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MOVIEMTO DE REFORMA 2
R.S. 02/65 PERSONERIA JURIDICA. Nº127474 NIT.103089325 LA PAZ- BOLIVIA
LECTURA CENTRAL: “No está el discípulo por encima del maestro. Todo el que esté bien formado, será como su maestro”.
Lucas 6:40
OBJETIVO: Demostrar bíblicamente que la formación del liderazgo que necesita nuestra iglesia radica en el discipulado,
donde un líder forma a otro líder, en el contexto de un grupo pequeño, enmarcado en el modelo de Cristo.
IDEA CENTRAL: El Maestro seleccionó a doce hombres comunes y corrientes, e invirtió en ellos su tiempo, sabiduría y
esfuerzo; para perfeccionarlos como líderes con caracteres útiles al reino de Dios.
PREGUNTA UNIFICADORA:
I. INTRODUCCIÓN.
Desde los comienzos mismos de su ministerio público en su ciudad natal de Nazaret, Jesús fue un personaje
tremendamente controversial, y ésta forma de liderazgo le suscitó muchos enemigos. Podemos notar estas controversias
en las siguientes acciones de Jesús:
Todos esperaban que el Maestro escogería para ser sus discípulos a hombres inteligentes, bien educados,
elocuentes, carismáticos, de buena apariencia, etc. Pero para decepción de las mayorías Jesús no hizo eso, Él
escogió a doce hombres comunes y corrientes como tú y yo, hombres con defectos de carácter, carentes de
educación y desconocidos. Ésta forma de proceder de Jesús enfureció a los líderes religiosos de aquellos días, pero
agradó a Dios.
Todos esperaban que el Maestro formaría a sus discípulos a la manera tradicional, con los métodos
convencionales de las escuelas de líderes de aquellos días. Pero para decepción de las mayorías Jesús no hizo eso.
Él educó a los doce según los principios de su reino que son diametralmente opuestos a los paradigmas de la
educación de aquellos días y también de nuestros días.
II. DESARROLLO.
En este estudio veremos progresivamente cómo es que Jesús formó y perfeccionó a doce hombres comunes y corrientes
en líderes extraordinarios, doce hombres comunes y corrientes que gracias a la educación del Maestro Divino,
trastornaron el mundo hasta nuestros días.
Jesús nos enseñó que el punto de partida en la formación de líderes para el reino de Dios radica en que todo verdadero
discípulo de Jesús debe reconocer su condición caída, debe estar consciente de su estado pecaminoso, desprovisto de la
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gracia de Dios. Y que debido a esa naturaleza pecaminosa, un líder debe siempre LUCHAR día tras día y momento tras
momento con las tentaciones propias del liderazgo.
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El Maestro escogió a doce hombres comunes y corrientes, pero que en un futuro serían doce siervos
ejemplares con un carácter cristiano. Jesús trabajó en el carácter de sus discípulos para que pudieran
superar tanto la SOBERBIA, AUTOSUFICIENCIA, y CODICIA, pasados los años los discípulos lograron gracias
al poder de Dios vencer estas tentaciones propias del liderazgo, todos excepto uno; Judas, quien al final
traicionó a su maestro. La razón de la apostasía de Judas es que él acogió en su corazón la CODICIA, la
AUTOSUFICIENCIA y la SOBERBIA.
Dice nuestro texto central: Lucas 6:40 RV “Él discípulo no es superior a su Maestro”. Y de este texto hemos
derivado tres tentaciones frecuentes y poderosas propias del liderazgo, de las cuales debemos tener
extremo cuidado.
Pero, ¿Qué pasaría si un líder es vencido por estas tentaciones: la SOBERBIA, AUTOSUFICIENCIA y la
CODICIA?
Y ¿Qué pasaría si por desgracia estamos bajo el liderazgo de alguien que es: SOBERBIO, AUTOSUFICIENTE y
CODICIOSO?
Lucas 6:39 “¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?
Que Dios nos libre de ser dominados por estas tentaciones y de ser guiados por líderes réprobos que
acarician semejantes defectos.
En este estudio estamos analizando progresivamente cómo es que Jesús formó y perfeccionó a doce hombres comunes y
corrientes en líderes extraordinarios, doce hombres comunes y corrientes que gracias a la educación del Maestro Divino,
trastornaron el mundo hasta nuestros días.
Jesús nos enseñó que el punto de partida en la formación de líderes para el reino de Dios radica en que todo verdadero
discípulo de Jesús debe reconocer su condición caída, debe estar consciente de su estado pecaminoso, desprovisto de la
gracia de Dios. Y que debido a esa naturaleza pecaminosa, un líder debe siempre APRENDER día tras día y debe ser
EDIFICADO momento tras momento por su Maestro.
