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EL NOVUS ORDO

Y LAS MISAS DE LUTERO Y CRANMER


"Y a la mitad de la semana hará cesar el Sacrificio y la
Oblación; y sobre el Santuario vendrá una abominación
desoladora, hasta que la consumación decretada se derrame
sobre el devastador" (Daniel 9:27)
“Cuando veáis pues, la abominación de la desolación, instalada
en el lugar santo...” (Mt. 24:15)

Nos dirigimos a todos los fieles Católicos, que asisten a la "nueva misa".
¿Es ésta una Misa católica o una perversión diabólica?
Muchos se escandalizarán y dirán que el nuevo rito no puede ser una
perversión diabólica de la Misa, pues la celebran en las iglesias a las que
siempre asistieron, sacerdotes de la diócesis y que han estado en las
parroquias muchos años.
Pero recordemos que en tiempos pasados, la Misa fue pervertida y
finalmente destruida por miembros de la jerarquía y del clero, quienes
usaron edificios Católicos para lograrlo.
A principios del siglo XVI casi todos los países europeos eran católicos. No
había más clero, que el católico. Y, sin embargo, antes de finalizar ese siglo,
en algunos países europeos el Santo Sacrificio de la Misa había sido
destruido, principalmente en Alemania y en Inglaterra.
Y lo más sorprendente es que los católicos asistían a los nuevos servicios
religiosos en las mismas iglesias a las que siempre habían ido, y los servicios
eran conducidos por los mismos obispos y sacerdotes que habían conocido
siempre.
¡Hay un paralelismo sorprendente entre los eventos del siglo XVI y el
nuevo rito de la misa impuesto en 1970! Veamos…

LA REFORMA LITÚRGICA DE LUTERO


En Alemania, Martín Lutero, sacerdote católico apóstata, fue el primero
en instigar la destrucción de la Misa. Veamos algunas de sus afirmaciones, tal
y como se encuentran en sus escritos:
“Aniquilada la Misa, habremos aniquilado el Papado en su
totalidad. Porque es sobre la Misa, como sobre una Roca que el
Papado se apoya con sus monasterios, sus obispados, sus colegios,
sus altares, sus ministros y sus doctrinas. Todos estos caerán cuando
su sacrílega y abominable Misa haya sido reducida a polvo".
..."Sin embargo, para conseguir este fin con éxito y sin peligro,
será necesario preservar algunas de las ceremonias de la misa
antigua para los de mente débil, quienes se escandalizarían con un
cambio muy rápido".

Atendiendo al ruego ardiente de sus primeros discípulos, Lutero escribió


su famosa "Formula Missae". Con relación a ésta nos dice:
"Debemos declarar en primer lugar que nuestra intención jamás ha
sido abolir la adoración a Dios, sino únicamente purgar la forma que se
usa de todas las adiciones que la han mancillado. Me refiero a ese
abominable Cánon que es una confluencia de lagunas repugnantes; han
hecho de la Misa un Sacrificio, le han agregado ofertorios. La Misa no es
un sacrificio, no es el acto de un sacerdote supremo ofreciendo un
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sacrificio. Considerémosla como un sacramento, o un testamento.
Llamémosla una bendición, o eucaristía, o la Mesa del Señor, o el
memorial del Señor. O démosle cualquier título que nos guste, con la
condición de que no se mancille con el término de sacrificio o
representación. Al descartar el Cánon, descartemos todo lo que implica
Oblación, y nos quedamos con lo que es puro y Santo". (Recordemos que
estas son las palabras de un sacerdote Católico legítimamente ordenado).
Tengamos en la mente lo dicho por Lutero, y leamos ahora la declaración
que apareció en L'Osservatore Romano (periódico oficial del Vaticano) el 13
de octubre de 1967:
"La reforma litúrgica ha dado un notable paso al frente en la
senda del ecumenismo. Se ha acercado más a las reformas litúrgicas
de la Iglesia Luterana".
¿No es esto escalofriante? La intención confesada de Lutero era la
destrucción de la Misa y encontramos que el periódico del Vaticano se jacta
de que hemos llegado muy cerca de la forma Luterana de dar culto a Dios.
Efectivamente Lutero consiguió destruir la Misa. Pero no pensemos que
Lutero y sus discípulos simplemente anunciaron se estaban deshaciendo de la
Misa. Si así hubiera sido, los católicos se hubieran opuesto. Al contrario, lenta
y gradualmente cambiaron la Misa, explicando a la gente que sólo querían
“simplificar” y “purificar” la liturgia para que les fuera más fácil
comprenderla…
El primer paso
fue una nueva
traducción de la
Biblia, seguida por la
traducción de la Misa
del latín al alemán.
Mas como Lutero
no creía que la Misa es
un sacrificio, ni creía
en la
Transubstanciación,
es decir, que el pan y
el vino se transforman
en el Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de
Cristo, escribió su Formula Missae. En la nueva misa en “vernáculo”
(lenguaje propio del lugar o pais de nacimiento) muchas partes de la Misa
Tradicional fueron preservadas, pero se eliminó el Ofertorio y se cambió la
Consagración. También se insertaron más lecturas de la Biblia.

