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GLOSARIO
REVISIÓN POR ÓRGANOS,
APARATOS Y SISTEMAS
Glosario basado en un 98 % en el Diccionario Espasa de Medicina, de la Facultad de Medicina de la Universidad
de Navarra.
Link de descarga: http://www.mediafire.com/file/yytnk491rmrneiy/Diccionario++m%C3%A9dico+Espasa.rar
1. GENERALES
Astenia. Disminución o falta de fu erza y energía; debilidad.
Fiebre. Elevación de la temperatura corporal por encima de lo normal; puede deberse a factores estresantes
fisiológicos tales como la ovulación, la secreción excesiva de hormona tiroidea o un ejercicio intenso, a lesiones
o infecciones del sistema nervioso central y a una gran cantidad de procesos no infecciosos, entre ellos la
inflamación o liberación de determinados materiales, como sucede en la leucemia. D. t. pirexia.
Escalofrío. Estremecimiento o sacudida; acceso de contracciones involuntarias de los músculos voluntarios,
acompañado de sensación de frío y palidez cutánea. D. t. tiritona.
Sudor nocturno. Sudación duran te el sueño, un síntoma que apare ce con frecuencia en la tuberculosis y el
síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
Intolerancia. Incapacidad para soportar; sensibilización, como a un fármaco.
Intolerancia al frio o calor. Es una sensibilidad anormal a un ambiente frío o a las temperaturas frías (La
intolerancia al frío puede ser un síntoma de un problema metabólico, algunas personas con frecuencia mujeres
muy delgadas no toleran los ambientes fríos, simplemente porque tienen muy poca grasa corporal y son
incapaces de mantenerse calientes)/ sensación de estar sobrecalentado cuando la temperatura a su alrededor
se eleva, con frecuencia puede causar sudoración excesiva; la intolerancia al calor generalmente aparece de
manera lenta y dura mucho tiempo, pero también puede ocurrir de manera rápida y ser un padecimiento serio –
Causas-Anfetaminas u otros estimulantes, como los que se encuentran en los anorexígenos o supresores del
apetito, ansiedad, cafeína, menopausia, demasiada hormona tiroidea (tirotoxicosis).
Hiporexia. Es la pérdida o disminución parcial del apetito diferenciándose de la anorexia, que es la pérdida total
del apetito. En personas que padecen de enfermedades del tubo digestivo, hígado, vías biliares y páncreas
(enfermedades de gastroenterología) la hiporexia tiene significados y expresiones de gravedad muy variados.
Las causas son: Lesiones inflamatorias del tubo digestivo. Lesiones inflamatorias del hígado, vías biliares y
páncreas. Lesiones tumorales malignas. Lesiones tumorales benignas. Los estados de ansiedad y depresión.
Anorexia. Ausencia o pérdida del apetito por los alimentos. Es un trastorno alimentario que lleva a que las
personas pierdan más peso de lo que se considera saludable para su edad y estatura. Las personas con este
trastorno pueden tener un miedo intenso a aumentar de peso, incluso cuando están con peso insuficiente. Es
posible que hagan dietas o ejercicio en forma excesiva o que utilicen otros métodos para bajar de peso.
Bulimia. Apetito exagerado e insaciable. Bulimia nerviosa: Trastorno de la conducta alimentaria, que se
caracteriza por episodios frecuentes de hiperfagia, en los que el paciente consume grandes cantidades de
alimentos en periodos largos de tiempo; la preocupación persistente por la comida junto a un deseo intenso o
un sentimiento de compulsión al comer; los intentos de contrarrestar la repercusión de los atracones en el peso
mediante el vómito provocado; el abuso de laxantes, el ayuno o los fármacos (anorexígenos, diuréticos, etc.), y
la autopercepción de estar demasiado obeso.
Hiperfagia. Polifagia. Acción de comer excesivamente; glotonería. Causas: Ansiedad, ciertas drogas como
corticosteroides, ciproheptadina y antidepresivos tricíclicos, bulimia (más común en mujeres entre 18 y 30 años),
diabetes mellitus (incluyendo diabetes gestacional), enfermedad de Graves, hipertiroidismo, hipoglucemia,
síndrome premenstrual)
Polidipsia. Sensación de sed aumentada patológicamente. Ocurre en las diabetes mellitus e insípida, pero
también puede ser de origen psicógeno (potomanía).
Adipsia. Inhibición del deseo de ingesta hídrica. Ausencia de sed o aversión anormal a los líquidos.
Insomnio. Incapacidad crónica para dormir o permanecer dormido, vigilia anormal.
