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LA AGRICULTURA EN SOCIEDADES ANTIGUAS

La revolución neolítica en la Mesopotamia


Se denomina revolución neolítica a la primera transformación radical de la forma
de vida de la humanidad, que pasa de ser nómada a sedentaria y de tener
una economía recolectora (caza, pesca y recolección)
a productora (agricultura y ganadería). Esta expresión se debe a Vere Gordon
Childe (1941).nota 1
Este proceso tuvo lugar hace más de 9000 años (VIII milenio a. C.) como respuesta
a la crisis climática que se produce en el comienzo del Holoceno, tras la
última glaciación y que, en términos relacionados con la historia de la cultura,
corresponde al paso del período Paleolítico (piedra tallada) al Neolítico (piedra
pulida) y de ahí su nombre. En primer lugar, afectó a la amplia zona que, debido a
su apariencia en el mapa, ha recibido el nombre de creciente fértil o media luna
fértil. Incluye desde la parte egipcia del valle del Nilo hasta Mesopotamia (el
territorio entre los ríos Tigris y Éufrates), pasando por la franja costera del Levante
mediterráneo y la región montañosa del sureste de la actual Turquía. Dentro de ella,
los lugares donde se han encontrado las pruebas arqueológicas más antiguas
de neolitización, es decir, de la sustitución de la piedra tallada por la piedra pulida
para la confección de armas y herramientas, no proceden precisamente de las
llanuras aluviales de los grandes ríos, sino de yacimientos situados en una zona
más estrecha en torno a ellos (Jericó o Chatal Huyuk). Ello no tiene nada de extraño,
ya que en las llanuras aluviales del Nilo, del Tigris y Éufrates la piedra es más
escasa.

Principales centros de desarrollo primario de la agricultura: este de Estados Unidos


(4000–3000 AP), Mesoamérica (5000–4000 AP), Andes septentrionales (5000–
4000 AP), África subsahariana (5000–4000 AP, ubicación exacta
desconocida), Creciente Fértil (11000 AP), cuencas del Yangtsé y del río
Amarillo (9000 AP) y tierras altas de Nueva Guinea (9000–6000 AP).2
Algo más tarde se produjeron cambios similares en la India (ríos Indo y Ganges) y
en el Extremo Oriente (ríos Huang He y Yangtze en China). La expansión por el
resto del Viejo Mundo (Europa, Asia y África) se produjo por difusión de estos
primeros focos, aunque en algunas zonas se descubrió localmente
la domesticación de animales o plantas autóctonas. De forma autónoma se produce
la revolución neolítica en América, con los focos mesoamericano y andino. La
difusión de la agricultura y la ganadería por Oceanía en algunos casos es
simultánea a la ocupación humana (las migraciones de las islas del Pacífico eran
tanto de los grupos humanos como de sus cultivos y ganado) y en otros los usos
del suelo continuaron siendo muy arcaicos hasta la llegada de los europeos
(aborígenes australianos, en su mayoría cazadores-recolectores, cuya ocupación
del continente es muy antigua, quizá desde hace 40 000 años).

Consecuencias
Las variaciones ligadas a la Revolución Neolítica significan un enorme salto en
el desarrollo de la humanidad, la cual comenzó a crecer con mucha mayor rapidez
al comenzar a cosechar alimentos que podían conservarse durante bastante
tiempo. La necesidad de conservar los alimentos generó el desarrollo de nuevas
técnicas y artesanías como la cerámica, la cestería y muchas otras. La aparición
de excedentes permitió la especialización y división del trabajo, la aparición
del comercio, la acentuación de las diferencias sociales, y con el tiempo, el origen
de la historia. Pero eso sería un proceso posterior denominado revolución urbana,
también según la expresión de Gordon Childe.
Tampoco hay que olvidar que, como revolución, la difusión de la agricultura supuso
consecuencias violentas, incluso dramáticas:

