Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Sin el propósito de participar en una olimpíada sino de mejorar la calidad de vida tanto como sea posible, la
natación es el deporte recomendado para todas las edades. Algo fundamentado en su condición de
aeróbico de muy bajo impacto (el peso corporal se reduce 75% con el agua hasta los hombros), en el que
casi todos los músculos del cuerpo entran en movimiento. Los diversos estilos (crol, pecho, espalda o
delfín) entrenan las piernas y el tronco, fundamentalmente en fuerza, resistencia aeróbica y flexibilidad,
mientras que las particularidades de cada brazada y cada patada permiten el desarrollo de grupos de
músculos específicos, completando el arco de beneficios.
La natación es favorita en el menú de prescripciones médicas por sus servicios al aparato
cardiorrespiratorio, su eficacia en el combate de broncoespasmos, la hipertensión arterial, la reducción del
colesterol malo y el aumento del bueno, la disminución de los triglicéridos, la distribución y utilización del
oxígeno en el cuerpo, su aporte para quemar grasas y azúcares, rehabilitar lesiones, mantener el peso,
mejorar la vida sexual, eliminar el stress y la ansiedad, elevar la autoestima liberando endorfinas que
brindan sensación de bienestar. Dan ganas de zambullirse.
Patricia Sangenis, directora del Instituto Deporte y Salud, médica cardióloga del Comité Olímpico
Internacional, advierte que a medida que aumenta la expectativa de vida en el mundo se deben cuidar
mucho más las articulaciones, algo que con la práctica de natación se logra. La capacidad del cuerpo de
flotar en el agua, mejorar el rango del movimiento articular y aumentar la flexibilidad y estiramiento
muscular son algunas de las particularidades "anti age".
"No faltan los casos de quienes en cualquier momento de la vida comienzan a practicar deportes de alto
impacto y, sin equilibrio preventivo, terminan con artrosis de rodillas, de cadera, lumbalgia o hernias de
disco". Sangenis recomienda entre 30 y 40 minutos de actividad, cuatro veces a la semana, para estar
saludable. En cambio, si el desafío es mejorar el rendimiento personal hay que asignarle diariamente más
de una hora, un instante comparado con las 12 horas que puede entrenar un nadador profesional.
"Los beneficios de la natación se sienten muy rápido (tras la segunda o tercera clase). Los adultos mayores,
por ejemplo, expresan reducción de dolores articulares, de columna, musculares. La gente se entusiasma y
aumenta la frecuencia de sus clases de una a dos veces por semana," cuenta Jaqui Esquitino, profesora
especializada en gestión deportiva. En su centro de actividades acuáticas hay varias propuestas para
disfrutar de la ingravidez: bicicletas y camas elásticas sumergidas, gimnasia, hidroterapia, natación para
mayores, son sólo algunas. Divertirse es el secreto de los más chicos.
Adquirir destrezas tempranamente es clave para prevenir accidentes, para el desarrollo físico y para nadar
durante toda la vida. No obstante, los entendidos juran que a cualquier edad se puede aprender si hay
buena disposición. Claro que siempre conviene definir objetivos a priori y chequear los progresos.
Si se trata de entrenar con intensidad para bajar de peso, la habilidad técnica es determinante. "No es lo
mismo demorar cuatro minutos en llegar de borde a borde, que nadar a buen ritmo más de 300 metros por
sesión", explica Sangenis y aconseja contar con nociones del deporte antes de empezar la práctica.
1/2 Prohibida su reproducción total o parcial con fines comerciales, esta obra se encuentra protegida por una licencia Creative
Commons Atribución-No Comercial-Sin Obras Derivadas 2.5 Argentina. www.ceefis.com.ar
Profesor:
Sra. Adriana Liona
"Hasta que un adulto aprende a nadar pueden pasar entre tres y cuatro meses, en promedio, durante los
cuales el gasto calórico y energético serán suficientes. Pero hay que tener en cuenta que la natación no
debe ser la opción exclusiva de entrenamiento para las mujeres después de los 45 a 50 años, ya que la
flotación impide el depósito de calcio en los huesos". Definitivamente no es recomendable si hay
osteoporosis.
Los profesionales de la Fundación Favaloro sostienen que las mayores ventajas para el organismo se logran
practicando actividad moderada. Pasar directamente a un ritmo vigoroso no da beneficios adicionales e
implica riesgos osteoarticulares y cardíacos, entre otros. Por esto entre sus recomendaciones figura la
práctica de la natación, junto a otras aeróbicas de intensidad mediana.
Publicado como anuario “HAY UNA VIDA MEJOR”, por el Diario “LA NACIÓN”, EL 14‐12‐2011.
http://anuario.lanacion.com.ar/detalle.nota.php?id=27
2/2 Prohibida su reproducción total o parcial con fines comerciales, esta obra se encuentra protegida por una licencia Creative
Commons Atribución-No Comercial-Sin Obras Derivadas 2.5 Argentina. www.ceefis.com.ar