2. PIEL Y FANERAS:
Cambios de color: Es una alteración de la pigmentación de la piel, está alterada la formación de pigmentos
cutáneos por lo que la piel presenta un aumento (hiperpigmentación) o una disminución (hipopigmentación o
acromía, despigmentación) de la coloración.
Palidez, ictericia, cianosis, hiperpigmentación
Palidez. Ausencia del color normal de la piel.
Ictericia. Color amarillo de la piel y de las mucosas, debido al aumento de la concentración de la bilirrubina
en la sangre. Es un síntoma de distintos procesos: hepáticos, vías biliares y de la sangre; así como, a veces,
del uso de ciertos fármacos. Habitualmente se observa primero en los ojos.
Cianosis. Coloración azulada de la piel y las mucosas, debida a una mayor proporción de sangre reducida.
Las causas más frecuentes son las respiratorias y las circulatorias, que ocasionan una oxigenación
insuficiente de la sangre a nivel alveolar.
Hiperpigmentación. Excesiva pigmentación.
Cambios de textura. Cambio en la estructura u organización del tejido, la mayoría de los tipos de piel se
inscriben en una de estas cuatro categorías: grasa, normal, seca y mixta. Como sus nombres indican, la piel grasa
suele tener una textura resbaladiza o pegajosa, mientras que la piel seca puede ser escamosa y áspera. Las
personas con piel mixta suelen tener la piel grasa en la frente, nariz y mentón, también conocida como la zona T,
y la piel seca o normal en las mejillas.
En todos los tipos de piel, las células muertas se acumulan en la capa externa de la misma, llamada epidermis,
dando lugar a una textura áspera y a un aspecto mate. La exfoliación, elimina las células muertas y hace que
aparezcan las células nuevas.
A parte de esto, existen algunas dolencias que pueden afectar a la textura de la piel, incluyendo el acné, la rosácea
y el eczema, y otras como por ejemplo, el lupus, una enfermedad autoinmune que puede causar descamación y
sarpullidos sobre la nariz y las mejillas. Los cambios hormonales pueden afectar a la piel, como le ocurre a algunas
mujeres embarazadas. Otros factores que también afectan a la textura, como el tamaño de los poros, son
hereditarios.
Cambios de humedad. Cambios del grado de humedad, nuestro cuerpo se autorregula a 37 °C gracias a un
mecanismo llamado evapotranspiración.
Cuando hace calor, los vasos sanguíneos se dilatan, aumenta nuestro flujo de sangre y sudamos para refrescarnos.
Con el frío, los vasos se contraen, el flujo sanguíneo disminuye y el cuerpo agita sus músculos para que entremos en
calor. En verano la humedad es el elemento principal que afecta nuestra sudoración. A mayor humedad, más
dificultades para evaporar el sudor, que permanece en la piel e impide regular nuestra temperatura. De ahí que en
dos climas distintos suframos más el calor en zonas húmedas, pese a que la temperatura no sea tan alta como en
las secas. Claro que subjetivamente, nosotros sentiremos que la temperatura sí es igual de elevada. La humedad
consiste en la cantidad de vapor de agua en el aire. Se considera una cantidad adecuada entre un 40% y un 70%.
Nuestro estrato córneo, la capa más exterior de nuestra piel, se adaptará según esta fluctúe. En un clima húmedo,
nuestra piel es más propensa a la maceración y aparición de bacterias, así como de alérgenos que favorecen
alergias y síntomas como el acné, la dermatitis, el prurito y el eccema. La combinación de humedad y calor también
tapona los poros, excita las glándulas sebáceas e incrementa la cantidad de grasa en la piel. En un clima seco
también se puede dar un fenómeno de dermatitis por sequedad. En este caso experimentamos picores y nuestra
piel se enrojecería en las zonas más expuestas.
Prurito. Sensación de picor cutáneo que provoca la necesidad de rascar.
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Dermografismo. Reacción urticarial desencadenada a través de trazados efectuados en la piel con la uña o con
un estilete.
