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LA ESCUELA EN LA MIRA DEL “MANIFIESTO CONTRASEXUAL”

Por: Juan de la Cruz Gómez Pérez

No es de sorprender que el colectivo LGBTI, las feministas radicales y el Manifiesto de la


Contrasexualidad, tengan en mira a las Instituciones Educativas con el fin de imponer su
visión filosófica e ideológica, debido a que consideran que estas no están facilitando el cambio
necesario para encaminar a la humanidad hacia la nueva era de la pos-sexualidad.
El Gurú de la Contrasexualidad, Paul Beatriz Preciado,
sostiene que la escuela se ha constituido en un centro de
beligerancias, reproductor de violencias, y ya no cumple
con el rol de buscar la equivalencia entre todos los
participantes en la sociedad. Por eso es la crítica que
realizan estos movimientos. No facilita el cambio para la
nueva sociedad con su nueva pos-sexualidad.
La escuela cumple un rol formativo, para el desarrollo
individual y colectivo en la sociedad. Es la institución que prepara a los individuos para ser
ciudadanos libres y capaces en el mañana. Transmite y refuerza los conocimientos, los
valores, las costumbres y tradiciones necesarias para que sean personas íntegras y capaces
de enfrentar los problemas que genera el diario vivir. En la escuela se asimila la cultura, lo
ideológico, lo político y lo filosófico. Es el lugar de mayor influencia después de la familia,
para formar el tipo de ser humano que demanda la sociedad en que se vive.
Esa es la razón del porqué, Beatriz Preciado, en El Manifiesto Contrasexual, promueve un
cambio de las instituciones educativas con el fin de hacer realidad las prácticas
contrasexuales. Observe como plantea modificar las instituciones educativas para establecer
una pedagogía contrasexual, con el fin de innovar las prácticas tecnológicas, extender las
superficies eróticas del cuerpo incluyendo el ano, enfocar su plasticidad, y las mejoras de las
practicas contra-sexuales con la introducción del dildo. Su finalidad es transformar los
cuerpos para liberarlos de la opresión en que han vivido.
Veamos, como lo plantea en forma literal en el artículo No. 12, de los Principios de la Sociedad
Contrasexual:
“La sociedad contra-sexual promueve la modificación de las instituciones educativas
tradicionales y el desarrollo de una pedagogía contra-sexual high-tech con el fin de
maximizar las superficies eróticas, de diversificar y mejorar las prácticas contra-sexuales. La
sociedad contra-sexual favorece el desarrollo del saber-placer y de las tecnologías dirigidas
a una transformación radical de los cuerpos y a una interrupción de la historia de la
humanidad como naturalización de la opresión (naturalización de la clase, la raza, el sexo,
el género, la especie, etc.”
Beatriz Preciado, cuestiona la escuela, en el sentido de que se ha convertido en un espacio
de reproducción de violencias; proponiendo una nueva red de escuelas transfeministas y
queer (ampliación e identidad sexual y de género que no corresponde a las ideas
establecidas) para superar ese modelo negativo, retrogrado de la educación del presente.
En una entrevista realizada a Paul Beatriz Preciado situado en el hipervínculo, enlace o
link, https://www.eldiario.es/…/espacio-domestico-idealizados-esp…, se le preguntó, ¿qué si
la escuela reproduce conductas homófobas o transfóbicas? Respondiendo que sí, veamos
como lo enfoca:
“Tenemos una visión todavía idealizada del colegio, como un espacio para el aprendizaje de
los niños, como si fuera realmente un espacio de libertad. No se trata simplemente de que
el colegio reproduzca conductas homófobas, transfóbicas o estereotipos machistas, sino que
es una de las instituciones claves donde se lleva a cabo el proceso de normalización de
género o de sexualidad. Y éste es un proceso violento. Curiosamente dos de los espacios
más violentos, el doméstico y el colegio, son aquellos que están más idealizados en nuestro
imaginario como espacios de protección de la infancia. Hay que desmitificar estos espacios.”
Más adelante sigue cuestionando a las instituciones educativas, indicando que: “…El colegio
es también espacio de fabricación de la identidad nacional, de normalización racial y
religiosa… Necesitamos un colegio más abierto a la crítica, porque ¿qué significa una
pedagogía que no acepta la crítica?” “…Me gustaría que hubiera un colegio que fuera
suficientemente plástico, capaz de trabajar con la riqueza de todas las subjetividades
posibles.”
Todo esto, amigos lectores, tiene un significado profundo, y es que se debe considerar a la
escuela como un espacio neutro donde los individuos no son “niños”, no son “niñas”, no son
“heterosexuales”, no son “homosexuales”, ni “transexual”. Simplemente son cuerpos
parlantes y nada más. Sostienen que hay que derrumbar estas categorías injustas creado
por la cultura, para construir un nuevo tipo de sexualidad: la contrasexualidad.
