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LAS CRÍTICAS A LA MODERNIDAD EN MAX HORKHEIMER Y LA ESCUELA

DE FRANKFURT

La teoría crítica nace en la escuela Frankfurt, fue la primera institución


académica de Alemania que abrazo abiertamente el marxismo. Max Horkheimer
se convirtió en el director del instituto en 1930.

Se tiende a identificar con la teoría crítica a pensadores tales como


Horkheimer, Adorno, Marcuse etcétera.

Ellos planteaban una construcción filosófica social, mediante un


intercambio entre la reflexión filosófica y los aportes de las ciencias sociales.

Se entendía que el contexto económico, político y social resultaba


diferente a lo planteado por el marxismo.

El instituto de investigación social bajo la dirección de Carl Grunberg.

El objetivo que tenía era realizar estudios marxistas dentro de un ámbito


cuasi académico.

Grunberg consideraba que los trabajos del instituto deberían regirse por
el marxismo como una metodología científica. El instituto se dedicaba al estudio
del movimiento obrero y la historia del capitalismo y del socialismo.

El instituto bajo la dirección de Max Horkheimer, la orientación del instituto


cambio, la preocupación fundamental acerca del materialismo histórico como una
ciencia fue desplazada por los estudios de la filosofía social.

Horkheimer vivió de cerca luchas revolucionarias en la Alemania de 1918,


y a partir de esas experiencias y de los movimientos en Rusia y Hungría se volcó
al estudio del marxismo y de la problemática social.

Horkheimer buscaba unir a un grupo de interdisciplinario de filósofos,


sociólogos, economistas, historiadores y psicólogos.
El instituto dejo de publicar los números del archivo para la historia del
socialismo y de los movimientos obreros, e inicio la edición de una nueva revista
titulada, zeitschrift sozialforschung (revista de la investigación social). Dicha
revista cobraría una gran importancia como órgano de expresión de la escuela
de Frankfurt y de lo que a raíz de los propios planteamientos de Horkheimer, se
le conoce como la teoría critica.

Tres etapas básicas a partir de que Horkheimer asume la dirección del


Instituto:

1. Los años treinta. El periodo se caracteriza por las contribuciones


teóricas al desarrollo del marxismo.
2. Reflexión en el exilio. Durante este periodo Horkheimer colaboro
estrechamente con Teodoro Adorno, ambos autores inician sus reflexiones
acerca del fascismo.
3. A partir de los años cincuenta. Época en la cual Max Horkheimer
regreso a Alemania.

Primera época: la concepción de una teoría crítica y el rescate del


Marxismo.

Horkheimer asume la dirección del instituto y reúne un grupo de


académicos de gran talento como Fromm, Neuman, Pollock, Lowenthal y los
pensadores Marcuse y Adorno.

A pesar de sus simpatías con el marxismo y con los movimientos


revolucionarios, nunca fueron parte del movimiento obrero, ni se habían
involucrado con luchas socialista.

Algunos autores señalaban la teoría crítica: como una variedad de la teoría


marxista en la medida que “está presente un compromiso con ideales políticos
ligados a la realización de una sociedad más justa y a la oposición de toda forma
de opresión”
El grupo de académicos en el instituto compartían la concepción de que el
estudio de la sociedad debería hacerse mediante la integración de diversas
disciplinas: como la psicología, la economía, la historia y la filosofía.

Horkheimer privilegia la reflexión teórica y argumenta que el trabajo


empírico nunca puede llegar a sustituirla; conceptos como el de la sociedad,
cultura, clase, etcétera. No pueden ser entendidos únicamente en su vínculo
empírico, necesitan de una discusión y desarrollo teórico pertinente.

La concepción de una teoría critica.

El término de la teoría crítica es introducido por Horkheimer entre 1933 y


1940, durante el periodo de su exilio en nueva york.

Horkheimer contrapone su propia concepción de teoría crítica, a lo que


considera una teoría tradicional.

En contraste con la “teoría tradicional” la “teoría critica” se preocupa por la


transformación radical del orden social existente por medio del estudio y la
búsqueda de las condiciones que resultan más razonables para la superación de
la calidad de vida.

Horkheimer sostiene que la teoría crítica no depende de una práctica


académica sistematizada, sino básicamente de la preocupación de los
intelectuales por la transformación social hacia un orden sin explotación y
opresión.

La teoría critica parte de la constante interacción entre el sujeto y el objeto,


y suele privilegiar cuestiones de tipo ético respecto a las epistemológicas y las
ontológicas.

Horkheimer considera que la mayor “conciencia obrera” puede abrir


posibilidades para poder trascender las instituciones de la clase dominante, pero
manifiesta escéptico ante todas las posturas optimistas que consideran que el
socialismo es inminente.

La concepción del socialismo en Horkheimer de esta época, implica una


idea de la sociedad colectivamente gobernada, en la cual puedan darse
paralelamente las condiciones y las posibilidades del desarrollo de los talentos
individuales.

En sus apreciaciones en torno a la revolución soviética, en los primeros


escritos de Horkheimer así como en autores como Pollock y Marcuse
encontramos a la vez, una inclinación de apoyo al socialismo soviético y un
sentido crítico.

La teoría crítica es considerada como parte del marxismo occidental,


precisamente por el rescate del enfoque histórico que caracteriza a los textos que
se dan a conocer durante los años treinta.

