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Alla Kolpakova

Fotografía: Alla Kolpakova.


otros títulos de esta serie En esta merecida
Diseños mágicos es
y ya
unurgente
libro ilustrativo
exaltacióny de
cautivante
la botana,
queplatillo
introduce
amigo,
a acom-
los lec-
pañante
tores al pleno,
asombroso
testigo
mundo
de alegrías
de la iconografía
y lágrimas;mesoamericana.
el investigador, con
Invita
suaestilo
todos
costumbrista
a caminar enyla
deespesa
arraigado
selva
tuxtleco,
iconográfica
nos mece
paraentre
examinar
las calles
la figura
de Tuxtla
del rombo
Gu-
Obras públicas y transformación sanitaria
en Copainalá, 1887-1938 tiérrez;
en los textiles
retrata, mayas
con vívidas
de Chiapas
pinceladas,
y noselguía
paisaje
cautamente
que fue por
y nos
lostransmite
senderos la
de Alla Kolpakova

4
Óscar Janiere Martínez añoranza
los posibles
del significados
ambiente despreocupado
de cada imagen
que
encontrada
respiró unen
Tuxtla
el camino.
ya lejano,
Durante
sus Nació en Rusia y reside en Chiapas des-

Diseños mágicos. Análisis de los diseños con rombos en los huipiles mayas de Chiapas
personajes
el trayecto,y con
granelparte
apoyode del
su paisaje
métodourbano,
de análisis
perodel
quearte
gracias
de Erwin
a la apetencia
Panofsky, de 2003. Licenciada en Filología, comen-
4 zó su trayectoria académica en México
de
y aunado
quienes agustan,
un enfoque
como multidisciplinar,
superior vocación,logra
la búsqueda
aproximarnos
y rescate
lo más
de pedazos
de cerca
con el estudio de los diseños en textiles
Del madersimo al mapachismo en Chiapas de
posible
historia
a los
para
significados
las generaciones
de los venideras,
diseños conhoy
rombos.
tenemos
Después
la fortuna
de finalizar
de contarsu
mayas, proyecto que obtuvo el apoyo
La Revolución Mexicana en la región de Tonalá con
viaje,
esta
lossingular
expertosobra,
en elque
tema
auguro
podrán
se ampliar
consagrará
el horizonte
como unodede
sus
losconocimien-
documen- del PECDA-Chiapas. Posteriormente se
Benjamín Lorenzana Cruz
tos
tosde
mientras
importante
que envergadura
los amantes de
en los
el estado.
textilesjmayas conocerán más sobre los dedicó al análisis de los símbolos en la
4 diseños y su origen. 4 cerámica prehispánica, sobre lo cual
Josué Sánchez Flores realizó su tesis de maestría: Las decora-
ciones en la cerámica del Preclásico Tempra-
no en la región sur del Soconusco, Chiapas.
Han pasado 10 años desde la publica-
ción de su primer artículo sobre la ico-

Diseños mágicos
nografía textil, denominado El símbolo
del rombo en los bordados de los mayas de
Chiapas. Durante estos años ha publi-

Análisis de los diseños con rombos cado varios artículos científicos y ha


participado en foros académicos. Ade-
en los huipiles mayas de Chiapas más del estudio de la iconografía, ha
incursionado en la arqueología experi-
mental, la etnografía, la historia oral,
el folclor, entre otros temas. También

Alla Kolpakova ha traducido del ruso al español diver-


sos textos académicos.

Investigación
Forro: Detalle de Huipil de Chenalhó (izquierda) y Tenejapa del patrimonio cultural
(derecha). Fotografías de Alla Kolpakova.
biblioteca c h i a pa s
Diseños mágicos
Análisis de los diseños con rombos
en los huipiles mayas de Chiapas

117
María Cristina García Cepeda
secretaria de cultura

Manuel Velasco Coello


gobernador del estado de chiapas

Diseños mágicos
Juan Carlos Cal y Mayor Franco
director general del coneculta-chiapas

Susana del Pilar Utrilla González


coordinadora operativa técnica
Análisis de los diseños con rombos
Dilcia Camacho Conde
directora de patrimonio cultural e investigación
en los huipiles mayas de Chiapas
Marco Antonio Orozco Zuarth
director de publicaciones

Kolpakova, Alla.
Diseños mágicos : Análisis de los diseños con rombos en los huipiles mayas de Chiapas /
Alla Kolpakova. — Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México : CONECULTA, Dirección de Publicacio-
nes, 2018.

