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LA SEMIOLOGÌA

La semiología o semiótica (del griego: σημειωτικός, "simiotikos") es la ciencia derivada de


la filosofía que trata de los sistemas de comunicación dentro de las sociedades humanas,
estudiando las propiedades generales de los sistemas de signos, como base para la comprensión
de toda actividad humana. Aquí, se entiende por signo un objeto o evento presente que está en
lugar de otro objeto o evento ausente, en virtud de un cierto código.1

El fenómeno de la semiosis es la instancia donde "algo significa algo para alguien" y es por lo tanto
portador de sentido. Se debe aclarar que la significación se realiza como condición de la semiosis
de la que Morris (1938) distingue: vehículo sígnico (signo), designatum (lo designado);
interpretantes (consideraciones del intérprete) y el intérprete mismo. Estos tres (o cuatro
elementos si consideramos a este último) en el marco de un sistema llamado lenguaje, que al decir
de Morris es todo "conjunto de signos más un conjunto de reglas"; señala las dimensiones que
constituyen un lenguaje.

La semiótica distingue entre la denotación y la connotación; entre claves o códigos y los mensajes
que transmiten, así como entre lo paradigmático y lo sintagmático (Eagleton, 1994).

Estas dimensiones dan origen a disciplinas homónimas que rigen las relaciones entre signo y cosa
designada: la semántica; relaciones entre signos: la sintáctica; y entre signos y sus condiciones de
uso: la pragmática. Esto es, desde las dimensiones se analizan los fenómenos, objetos y sistemas
de la significación, de los lenguajes y de los discursos en los diferentes lenguajes en tanto procesos
a ellos asociados (producción e interpretación). Toda producción e interpretación del sentido
constituye una práctica significante, un proceso de semiosis que se vehiculiza mediante signos y se
materializa en textos.

Algunos autores suelen indicar una distinción entre semiótica y semiología como postulando
campos de estudios diferentes, problemática superada en el Tratado de Semiótica General
de Umberto Eco, en donde este autor minimiza la cuestión dado que todo signo se construye de
naturaleza social aunque no todos lo son. [cita requerida] Cabe separarlas también de la llamada teoría
de la información y de la comunicología o ciencia que estudia los sistemas de comunicación dentro
de las sociedades humanas y la hermenéutica o disciplina que se encarga de la interpretación de
los textos. La peculiaridad del enfoque semiológico responde al siguiente interrogante: "¿Por qué
y cómo en una determinada sociedad algo —una imagen, un conjunto de palabras, un gesto, un
objeto, un comportamiento, etc.— significa?".2

Índice

 1Introducción

 2Historia

 3Desarrollo

 4El signo en semiótica


 5Semiótica como metaciencia

 6La semiología frente a la semiótica

 7Función de la semiología

 8Ramas

 9Semiótica en el teatro

 10Autores destacados de la semiótica por escuelas

 11Véase también

 12Referencias

 13Bibliografía (en español e inglés)

 14Enlaces externos

Introducción[editar]

La luego denominada semiótica, como campo disciplinar, constituía una de las ciencias integradas
en la Lingüística. Comenzó su desarrollo sistemático en la década del sesenta, pero sus atisbos se
encontraban ya en el Curso de lingüística general del suizo Ferdinand de Saussure, publicado
póstumamente por sus discípulos en 1913, dentro de una corriente epistemológica
denominada estructuralismo saussure-hjelmsleviano que obtuvo una fuerte impronta de esta
disciplina lingüística porque sus autores fundamentales fueron filólogos y lingüistas
como Ferdinand de Saussure, Louis Hjelmslev, Roman Jakobson y Ludwig Wittgenstein.

Eagleton (1994) considera el estructuralismo como un método de investigación que puede


aplicarse a toda una gama de objetos, desde partidos de fútbol hasta sistemas de producción en el
terreno económico, mientras que la semiótica se refiere más bien a un campo particular de
estudio, el de los sistemas que en cierta forma ordinariamente se considerarían signos poemas,
cantos de pájaro, señales de semáforos, síntomas médicos, etc. No obstante, ambos términos se
convergen, ya que el estructuralismo estudia lo que no puede ser considerado como un sistema de
signos, mientras que la semiótica comúnmente aplica métodos estructuralistas.

Asimismo, un análisis estructuralista debe procurar aislar el conjunto de leves subyacentes por las
cuales los signos se combinan y forman significados (Eagleton, 1994).