Los Discípulos todavía necesitaban enseñanza y quedaba poco tiempo. Habían abandonado todas las cosas en
las que eran expertos. Habían renunciado a cuanto sabían para recibir adiestramiento para algo acerca de lo cual
no tenían aptitudes naturales.
Pero cuando abandonaron sus trabajos, de ninguna manera se transformaron en ociosos. Se convirtieron en
estudiantes de tiempo completo, aprendices, discípulos. Los siguientes dieciocho meses de sus vidas estarían
ocupados con adiestramiento aún más intensivo, la mejor enseñanza que ningún seminario podría jamás ofrecer.
Tenían constantemente ante ellos el ejemplo de Cristo.
Es interesante observar que la Escritura no encubre sus defectos. Porque no se trata de proyectarlos como
luminarias supersantificadas. Si tal hubiera sido el caso, no habría habido razón para dejar constancia de sus
flaquezas de carácter. Pero en lugar de disimular sus defectos, la Escritura parece querer destacar sus debilidades
humanas. Es un recordatorio magnífico de que “[nuestra] fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino
en el poder de Dios” 1 Corintios 2.5.
A continuación mencionamos brevemente las áreas de trabajo del discipulado. El Maestro seleccionó a doce
hombres comunes y corrientes, e insistió mucho en estas áreas; invirtió en ellos su tiempo, sabiduría y esfuerzo;
para perfeccionarlos como líderes con caracteres útiles al reino de Dios.
Su carencia de entendimiento espiritual se evidenciaba en que eran lentos para oír y lentos para entender.
En muchas oportunidades eran densos, necios, torpes y ciegos. El Nuevo Testamento usa todos estos
términos o sus equivalentes para referirse a ellos.
“¿También vosotros sois aún sin entendimiento? ¿No entendéis aún?” Mateo 15:16-17; cf. 16.9.
“¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer...!” Lucas 2 4.2 5.
Los evangelios no ocultan las deficiencias de estos doce hombres comunes y corrientes, pero al mismo
tiempo resaltan el hecho de que Jesús no se desilusionó con ellos, no los despidió, Él fue un maestro
paciente, decidido a edificar en sus discípulos el entendimiento espiritual.
Aquí la palabra clave es la persistencia. Un buen líder no se forma en 3 o 5 años, este proceso de edificación
dura toda una vida.
Un segundo problema que hizo difícil el proceso de aprendizaje para los discípulos es que no eran humildes.
Eran personas que se preocupaban solo de sí mismas, se centraban en sus propios intereses, eran codiciosos
y orgullosos.
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Los evangelios muestran estos episodios claramente
Pasaron una enorme cantidad de tiempo discutiendo cuál era el más importante entre ellos. Mateo
20.20-28.
En una ocasión nadie quiso lavar los pies a los demás, y fue el Maestro que les lavó los pies a ellos.
Estos doce hombres comunes y corrientes, no solo carecían de entendimiento y de humildad, sino que
también carecían de fe.
Solo en el Evangelio de Mateo Jesús les dice cuatro veces: “Hombres de poca fe” (6.30; 8.26; 14.31;
16.8).
En Marcos 4:40, les pregunta: “¿Cómo no tenéis fe?”
Al final del Evangelio de Marcos, después de haber pasado meses de aprendizaje intensivo con
Jesús, e incluso después que Él hubo resucitado de los muertos, Marcos escribe: “Y les reprochó su
incredulidad y dureza de corazón” Marcos 16:14.
El maestro siguió haciendo milagros y hechos portentosos. Los milagros no eran primeramente para
el beneficio de los incrédulos; la mayoría de sus milagros los hizo deliberadamente “en presencia
de sus discípulos” de modo que la fe de ellos pudiera ser fortalecida, Juan 20:30.
Mientras las multitudes estaban alborozadas y se multiplicaban los milagros, ellos estaban
emocionadísimos. Pero cuando los soldados irrumpieron en el huerto para arrestar a Jesús, lo
abandonaron y huyeron (Marcos 14:50).
El líder del grupo terminó negando a su Maestro y jurando que jamás había visto a tal hombre.
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Intercediendo por ellos en oración. Juan 17 dice cómo oró Jesús para que se mantuvieran fieles y
el Padre pudiera llevarlos al cielo (v. 11-26).
En sus propias fuerzas, eran débiles e indefensos, especialmente cuando tenían que enfrentar al
enemigo. Hubo ocasiones cuando trataron pero no pudieron echar fuera demonios.
Su falta de fe los inhabilitó para manejar el poder que estaba a su disposición.
El día de Pentecostés envió al Espíritu Santo para que habitara en ellos y les diera poder. A sí se los
había prometido cuando les dijo: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría, y hasta lo último de la
tierra” Hechos 1:8.
