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Un ejemplo clave en la evolución de los corales: los arrecifes del Aptiense-


Albiense (Cretácico Inferior) de la Cuenca Vasco-Cantábrica

Chapter · April 2018

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4 authors, including:

Oscar Bonilla Mikel López-Horgue


Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
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Un ejemplo clave en la evolución de los corales: los arrecifes
del Aptiense-Albiense (Cretácico Inferior) de la Cuenca Vasco-Cantábrica

Oscar A. Bonilla-González1, Mikel A. López-Horgue1, Hannes Löser2 y Pedro A. Fernández-Mendiola1


1
Departamento de Estratigrafía y Paleontología, Facultad de Ciencia y Tecnología, Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Uni-
bertsitatea (UPV/EHU), Barrio Sarriena s/n, 48940 Leioa (Bizkaia). E–mail: obonilla002@ikasle.ehu.eus, mikel.lopezhorgue@ehu.eus,
kepa.fernandezmendiola@ehu.eus
Estación Regional del Noroeste, Instituto de Geología, Universidad Nacional Autónoma de México, Blvd. Luis Donaldo Colosio y
2

Madrid s/n, 83250 Hermosillo, Sonora, México. E-mail: hloeser@gmx.net

Los arrecifes de coral, como la Gran Barrera Australiana (GBA), son un patrimonio natural que ha maravillado no solo a
la comunidad científica internacional, sino también al resto de la humanidad. Estos ecosistemas constituyen hábitats
de una gran biodiversidad.

Los corales escleractinios son animales del Filum Cnidaria (Clase Anthozoa) de forma de vida sésil que presentan la
capacidad de biomineralizar aragonito (polimorfo de carbonato de calcio, enriquecido en magnesio) para formar su
esqueleto. La gran mayoría de los corales escleractinios (corales-z, zooxantelados) sostienen una relación simbiótica
con dinoflagelados fotosintetizadores del género Symbiodinium (también llamados zooxantelas) que les brindan la
capacidad de hipercalcificar, es decir, posibilitan una tasa de calcificación mayor respecto a la de otros taxones. Esta
peculiaridad permite el crecimiento de comunidades que tienen como rasgo principal, un relieve positivo sobre el sus-
trato (arrecife). Los corales que forman estas estructuras se consideran hermatípicos. Sin embargo esta característica
no es única de los corales-z, ya que existen arrecifes en aguas más profundas y frías (Roberts et al., 2009) conformados
por corales que no presentan esta simbiosis (corales-az, azooxantelados). Debido a la simbiosis con las zooxantelas, los
arrecifes de coral como la GBA, están restringidos en su rango de distribución a ambientes tropicales caracterizados
por una baja concentración de nutrientes y turbidez (ambientes oligotróficos), un rango de temperatura óptimo para su
crecimiento entre 25 y 29 °C, una muy baja tasa de sedimentación y una profundidad limitada a la zona fótica (James
y Bourque, 1992).

Estas condiciones ecológicas tan específicas hacen que los arrecifes de coral sean muy susceptibles a los cambios
ambientales. Un fenómeno observado en las últimas décadas es el aumento de la temperatura superficial del mar,
ligado al cambio climático, y que ha promovido el efecto de blanqueamiento en corales. Al superarse la temperatura
máxima tolerable se produce estrés fisiológico, lo que origina una ruptura de la simbiosis, la muerte del tejido y de-
tención del crecimiento. No obstante, se ha observado que algunas especies toleran mejor dicho estrés y en algunos
casos incluso se pueden recuperar del blanqueamiento al reestablecerse la temperatura óptima.

Al hilo de este panorama daría la impresión que los arrecifes de coral están en grave riesgo. Sin embargo, considerar
el registro fósil y su evolución es muy importante para entender las adaptaciones a los cambios ambientales a lo largo
del tiempo y, por lo tanto, valorar las posibles crisis sufridas por estos organismos.

Desde su origen en el Triásico Medio (Stanley, 2003), los corales escleractinios (en simbiosis con las zooxantelas) se
han caracterizado por formar arrecifes durante intervalos de tiempo concretos, en los que, desde el punto de vista de
la química marina, se favorecía la precipitación de aragonito (mares aragoníticos) debido a la mayor disposición de mag-
nesio, en contraposición a los intervalos en los que predominaba la precipitación de calcita (mares calcíticos; Stanley y
Hardie, 1998). Sin embargo durante periodos calcíticos (p. ej., Cretácico) la precipitación de aragonito en escleractinios
era posible, aunque limitada, debido a que esta capacidad biomineralizadora fue adquirida por primera vez en el Triásico
(periodo de mares aragoníticos; Porter, 2010).

