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MEDICINA

GLOSARIO
REVISIÓN POR ÓRGANOS,
APARATOS Y SISTEMAS
Glosario basado en un 98 % en el Diccionario Espasa de Medicina, de la Facultad de Medicina de la Universidad
de Navarra.
Link de descarga: http://www.mediafire.com/file/yytnk491rmrneiy/Diccionario++m%C3%A9dico+Espasa.rar

1. GENERALES
Astenia. Disminución o falta de fu erza y energía; debilidad.
Fiebre. Elevación de la temperatura corporal por encima de lo normal; puede deberse a factores estresantes
fisiológicos tales como la ovulación, la secreción excesiva de hormona tiroidea o un ejercicio intenso, a lesiones
o infecciones del sistema nervioso central y a una gran cantidad de procesos no infecciosos, entre ellos la
inflamación o liberación de determinados materiales, como sucede en la leucemia. D. t. pirexia.
Escalofrío. Estremecimiento o sacudida; acceso de contracciones involuntarias de los músculos voluntarios,
acompañado de sensación de frío y palidez cutánea. D. t. tiritona.
Sudor nocturno. Sudación duran te el sueño, un síntoma que apare ce con frecuencia en la tuberculosis y el
síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
Intolerancia. Incapacidad para soportar; sensibilización, como a un fármaco.
Intolerancia al frio o calor. Es una sensibilidad anormal a un ambiente frío o a las temperaturas frías (La
intolerancia al frío puede ser un síntoma de un problema metabólico, algunas personas con frecuencia mujeres
muy delgadas no toleran los ambientes fríos, simplemente porque tienen muy poca grasa corporal y son
incapaces de mantenerse calientes)/ sensación de estar sobrecalentado cuando la temperatura a su alrededor
se eleva, con frecuencia puede causar sudoración excesiva; la intolerancia al calor generalmente aparece de
manera lenta y dura mucho tiempo, pero también puede ocurrir de manera rápida y ser un padecimiento serio –
Causas-Anfetaminas u otros estimulantes, como los que se encuentran en los anorexígenos o supresores del
apetito, ansiedad, cafeína, menopausia, demasiada hormona tiroidea (tirotoxicosis).
Hiporexia. Es la pérdida o disminución parcial del apetito diferenciándose de la anorexia, que es la pérdida total
del apetito. En personas que padecen de enfermedades del tubo digestivo, hígado, vías biliares y páncreas
(enfermedades de gastroenterología) la hiporexia tiene significados y expresiones de gravedad muy variados.
Las causas son: Lesiones inflamatorias del tubo digestivo. Lesiones inflamatorias del hígado, vías biliares y
páncreas. Lesiones tumorales malignas. Lesiones tumorales benignas. Los estados de ansiedad y depresión.
Anorexia. Ausencia o pérdida del apetito por los alimentos. Es un trastorno alimentario que lleva a que las
personas pierdan más peso de lo que se considera saludable para su edad y estatura. Las personas con este
trastorno pueden tener un miedo intenso a aumentar de peso, incluso cuando están con peso insuficiente. Es
posible que hagan dietas o ejercicio en forma excesiva o que utilicen otros métodos para bajar de peso.
Bulimia. Apetito exagerado e insaciable. Bulimia nerviosa: Trastorno de la conducta alimentaria, que se
caracteriza por episodios frecuentes de hiperfagia, en los que el paciente consume grandes cantidades de
alimentos en periodos largos de tiempo; la preocupación persistente por la comida junto a un deseo intenso o
un sentimiento de compulsión al comer; los intentos de contrarrestar la repercusión de los atracones en el peso
mediante el vómito provocado; el abuso de laxantes, el ayuno o los fármacos (anorexígenos, diuréticos, etc.), y
la autopercepción de estar demasiado obeso.
Hiperfagia. Polifagia. Acción de comer excesivamente; glotonería. Causas: Ansiedad, ciertas drogas como
corticosteroides, ciproheptadina y antidepresivos tricíclicos, bulimia (más común en mujeres entre 18 y 30 años),
diabetes mellitus (incluyendo diabetes gestacional), enfermedad de Graves, hipertiroidismo, hipoglucemia,
síndrome premenstrual)
Polidipsia. Sensación de sed aumentada patológicamente. Ocurre en las diabetes mellitus e insípida, pero
también puede ser de origen psicógeno (potomanía).
Adipsia. Inhibición del deseo de ingesta hídrica. Ausencia de sed o aversión anormal a los líquidos.
Insomnio. Incapacidad crónica para dormir o permanecer dormido, vigilia anormal.

2. PIEL Y FANERAS:
Cambios de color: Es una alteración de la pigmentación de la piel, está alterada la formación de pigmentos
cutáneos por lo que la piel presenta un aumento (hiperpigmentación) o una disminución (hipopigmentación o
acromía, despigmentación) de la coloración.
Palidez, ictericia, cianosis, hiperpigmentación
Palidez. Ausencia del color normal de la piel.
Ictericia. Color amarillo de la piel y de las mucosas, debido al aumento de la concentración de la bilirrubina
en la sangre. Es un síntoma de distintos procesos: hepáticos, vías biliares y de la sangre; así como, a veces,
del uso de ciertos fármacos. Habitualmente se observa primero en los ojos.
Cianosis. Coloración azulada de la piel y las mucosas, debida a una mayor proporción de sangre reducida.
Las causas más frecuentes son las respiratorias y las circulatorias, que ocasionan una oxigenación
insuficiente de la sangre a nivel alveolar.
Hiperpigmentación. Excesiva pigmentación.
Cambios de textura. Cambio en la estructura u organización del tejido, la mayoría de los tipos de piel se
inscriben en una de estas cuatro categorías: grasa, normal, seca y mixta. Como sus nombres indican, la piel grasa
suele tener una textura resbaladiza o pegajosa, mientras que la piel seca puede ser escamosa y áspera. Las
personas con piel mixta suelen tener la piel grasa en la frente, nariz y mentón, también conocida como la zona T,
y la piel seca o normal en las mejillas.
En todos los tipos de piel, las células muertas se acumulan en la capa externa de la misma, llamada epidermis,
dando lugar a una textura áspera y a un aspecto mate. La exfoliación, elimina las células muertas y hace que
aparezcan las células nuevas.
A parte de esto, existen algunas dolencias que pueden afectar a la textura de la piel, incluyendo el acné, la rosácea
y el eczema, y otras como por ejemplo, el lupus, una enfermedad autoinmune que puede causar descamación y
sarpullidos sobre la nariz y las mejillas. Los cambios hormonales pueden afectar a la piel, como le ocurre a algunas
mujeres embarazadas. Otros factores que también afectan a la textura, como el tamaño de los poros, son
hereditarios.
Cambios de humedad. Cambios del grado de humedad, nuestro cuerpo se autorregula a 37 °C gracias a un
mecanismo llamado evapotranspiración.
Cuando hace calor, los vasos sanguíneos se dilatan, aumenta nuestro flujo de sangre y sudamos para refrescarnos.
Con el frío, los vasos se contraen, el flujo sanguíneo disminuye y el cuerpo agita sus músculos para que entremos en
calor. En verano la humedad es el elemento principal que afecta nuestra sudoración. A mayor humedad, más
dificultades para evaporar el sudor, que permanece en la piel e impide regular nuestra temperatura. De ahí que en
dos climas distintos suframos más el calor en zonas húmedas, pese a que la temperatura no sea tan alta como en
las secas. Claro que subjetivamente, nosotros sentiremos que la temperatura sí es igual de elevada. La humedad
consiste en la cantidad de vapor de agua en el aire. Se considera una cantidad adecuada entre un 40% y un 70%.
Nuestro estrato córneo, la capa más exterior de nuestra piel, se adaptará según esta fluctúe. En un clima húmedo,
nuestra piel es más propensa a la maceración y aparición de bacterias, así como de alérgenos que favorecen
alergias y síntomas como el acné, la dermatitis, el prurito y el eccema. La combinación de humedad y calor también
tapona los poros, excita las glándulas sebáceas e incrementa la cantidad de grasa en la piel. En un clima seco
también se puede dar un fenómeno de dermatitis por sequedad. En este caso experimentamos picores y nuestra
piel se enrojecería en las zonas más expuestas.
Prurito. Sensación de picor cutáneo que provoca la necesidad de rascar.
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Dermografismo. Reacción urticarial desencadenada a través de trazados efectuados en la piel con la uña o con
un estilete.
Lesiones primarias y secundarias
Lesiones primarias
Mácula. Lesión plana, circunscrita con cambio de color
Pápula. Acúmulos serosos (Habón o roncha, se caracteriza por ser evanescente), depósitos de sustancias,
infiltrados inflamatorios o neoplásicos. Elevada, circunscrita, <0’5 cm; epidermis, unión D-E o dermis
Placa. Elevación en meseta, una superficie relativamente grande en comparación con su altura, suele
deberse a la confluencia de pápulas
Nódulo. Lesión redondeada, circunscrita, profunda y palpable
Tumor. Lesión masa o nódulo grande que se produce por proliferación celular
Vesícula. Lesión elevada, circunscrita, contenido seroso o hemorrágico, <0’5 cm. Su origen puede ser:
Intraepidérmico _Edema intercelular (espongiosis), _Pérdida de puentes intercelulares (acantolisis) y
Subepidérmico
Ampolla ó flictena. Lesión elevada, circunscrita, contenido seroso o hemorrágico >0’5 cm
Pústula. Contiene exudado purulento, de color, forma y tamaño variable
Quiste. Lesión tipo cavidad, con contenido líquido o semisólido, de consistencia elástica
Lesiones secundarias
Excoriación. Superficial por pérdida de epidermis, secundaria al rascado
Erosión. Lesión deprimida por pérdida de epidermis y dermis papilar
Fisura o rágade. Grietas lineales que afectan a epidermis y dermis superficial
Úlcera. Pérdida de epidermis, dermis y tejido celular subcutáneo
Fístula. Trayecto anómalo que comunica la superficie cutánea con cavidad supurativa o éstas entre sí.
Escama. Depósito seco, acumulación excesiva de estrato córneo
Costra. Depósito indurado, por desecación de exudados de la lesión previa
Escara. Depósito indurado, por necrosis cutánea. Herida que queda en la piel y en las partes blandas por
necrosis, formando una costra seca. Normalmente es consecuencia de una quemadura, una infección o una
enfermedad cutánea escoriativa, resultado del apoyo prolongado sobre una zona determinada en pacientes
encamados. En este último caso, se denomina también úlcera por presión o úlcera de decúbito.
Atrofia. Área de adelgazamiento de la piel, que se caracteriza por la pérdida de vello, transparencia de
vasos sanguíneos y plegamiento excesivo
Esclerosis. Área de induración de la piel que puede ser debida a proliferación colágena, infiltración celular o
edema en dermis o tejido celular subcutáneo, y que se caracteriza por dificultad de plegamiento
Cicatriz. Área de regeneración de un defecto cutáneo previo con afectación de dermis; puede ser
hipertrófica, atrófica o esclerótica
Liquenificación. Área de engrosamiento de la piel, que se caracteriza por prominencia de las líneas de la
piel, y que generalmente es secundaria al rascado o roce.
Cambios en pelos y uñas. Cambios en el cabello: Cambio en el color (signos del envejecimiento, el folículo
produce menos melanina: el encanecimiento comienza con frecuencia hacia los 30 año). Cambios en el grosor
del cabello. Pérdida de cabello y disminución en su velocidad de crecimiento. Las fibras de cabello se vuelven
más pequeñas y tienen menos pigmento. Cambios en las uñas: Las uñas también cambian con la edad: crecen
más lentamente y se vuelven pálidas y frágiles. Se pueden volver amarillentas y opacas. Las uñas, especialmente
las de los dedos de los pies, pueden volverse duras y gruesas y encarnarse con más frecuencia; mientras que las
puntas de las uñas de las manos se pueden partir.