 Una alteración radical del paisaje, que puede pasar a definirse como paisaje
humanizado de tipo agrícola, ganadero y forestal (paisaje agrario). Esa pérdida
de diversidad biológica y simplificación de las cadenas tróficas, sometidas al
gusto humano, tuvo a su vez una consecuencia muy interesante: para cada uno
de los cultivos, la actividad de distintos grupos humanos a lo largo de todo el
mundo durante milenios permitió una prolongada selección artificial de
especies, que ha dado lugar a una enorme variabilidad genética en
las semillas que en la actualidad se está perdiendo como consecuencia de
la globalización, que impone procesos agrícolas y semillas estandarizadas,
reducidas en número a las más demandadas por el mercado. El peligro de
desaparición de este patrimonio de la humanidad acumulado y conservado en
las comunidades rurales dispersas por todo el mundo es objeto actualmente de
la atención de programas internacionales de protección.nota 3
 Una no menor alteración en los propios seres humanos, habiéndose llegado a
estimar que probablemente condujo a un empeoramiento real de las condiciones
de vida por reducción de la variación de la dieta, a pesar de garantizar un
suministro más continuo de comida. La vida se hace más segura, pero más
monótona. El sedentarismo y el aumento espectacular de la densidad de
población también produjo peores condiciones sanitarias y endemizó las
enfermedades. La presión de la selección natural sobre la especie humana,
desde entonces y hasta hoy, ya no se efectúa en las mismas circunstancias que
en los cientos de miles de años anteriores al posibilitarse la supervivencia y
reproducción de individuos que con un modo de vida paleolítico no las habrían
alcanzado. La dinámica de poblaciones se vuelve enteramente distinta.
 Las primeras civilizaciones urbanas surgen hacia el 3000 a. C. en diversos
lugares de África y Asia: en los valles del Tigris y el Éufrates (Ur, Uruk), en el
valle del Nilo (Menfis, Giza, Tebas, Abidos), en la llanura del valle del río Hoang-
ho (Huixia, Anyang, Gaocheng), y en el valle del Indo (Harapa, Mohenjo-Daro).

Especies vegetales
Los cereales fueron la especie vegetal decisiva para la Revolución Neolítica en la
mayor parte del mundo, y siguen siendo la base de la alimentación humana en la
actualidad. Centeno, trigo y cebada son originarios de la zona del Creciente Fértil,
aunque quizá no fueron las primeras especies vegetales en pasar de la recolección
al cultivo (recientemente se han hallado frutos de higuera que demuestran una
selección intencionada en la zona de Medio Oriente hace 11 400 años6).
Las legumbres, concretamente las lentejas, también tienen un cultivo muy antiguo,
y algo menos los diferentes árboles frutales (cítricos —China—
, manzanos, ciruelos) o los plátanos (Sureste de Asia).7 En la Amazonia la
domesticación de especies vegetales se basó inicialmente en la mandioca amarga
y comenzó hace unos 5000 años
a Prehistoria :La revolución neolítica o "revolución agrícola" afecto la
economía u su modo de vida y sus creencias en general
Se denomina revolución neolítica a la primera transformación radical de la forma
de vida de la humanidad, que pasa de ser nómada a sedentaria y de economía
depredadora (Caza,pesca y recolección) a productiva (agricultura y ganadería). El
término se debe a Vere Gordon Childe (1936).

Este proceso tuvo lugar hace más de 9000 años (VIII milenio a.c) como respuesta
a la crisis climática que se produce en el comienzo del Holoceno, tras la última
glaciación. En primer lugar afecta a la zona conocida como creciente fértil del Medio
Oriente , una amplia zona que comprende desde el noreste de África (Valle del Nilo,
en Egipto) hasta el oeste de Asia (zona de Mesopotamia entre los ríos Tigris y
Éufrates ). Algo más tarde se produjeron cambios similares en la India (ríos Indo y
Ganges ) y en el Extremo Oriente (ríos Huang Ho y Yangtze en China). La difusión
por el resto del Viejo Mundo (Europa,Asia y África ) se produce por difusiónfocos ,
aunque en algunas zonas se produce localmente la domesticación de animales o
plantas autóctonas. De forma autónoma se produce la revolución neolítica en
América, con los focos mesoamericanos y andino. La difusión de la agricultura y la
ganadería por Oceanía en algunos casos es simultánea a la ocupación humana (las
migraciones de las islas del Pacifico eran tanto de los grupos humanos como de sus
cultivos y ganado) y en otros los usos del suelo continuaron siendo muy arcaicos
hasta la llegada de los europeos (aborígenes australianos, en su mayoría
cazadores-recolectores, cuya ocupación del continente es muy antigua, quizá desde
hace 40.000 años). de estos primeros

