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Ideas equivocadas sobre la depresión

Los tranquilizantes y los antidepresivos crean adicción. Todos hemos


escuchado en algún momento esta afirmación. Sin embargo, no hay
evidencia de que los antidepresivos creen dependencia y, en el caso de los
tranquilizantes y sedantes, la mayoría no son adictivos, como mucho pueden
plantear un "efecto retirada" (cuando se suspende el tratamiento).
La depresión es un trastorno muy frecuente caracterizado por una
perturbación del estado de ánimo en la que predomina un sentimiento de
tristeza sin razón aparente, y que casi siempre se acompaña de ansiedad.
Según la Sociedad Española de Psiquiatría, afecta a una de cada 5
mujeres y a uno de cada 10 hombres; sólo en España hay entre 1.200.000
y 1.500.000 enfermos diagnosticados.
Al igual que ocurre con otras patologías, son muchos los mitos que hay en
torno a la depresión. Los expertos desmienten algunos de los más
populares.

La psicoterapia cura la depresión.


FALSO. No hay ningún estudio que demuestre que las técnicas
psicológicas erradican una depresión mayor. Sin embargo, son muy útiles
en las personas que sufren ciertos síntomas depresivos, como
los trastornos de adaptación (efectos de alguna circunstancia personal
adversa). En los casos de depresión mayor lo único que se ha demostrado
eficaz es el tratamiento farmacológico.

El tratamiento de la depresión es corto.


FALSO. La terapia de una depresión mayor (grave) debe realizarse
durante al menos un año. Esta duración se debe a que es una enfermedad
recurrente (que vuelve a aparecer). Por eso cuando surge por primera vez, la
terapia se prolonga un año y en las sucesivas recidivas (reapariciones de la
enfermedad) aún serán más prolongadas.

Cuando todo en la vida te va bien, no puedes deprimirte.


FALSO. Las causas de la depresión (la razón por la que aparece la
enfermedad) no deben confundirse con los desencadenantes (los
factores que revelan que se está enfermo). Una persona puede estar
“gestando” una depresión y tratar de justificar los síntomas (por ejemplo, el
exceso de trabajo justificaría la apatía y el agotamiento). Sin embargo, ante
un hecho vital como la muerte de un familiar o la pérdida del trabajo, la
enfermedad irrumpe. No todos los que sufren estos factores
desencadenantes se deprimen, sin embargo, un porcentaje muy grande de
personas que no viven circunstancias personales adversas sí lo hacen.

La depresión es una enfermedad crónica que nunca


desaparece del todo.
FALSO. Las enfermedades crónicas acompañan al paciente desde el
momento en que se contraen hasta el final de su vida. Con los actuales
tratamientos farmacológicos, los especialistas pueden eliminar todos los
síntomas de la depresión en casi un 90 por ciento de los casos. Si está
bien tratada, la depresión remite, aunque sí es cierto que los síntomas
pueden volver a aparecer en otras ocasiones.

El psicólogo es el profesional que trata la depresión.


VERDADERO EN PARTE. El psicólogo puede hacerse cargo de los
trastornos depresivos, un cuadro de alteraciones menos grave que la
depresión. Esta es objeto de los psiquiatras, aunque los médicos de familia
son los que detectan con más frecuencia la enfermedad.

Hay personas que fingen depresión para conseguir la baja


laboral.
FALSO EN PARTE. Aunque en algunos casos anecdóticos se pueda
engañar al médico, lo normal es que resulte muy difícil simular una
depresión.

Las personas optimistas y extrovertidas no se deprimen.


FALSO. Precisamente el perfil de personalidad más extrovertido y eufórico
es el que tiene unamayor carga de afectividad y por tanto, más riesgo de
sufrir una depresión.

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