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Luego, en un segundo paso, los altares fueron abolidos porque
representan el carácter de sacrificio de la Misa y en su lugar se pusieron
mesas, de tal manera que los sacerdotes estuvieran frente al pueblo.
También se quitaron todos los crucifijos pues éstos recuerdan el Sacrificio
del Calvario.
Una vez que Lutero
abrió las puertas e
introdujo los cambios,
otros sacerdotes
aparecieron en la
escena con cambios
más drásticos aún. Se
deshicieron de sus
ornamentos;
permitieron a la gente
que recibiera la
Comunión en la mano;
descartaron el canto
gregoriano y el uso del
órgano. En su lugar
promovieron el uso de música folklórica con platillos, trompetas e
instrumentos de cuerdas. Estos sacerdotes y monjes católicos, infectados con
un fiero y satánico entusiasmo por los cambios, destruyeron altares,
quemaron imágenes, hicieron añicos las estatuas y se quitaron sus hábitos.
La Misa era gradualmente transformada de la renovación del Sacrificio
del Calvario a una reunión comunal del pueblo de Dios. Y esta profanación
fue realizada por sacerdotes, usando templos católicos, monasterios y
conventos católicos. La mayoría de la gente era católica en sus tradiciones
e ideas, pero a medida que continuaron asistiendo a los servicios pervertidos
en sus iglesias, perdieron la fe y cayeron en la apostasía. Y, por supuesto,
sus hijos, expuestos a los nuevos servicios pervertidos desde temprana edad,
crecieron sin un conocimiento real de la Una y Verdadera Iglesia, fundada por
Cristo.
Son de lamentar las consecuencias tan tremendas, si recordamos que la
Iglesia siempre ha enseñado:
"Fuera de la Iglesia Católica no hay salvación".
Las numerosas denominaciones o sectas Protestantes que vemos hoy,
resultaron de los esfuerzos de unos sacerdotes católicos de "reformar" la
Iglesia. Estas iglesias protestantes no ofrecen un sacrificio al Santo e Infinito
Dios, no reconocen a María, la Inmaculada Madre de Dios, no tienen devoción
a los Ángeles o a los Santos, no rezan por las almas de sus parientes y amigos
fallecidos.

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Y todo esto es el resultado de la destrucción del Santo Sacrificio de la
Misa por medio de sacerdotes que usaron los templos católicos para
hacerlo.
Lutero dijo que era necesario “conservar algunas de las ceremonias” de
la Misa Tradicional “para no asustar a los débiles.” ¿Somos nosotros de estas
personas débiles que están siendo hoy conducidas ciegamente a la apostasía?
¿O deseamos unirnos al pequeño grupo de católicos que desean
conservarse fieles a Cristo, a su Cruz, a sus enseñanzas? Si deseamos
mantenernos fieles, preparémonos para sufrir con Cristo en el Calvario,
padeceremos soledad, ridículo y falta de comprensión de parte de los demás.
Pero no estaremos solos.