132 p.: il. ; 21 cm. — (Colección Biblioteca Chiapas. Serie Investigación : Patrimonio cultural;
117)

ISBN: 978-607-8471-58-4

1. Ropas y vestidos — Diseño — Chiapas. 2. Diseño textil — México — Chiapas. 3. Indios


de México — Indumentaria — Chiapas. 3. Telas mayas — México — Chiapas. I.T. II. Ser.

746.92097275 Dirección de la Red de Bibliotecas

Parte de esta investigación recibió el apoyo del Programa de estímulo a la creación y


desarrollo artístico del CONECULTA-Chiapas, en 2009.
Alla Kolpakova

Primera edición: 2017.

© Alla Kolpakova, por los textos y las fotografías.

D. R. © 2018 [Segunda edición corregida y aumentada].


Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, Boulevard ­Ángel Albino
Corzo 2151, Fracc. San Roque, 29040, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

publicaciones@conecultachiapas.gob.mx

ISBN: 978-607-8471-58-4
impreso y hecho en méxico

— 2018 —
Nota de la autora

Mi interés por los diseños en textiles surgió durante la carrera universi-


taria en Rusia, cuando elaboré una pequeña reseña sobre los bordados
en las prendas rusas. Ya en México, cuando visité San Cristóbal por pri-
mera vez, quedé asombrada por la riqueza simbólica de la indumentaria
de los mayas actuales. Para mí, el traje femenino resultó ser, en espe-
cial, todo un mundo multicolor que me cautivó y me impulsó a buscar
y leer, hasta donde me permitía mi español, los trabajos relacionados
con el tema de los textiles mayas. Lo primero que leí fue el artículo de
Kazuyasu Ochiai, “Las tejedoras de los Altos de Chiapas” en la revista
Arqueología mexicana. Al final del artículo se hace mención de los trabajos
de Walter Morris, que leí con gran interés y fueron una fuente de inspi-
ración para hacer mi propia investigación sobre el tema.
En 2008 fue publicado mi primer trabajo sobre los diseños de rombos
en los huipiles mayas contemporáneos. Un año después tuve la oportu-
nidad de desarrollar un extenso trabajo sobre la iconografía textil maya
como parte de un proyecto de investigación apoyado por el Programa de
Estímulo a la Creación Artística (PECDA) del Coneculta-Chiapas. El resul-
tado de ese trabajo fue un texto de 154 páginas, 50 de ellas con ilustracio-
nes; es allí donde tiene sus orígenes este libro.
Pasaron algunos años y el trabajo se fue enriqueciendo poco a poco con
nuevos datos e ilustraciones. La idea de publicarlo siempre estaba presente
y por fin ha llegado la hora de presentarlo con el título de Diseños mágicos.
El libro fue pensado para un amplio espectro de lectores interesados
en el tema de textiles mayas. Adapté mi investigación para que sea lo
más accesible en cuanto a su material y lenguaje.
Cabe mencionar que no fue posible abordar en un solo trabajo todos
los diseños encontrados en los textiles; por esta razón sólo me centré,