3. LINFÁTICOS:
Adenomegalias. Aumento de tamaño de una glándula. Tradicionalmente se refiere al aumento que se observa
en lesiones inflamatorias y tumorales de los ganglios linfáticos.
Linfangitis. Inflamación de los vasos linfáticos, generalmente como consecuencia de procesos infecciosos
localizados.
Obstrucción linfática. Es un bloqueo de los vasos linfáticos que drenan líquido desde los tejidos a través de todo
el cuerpo y permiten que las células del sistema inmunitario viajen hasta donde se necesiten. La obstrucción
linfática puede causar linfedema, que significa inflamación debido a un bloqueo de los conductos linfáticos.
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Causas: Extirpación o inflamación de los ganglios linfáticos, infecciones parasitarias como la filariasis, lesión,
radioterapia, infecciones cutáneas como celulitis (más común en pacientes obesos), cirugía, tumores.

4. CABEZA:
Cefalalgía. Dolor de cabeza. Cefalea que afecta a un cuadrante de la cabeza.
Traumatismos y secuelas
Traumatismos. Término general que se emplea para designar todas las lesiones internas o externas
provocadas por una violencia exterior. || Estado del organismo afectado de una herida o contusión grave.
Secuelas. Lesión o afección consecutiva a una lesión o enfermedad.
Mareos y vértigos.
Mareo. Sensación alterada de la relación con el espacio; sensación de inestabilidad y movimiento en la
cabeza.
Vértigo. Sensación ilusoria de que el entorno o el propio cuerpo da vueltas; puede obedecer a afecciones del
oído interno o a trastornos de los centros o las vías vestibulares en el sistema nervioso central. El término se
utiliza en ocasiones erróneamente para indicar cualquier forma de mareo.

5. OJOS:
Oftalmalgia. Dolor ocular
Astenopía. Fatiga visual acompañada o no de cefalea frontal o periocular, que se produce en situaciones que
requieren una fijación prolongada de la vista. Este cansancio visual se puede acompañar de visión doble e
incluso de síntomas generales, como las contracturas musculares.
Lagrimeo. Flujo anormal y excesivo de lágrimas. 2. Secreción y salida de las lágrimas.
Prurito. Sensación de picor cutáneo que provoca la necesidad de rascar.
Visión borrosa.
Diplopía. Percepción de dos imágenes existiendo un solo objeto.
Escotomas. Zona del campo visual con pérdida de la sensibilidad visual. Zona de pérdida o disminución de la
visión dentro del campo visual, rodeada de un área de menor disminución o de visión normal.
Fotofobia. Sensibilidad exacerbada de los ojos a la luz. Intolerancia visual anormal a la luz.
Glaucoma. Halo de color blanco amarillento que rodea el nervio óptico en algunos pacientes con glaucoma,
debido a un proceso de atrofia coroidea.
Catarata. Opacidad parcial o total del cristalino, que puede aparecer en cualquier momento de la vida, incluso
en los recién nacidos, pero es mucho más frecuente a partir de los cincuenta años.
Los síntomas iniciales son: visión borrosa de manera permanente, a modo de niebla; deslumbramiento en
condiciones de alta luminosidad y, en ocasiones, necesidad de quitarse las gafas de cerca para leer. Por el contrario,
no provoca dolor ocular o de cabeza. Constituye la principal causa de baja visión en el mundo y su cirugía es la que
más se practica en oftalmología y una de las más frecuentes de todas las intervenciones que se realizan en
medicina. La operación debe realizarse cuando la disminución de la agudeza visual impide que el paciente realice
las actividades cotidianas. Asimismo, no es necesario esperar a que la catarata esté madura, ya que esta medida
puede conducir a la pérdida completa de la visión, si bien, a diferencia de otros procesos, se puede corregir
mediante una intervención quirúrgica.
Pterigión. Proliferación membranosa de la conjuntiva, de forma triangular, que invade la córnea.
Lente intraocular. Lente que se coloca en el interior del ojo tras la extracción quirúrgica del cristalino cataratoso.
Normalmente se coloca en la cámara posterior del ojo, en el saco capsular. Cuando la cápsula posterior no se
conserva intacta tras la cirugía se coloca apoyada sobre la cápsula anterior. Si no existe suficiente apoyo capsular
se puede colocar en la cámara anterior o en la cámara posterior suturada al sulcus ciliar. Actualmente se
dispone de lentes intraoculares plegables que pueden ser introducidas a través de una incisión de tan solo tres
milímetros tras lo cual se despliegan en el interior del ojo. Eso facilita la realización de cirugías mínimamente
invasivas que permiten una rápida recuperación visual y de la actividad física.
Uso de lentes correctores. Utilización de productos (lentes) para corregir los defectos de refracción del ojo:
miopía, hipermetropía, astigmatismo y/o presbicia.
Defectos de refracción: Miopía, hipermetropía, astigmatismo
Miopía. Error de refracción en el que cuando el ojo se halla en reposo, los haces luminosos, procedentes
del infinito, se enfocan en un punto situado por delante de la retina. Es sinónimo de corto de vista.

