Texto: La transición adolescente. Peter Blos. Primera Parte.

La influencia mutua del

adolescente y su entorno

9 y 10 – ¿Cuál es el lugar del ambiente en el desarrollo adolescente? Y Caracterice el lugar que

ocupa el ambiente en el momento del nacimiento, la adolescencia y la adultez.

El efecto de la influencia que tiene el ambiente, (y de todos los recursos que éste pueda brindarle
al sujeto), repercute a lo largo de toda la vida del ser humano y es imprescindible que éste sea
lo suficientemente facilitador para lograr y mantener una vida saludable, tanto física como
psicológicamente hablando.

Por ambiente, el autor, se refiere, no sólo al entorno material en el que vive el sujeto, sino al
ambiente abstracto en el cual está inserto y que opera a través de las instituciones sociales, las
normas sociales, los sistemas de valores, las simbolizaciones compartidas, etc.

Cuando nacemos, lo hacemos indefensos y requerimos de la existencia de un entorno

providente y facilitador para subsistir (madre nutricia, padre protector). Por otro lado, desde la
teoría psicoanalítica, se plantea que no existe una instancia igual al yo desde el inicio, sino que
éste es construido a través del tiempo y en una relación dialéctica que se produce con el
ambiente. La distinción entre mundo interior y mundo exterior es un proceso que perdura
aproximadamente hasta el tercer año de vida y es el resultado de un proceso recíproco de ajuste
que se establece entre el “self” y el entorno.

Este mismo proceso, se replica durante la adolescencia, en dónde el ser humano se dispone a
determinar una identidad particular. Tal es así, que la autonomía psíquica y la madurez
emocional se logran gracias al uso selectivo (que hacen el niño y el adolescente) de los recursos
ambientales que se le presentan y que con el tiempo configurarán putas adaptativas singulares.
Esta selección, sea consciente o inconsciente, tiene como fin proteger la integridad psíquica,
otorgar sensaciones de bienestar, mantener el cuerpo sano y alerta y la mente sensible.

Si el proceso opera bien en todas las etapas, puede considerárselo un indicador fundamental
que garantice la normalidad y la salud.

Con el advenimiento de la maduración sexual, el ambiente del niño (y el propio niño) se vuelve
más complejo, se expande y esto genera la aparición de fuerzas interactuantes que se provocan,
rechazan y neutralizan.

El niño debe pasar del ambiente familiar a un ambiente más amplio que supone nuevas
posibilidades y desafíos. La manera en que se logre combinar las influencias (tanto internas,
como externas) devendrán en una identidad y carácter particulares.

El hito del “yo” y el “no-yo” de la niñez, se reedita en la adolescencia y alcanza infinitas

alternativas tanto físicas como psíquicas.

El nuevo entorno del adolescente, se vuelve más vasto y por lo tanto, menos familiar; y si bien
hereda las significaciones de antaño, éstas son sometidas a juicio por el adolescente, quien
tiende a modificarlas y rechazarlas de manera parcial o total.

La relación entre pares se vuelve fundamental, produciendo una participación intensa y

apasionada del sujeto para con su entorno. Este aspecto es esencial para el hallazgo de objeto
fuera de la familia.
De más está decir que el adolescente padece de su labilidad emocional; pero es necesario
prestar atención a ésta, porque justamente esta labilidad emocional podrá hacer posible que un
desarrollo anormal se torne permanente, o por el contrario que se logren superar
potencialidades anómalas anteriores, gracias a los “mecanismos de confrontación” que suponen
ajustes entre las experiencias psíquicas infantiles y las nuevas. Por otro lado, estos mecanismos
no se agotan en la adolescencia, sino que permanecen activos en todos los estadios del
desarrollo vital.

11- ¿Qué es la modulación idiosincrática y la selectividad crítica?

Con éstos términos, Peter Blos se refiere al proceso por el cual el adolescente se desprende de
las dependencias infantiles de la familia (buscando un entorno social más amplio) sometiéndolas
a modificaciones por rechazo, total o parcial, transitorio o permanente.

Esta ampliación del entorno, que como decíamos implica una revisión de las pautas familiares
habituales, provocando la creación en el adolescente de pautas propias, estables, duraderas,
acordes a su yo permitiendo que se convierta en adulto.