—7—
Alla Kolpakova

por ahora, en su principal elemento: el rombo y sus variantes. En este


sentido, hay que reconocer que el presente estudio es apenas el primer
acercamiento a la iconografía textil de Chiapas y que, en un futuro, des-
pués de indagar con más detenimiento, presentaré trabajos en los que el
Introducción
tema será ampliado y profundizado.
También es importante señalar que las más de 200 ilustraciones que
muestro a lo largo del trabajo son sólo la tercera parte del acervo acu-
mulado durante estos años para el análisis iconográfico de los textiles.
En 1921, estando en Simojovel, Frans Blom (2012) observó a los indíge-
Por cuestiones técnicas no se pudo presentar todas, sino que seleccioné
nas de los Altos de Chiapas llamados “chamulas” y anotó en su diario
las más distintivas e importantes.
de viaje:
Este trabajo, producto de varios años de investigación, no hubiera
sido posible sin el apoyo de diferentes personas a quienes doy mis más
“Chomulans wear quite a special costume. […] The women wore darkblue
profundos agradecimientos.
tight skirts, a broad woven belt in a winered color round the waist, and
En primer lugar, agradezco al Coneculta-Chiapas por apoyar la publi-
their blouseswell, they were splendid, of white handwoven wool covered
cación de este libro. Del mismo modo a Walter Morris, quien me apoyó
with embroidery in two red colors, one blue, and one yellow one”. [Los
en mi búsqueda de información y resolvió mis dudas sobre los textiles
chamulas llevaban un traje bastante especial. [...] Las mujeres traían unas
mayas. También a Sophia Pincemin Deliberos, quien ha estado al tanto
faldas ajustadas de color azul oscuro, alrededor de la cintura tenían un
de mi investigación desde hace varios años y me ha apoyado en todo. Un
ancho cinturón tejido de color vino, y sus blusas, bueno, eran espléndidas,
agradecimiento especial al personal del Centro de Textiles del Mundo
de lana blanca tejida a mano cubierta con bordados de dos colores rojos,
Maya y al patronato de la Colección Pellizzi, que me proporcionaron las
uno azul y uno amarillo]. (p. 220)1
fotos del huipil de Magdalenas. A Gabriela Gudiño por su auxilio en la
realización de este libro. Asimismo, expreso mi gratitud a las tejedoras
Sin duda, ninguna persona queda indiferente al verlos por primera
Pascuala y Juana Pérez López. A Alejandra Rodríguez de la biblioteca del
vez, el asombro que causa saber que es un trabajo 100% manual el cual
Instituto de Estudios Indígenas (IEI) en San Cristóbal de Las Casas, por su
toma varias semanas no tiene descripción. También sorprende que los
ayuda constante en búsqueda de fuentes bibliográficas para el presente
mayas contemporáneos de Chiapas (sobre todo las mujeres) continúan
libro. A Lizbeth Ortiz por revisar y corregir el texto. A mi hermana Anna,
usando sus atuendos tradicionales a pesar de todos los cambios en su
quien pasó muchas horas en la Biblioteca Estatal en Voronezh, Rusia,
vida cotidiana surgidos en el trascurso de los últimos siglos. El tradi-
buscando las fuentes bibliográficas en ruso que me faltaban. Finalmen-
cionalismo en sus atuendos se debe, en gran parte, a que la región de
te, a mi esposo Sasha, por su apoyo y amor brindados durante todos
los Altos de Chiapas recibió menos influencia europea por su difícil ac-
estos años.
ceso: las múltiples barreras montañosas han favorecido al aislamiento
cultural de los grupos mayenses allí asentados (Villa Rojas, 1968, p. 123).
Alla Kolpakova
Tuxtla Gutiérrez, mayo de 2017 Gracias a ello, todavía podemos observar y estudiar toda la riqueza de