El lingüista Ferdinand de Saussure, a comienzos del Siglo XX, había concebido la posibilidad de la
existencia de una ciencia que estudiara los signos «en el seno de la vida social», a la que
denominó semiología, del griego semeion ("signo"). Posteriormente otro lingüista, el danés Louis
Hjelmslev, profundizó en esta teoría y elaboró su sistemática formalización dentro
del paradigma estructural, que bautizó como glosemática en sus Prolegómenos a una teoría del
lenguaje (1943), sentando un conjunto de principios que servirán de fundamento teórico y
epistemológico a ulteriores desarrollos de la semiótica estructuralista. A estos autores agregó sus
aportaciones también otro famoso lingüista, el ruso Roman Jakobson, y el austríaco Ludwig
Wittgenstein, quien puso las bases de la pragmática lingüística al declarar que "el significado es el
uso".
Saussure consideraba el lenguaje como un sistema de signos que debía ser estudiado
sincrónicamente y no diacrónicamente. Cada signo debía considerarse como constituido por un
significante (un sonido-imagen o su equivalente gráfico), y un significado, es decir, el concepto u
objeto al que representaba (Eagleton, 1994).

Con independencia de este desarrollo europeo, otra línea de investigación semiótica se desarrolló
sobre los escritos que dejó el filósofo y lógico estadounidense Charles Sanders Peirce, lo conocido
como semiótica anglosajona, semiótica lógica o semiótica a secas. En su desarrollo teórico, Peirce
toma como objeto de estudio a la semiosis, proceso en el cual se daba la cooperación de tres
instancias (o subjects):

 El representamen, o signo en sí, es decir, una manifestación material y perceptible que


representa a otro objeto.

 El objeto, que es aquello representado, esto es, aquello de lo que el signo da cuenta.

 El interpretante, o sentido que el signo produce y que se traduce en otro signo o


representamen.

Así pues, el signo es para él el producto de esta dinámica de semiosis, que la semiología europea
designaba con otra terminología, respectivamente, significante, referente y significado, lo que
luego se denominó triángulo de Ogden y Richards, estructura que integra estos tres elementos
que configuran cualquier signo y que puede desfigurarse por fenómenos como la sinonimia,
la homonimia, la polisemia, etc., de forma que el triángulo puede transformarse en un rombo, un
segmento, etcétera.

Profundizando en la clasificación de los signos, Peirce llegó a la convicción de que estos podían
clasificarse por la relación que guardaban estos elementos entre sí en tres tipos determinados:

 Icónicos o iconos, cuyo representamen o significante guarda una relación de parecido con
su objeto o referente: mapas, caricaturas, croquis...

 Indicios o indicadores, cuyo representamen o significante guarda una relación natural o


de causa-efecto con el objeto o referente: el humo como signo de fuego, el llanto como
signo de emoción intensa (tristeza o alegría).

 Símbolos, aquellos signos en los que la relación entre representamen o significante y


objeto o referente no es de semejanza ni natural o de causa-efecto, sino arbitraria,
convencional, pactada en el seno de una sociedad: el himno nacional, la bandera, la mayor
parte de los vocablos de las lenguas naturales salvo las onomatopeyas sonoras del
lenguaje oral o visuales del lenguaje escrito (caligramas, por ejemplo).

Historia[editar]

La importancia de los signos ha sido reconocida en gran parte de la historia de la filosofía y en la


psicología. Platón y Aristóteles ya exploraron la relación entre los signos y el mundo. Sus teorías
han tenido un efecto duradero en la filosofía occidental, especialmente a través de la filosofía
escolástica. El estudio general de los signos que comenzaron en latín con Agustín y culminó con el
Tractatus de Signis de John Poinsot en 1632. Y comenzó de nuevo, en la modernidad, con el
intento por Charles Peirce de elaborar una "nueva lista de categorías", en 1867.

Más recientemente, Umberto Eco, en Semiótica y filosofía del lenguaje (1984), ha argumentado
que las teorías semióticas están implícitas en el trabajo de la mayoría, quizás todos, de los
pensadores importantes.

Desarrollo[editar]

Diversas corrientes semióticas que pertenecían al estructuralismo se gestaron en la década del


sesenta. Estos abordajes difirieron en cuanto a qué rama de este paradigma se adscribían, a la
selección que operaban sobre el campo de estudio, los propósitos que las animaron y la
metodología que utilizaban.