Esa promesa se cumplió poderosamente.
En este estudio estamos analizando progresivamente cómo es que Jesús formó y perfeccionó a doce hombres comunes y
corrientes en líderes extraordinarios, doce hombres comunes y corrientes que gracias a la educación del Maestro Divino,
trastornaron el mundo hasta nuestros días.
Jesús nos enseñó que el punto de partida en la formación de líderes para el reino de Dios radica en que todo verdadero
discípulo de Jesús debe reconocer su condición caída, debe estar consciente de su estado pecaminoso, desprovisto de la
gracia de Dios. Y que debido a esa naturaleza pecaminosa, un líder debe siempre MIRAR A LA META día tras día y debe
AVANZAR momento tras momento a ser semejante a su Maestro.
1. UN LIDER CON UNA VISION. S. Juan 17:18 “Cómo tú me envíate al MUNDO, así yo los he enviado al
MUNDO”
La visión describe como queremos ver el mundo en el futuro, que obviamente tiene que ser diferente de
cómo lo vemos ahora. Es una descripción del mundo ideal desde una determinada perspectiva. La visión
sirve como la meta a donde queremos llegar. La visión pinta el mundo en el futuro como queremos verlo.
La palabra clave aquí es el MUNDO.
3. UN LIDER ORGANIZADO.
Lucas 24:50,51 “Y los sacó afuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. Y aconteció que
bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo”.
La pregunta es obvia: ¿Por qué Jesús el Maestro no se quedó por más tiempo?
Su ministerio duro alrededor de tres años, ¿acaso no es muy poco ese tiempo?
Había muchos lugares a los cuales el Maestro no fue, ¿por qué se fue tan pronto?
Había muchas personas dispuestas a aprender, él podía escoger otros doce hombres y así armar
otro equipo, ¿por qué no se quedó a enseñar a otros?
Habían muchas necesidades que suplir: enfermos, esclavos, pobres, ignorantes, etc. ¿por qué no se
quedó al menos diez años más?
Podemos increpar abundantemente al respecto, pero lo cierto es que no tendremos la razón. Jesús es y será
siempre un Maestro sabio, sus tiempos son perfectos, sus métodos son los mejores, su plan y cronograma
de actividades están amparados en su omnisciencia. Sencillamente, al separarse de sus discípulos, hizo lo
que un buen líder hace:
Preparar discípulos
Delegar responsabilidades
Dar oportunidades de ministrar
Aclarar la visión
Enviarlos con una misión.
Jesús fue un Maestro organizado y responsable, porque en su ausencia dejó a doce hombres entrenados
por él, y bajo la autoridad del Espíritu Santo.
4. UN LIDER SIERVO
Marcos 10:45 “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos”.
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En filipenses 2 tenemos dos mandatos en los versículos 3 y 4.
v.3 considera a todos los demás como más importantes que tú.
v.4 vive preocupándote por las necesidades de otros.
Luego nos dice, si haces esto, tendrás la mente de Cristo.
III. CONCLUSIÓN.
El Maestro primeramente delineó claramente su metodología en la formación de líderes, e hizo un contraste entre:
Formar líderes a la manera hombre-céntrica, donde la persona del líder es el más importante.
Formar líderes a la manera Dios-céntrica, donde la persona de Dios es más importante.
El Maestro seleccionó a doce hombres comunes y corrientes, e invirtió en ellos su tiempo, sabiduría y esfuerzo; para
perfeccionarlos como líderes con caracteres útiles al reino de Dios. Nuestro texto central advierte:
“No está el discípulo por encima del maestro. Todo el que esté bien formado, será como su maestro”. Lucas 6:40
El Maestro nos enseñó que si queremos ser sus discípulos, debemos vencer las tentaciones propias del
liderazgo que son: soberbia, autosuficiencia, codicia.
El Maestro nos enseñó que si querremos ser sus discípulos, debemos ser formados y adiestrados en:
entendimiento espiritual, humildad, fe compromiso y poder.
El Maestro nos enseñó que si querremos ser sus discípulos, debemos apuntar hacia la meta, que consiste en
ser como Jesús y adoptar sus infalibles métodos, provistos siempre con una: visión, misión, organización y
servicio.
IV. LLAMADO.
Alguna vez te has preguntado ¿cuál es el propósito de Dios para tu vida?
Esa era la misma pregunta que se hacían aquellos doce hombres comunes y corrientes hace dos mil años atrás. Nadie
esperaba algo grandioso de ellos, pero los planes de Dios son insondables y asombrosos.
Un día un Maestro diferente de todos los demás vino a ellos, se les acercó, y con autoridad divina les hablo:
“Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron”
Marcos 1:17