Lesiones primarias y secundarias
Lesiones primarias
Mácula. Lesión plana, circunscrita con cambio de color
Pápula. Acúmulos serosos (Habón o roncha, se caracteriza por ser evanescente), depósitos de sustancias,
infiltrados inflamatorios o neoplásicos. Elevada, circunscrita, <0’5 cm; epidermis, unión D-E o dermis
Placa. Elevación en meseta, una superficie relativamente grande en comparación con su altura, suele
deberse a la confluencia de pápulas
Nódulo. Lesión redondeada, circunscrita, profunda y palpable
Tumor. Lesión masa o nódulo grande que se produce por proliferación celular
Vesícula. Lesión elevada, circunscrita, contenido seroso o hemorrágico, <0’5 cm. Su origen puede ser:
Intraepidérmico _Edema intercelular (espongiosis), _Pérdida de puentes intercelulares (acantolisis) y
Subepidérmico
Ampolla ó flictena. Lesión elevada, circunscrita, contenido seroso o hemorrágico >0’5 cm
Pústula. Contiene exudado purulento, de color, forma y tamaño variable
Quiste. Lesión tipo cavidad, con contenido líquido o semisólido, de consistencia elástica
Lesiones secundarias
Excoriación. Superficial por pérdida de epidermis, secundaria al rascado
Erosión. Lesión deprimida por pérdida de epidermis y dermis papilar
Fisura o rágade. Grietas lineales que afectan a epidermis y dermis superficial
Úlcera. Pérdida de epidermis, dermis y tejido celular subcutáneo
Fístula. Trayecto anómalo que comunica la superficie cutánea con cavidad supurativa o éstas entre sí.
Escama. Depósito seco, acumulación excesiva de estrato córneo
Costra. Depósito indurado, por desecación de exudados de la lesión previa
Escara. Depósito indurado, por necrosis cutánea. Herida que queda en la piel y en las partes blandas por
necrosis, formando una costra seca. Normalmente es consecuencia de una quemadura, una infección o una
enfermedad cutánea escoriativa, resultado del apoyo prolongado sobre una zona determinada en pacientes
encamados. En este último caso, se denomina también úlcera por presión o úlcera de decúbito.
Atrofia. Área de adelgazamiento de la piel, que se caracteriza por la pérdida de vello, transparencia de
vasos sanguíneos y plegamiento excesivo
Esclerosis. Área de induración de la piel que puede ser debida a proliferación colágena, infiltración celular o
edema en dermis o tejido celular subcutáneo, y que se caracteriza por dificultad de plegamiento
Cicatriz. Área de regeneración de un defecto cutáneo previo con afectación de dermis; puede ser
hipertrófica, atrófica o esclerótica
Liquenificación. Área de engrosamiento de la piel, que se caracteriza por prominencia de las líneas de la
piel, y que generalmente es secundaria al rascado o roce.
Cambios en pelos y uñas. Cambios en el cabello: Cambio en el color (signos del envejecimiento, el folículo
produce menos melanina: el encanecimiento comienza con frecuencia hacia los 30 año). Cambios en el grosor
del cabello. Pérdida de cabello y disminución en su velocidad de crecimiento. Las fibras de cabello se vuelven
más pequeñas y tienen menos pigmento. Cambios en las uñas: Las uñas también cambian con la edad: crecen
más lentamente y se vuelven pálidas y frágiles. Se pueden volver amarillentas y opacas. Las uñas, especialmente
las de los dedos de los pies, pueden volverse duras y gruesas y encarnarse con más frecuencia; mientras que las
puntas de las uñas de las manos se pueden partir.
3. LINFÁTICOS:
Adenomegalias. Aumento de tamaño de una glándula. Tradicionalmente se refiere al aumento que se observa
en lesiones inflamatorias y tumorales de los ganglios linfáticos.
Linfangitis. Inflamación de los vasos linfáticos, generalmente como consecuencia de procesos infecciosos
localizados.
Obstrucción linfática. Es un bloqueo de los vasos linfáticos que drenan líquido desde los tejidos a través de todo
el cuerpo y permiten que las células del sistema inmunitario viajen hasta donde se necesiten. La obstrucción
linfática puede causar linfedema, que significa inflamación debido a un bloqueo de los conductos linfáticos.
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Causas: Extirpación o inflamación de los ganglios linfáticos, infecciones parasitarias como la filariasis, lesión,
radioterapia, infecciones cutáneas como celulitis (más común en pacientes obesos), cirugía, tumores.
4. CABEZA:
Cefalalgía. Dolor de cabeza. Cefalea que afecta a un cuadrante de la cabeza.
Traumatismos y secuelas
Traumatismos. Término general que se emplea para designar todas las lesiones internas o externas
provocadas por una violencia exterior. || Estado del organismo afectado de una herida o contusión grave.
Secuelas. Lesión o afección consecutiva a una lesión o enfermedad.
Mareos y vértigos.
Mareo. Sensación alterada de la relación con el espacio; sensación de inestabilidad y movimiento en la
cabeza.
Vértigo. Sensación ilusoria de que el entorno o el propio cuerpo da vueltas; puede obedecer a afecciones del
oído interno o a trastornos de los centros o las vías vestibulares en el sistema nervioso central. El término se
utiliza en ocasiones erróneamente para indicar cualquier forma de mareo.
