Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
1. Maridos, amen a su esposa, como Cristo amó a la Iglesia y se entrego por ella Efesios
5,25
Este pasaje es interesante porque la Palabra de Dios pone a los maridos una meta bien alta.
¡Cristo nos amó al extremo! Nos amó tanto que fue capaz de sacrificar hasta la última gota de
su sangre por el bien de su iglesia. Ese es el amor que Cristo quiere que exista entre los
esposos.
2. Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que
ama a su esposa se ama a si mismo. Efesios 5, 28
Para Dios es importante que aprendamos a amarnos a nosotros mismos. ¿Recuerdan cuando
resumió los 10 mandamientos? El dijo “Ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a
ti mismo. Si Dios plantea esa mecánica para con el prójimo, es lógico que refuerce la misma
idea dentro del matrimonio
3. Los maridos, a si vez, comprendan que deben compartir su vida con un ser más débil,
como es la mujer: trátenla con el respeto debido a coherederas de la gracia que da la
vida. De esa manera, nada será obstáculo para la oración. 1 Pedro 3,7
Esto es realmente importante pues sin respeto es imposible una sana convivencia entre
esposos. El respeto fomenta un clima de paz entre esposos, con los hijos y clima agradable
para trabajar por la salvación del alma de ambos
Esto suena algo que probablemente diría el padre de la novia a su yerno el día de la boda.
¡Pero claro! Son palabras inspiradas por Dios, quien ama a sus hijas de manera perfecta.
5. Hijo mío, ¿por qué te dejarás prendar por mujer ajena y abrazaras los pechos de una
mujer ajena? Proverbios 5,20.
Dicho en buen cristiano: no saques los pies del plato. El sacramento del matrimonio es tan
importante que es un absurdo que se manche con el pecado del adulterio.
7. El que encontró una mujer encontró la felicidad y obtuvo el favor del Señor. Proverbios
18,22.
Adán estuvo solo y no fue bueno para el, así que Dios le dio una esposa. Tiene una compañera
para toda la vida, una amiga y una amante para todos los días de tu vida. ¡Que bendición!
Agradécele a Dios y ora por ella a diario. Ella es una tremenda recompensa de Dios