“La dictadura militar de 1943 no eliminó las imperfecciones de la democracia sino la
democracia misma”. La dictadura militar del 43 tenía como objetivo, dar respuesta a amenazas que el orden político democrático no podía enfrentar. La amenaza principal era la posibilidad de triunfo de un frente popular en la elección presidencial de ese año. Los frentes populares eran usados por los partidos comunistas, que por sí mismos, no estaban en condiciones de llegar al gobierno por medio de elecciones. El PCA buscó la conformación de un frente popular con otras fuerzas antifascistas. Estas eran el radicalismo, el socialismo y la democracia progre4sista. Estos partidos eran mucho más grandes q el comunista, pero éste tenía una organización de la que ellos carecían. Desde la perspectiva de los jefes militares había un problema adicional: quien se proponía liderar el frente anti-fascista si Justo y Alvear ya habían muerto. Muy poco después a la muerte de Justo, surgió en el Ejercito una logia, GOU, cuyo objetivo era enfrentar la amenaza comunista. Con ese fin debía fortalecer el poder del ministro de Guerra, que era el Gral. Pedro P Ramírez. La revolución de junio no fue un hecho fortuito. Ella tenía un objetivo presente en los documentos del GOU: impedir que los comunistas lleguen al poder a través de un frente popular. Con tal fin, la dictadura establecida por la revolución debía dar respuesta a los problemas sociales, que alimentaban esa amenaza y que el orden político democrático no podía resolver. Uno de los integrantes del GOU, Perón quien en 1943 era Ministro de Guerra, reveló habilidades políticas que lo transformaron en la cara pensante del gobierno y la cara visible de la dictadura. La política social La llegada de Perón a la secretaría del Ministerio de Guerra se debió a su proximidad con el ministro Farrell. La influencia de Perón dentro del gobierno en los meses siguientes a la revolución no se debió ni a su grado, ni a su antigüedad. Fueron más bien las circunstancias y la particular habilidad que reveló al lidiar con ellas el motivo de su rápido ascenso dentro del gobierno de la dictadura. Perón no fue el primer encargado de implementar la política social de la dictadura, ni esta tuvo una buena partida. El gobierno d la dictadura comenzó con un intento de disciplinar a las organizaciones sindicales que produjo en muy corto lapso amenazas al orden social. La principal de estas amenazas provenía de los sindicatos de los obreros ferroviarios. El Ministro de Guerra de la dictadura militar era quien debía velar por la seguridad interior y evitar que se produjeran hechos potencialmente revolucionarios. El contacto que tuvo Perón fue la primera revelación de sus habilidades políticas. A partir de ese contacto, descubrió que podía ocuparse mejor de la seguridad interior, si a su vez se encargaba de implementar la política social. Así fue que, en 1943, fue designado presidente del Departamento Nacional de Trabajo, con retención de su puesto de Secretario del Ministerio de Guerra. De este medo, la política social pasaba a ser parte de la seguridad interna y ambas estaban en las mismas manos. Para darle mayor capacidad operativa, un mes después fue creada la Secretaria de Trabajo y Previsión y Perón fue designado para encabezarla. El discurso que pronunció en la ocasión sintetizó la principal consecuencia de la revolución de junio: la política social era, desde ese momento, una cuestión de Estado. La Secretaría además de absorber cierta cantidad de agencias dispersas, incorporó a todos los departamentos provinciales de trabajo o equivalentes y creó en su lugar delegaciones que respondían a la autoridad nacional. Solamente una dictadura militar podía concentrar en esta, semejante poder de intervención en los asuntos locales. El motivo era ampliar las bases de un proyecto político que ligaba la política social a la seguridad interna. La retirada El regreso al orden político democrático significaba la derrota del proyecto autoritario de la revolución de junio, pero también el fino del poder arbitrario en la política social. Perón percibió que el retorno a la democracia perjudicaría a quienes su actividad había beneficiado. Debía encontrar la manera d organizar políticamente a os beneficiarios de la dictadura en el nuevo contexto democrático que inevitablemente sobrevendría. Perón recurrió a las ideas de Justo para transformar la base social, que impediría que él y sus camaradas de la revolución de junio fueran juzgados, en fuerza electoral. “Para triunfar era necesario conseguir los votos radicales”. Triunfar no era necesariamente se elegido presidente, era más bien, conducir ordenadamente la retirada del Ejército tras el fracaso. El futuro d los jefes que integraban el gobierno de la dictadura y de todos aquellos que la habían apoyado dependía de que cuando se produjera el regreso al orden constitucional la presidencia sigu8iera en manos de un militar. Lejos de atraer el apoyo de los políticos había logrado que lo rechazaran. El exceso de activismo que había desplegado durante un año jugaba en su contra. Tres semanas más tarde de la Marcha de la Constitución y de la Libertad, que fue la mayor expresión del antiperonismo, Perón renunció a todos sus cargos. Esta renuncia implicaba también la renuncia a conducir la retirada. “La Marcha había hecho que la retirada se convirtiera en estampida”. En el momento en que renunció como vicepresidente de la Nación, ministro de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión, Perón había fallado en su intento d hacer contacto con la masa de los votantes radicales. El conflicto que provocó la renuncia de Perón se suscitó con Ávalos, este tenía quejas acerca de Perón, pero no tenía ideas diferentes ni una propuesta alternativa. La diferencia entre estos dos radicaba en la profundidad de la visión política de cada uno de ellos. El triunfo Se produce gracias a dos momentos claves: El golpe militar del ’43 y el “día de la lealtad peronista” el 17/10/45. Después de la ordalía, Perón contó con el apoyo irrestricto de la dictadura. El Núremberg argentino se había disipado para siempre, y el líder conseguía apoyos políticos de los sindicatos, y también de los radicales. En pocas semanas Perón tuvo dos estructuras políticas para sostener su candidatura: el Partido Laborista y la UCR-Junta Renovadora. Los motivos de los primeros estaban claros: Perón significaba la continuación de la política social de la dictadura; para los segundos, Perón había llegado con su mensaje a la masa de los votantes y tenía el combustible necesario para hacer política. La dirigencia peronista, tanto en el momento inicial como cuando se organizó el partido Peronista, ya con Perón en el gobierno, provenía del radicalismo. Esto fue así por dos motivos: 1° por la cuestión del combustible; 2° por el mensaje. No todo era una cuestión de máquinas políticas. Estas necesitan dinero para funcionar, pero el objetivo es obtener votos. Para lograrlo, es necesario llegar con el mensaje adecuado y Perón lo emitía. El hecho de que su palabra hubiese transformado la huelga del 18 en una fiesta, significaba que ella había alcanzado el corazón de los integrantes de la masa. Quienes votaron por Perón lo hicieron porque reconocieron en él lo que él siempre había querido que reconocieran: que él era el heredero de Yrigoyen. Las máquinas políticas radicales que apoyaron su candidatura sirvieron para que el mensaje que había llegado a la masa de votantes se transformara en el triunfo electoral.