Economía neolítica

Marcados por la desaparición de las sociedades de cazadores-recolectores, para


aparecer un nuevo tipo de sociedad, que era productora de sus alimentos.
Desaparecen las sociedades predadoras de la naturaleza, las que toman lo que ésta
les ofrece, en forma de caza, pesca o recolección, sin ofrecer nada a cambio, y
aparecen las sociedades productoras de alimentos, esencialmente de ganaderos y
agricultores.

De esta forma el cambio vendría propiciado por la aparición de la ganadería y la


agricultura, o sea de las sociedades productivas.

La vida en el Neolítico

El cambio climático provoca una lenta conversión de la economía de subsistencia,


basada en la caza, hacia una economía más estable de base ganadera y apoyada
en los cultivos. Se aprecia que el hombre deja las montañas para desplazarse hacia
los llanos en persecución de sus presas de caza. El hombre vuelve a las cuevas
aunque en algunos puntos pudo conservar la utilización de chozas en las cercanías
de ríos.
El desarrollo de la ganadería da lugar a la trashumancia y a los contactos
relativamente frecuentes con gentes de otras tierras, existiendo una mayor
intercomunicación entre las diversas tribus. Para las hachas y otros instrumentos se
utiliza la piedra pulida y los útiles y algunas herramientas se fabrican frecuentemente
con hueso. Aparecen también útiles de obsidiana .

Con las sociedades productivas aparecen sociedades de organización más


compleja por que aparece el excedente, la división social del trabajo y la propiedad
privada.LaCantidad de producción sobrante. Es el inicio de la riqueza, cuanto más
excedente más rico. Aparece con la producción pero no se consolida hasta
mediados o finales del Neolítico: los instrumentos de cultivo son más perfectos, se
abona, se riega,... Esto produce cosechas más abundantes que dan lugar al
excedente.El excedente sólo tiene consecuencias cuando se consolida: permite la
división social del trabajo.

División del trabajo: En una sociedad la gente se diferencia por su trabajo. En el


Paleolítico todos cazaban = todos iguales. Al principio del Neolítico todos son
agricultores = todos iguales. Cuando aparece el excedente consolidado no se
dedican todos a la agricultura ni a la ganadería, se necesitan productos que ninguna
de estas dos cosas producen.

Con el excedente se puede alimentar a otras personas que se dediquen a fabricar


instrumentos, tejidos, cerámica, empieza la artesanía. El artesano le cambia sus
productos al agricultor por el excedente.

La división social del trabajo está permitida por el intercambio de excedentes =


primer tipo de comercio = comercio por trueque.

Aparecimiento de la división natural del trabajo (por sexos)

Fragmentación o descomposición de una actividad productiva en sus tareas más


elementales y su reparto entre diferentes personas, según su fuerza física, habilidad
y conocimientos. El aumento de la producción que se deriva de la puesta en práctica
del principio de la división del trabajo se debe, según Adam Smith, a tres causas
principales:

1) aumenta la habilidad y destreza de los trabajadores;

2) ahorra la pérdida de tiempo de pasar de una tarea a otra;

3) facilita la invención y el uso de grandes máquinas que abrevian


considerablemente el trabajo y le permiten a un hombre realizar la labor de
muchos.
Especialización de los trabajadores en determinadas actividad
es de modo que aumente su eficiencia por la acumulación de experiencia
y desarrollo de su habilidad. División oflabour.

