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Historia:
El concepto de secreción interna apareció en el siglo XIX, cuando Claude
Bernard lo describió en 1855, pero no especificó la posibilidad de que existieran
mensajeros que transmitieran señales desde un órgano a otro.
El término hormona fue acuñado en 1905, a partir del verbo griego (poner en
movimiento, estimular), aunque ya antes se habían descubierto dos funciones
hormonales. La primera fundamentalmente del hígado, descubierta por Claude
Bernard en 1851. La segunda fue la función de la médula suprarrenal,
descubierta por Vulpian en 1856. La primera hormona que se descubrió fue
la adrenalina, descrita por el japonés Jokichi Takamine en 1901.
Posteriormente el estadounidense Edward Calvin Kendall aisló
la tiroxina en 1914 .
Dijimos que las hormonas transportan “información”, y los mensajes de los que
hablamos se refieren a la manera de funcionar de las células: a unas les
ordenan empezar a hacer algo a otras, detenerse y a otras, que cambien el
ritmo de su actividad lo cual no es de extrañarse si se considera que las
necesidades orgánicas van variando durante todo el día.
Tipos de hormonas:
Según su naturaleza química, se reconocen tres clases de hormonas:
Derivadas de aminoácidos: se derivan de los aminoácidos tirosina y triptófano
como ejemplo tenemos las catecolaminas y la tiroxina.
Útero, Glándulas
Progesterona En El Ovario Regula Ciclos Menstruales
Mamarias
Estimulante De Secresión De
Secretina Páncreas Mucosa Duodenal
Jugo Pancreático
Músculo,
Cardiaco, Vasos
Médula Constriñir Los Vasos
Noeadrenalina Sanguíneos,
Suprarenal Suprarenales
Hígado Y Tejido
Adiposo
Glándulas
Prolactina (Lth) Hipófisis Anterior Ayuda A Producir Leche
Mamarias
Hipotálamo(Vía
Glándulas Estimula Contracciones De
Oxitocina Hipófisis
Mamarias Músculos Uterinos Y Secreción.
Posterior)
Insulina
La insulina del latín ínsula, "isla" es una hormona polipeptídica formada por
51 aminoácidos, producida y secretada por las células beta de los islotes de
Langerhans del páncreas.
La insulina interviene en el aprovechamiento metabólico de los nutrientes,
sobre todo con el anabolismo de los glúcidos.
La síntesis de la insulina pasa por una serie de etapas. Primero
la preproinsulina es creada por un ribosoma en el retículo endoplasmático
rugoso (RER), que pasa a ser (cuando pierde su secuencia señal) proinsulina.
Esta es importada al aparato de Golgi, donde se modifica, eliminando una parte
y uniendo los dos fragmentos restantes mediante puentes disulfuro.
Gran número de estudios demuestran que la insulina es una alternativa segura,
efectiva, bien tolerada y aceptada para el tratamiento a largo plazo de
la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2, incluso desde el primer día del
diagnóstico.
Frederick Grant Banting, Charles Best, James Collip, y J.J.R. Macleod de
la Universidad de Toronto, Canadá, descubrieron la insulina en 1921. El Doctor
Banting recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por descubrir esta
hormona aunque se demostró que el verdadero descubridor fue Nicolae
Paulescu en 1921.
Funciones:
La insulina es una hormona "Anabólica" por excelencia: permite disponer a las
células del aporte necesario de glucosa para los procesos de síntesis con gasto
de energía. De esta manera, mediante glucólisis y respiración celular se
obtendrá la energía necesaria en forma de ATP. Su función es la de favorecer
la incorporación de glucosa de la sangre hacia las células: actúa siendo la
insulina liberada por las células beta del páncreas cuando el nivel de glucosa
en sangre es alto. El glucagón, al contrario, actúa cuando el nivel de glucosa
disminuye y es entonces liberado a la sangre. Por su parte, la Somatostatina,
es la hormona encargada de regular la producción y liberación tanto de
glucagón como de insulina. La insulina se produce en el Páncreas en los
"Islotes de Langerhans", mediante unas células llamadas Beta. Una manera de
detectar si las células beta producen insulina, es haciendo una prueba, para ver
si existe péptido C en sangre. El péptido C se libera a la sangre cuando las
células Beta procesan la proinsulina, convirtiéndola en insulina. Cuando solo
entre un 10 y un 20 % de las células Beta están en buen estado, comienzan a
la insulina tiene una importante función reguladora sobre el metabolismo, sobre
el que tiene los siguientes efectos:
Estimula la glucogenogénesis.