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Provoca que las imágenes lejanas se vean borrosas, mientras que la visión es mejor en tareas próximas. La
miopía no solo es un defecto de refracción, corregible mediante la graduación óptica, sino que implica un
cambio anatómico en el ojo, lo que conlleva un mayor riesgo de padecer una patología oftálmica del tipo
de cataratas, glaucoma, neovascularización subretiniana, coroidosis miópica o desprendimiento de retina.
Estos riesgos, normalmente, son mayores en aquellos casos de miopías superiores a seis dioptrías.
Hipermetropía. Defecto de refracción que se caracteriza porque las imágenes se enfocan por detrás de la
retina. Se puede compensar, total o parcialmente, en personas jóvenes mediante la acomodación,
precisando, en caso contrario, de cristales de graduación positiva para poder obtener una visión
correctamente enfocada.
Astigmatismo. Ametropía en la que existe una diferente refracción entre los principales meridianos de la
córnea. La córnea no es exactamente esférica, sino ligeramente abombada, lo que produce una imagen
desenfocada sobre la retina. En más raras ocasiones el astigmatismo se debe a irregularidades en la
superficie anterior o posterior del cristalino.
Ambliopía. Disminución de la visión en un ojo, cuya estructura parece normal cuando es examinado con el
oftalmoscopio.
Hipersomnia. Somnolencia excesiva o crisis de sueño invencible durante el día.

6. NARIZ:
Estornudos. Expulsión violenta, repentina, involuntaria y audible de aire por la boca y la nariz.
Secreciones: Nasales y retronasales
Epistaxis. Sangrado nasal, que con frecuencia se asocia a una erosión de la parte anterior de la mucosa de la
fosa nasal (zona de Kiesselbach). Otras causas pueden ser locales (traumatismos, tumores malignos, fibroma
nasofaríngeo) o generales (enfermedad de Rendu-Osler, hipertensión, hemopatías, etc.).
Olfato. Sentido que es estimulado por los olores. Está formado por la mucosa pituitaria, que recubre la parte
postero-superior de las fosas nasales (techo, pared medial y pared lateral). Las partículas olorosas se disuelven
en la secreción seromucosa que envuelve el neuroepitelio olfatorio y excita sus células, las cuales transmiten el
estímulo al bulbo olfatorio.
Traumatismos: Dolor nasal y paranasal
Término general que se emplea para designar todas las lesiones internas o externas provocadas por una
violencia exterior. || Estado del organismo afectado de una herida o contusión grave. || Proceso o lesión
traumática.
Obstrucción. Ocluir, cerrar el paso. Es un trastorno nasal que se debe a una excesiva inflamación de los vasos
sanguíneos, que irrigan las membranas mucosas que recubren el interior de las fosas nasales, dificultando el
flujo normal de aire. Causada por una infección de tipo vírica y, suele desaparecer por sí sola en el plazo de una
semana, la obstrucción nasal se debe a problemas estructurales oseocartilaginosos o alteraciones en la propia
fisiología de la mucosa nasal; aunque también se da en algunos pacientes por patología tumoral.

7. OÍDOS:
Otalgia. Dolor en el oído. Puede producirse por una afección en el oído externo o en el oído medio, pero
también por afectaciones circundantes: articulación temporomandibular, faringe, dientes, lengua, nervio
glosofaríngeo (apófisis estiloides larga) o del territorio de las raíces nerviosas C2-C3 (otalgia referida).
Otorrea. Secreción mucosa, serosa o purulenta, que se exterioriza en el conducto auditivo externo.
Prurito. Sensación de picor cutáneo que provoca la necesidad de rascar.
Acúfenos oTinnitus. Sensación auditiva anormal percibida, la mayoría de las veces, por el propio sujeto (acúfeno
subjetivo) o, más raramente, por otro (acúfeno objetivo). Pueden percibirse de manera difusa en la cabeza o
unilateralmente en un oído. Algunos son sincrónicos con el pulso y son sospechosos de una patología vascular.
Hipoacusia. Disminución de la agudeza auditiva.
Vértigo. Ilusión de movimiento, en general rotatorio del propio sujeto sobre sí mismo o de objetos alrededor del
sujeto.

8. BOCA, FARINGE, LARINGE:


Odinofagía. Deglución dolorosa.

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Estomatitis. Inflamación de la mucosa bucal, debida a factores locales o sistémicos, que puede afectar a la
mucosa yugal y labial, el paladar, la lengua, el suelo de la boca y las encías.
Gingivorrágia. Hemorragia espontánea que se produce en las encías. Es un motivo frecuente de consulta tanto
en atención primaria como en los servicios de urgencias, que en un paciente aparentemente sano suele
corresponder a una patología banal, pero tras la que en ocasiones se puede esconder una patología de mayor
gravedad.
Queilitis. Inflamación de los labios.
Glositis. Inflamación aguda o crónica de la lengua. Según su aspecto macroscópico, puede ser aftosa, atrófica,
depapilante (anemias hipercromas, escarlatina, síndrome de Gougerot-Sjögren), disecante, queratósica,
flemonosa, esclerosante (superficial como en la sífilis terciaria o profunda como en neoplasias) y ulcerosa.
Aftas. Lesión de la mucosa oral y/o genital, que se caracteriza por una vesículo-ulceración con sensación de
quemazón y dolor.
Disfonía. Alteración de la voz con modificación del timbre o de la intensidad. Puede deberse a una alteración en
los pliegues vocales, a una modificación en las cavidades de resonancia o a una alteración en la adaptación y
coordinación de los distintos órganos implicados en la producción de la voz.
Voz bitonal. Trastorno de la fonación que consiste en la formación, a la vez, de dos sonidos de diferente altura;
suele estar producido por la presencia de pólipos en las cuerdas vocales o por una parálisis unilateral de dichas
cuerdas.
Estridor. Ruido agudo que se produce al respirar, siempre que hay un estrechamiento de la laringe.
Dientes:
Caries. Destrucción de una parte de un hueso o de un diente. || Tipo de necrosis ósea que generalmente se
presenta en inflamaciones crónicas con producción de absceso.
Abscesos. Colección localizada de pus en el interior de tejidos, órganos o espacios confinados.
Curaciones. Restablecimiento de la integridad del tejido lesionado
Extracciones. Procedimiento quirúrgico que se utiliza para sacar un elemento dental del propio alveolo
(cavidad ósea en cuyo interior se alojan las raíces del diente). Dicho procedimiento se realiza cuando no son
factibles los demás procedimientos de curación del diente, es decir, se mantiene como última elección
terapéutica.
Prótesis. Elemento artificial destinado a restaurar la anatomía de una o varias piezas dentarias, restaurando
también la relación entre los maxilares, a la vez que devuelve la dimensión vertical, y repone los dientes.
Endodoncias. Procedimiento por el que los odontólogos eliminan en parte o en su totalidad la pulpa del
diente que está dañada. La pulpa es el tejido que se encuentra en la parte central del diente (conducto
pulpar), conteniendo vasos sanguíneos y nervios, y que se extiende desde la corona hasta la raíz,
comunicando el diente con el hueso maxilar.

9. CUELLO:
Dolor. Patología cervical severa produce síntomas más allá de los confines de la región cervical, típicamente
estos síntomas son de naturaleza neurológica. Cualquier desorden asociado con desgaste del cartílago o discos,
artritis reumatoide, polimialgia reumática, espondiloartropatías, y fibromialgia está asociado a síntomas en la
región del cuello.
Tumoraciones. Tumor que se extiende invadiendo y destruyendo los tejidos circundantes y que puede causar la
muerte / Hinchazón o bulto que se produce en una parte del cuerpo.
Bocio. m. Enfermedad endémica por déficit de sales yodadas en la dieta, que produce crecimiento patológico de
la glándula tiroides, generalmente con un patrón quístico y multinodular.
Tortícolis. Inclinación viciosa de la cabeza y cuello por causas diversas, especialmente musculares. || Cuello
torcido. Estado de contracción o retracción de los músculos del cuello, que produce su torcedura y una posición
no natural de la cabeza.
Rigidez. Dificultad y limitación a la flexión del cuello, siendo imposible que el paciente, de forma pasiva, lleve su
barbilla contra el esternón. Es un signo de irritación meníngea y se observa en cuadros como la meningitis y las
hemorragias subaracnoideas.