El concepto de división del trabajo se aplica a muy diversos aspectos


del proceso productivo y a sus repercusiones sociales. Sobre todo, está
estrechamente ligado a la división de la sociedad en categorías sociales, a la
distinción entre trabajadores manuales e intelectuales, entre ciudad y campo,
etc.
La primera división del trabajo, que ha subsistido en todos los estadios
del desarrollo económico, es la división por sexos. Los pueblos primitivos no
conocían otros tipos de división. En el caso de la capacidad específica de los
individuos, la ausencia de reservas obligaba a todo el grupo a dedicarse a la
búsqueda de alimentos. Así, el reparto de las tareas se hacía entre hombres y
mujeres, consagrándose los primeros a la caza (y a la guerra) y las segundas a
la recolección.
3 La existencia de un excedente social favorece la división del trabajo. Con la
revolución neolítica y el surgimiento de la agricultura aparece la división entre
pastores y cultivadores, además del desarrollo de especializaciones artesanas.
Las tribus intercambian cerámicas, tapices, etc. La generalización
del intercambio supone la división profesional (herreros, alfareros, tejedores).
La revolución metalúrgica da nacimiento a nuevas especializaciones y traza
el modelo que se convertiría en la división general del trabajo en
agricultura, industria y comercio. A partir del siglo xn,
el sistema de manufactura desarrollado en Europa occidental introduce
la división del trabajo en el interior de los oficios. El proceso productivo se
fragmenta y se subdivide en una serie de operaciones simples. En los tiempos
modernos, la mecanización y la organización científica del trabajo (sistemas de
Taylor y de Bedaux! aceleraron este movimiento.
4 Las diferentes formas de división del trabajo se inserí en un marco social que
contribuye a determinarlas. Las tareas de concepción, dirección, control y
ejecución son realizadas por categorías sociales distintas y corresponden a
una jerarquía de estatutos que pueden ser hereditarios (en las sociedades de
castas) o estar ligados a la propiedad de los medios de producción, a la
posesión de títulos o a la competencia (en otros tipos de sociedades). En
la empresa moderna, la división técnica del trabajo y la división social
jerárquica entre quienes deciden, controlan y ejecutan son complementarias.
Tanto psicólogos como sociólogos han estudiado los efectos de
la división técnica del trabajo. Con la aparición del libro de Georges Friedman n
-"El trabajo en migajas"—, se han señalado los riesgos de la especialización
precoz y de la parcialización de las tareas. En ello se ha visto el origen de los
sentimientos de frustración del trabajador, que explican la agravación de los
conflictos sociales y las formas violentas que adoptan en ciertas categorías
particularmente sometidas a la parcialización, como, por ejemplo, los obreros
especializados.
Después de Karl Marx, ciertos teóricos sociales vieron el signo distinto de una
auténtica sociedad socialista en la supresión de la división del trabajo, sobre
todo de la división entre trabajadores manuales e intelectuales, entre ejecutivos
y subalternos.

La división sexual del trabajo: el concepto y las polémicas.

La división sexual del trabajo es un fenómeno fácilmente observable, que se


expresa en la concentración de las mujeres en las tareas de la reproducción en
el ámbito doméstico y también en determinadas actividades y puestos dentro
del trabajo remunerado, produciendo sistemáticamente diferencias salariales en
detrimento de las mujeres.

Por lo tanto, el concepto refiere a la presencia en todas las sociedades de una


inserción diferenciada de varones y mujeres en la división del trabajo existente
en los espacios de la reproducción y en los de la producción social.

Como evidencias de esta persistente existencia de procesos de sexualización


de la división social y técnica del trabajo merecen destacarse: la segregación de
las mujeres al trabajo doméstico no remunerado, su menor tasa de actividad
laboral, la existencia de ocupaciones masculinas y femeninas, la distribución
diferente de varones y mujeres por ramas y sectores de actividad, por tipo y
tamaño de las empresas, y dentro de ellas por determinados procesos de
trabajo, por secciones, puestos y calificaciones laborales.

Sin embargo y a pesar de la universalidad del fenómeno, no existe un único


concepto para designarlo. Junto al de mayor difusión “división sexual del trabajo”
coexisten otros- “división del trabajo en base al sexo”, “división genérico-sexual
del trabajo” y “división genérica del trabajo”- que suelen usarse de manera
indistinta, diluyendo las diferencias de los marcos teóricos que le dieron origen.

No obstante ello, cualquier enfoque de la división sexual del trabajo introduce


en la descripción de los comportamientos laborales alguna comparación entre
varones y mujeres, que explicarían la segregación femenina y su resultante, la
brecha salarial entre los sexos. Las polémicas surgen con posterioridad, en
torno a las diferentes explicaciones a las estrategias para su modificación.

