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Monición inicial
Por eso como hermanos, hijos de un mismo Padre, adoremos a Cristo y elevemos nuestro clamor
para que disponga nuestros corazones a recibir la paz como un don que viene de Él.
Señor, que tu voz resuene en el corazón de todos los hombres y mujeres, cuando los
llames a seguir el camino de reconciliación y paz, y a ser misericordiosos como tú.
Señor, tú diriges palabras de paz a tu pueblo y a todos los que se convierten a ti de
corazón. Te encomendamos a los jóvenes de estas tierras en su corazón aspiran a un
futuro más luminoso; fortalece su decisión de ser hombres y mujeres de paz y
heraldos de una nueva esperanza para sus pueblos. Padre, tú haces germinar la
justicia en la tierra. Te pedimos por las autoridades civiles de esta región, para que
se esfuercen por satisfacer las justas aspiraciones de su pueblo y eduquen a los
jóvenes en la justicia y en la paz. Impúlsalos a trabajar generosamente por el bien
común y a respetar la dignidad inalienable de toda persona y los derechos
fundamentales que derivan de la imagen y semejanza del Creador impresa en todo
ser humano. A las autoridades concédeles sabiduría, y perseverancia; no permitas
que se desanimen en su ardua tarea de construir la paz duradera, que anhelan todos
los pueblos. Padre celestial, te pedimos por todos los que creen en el evangelio de
Jesucristo, guía sus pasos en la verdad y en el amor. Haz que sean uno, como tú eres
uno con el Hijo y el Espíritu Santo. Que testimonien la paz que supera todo
conocimiento y la luz que triunfa sobre las tinieblas de la hostilidad, del pecado y de
la muerte. Padre misericordioso,que todos los creyentes encuentremos la valentía de
perdonarnos unos a otros, a fin de que curemos las heridas del pasado y no sean un
pretexto para nuevos sufrimientos en el presente Amén.
Hermanos míos, ¿hay alguno entre ustedes con sabiduría y experiencia? Si es así, que lo
demuestre con su buena conducta y con la amabilidad propia de la sabiduría. Pero si ustedes
tienen el corazón amargado por envidias y rivalidades, dejen de presumir y engañar a costa de
la verdad. Esa no es la sabiduría que viene de lo alto; ésa es terrenal, irracional, diabólica; pues
donde hay envidias y rivalidades, ahí hay desorden y toda clase de obras malas. Pero los que
tienen la sabiduría que viene de Dios son puros, ante todo. Además, son amantes de la paz,
comprensivos, dóciles, están llenos de misericordia y buenos frutos, son imparciales y sinceros.
Los pacíficos siembran la paz y cosechan frutos de justicia.
Palabra de Dios.
ORACIÓN UNIVERSAL.
Presidente: Hermanos elevemos a Cristo nuestra plegaria, rogando que su paz venga sobre
nosotros, y digamos:
1. Para que la Iglesia sea incansable trabajadora de la paz y sea testigo de la misericordia
y la fraternidad en medio del mundo. Oremos
3. Por los cristianos y sacerdotes perseguidos en nuestro país que promueven la paz y la
justicia, para que acrecientes su fe, y que su testimonio transforme el corazón de sus
opresores. Oremos.
4. Por nuestra nación para que en medio del proceso de paz vivamos la reconciliación
como hermanos, se reparen los daños causados y alcancemos a ser una sociedad justa
y equitativa. Oremos.
Ahora unidos como hermanos hagamos nuestra la oración de Jesús: Padre nuestro…
CANTO. Cantemos al amor de los amores.
Oremos:
Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión, te pedimos nos
concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que
experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos.
R. Amén.
RESERVA EL SANTÍSIMO.