ¡El flaco no habló de mi miedo!! ¡no dijo nada
sobre los fantasmas! ¡y me trago hasta la casa solito ¡Que
monstruo más loco ¡
¿De qué hablan? Pregunto mi madrina, llegando con un clavo y
un martillo y poniéndose a pensar dónde quedaba mejor un
cuadro con la foto de Cipriano, que quería colgar.
¡Contándole a Ada, lo que nos dijo su hermano, le respondió mi
madre!
¿Y si fue Cipriano el que me salvó, como dijo Yoyito, en un
principio? No eso, era imposible está científicamente
comprobado….
Me puse a pensar y a forzar la memoria para recordar bien todo
aquello que viví. Me acordé de las apariciones del jabalí, de la
anciana, los hermanos, la niña extravagante y el caballo, todos
supuestamente muertos ¿Y si fue sólo imaginación mía? Claro
quizás al darme el golpe y los dichosos encuentros con los
fantasmas … ¡O toda esa aventura en el camino viejo fue real?
No, no creo. Ya interrogaré a Yoyito.
¡¡¡ Que locura!!!
CAPÍTULO 16
LA IDEA

En ese momento también recordé otra cosa que no contó, Yoyito y que se
lo agradeceré toda la vida, porque él, estoy seguro, se dio cuenta de que
cuando me paralicé, no sólo la lluvia se escurría hacia abajo por mis
pantalones.
Al recordar esa situación me dio vergüenza y sentí que me sonrojaba, e
acurruqué al lado de mi madre y miré a mi madrina, que ya había puesto
el clavo y ahora colgaba la foto.
Cuando decidió que estaba nivelado lo soltó y el cuadro comenzó a
moverse de arriba abajo, como si dependiera de un resorte.
Eso me trajo espantosos recuerdos y me horroricé, sentí un escalofrío y se
me aflojaron los músculos del cuerpo.
¿Y ese olor?
Ahora, sumándose a lo que me produjo miedo, las mejillas se me
encendieron de vergüenza.
La leche caliente ---- explicó de repente el loco de Yoyito, saliendo de
debajo de la cama,
Le regalé a mi hermano una risa de agradecimiento. ¿Quién dijo que era
un monstruo? ¿Quién podría odiar a ese angelito?
Pero cuando me iba a incorporar para abrazarlo, mi vista paso en su
recorrido por la foto del tío Cipriano y la risa se me heló en la cara, parecía
que el difunto me mostraba los dientes, separando mucho los labios y
abriendo los ojos.

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