1
Traducción de A. Kolpakova.

—8— —9—
Alla Kolpakova Diseños mágicos

sus ornamentos antiguos, entre los que se destacan los huipiles como la nistas, celebrado del 2 al 7 de septiembre de 1974, presenta su interpreta-
parte más abundante en los atavíos. ción sobre el significado de los diseños básicos del huipil de Magdalenas,
Debo señalar que, a pesar de su accesibilidad para el estudio, los dise- Chiapas. Ella considera que los diseños geométricos tienen significado
ños allí plasmados han sido poco analizados desde el punto de vista de cosmográfico, que los diseños zoomorfos están relacionados con los cul-
la iconografía, cuando es un hecho que la vestimenta tradicional es una tos de los santos y de la cruz, y que los motivos florales se asocian con
de las principales y más puras fuentes etnográficas para el estudio de los el ciclo agrícola. Ella utiliza los nombres de los diseños dados por las
antiguos símbolos en todo el mundo (Maslova, 1978, p. 7). tejedoras actuales y asegura que la clave para la interpretación de los
Por ello, mi investigación aborda el problema del significado de esa diseños como símbolo es el nombre que se le da al diseño actualmente.
gran variedad de diseños encontrados en la indumentaria indígena de Walter Morris (1987a; 1993; 1994; 2006) también rescata los significados
los Altos de Chiapas. Para el trabajo tomé los diseños en las prendas, en populares actuales de los diseños registrando interpretaciones tales
su mayoría huipiles, de la colección Pellizzi que actualmente se encuen- como “estrella”, “flor”, “espinas”, “mariposa”, “patas”, entre otras. Sus
tra en el Centro de Textiles del Mundo Maya, en la sala de Arte Textil aportaciones al estudio de los textiles tienen más importancia que los
que corresponde a ocho comunidades de los Altos de Chiapas, perte- de los otros autores señalados, ya que además de hacer un gran trabajo
necientes en su mayoría al grupo indígena maya tsotsil: Magdalenas de preservación y salvamento de los textiles indígenas, en sus numero-
(Aldama), Bochil, Chalchihuitán, Chamula, Chenalhó, Pantelhó, San sos trabajos propone un análisis propio y más profundo de los motivos
Andrés y Tenejapa. Sus decoraciones en los textiles son muy similares y diseños de las prendas. Todos estos logros son gracias a su estancia
entre sí y se diferencian de otras regiones mayenses por sus motivos y durante casi seis años entre las comunidades de los Altos de Chiapas,
diseños en común. donde recolectó las prendas tradicionales mayas y, de forma paralela,
Entre los trabajos escritos sobre los textiles en México hay suficientes recopiló valiosa información etnográfica (comunicación personal, 2015).
investigaciones sobre la técnica, los materiales y los tintes para su elabo- Como resultado de sus estudios durante todos esos años, Morris pu-
ración, al igual que sobre la manera de vestirse, los cuales señalan varios blicó un catálogo de diseños (2006) que contiene una clasificación de fi-
atuendos y prendas entre los antiguos y modernos habitantes de México. guras de 10 comunidades indígenas de los Altos de Chiapas. Esa clasifi-
Por ejemplo, podemos mencionar los trabajos de Patricia Anawalt Rieff, cación fue hecha de acuerdo con los significados que dan a los diseños
Donald B. y Dorothy M. Cordry, Margarita de Orellana, Ruth Lechuga, las tejedoras mayas contemporáneas. La importancia de ese catálogo
Irmgard Weitlaner Jonson, Marta Turok, Chloe Sayer, entre otros. Es por es indudable, ya que hasta ahora es el único trabajo donde se estudia
esa razón que durante el trabajo no me adentré en estos y otros temas la iconografía textil maya en su aspecto clasificatorio e interpretativo.
similares, sino que me concentré en el estudio de las decoraciones ex- Puesto que los diseños de los textiles que me interesan ya fueron dis-
clusivamente. tinguidos y clasificados por Walter Morris, utilizo ese excelente catálogo
Regresando con los textiles mayas de Chiapas, interpretaciones acer- como fuente principal de diseños en este trabajo.
ca del significado de sus diseños han sido propuestas por Marta Turok, Por su parte, en el artículo “Las tejedoras de los Altos de Chiapas”,
Kazuyasu Ochiai y Walter F. Morris Jr. Kazuyasu Ochiai retoma el tema del significado del rombo basándose en
Marta Turok (1976) fue la primera en abordar el tema del significado los trabajos de Morris. Considera que es “una manifestación cosmológica
de los textiles de Chiapas. En su ponencia, la cual está basada en su tesis tzotzil, su diseño muestra la Tierra, las cuatro esquinas, el centro y la
de licenciatura y que, leyó en el XLI Congreso Internacional de America- órbita del sol” (Ochiai, 1997, p. 66).

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Alla Kolpakova Diseños mágicos