En este sentido, puede decirse que existen enfoques que al explicar la división
sexual del trabajo por factores innatos tales como, la capacidad biológica de
procrear, o por las diferencias de aptitudes, preferencias laborales y
capacidades que resultan en una fuerza de trabajo femenina que no se adapta
a las características que demanda el mercado de trabajo, terminan
“naturalizando“ el fenómeno.

Son éstas las explicaciones que prevalecen en los enfoques neoclásicos


basados en la orientación de los agentes en el mercado de trabajo y que se
hallan presentes también en la Teoría del Capital Humano. En ésta, a pesar de
que se reconoce la incidencia del trabajo doméstico, y de la socialización de los
hijos en las modalidades del trabajo de las mujeres, se los trata como datos,
que no requieren explicación.
Al analizar las brechas salariales entre varones y mujeres la teoría del capital
humano lo hace desde la presunción de que existen diferencias de productividad
entre los agentes y también, avalando el supuesto de que varones y mujeres
tienen igual acceso y oportunidades en el mercado de trabajo caracterizado por
la ausencia de relaciones de poder entre los agentes económicos.
Las estrategias propuestas se vinculan en general con modificaciones en la
socialización temprana, en la formación escolar y profesional, en la motivación
para los logros profesionales etc.
Diferenciándose de este enfoque, la literatura feminista al recuperar el carácter
de relación social que el marxismo otorgara a la división del trabajo en las
sociedades capitalistas, transforma a este concepto en una categoría central
para indagar y comprender la subordinación de las mujeres en la sociedad.
En este sentido la división sexual del trabajo es vista como un fenómeno
dinámico y cambiante y como expresión, reforzamiento y perpetuación de la
subordinación de las mujeres.
Sin negar que aún hoy existen dentro de la producción feminista diferentes
interpretaciones de esta relación entre división sexual del trabajo y
subordinación, en los últimos años se ha incrementado la publicación de
investigaciones desde el enfoque feminista de clase-género. Partiendo del
concepto de sistema sexo-género, los estudios se centran en la existencia de
modalidades de vinculación entre la división social y técnica del trabajo en las
sociedades capitalistas y las relaciones sociales de género entendidas como
relaciones de poder.
Definitivamente, puede afirmarse que los Estudios de Género en sus distintas
vertientes, han puesto en evidencia y critican la naturaleza asexuada del
concepto de trabajo que predomina en las Ciencias Sociales, particularmente
en la Sociología del Trabajo y tratan de vencer la resistencia de estas disciplinas
a incorporar en él las relaciones sociales entre los sexos y el trabajo doméstico
no remunerado.

El tema en los estudios feministas.


Como problemática teórica, la división sexual del trabajo precede a los estudios
que del tema han hecho las feministas, aunque sin lugar a dudas no ha tenido
un lugar destacado ni en la sociología marxista ni en la economía política.
Enfocada desde la cuestión de la participación de la mujer en la fuerza de
trabajo, ya sea en términos de la marginalización del trabajo femenino en el
sistema de producción capitalista o de la “especificidad” del trabajo femenino,
tanto las teorías marxistas como la economía neoclásica sustentan categorías
de análisis que son “sexualmente ciegas”.
Desde esta postura crítica, la literatura feminista se replantea la existencia de
una lógica capitalista general e indaga en la particular manera que se
construyen las relaciones de las mujeres con el mercado de trabajo, con el
capital, con los cargos, con las calificaciones y con los salarios.
En efecto, las primeras indagaciones de las feministas marxistas, partieron de
la división sexual del trabajo más básica, aquella que separa trabajo doméstico
casi exclusivamente femenino, del trabajo no doméstico, predominantemente
masculino. Y la investigación avanzó intentando responder, en que se beneficia
el capital en tanto relación social, del trabajo doméstico como trabajo no
remunerado, que hasta ese momento, en tanto “actividades domésticas”,
permanecía invisible y no abarcado por el concepto de trabajo productivo.
Un primer resultado fue la articulación en las explicaciones, de dos esferas de
la división del trabajo que el proceso de desarrollo capitalista había necesitado
separar: producción y reproducción.
Esto lo hicieron a partir de demostrar que el capital incrementaba sus beneficios
a través de dos mecanismos: 1-el trabajo doméstico que garantizaba el control
social de las mujeres y los valores de uso necesarios para la reproducción diaria
de la fuerza de trabajo masculina (alimentación, vestimenta, etc) 2- la
conformación por las mujeres de una fuerza de trabajo femenina con menor
retribución que la masculina y que siendo altamente movilizable constituía un
ejercito industrial de reserva, lo que producía su subordinación económica.
De esta manera, la estrategia propuesta para la superación de la división sexual
del trabajo se subsumía en la lucha contra el capital y la sociedad de clases.