5. OJOS:
Oftalmalgia. Dolor ocular
Astenopía. Fatiga visual acompañada o no de cefalea frontal o periocular, que se produce en situaciones que
requieren una fijación prolongada de la vista. Este cansancio visual se puede acompañar de visión doble e
incluso de síntomas generales, como las contracturas musculares.
Lagrimeo. Flujo anormal y excesivo de lágrimas. 2. Secreción y salida de las lágrimas.
Prurito. Sensación de picor cutáneo que provoca la necesidad de rascar.
Visión borrosa.
Diplopía. Percepción de dos imágenes existiendo un solo objeto.
Escotomas. Zona del campo visual con pérdida de la sensibilidad visual. Zona de pérdida o disminución de la
visión dentro del campo visual, rodeada de un área de menor disminución o de visión normal.
Fotofobia. Sensibilidad exacerbada de los ojos a la luz. Intolerancia visual anormal a la luz.
Glaucoma. Halo de color blanco amarillento que rodea el nervio óptico en algunos pacientes con glaucoma,
debido a un proceso de atrofia coroidea.
Catarata. Opacidad parcial o total del cristalino, que puede aparecer en cualquier momento de la vida, incluso
en los recién nacidos, pero es mucho más frecuente a partir de los cincuenta años.
Los síntomas iniciales son: visión borrosa de manera permanente, a modo de niebla; deslumbramiento en
condiciones de alta luminosidad y, en ocasiones, necesidad de quitarse las gafas de cerca para leer. Por el contrario,
no provoca dolor ocular o de cabeza. Constituye la principal causa de baja visión en el mundo y su cirugía es la que
más se practica en oftalmología y una de las más frecuentes de todas las intervenciones que se realizan en
medicina. La operación debe realizarse cuando la disminución de la agudeza visual impide que el paciente realice
las actividades cotidianas. Asimismo, no es necesario esperar a que la catarata esté madura, ya que esta medida
puede conducir a la pérdida completa de la visión, si bien, a diferencia de otros procesos, se puede corregir
mediante una intervención quirúrgica.
Pterigión. Proliferación membranosa de la conjuntiva, de forma triangular, que invade la córnea.
Lente intraocular. Lente que se coloca en el interior del ojo tras la extracción quirúrgica del cristalino cataratoso.
Normalmente se coloca en la cámara posterior del ojo, en el saco capsular. Cuando la cápsula posterior no se
conserva intacta tras la cirugía se coloca apoyada sobre la cápsula anterior. Si no existe suficiente apoyo capsular
se puede colocar en la cámara anterior o en la cámara posterior suturada al sulcus ciliar. Actualmente se
dispone de lentes intraoculares plegables que pueden ser introducidas a través de una incisión de tan solo tres
milímetros tras lo cual se despliegan en el interior del ojo. Eso facilita la realización de cirugías mínimamente
invasivas que permiten una rápida recuperación visual y de la actividad física.
Uso de lentes correctores. Utilización de productos (lentes) para corregir los defectos de refracción del ojo:
miopía, hipermetropía, astigmatismo y/o presbicia.
Defectos de refracción: Miopía, hipermetropía, astigmatismo
Miopía. Error de refracción en el que cuando el ojo se halla en reposo, los haces luminosos, procedentes
del infinito, se enfocan en un punto situado por delante de la retina. Es sinónimo de corto de vista.
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Provoca que las imágenes lejanas se vean borrosas, mientras que la visión es mejor en tareas próximas. La
miopía no solo es un defecto de refracción, corregible mediante la graduación óptica, sino que implica un
cambio anatómico en el ojo, lo que conlleva un mayor riesgo de padecer una patología oftálmica del tipo
de cataratas, glaucoma, neovascularización subretiniana, coroidosis miópica o desprendimiento de retina.
Estos riesgos, normalmente, son mayores en aquellos casos de miopías superiores a seis dioptrías.
Hipermetropía. Defecto de refracción que se caracteriza porque las imágenes se enfocan por detrás de la
retina. Se puede compensar, total o parcialmente, en personas jóvenes mediante la acomodación,
precisando, en caso contrario, de cristales de graduación positiva para poder obtener una visión
correctamente enfocada.
Astigmatismo. Ametropía en la que existe una diferente refracción entre los principales meridianos de la
córnea. La córnea no es exactamente esférica, sino ligeramente abombada, lo que produce una imagen
desenfocada sobre la retina. En más raras ocasiones el astigmatismo se debe a irregularidades en la
superficie anterior o posterior del cristalino.
Ambliopía. Disminución de la visión en un ojo, cuya estructura parece normal cuando es examinado con el
oftalmoscopio.
Hipersomnia. Somnolencia excesiva o crisis de sueño invencible durante el día.
