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AMERICAN HISTORY X

(American History X, EE.UU, 1998)


Dirección: Tony Kaye

Guión: David McKenna

Producción: John Morrissey

Fotografía: Tony Kaye

Música: Anne Dudley

Intérpretes: Edward Norton, Edward Furlong, Beverly D'Angelo, Avery Brooks, Stacy
Keach, Fairuza Balk, Elliot Gould

Sobre la producción

La polémica ha rodeado a "American History X" desde el principio. Primero fue por el
argumento del film, pero luego vinieron los problemas internos. El realizador Tony Kaye
presentó una demanda contra la productura New Line Cinema por no dejarle utilizar un
pseudónimo después que el actor principal, Edward Norton, cambiase su montaje con el fin de
incrementar su tiempo de presencia en la pantalla. El director cree que con los cambios que se
han introducido se viola la concepción de la película ha apelado a la libertad de expresión.
Curiosamente, los resultados de la película que ya se ha estrenado en Estados Unidos le llevan al
director la contraria ya que la película ha cosechado varias nominaciones a los Globos de Oro, y
ha obtenido una nominación al Oscar para Edward Norton en la categoría de mejor actor
principal por el excelente trabajo que lleva acabo en la película.

Edward Norton se dio a conocer en la película de Gregory Hoblit "Las dos caras de la verdad",
donde compartía reparto con Richard Gere, y por la que recibió su primera nominación a los
Oscar como mejor actor secundario. Después trabajaría a las órdenes de Woody Allen en "Todos
dicen I love you" en el que interpretaba al parado novio de Drew Barrymore, y desde entonces
su nombre ha subido como la espuma. Interpretó al abogado incansable en "El escándalo de
Larry Flynt" y últimamente se le ha podido ver como protagonista de "Rounders" junto a Matt
Damon.

¿De qué trata?

"American History X" cuenta la historia de un joven, Edward Furlong, que ve cómo su
hermano mayor- Edward Norton-, al que admira profundamente, se converte en el peligroso líder
de un movimiento local nazi llegando a asesinar de forma brutal. Mientras que el hermano mayor
pasa tres años en prisión por el crimen cometido, el hermano pequeño decide seguir los pasos de
su héroe. Sin embargo, tras cumplir la pena en prisión Norton ve las cosas de forma distinta, y
los que habían sido sus amigos se vuelven en sus enemigos más terribles. Rodada en color y en
blanco y negro en el reparto aparecen junto a Edward Norton y Edward Furlong ("Terminator
2"), Elliot Gould y Beverly D'Angelo. Esta película cuenta con el apoyo de Amnistia
Internacional por llevar una fuerte carga de denuncia contra la violencia, el racismo y el
fascismo.
Cruces y cabezas rapadas

La valiosa interpretación del joven Edward Norton (Las dos caras de la


verdad, Todos dicen I love you) es el ser o no ser de American History X, el
eje sobre el que gira y gracias al que adquiere su sentido.

Entra la película a pecho descubierto en el controvertido y poco conocido


submundo de los neonazis, los cabezas rapadas. Lo hace casi como un
elefante en una cacharrería, con un relato muy elemental que seguramente
simplifica en exceso las razones y circunstancias del problema que aborda.
Sin embargo, hay algo paradójico entre la simpleza del argumento y la fuerza sorprendente que
tiene el filme, entre lo increíble -o al menos discutible- de algunos supuestos en los que se apoya
el guión y lo real y transparente de sus conclusiones.

No entra de verdad en los porqués: ¿Por qué muchos jóvenes rapan sus cabezas, se calzan botas
militares, se pintan esvásticas y creen a pies juntillas que todo va mal y que los culpables son los
inmigrantes, los negros y los judíos? En el filme se apuntan los prejuicios que transmiten los
padres, la presencia de un adulto loco que provee de ideología a los cabecillas... Esto no parece
en todo caso una respuesta, sino un simple traslado de la incógnita a la generación anterior.
Parece también en exceso simplista que la transformación del protagonista -sobre la que se
vertebra el filme- se deba sólo a su paso por la cárcel, donde prueba su propia medicina.

“Tragar” ideología

Frente a estos puntos débiles están algunas claves que sí apunta: la


presencia de la violencia en la calle, la desmembración de la familia, la
estrechez de miras de muchos jóvenes y su facilidad para tragar
ideología...

Está también la briosa dirección del debutante Tony Kaye. Pese al uso en
ciertos momentos de extrañas lentes -grandes angulares, por ejemplo-,
imágenes ralentizadas e inverosímiles ubicaciones de la cámara
-reminiscencias de su formación en la publicidad-, narra la historia con pulso firme, dosificando
la violencia y sin otros excesos que los mencionados. La mezcla del color y del blanco y negro,
aunque poco sutil y bastante evidente, se muestra alfinal muy eficaz.

Pero lo más importante es, como ya se ha dicho, la presencia de Edward Norton. El consigue
hacer creíble un personaje que de otro modo sería poco menos que insostenible. Su
interpretación, sobria e inteligente, incluso hasta contenida, sirve además para arrastrar al resto
del reparto, que en todo momento resulta verosímil.

No puede buscarse en American History X un documento irreprochable y detallado sobre el


problema de las ideologías violentas. Más bien, se trata de un relato a propósito del asunto que
trata de ser verosímil, aportar algunos datos y mover quizá a una reflexión.
Y en este aspecto sí funciona.

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