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Desde la aparición del hombre sobre la tierra, el tipo de alimentos que este
ha tenido que ingerir para su sustento ha variado a través del tiempo, debido
a que siempre se vio obligado a adaptarse a aquellos que tenía más próximos
y le era más fácil obtener con las escasas herramientas que poseía. Como por
ejemplo, sirva citar los estudios sobre los restos del ser humano más antiguo
encontrado hasta la fecha (el hombre de Atapuerca).
Se ha llegado a la conclusión de que este era carroñero y practicaba
el canibalismo,89 y competía por sus alimentos con otros animales de hábitos
alimenticios similares. En su andar en busca de víveres, se iba encontrando
con nuevos tipos a los que se veía obligado a adaptarse. A medida que la
disponibilidad de la caza mayor iba disminuyendo tenía que alimentarse de
la caza menor, de los mariscos (en algunas áreas) y sobre todo
de plantas comestibles. Esta fase adaptativa empezó hace unos 100 000 años.
Los últimos seres humanos que sufrieron estas restricciones, hace unos
30 000 años, fueron los habitantes de unas zonas muy determinadas (dos
regiones del Oriente Medio). Sin embargo, en la península ibérica hace menos
de 20 000 años (Freeman, 1981) la carne todavía suponía más del 50 % de la
dieta habitual.
Hace unos 12 000 años (Cavalli-Sforza, 1981; Trowell, 1981) se inicia la primera
revolución agrícola. Esto conlleva a la disponibilidad de una nueva fuente fija
de proteínas. Debemos tener en cuenta la gran variabilidad en las cifras
referidas a lo obtenido en las cosechas; se trata de una alimentación irregular
que alterna con épocas de hambre. El resultado final de las recolecciones se
veía muy afectado por el clima, contra el cual era muy difícil luchar. El
almacenamiento de sobrantes, en años buenos de producción, tampoco era el
más eficaz.
Los humanos han evolucionado como omnívoros cazadores-recolectores a lo
largo de los pasados 250 000 años. La dieta del humano moderno temprano
varió significativamente dependiendo de la localidad y el clima. La dieta en
los trópicos tiende a estar basada preferentemente en alimentos vegetales,
mientras que la dieta en las latitudes altas tienden más hacia los productos
animales. El análisis de restos craneales y poscraneales de humanos y de
animales del Neolítico, junto con estudios detallados de modificación ósea
han mostrado que el canibalismo también estuvo presente entre los humanos
prehistóricos.
La agricultura se desarrolló hace aproximadamente 10 000 años en múltiples
localidades a través del mundo, proporcionando cereales tales
como trigo, arroz y maízjunto con alimentos básicos tales como el pan y la
pasta. La agricultura también proporcionó leche y productos lácteos, e
incrementó marcadamente la disponibilidad de carnes y la diversidad de
vegetales. La importancia de la pureza de los alimentos fue reconocida
cuando el almacenaje masivo condujo a la aparición de casos de
contaminación.
El cocinar se desarrolló a menudo como una actividad ritualista, debido a la
preocupación por su eficiencia y su fiabilidad, requiriendo la adherencia a
recetas y procedimientos estrictos en respuesta a la demanda de pureza y
consistencia en el alimento.
NUTRICION
DEFINICION DE ALIMENTO
NUTRIENTES
MACRONUTRIENTES
En nutrición, los macronutrientes son aquellos nutrientes que suministran la
mayor parte de la energía metabólica del organismo. Los principales
son glúcidos, proteínas, y lípidos.1 Otros incluyen alcohol y ácidos orgánicos.
Se diferencian de los micronutrientes, las vitaminas y minerales, en que estos
son necesarios en pequeñas cantidades para mantener la salud pero no para
producir energía.
En nutrición los macronutrientes que suministran la mayor parte de los
alimentos de las cuales depende la vida son los nutrientes. Estos proporcionan
la energía y los materiales de construcción para las innumerables sustancias
que son esenciales para el crecimiento y la supervivencia de los organismos
vivos.
Un nutriente es una sustancia usada para el metabolismo del organismo, y la
cual debe ser tomada del medio ambiente. Los organismos
no autótrofos (los heterótrofos) adquieren nutrientes a través de los
alimentos que ingieren. Los métodos para la ingesta de alimentos son
variables, los animales tienen un sistema digestivo interno, mientras que las
plantas digieren los nutrientes externamente y luego son ingeridos. Los
efectos de los nutrientes son dosis-dependiente.
Los nutrientes orgánicos incluyen glúcidos, lípidos y proteínas, así
como vitaminas. Los componentes químicos inorgánicos como
minerales, agua y oxígeno pueden también ser considerados
como nutrientes. Un nutriente es esencial para un organismo cuando este no
puede sintetizarlo en cantidades suficientes y debe ser obtenido de una
fuente externa. Los nutrientes requeridos en grandes cantidades son
llamados macronutrientes y los que son requeridos en cantidades más
pequeñas se les conoce como: micronutrientes.