6. NARIZ:
Estornudos. Expulsión violenta, repentina, involuntaria y audible de aire por la boca y la nariz.
Secreciones: Nasales y retronasales
Epistaxis. Sangrado nasal, que con frecuencia se asocia a una erosión de la parte anterior de la mucosa de la
fosa nasal (zona de Kiesselbach). Otras causas pueden ser locales (traumatismos, tumores malignos, fibroma
nasofaríngeo) o generales (enfermedad de Rendu-Osler, hipertensión, hemopatías, etc.).
Olfato. Sentido que es estimulado por los olores. Está formado por la mucosa pituitaria, que recubre la parte
postero-superior de las fosas nasales (techo, pared medial y pared lateral). Las partículas olorosas se disuelven
en la secreción seromucosa que envuelve el neuroepitelio olfatorio y excita sus células, las cuales transmiten el
estímulo al bulbo olfatorio.
Traumatismos: Dolor nasal y paranasal
Término general que se emplea para designar todas las lesiones internas o externas provocadas por una
violencia exterior. || Estado del organismo afectado de una herida o contusión grave. || Proceso o lesión
traumática.
Obstrucción. Ocluir, cerrar el paso. Es un trastorno nasal que se debe a una excesiva inflamación de los vasos
sanguíneos, que irrigan las membranas mucosas que recubren el interior de las fosas nasales, dificultando el
flujo normal de aire. Causada por una infección de tipo vírica y, suele desaparecer por sí sola en el plazo de una
semana, la obstrucción nasal se debe a problemas estructurales oseocartilaginosos o alteraciones en la propia
fisiología de la mucosa nasal; aunque también se da en algunos pacientes por patología tumoral.
7. OÍDOS:
Otalgia. Dolor en el oído. Puede producirse por una afección en el oído externo o en el oído medio, pero
también por afectaciones circundantes: articulación temporomandibular, faringe, dientes, lengua, nervio
glosofaríngeo (apófisis estiloides larga) o del territorio de las raíces nerviosas C2-C3 (otalgia referida).
Otorrea. Secreción mucosa, serosa o purulenta, que se exterioriza en el conducto auditivo externo.
Prurito. Sensación de picor cutáneo que provoca la necesidad de rascar.
Acúfenos oTinnitus. Sensación auditiva anormal percibida, la mayoría de las veces, por el propio sujeto (acúfeno
subjetivo) o, más raramente, por otro (acúfeno objetivo). Pueden percibirse de manera difusa en la cabeza o
unilateralmente en un oído. Algunos son sincrónicos con el pulso y son sospechosos de una patología vascular.
Hipoacusia. Disminución de la agudeza auditiva.
Vértigo. Ilusión de movimiento, en general rotatorio del propio sujeto sobre sí mismo o de objetos alrededor del
sujeto.
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Estomatitis. Inflamación de la mucosa bucal, debida a factores locales o sistémicos, que puede afectar a la
mucosa yugal y labial, el paladar, la lengua, el suelo de la boca y las encías.
Gingivorrágia. Hemorragia espontánea que se produce en las encías. Es un motivo frecuente de consulta tanto
en atención primaria como en los servicios de urgencias, que en un paciente aparentemente sano suele
corresponder a una patología banal, pero tras la que en ocasiones se puede esconder una patología de mayor
gravedad.
Queilitis. Inflamación de los labios.
Glositis. Inflamación aguda o crónica de la lengua. Según su aspecto macroscópico, puede ser aftosa, atrófica,
depapilante (anemias hipercromas, escarlatina, síndrome de Gougerot-Sjögren), disecante, queratósica,
flemonosa, esclerosante (superficial como en la sífilis terciaria o profunda como en neoplasias) y ulcerosa.
Aftas. Lesión de la mucosa oral y/o genital, que se caracteriza por una vesículo-ulceración con sensación de
quemazón y dolor.
Disfonía. Alteración de la voz con modificación del timbre o de la intensidad. Puede deberse a una alteración en
los pliegues vocales, a una modificación en las cavidades de resonancia o a una alteración en la adaptación y
coordinación de los distintos órganos implicados en la producción de la voz.
Voz bitonal. Trastorno de la fonación que consiste en la formación, a la vez, de dos sonidos de diferente altura;
suele estar producido por la presencia de pólipos en las cuerdas vocales o por una parálisis unilateral de dichas
cuerdas.
Estridor. Ruido agudo que se produce al respirar, siempre que hay un estrechamiento de la laringe.
Dientes:
Caries. Destrucción de una parte de un hueso o de un diente. || Tipo de necrosis ósea que generalmente se
presenta en inflamaciones crónicas con producción de absceso.