LA REFORMA LITÚRGICA EN INGLATERRA


Al principio del siglo XVI, Inglaterra
era un país católico. La Fe estaba
arraigada en los fieles a través de
siglos de catolicismo. Todas las iglesias
católicas: Westminster Abbey,
Winchester, Coventry, Canterbury, etc.
Oxford y Cambridge eran centros
famosos de educación católica. Y aún
así, al finalizar el siglo XVI, Inglaterra
se había transformado en un país
protestante, el clero y la jerarquía
celebraban servicios protestantes en
aquellas que una vez fueron iglesias
católicas.
¿Cómo sucedió esto? ¿Sucedió de la
noche a la mañana? Los que detentaban
el Gobierno y comandaban la Iglesia
¿proclamaron que iban a abolir la Santa
Misa? ¡Claro que no! Una acción
Thomas Cranmer, “arzobispo”
repentina de esta naturaleza hubiera
anglicano, artífice de la reforma
levantado tanta resistencia de parte
litúrgica en Inglaterra
del pueblo, que hubiera sido peligroso
llevar a cambio la reforma. Sin
embargo, El Santo Sacrificio de la Misa fue destruido en unos pocos años sin
que la gran mayoría de los católicos, jerarquía y fieles, se dieran cuenta.
El principal responsable de la destrucción de la Misa fue Tomás Cranmer,
“arzobispo” de Canterbury. Este hombre poseía un odio apasionado por la
teología católica de la Misa y al sacerdocio católico. Cranmer negaba la
doctrina de la Transubstanciación, es decir, que el pan y el vino se
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transforman en la Consagración, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Sin
embargo, mientras Enrique VIII vivía, hipócritamente continuó celebrando la
Misa hasta 1547, cuando Eduardo VI sucedió a su padre.
Pero antes de que
terminara ese año,
Cranmer había preparado
un libro de sermones, y
ordenó a los sacerdotes
que los leyeran cada
domingo en la Misa. El fin
de estos sermones era
preparar a la gente a
aceptar cambios más
drásticos que iban a
aparecer más tarde al
presentar la idea de la
Biblia era la única fuente
de conocimiento
verdadero de Dios. En las
iglesias, los sacerdotes
Niña bebiendo del cáliz en la nueva misa… tuvieron que leer la nueva
traducción de la Biblia.
El siguiente paso fue cuidadosamente tomado en 1548. En este cambio se
le agregó a la Comunión un prefacio con exhortaciones en inglés en las cuales
la Presencia Real y Corporal fueron omitidas.
Al año siguiente apareció un nuevo libro de oraciones con este título: "La
cena del Señor y Sagrada comunión, comúnmente llamada la Misa". El
orden del servicio era el mismo de la Misa, pero había algunas cosas en las
cuales se manifestaban las innovaciones: la primera era el cambio en el
lenguaje, la otra era el cambio por deducción indirecta de la doctrina. El
cambio en el lenguaje era el desafío obvio presentado a los católicos, pero se
les convenció diciéndoles: "el culto debe ser en un lenguaje que todos los
hombres entiendan"... y la gente lo aceptó.
Sin embargo, los cambios doctrinales resultaron mucho más importantes,
aún cuando my pocos se dieron cuenta de ello. En este servicio omitieron no
sólo lo que pudiera enfatizar la Presencia Real, sino también el carácter de
Sacrificio de la Santa Misa. Mientras tanto, el Parlamento decretó un estatuto
ordenando que la Sagrada Comunión fuera administrada a los fieles bajo las
dos especies (pan y vino).
Al año siguiente el Parlamento abolió el rito antiguo de la ordenación
de sacerdotes y de la consagración de obispos. El nuevo rito, compuesto
principalmente por el Arzobispo Cranmer, eliminó toda frase o ceremonia
que indicara que el propósito del rito era conferir el poder de ofrecer el