10. MAMAS:

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Mastodinia o mastalgía. Síntoma consistente en el dolor en la glándula mamaria. El dolor mamario puede ser
fundamentalmente de tres tipos: la mastalgia cíclica (dolor premenstrual por edema de la mama por influencia
hormonal), dolores referidos a la mama (musculoesquelético, artrosis cervical, etc.) y dolor por patología
orgánica de la mama (mastopatía fibroquística, tumores y quistes de mama, necrosis grasa, mastitis aguda y
crónica y adenosis esclerosante).
Aumento de volumen.
Pigmentación. Color de la piel normal o de origen patológico debido a enfermedades o pigmentos propios de las
mismas.
Tumoraciones. Es una inflamación, protuberancia o masa en la mama, las protuberancias mamarias tanto en
hombres como en mujeres aumentan la preocupación sobre el cáncer de mama, aunque la mayoría de ellas no
son cáncer.
Secreciones: Galactorrea, galactorrágia
Galactorrea. Secreción láctea de la mama fuera del embarazo y de la lactancia. Puede suceder de forma
fisiológica, o bien ser secundario a algunos medicamentos con actividad dopaminérgica (clorpromazina,
haloperidol, metildopa, metoclopramida) o a situaciones de hipersecreción de prolactina.
Galactorrágia. Presencia de sangre en la leche secretada por la mama.

11. APARATO RESPIRATORIO Y CARDIOVASCULAR:


Dolor torácico. Se define como dolor torácico cualquier molestia o sensación anómala presente en la región del
tórax situada por encima del diafragma. El dolor torácico puede tener su origen en los diversos tejidos de la
pared torácica y en las estructuras intratorácicas y constituye aproximadamente el 5% de las urgencias
hospitalarias
Tos. Acto reflejo o voluntario mediante el que se origina una veloz corriente de aire en las vías respiratorias, que
expulsa al exterior su contenido.
Expectoración. Acto reflejo o voluntario mediante el que se origina una veloz corriente de aire en las vías
respiratorias, que expulsa al exterior su contenido.
Hemoptisis. Expulsión de sangre procedente del árbol respiratorio. Según la cuantía puede variar desde la
expectoración con estrías hemáticas, hasta la hemoptisis franca con un compromiso vital para el paciente.
Sibilancias. Ruido pulmonar accesorio producido por el paso del aire a través de los pequeños bronquios con la
luz estrechada. Suena como un pito.
Estridor. Ruido agudo que se produce al respirar, siempre que hay un estrechamiento de la laringe.
Disnea: de esfuerzo, ortopnea, disnea paroxística nocturna, platipnea
Disnea de esfuerzo. Disnea provocada por el esfuerzo o el ejercicio físico.
Ortopnea. Forma de disnea (sensación subjetiva de falta de aire) en la que el paciente es incapaz de
respirar correctamente en decúbito supino, obligándole a mantener una postura en sedestación.
Disnea paroxística nocturna. Asma cardial, crisis de dificultad respiratoria aguda, que suele aparecer por
la noche y que despierta al paciente (este mejora cuando se sienta con las piernas colgando). Se asocia a
la insuficiencia cardiaca congestiva izquierda con edema pulmonar, pero que en ocasiones aparecen en
pacientes con neumopatías crónicas
Platipnea. Disnea inducida al adoptar la posición erguida y que se alivia al adoptar la posición de
decúbito; opuesto a ortopnea.
Palpitaciones. Latido cardiaco que, bien por su intensidad o rapidez o por ser extrasistólico, se hace consciente.
En muchas ocasiones, las palpitaciones no tienen significación patológica, como las que aparecen tras un intenso
ejercicio físico; otras veces, en cambio, pueden ser síntoma de una cardiopatía.
Síncope. Pérdida de la conciencia temporal, de aparición repentina, con una recuperación espontánea y
frecuentemente asociada a una pérdida del tono postural, secundaria a una disminución crítica y momentánea
del flujo sanguíneo cerebral. Las causas más frecuentes del síncope son de origen cardiogénico (bradi y
taquiarritmias, hipotensión arterial brusca, estenosis aórtica, mixoma auricular, miocardiopatía hipertrófica,
etc.), aunque existen causas vasculares (síndrome del robo de la subclavia, síndrome del seno carotídeo,
síncopes vasovagales) y algunas entidades neurológicas que exigen el diagnóstico diferencial con los episodios
sincopales.
Soplos cardiacos. Soplo producido en las estructuras cardiacas. Serie de vibraciones auditivas más prolongadas
que un tono cardiaco, producido por el efecto del discurrir del flujo sanguíneo a través de las estructuras
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cardiacas, y que se caracteriza por su intensidad, frecuencia, cualidad, configuración, duración, localización e
irradiación, y que ocurre en el ciclo cardiaco.
Edema. Aumento patológico del líquido intersticial. Produce hinchazón localizada o difusa, resultante del
acúmulo del componente extravascular del líquido extracelular en un determinado órgano o tejido. La causa del
edema suele ser un aumento en la presión hidrostática capilar (p. ej., edemas por insuficiencia o compresión
venosa, por insuficiencia cardiaca, etc.), por una disminución en la presión coloidosmótica por bajo contenido en
proteínas (p. ej., edemas relacionados con nefropatías) o por un incremento en la permeabilidad capilar (p. ej.,
edemas debidos al contacto con irritantes o sustancias tóxicas). El edema es más pronunciado en las partes más
declives y donde el tejido subcutáneo es más laxo.
Hipertensión arterial. Aumento mantenido de las cifras de la presión arterial por encima de sus valores
normales. En la actualidad se acepta que la hipertensión arterial comienza a partir de valores de presión arterial
sistólica por encima de 140 mmHg y de presión arterial diastólica superiores a 90 mmHg, al menos hasta los 65
años. Por encima de esa edad, pueden aceptarse como normales valores de hasta 165/95. Para establecer un
diagnóstico adecuado, es necesario realizar las mediciones de presión arterial empleando una metodología
adecuada y, al menos, confirmarla en tres tomas separadas en el tiempo.
Cianosis. Coloración azulada de la piel y las mucosas, debida a una mayor proporción de sangre reducida. Las
causas más frecuentes son las respiratorias y las circulatorias, que ocasionan una oxigenación insuficiente de la
sangre a nivel alveolar.
Cambios de color, temperatura de extremidades.
Fenómeno de Raynaud. Es una afección en la cual las temperaturas frías o las emociones fuertes causan
espasmos vasculares que bloquean el flujo sanguíneo a los dedos de las manos y de los pies, las orejas y la nariz.
Claudicación intermitente. Dolor constricto que se manifiesta en las extremidades inferiores al realizar
esfuerzos (andar, correr, etc.) y que desaparece al suspender el ejercicio. Este dolor aparece poco después de
iniciar la marcha, aumenta si continúa el ejercicio y disminuye hasta desaparecer con el reposo, para reaparecer
de nuevo al reiniciar la marcha. Se presenta especialmente en la arteriosclerosis y en la tromboangeítis
obliterante. La claudicación intermitente es un síntoma de isquemia de esfuerzo del músculo.
Calambres. Contracción espasmódica, involuntaria, dolorosa y transitoria de un músculo o músculos,
especialmente de la pantorrilla.
Várices. Son venas dilatadas que se inflaman y se elevan a la superficie de la piel. Pueden ser de un color
morado o azul oscuro y parecer estar torcidas y abultadas. Las várices se encuentran comúnmente en las partes
posteriores de las pantorrillas o en la cara interna de la pierna. Se desarrollan cuando las válvulas venosas que
permiten que la sangre fluya hacia el corazón dejan de funcionar adecuadamente. Como resultado, la sangre se
acumula en las venas y provoca las dilataciones.