Abscesos. Colección localizada de pus en el interior de tejidos, órganos o espacios confinados.
Curaciones. Restablecimiento de la integridad del tejido lesionado
Extracciones. Procedimiento quirúrgico que se utiliza para sacar un elemento dental del propio alveolo
(cavidad ósea en cuyo interior se alojan las raíces del diente). Dicho procedimiento se realiza cuando no son
factibles los demás procedimientos de curación del diente, es decir, se mantiene como última elección
terapéutica.
Prótesis. Elemento artificial destinado a restaurar la anatomía de una o varias piezas dentarias, restaurando
también la relación entre los maxilares, a la vez que devuelve la dimensión vertical, y repone los dientes.
Endodoncias. Procedimiento por el que los odontólogos eliminan en parte o en su totalidad la pulpa del
diente que está dañada. La pulpa es el tejido que se encuentra en la parte central del diente (conducto
pulpar), conteniendo vasos sanguíneos y nervios, y que se extiende desde la corona hasta la raíz,
comunicando el diente con el hueso maxilar.
9. CUELLO:
Dolor. Patología cervical severa produce síntomas más allá de los confines de la región cervical, típicamente
estos síntomas son de naturaleza neurológica. Cualquier desorden asociado con desgaste del cartílago o discos,
artritis reumatoide, polimialgia reumática, espondiloartropatías, y fibromialgia está asociado a síntomas en la
región del cuello.
Tumoraciones. Tumor que se extiende invadiendo y destruyendo los tejidos circundantes y que puede causar la
muerte / Hinchazón o bulto que se produce en una parte del cuerpo.
Bocio. m. Enfermedad endémica por déficit de sales yodadas en la dieta, que produce crecimiento patológico de
la glándula tiroides, generalmente con un patrón quístico y multinodular.
Tortícolis. Inclinación viciosa de la cabeza y cuello por causas diversas, especialmente musculares. || Cuello
torcido. Estado de contracción o retracción de los músculos del cuello, que produce su torcedura y una posición
no natural de la cabeza.
Rigidez. Dificultad y limitación a la flexión del cuello, siendo imposible que el paciente, de forma pasiva, lleve su
barbilla contra el esternón. Es un signo de irritación meníngea y se observa en cuadros como la meningitis y las
hemorragias subaracnoideas.
10. MAMAS:
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Mastodinia o mastalgía. Síntoma consistente en el dolor en la glándula mamaria. El dolor mamario puede ser
fundamentalmente de tres tipos: la mastalgia cíclica (dolor premenstrual por edema de la mama por influencia
hormonal), dolores referidos a la mama (musculoesquelético, artrosis cervical, etc.) y dolor por patología
orgánica de la mama (mastopatía fibroquística, tumores y quistes de mama, necrosis grasa, mastitis aguda y
crónica y adenosis esclerosante).
Aumento de volumen.
Pigmentación. Color de la piel normal o de origen patológico debido a enfermedades o pigmentos propios de las
mismas.
Tumoraciones. Es una inflamación, protuberancia o masa en la mama, las protuberancias mamarias tanto en
hombres como en mujeres aumentan la preocupación sobre el cáncer de mama, aunque la mayoría de ellas no
son cáncer.
Secreciones: Galactorrea, galactorrágia
Galactorrea. Secreción láctea de la mama fuera del embarazo y de la lactancia. Puede suceder de forma
fisiológica, o bien ser secundario a algunos medicamentos con actividad dopaminérgica (clorpromazina,
haloperidol, metildopa, metoclopramida) o a situaciones de hipersecreción de prolactina.
Galactorrágia. Presencia de sangre en la leche secretada por la mama.
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consecuencia de un mal gesto o de un esfuerzo violento, la flexión del tronco contra resistencia, levantar un
peso, etc.
Dolor perineal. Es el dolor en el área perineal (vulvovaginal, perianal, escrotal…) de causa no conocida que
constituye una de los motivos de consulta cada vez más común en las Unidades del Dolor. En estos casos, la
neuralgia del pudendo puede ser la responsable del cuadro.
Patrón miccional. Secuencia normal de la micción (número de veces), comprendiendo las fases de llenado y
vaciado.
Disuria. Emisión dolorosa o dificultosa de la orina. Habitualmente es un proceso agudo y se asocia a la
polaquiuria, o incremento de la frecuencia miccional. La causa más frecuente es la infección urinaria del tracto
inferior, por acción de gérmenes Escherichia coli y otros gram-negativos, Staphylococo y Clamidea tracomatis
(constituyen el 95% de los casos), aunque también puede tener origen espástico o psíquico. Como agentes
desencadenantes destacan: las relaciones sexuales, los enfriamientos, las válvulas uretrales, problemas
prostáticos, etc.
