LA HISTORIA DE MI VIDA

Estoy aquí para contarles la historia de mi vida, a algunos de ustedes les puede sonar
rara o incomprensible, así que comenzaré:

Me llamo Paulo, voy en tercero de preparatoria, también soy piloto de carreras y por
alguna razón en mi mundo tenemos orejas y cola de diversos animales. Las mías son
de lince, mis ojos son color rojizo al igual que mi cabello erizado, me agrada mi
aspecto, creo es lo único que por ahora me hace sentirme bien y, ¿sabes por qué lo
digo? Esta es mi historia.

Vivo en un lugar lleno de casas humildes y muy pocas con lujos que no se podrían
imaginar, a pesar de eso la gente se habla sin importar su condición económica, aquí
acostumbramos a hacer bailes regionales, las mujeres con grandes faldas de colores y
los hombres con una vestimenta negra con detalles color dorado. Hay muchos árboles
y plantas con bellas flores, también animales de diferentes colores y tamaños; hacemos
todo lo que está al alcance para preservar nuestra diversidad natural.

A pesar de ser una comunidad que intenta mantenerse unida, hay muchos prejuicios, la
gente se reúsa a aceptar los cambios, existe el rechazo hacia las personas que
adoptan nuevas costumbres, gustos y comportamientos. Yo poco convivo con ellos
pero espero que algún día todos nos podamos querer y aceptar tal cual somos y así
seguir manteniendo la paz y la unión que hasta hoy hemos logrado establecer como
pueblo.

Mi madre está invalida porque sufrió un accidente automovilístico; todo el día se la

pasa encerrada en su oficina frente a la computadora haciendo su trabajo ya que es
una reconocida diseñadora. Mi padre murió debido a una enfermedad en el corazón.
Esta situación de verse sola con un hijo la hizo fría, callada y distante, no se preocupa
por mí. Su cabello es oscuro al igual que su mirada y sus extremidades son de gato,
ella es Eva.

Gracias al trabajo de mi madre somos una familia adinerada y mi hogar es una gran
mansión, con grandes jardines, muebles tallados con hermosos diseños y grandes
habitaciones como sacadas de un cuento de hadas; el hecho de tener una vida llena de
lujos no me hace feliz, pues ella nunca estuvo a mí lado, nunca sentí que me diera su
amor y esto ha hecho de mí un joven antisocial, no tengo amigos, esta es mi vida hasta
que…

En el colegio se presentó un nuevo alumno de clase, un chico no más alto que yo, con
cabello gris brilloso y ojos azules muy claros, sus orejas y su cola eran de un leopardo
de la nieve, su nombre es David, un joven gay que está iniciando con su carrera de
modelo, su llegada despertó el interés de todos en el salón, querían conocerlo, pero por

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alguna extraña razón se acercó a mí y me hablo, fue un momento inusual pero muy
agradable, me cayó muy bien, es divertido y amable, esto era el inicio de una gran
amistad.

No sé porque, pero al principio cuando David se me acercaba me hacia sonrojar, mi

cabeza daba vueltas pensando cual era la razón de porque reaccionaba así, no sabía
que estaba pasando, nunca me había sentido tan interesado en alguien, no conocía la
palabra amistad, para todos en el colegio yo era un extraño, decían que era raro, unos
me ignoraban, otros me maltrataban, pero con la llegada de David todo cambio, él me
defendía, hizo que muchos me respetaran, logro que saliera de ese mundo de
oscuridad en el que me encontraba, y poco a poco él se volvió parte de mi vida y de mi
corta historia, su amistad y sus cuidados nos acercaron mucho hasta que pude
entender que él me gustaba.

Un día me decidí a confesarle lo que sentía, creí que teníamos una conexión muy
fuerte, que él sentía lo mismo, además me encantaba porque a su corta edad era muy
seguro, sabía lo que quería, nunca tuvo miedo de que los demás supieran que se
sentía atraído por personas de su mismo género, es fuerte, valiente y a la vez tierno,
dulce y cariñoso, esto me dio el valor y…lo hice, le confesé mis sentimientos y él salió
corriendo, no sé qué fue lo que paso, ¿porqué ya no quiso hablar?, prefirió evitarme, a
pesar de que lo buscaba para platicar sobre esto que me estaba pasando, seguía
escondiéndose, parece que decidió alejarse de mí.

Y de nuevo me quede solo, mi aburrida rutina regreso, me sentía inútil, creo que a
nadie le importo, creo que solo soy un estorbo, mi madre encerrada en su mundo
jamás me ha preguntado como estoy, me quede vacio.

Mis miedos y tanta soledad me hicieron buscar un lugar para refugiarme y decidí ir a
misa, hacía mucho tiempo que no pisaba la iglesia, mi fe por todo lo que he vivido
estaba desapareciendo, pero de alguna manera sabía que allí encontraría un poco de
paz, pues de niño el templo era como un hogar.