El periodo intermedio (1940-1950): el enfrentamiento con el fascismo y la


crítica a la denominación.

En la búsqueda de modalidades que les permitan contribuir al


establecimiento de una conciencia social critica para promover y mantener la
libertad de pensamiento, los teóricos de la escuela de Frankfurt reflexionan
respecto a la naturaleza del capitalismo y de la estructura del estado a la luz de
la preeminencia de la “racionalidad instrumental”. En sus diagnósticos en relación
con el tema se abordan cuestiones vinculadas con el desarrollo y el nuevo
desempeño de la ciencia y la tecnología, así como de la industria de la cultura en
la sociedad de masas.

Los trabajos de la teoría critica de Horkheimer y Adorno, durante ese


decenio, están en gran parte determinados existencialmente por su posición de
exiliados alemanes de la Alemania nazi, que se encuentran semiparalizados ante
el monstro del fascismo y de todo el totalitarismo, y ante los avances tecnológicos
que descubren en la sociedad estadunidense.

A principios de 1940 en sus primeros trabajos conjuntos, Horkheimer y


Adorno criticaron el fascismo y el stanlinismo, denunciando la falta de libertad y
democracia inherente a estos regímenes.

Durante el periodo de (1940-1950) Horkheimer y Adorno se preocuparon


por estudiar la génesis del fascismo, vinculándolo con la crítica al desarrollo de
la ciencia moderna y de la filosofía. De esta preocupación nació la idea de
dialéctica del iluminismo (1942-1944) uno de los libros más importantes que estos
autores escriben conjuntamente. También escribieron otros dos textos
relevantes, eclipse de la razón, y la personalidad autoritaria.

En los trabajos realizados a principios de los años treinta, hubo un intento


por parte de la teoría crítica en localizar las raíces del nazismo y vincularlo con el
autoritarismo de algunas instancias de la sociedad alemana y la estructura de la
familia.

Horkheimer considera al fascismo como el grado más avanzado del


capitalismo, en sus textos posteriores el fenómeno se vincula con la abolición de
la libertad y las posibilidades de desarrollo individual.

En el análisis del fascismo que se desarrolla tanto en la dialéctica del


iluminismo y en eclipse de la razón, los autores sustentan lo que ha sido calificada
como una ambigua filosofía de la desesperación.

Critica a la modernidad: racionalidad instrumental, sociedad de masas y


fascismo.

La distinción de Horkheimer entre la razón subjetiva y la razón objetiva


sustenta una buena medida a partir de la crítica de la distinción weberiana entre
racionalidad formal o técnica y racionalidad sustantiva o material.
La racionalidad técnica esta últimamente relacionada con la utilidad de los
medios para obtener los distintos fines y no tiene que ver con el juicio que se
haga acerca de estos últimos.

La racionalidad material, se trata de exigencias éticas, políticas,


estamentales, igualitarias, etcétera. Los puntos de vista valorativos son
ilimitados.

Para Horkheimer, la racionalidad es considerada básicamente como una


facultad mental, como la capacidad de calcular.

A esta razón subjetiva contrapone Horkheimer la razón objetiva los fines


son más importantes que los medios, y el grado de racionalidad se determina en
función de la armonía del hombre con la totalidad social.

La racionalidad que Horkheimer considera como subjetiva, hace hincapié


en la coordinación adecuada entre los medios y los fines. Se trata de la
racionalidad instrumental característica del neopositivismo y del pragmatismo.

Dialéctica del iluminismo los autores denuncian que lo que alguna vez
pudo ser considerada una filosofía crítica, se ha convertido en una teoría
positivista y pragmática justificadora del statu quo. El iluminismo considera
sospechoso todo aquello que no pueda ser probado o medido; las abstracciones
liquidan a las personas y a los objetos individuales.

La filosofía del pragmatismo es una de las expresiones más drásticas de


esta racionalidad subjetiva, ya que la verdad se mide por el éxito. Las ideas, los
conceptos o las teorías no son más que esquemas o planes de acción.

Horkheimer y Adorno dedican un capítulo importante de su libro análisis


de la industria cultural como producto de una época en la cual la dialéctica del
iluminismo entre en la fase de la decepción de la masas.

El progreso de la industria de la cultura tiene sus bases en las propias


leyes generales del capitalismo, y el resultado es que las masas se cultivan según
un mito del éxito que en la realidad nunca llegan a alcanzar.
La posguerra

La emergencia de una nueva sociología se enfrentaba con varios


obstáculos. Como producto de los doce años del nazismo, Alemania presentaba
un vacío en la vida académica y un aislamiento de lo que se producía en la esfera
internacional.

Horkheimer y Adorno siguieron con el desarrollo de sus ideas y se


enfrentan a la realizad de un mundo que les presentaba nuevos desafíos y
tensiones. Al defender la importancia del pensamiento crítico de Marx y condenar
paralelamente la doctrina soviética y otros modos de divulgación del marxismo,
sus teorías fueron atacadas tanto por los pensadores radicales como por los
conservadores.

En el pensamiento de Horkheimer posterior al nazismo siempre habrá una


actitud de tristeza, desilusión, y recelo ante las masas que sucumbieron y votaron
por el fascismo.

DULCE PATRICIA GULIVERTH SIQUEIROS

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