Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
La inteligencia emocional es una más de las múltiples habilidades que poseemos y, por lo
tanto, es importante que la trabajemos y entrenemos. Podemos hacerlo a través de
dinámicas.
Ser una persona con una alta inteligencia emocional tiene múltiples beneficios a nivel
personal e interpersonal. Supone un cambio en el estilo de vida y en la manera en cómo
afrontamos nuestras relaciones y nuestro estilo comunicativo.
Diversos estudios que se han realizado a lo largo de los años, arrojan datos en lo que se
comprueba cómo las personas que obtienen unas calificaciones más altas, tan sólo su éxito
está relacionado en un 20% con el cociente intelectual. En el 80% restante, encontramos
otros factores y uno de los que más peso tiene es la inteligencia emocional.
1- Acentuar lo positivo
Objetivo: Mejorar el concepto sobre uno mismo a través del intercambio de
impresiones con los compañeros.
Tiempo necesario: 20 minutos, aproximadamente.
Pasos a seguir:
3. Se pasa a un rato de reflexión con todo el grupo en el que se analice cómo han
transcurrido el intercambio, si se han sentido cómodos hablando sobre uno
mismo de manera positiva, etc.
2- ¡Tú vales!
Objetivo: Demostrar el efecto Pigmalión.
Tiempo necesario: alrededor de media hora.
Pasos a seguir:
3. Entra el primer voluntario y se le pide que lance las monedas intentando que
éstas entren en el círculo de la cartulina que se encuentra a unos 2 metros de
distancia.
Lugar: sala o aula amplia en la que cada persona tenga espacio para trabajar de
manera individual.
Materiales necesarios: folio en el que esté pintada la rosa de los vientos, algo
para escribir.
Pasos a seguir:
4- Usa metáforas
Objetivo: aprender a expresar las emociones que sentimos en un determinado
ámbito de nuestra vida a través del uso de metáforas.
Tiempo necesario: unos 45 minutos.
Materiales necesarios:
Pasos a seguir:
1. El facilitador del grupo pedirá que cada uno seleccione un ámbito de su vida
sobre el que le gustaría reflexionar. Puede ser: trabajo, ocio, familiar, amigos,
salud, etc.
2. De manera individual, cada uno piensa en anécdotas del ámbito que ha escogido
y qué emociones le evocan esos recuerdos.
3. Después, deben de pensar qué imagen tienen las personas que forman parte de
ese ámbito sobre ti. Intenta explicarlo con un adjetivo o una imagen.
4. Las personas que así lo deseen, pueden compartirlo con el resto de sus
compañeros.
Tiempo necesario: se puede realizar con el grupo a lo largo del tiempo. Es una
actividad que puede realizarse a largo plazo.
Tamaño del grupo: resulta indiferente. Es importante que haya confianza y que
los integrantes se encuentren cómodos para hablar de sus emociones.
Pasos a seguir:
6- ¡Patata!
Objetivo: recapacitar en la expresión facial de determinadas emociones.
Tiempo necesario: 30 minutos, aproximadamente.
Pasos a seguir:
2. Los compañeros deben adivinar de qué emoción se trata. Entre todos, pueden
caracterizarla e, incluso, acompañarla de la comunicación verbal y no verbal que
la acompaña. Además, pueden contar en qué momento se sintieron de esa
manera.
7- Situaciones
Objetivo:
Lugar: sala o aula amplia en la que cada persona tenga espacio para trabajar de
manera individual.
Pasos a seguir:
Esta serie de cuestiones han de ser valoradas por el encargado del manejo del grupo.
8- Lazarillo
Objetivo: fomentar la confianza entre los integrantes del grupo.
Tiempo necesario: alrededor de 15 minutos.
Lugar: preferiblemente, lugar al aire libre. En caso de que sea imposible, sala
amplia despejada de mobiliario.
Pasos a seguir:
1. El dinamizador pedirá que se coloquen por parejas. Una vez que esté hechas,
repartirá a cada una de ellas, un antifaz o pañuelo.