12. SISTEMA DIGESTIVO:


Dolor abdominal. Es el dolor que se siente en el área entre el pecho y la ingle, a menudo denominada región
estomacal o vientre. La intensidad del dolor no siempre refleja la gravedad de la afección que lo causa.
Se podría sentir dolor abdominal fuerte si se tiene gases o cólicos estomacales debido a una gastroenteritis viral.
Sin embargo, afecciones potencialmente mortales, como el cáncer de colon o una apendicitis precoz, pueden
causar sólo un dolor leve o ningún dolor. Otras maneras de describir el dolor en el abdomen abarcan: Dolor
generalizado, dolor localizado, dolor tipo calambre, dolor tipo cólico.
Distención abdominal. Es una afección en la que el abdomen (vientre) se siente lleno y apretado. El abdomen
puede lucir hinchado (distendido).
Náuseas y vómito
Náuseas. Sensación desagradable, vagamente localizada en epigastrio y abdomen, que a menudo
culmina en el vómito.
Vómito. Expulsión por boca del contenido gástrico.
Meteorismo. Acúmulo de gases en el abdomen, bien en el peritoneo o en el tubo digestivo. Puede ser
generalizado o localizado, produciendo una distensión abdominal.
Flatulencias. Presencia de cantidades excesivas de aire o gas en el estómago o el intestino que distiende los
órganos.
Cambios de habito defecatorio. Se considera que el hábito intestinal es normal cuando la persona evacua de 1 a
3 veces al día, sin dificultad, ni síntomas asociados y la percepción del deseo defecatorio se reconoce en el recto,
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permitiendo ir al sanitario sin urgencia y evacuar heces formadas con la sensación de haber sido estas
expulsadas completamente.
Estreñimiento. Evacuación de las heces infrecuente o difícil
Diarrea. Síntoma clínico que consiste en deposiciones frecuentes y líquidas.
Ictericia. Color amarillo de la piel y de las mucosas, debido al aumento de la concentración de la bilirrubina en la
sangre. Es un síntoma de distintos procesos: hepáticos, vías biliares y de la sangre; así como, a veces, del uso de
ciertos fármacos. Habitualmente se observa primero en los ojos.
Intolerancia alimenticia. Incapacidad de absorber o metabolizar determinados productos, que se acompaña a
reacciones intensas.
Dispepsia. Alteración de la digestión por alguna disfunción del estómago o del intestino.
Disfagia. Dificultad para deglutir o tragar alimentos, provocada por la obstrucción mecánica del esófago
(tumores, cuerpo extraño, esofagitis, etc.) o por trastornos motores de la faringe o del esófago, que impiden
propulsar adecuadamente el bolo alimenticio por el esófago.
Regurgitación. Término que se aplica a la regurgitación gástrica y a la regurgitación sanguínea. La regurgitación
gástrica es el reflujo de parte del contenido del estómago a la boca. La regurgitación sanguínea se produce
cuando, por una insuficiencia valvular, hay un reflujo de la sangre ventricular a las aurículas, o de la sangre
bombeada a la aorta, o pulmonar hacia los ventrículos.
Pirosis. Sensación de quemazón, ardor o dolor punzante que se percibe por debajo del esternón. Se debe al
reflujo del contenido gástrico ácido y, con frecuencia, puede ascender por el esófago. Se facilita su aparición
cuando se adoptan distintas posiciones como la inclinación, el decúbito, etc. Es uno de los síntomas más
comunes de la indigestión.
Hematemesis. Vómito con sangre fresca, no digerida, normalmente abundante, provocado por una distensión
del estómago; por sangre procedente de una hemorragia del estómago, duodeno o del esófago (hemorragia
digestiva alta). Entre las causas más frecuentes están la hemorragia por úlcera gástrica o duodenal y por varices
esofágicas en la hipertensión portal.
Melena. Signo clínico que refleja una hemorragia digestiva por la presencia de deposiciones con sangre digerida
(negra pero que puede dejar un cerco rojo oscuro en el margen, parcialmente coagulada, muy maloliente, a
veces mezclada con heces). Es casi siempre manifestación de una hemorragia digestiva alta copiosa. Sin
embargo, muchos sangrados producidos en el intestino delgado y en el colon derecho, si no son muy copiosos,
no aceleran el tránsito fecal suficientemente como para que no dé tiempo a la digestión de la sangre, y también
se manifiestan como melenas. Cuando la sangre en el tubo digestivo no está digerida es de color rojo vivo
(rectorragia) y habitualmente la fuente de sangrado está en el colon, el recto o el ano.
Hematoquezia. Presencia de heces con sangre.
Rectorragia. Emisión por el ano de sangre de color rojo vivo o coágulos en variable cantidad, mezclada o no con
heces. Es un signo de hemorragia digestiva baja, habitualmente originada en el ano, el recto o el sigma. Puede
ser causada por muchas enfermedades; las más frecuentes son las hemorroides internas, el cáncer colorrectal,
la diverticulosis de colon y la enfermedad inflamatoria intestinal. Ver hemorragia digestiva.
Hemorroides. Dilatación varicosa, en forma de plexo, de las venas submucosas del canal anal, que se originan
por debajo de la línea pectínea, y se facilitan por el estreñimiento. Las más sintomáticas son las hemorroides
internas, que están en el interior del canal anal, cubiertas por la mucosa de epitelio no queratinizado del canal
anal, que, a veces, precisan hemorroidectomía, si son muy grandes, prolapsan o si tienen una sintomatología
persistente. Las hemorroides externas son menos frecuentes, son visibles a la inspección del canal anal, porque
están en el área perianal y cubiertas por piel normal. Su principal sintomatología es la congestión y trombosis
local, que produce un intenso dolor y requiere abrir la piel y extraer el trombo.
Prurito anal. Picazón intensa y duradera en el ano.
Eliminación de parásitos. Expulsión de parásitos intestinales (áscaris lumbricoides, lamblias, oxiuros, tenia o
solitaria) mediante las heces.

13. APARATO URINARIO:


Lumbalgia. Afección dolorosa de la región lumbar que limita severamente los movimientos de la columna y que
puede extenderse a las extremidades inferiores como dolor referido. Es una afección generalmente muscular,
pero puede tener su origen en las articulaciones intervertebrales. Suele presentarse de manera súbita como