Polaquiuria. Síntoma urinario que se caracteriza por micción frecuente y de escaso volumen. Es característica de
los cuadros obstructivos del tramo común inferior (el ejemplo más carácterístico sería el prostatismo) y de los
cuadros irritativos vesicales (como la infección urinaria).
Micción imperiosa. Ocurre cuando se tiene una necesidad fuerte y repentina de orinar. La vejiga se contrae, o
tiene espasmos, y usted elimina orina.
Retención de orina. Sucede cuando su vejiga está llena, pero no se puede orinar. Esta condición sucede
repentinamente, empeora con rapidez y dura poco tiempo.
Poliuria. Aumento del volumen de la orina en una cuantía superior a 2 ml/min (más de 2 litros en 24 horas). Las
causas más frecuentes son la sobrecarga de solutos, la insuficiencia renal crónica, la diabetes mellitus, la ingesta
compulsiva de agua (potomanía), la diabetes insípida por déficit de la hormona antidiurética, la intoxicación por
litio, la hipercalcemia o la hipopotasemia. El tratamiento es anticausal.
Oliguria. Reducción del volumen urinario por debajo del necesario (0,3 ml/min, 400 ml/24 horas en adulto o 1
ml/kg/hora en niños) para eliminar los residuos metabólicos producidos en condiciones basales. Es una
expresión de fracaso renal agudo prerrenal o funcional por una falta de la perfusión renal, por nefropatía
tubulointersticial, por glomerulonefritis, vasculitis o una obstrucción urinaria.
Nicturia. Incremento de la producción y emisión de orina durante la noche. Se presenta en la insuficiencia renal
crónica, la diabetes mellitus, la insuficiencia cardiaca, el trasplante renal, etc. Está en parte relacionado con una
mejoría de la perfusión renal, durante el reposo físico.
Cambio de color urinario. El color normal de la orina es amarillo paja. La orina de color anormal puede ser
turbia, oscura o de color sangre. El color anormal de la orina puede ser causado por infección, enfermedad,
medicamentos o alimentos que uno come. La orina lechosa o turbia es un signo de una infección urinaria que
también puede causar un olor desagradable. La orina lechosa también puede ser causada por la presencia de
bacterias, cristales, grasa, glóbulos blancos o rojos o moco en la orina. La orina clara pero de color marrón
oscuro es un signo de un trastorno hepático, como la hepatitis viral aguda o la cirrosis, que provoca exceso de
bilirrubina en la orina.
Hematuria. Signo inespecífico de enfermedad, que se caracteriza por la presencia de hematíes en la orina y cuya
procedencia puede ser desde el meato urinario hasta el glomérulo. Se dice que es macroscópica cuando se
objetiva a simple vista y, a veces, se asocia a coágulos, y microscópica cuando se objetiva mediante el
microscopio o tiras reactivas en la orina. A su vez, la hematuria macroscópica puede ser total o uniforme,
cuando la orina es sanguinolenta a lo largo de toda la micción, o parcial, cuando lo es, por ejemplo, al comienzo
y al final de la micción (esta última procedería de la uretra o de la próstata).
Incontinencia urinaria. La incontinencia urinaria es la pérdida del control de la vejiga. Los síntomas pueden
variar desde una fuga de orina leve hasta la salida abundante e incontrolable de ésta. Puede ocurrirle a
cualquiera, pero es más común con la edad.
Enuresis. Pérdida involuntaria de orina, durante el sueño, en niños mayores de cuatro años, sin que exista
ninguna alteración orgánica del aparato urinario. Afecta al 15-20% de los niños de 5 años; al 5% de 10 años y al
1% de 15 años. No se trata de una enfermedad, sino de un síntoma que se cura espontáneamente. La etiología
es desconocida, aunque probablemente multifactorial. Se ha considerado consecuencia de un retraso del
proceso de maduración, factores genéticos, factores psicosomáticos, factores relacionados con la replección
vesical, factores relacionados con el sueño. Sin embargo, no se ha podido determinar una causa objetiva.
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Orina espumosa. Normalmente, al orinar, no se encontrará ningún burbujas o espuma, sin embargo, a veces
después de la micción de orina espumosa puede estar presente en la taza del inodoro. Causas (micción rápida,
proteinuria, Infección del tracto urinario, fístula Vesicocolic, presencia de semen)
Turbidez de orina. La turbidez de la orina puede ser causada principalmente por la presencia de sustancias
mucosas, bacterias, leucocitos, uratos amorfos, fosfatos amorfos o eritrocitos, orina con sarro, arenilla. La
turbidez puede ser causada por moco que solidifica al enfriar la orina.