La temperatura también fue un factor determinante para los corales escleractinios y la formación de arrecifes durante
el Cretácico (con una concentración de dióxido de carbono en la atmosfera cuatro veces mayor a la de hoy en día).
El agua marina cretácica experimentó variaciones en la temperatura a lo largo del tiempo provocando flujos de calor
y periodos de enfriamiento (Johnson et al., 1996). Además, otros factores como las variaciones del nivel del mar, los
eventos anóxicos oceánicos y los aportes de sedimentos terrígenos, podrían haber contribuido a las variaciones en la
diversidad y presencia de corales en diversas cuencas marinas del mundo durante este periodo. Las distribuciones en
tiempo y espacio de los géneros coexistentes reflejan principalmente diferencias regionales (Löser, 2016), posiblemen-
te debido al alto endemismo. Todos estos factores ambientales habrían afectado no solo a los corales, sino también a
las algas calcáreas; que cumplen una función muy importante como estabilizadoras de la estructura arrecifal uniendo
los componentes esqueletales.

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Registro fósil de los Pirineos occidentales. Bienes de interés paleontológico y geológico. Proyección social

Una característica habitual de los corales escleractinios durante el Cretácico, aunque no exclusivo de este periodo, es
encontrarlos en posición natural original rodeados de sedimentos siliciclásticos de arena y/o arcilla. Este hecho sugiere
la adaptación a ambientes mesotróficos y un hábito alimenticio heterotrófico y/o mixotrófico. La Cuenca Vasco Can-
tábrica (CVC), durante el Aptiense-Albiense (Cretácico Inferior) se caracterizó por un significativo aporte de sedimento
siliciclástico continental a zonas marinas. Así, es común encontrar comunidades de corales escleractinios junto con
algunas esponjas, moluscos y orbitolinas formando pequeños biohermos y biostromos en este tipo de facies arcillo-
so-arenosas que representan ambientes marinos de turbidez variable en el agua, en condiciones próximas a la costa.
Un ejemplo excepcional de un arrecife que se desarrolló en aguas ligeramente turbias dentro de una plataforma carbo-
natada es el de Galdarapozu (Figura 1), de edad Aptiense Superior-Albiense Inferior, y que actualmente aflora al Este
de la playa de Laga (Ibarrangelu, Bizkaia).

Figura 1. A) Vista general del arrecife de Galdarapozu (Ibarrangelu, Bizkaia). Ejemplos de géneros de corales faceloides: B) Procladocora;
C) Pleurodendron y D) Heterosmilia.

En Galdarapozu se puede observar la característica sucesión ecológica de un arrecife (Walker y Alberstadt, 1975) y
posiblemente no sea el único dentro de la CVC, siendo esta una de las escasas cuencas cretácicas con ejemplos de
este tipo conocidos a nivel mundial. Ejemplos de arrecifes de coral desarrollados en ambientes de aguas turbias am-
pliamente estudiados se encuentran en el Mioceno de la provincia mediterránea (Pomar y Hallock, 2007) y del sureste
asiático (Triangulo de Coral; Santodomingo et al., 2016).

En los últimos años, han sido objetivo de estudio los arrecifes de corales desarrollados en ambientes turbios cercanos
a costa con influencia fluvial dentro de la GBA (Morgan et al., 2016) debido a que presentan mayor cobertura de coral
(extensión ocupada por corales) en relación a los que se ubican en condiciones oceánicas. Éstos son incluso afectados
en menor grado por el blanqueamiento, ya que el efecto de la turbidez del agua mitiga el calentamiento de su superficie
por dispersión de la luz solar, sirviendo así como refugio frente a zonas con aumento de la temperatura superficial del
mar. Cabe destacar la importancia del desarrollo de este tipo de ecosistema en la evolución de los corales escleracti-
nios y los arrecifes, ya que posiblemente les ha conferido ventajas para adaptarse posteriormente a ambientes oceáni-
cos (Potts y Jacobs, 2000). Es por eso que la presencia de comunidades de corales escleractinios, convierte a la CVC
en un lugar clave para estudiar sus adaptaciones a los cambios ambientales durante el Cretácico Inferior.

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Un ejemplo clave en la evolución de los corales: los arrecifes del Aptiense-Albiense (Cretácico Inferior) de la Cuenca Vasco-Cantábrica

Agradecimientos

Estas actividades se inscriben dentro del grupo de investigación IT1044-16 del Gobierno Vasco/Eusko Jaurlaritza, que
está financiado por la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (PPG17/05).

Bibliografía

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