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consecuencia de un mal gesto o de un esfuerzo violento, la flexión del tronco contra resistencia, levantar un
peso, etc.
Dolor perineal. Es el dolor en el área perineal (vulvovaginal, perianal, escrotal…) de causa no conocida que
constituye una de los motivos de consulta cada vez más común en las Unidades del Dolor. En estos casos, la
neuralgia del pudendo puede ser la responsable del cuadro.
Patrón miccional. Secuencia normal de la micción (número de veces), comprendiendo las fases de llenado y
vaciado.
Disuria. Emisión dolorosa o dificultosa de la orina. Habitualmente es un proceso agudo y se asocia a la
polaquiuria, o incremento de la frecuencia miccional. La causa más frecuente es la infección urinaria del tracto
inferior, por acción de gérmenes Escherichia coli y otros gram-negativos, Staphylococo y Clamidea tracomatis
(constituyen el 95% de los casos), aunque también puede tener origen espástico o psíquico. Como agentes
desencadenantes destacan: las relaciones sexuales, los enfriamientos, las válvulas uretrales, problemas
prostáticos, etc.
Polaquiuria. Síntoma urinario que se caracteriza por micción frecuente y de escaso volumen. Es característica de
los cuadros obstructivos del tramo común inferior (el ejemplo más carácterístico sería el prostatismo) y de los
cuadros irritativos vesicales (como la infección urinaria).
Micción imperiosa. Ocurre cuando se tiene una necesidad fuerte y repentina de orinar. La vejiga se contrae, o
tiene espasmos, y usted elimina orina.
Retención de orina. Sucede cuando su vejiga está llena, pero no se puede orinar. Esta condición sucede
repentinamente, empeora con rapidez y dura poco tiempo.
Poliuria. Aumento del volumen de la orina en una cuantía superior a 2 ml/min (más de 2 litros en 24 horas). Las
causas más frecuentes son la sobrecarga de solutos, la insuficiencia renal crónica, la diabetes mellitus, la ingesta
compulsiva de agua (potomanía), la diabetes insípida por déficit de la hormona antidiurética, la intoxicación por
litio, la hipercalcemia o la hipopotasemia. El tratamiento es anticausal.
Oliguria. Reducción del volumen urinario por debajo del necesario (0,3 ml/min, 400 ml/24 horas en adulto o 1
ml/kg/hora en niños) para eliminar los residuos metabólicos producidos en condiciones basales. Es una
expresión de fracaso renal agudo prerrenal o funcional por una falta de la perfusión renal, por nefropatía
tubulointersticial, por glomerulonefritis, vasculitis o una obstrucción urinaria.
Nicturia. Incremento de la producción y emisión de orina durante la noche. Se presenta en la insuficiencia renal
crónica, la diabetes mellitus, la insuficiencia cardiaca, el trasplante renal, etc. Está en parte relacionado con una
mejoría de la perfusión renal, durante el reposo físico.
Cambio de color urinario. El color normal de la orina es amarillo paja. La orina de color anormal puede ser
turbia, oscura o de color sangre. El color anormal de la orina puede ser causado por infección, enfermedad,
medicamentos o alimentos que uno come. La orina lechosa o turbia es un signo de una infección urinaria que
también puede causar un olor desagradable. La orina lechosa también puede ser causada por la presencia de
bacterias, cristales, grasa, glóbulos blancos o rojos o moco en la orina. La orina clara pero de color marrón
oscuro es un signo de un trastorno hepático, como la hepatitis viral aguda o la cirrosis, que provoca exceso de
bilirrubina en la orina.
Hematuria. Signo inespecífico de enfermedad, que se caracteriza por la presencia de hematíes en la orina y cuya
procedencia puede ser desde el meato urinario hasta el glomérulo. Se dice que es macroscópica cuando se
objetiva a simple vista y, a veces, se asocia a coágulos, y microscópica cuando se objetiva mediante el
microscopio o tiras reactivas en la orina. A su vez, la hematuria macroscópica puede ser total o uniforme,
cuando la orina es sanguinolenta a lo largo de toda la micción, o parcial, cuando lo es, por ejemplo, al comienzo
y al final de la micción (esta última procedería de la uretra o de la próstata).
Incontinencia urinaria. La incontinencia urinaria es la pérdida del control de la vejiga. Los síntomas pueden
variar desde una fuga de orina leve hasta la salida abundante e incontrolable de ésta. Puede ocurrirle a
cualquiera, pero es más común con la edad.
Enuresis. Pérdida involuntaria de orina, durante el sueño, en niños mayores de cuatro años, sin que exista
ninguna alteración orgánica del aparato urinario. Afecta al 15-20% de los niños de 5 años; al 5% de 10 años y al
1% de 15 años. No se trata de una enfermedad, sino de un síntoma que se cura espontáneamente. La etiología
es desconocida, aunque probablemente multifactorial. Se ha considerado consecuencia de un retraso del
proceso de maduración, factores genéticos, factores psicosomáticos, factores relacionados con la replección
vesical, factores relacionados con el sueño. Sin embargo, no se ha podido determinar una causa objetiva.
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Orina espumosa. Normalmente, al orinar, no se encontrará ningún burbujas o espuma, sin embargo, a veces
después de la micción de orina espumosa puede estar presente en la taza del inodoro. Causas (micción rápida,
proteinuria, Infección del tracto urinario, fístula Vesicocolic, presencia de semen)
Turbidez de orina. La turbidez de la orina puede ser causada principalmente por la presencia de sustancias
mucosas, bacterias, leucocitos, uratos amorfos, fosfatos amorfos o eritrocitos, orina con sarro, arenilla. La
turbidez puede ser causada por moco que solidifica al enfriar la orina.
Litiasis urinaria. Presencia de cálculos en cualquier parte del aparato urinario. Es una patología muy frecuente y
su prevalencia es del 2-3%; la relación hombres-mujeres 3:1 y uno de cada ocho varones que alcanza los 30 años
padece litiasis.

14. APARATO GENITAL:


Líbido. Apetito sexual. Según la teoría psicoanalítica de Freud, energía o impulso psíquico relacionado con el
instinto sexual. Posteriormente Jung la definió como la energía psíquica que subyace a cualquier manifestación
psíquica (pulsiones, esfuerzos, etc.).
Relaciones sexuales. Encuentro íntimo, físico y emocional entre dos personas, las personas unen sus cuerpos de
una manera especial y expresan sus sentimientos y emociones
Onanismo: Coito interrumpido
MASCULINO
Potencia sexual. Capacidad de un hombre de satisfacer a su pareja y de mantener relaciones de larga duración o
con mucha frecuencia
Eyaculación. Expulsión rápida y con fuerza del contenido de un órgano. Se emplea este término para referirse al
vertido del semen por el conducto eyaculador en la uretra prostática.
Emisiones nocturnas. Eyaculación involuntaria de semen que tiene lugar durante el sueño.
Secreción uretral. Secreción uretral que puede ser fisiológica (no relacionada con la uretritis) o puede ser
patológica debido a la presencia de uretritis (inflamación de la uretra).
Dolor peniano. Es cualquier tipo de dolor o molestia en el pene.
Lesiones penianas. Puede resultar lesionado como consecuencia de diversas lesiones, entre las que se incluyen
a los accidentes automovilísticos, las heridas por arma de fuego, durante la actividad sexual vigorosa y, en el
caso de ciertos trastornos mentales, la automutilación. Puede resultar herido si se rompe el ligamento
suspensorio, que es la estructura que sostiene al órgano en la base.
Lesiones infecciosas
Las lesiones genitales de causa infecciosa constituyen la mayoría de los casos y se presentan con
frecuencia en la práctica clínica del médico de asistencia primaria.
Bacterianas: Sífilis (lues, avariosis), Chancro blando (cancroide), Granuloma inguinal (enfermedad de
Donovan, donovaniosis, Blenorragía (gonorrea, gota militar). Por Clamidias: Linfogranuloma venéreo
(enfermedad de Nicolás y Favré), Uretritis por clamidias. Por virus: Herpes simple genital, Condilomas
acuminados (verrugas venéreas), Papulosis bowenoide, Moluscos contagiosos. Por parásitos: Escabiosis
(sarna), Trichomoniasis. Por hongos: Candidiasis o moniliasis.
Lesiones inflamatorias no infecciosas
Múltiples enfermedades inflamatorias no infecciosas son capaces de producir lesiones en los genitales
externos; por regla general, se encuentran lesiones cutáneas o mucosas en áreas no genitales; no
obstante, en muchas ocasiones, el paciente acude al médico cuando aparecen las manifestaciones
genitales.
 Eritema fijo por medicamentos (erupción fija por drogas
 Síndrome de Behcet.
 Pápulas perladas del pene (papilomas hirsutoides).
 Síndrome de Reiter.
 Eritema multiforme (eritema polimorfo).
 Psoriasis.
 Liquen plano.
 Liquen escleroso y atrófico
 Pénfigo vulgar.
 Lesiones autoinfligidas o por abuso sexual.
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 Neoplásicas
Dolor testicular. Es una molestia en uno o en ambos testículos. El dolor puede irradiarse a la parte inferior del
abdomen.
Tumoración testicular. Es una inflamación o neoplasia (masa) en uno o en ambos testículos. Un tumor testicular
que no duele puede ser un signo de cáncer. La mayoría de los casos de cáncer testicular ocurre en hombres
entre 15 y 40 años de edad, aunque se pueden presentar a edades más tempranas o posteriores
FEMENINO:
Menarquia. Fecha en la que la mujer tiene la primera menstruación de su vida.
Menstruación: Duración periodicidad y volumen. Fecha de última menstruación
Tensión premenstrual. Serie de síntomas físicos y, fundamentalmente, psíquicos que aparecen de modo cíclico
entre cinco y diez días antes de que aparezca la menstruación y que pueden prolongarse hasta dos días después.
Dismenorrea. Menstruación dolorosa.
Amenorrea. Falta de menstruación. Puede ser primaria, cuando no ha aparecido la menstruación en la edad
normal, o secundaria, cuando desaparece después de un periodo de menstruaciones normales. La amenorrea
fisiológica es la que existe antes de la pubertad, durante el embarazo y la lactancia y en la posmenopausia. La
amenorrea patológica puede ser consecuencia de enfermedades del hipotálamo, de la hipófisis, del ovario, del
útero o de endocrinopatías variadas, así como de enfermedades médicas.
Embarazos, partos y abortos. Fecha del último parto
Embarazos. Gravidez, gestación, preñez. Situación en la que se encuentra la mujer desde la concepción hasta el
parto. El embarazo normal tiene una duración de 280 días (10 meses lunares).
Partos. Fenómeno que ocurre al final del embarazo y que termina con el nacimiento de un recién nacido y la
expulsión de la placenta. En el parto se distinguen los siguientes periodos: pródromos, primeros síntomas del
comienzo del parto; periodo de dilatación, en el que el cuello uterino se dilata hasta alcanzar los 10 cm
(dilatación completa); expulsivo, tercer periodo, que termina con la salida completa del feto; y, por último,
periodo de alumbramiento, en el que se expulsa la placenta. En cuanto a los tipos de parto, pueden ser:
eutócico, se refiere al parto fisiológico normal, y distócico, parto que no es normal (patológico). Según la
presentación fetal, el parto puede producirse de vértice o cefálico, o de nalgas (completas o incompletas). Las
demás presentaciones fetales no permiten el parto por vía vaginal y se terminan habitualmente mediante
cesárea. A término es aquel que tiene lugar entre las semanas 37 y 42 de gestación. Pretérmino es el que
termina entre las semanas 30 y 37. Se denomina parto inmaduro al que tiene lugar entre las semanas 20 y 27. El
parto puede ser inducido o provocado, cuando se desencadenan las contracciones uterinas mediante la
administración de oxitocina. Instrumental es aquel parto que se termina mediante la aplicación de algún
instrumento quirúrgico (fórceps, ventosa, espátulas).
Abortos. Pérdida del producto de la concepción antes de alcanzar la viabilidad extrauterina.
Fecha del último parto. Fecha en la que ocurrió el último parto.
Complicaciones del parto. Complicaciones que pueden acarrear riesgos para la madre, el bebé o ambos. Las
complicaciones que pueden presentarse incluyen:
 Parto prematuro, cuando el trabajo de parto comienza antes de las 37 semanas completas de embarazo
 Problemas con el cordón umbilical
 Problemas con la posición del bebé, por ejemplo, cuando está de nalgas, en la que los pies del bebé
saldrían antes que su cabeza
 Lesión al nacer
En algunas de estas complicaciones, es probable que el bebé necesite nacer por cesárea.
Puerperio. Tiempo que transcurre desde el parto hasta la recuperación de los cambios gestacionales. Dura
aproximadamente unos 40 días. En este tiempo, la mujer vuelve a la situación anterior al embarazo.
Lactancia. Secreción de leche por las glándulas mamarias, que ocurre fisiológicamente en el periodo posparto
para alimentación del neonato.
Menorragia. Hemorragia menstrual larga y abundante.
Metrorragia. Hemorragia uterina que no guarda relación con los días del ciclo menstrual. Suele ser de larga
duración. La causa puede ser funcional (hormonal) u orgánica (tumores).
Leucorrea. Flujo blanquecino viscoso procedente de la vagina y la cavidad uterina.
Dispaurenia. Dolor que se experimenta en la penetración. En el caso de la mujer, se produce en el introito
vaginal, en todo el órgano o únicamente en la penetración profunda, y no es atribuible a vaginismo o a la escasa
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lubricación. En el caso del varón, se manifiesta con dolor o sensación desagradable. Es sinónimo de coitalgia y
algopareunia.
Sangrado postcoital. Sangrado vaginal después de tener relaciones sexuales es común, pero no significa que sea
normal: en algunos casos tiene serias complicaciones para la mujer e, incluso, llega a ser la primera señal de
cáncer de cuello uterino. Dicho síntoma puede ser originado por displasia cervical, pólipos de cuello uterino,
endometritis, pólipos uterinos, fibromas, enfermedades de transmisión sexual e infecciones vaginales, puede
deberse a la reducción de los niveles de estrógeno durante la perimenopausia, lo que ocasiona que el
revestimiento de la vagina se torne fino, sensible e inflamado.
Último examen Papanicolau. Fecha en que se realizó por última vez el estudio de la citología cervicovaginal
para el diagnóstico precoz del cáncer cervicovaginal, enfermedades infecciosas de la vagina y del cuello del
útero y que permite valorar la respuesta del epitelio cervicovaginal a los niveles hormonales ováricos.

