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CRÉDITO FISCAL

Es aquel monto de dinero que posee el contribuyente a su favor y el cual podrá

deducir del total de su deuda tributaria, resultando así un monto menor a pagar

al fisco o un saldo a favor, el mismo que podrá seguir deduciéndolo del total de

la deuda tributaria correspondiente al mes siguiente hasta agotarse.

¿CUÁLES SON LOS REQUISITOS PARA UTILIZARLO?

Toda empresa que emite facturas está obligada a pagar impuesto - existen

empresas que no necesariamente emiten facturas, por ejemplo, pueden emitir

boletas de pago por sus operaciones comerciales y por lo tanto, también están

obligadas a pagar impuestos - pero ¿sabías que el impuesto puede reducirse si

solicitas facturas al realizar compras o contratar servicios? A esto se le conoce

como el crédito fiscal y básicamente es la compensación por el IGV que pagas

cada vez que realizas una compra como empresa.

El crédito fiscal te permite reducir pagos de impuestos a partir de los consumos

que realiza tu empresa.

No todas las compras son candidatas al beneficio del crédito fiscal

Existen ciertos requisitos que debe tener una compra para que te permitan

utilizar el crédito fiscal, caso contrario, este no será efectivo. La norma establece

ciertos requisitos sustanciales y formales. Entre los sustanciales tenemos que

dicha adquisición sea permitida como costo o gasto de la empresa de acuerdo a

la legislación de impuesto a la renta, es decir, que esté relacionado con el giro

del negocio.
Como parte de los requisitos formales la norma exige que los documentos de

pago deben estar a nombre de la empresa por lo que en los recibos y facturas

debe consignarse la denominación y/o razón social y el RUC de la compañía.

Además, exige que dichos recibos hayan sido emitidos de acuerdo a los

parámetros que señala el Reglamento de Comprobantes de Pago.

LAS COMPRAS CON BOLETA NO SON CONSIDERADAS PARA EL

CRÉDITO FISCAL

Tener en cuenta que las compras afectadas por el IGV son consideradas por el

crédito fiscal solo si son sustentadas en facturas, así que las boletas de venta no

van a aplicar para reducir los gastos que tendrás que pagar, debido a que el IGV

y el valor de venta no vendrán desagregados.

ERRORES PARA APLICAR AL CRÉDITO FISCAL

Algunas personas tratan de incluir los gastos personales como gastos de

empresa, esto no es recomendable, especialmente porque la SUNAT puede

notar las incongruencias y no admitir facturas como gastos de tu negocio. Por

ejemplo, es incongruente tener una empresa de fabricación de calzado y querer

pasar como gastos de empresa la adquisición de productos de higiene personal.

Esta mala práctica no es recomendable porque pagarás más impuestos y tus

gastos de más, no serán considerados como crédito fiscal. Toda adquisición con

factura debe estar directamente relacionada con el giro del negocio salvo que tu

empresa presente un sustento técnico que respalde tu adquisición como parte

de las necesidades de tu negocio.


Todas las empresas que vendan productos y/o servicios están obligadas a pagar

impuestos (IGV y renta) (Hay empresas que no necesariamente emiten facturas,

por ejemplo, pueden emitir boletas de pago por sus operaciones comerciales y

por lo tanto, también están obligadas a pagar impuestos).

¿CÓMO FUNCIONA EL BENEFICIO DEL CRÉDITO FISCAL?

El beneficio del crédito fiscal no puede aplicarse a cualquier compra. Para que

así se dé, deben cumplirse ciertos requisitos establecidos por la legislación del

Impuesto a la Renta.

Las empresas que realizan compras y ventas con facturas tienen derecho a

deducir el impuesto general a las ventas (IGV), que es pagado por sus

adquisiciones para efectos de reducir su carga tributaria. El crédito fiscal está

constituido por dicho impuesto, consignado de forma separada en los

comprobantes de pago de bienes, servicios y contratos de construcción.