En ese sentido, no está de acuerdo en solo hacer una crítica a la norma y solo incluir al que
es diferente, al niño homosexual o transexual, sino que va más allá, pretende erradicar la
norma heterocentrada para que predomine la visión de la contrasexualidad.
Veamos sus consideraciones de manera literal:
“Lo radical sería hacer una crítica a la norma como eje de la pedagogía, hacer una pedagogía
anti-normativa, en vez de incluir al que es diferente. En el caso de las normas de género y
sexuales, no se trata de “incluir” al niño homosexual o transexual, sino de cuestionar la
norma heterocentrada y machista del colegio que hace que toda disidencia de género y
sexual sea percibida como patológica.”
Y para que no quede la menor duda, sobre lo que hay que hacer con respecto a las
generaciones que están en formación, visualiza una escuela de la siguiente manera:
“… Yo defiendo más bien la creación de una red de colegios transfeministas y queer. No hablo
de colegios que salgan de la nada, sino de colegios que ya existen, que salgan, por así decirlo,
políticamente del armario, que digan que el alumno tiene derecho a experimentar con su
propia subjetividad, colegios que se declaren abiertamente no-heteronormativos y
feministas, colegios donde los alumnos tengan derecho a procesos de cambio sin ser objeto
de violencia por utilizar códigos masculinos o femeninos, que no se castigue al niño que con
7, 12 o 16 años se pone una falda. Lo pedagógico debería ser trabajar con esta plasticidad
que es la base de la creatividad y la transformación social.
A la plasticidad que se refiere es para concebir el sexo, el género, la identidad sexual, y la
orientación sexual, como el resultado de un constructo social impuesto por la cultura. En
consecuencia, es incorrecto clasificar a los individuos en varón, mujer, heterosexual, bisexual
o transexual. La escuela debe ponerle fin a la ideología de género y a la visión heterocentrada
de la historia sexual de la humanidad. Se necesita de una nueva sexualidad que no esté
condicionada por la tradición histórica como ha sucedido con la imposición heterosexual que
nos hace verla como natural y absoluto.
Sostiene que debe ser totalmente diferente; una teoría que incluya el dildo para que
modifique totalmente la conducta humana; el pene ya no es un elemento natural, y pasaría
hacer sustituido por el dildo, como elemento fundamental de la sexualidad humana. Note,
que todo el planteamiento teórico se fundamenta en la plasticidad del cuerpo, el cual puede
ser moldeado y trabajado para cambiar de forma en función de la presión social; esa
habilidad que posee de variar en función del entorno le permite modificar sus preferencias
sexuales sin perder su identidad de humano.
Beatriz Preciado, considera la figura plástica como objeto de veneración sexual; piensa que
el pene debe ser desplazado por el ano como órgano sexual predominante. Cree, que el ano
es un espacio no discriminatorio, neutro, común, igualitario, rebelde, de alta tecnología, que
nos conduciría hacia una revolución del proletariado en la que el dildo sería el nacimiento de
una nueva sociedad con una nueva sexualidad sin denominaciones de género.
En este caso, los seres humanos, deben inventar su propia elección sexual, su propio
concepto del placer y del saber. Existirá una nueva sociedad donde las prácticas sexuales
dominantes serán los juguetes sexuales, la sexualidad anal, las operaciones de cambio de
sexo, la prostitución, la homosexualidad, la bisexualidad, la transexualidad, entre otras
prácticas de la contrasexualidad, que en conjunto figurarán como los nuevos proletarios para
una nueva revolución sexual.
En síntesis, la teoría de la contrasexualidad busca poner fin al sistema heterocentrada y
patriarcal, forjando las nuevas prácticas sexuales de la nueva sociedad. Enumero a
continuación algunos de las características más destacadas de esta teoría:
1. Crear un nuevo contrato social: la contrasexualidad.
2. La sociedad contrasexual demanda que se borre de las denominaciones masculino y
femenino correspondientes a las categorías biológicas (varón/mujer, macho/hembra) del
carné de identidad, así como de todos los formularios administrativos y legales de carácter
estatal.
3. Resexualizar el ano como centro contra-sexual universal. Reconocerlo y considerarse como
un trabajador del culo. Los trabajadores del ano son los nuevos proletarios de una posible
revolución contrasexual. Presenta tres características fundamentales: Uno: el ano es un
centro erógeno universal situado más allá de los límites anatómicos impuestos por la
diferencia sexual, donde los roles y los registros aparecen como universalmente reversibles.