Sin embargo la explicación no resistía el hecho histórico de que la división


sexual del trabajo precedió al capitalismo, existiendo también en otros modos
de producción. En principio parecía que la división sexual del trabajo no podía
ser explicada exclusivamente en términos de las necesidades del sistema
capitalista sino más bien que la organización jerárquica del sistema capitalista
de producción se beneficiaba con la preexistente división sexual del trabajo.

Otras autoras aportaron al tema centrándose en el análisis del proceso de


trabajo y en la división horizontal y vertical del trabajo en la empresa mostrando
la segregación de las mujeres en la estructura de empleos. Así, Braverman por
ejemplo, explica la femeinización de puestos de trabajo en la industria
centrándose en los mecanismos de calificación- descalificación de la fuerza de
trabajo que se producen en las reestructuraciones de los procesos de
producción capitalista. Es decir, observa que al producirse la descalificación de
determinadas tareas en el sector servicios, éstas son ocupadas por mano de
obra femenina. Sin embargo no logra explicar porque son las mujeres las que
se incorporan para realizar esos trabajos.

Aparecimiento de la primera división del trabajo

Divisiones sociales

Primera gran división social del trabajo


La primera gran división social del trabajo —separación de las tribus dedicadas a la
ganadería— contribuyó a elevar sensiblemente la productividad del trabajo y creó
las premisas materiales para el nacimiento de la propiedad privada, de la sociedad
de clases.

Al estudiar la evolución de la sociedad, tomando los hechos del pasado, se


comprueba primero que la división de la sociedad en clases no siempre ha existido.
La dialéctica quiere que busquemos el origen de las cosas y comprobemos que en
un pasado muy lejano no hubo clases. En El origen de la familia, de la propiedad
privada y del Estado, Engels dice:

En todos los estadios anteriores de la sociedad, la producción era esencialmente


colectiva y el consumo se efectuaba también bajo un régimen de reparto directo de
los productos, en el seno de pequeñas o grandes colectividades comunistas. Esa
producción colectiva se realizaba dentro de los más estrechos límites, pero llevaba
aparejado el dominio de los productores sobre el proceso de la producción y sobre
su producto. Sabían qué era del producto:

lo consumían, no salía de sus manos. Y mientras la producción se efectuada sobre


esa base, no pudo sobreponerse a los productores ni hacer surgir frente a ellos el
espectro de poderes extraños cual sucede regular e inevitablemente en la
civilización.

Todos los hombres participan en la producción; los rudimentarios instrumentos de


trabajo que se usan en común pertenecen a la comunidad. La división del trabajo
sino existe, en ese estado inferior, entre los sexos. El hombre caza, pesca, etc., la
mujer cuida la casa. No hay intereses particulares o privados en juego.

Pero los hombres no permanecieron en ese período, y el primer hecho que


establece un cambio en la vida de los hombres será la división del trabajo en la
sociedad.

"Pero en este modo de producción se introdujo lentamente la división del trabajo.


"(F. Engels)

Este primer hecho se produce donde los hombres "encontraron animales que se
dejaron primero domesticar y después criar. Antes había que ir de caza para
apoderarse de la hembra del búfalo salvaje; ahora, domesticada, esta hembra
suministraba cada año una cría y, por añadidura, leche. Ciertas tribus de las más
adelantadas —los arios, los semitas y hasta los turanios—, hicieron de la
domesticación y después de la cría y cuidado del ganado su principal ocupación.
Las tribus de pastores se destacaron del resto de la masa de los bárbaros. Esta fue
la primera gran división social del trabajo.
Tenemos, pues, como primer modo de producción: caza, pesca; segundo modo de
producción: cría de ganado que forma las tribus de pastores.