15. SISTEMA MÚSCULO-ESQUELÉTICO:


Ostealgia. Dolor en un hueso o huesos.
Mialgia. Dolor en un músculo o músculos.
Artralgia. Dolor articular acompañado o no de alteración de los tejidos.
Dorsalgia. Dolor de espalda. También se denomina dorsodinia.
Lumbalgia. Afección dolorosa de la región lumbar que limita severamente los movimientos de la columna y que
puede extenderse a las extremidades inferiores como dolor referido. Es una afección generalmente muscular,
pero puede tener su origen en las articulaciones intervertebrales. Suele presentarse de manera súbita como
consecuencia de un mal gesto o de un esfuerzo violento, la flexión del tronco contra resistencia, levantar un
peso, etc.
Dolor de extremidades. Se refiere a cualquier dolor muscular y articular que afecte a los brazos (brazo y
antebrazo, codo y mano) y en las piernas (muslo, pantorrilla, rodilla y pie). El dolor en las extremidades puede
presentarse con intensidades muy distintas. Los dolores latentes y los tirones pueden ser casi imperceptibles,
pero también extremadamente fuertes. Asimismo, pueden afectar a una o a ambas extremidades, manifestarse
de forma simétrica o unilateral y durar más o menos tiempo. Si el dolor en las extremidades es fuerte y
prolongado puede tener un efecto muy restrictivos en la calidad de vida de la persona afectada.
Debilidad muscular. Es la reducción de la fuerza en uno o más músculos. La debilidad puede ser generalizada o
sólo en una zona del cuerpo. Es más notoria cuando es en una zona, se puede presentar: Después de un
accidente cerebrovascular, después de una lesión a un nervio, durante una exacerbación de una esclerosis
múltiple.
Hinchazón articular. Puede ocurrir junto con dolor articular, puede hacer que la articulación aparezca más
grande o de forma anormal. La hinchazón articular puede causar dolor o rigidez. Después de una lesión, la
hinchazón de la articulación puede significar que usted tiene un hueso roto o un desgarro en el tendón o
ligamento del músculo. Muchos tipos diferentes de artritis pueden causar hinchazón, enrojecimiento o calor
moderado alrededor de la articulación. Una infección en la articulación puede causar hinchazón, dolor y fiebre; o
causada por diferentes afecciones, como: Espondilitis anquilosante, gota, osteoartritis, seudogota, artritis
psoriásica, artritis reactiva, artritis reumatoidea, artritis séptica.
Lupus eritematoso sistémico. Lupus crónico que afecta no solo a la piel sino también a otros órganos:
articulaciones, mucosas, riñones y sistema nervioso, con periodos de exacerbación y remisión. Es una
enfermedad autoinmune del tejido conectivo caracterizada por la producción anómala de anticuerpos frente a
un amplio espectro de autoantígenos (antinucleares, antiDNA, contra elementos formes de la sangre,
antifactores de coagulación, anticardiolipina, etc.). Puede afectar a la mayoría de los órganos, siendo los más
vulnerables la sinovial articular, la piel, el riñón, los vasos sanguíneos y el corazón. Afecta más a mujeres entre
los quince y veinticinco años y para su diagnóstico tienen que cumplir cuatro de los once criterios de la ARA
(anticuerpos antinucleares, artritis, alteración inmunológica, rush malar, serositis, nefropatía, etc.). Diversas
drogas pueden inducir o activar el lupus eritematoso (hidralazina, isoniacida, metildopa, etc.). En su etiología
pueden participar factores hereditarios y ambientales, virus, factores ligados al sexo, etc.
Deformidad articular. Son alteraciones congénitas o adquiridas de la morfología de las extremidades óseas, son
frecuentes en el curso de las artropatías y pueden ser el resultado de causas diversas. Alteraciones congénitas o
adquiridas de la morfología de las extremidades óseas, pueden dar origen a una desviación axial o a un
hundimiento de la meseta tibial externa, lo cual ocasiona muchas veces una desviación de la pierna hacia afuera.
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También las retracciones capsuloligamentosas pueden dificultar un movimiento hasta el punto de crear una
actitud anormal permanente; por ejemplo, el pie equino.
Limitación de la movilidad. Reducción simétrica del movimiento articular que afecta principalmente a las
pequeñas articulaciones de las manos y, en ocasiones, también a las grandes articulaciones y/o a la columna
vertebral ; es indolora y causa limitación leve, que puede ser moderada en los casos severos. Un tercio de los
casos, generalmente los más afectados, suelen presentar engrosamiento de la piel simulando una esclerodermia