Al llegar a la iglesia busque un lugar para sentarme y sin darme cuenta David estaba al
lado mío, cuando lo vi baje la mirada y así me mantuve durante toda la celebración, los
nervios recorrían todo mi cuerpo, mis manos no dejaban de sudar; al salir algo
increíble pasó, David me tomo de la mano y juntos corrimos hasta llegar al bosque que
se encontraba a la salida del pueblo, él me miro y dijo:

-L…lo…lo siento, no sé qué fue lo que paso, no debí comportarme así, no entiendo
porque te dejé de hablar, lo que me dijiste me puso muy nervioso, no sabía que
responder porque a mí me pasa igual, tú, tú…me gustas.

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Su confesión me sorprendió, pero después de platicar sobre nuestros sentimientos,
¿qué creen que pasó?, comenzamos una relación. Pero al dar este primer paso, nos
faltaba algo muy importante, hablar con mi madre, lo cual era complicado porque lo
difícil de esto no era el que me comprendiera, sino que me escuchará, pues no
recuerdo cuando fue el último día que hablamos, ya que a raíz de su accidente ella al
igual que yo nos refugiamos en la soledad, pero mamá debía saber que mi vida estaba
cambiando y que lo que estoy viviendo me hace feliz.

David y yo fuimos a casa, al llegar entramos a su oficina y le dije que debíamos hablar,
pero pareciera que ella no me escuchaba, solo daba vueltas y vueltas en su silla, era
como si yo no estuviera ahí, hasta que se detuvo repentinamente y dijo:

-Hijo, te vas a cazar con la nieta de un viejo amigo, todo está resuelto, la ceremonia se
llevara a cabo la siguiente semana.

Por detrás de nosotros apareció una joven de cabello muy largo y de color café al igual
que sus ojos. La conocí inmediatamente, es Aurora, una compañera de la escuela.

Me quede boquiabierto al igual que David. Trague lentamente saliva, nervioso le

respondí:

-¡¿Qué te pasa?! , como puedes decidir con quién debo de pasar el resto de mi vida.

A lo que mi madre alterada gritó:

-Ya está decidido y le debo muchas cosas a él, entonces decidimos que lo enmendaría
con un matrimonio.

-Pero yo tengo a alguien en mi vida, no puedes decidir por mí, soy casi mayor de edad,
no me puedes obligar a hacer algo que no quiero.

-Esto es por el bien de los dos, ¿entiendes?

-No, es solo para tú beneficio, ¿alguna vez te preguntaste como me sentía en realidad?

-No pongas más objeciones.

Entonces la tome del brazo y sin titubear le dije:

-¡Soy Gay!

Parece que mi confesión al fin la hizo reaccionar y me dijo:

-¿Porqué te lo callaste, porqué no me lo dijiste antes?

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-Tú siempre estas ocupada con tu trabajo, vives para tus diseños, se te olvido que
tienes un hijo, jamás me prestas atención, ya no recuerdo tus brazos, tu voz, a veces
creo que nunca me has querido, a tu lado no sé si tengo amor.

-E…es…está bien, creo debemos hablar tranquilos, parece que el tema de la boda se
debe cancelar yo, luego arreglo ese asunto con mi viejo amigo, ¿y quién es tu pareja?

Le presente a David y todo lo que había hecho por mí, le conté como nos conocimos y
como llegamos a ser pareja, creo que le di muchos detalles acerca de mi relación,
pero, ¿qué podía hacer?, estaba muy emocionado.

Después de esto seguimos platicamos, fue una charla muy larga, hubo lagrimas y sin
más detalles gracias a que me decidí hablar, todo cambió, nuestra relación es mejor,
nos hemos unido y poco a poco ella ha logrado comprenderme, aceptar mis
preferencias. Toda esa oscuridad y soledad que habitaba dentro de nuestra casa
fueron desapareciendo, ahora salíamos de paseo o hacíamos picnics en el patio, la
alegría ahora se apoderaba de nuestro hogar.

La relación con David es esplendida a pesar de que tuvimos que afrontar muchas
ofensas y rechazos, seguimos haciendo lo que nos gusta, él en el modelaje, yo como
piloto y ambos con nuestros estudios, actualmente tenemos un hurón llamado Hiro,
soñamos con un hijo pero por ser un tema complicado porque la sociedad no se ha
adaptado a las cosas y sobre todo a rodearse de personas “diferentes”, que esto para
ellos no es normal, hemos decidido esperar.

Siempre creí que mi madre era culpable de mi forma de ser, de lo aislado que me
encontraba, pero hoy me di cuenta que los dos fuimos responsables de esa
separación, los dos nos alejamos el uno del otro, jamás hicimos nada por acercarnos,
ella se refugió en sus diseños y yo en mis estudios, perdimos totalmente la
comunicación. Gracias a David descubrí una nueva forma de ver la vida, jamás
cuestione mis gustos, porque realmente ni yo mismo sabia quien era, pero ya todo
cambio, me doy cuenta que hablando se logran muchas cosas buenas.

La comunicación, la buena comunicación te abre muchas puertas, y eso por mucho

tiempo a mi madre y a mí nos falto, actualmente es increíble el cambio que hemos
vivido, nuestra relación es excelente y descubrimos el gran amor que nos tenemos, por
eso yo te digo que no te guardes nada, exprésate, grita, canta, ríe, baila, has todo lo
que te gusta sin miedo a nada, pero siempre respetando el espacio de los demás.

Y si me lo permites, te doy un consejo:

¡Sigue los latidos de tu corazón!