LAS ADQUISICIONES QUE PERMITEN CRÉDITO FISCAL

Sin embargo, cabe aclarar que no toda compra es susceptible al beneficio del

crédito fiscal. De acuerdo a la legislación del Impuesto a la Renta, para contar

con dicho derecho, ésta debe ser permitida como gasto o costo de la empresa,

destinándose a operaciones gravadas con el IGV.

De acuerdo a la Sunat, solo cuentan con derecho a crédito fiscal las

adquisiciones de bienes, las prestaciones de servicios, los contratos de

construcción y las importaciones que reúnan una serie de requisitos. Se

considera que las compras deben estar permitidas como gasto o costo de la

empresa, incluso cuando el contribuyente no esté afecto al Impuesto a la Renta.


Por ejemplo, si alguien compra un auto para uso personal, no podrá destinar el

IGV por dicha compra para el crédito fiscal de su empresa. En cambio, si el

vehículo es adquirido como herramienta para la compañía, a este sí podría

aplicársele la deducción del IGV como crédito fiscal.

En otros requisitos formales, la Sunat exige que en los documentos de pago

figuren el nombre y el número de RUC del emisor. Asimismo, los comprobantes,

notas de débito, y copias autenticadas por el agente o el fedatario de la aduana.

Es importante estar actualizado con respecto a las obligaciones, derechos y

prohibiciones relacionadas con el crédito fiscal. Consultar con el contador de la

empresa y revisar las normas legales debe ser una práctica cotidiana, pues

ayudará a ganar mayor rentabilidad y a estar siempre alineado con las normas

RESPONSABLES SOLIDARIOS

Se conoce como responsabilidad solidaria a la obligación compartida por varias

partes respecto a una deuda o a otro compromiso. Cuando existe una

responsabilidad solidaria, una persona tiene derecho a reclamar el pago de una

deuda o el resarcimiento de un daño a cualquiera de los responsables o incluso

a todos ellos, sin que ninguno pueda excusarse para evadir su responsabilidad.

Esto quiere decir que, en el caso de una deuda, el acreedor puede reclamar la

totalidad del pago a cualquiera de los individuos que son responsables solidarios.

Estos no pueden decidir abonar sólo una parte o pedir que el acreedor se remita

a otro de los responsables. Dicho de otro modo: el responsable solidario tiene la

obligación de resarcir la totalidad de lo reclamado pese a que existan también

otros deudores.
Para el acreedor, la existencia de responsables solidarios supone una ventaja

ya que puede reclamar el pago de la deuda a cualquiera de ellos, debido a que

todos deben responder de sus derechos. Cuando consigue que la deuda sea

saldada por alguno de los responsables solidarios, ya no puede reclamar el pago

a los demás (no puede pretender cobrar su deuda más de una vez).

En muchas ocasiones, hay que subrayar que se tiende a confundir por los

ciudadanos de a pie lo que es la responsabilidad solidaria con la responsabilidad

subsidiaria. Sin embargo, son cosas diferentes. Esta última se refiere a la que

tiene un individuo por el incumplimiento en el pago de una deuda por parte de

una tercera persona. En concreto, lo que sucede es que, ante la imposibilidad de

conseguir recaudar el dinero al titular, se procede a trasladar la obligación a los

que poseen cantidades pendientes de pago con él.

Con eso nos referimos al hecho de que este tipo de responsabilidad sólo tiene

lugar en el momento en el que el deudor principal no paga la deuda que tiene

contraída.

Para poder entender bien esa diferencia entre ambos tipos de responsabilidad

nada mejor que recurrir a un ejemplo específico. Así, por ejemplo, si hacemos

referencia a un préstamo con avales nos topamos con el hecho de que los

avalistas tienen una responsabilidad subsidiaria, en tanto en cuanto se van a

encargar de asumir el pago de la deuda en el caso de que el titular no lo haga

como corresponde.

De la misma manera, esos avalistas también cuentan con una responsabilidad

solidaria porque se puede ejercer sobre cualquiera de ellos, de manera indistinta,


una acción de cobro. Una responsabilidad esta que, en este caso concreto, es

totalmente exigible sin necesidad de que el deudor principal se declare incapaz

de hacerle frente a la mencionada deuda.

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