Litiasis urinaria. Presencia de cálculos en cualquier parte del aparato urinario. Es una patología muy frecuente y
su prevalencia es del 2-3%; la relación hombres-mujeres 3:1 y uno de cada ocho varones que alcanza los 30 años
padece litiasis.
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Convulsiones. Contracción aislada y mantenida o serie brusca, violenta e involuntaria de contracciones de un
grupo de músculos o de la totalidad de los músculos del cuerpo. Es paroxística y episódica y se origina por una
descarga anormal del sistema nervioso central.
Paresia o parálisis
Paresia. Pérdida de fuerza muscular parcial, independientemente de la topografía.
Parálisis. Abolición de la función motora en una parte del cuerpo a causa de una lesión del sistema nervioso o
muscular.
Movimientos involuntarios (Temblores, mioclonías, tics, balismo, corea, atetosis, discinesias)
Temblores. Movimientos involuntarios anormales, que se caracteriza por oscilaciones rítmicas, realizadas por
una parte del cuerpo o por todo él, alrededor de su eje de equilibrio.
Mioclonías. Tipo de movimiento anormal involuntario que consiste en sacudidas musculares bruscas y de breve
duración, que puede englobar a un grupo muscular, a un segmento corporal o ser generalizadas.
Tics. Movimiento involuntario anormal, repetitivo, estereotipado y, en ocasiones, muy complejo. Puede ser
brusco o tónico y, en todos los casos, se puede inhibir voluntariamente. Mejora con la aplicación de fármacos
antidopaminérgicos.
Corea. Presencia incesante de movimientos involuntarios, bruscos, de predominio distal, sin ningún tipo de
patrón estereotipado que se pueden presentar de manera focal o generalizada. Su etiología es variada pero
fisiopatológicamente se asocia a una hiperactividad dopaminérgica de los ganglios basales.
Atetosis. Distonía que afecta a las partes distales de las extremidades, lo que hace que muestren movimientos
anormales, involuntarios, lentos y reptantes. El término está en desuso, siendo preferible utilizar el de distonía
distal.
Discinesias. En neurología: Alteración de los movimientos. Se utiliza especialmente para referirse a los
movimientos anormales involuntarios, presentes en numerosas enfermedades neurológicas.
En cardiología: Trastorno de la contracción ventricular, que consiste en un movimiento paradójico
(abombamiento sistólico) de uno o varios segmentos de la pared ventricular. Suele ser debido a necrosis
miocárdica por infarto de miocardio.
Alteraciones de la sensibilidad táctil (Parestesias, hiperestesia, anestesia) y dolorosa (hipoalgesia,
hiperalgesia)
Parestesias. Sensación de hormigueo en un territorio cutáneo, que se observa cuando se comprime o se lesiona
parcialmente un nervio.
Hiperestesia. Trastorno de la percepción que consiste en una distorsión sensorial por un aumento de la
intensidad de las sensaciones, en el que los estímulos, incluso los de baja intensidad, se perciben de forma
anormalmente intensa. Por ejemplo, el roce de la ropa sobre la piel puede llegar a ser molesto, o la intensidad
de la luz, insoportable para los ojos. Esta exagerada sensibilidad a todo estímulo sensorial aparece en delirios
tóxicos, en intoxicaciones agudas producidas por la cocaína y en enfermedades mentales como la manía y otras
psicosis agudas.
Anestesia. Ausencia de la sensibilidad al dolor en un determinado territorio. || En sentido estricto, como
transtorno de la sensibilidad, desaparición del sentido del tacto a consecuencia de una enfermedad o debido a la
analgesia. || Estado de insensibilidad frente a estímulos somatosensoriales o viscerosensoriales, inducido de
forma farmacológica y reversible.
Hipoalgesia. Disminución de la nocicepción (sensibilidad al dolor).
Hiperalgesia. Nocicepción (sensibilidad al dolor) anormalmente alta.
Alteraciones de la bipedestación y marcha. Transtornos en el hecho de mantener uno mismo una postura
erecta sobre los pies y en el hecho de desplazarse hacia delante desde la posición bípeda.
Las causas son las lesiones periféricas, neuropatías o miopatías originan problemas de falta de impulso muscular
aunque el movimiento esté bien planeado. Entre las lesiones centrales, en la enfermedad de Parkinson los
desplazamientos del centro de gravedad no suscitan reflejos posturales suficientes; en las ataxias tabéticas los
despegues y las tomas de contacto están mal calculados, y en las vestibulares los mecanismos centrales reciben
información defectuosa sobre la posición cefálica; por consiguiente.
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