Como se vio en el caso de los trabajos de Morris, la investigación et- llada, argumentando que su significado entre los mayas está asociado
nográfica resultó ser muy fructífera y tomo parte de sus resultados para con la tierra. Abordo aquí también a la figura masculina llamada anjel.
el presente estudio. La importancia de los trabajos de ese tipo es induda- Al final se presentan las conclusiones y comentarios finales.
ble: permite acercarse lo más posible a la cultura cuyas imágenes estoy Como veremos más adelante, el estudio de las decoraciones en ge-
interpretando; entonces, entre más acercamiento y conocimiento se tie- neral empezó desde hace más de un siglo, durante el cual se realizaron
ne, mejor será la interpretación. Por mi parte, consulté las prendas de la avances importantes en su clasificación e interpretación. La rica icono-
sala de arte textil del Museo de los Altos de Chiapas, también hice una grafía textil de Chiapas aún no ha tenido la atención merecida por parte
serie de entrevistas con las tejedoras mayas; además, he tomado clases de los investigadores. El presente trabajo es único en ese aspecto y es
de telar de cintura con las tejedoras de San Andrés Larráinzar las cua- una contribución dentro de los estudios iconográficos que aportará nue-
les resultaron esclarecedoras en muchos sentidos. De esta manera pude vos datos a este tema tan interesante: el estudio de las decoraciones de
acercarme más al milenario oficio de tejer de los mayas de Chiapas. la vestimenta.
En cuanto a la estructura del trabajo, inicio con las cuestiones teóri- El objetivo es profundizar y ampliar sobre el papel que los textiles
cas, ya que la iconografía textil que contiene estratos antiguos de imá- jugaban en la religión de los mayas antiguos y modernos. Todo esto abre
genes no puede ser analizada a la ligera. Un tema así requiere un previo nuevos problemas y temas a desarrollar sobre la cultura maya. Además,
estudio teórico para encontrar el método adecuado de análisis; de no ser cabe destacar que los resultados de la investigación arrojan información
así, resulta difícil confiar en los resultados de un estudio iconográfico nueva, no sólo al significado social y religioso de los textiles de los ma-
que carece de esa parte indispensable. Lo interesante es que, al revisar yas de Chiapas, sino también información relativa a otros aspectos de la
los trabajos sobre los textiles y sus diseños en México, observé que las cultura maya en general.
propuestas de análisis no contienen dicho sustento teórico y se basan Entonces, en vista de todo lo expuesto, mis principales inquietudes
principalmente en el material etnográfico contemporáneo del mismo para este trabajo se pueden resumir en las siguientes preguntas: ¿Cuáles
grupo indígena del que provienen los textiles. Abordo el tema de la apa- eran los diseños a los que se recurría para decorar la vestimenta maya?
rición de los diseños y también su uso en general, luego me enfoco en los ¿Tenían un significado estos diseños? ¿Cuáles eran esos significados?
textiles y sus diseños para posteriormente pasar con la tradición de tejer ¿Cuáles se conservaron hasta nuestros días? ¿Con qué fin se usaban?
en México y en Chiapas.
Al finalizar la parte teórica, doy paso al análisis iconográfico de la figu-
ra geométrica principal: el rombo. Realizo un análisis exhaustivo de este
diseño resaltando su vinculación con el cuadrado, y procuro esclarecer
sus orígenes gráficos y sus posibles significados. Además, examino de ma-
nera crítica las propuestas de algunos investigadores de atribuir al rombo
el significado de espacio vertical a partir de la ruta que describe el movi-
miento diario del sol. Más adelante presento mi propuesta de clasificación
de los rombos y los posibles significados para cada uno de estos tipos.
Continúo con las figuras antropomorfas. Examino varias figuras fe-
meninas como las llamadas figura hocker, figura parada y figura arrodi-

— 12 — — 13 —
El estudio de la iconografía

El ornamento tiene su propia historia, la cual está


estrechamente vinculada con la cultura del pueblo
a la cual pertenece.
Sergey Ivanov

“La iconografía es la rama de la historia del arte que se ocupa del asunto
o significación de las obras de arte, en contraposición a su forma” (Pa-
nofsky, 1987, p. 45). En otras palabras, la iconografía estudia las imágenes
desde el punto de vista de su significado o contenido. Sobre el estudio de
la iconografía se han escrito tantos libros que sólo para hacer el recuen-
to de estos se necesitaría escribir otro libro más. Por esta razón, en los
siguientes dos capítulos teóricos retomo sólo algunas cuestiones impor-
tantes para el presente trabajo.
Para empezar, es importante mencionar la relación entre la religión y
el arte. Si tomamos en cuenta que los embriones del arte y las incipien-
tes creencias religiosas aparecieron de forma simultánea (Ugrinovich,
1982, p. 91), es evidente la relación estrecha entre el arte y la religión re-
flejada en todos los aspectos de la vida de las personas. López Austin
(1995, p. 31) lo expone por medio del caso de la magia, la cual servía para
la comunicación directa con la naturaleza oculta de las cosas, ya que
todos los objetos creados por el hombre contenían fuerzas divinas; aquí
podemos incluir la vestimenta.
No puedo omitir la referencia sobre el método que uso en este tra-
bajo: la iconología desarrollada por el historiador del arte Erwin Panofs-
ky. Algunos estudiosos consideran la iconología como una parte de la
semiótica o como su fundamento para estructurar los significados de
la obra de arte (Calabrese, 1997, p. 25, 41). A pesar de tener más de me-