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Sacrificio. El único propósito del nuevo rito era “dedicar” al que lo recibía,
para “presidir” la asamblea de Dios como miembro autorizado de la Iglesia,
por medio de la predicación del Evangelio y administración de los
“sacramentos.” Y casi nadie se dio cuenta de este cambio. El servicio de la
Comunión y el rito de la ordenación habían sido así desasociados de la idea
de Sacerdocio con poder de ofrecer el Santo Sacrificio.
Como
quedaba en los
altares de las
iglesias la piedra
sagrada llamada
ara, los obispos
ordenaron que se
sacaran éstas y
se destruyeran
los altares. Cada
parroquia debía
ahora
proporcionar una
mesa de madera.
La explicación
oficial a estos
cambios fue:
“...la forma de mesa deberá cambiar la idea de la Misa papista al uso
correcto de la Cena del Señor, en la mente de la gente sencilla. Porque el
uso del Altar es para ofrecer sacrificio, el uso de la mesa es para servir a los
hombres que coman sobre ella.”
Los obispos que se opusieron a seguir los cambios fueron despojados de
sus diócesis. Así que de 23 Obispos en el país, sólo 4 defendieron la teología
sacramental de la Iglesia, los cuales fueron encarcelados.
En 1552, el Rey, como jefe de la Iglesia, impuso las “Actas para la
Uniformidad de la Oración Común y Administración de los Sacramentos.”
Estas Actas imponían graves castigos, no sólo para los que públicamente
criticaban los nuevos servicios, sino también para el clero que usara
cualquier otro servicio religioso.
Entre tanto, Cranmer y sus asociados ordenaron que todas las imágenes
de las iglesias fueran sacadas y destruídas, que se rompieran los vitrales,
que se quitaran todos los vasos sagrados hechos de metales preciosos, que
predicaran en contra de la idea de la Cuaresma, que se ridiculizaran la
creencia católica del Purgatorio.
"EL QUE TENGA OÍDOS PARA OÍR, QUE OIGA".
Hemos narrado brevemente como fue destruida la Fe en Alemania e
Inglaterra mediante la gradual profanación y destrucción de la Misa. Aquí
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vemos como países enteros, que una vez fuera completamente católico, se
hicieron protestante en unos pocos años Esto debería ser la voz de alarma
para todos nosotros, pues algo similar está sucediendo hoy en nuestros
países, desde 1970, con la “nueva misa.”
¿Qué debemos hacer? Debemos mantenernos alejados de estos servicios
religiosos pervertidos y no concurrir a las parroquias que los celebran,
porque de hacerlo, estaríamos traicionando a Cristo al contribuir a esta
apostasía.
Para condenar los errores de Lutero y los demás “Reformadores” sobre la
Misa, en el mismo siglo XVI, el Concilio de Trento decretó que el Papa
debería publicar un Misal codificado y armonizado para que los sacerdotes
supieran qué rito deberían usar a perpetuidad en la celebración del santo
Sacrificio de la Misa.
Este trabajo fue hecho por el Papa San Pío V, quien codificó (pero no la
“inventó”) la Misa. El Misal Romano Tridentino fue instaurado como el Misal
oficial de la Iglesia desde 1570, el cual fue el utilizado casi universalmente
hasta los cambios efectuados por Pablo VI con la “nueva misa” en 1970.
Contrariamente a lo que algunos afirman, la Misa Tradicional no ha sido
suprimida, puesto que la Misa que ha sido la de todos los santos y que ha
santificado a tantas almas, no puede ser suprimida. El Papa San Pío V, en la
Bula "QUO PRIMUM" “canonizó” esta Misa y afirmó solemnemente que “a
perpetuidad” ningún sacerdote podrá ser prohibido de celebrarla y ningún fiel
ser prohibido de asistir a ella. †

MISA TRADICIONAL SOLEMNE


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