Carbohidratos
Los carbohidratos son azúcares integrados por monosacáridos.
Los carbohidratos son clasificados por el número de unidades de azúcar:
monosacáridos (tales como la glucosa, la fructosa y la galactosa), disacáridos
(tales como la sacarosa, lactosa y maltosa) y polisacáridos (tales como el
almidón, el glucógeno y la celulosa). Los carbohidratos brindan energía por
más tiempo que las grasas.
Proteínas
Las grasas consisten en una molécula de glicerina con tres ácidos grasos
unidos. Los ácidos grasos son una larga cadena hidrocarbonada lineal no
ramificada, conectadas solo por enlaces sencillos (ácidos grasos saturados) o
por enlaces dobles y sencillos (ácidos grasos insaturados).
Las grasas son necesarias para mantener el funcionamiento apropiado de las
membranas celulares, para aislar las vísceras contra el choque, para mantener
estable la temperatura corporal y para mantener saludable el cabello y la piel.
El organismo no fabrica ciertos ácidos grasos (llamados ácidos grasos
esenciales) y la dieta debe suplirlos.
Las grasas tienen un contenido energético de 37,7 kJ/g (9 kcal/g); proteínas
y carbohidratos tienen 16,7 kJ/g (4 kcal/g). El etanol tiene contenido de
energía de 29,3 kJ/g (7 kcal/g).
Los lípidos regulan la temperatura del cuerpo por el aislamiento, y provee
energía al cuerpo. \
CLASIFICACION DE GRASAS
Son ácidos grasos con dobles enlaces en posición TRANS. Proceden de forma
natural de la grasa de la leche y de la carne de rumiantes, en cuyo
compartimiento gástrico se forma por efecto de la flora intestinal.
La mayoría de los ácidos grasos insaturados naturales de los alimentos se
encuentran en posición CIS (los átomos de hidrógeno se encuentran en el
mismo lado de la cadena enlaces dobles).
Los ácidos grasos con posición CIS pueden cambiar a TRANS mediante
transformación química en determinados procesos tecnológicos, como la
hidrogenación, refinación de aceites, etc.
En el proceso de hidrogenación de aceites para la obtención de grasas sólidas
se forman ácidos grasos TRANS.
Diversos estudios han demostrado que estos ácidos grasos elevan
el colesterol LDL. También tienden a acumularse en diversos tejidos, como el
músculo cardiaco, promoviendo alteraciones titulares.
Se recomienda reducir al mínimo el consumo de los ácidos grasos TRANS, y
no sobrepasar el 1% de las calorías totales.
MICRONUTRIENTES
Sales minerales
Las sales minerales son todos aquellos compuestos denominados como sales
neutras, en las que todos los hidrógenos sustituibles son reemplazados
por ionesmetálicos. La sal más importante que se puede obtener en cualquier
dieta es el cloruro de sodio (NaCl), o sal de mesa, y es muy común su adición
por parte de la mayoría de la población. La sal de mesa se ha asociado mucho
con el sabor de las comidas, por lo que muchas personas la consumen en todos
sus platos, tan así, que la comida les llega a saber insípida sin sal. Algunos
problemas como la hipertensión arterial o la obesidad están relacionados con
la ingesta excesiva de sal, ya que en ocasiones se llega a consumir hasta 15 g
de sal al día, cuando la dosis recomendada es de 6 g. Como alternativa al
consumo de sal excesivo, han aparecido en el mercado compuestos como
el cloruro de potasio (KCl) o el cloruro amónico (NH4Cl).
Las sales minerales de cualquier tipo, son importantes en su consumo debido
a que mantienen un correcto equilibrio metabólico al estar junto a los
azúcares. Además de que ayudan a retener agua en el cuerpo para evitar la
deshidratación y en caso de que haya escasez de líquido o que el cuerpo
presente diarrea.
Vitaminas
Compuestos inorgánicos
De acuerdo con la manera en la que un alimento surge en la naturaleza, la
presencia de ciertos compuestos inorgánicos como los minerales o elementos
químicos es inherente en ellos. Los organismos son incapaces de producir los
compuestos inorgánicos (compuestos cuya estructura básica no es el
carbono). Dentro de los compuestos inorgánicos tenemos a los minerales, y
se clasifican también, en un grupo aparte, al agua (H2O), dióxido de
carbono (CO2), el nitrógeno (N2), el fósforo(PO4−3) y el azufre (S2).