2. Una de los integrantes de la pareja, se tapará los ojos de tal manera que no vea
nada.
6. Reflexión final de todo el grupo en el que expresarán cómo se han tenido y si han
confiado en su compañero.
9- ¿Dónde estamos?
Objetivo: desarrollar la creatividad.
Tiempo necesario: alrededor de una hora.
Pasos a seguir:
2. A cada uno, sin que los otros equipos se enteren, les dirá qué situación o
circunstancia deben representar.
10- Arte-terapia
Objetivo: aprender nuevas vías de expresar las emociones.
Tiempo necesario: 40 minutos.
Lugar: sala o aula amplia en la que cada persona tenga espacio para trabajar de
manera individual.
Materiales necesarios: papel continuo o cartulinas, colores con los que pintar
(lápices, rotuladores, témperas).
Pasos a seguir:
1. La persona que dirige el grupo, les indicará que a través de esta dinámica lo que
pretende es que cada uno exprese sus emociones plasmándolas en el papel.
2. Cada uno tomará asiento en el que tendrá acceso a la superficie para pintar y a
los colores.
Otros: en otra sesión o tras realizar los dibujos, se pueden proponer otras formas
de expresar las emociones, por ejemplo, a través del cuerpo y de la danza.
8 actividades para trabajar las
emociones
Te enseñamos varias dinámicas para fomentar la inteligencia
emocional para niños y adultos.
por Juan Armando Corbin
Comparte
Comentarios
Objetivo: Autoconocimiento
Duración: 15 minutos
Este juego es ideal para los niños. Además, pese a ser simple, es útil para
para que éstos conozcan sus cualidades positivas, lo que favorece
el autoconocimiento.
Se les reparte a los niños dos hojas de papel y se les pide que apunten su
nombre y apellido. Después, en una de las hojas, se les pide que con cada
letra de su nombre apunten las cualidades que consideran que tienen (si el
nombre es muy largo, puede pedirse que lo hagan solo con el nombre o el
apellido). Por ejemplo: Si la persona se llama Bea Salta, las cualidades o
virtudes pueden ser: Buena, enérgica, amable, segura, agradable, lista,
trabajadora y asertiva.
En la otra hoja, se les pide a los niños que escriban el nombre de alguien
que haya influido en su vida. y entonces deben escribir palabras que
expresen cómo les han influido éstos. De este modo se crea un vínculo
entre el autoconcepto y los valores postivos que han sido asociados a uno
mismo, generando una narración autobiográfica acerca del desarrollo de su
personalidad que ayude a consolidar estos recuerdos.
4. Escribe un cuento
Objetivo: Asertividad
Duración: 45 minutos
Igual que el ejercicio anterior esta actividad pretende que los alumnos
distingan entre las formas de responder a una acusación y, además,
aprendan a controlar sus emociones y aprendan a solucionar conflictos
mediante el entrenamiento por imaginación ante situaciones hipotéticas
que van más allá de los ámbitos sociales a los que uno está acostumbrado.
5. Pantallas de protección
Objetivo: Empatía
Duración: 25 minutos
A través de esta actividad se pretende que el alumno verbalice sus
ideas, creencias, valores y variables relacionadas con la inteligencia
emocional. Conocer al otro y que nos explique sus ideas y creencias es ideal
para respetarle y comprender su estilo de vida. El objetivo de esta dinámica
es que produzca una comunicación eficiente y respeto por parte de todos
los miembros del grupo.
6. Grupo de discusión
Si formo parte de un grupo, las necesidades del grupo debe ser más
importantes que mis deseos. ¿Por qué sí y por qué no?
7. La rueda de la vida
Objetivo: Autoconocimiento
Duración: 20 minutos
La rueda de la vida es una herramienta muy utilizada en coaching,
pues permite que conozcamos nuestros deseos o necesidades. Nos
da la posibilidad de tener una visión clara y plasmada en papel sobre qué
aspectos consideramos importantes en nuestra vida y queremos trabajar.
