RESUMEN

El presente trabajo resume la vida del

filósofo, escritor, botánico, músico y
naturalista suizo Jean Jacques
Rousseau. Además se realiza un
breve análisis de los aportes que este
realizo durante el siglo de las luces y
como influenció en unas de las
ideologías más importantes en tiempos
contemporáneos, el liberalismo.

AUTORES
Aguirre Cahua, Manuel
Calixto Lastra, Diana
Kong Cuarez, Ricardo
JEAN JACQUES Mendoza Villanueva, Emanuel
Parinango Crispín, Brenda

ROUSSEAU
 Jean Jacques Rousseau
Jean Jacques Rousseau nació el 28 de junio de 1712 en Ginebra,
Suiza. Fue un filósofo, escritor, botánico, músico y naturalista de la
ilustración. Su padre, Isaac Rousseau, fue relojero y formó parte de un
grupo de artesanos en el barrio de Saint-Gervais. Suzanne Bernard,
quien fue su madre, murió una semana y media después de darle la
vida. Esto ocasionó que su crianza fuera responsabilidad de su tía
materna y su padre. Este último leía con el pequeño Rousseau
novelas e historias que avivaron su curiosidad por la cultura. Vivió en
Ginebra hasta los 16 años, ciudad que tuvo que abandonar por los
abusos y maltratos que recibía en su trabajo como asistente de un
notario. Tras abandonar la ciudad, el siguiente destino de Rousseau,
fue Vevey, lugar donde fue acogido por la baronesa de Warens, de
quien además fue amante.

Rousseau fue de religión calvinista, pero durante su estancia con la

Baronesa de Warens, es convencido de cambiar sus preferencias por
el catolicismo. La estancia de Rousseau en Vevey fue importante,
debido a que es justo en Vevey donde emprende su camino hacia la
adquisición del conocimiento a través de una educación autodidacta.

En 1742, Rousseau decide dejar Vevey y partir hacia Francia,

donde colabora junto a D’Alambert y Diderot en la enciclopedia que
desarrollaban. Además de Filósofo, Jean Jacques tenía un gran apego
hacia la música, profesión que ejercería y que motivó su viaje a
Francia.

Este pensador protagonizó una reacción contra el exceso de

racionalismo de la Ilustración. Sus críticas se dirigieron no sólo contra
el Antiguo Régimen, sino también contra el nuevo modelo de sociedad
egoísta y competitiva que se estaba abriendo camino. Para él la razón
no es la única fuente de conocimiento ni la más importante; los
sentimientos, las sensaciones son también elementos de la
aprehensión de la realidad.

Dentro de las obras y publicaciones más importantes realizadas por

Rousseau, en primera instancia encontramos su “Discurso sobre las
ciencias y el arte”, discurso escrito para un concurso convocado por la
Academia de Dijon en 1750, y cuya importancia reside en que, es
gracias a este discurso que Rousseau comenzó a ganar mayor
reconocimiento entre sus contemporáneos.

En 1754, regresa brevemente a Ginebra, donde restaura su fe en el

protestantismo, con el único motivo de poder adquirir sus derechos
como ciudadano ginebrino. Es aquí además, donde escribe su nuevo
discurso “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los
hombres” que presenta nuevamente para el concurso convocado por
la Academia de Dijon en 1755. En este escrito, Rousseau desarrolla
su teoría sobre el estado de naturaleza, que además termina siendo
una respuesta a sus similares, Hobbes y Locke, que tenían
conceptualizaciones propias acerca del hombre en su estado de
naturaleza.

Para Hobbes, el hombre en su estado de naturaleza siempre se

encuentra en una constante guerra de todos contra todos, donde solo
el más fuerte y capacitado termina sobreponiéndose a los otros.
Hobbes justifica su ficción filosófica teorizando que el hombre realiza
esta actividad únicamente por instinto. Locke, por el contrario, teoriza
que el hombre en su estado de naturaleza es un ser bueno, solidario,
pero que con la aparición de los bienes, y por ende la propiedad,
termina adoptando una conducta egoísta y antisocial. Rousseau, ante
estas ficciones, responde también teorizando sobre el hombre en su
estado de naturaleza, donde para él, el hombre nace bueno, pero
ingenuo, y que a través de los distintos escenarios que se le van
presentando, este va aprehendiendo lo malo. Rousseau hace de
manifiesto, que el hombre debe volver a su estado de naturaleza, pero
que para lograrlo, debe hacerlo a través de un contrato, un contrato
social, donde el hombre pueda volver a sus orígenes, pero sin
ingenuidad.

En 1762, Rousseau publica dos de sus obras más importantes,

“Emilio o de la Educación” y “El Contrato Social”. Emilio es una obra
de carácter pedagógico, es decir, tiene como eje central la educación.
En esta obra, Rousseau redacta una serie de consejos para la
educación de los niños.