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Andres Felipe Arenas Torres

11 de junio de 2019

7 - ¿Cuál era el problema con Minos?

Aparte del hecho de que la división entre historia objetiva y local que hace Williams en este apartado es
aparentemente clara, valdría la pena introducirse en una vía que no fue explorada en el capítulo. ¿Podría
ser el caso de que un mito esté en camino a convertirse en parte de la historia real u objetiva? ¿Es tan
clara la diferencia entre mito y verdad histórica?

Historias bíblicas, por poner el caso, como las de Noé o Moisés pueden tener cabida en un relato histórico
del que se pueda decir que es “más objetivo” que un relato bajo una concepción meramente local de la
historia.

Afirma Williams acerca de la objetividad histórica:

“Decir que un enunciado sobre un acontecimiento es verdadero históricamente implica decir que está
localizado de una forma determinada en la estructura temporal; si no lo está, el tiempo histórico no le deja
sitio donde habitar, excepto completamente fuera de la historia, en el mito o en el mero error” (p.163)

Sin embargo, en el caso de Moisés, por ejemplo, se puede decir que está ubicado históricamente en la
cultura del antiguo Egipto y está referenciado no sólo en la Biblia sino en el Corán y en el Torá, donde
además se le da una ascendencia o caracterización familiar. Siendo en todos aquellos relatos el hombre
encomendado por Dios para liberar el pueblo hebreo de la esclavitud de los egipcios. Además de ello, se
le puede ubicar según los textos dentro de la segunda generación del pueblo hebreo nacida en Egipto. Así,
se podrían seguir dando datos que ubican a Moisés en un plano histórico que parece ya no meramente
local, sino objetivo. Moisés pasa de ser mito a ser verdad, no solamente según las escrituras religiosas y
por consecuencia en los creyentes, sino según la concepción de WIlliams en la que se le “localiza de una
forma determinada en la estructura temporal”.

El problema del criterio para que este relato sea claramente objetivo viene cuando se mezcla la historia de
la vida de Moisés con sucesos que se pueden caracterizar de “sobrenaturales” o que tienen conexión con
Dios. Se cuenta que a cierta edad Moisés liberó al pueblo hebreo y consiguió, después de haber dividido
el Mar Rojo en dos, las tablas de los mandamientos “de la mano de Dios”.

Afirma más adelante Williams:

“Esos dioses se nos presentan por medio de esos relatos, y una vez que aceptamos la idea del tiempo
histórico, queda completamente claro que los dioses son esencialmente indeterminados en muchos
aspectos y que no pueden establecer con aquél relaciones claras ni fijas.” (p. 168)

En este punto se podría preguntar ¿Es el Dios de la biblia diferente “esencialmente” a los antiguos dioses
griegos, y por ello sí hace parte parte de la concepción objetiva de la historia? ¿Es la biblia un relato que
tiene pretensión de verdad por el hecho de ubicar objetivamente en la historia diferentes hechos? ¿El éxito
de los intentos de demostrar ciertos sucesos bíblicos como hechos reales rompería la diferencia que ha
trazado Williams en el capítulo?

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