Ahora bien, la ruda de la vida es una técnica flexible que puede adaptarse a
la situación que más nos interese. Por ejemplo, para nuestro desarrollo
personal o bien para buscar trabajo y saber qué competencias necesitamos
trabajar.
Para llevar a cabo esta dinámica entregamos una hoja de papel que
contiene un círculo con espacio para escribir las variables que deseamos
trabajar. Estos espacios serán rellenados por los participantes. Por ejemplo,
si se trabaja la felicidad, los participantes deben apuntar los aspectos que
consideran más importantes: pareja, amistades, trabajo, ocio, etc. Después
éste evalúa del uno al diez cada aspecto para saber en qué momento
considera que se encuentra.
8. Conversación 1 a 0
En esos dos minutos que están sentados, primero habla uno de los dos
participantes que está sentado de frente, mientras el otro escucha de forma
activa, es decir, prestando atención al lenguaje no verbal (emociones,
gestos, etc.). Después de un minuto, los roles se cambian y el otro habla
mientras su compañero le escucha de forma activa. Pasados los dos
minutos, cada participante se cambia de silla. Lógicamente, un miembro de
la pareja irá en una dirección y el otro en otra.
El Blog de Educación y TIC
Actualidad
Entrevistas
Recomendaciones
Opinión
Opinión
La
inteligencia emocional es la capacidad de identificar, comprender y manejar las emociones
en uno mismo y en los demás, es decir, la capacidad que tenemos para tratarnos bien y
tratar bien a los demás. Consta de tres procesos básicos que la engloban:
1. Percibir: Reconocer de forma consciente nuestras emociones e identificar qué sentimos y ser capaces de darle
una etiqueta verbal.
2. Comprender: Integrar lo que sentimos dentro de nuestro pensamiento y saber considerar la complejidad de los
cambios emocionales.
3. Regular: Dirigir y manejar las emociones tanto positivas como negativas de forma eficaz.
Sabemos que los alumnos que desarrollan una adecuada inteligencia emocional poseen
confianza en sus capacidades; crean y mantienen relaciones satisfactorias, comunicando
lo que necesitan, piensan y sienten, teniendo en cuenta los sentimientos de los otros; están
motivados para explorar, afrontar desafíos y aprender, poseen una autoestima alta y tienen
un mayor número de recursos para la resolución de conflictos. Algo que influye de forma
positiva en todas las áreas de su vida.
En el colegio veremos que trabajando la IE aumenta el bienestar de los alumnos, se reducen
los conflictos escolares resolviéndose de una manera más asertiva. Pero, lamentablemente,
en muchos colegios no existe un rincón en la apretada agenda escolar para educar las
emociones. Son pocos los colegios que lo hacen. Comprendiendo lo complicado que es, se
puede partir de tutorías, a través de algún conflicto que haya surgido para poder trabajar la
IE, también se puede dedicar:
10 minutos cada mañana antes de comenzar la “rutina” diaria. Estarán más receptivos.
10 minutos antes de acabar las clases, si es posible, se puede repasar cómo estaban por la mañana, si algo ha
cambiado, creando un espacio para que puedan reflexionar individual y grupalmente.
Asamblea: 1 vez por semana. Si por el estilo de las clases o la organización del centro educativo, no es posible
trabajar las emociones cada día, se puede dedicar una hora a la semana y hacerlo en forma de Asamblea… Quizá
suponga un trabajo extra, pero los alumnos se sentirán mejor cada día.
Lo primero es dedicar unas sesiones a explicar cuáles son las emociones básicas (la
alegría, tristeza, asco, enfado, miedo y sorpresa), enseñar cómo puedo identificarlas y qué
hacer cuando las identifico.