El primer esbozo lo constituye la Semiología de la Comunicación, corriente enmarcada en el


saussuro-funcionalismo que se proponía estudiar los sistemas de signos convencionalizados no
verbales, cuya función era la de comunicar. Es decir, sistemas de comunicación diferentes de la
lengua natural.

En su análisis de los cuentos maravillosos rusos (particularmente de las vilinas), que, andando el
tiempo, originaría la disciplina denominada narratología, Vladimir Propp, clasificado dentro
del formalismo ruso, encontró homologías y regularidades que remitían a
una estructura arquetípica común expresa en variantes. Entre dichas regularidades se encontraba
su análisis de tres tipos de pruebas:

 Calificante

 Decisiva

 Glorificante

Existía asimismo un personaje o función constante, el héroe (agonista o protagonista), al que se le


pedía un objeto de valor y, para lograrlo, antes debía adquirir la competencia necesaria. Propp la
llamó prueba calificante. Después de haberse calificado, el héroe era capaz de pasar pruebas
difíciles (prueba decisiva) que conducían a su reconocimiento como héroe y a la adquisición del
objeto de valor (prueba glorificante).

Otro de los aportes hechos por Propp fue la propuesta de la estructura polémica: junto a la
historia del héroe, aparece el antagonista o traidor, quien, en la búsqueda del mismo objeto de
valor, genera una confrontación. Y la estructura contractual, que Propp representa como un
contrato en que un destinatario se compromete a realizar una serie de pruebas (o perfomances)
por petición u orden de un mandador o destinador. Cuando finaliza las pruebas del destinatario, el
destinador reconocerá y sancionará el resultado de las pruebas (sanción).

Otras aportaciones a la teoría semiológica son las hechas por Georges Dumézil y Claude Lévi-
Strauss, este último más bien desde el campo de la antropología, quienes habían planteado la
existencia de ciertos patrones o constantes en las estructuras profundas de sus disciplinas. Lévi-
Strauss, en su análisis estructural del mito de Edipo, consideraba que había una organización de
contenidos que podía ser formulada por categorías binarias de oposiciones, a través de un
análisis paradigmático. También se puede citar la obra de Yuri Lotman y su aportación al definir el
concepto de la semiosfera, donde la comunicación está definida como un acto de traducción,
estructurado por la cultura.

Algunos autores han definido la semiótica como la ciencia que estudia todos los sistemas de signos
en general, incluyendo al lenguaje humano. Es necesario recalcar que el lenguaje humano es el
sistema de signos más potente y complejo que existe (al menos para el hombre) de modo que
todos los demás sistemas de signos son traducibles a él, pero no al contrario, que se sepa. Por
tanto, el signo lingüístico es comprendido como la asociación más importante en la comunicación
humana.

Por otra parte, la semiótica puede entenderse también, según autores como José Carlos Cano
Zárate, como una de las ciencias sociales que analiza el comportamiento y funcionamiento del
pensamiento y busca una explicación de cómo el ser humano interpreta el contexto y entorno
social y dónde crea conocimiento y aprendizaje sobre la base de sus experiencias y lo comparte de
generación en generación.

El signo en semiótica[editar]

El signo, en su definición nuclear es un elemento dotado de unidad y carga informativa, tiene una
naturaleza diversa, pues signo es la letra, el gesto, el canto del pájaro, el olor, un sonido…

El signo, heterogéneo e infinito, es indesligable del sujeto cognoscente, entendido en el marco de


una aproximación preliminar a la Semiótica, como sujeto dotado de sentidos e inteligencia. Los
cinco sentidos (vista, oído, olfato, gusto, tacto) sumados a la inteligencia conforman el entramado
o mecanismo que permite las dos grandes actividades que fundamentan la función del signo:
actividad de recepción y actividad de producción. Actividades nucleares y constantes, el canal
siempre está abierto, que, en suma e interrelación, dan lugar al macro fenómeno denotado a
través del término “comunicación”. Un fenómeno que es posible debido a que los signos, unitarios
por definición, establecen relaciones combinatorias con otros signos mediante reglas más o menos
fijas dando lugar a códigos estructurados o lenguaje.

En consecuencia, la Semiótica, como ciencia que estudia el signo, germen del lenguaje, y del
pensamiento, se relaciona de forma inmediata con la Lingüística y las Neurociencia, como
también, a raíz del protagonismo del signo en el macro fenómeno comunicativo, la semiótica es
una metaciencia que, por un lado, subyace a todo conocimiento y a toda actividad científica y, por
otro, se edifica sobre un campo de estudio interdisciplinar cuyo alcance es extensible sin
excepción a cualquier conocimiento y actividad humana.