Minerales
Los minerales inorgánicos son necesarios para la reconstrucción de tejidos,
reacciones enzimáticas, contracción muscular, reacciones nerviosas y
coagulación sanguínea. Los minerales deben adquirirse mediante la dieta,
contenidos en diversos alimentos, siendo los principales proveedores de
minerales las plantas. Estos se dividen en dos clases:
La alimentación influye en todos los órganos del cuerpo humano, por esta
razón siempre animamos a llevar una dieta equilibrada de forma que
consumamos todos los nutrientes que necesitamos.
El último trabajo de investigación en las áreas de dermatología y nutrición
realizado por el Departamento de Dermatología del JSS Medical College, de
India, concluye que la calidad de la piel depende, en gran medida, de la
composición de la dieta y, por tanto, es importante el rol de los alimentos en
la prevención de posibles trastornos.
La nutricionista Mercedes Banegas, miembro de Halitus Dermatología y
Estética, explicó que “la piel es el órgano más grande del cuerpo y nos
protege de la pérdida de agua y proteínas proporcionando una barrera contra
la radiación ultravioleta y las infecciones”.
Banegas señaló que “requiere nutrientes sanos, la cantidad adecuada de agua
y proteínas para mantener su función”.
“Es así que la nutrición no sólo afecta el funcionamiento cotidiano de la piel,
sino que también puede influir en el riesgo de desarrollar varios tipos de
lesiones cutáneas, incluso manchas por la edad y acné. La mal nutrición en la
piel se puede observar desde la sequedad, en el pelo quebradizo y sin brillo,
en el aumento de celulitis y en el acné”, comentó la nutricionista.
La especialista indicó que la piel está compuesta de un 65% de agua y “como
órgano vivo, necesita hidratarse, nutrirse y protegerse”.
“Tenemos diferentes formas de nutrir la piel, una es por medio de las cremas
y la otra por medio de los nutrientes y el agua que nos aportan los diferentes
grupos de alimentos. Se necesita entonces una alimentación sana, equilibrada,
pobre en grasas y azúcares”, añadió.
La nutricionista destacó la necesidad de “beber entre 1,5 y 2 litros de agua por
día (la incorporación de infusiones, jugos o bebidas sin azúcar no se
consideran adecuadas para la hidratación”.
“Las bebidas con cafeína y alcohol no hidratan si no que deshidratan).
También se debe tener en cuenta que hay ciertos alimentos que influyen en
forma negativa en la piel: el consumo de alcohol, las frituras y las comidas
rápidas y que hay otros factores que intervienen negativamente como el
tabaco, factores del medioambiente, el sedentarismo y el descanso
insuficiente”, dijo.
Banegas afirmó que la alimentación “influye, por ejemplo, en el acné, la
rosácea, los brotes de pigmentación, entre otros y se presenta de diferente
manera para cada persona”.
“Por ejemplo, hay personas a quienes los langostinos les provocan brotes de
acné, mientras que otros sufren de lo mismo después de haber comido
chocolate. En estos casos lo indicado es descubrir qué alimentos nos afectan
y en lo posible, evitarlos”, indicó.
En el caso de la rosácea, comentó, “se producen rojeces en la zona de las
mejillas y la nariz que se agravan con frecuencia debido a ciertos alimentos,
especialmente aquellos que nos dan calor, como el alcohol, el café y las
comidas picantes”.
“Para poder combatir el problema se recomienda llevar una dieta rica en
vitamina A, que ayuda en la formación y curación de los tejidos, y también
un buen consumo de vitaminas del grupo B, que combaten el estrés:
intervienen en la función de la glándula adrenal, regulan la producción de
adrenalina y ayudan a sintetizar neurotransmisores como la serotonina”,
agregó.
La nutricionista remarcó que “se ha demostrado que algunas vitaminas
aplicadas a la piel son más eficientes en aumentar sus niveles nutritivos”.
“Se considera que la Vitamina A, el beta caroteno, los antioxidantes coloridos,
té verde y aceite de pescado en la dieta tienen efectos positivos. Una dieta
que proporciona la cantidad adecuada de proteínas, grasas y aceites sanos y
antioxidantes de frutas y verduras coloridas puede ayudar a mantener la
buena salud de la piel”, puntualizó.
La especialista aseveró que los carotenoides “tienen actuación antioxidante
como protectores de la dermis. Dentro de dichos carotenoides se encuentra
el licopeno, presente en el tomate y sus derivados, responsable de la acción
preventiva del daño solar”.
“Es necesario para mantener la piel, la vista y el sistema inmunológico
saludables. La beta caroteno nos protege de las enfermedades degenerativas
como el cáncer. Las fuentes de esta vitamina son el retinol, presente en los
productos lácteos y derivados, en la yema del huevo y en los pescados
aceitosos. La beta caroteno está presente en verduras y frutas amarillos y
anaranjados como, zanahoria, mango, batatas, pimientos y vegetales de hojas.