16. SISTEMA NERVIOSO:


Cefalea. Dolor de cabeza. Dolor paroxístico de breve duración (1-2 horas) en las regiones orbitaria y nasal, que
se acompaña de rinorrea u otras alteraciones vegetativas en la zona.
Nerviosismo. Excitabilidad e irritabilidad excesiva, con inquietud mental y física
Alteraciones de la memoria (Amnesia, hipermnesia, paramnesia)
Amnesia. Pérdida patológica de la memoria. Trastorno de la memoria que se caracteriza por la imposibilidad de
retener o memorizar conceptos o experiencias nuevos y/o recordar o rememorar los adquiridos previamente.
Puede ser de origen orgánico, emocional o mixto, permanente o pasajera, y total o limitada a un periodo de
tiempo.
Hipermnesia. Trastorno de la memoria que se caracteriza por una exaltación y agudeza, particularmente vivas,
de la memoria. Aparece en algunas situaciones emocionales de peligro (como una visión panorámica de toda la
vida) y en el curso de accesos maníacos o por efecto de ciertas drogas (anfetaminas, LSD, etc.). También es una
aptitud espectacular en algunos débiles mentales, calculadores prodigiosos y repetidores de innumerables
listados de la guía telefónica.
Paramnesia. Alteración de la memoria que se caracteriza por la distorsión de los recuerdos. El sujeto tiene falsos
recuerdos (que cree verdaderos) y que sustituyen a los hechos reales que no puede recordar. Incluye la
confabulación, la seudología fantástica, los falsos reconocimientos y la ilusión del «ya visto» y «ya vivido».
Aparece con bastante frecuencia en los cuadros de alcoholismo crónico y en los síndromes orgánicos cerebrales.
Alteraciones del carácter. Cambios del sentido coherente de sí mismo y del aquí y ahora, especialmente en sus
contactos interpersonales. Una alteración de carácter es un nivel de organización de la personalidad perturbado
que el del neurótico y menos que el de un psicótico. Las funciones del ego se alteran más que en la neurosis,
incluyendo su capacidad de autor-reflexión, especialmente en situaciones de conflicto.
Cambios de conducta. Cambios de la modalidad que tiene una persona para comportarse en diversos ámbitos
de su vida.
Alteraciones de la percepción. Variación en la calidad de la percepción. Es decir la percepción de un objeto o un
estímulo esta perturbado y transmite a la mente una imagen distinta a la real. Las alteraciones cualitativas más
importantes son las ilusiones y las alucinaciones.
Alteraciones del sueño (Insomnio, hipersomnia, sonambulismo, pavores nocturnos, catalepsia)
Insomnio. Incapacidad crónica para dormir o permanecer dormido, vigilia anormal.
Hipersomnia. Somnolencia excesiva o crisis de sueño invencible durante el día.
Sonambulismo. Parasomnia o trastorno del sueño, habitualmente se produce en las fases III o IV, que consiste
en actividades motoras complejas, que habitualmente culminan en el abandono de la cama y deambulación, sin
que exista un recuerdo del episodio al despertar. Los episodios pueden durar varios minutos.
Pavores nocturnos. Son trastornos del sueño en los cuales una persona se despierta rápidamente de su sueño
en un estado aterrorizado. Se desconoce la causa, pero pueden desencadenarse por: Fiebre, falta de sueño,
períodos de tensión emocional, estrés o conflictos
Catalepsia. Rigidez extrema, aumento del tono muscular y ausencia de la movilidad voluntaria, que constituye
un síntoma de la catatonía (v.). Implica la presencia de flexibilidad cérea (v.) o el estado de pasividad absoluta
con ausencia de movimientos espontáneos. Este síntoma aparece en casos graves de esquizofrenia catatónica.
Trastorno de conciencia (somnolencia, sopor, coma)
Somnolencia. Tendencia al sueño.
Sopor. Estado estuporoso. Tendencia continua al sueño profundo.
Coma. Pérdida prolongada y mantenida de la conciencia, de tal forma que es imposible despertar al paciente.
Existen distintos niveles de profundidad en relación a la presencia o ausencia de distintos reflejos y de la
reactividad ante el dolor. El origen puede tener causas neurológicas, metabólicas u otras.

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Convulsiones. Contracción aislada y mantenida o serie brusca, violenta e involuntaria de contracciones de un
grupo de músculos o de la totalidad de los músculos del cuerpo. Es paroxística y episódica y se origina por una
descarga anormal del sistema nervioso central.
Paresia o parálisis
Paresia. Pérdida de fuerza muscular parcial, independientemente de la topografía.
Parálisis. Abolición de la función motora en una parte del cuerpo a causa de una lesión del sistema nervioso o
muscular.
Movimientos involuntarios (Temblores, mioclonías, tics, balismo, corea, atetosis, discinesias)
Temblores. Movimientos involuntarios anormales, que se caracteriza por oscilaciones rítmicas, realizadas por
una parte del cuerpo o por todo él, alrededor de su eje de equilibrio.
Mioclonías. Tipo de movimiento anormal involuntario que consiste en sacudidas musculares bruscas y de breve
duración, que puede englobar a un grupo muscular, a un segmento corporal o ser generalizadas.
Tics. Movimiento involuntario anormal, repetitivo, estereotipado y, en ocasiones, muy complejo. Puede ser
brusco o tónico y, en todos los casos, se puede inhibir voluntariamente. Mejora con la aplicación de fármacos
antidopaminérgicos.
Corea. Presencia incesante de movimientos involuntarios, bruscos, de predominio distal, sin ningún tipo de
patrón estereotipado que se pueden presentar de manera focal o generalizada. Su etiología es variada pero
fisiopatológicamente se asocia a una hiperactividad dopaminérgica de los ganglios basales.
Atetosis. Distonía que afecta a las partes distales de las extremidades, lo que hace que muestren movimientos
anormales, involuntarios, lentos y reptantes. El término está en desuso, siendo preferible utilizar el de distonía
distal.
Discinesias. En neurología: Alteración de los movimientos. Se utiliza especialmente para referirse a los
movimientos anormales involuntarios, presentes en numerosas enfermedades neurológicas.
En cardiología: Trastorno de la contracción ventricular, que consiste en un movimiento paradójico
(abombamiento sistólico) de uno o varios segmentos de la pared ventricular. Suele ser debido a necrosis
miocárdica por infarto de miocardio.
Alteraciones de la sensibilidad táctil (Parestesias, hiperestesia, anestesia) y dolorosa (hipoalgesia,
hiperalgesia)
Parestesias. Sensación de hormigueo en un territorio cutáneo, que se observa cuando se comprime o se lesiona
parcialmente un nervio.
Hiperestesia. Trastorno de la percepción que consiste en una distorsión sensorial por un aumento de la
intensidad de las sensaciones, en el que los estímulos, incluso los de baja intensidad, se perciben de forma
anormalmente intensa. Por ejemplo, el roce de la ropa sobre la piel puede llegar a ser molesto, o la intensidad
de la luz, insoportable para los ojos. Esta exagerada sensibilidad a todo estímulo sensorial aparece en delirios
tóxicos, en intoxicaciones agudas producidas por la cocaína y en enfermedades mentales como la manía y otras
psicosis agudas.
Anestesia. Ausencia de la sensibilidad al dolor en un determinado territorio. || En sentido estricto, como
transtorno de la sensibilidad, desaparición del sentido del tacto a consecuencia de una enfermedad o debido a la
analgesia. || Estado de insensibilidad frente a estímulos somatosensoriales o viscerosensoriales, inducido de
forma farmacológica y reversible.
Hipoalgesia. Disminución de la nocicepción (sensibilidad al dolor).
Hiperalgesia. Nocicepción (sensibilidad al dolor) anormalmente alta.
Alteraciones de la bipedestación y marcha. Transtornos en el hecho de mantener uno mismo una postura
erecta sobre los pies y en el hecho de desplazarse hacia delante desde la posición bípeda.
Las causas son las lesiones periféricas, neuropatías o miopatías originan problemas de falta de impulso muscular
aunque el movimiento esté bien planeado. Entre las lesiones centrales, en la enfermedad de Parkinson los
desplazamientos del centro de gravedad no suscitan reflejos posturales suficientes; en las ataxias tabéticas los
despegues y las tomas de contacto están mal calculados, y en las vestibulares los mecanismos centrales reciben
información defectuosa sobre la posición cefálica; por consiguiente.

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