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MATERIA: CRISTOLOGÍA

PRESENTACIÓN

Rehacer el itinerario de los discípulos y las discípulas...

Con esta presentación queremos dar comienzo a un nuevo trayecto del Proceso que
venimos transitando. En este caso, encontraremos muchas continuidades, relaciones,
confirmaciones y repreguntas, emparentadas con los trayectos anteriores; también
podremos revisitar y referenciarnos en los planteos que hacíamos en el módulo sobre
Elementos de Teología Fundamental, como los que se presentaban en las materias
Bíblicas.
Vamos a acercarnos a la pregunta siempre nueva, siempre contemporánea y,
fundamentalmente, cuestionadora: “Y ustedes ¿Quién dicen que soy?” (Mc 8,29). Esta
pregunta renovada, ha encontrado seguramente, respuestas renovadas a lo largo de
nuestra vida: “Hay, naturalmente, aspectos que brillan de modo especial en las diversas
etapas de la vida: el Jesús «héroe» de nuestra adolescencia o el Jesús «revolucionario»
de nuestros generosos fervores sociales marcan momentos y estilos importantes de
nuestra vivencia cristiana (…) hay el «Jesucristo» de la infancia -tan legítimo e importante,
a pesar de todo-, el «gran Jesús» de la adolescencia y el «Jesús», diversamente
matizado, de la juventud y la madurez; hay el Jesús del conocimiento espontáneo en la
catequesis, la homilía o la lectura ocasional, y hay el Jesús de la apasionante aventura del
estudio serio y reposado de la Cristología.”1
Lo mismo sucede en las distintas generaciones y épocas históricas: “Cada época de la
historia somete a esta figura singular al juicio de su propio tribunal, y siempre encuentra
en su inagotable espontaneidad material para plasmar en ella su peculiar ideal: desde el
Pantocrator (todopoderoso) bizantino hasta el «poverello» de los movimientos reformistas
medievales, desde el humanista del siglo XIX hasta el revolucionario o el superstar del
XX. Y todas las épocas comprenden que queda siempre un más allá, que Cristo
permanece muy superior a eso en que ellas centran su figura. (De esto al menos no podrá
dudar la nuestra, después del riguroso análisis a que Albert Schweitzer sometió “La
historia de la investigación de la vida de Jesús”).”2
Pregunta y respuesta siempre se mueven en el plano original. Original porque nos
conecta con la experiencia fundante, fontal, del origen. Y original porque siempre es
nueva y joven, porque dialoga con los interrogantes que nuestros contextos vitales nos
plantean.

1 Andrés Torres Queiruga. Repensar la Cristología. Verbo Divino, Navarra, 1996


2 Op. Cit

Los autores del programa se reservan los derechos de uso y reproducción total o parcial del material, para fines
propios o en beneficio de terceros. En caso de necesitarlo, envíe un correo electrónico a varagno@isma.edu.ar
Es por eso que nuestra “manera de hablar de Jesucristo” (la cristología) ha de tener
siempre, como plantea el teólogo alemán Jürgen Moltmann3, identidad y relevancia.
Identidad en cuanto ha de conectarnos con la experiencia de origen, con aquello que da
estos rasgos concretos a esta experiencia que llamamos “fe cristiana”. Y relevancia, en
cuanto está a la búsqueda de significatividad para los sujetos contemporáneos y para sus
preguntas existenciales que se enuncian contextualmente.
Cuando una fe es viva, la única manera de confesarla honestamente consiste en conjurar
el peligro de su fosilización, actualizándola en cada tiempo y cultura. Karl Rahner lo
expresó de una manera enérgica: "Solamente podemos conservar la verdad de la fe
haciendo teología sobre Jesucristo y haciéndola siempre de nuevo"4
Esta experiencia de confesar la fe ante los hermanos y las hermanas nos pone en el
camino del discipulado. Es en el camino de seguimiento donde conocemos y
reconocemos a Jesús de Nazaret y su proyecto. Es por eso que la teología, en los últimos
cincuenta años, se plantea como un rehacer el itinerario de los discípulos y las
discípulas. Partiendo de Galilea poder acompañarlo en el camino de su vida, por pueblos
y desiertos, hasta Jerusalén. Y desde la experiencia de la resurrección poder confesarlo
como el Cristo.