Semiótica como metaciencia[editar]

Charles Morris consideraba que la Semiótica tenía una doble relación con la ciencia, de manera
que era una ciencia más y un instrumento para estudiar al resto de ciencias; una metaciencia por
tanto. Consideraba que sólo a través del estudio del sistema de signos en que se basa una ciencia
se puede sistematizar, purificar y simplificar, para liberar al hombre de todas las imperfecciones
que acarrea el utilizar el lenguaje.

La semiología frente a la semiótica[editar]


La semiología se identifica con la lingüística en cuanto abarca sistemas de signos puramente
humanos, entre ellos los verbales, pero también sistemas de signos no verbales pero igualmente
humanos, como los códigos de los gestos, la vestimenta etc. que son propios de la vida social. Una
escuela de la misma, la semiología rusa o formalismo ruso, se aplicó al análisis de las artes y la
cultura.

Función de la semiología[editar]

Semiología es la ciencia que estudia sistemas de signos: códigos, lenguas, señales, entre otras. Esta
definición abarca todos los sistemas de signos: las lenguas de signos de los sordos, las señales de
tráfico, los códigos, el alfabeto Morse, etc.

El lenguaje se exceptúa de esta definición, debido a su carácter especial, y por ello, la semiología
se puede definir como “el estudio de los sistemas de signos no lingüísticos”. El estudio de los
signos es indispensable para nuestra comunicación, para nuestra necesidad de expresión e
interpretación de los complejos mensajes de nuestro entorno. Vivimos en un mundo de signos,
por ello la Semiología es fundamental para establecer la diferencia entre términos que se usan
indistintamente como signo, índice, icono, símbolo, señal. Cuando una persona desea comunicarse
utiliza alguna forma para poder expresarse, tomando como referencia la forma de expresión
entendible por los demás tal como: hacer gestos, escribir, hablar, dibujar, etcétera, por lo tanto el
signo, gesto, expresión, que quiera transmitir se le llama referente, mientras que la interpretación
de quien recibe el mensaje es denominada representación.

La semiología médica, por el contrario, estudia y clasifica una tipología de síntomas que ayuda a
determinar qué enfermedad se padece.

La semiótica de Charles Peirce o semiótica peirciana tiene como propósito elaborar una teoría
general de los signos que los clasifique e identifique.

Por último, y para evitar tanta confusión terminológica, en 1969 la Asociación Internacional de
Semiología, reunida en Venezuela, acordó englobar todas en la denominación semiótica. Así,
confundir semiología con semiótica es tan errado como confundir símbolo con icono.

Ramas[editar]

La Semiología, tiene muchos campos, como por ejemplo:

 semiología clínica (estudio de los signos naturales a través de los cuales se manifiesta
la enfermedad),

 zoosemiótica (para la comunicación animal),

 cibernética (para la comunicación de las máquinas),

 biónica (para la comunicación de las células vivas), etcétera.

 biosemiótica

 semiótica computacional
 semiótica cultural y literaria

 semiología musical

 semiótica estética

 semiótica visual

 estructuralismo y postestructuralismo

 semiótica urbana

 semiótica social

 semiótica de la diversión (ludosemiótica)

 semiótica del amor

 semiótica de las pasiones

 semiótica tensiva

Semiótica en el teatro[editar]

Artículo principal: Semiótica en el teatro

Autores destacados de la semiótica por escuelas[editar]

 Escuela americana: Charles W. Morris - Rudolph Carnap - Thomas A. Sebeok - Umberto Eco

 Escuela europea o francesa: Eric Buyssens - Louis Hjelmslev - Luis Jorge Prieto - Roland
Barthes - Algirdas J. Greimas - Jacques Fontanille

 Escuela derivada de la Teoría de la Comunicación y la Información: Claude E.


Shannon - Collin Cherry - Doede Nauta - Andrei N. Kolmogorov - Sebastian K. Saumjan

Véase también[editar]

 Lingüística

 Filosofía del lenguaje

 Nombre

 Semántica

 Cuadrado semiótico

 Semiosis

 Iconografía

 Iconología

 Simbología

 Hermenéutica
Referencias[editar]

1. ↑ ¿Semiótica o Semiología? Algo más que una cuestión terminológica

2. ↑ Magariños de Morentin, Juan Angel (1996). Los fundamentos lógicos de la


semiótica y su práctica. Buenos Aires: Edicial.

Bibliografía (en español e inglés)[editar]

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