Inhibe la glucogenolisis.
Aumenta el transporte de glucosa en el musculo esquelético y en el tejido
adiposo.
Aumenta la retención de sodio en los riñones.
Aumenta la re-captación celular de potasio y amino-ácidos.
Disminuye la gluco-secreción hepática.
Promueve la glucólisis.
Favorece la síntesis de triacilgleceroles (triglicéridos). Para ello, estimula la
producción de acetil-CoA (por ejemplo, al acelerar la glucólisis), y también
estimula la síntesis de ácidos grasos (componentes de los triacilgliceroles)
a partir de la acetil-CoA.
Estimula la síntesis de proteínas.
Genética:
La proinsulina, precursora de la insulina, es codificada por
el gen INS, localizado en el cromosoma 11p15.5. Se han identificado una
variedad de alelos mutantes en la región que codifica al gen. También se han
descrito varias secuencias reguladoras a nivel de la región promotora del gen
de la insulina humana sobre la cual se unen los factores de transcripción. En
general, se sabe que las cajas A se unen a factores Pdx1, que las cajas E se
unen a NeuroD, las cajas C sobre MafA y que las secuencias denominadas
elementos de respuesta al cAMP se unen sobre los factores de
transcripción CREB. Se han descubierto también varios silenciadores genéticos
que inhiben la transcripción de la insulina.
Estructura:
La conformación estructural de la insulina es esencial para su actividad como
hormona. La insulina es sintetizada y almacenada en el cuerpo en forma de un
hexámero, es decir una unidad compuesta por seis insulinas mientras que su
forma activa es la de una hormona monomérica es decir, la molécula de
insulina sola. Seis moléculas de insulina permanecen inactivas por largo tiempo
en su forma hexamérica, como forma de almacenamiento de disponibilidad
rápida y protección de la altamente reactiva molécula de insulina. Dentro
del aparato de Golgi, la proinsulina es enviada al interior de vesículas
secretoras y de almacenamiento ricas en Zn2+ y Ca2+. Una vez en la vesícula
se forman especies hexaméricas de la proinsulina con dos átomos de zinc por
cada hexámero de proinsulina: (Zn2+) (Ca2+)(Proin), las cuales son
posteriormente convertidas en el hexámero de insulina: (Zn 2+) (Ca2+)(In) por
acción de enzimas proteolíticas y produciendo también la proteína C.
La conversión entre la forma hexamérica y la monomérica es una de las
características fundamentales de las fórmulas de inyección de la insulina. El
hexámero es mucho más estable que la hormona sola, por lo que sería una
presentación más práctica, sin embargo, el monómero es la forma más reactiva
de la hormona porque su difusión es mucho más rápida haciendo que no se
tenga que administrar varios minutos (30-60) antes de las comidas.
La presentación con la insulina más reactiva le da a los diabéticos la opción de
tener comidas diarias en horas más flexibles. Ciertos preparados de insulina
tienen variaciones en al menos dos aminoácidos de modo que cuando la
insulina se inyecta, ésta tenga una menor tendencia de formar agregados
hexaméricos y su acción sea rápida y su efecto breve.
Síntesis:
La insulina se sintetiza en las células beta del páncreas y se libera bajo la
influencia de varios estímulos, entre ellos, la ingesta
de proteínas, carbohidratos y su paso a la sangre a partir de los alimentos
digeridos. Muchos carbohidratos producen glucosa, aumentando sus niveles en
el plasma sanguíneo y estimulando de inmediato la liberación de insulina a
la circulación portal. También se ha demostrado que la hormona de
crecimiento es capaz de aumentar la secreción de insulina humana.
En las células diana principalmente en el hígado, músculo y tejido adiposo se
inicia una transducción de señales cuyo efecto es el incremento en la captación
de glucosa y su posterior almacenamiento, evitando así un ascenso excesivo
de la glucemia postprandial.
Con la reducción de la concentración circulante de glucosa, se degrada la
insulina secretada, finalizando así la respuesta unas 2 o 3 horas después de la
ingesta.
La porción exocrina del páncreas está conformada por acinos serosos que
representan la mayor parte de la masa de la glándula. Las células beta hacen
parte de los islotes de Langerhans (Las células beta son el 70 % de todas las
células endocrinas) que constituyen la porción endocrina del páncreas (2 % de
todo el parénquima), haciendo entonces que el páncreas sea
fundamentalmente una glándula mixta.