Es por eso que en esta materia/módulo proponemos, para recuperar esos senderos, el
diseño compartido del siguiente mapa:

 Introducción a la cristología: Andaré...toda la vida arrimándole coplas a tu


esperanza, tierra querida
En esta primera clase queremos reconocer los diversos puntos de partida que
pueden presentarse en el desarrollo de la cristología; al tiempo que podamos dar
cuenta que cada punto de partida, desarrollará un planteo cristológico muy diverso
en sus acentos y consecuencias. Fundamentalmente queremos recuperar y
reivindicar una pedagogía cristológica a partir del Jesús histórico.
 Jesús de Nazaret, su contexto vital: La utopía ya está en lo germinal
Para poder realizar este itinerario es preciso que podamos comenzar, en esta
segunda cartilla, viendo cómo era ese contexto vital de Jesús (que es también el de
sus discípulas y discípulos) para comprender el sentido y el significado de sus
palabras, de sus gestos y sus prácticas. Conocer el “mundo vital” ayuda a
reconocer las expectativas de su tiempo y cómo “dialogaron esas expectativas con
la presentación del sueño de Dios que Jesús realizó.
 El Reino de Dios y la práctica de Jesús: Los sueños van prendidos con la vida
Jesús convocó a un grupo de mujeres y varones para comenzar a recorrer aquellos
caminos anunciando el reino. La aventura comunitaria fue guiada por ese sueño, el
sueño del Reino de Dios. Esta manera de vivir, de convivir y de compartir y abrir
mesas, casas y caminos fue revelando, desocultando el rostro del Dios del Reino,
el rostro del Dios de Jesús. Queremos contactar con ese sueño, cono ese proyecto
del Reino. Los escritos del Nuevo Testamento dan testimonio de esa experiencia
espiritual de Jesús, de vivir y morir cumpliendo su misión de Testigo y Servidor del
Reino de Dios y de su Espíritu de vida digna, justa, filial y fraterno-sororal. Este es
el corazón de su misión. Esto es lo que polarizó su vida y su muerte.
 Misterio Pascual y el Cristo de la Fe: Me va la vida en ello...

3 Jürgen Moltmann. El Dios crucificado. Sígueme, salamanca, 2010 (3ª ed revisada)


4 Karl Rahner. Curso fundamental sobre la fe, Barcelona 1979
2
En aquella sociedad, el anuncio del Reino, en la forma como Jesús lo hizo, no lo
podían tolerar. ¡O Él volvía atrás o lo matarían! No quedaba otra alternativa. Jesús
no volvió atrás. La cruz apareció en el horizonte, ya no como una posibilidad, sino
como algo seguro (Mc 8,31). Por eso, es fundamental dar cuenta del vínculo
profundo entre la vida vivida por Jesús como entrega, a sus hermanos y al Padre, y
su destino de entrega. Desde ahí, queremos recuperar el significado y las claves
de la resurrección para nuestra vida de discipulado y para reconocer sus
presencias en las orillas donde nos movemos y llevamos adelante nuestra vida
cotidiana, para que también podamos decir como el discípulo amado junto al lago:
“Es el Señor”
Queremos recuperar, como diseño del itinerario reflexivo de esta materia, la invitación a
mapear que hacíamos en el módulo de Teología Fundamental. Es por eso que cada
clase/encuentro tendrá el siguiente movimiento:
a) Punto de Encuentro: el primer momento de cada clase nos dará pistas para partir
de nuestros saberes, nuestras memorias, nuestras preguntas, para comenzar una
cartografía genética, que se vaya desarrollado a partir de nuestros interrogantes
vitales y saberes previos.
b) Mapeando Nuevos Territorios: en un segundo momento, vendrá la invitación a
adentrarnos en territorios teológicos más sistemáticos. A reflexiones de autores/as
que nos ayuden a poner en cuestión lo que cada uno/a de nosotros/as trae y abrir a
nuevos interrogantes y nuevas construcciones. Siempre abiertas. Siempre
habilitando habitar el espacio de maneras diversas.
c) Habitando territorios: En un tercer momento, intentaremos cruzar los mapas que
cada uno/a de nosotros/as trae y los nuevos mapas propuestas, para habilitar el
trazado de otros mapas que nos ayuden a nortear nuestras prácticas.
d) Celebrando la Travesía: Un pequeño momento que a modo de “bisagra” nos
ayude a atravesar la geografía recorrida con una percepción más orante o
simbólico narrativa, no tanto conceptual.
Para ir terminando esta introducción, les informamos que al final de cada trayecto iremos
buscando alguna forma que no ayude a rastrear lo andado y compartir las perspectivas
con los/as compañeros/as con quienes compartimos esta aventura.
Esperando que este itinerario compartido nos ayude encontrar claves para seguir a Jesús
en diálogo con este mundo plural reinventado caminos, senderos o picadas en el monte…
porque a Jesús sólo se lo conoce siguiéndolo.

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