Dos: el ano es una zona de pasividad primordial, un centro de producción de excitación y de
placer que no figura en la lista de puntos prescritos como orgásmicos. Tres: el ano constituye
un espacio de trabajo tecnológico; es una fábrica de reelaboración del cuerpo contrasexual
poshumano.
Es en ese tenor que la escuela juega un papel fundamental como medio idóneo para
contribuir con la nueva teoría de la contrasexualidad. Desde la escuela se le puede poner fin
a la Naturaleza como orden que legitima la sujeción de unos cuerpos sobre otros. Puede
educarse para sustituirse el contrato social heterocentrado por un contrato contrasexual. Los
cuerpos deben reconocerse a sí mismos y a los demás no como hombres o mujeres sino
como cuerpos hablantes. Formársele en la relación contra-sexual será el objetivo
fundamental de la nueva escuela; el nuevo contrato será el resultado de un consenso firmado
por todos los participantes, veamos un modelo elaborado y presentado por Beatriz Preciado:
Lunes, 6 de julio de 2015
EJEMPLO DE CONTRATO CONTRASEXUAL
Contrato Contrasexual (ejemplo)
Voluntaria y corporalmente, yo ……………………………………………………. Renuncio a mi condición
natural de hombre __ o de mujer__, a todo privilegio (social, económico, patrimonial) y a
toda obligación (social, económica, reproductiva) derivados de mi condición sexual en el
marco del sistema heterocentrado naturalizado.
Me reconozco y reconozco a los otros como cuerpos parlantes y acepto, de pleno
consentimiento, no mantener relaciones sexuales naturalizantes, ni establecer relaciones
sexuales fuera de contratos contrasexuales temporales y consensuados.
Me reconozco como un productor de dildos y como transmisor y difusor de dildos sobre mi
propio cuerpo y sobre cualquier otro cuerpo que firme este contrato. Renuncio de antemano
a todos los privilegios y a todas las obligaciones que podrían derivarse de las desiguales
posiciones de poder generadas por la re-utilización y la re-inscripación del dildo.
Me reconozco como ano y como trabajador del culo.
Renuncio a todos los lazos de filiación (maritales o parentales) que me han sido asignados
por la sociedad heterocentrada, así como a los privilegios y a las obligaciones que de ellos
se derivan.
Renuncio a todos mis derechos de propiedad sobre mis flujos seminales o producciones de
mi útero. Reconozco mi derecho a usar mis células reproductivas únicamente en el marco de
un contrato libre y consensuado, y renuncio a todos mis derechos de propiedad sobre el
cuerpo parlante generado por dicho acto de reproducción.
El presente contrato es válido por una duración de ……… meses (renovable).
En ………… a ………. de……………………. de………. núm. de ejemplares……………….
Firma. ____________________________
Ahora bien, se debe tener cuidado con tres conceptos muy manejado en estos debates
teóricos sobre la sexualidad humana, y que no debemos confundir: La filosofía, ideología y
política de género. En consecuencia, se debe evitar por todos los medios posibles que estos
planteamientos filosóficos e ideológicos presentado por el Manifiesto de la Contrasexualidad
se pongan en prácticas con políticas educativas que vayan en esa dirección. Las políticas de
género deben ir en la dirección del desarrollo humano global, con equidad de género, e
igualdad de hombres y mujeres, y nada más. Para eso no hay que cambiar la naturaleza
sexual humana.
Objetivamente, un peligro conspira contra la naturaleza sexual humana. La teoría de la
contrasexualidad le pone fin. Niega la esencia de humanidad. Sustenta, que no somos
hombres, ni mujeres, ni heterosexual, ni homosexual, ni lesbiana, ni bisexual, ni transexual,
ni intersexual, somos cuerpos parlantes y nada más. Podemos construir nuestro propio
género partiendo de la plasticidad del cuerpo. Ya el género no depende de la biología. El
género es un constructo social. Como cuerpo plástico-parlante yo puedo ser lo que quiera.
Ese es el tipo de educación que se pretende incorporar para la nueva sociedad de la pos-
sexualidad.
Es una filosofía e ideología de género que debe ser combatida con todos los medios posibles,
sin menospreciar al adversario que es un ser humano confundido, por su alta peligrosidad
para la existencia del género humano. Pienso como Vladimir Putin, presidente de la
Federación Rusa, cuando expresó su opinión en materia de política de género, ahora en la
reunión reciente del G20, que: “Dejemos que una persona crezca y madure y después decida
quién es. Dejen a los niños en paz.” juanelquimico24@gmail.com, 1 de julio del año 2019.
Hora: 1:45 PM. Moca, Provincia Espaillat, República Dominicana.

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