La ingesta habitual de estos carotenoides es muy útil para proteger la piel
del fotoenvejecimiento”, dijo.
En cuanto a la vitamina C (ácido ascórbico), Banegas indicó que “es necesaria
para la producción del colágeno, que es la base de encías, dientes, huesos y
piel sana. Sus propiedades antioxidantes pueden protegernos de las
enfermedades del corazón y de los diferentes tipos de cánceres. La fuente
principal son los cítricos, kiwis y los vegetales como tomate, brócoli, berro, y
pimientos”.
“La falta de esta vitamina en la dieta puede causar mala cicatrización de las
heridas, reducción de la resistencia frente a las infecciones, encías sangrantes
y dolores articulares”, comentó. Sobre la vitamina E (tocoferol), manifestó
que “es la conocida como antioxidante natural, previene daño de los radicales
libres y ayuda a fortalecer las células”.
En ese sentido, señaló que “las fuentes en la alimentación son los aceites de
origen vegetal (girasol, maíz y aceitunas), germen de trigo, las nueces, las
semillas, la espinaca y los maníes”.
“Cuando somos chicos nunca tomamos conciencia de que los daños que le
generamos a nuestra piel pueden ser irreparables. Cuando dejamos la
adolescencia y comenzamos a transitar las etapas de los “ta” (treinta, cuarenta,
cincuenta) nuestra piel comienza a perder volumen por la falta de colágeno
y elastina. Esto es un proceso natural que solo lo podemos retrasar, pero no
evitar”, enfatizó.
La especialista señaló que “muchas veces habrán escuchado la frase “somos
los que comemos”, por lo tanto, si nosotros tuvimos o tenemos una buena
alimentación eso se refleja en nuestra piel”.
“Nunca es tarde para comenzar a nutrir la piel correctamente; las personas
que notan un deterioro en su piel solo con modificar la ingesta de líquidos y
aumentar las verduras, podrán mejorar notablemente su aspecto. Cada
persona es única y así lo es también su rutina y modo de vida, no todos
tenemos la misma piel, la misma genética y el mismo grado de exposición al
medio ambiente, en base a ello debemos cuidarnos”,
El agua representa más del 30% de nuestra piel, por lo que su aporte es
esencial para mantener la turgencia y elasticidad, de acuerdo con
la Academia Española de Dermatología Venereología. Una piel deshidratada
es menos elástica, es decir, tarda más tiempo en volver a su sitio al estirarla.
Además, para que la piel capte las virtudes del agua, tanto por dentro como
por fuera, es necesario que bebamos la cantidad suficiente y que nos
apliquemos fórmulas hidratantes que penetren en el interior de las células.
Siguiendo estos dos consejos básicos, nuestro cutis se verá sano y con vida.
ACTUALMENTE LA PIRAMIDE ALIMENTICIA ESTA DE LA
SIGUIENTE MANERA
Diabetes
Si bien es cierto que la genética hace que alguien sea más propenso a padecer
esta enfermedad, el tipo de alimentación y estilo de vida también es clave.
Desarrollar diabetes es algo que está vinculado al sedentarismo y comer
alimentos chatarra, ricos en grasas saturadas, muy calóricos o en cantidades
exageradas.
Cáncer
Osteoporosis
Carnes, grasas y azúcares en exceso contribuyen al desarrollo de la
osteoporosis, pues está ingesta es pobre en minerales como el calcio que
proviene de otros tipos de alimentos como los derivados de la leche, granos
y pescado. Para prevenir su aparición, lo mejor es consumir alimentos ricos
en calcio y evitar los alimentos procesados.
Sobrepeso y obesidad
La causa más común del aumento de peso es el comer más de lo que el cuerpo
necesita, la ingesta excesiva de azúcares, grasas y harinas, progresivamente
llevan al sobrepeso y luego a la obesidad. Un estudio de la Escuela de Salud
Pública de Harvard halló que los alimentos que más hacen engordar son las
papas fritas y las bebidas azucaradas.
Hipercolesterolemia
Hipertensión arterial
El exceso de grasas en la alimentación también puede aumentar la presión
arterial que impide la correcta circulación de la sangre dando paso a
accidentes cardiovasculares con fatales consecuencias, como infartos o
embolias. Una de las principales causas de la hipertensión es el consumo de
alimentos muy condimentados, principalmente sal.
Gota
Enfermedad coronaria
Esta enfermedad hace que nuestra sangre se torne en una pérdida de glóbulos
rojos de una forma en la que no le dé tiempo a reponer unos nuevos.
Se produce más comúnmente en las mujeres entre la pubertad y la
menopausia.
Beriberi
Osteomalacia y raquitismo