En las células beta, la insulina se sintetiza a partir de proinsulina, una molécula
precursora, por acción de enzimas proteolíticas conocidas como convertasas
prohormonas, específicamente la convertasa proproteína 1 y la convertasa
proproteína 2, así como la exoproteasa carboxipeptidasa E.
Ciertas modificaciones ejercidas sobre la proinsulina le eliminan una región del
centro de la molécula denominada péptido C quedando libres los extremos C-
terminal y N-terminal. Estos extremos libres tienen 51 aminoácidos en total y se
denominan cadenas A (21 aminoácidos) y B (30 aminoácidos), los cuales
terminan unidas entre sí por medio de enlaces disulfuro. De modo que la
proinsulina consta de las cadenas B-C-A y los gránulos secretorios liberan las
tres cadenas simultáneamente.
La producción endógena de insulina es regulada en varios pasos a lo largo de
una ruta sintética. Primero sobre la transcripción del ADN, específicamente a
nivel del gen de la insulina. Luego a nivel de la estabilidad del ARNm y a nivel
de la traducción del ARNm. Finalmente, también se regula a nivel de las
modificaciones postransducción.
Se ha demostrado que la insulina y sus proteínas relacionadas son producidas
también dentro del cerebro y que niveles muy reducidas de estas proteínas
pueden estar asociadas a la enfermedad de Alzheimer.
Liberación de la insulina:
Las células beta de los islotes de Langerhans liberan la insulina en dos fases.
La primera fase de la liberación de insulina se desencadena rápidamente en
respuesta al aumento de los niveles de glucosa en la sangre. La segunda fase
produce una liberación sostenida y lenta de las recién formadas vesículas que
se activan independientemente de la cantidad de azúcar en la sangre.
En la primera fase la liberación de la insulina ocurre de manera inmediata:
Clasificación:
Normalmente las insulinas sintéticas se sintetizan por medio de ingeniería
genética a través de ADN. Hay un cierto desacuerdo sobre la eficacia de la
insulina sintética comparada con la insulina derivada de las fuentes animales.
En la diabetes tipo I, y en algunos casos en la tipo II se hace necesaria la
inyección de insulina para mantener un nivel correcto de glucosa en sangre.
Existen los siguientes tipos de insulinas:
Bibliografía:
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-01-26/harvard-y-el-mit-
anuncian-una-posible-cura-de-la-diabetes-que-acabaria-con-las-
inyecciones_1141570/
https://www.diabetes-cidi.org/es/diabetes-tipo-1/actualidad/administracion-
insulina-antes-comidas-disminuye-rigidez-arterial-ninos-diabetis-tipo-1
https://es.wikipedia.org/wiki/Insulina
https://es.slideshare.net/JohanaMontes/hormona-insulina-26001281
themedicalbiochemistrypage.org/es/insulin-sp.php
www.metabolismo.biz/web/insulina/
ESTUDIO CIENTIFICO
26.01.2016 – 13:36 H.
Los casos de diabetes se han incrementado mucho en los últimos años, sobre
todo motivados por el aumento de la tasa de obesidad y los hábitos de vida
poco saludables, si bien algunos tipos de diabetes son hereditarios, como la
diabetes tipo 1, cuya causa es un trastorno autoinmune. Según datos de
la Federación de Diabéticos Españoles, el 13,8% de los ciudadanos de nuestro
país padece la enfermedad, que en el caso de la diabetes de tipo 1 es
diagnosticado con mayor frecuencia en la infancia y adolescencia. De hecho,
solo en España hay 29.000 casos de menores de 15 años diabéticos y cada
año se registran más de mil casos nuevos.
No obstante, la cura para la diabetes de este tipo está más cerca que nunca
gracias a los prodigiosos resultados de una investigación conducida por el
Hospital General de Massachusetts y que ha conseguido restaurar la función
de insulina en el organismo de animales durante seis meses, lo que equivaldría
a varios años en humanos, de acuerdo a un artículo publicado en 'Telegraph'.
Es decir, si esta posible vacuna es efectiva, podría suponer el final de las
inyecciones de insulina diarias para muchos enfermos, que solo tendrían que
someterse a transfusiones de células productoras de insulina cada pocos años.