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La curva de Laffer representa la relación existente entre los ingresos fiscales y los tipos
impositivos, mostrando como varía la recaudación fiscal al modificar los tipos impositivos.
Fue difundida por el economista Arthur Laffer, aunque cinco siglos antes el economista
nor-africano Ibn Jaldún ya había teorizado sobre la relación entre los tipos impositivos y la
recaudación, y también John Maynard Keynes unos pocos años antes.
Lo difícil es poner el punto concreto que estimula la recaudación, puesto que si se toman
decisiones equivocadas, una rebaja de impuestos sí puede suponer una caída de
ingresos, y la economía acepta mal los experimentos. Par lo cual es indispensable tener
en consideración que es distinto para cada país y para cada momento
La curva de Laffer muestra que el incremento de los tipos impositivos no siempre conlleva
un aumento de la recaudación fiscal. La característica más importante de esta curva
residen que indica que cuando el tipo impositivo es suficiente alto, si se sube aún más, los
ingresos recaudados pueden terminar disminuyendo. La disminución de la oferta del bien
reduce hasta tal punto los ingresos fiscales que la subida del tipo impositivo no compensa
la disminución de la oferta.
La curva de Laffer tiene otras aplicaciones además de los impuestos. Cualquier tipo de
mediación gubernamental está sujeta a su agudo juicio. Por ejemplo, regulaciones no
exageradas serán siempre más fáciles de cumplir que de oponerse a ellas. Es más, el
estatismo que sufre la mayoría de las sociedades es a menudo aguantado y no
combatido, entre otras razones porque muchos le encuentran la solución, utilizando su
inteligencia, contratando expertos en las leyes o comprando funcionarios.
Entonces vemos que la curva de Laffer es útil para entender por qué no hay suficiente
resistencia al estatismo o por qué sólo una pequeña proporción de la población se
molesta en orquestar una resistencia que es costosa en relación a su posibilidad de éxito.
En las naciones subdesarrolladas, la situación es diferente, lo cual explica la frecuencia
de revueltas y revoluciones contra los mandatarios. En esos países, a lo contrario del
caso de los países ricos, el grueso de la población tiene poco o nada que perder.
CURVA DE PHILLIPS
La curva de Phillips relaciona la inflación con el desempleo y sugiere que una política
dirigida a la estabilidad de precios promueve el desempleo. Por tanto, cierto nivel de
inflación es necesario a fin de minimizar éste.
A pesar de que esta teoría fue utilizada en muchos países para mantener el desempleo
en cifras bajas mientras se toleraba una inflación alta, la experiencia ha demostrado que
un país puede tener simultáneamente inflación y desempleo elevado, fenómeno conocido
como estanflación, promovido por perturbaciones en la oferta agregada, como ocurrió en
la crisis del petróleo de 1973.
Esta curva describe acertadamente la experiencia de los EE. UU. en los años
1960 donde la política de control de la inflación originó una contracción en la economía,
incrementando el desempleo. Sin embargo, esta curva no resulta aplicable al fenómeno
que experimentó dicho país en los años 1970, de estanflación, donde surgió una alta
Inflación junto con un estancamiento económico.