Segunda gran división social del trabajo


La segunda gran división social del trabajo —los oficios se separaron de la
agricultura— contribuyó a la ulterior elevación de la productividad del trabajo y, junto
a la primera gran división social del trabajo, hizo que se ampliara la producción de
artículos destinados especialmente al cambio y que creciera la producción
mercantil.
"La riqueza aumentaba con rapidez, pero bajo la forma de riqueza individual; el arte
de tejer, el labrado de los metales y los otros oficios, cada vez más especializados,
dieron una variedad y una perfección creciente a la producción; la agricultura
empezó a suministrar, además de grano, legumbres y frutas, aceite y vino, cuya
preparación se había aprendido. Un trabajo tan variado no podía ser ya cumplido
por un solo individuo y se produjo la segunda gran división del trabajo: los oficios se
separaron de la agricultura. El constante crecimiento de la producción, y con ella de
la productividad del trabajo, aumentó el valor de la fuerza de trabajo del hombre; la
esclavitud, aun en estado naciente y esporádico en el anterior estadio, se convirtió
en un elemento esencial del sistema social. Los esclavos dejaron de ser simples
auxiliares y se los llevaba por decenas a trabajar en los campos o en los talleres. Al
escindirse la producción en las dos ramas principales —la agricultura y los oficios
manuales—, nació la producción directa para el cambio, la producción mercantil, y
con ella el comercio.

Surgimiento de la segunda división del trabajo


“A consecuencia del desarrollo de todos los ramos de la producción —ganadería,
agricultura, oficios manuales domésticos— la fuerza de trabajo del hombre iba
haciéndose capaz de crear más productos que los necesarios para su
sostenimiento. También aumentó la suma de trabajo que correspondía diariamente
a cada miembro de la gens, de la comunidad doméstica o de la familia aislada. Era
ya conveniente conseguir más fuerza de trabajo, y la guerra la suministró: los
prisioneros fueron transformados en esclavos. Dadas todas las condiciones
históricas de aquel entonces, la primera gran división social del trabajo, al aumentar
la productividad del trabajo, y por consiguiente la riqueza, y al extender el campo de
la actividad productora, tenía que traer consigo necesariamente la esclavitud. De la
primera gran división social del trabajo nació la primera gran escisión de la sociedad
en dos clases: señores y esclavos, explotadores y explotados".(F. Engels)

"Henos ya en los umbrales de la civilización que se inicia por un nuevo progreso de


la división del trabajo. En el estadio más inferior, los hombres no producían sino
directamente para satisfacer sus propias necesidades; los pocos actos de cambio
que se efectuaban eran aislados y sólo tenían por objeto excedentes obtenidos por
casualidad. En el estadio medio de la barbarie, encontramos ya en los pueblos
pastores una propiedad en forma de ganado, que, si los rebaños son
suficientemente grandes, suministra con regularidad un excedente sobre el
consumo propio; al mismo tiempo encontramos una división del trabajo entre los
pueblos pastores y las tribus atrasadas, sin rebaños; y de ahí dos grados de
producción diferentes y simultáneos uno junto a otro y, por tanto, las condiciones
para un cambio regular". (F. Engels)

Tenemos, pues, en ese momento, dos clases en la sociedad: amos y esclavos.


Después, la sociedad continuará viviendo y experimentando nuevos desarrollos.
Una nueva clase nacerá y crecerá.

Surgimiento de la tercera división del trabajo


Tercera gran división social del trabajo
El desarrollo de la economía mercantil y la ampliación del mercado condicionaron
el surgimiento de la tercera gran división social del trabajo: la formación de la clase
de los mercaderes.
El progreso de la división social del trabajo en las sociedades basadas en la
explotación presenta un carácter clasista antagónico y en parte encuentra su
expresión en el nacimiento y desarrollo de la oposición entre la ciudad y el campo,
entre el trabajo intelectual y el trabajo físico.

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