El año pasado en mi centro escolar realizamos un taller de inteligencia emocional que
atraía mucho a los niños, era muy dinámico y les ayudó a fijarse más en que repercusión
podían tener sus actos y a estar más pendientes de ayudar a sus compañeros. Se fomentó la
empatía. En estas sesiones se presentaba tres imágenes, una que mostrase los rasgos
faciales de una forma clara, la misma emoción en un niño y en una persona adulta. Los
alumnos debían identificar la emoción a trabajar. Se les va preguntando por las
características físicas que pueden observar en la imagen; una vez identificados los rasgos
físicos preguntamos por las cosas que nos producen dicho sentimiento. Después, debatimos
y comentamos que soluciones podemos encontrar para ayudar a las personas que presentan
dicho sentimiento y por último, qué podemos hacer nosotros mismos para cambiar esa
emoción cuando la estamos manifestando. Os dejo un ejemplo del MIEDO.
¿Cómo podemos hacerlo? Os dejamos un listado de materiales que pueden serviros para
trabajar la IE y las emociones en el aula:
LIBROS
Es importante tanto distinguir lo que sienten y piensan ellos mismos, como lo que sienten y
piensan los otros. A través de cuentos o historias, siempre podréis agregar el componente
emocional:
El emocionario, de Cristina Nuñez y Rafael Romero, Editorial Palabras Aladas. Es un libro muy sencillo, presenta
un itinerario a través de las distintas emociones que tenemos cualquier ser humano. Lleno de ilustraciones muy
llamativas y con un texto sobre cada emoción que te invita a la reflexión. Es compatible con cualquier programa
Cuentos para educar con inteligencia emocional, de Clara Peñalver y Sara Sánchez, Editorial Beascoa. Libro
enfocado a los niños más pequeños con un lenguaje cercano y sencillo. Es un manual perfecto para comprender y
Paula y su cabello multicolor, de Carmen Parets Luque. Es un cuento que trabaja las emociones más
básicas: alegría, tristeza, enfado y miedo. Este libro te permite descubrir cómo a Paula le cambia de color del pelo según
la emoción que sienta, a través de las transformaciones en el pelo de Paula vamos visualmente dando nombre a las
emociones que sentimos. A partir de hacernos preguntas como ¿Qué nos provoca esa emoción?, ¿Qué nos hace
sentir? y ¿Qué debemos hacer? vamos proporcionando respuestas y soluciones para cada tipo de emoción. Aquí tenéis
acceso al videocuento.
VIDEOS
Los videos propuestos os pueden ayudar a jugar al “traje de detective”. El juego consiste
en analizar los estados emocionales de los personajes. Preguntarles cómo crees que se
sienten y cómo lo demuestran. Tienen que prestar atención tanto a la comunicación verbal,
como a la no verbal. Crear debates: ¿cómo reaccionarías tú?, ¿cómo son las reacciones?
¿exageradas, irreales?…
Las emociones en diferentes situaciones con sus películas favoritas.
Para trabajar la empatía.
Vídeo para hablar sobre las repercusiones que puede tener meterse con una persona por ser diferente.
JUEGOS ONLINE
Descubre cómo eres es un juego con distintas actividades que permiten a los niños descubrir cómo trabajar la
propia identidad, experimentar sentimientos y reconocer emociones.
Pelayo y su pandilla tiene divertidas y variadas actividades sobre distintas emociones, identidad sobre el
propio cuerpo e incluso juegos sobre salud e higiene personal.
Conocerse y valorarse es una interesante herramienta de autoconocimiento para niños a partir de 12 años.
Juego “El observador”: Deben observar las expresiones emocionales de otras personas (familiares y amigos).
Deben fijarse en los aspectos verbales (qué dice y cómo lo dice) y en los aspectos no verbales: gestos faciales, muecas,
tonos de voz, tics, etc. Como ya se trabajó al principio, este juego les motiva mucho porque saben en qué han de fijarse.
¿Qué estará pasando? A través del roleplaying podemos plantear diversas situaciones, reales o imaginarias
(preferiblemente reales), y han de dramatizar la situación con todo tipo de detalles. El resto de compañeros deben tratar
de adivinar los estados afectivos en cada uno de los acontecimientos relatados. “Me imagino que sentiste…..cuando”.
Confirmar si ha acertado en los sentimientos.