— 15 —
Alla Kolpakova El estudio de la iconografía

dio siglo de historia, la iconología de Panofsky sigue utilizándose am-


Cuadro 1. Adaptación del método de Panofsky para el estudio de la iconografía textil.
pliamente para el análisis iconográfico de las manifestaciones del arte
como la pintura, la arquitectura, la escultura y el arte prehispánico (p.
ej. Rodríguez López, 2005; Morselli Barbieri, 2004). Así, puede decirse que, Método de Panofsky Análisis textil
como método de estudio de las imágenes, la iconología continúa vigente
1. Significación primaria o natural
¿Cómo está representado este diseño?
y, además, tiene amplias aplicaciones para estudiar toda clase de repre- (nivel preiconográfico)
sentaciones pictóricas.
2. Significación secundaria o convencional ¿Qué o quién está representado
El procedimiento que establece Panofsky incluye tres niveles de sig-
(nivel iconográfico) en este diseño?
nificación de una obra del arte:
3. Significación intrínseca o contenido ¿Por qué o para qué está representado
1) Significación primaria o natural (nivel preiconográfico): se iden- (nivel iconológico) este diseño?

tifican las formas puras como, por ejemplo, representaciones de


Fuente: Elaboración propia.
objetos naturales. Consiste en una enumeración de los motivos
artísticos y su descripción.
2) Significación secundaria o convencional (nivel iconográfico): se 1) La primera cuestión se puede formular de la siguiente manera:
establece una relación entre los motivos artísticos, las composi- ¿Cómo está representado este diseño? Durante la primera etapa
ciones y los temas o conceptos. Consiste en la identificación de del análisis, describimos los diseños analizados con el fin de apre-
los motivos y temas. ciar la tipología de cada uno de ellos según su imagen. Para ello, se
3) Significación intrínseca o contenido (nivel iconológico): se inves- toman en cuenta las características de su representación (tamaño,
tigan los principios contenidos en la obra (su contexto). Consiste forma, dirección, posición). Dicho procedimiento me permite des-
en estudiar el contenido e interpretar la significación de una obra tacar los diseños con todas las variantes que aparecen en los texti-
de arte. (1987, pp. 47-51). les analizados, lo cual es importante a la hora de su interpretación.
2) La segunda se puede expresar de este modo: ¿Qué o quién está
Dado que este método fue creado para analizar el arte europeo clá- representado en este diseño? Durante la segunda etapa del aná-
sico, surge la necesidad de adaptarlo a este estudio. Por ello decidí rea- lisis traté de identificar qué es lo que representan dichos diseños
lizar el examen de la iconografía textil según tres cuestiones que son y los elementos que los componen, a través del análisis de diver-
necesarias para desentrañar los significados de cada diseño. De esta sas características de su representación.
manera, resultaron tres etapas de análisis que presento en el cuadro 1. 3) La tercera podría formularse de la forma siguiente: ¿Por qué o
para qué está representado ese diseño? La tercera etapa es un
intento por encontrar el porqué de su presencia en los textiles,
al igual que explicar su simbolismo, hasta donde sea posible.

De manera complementaria, utilizo el método comparativo que es


útil para aproximarse a la cuestión sobre qué representaban los diseños

— 16 — — 17 —
Alla Kolpakova El estudio de la iconografía

en los textiles estudiados. El empleo del método comparativo es muy la historia de la religión, la historia del arte, la iconografía, la etnografía
amplio, así lo señala el especialista del arte Sergey Ivanov (1963): y la arqueología.
De esta manera, el objetivo principal de esta investigación es descu-
Con ayuda de la comparación se resuelven cuestiones sobre la génesis de brir los posibles significados de los diseños en el vestuario tradicional de
los sistemas de ornamentos, se define el área de la difusión de algunos los actuales indígenas de los Altos de Chiapas.
diseños y el parentesco de ellos, y se determina la relación entre los mo- Por último, hay que mencionar que la historia siempre es escrita des-
tivos modernos y antiguos. (p. 30 ) de un punto de vista particular y, por tanto, tiende a ser subjetiva. Esta
subjetividad está predeterminada por el objeto del estudio que, en este
La comparación que pretendo realizar para la interpretación de las de- caso, son hechos del pasado sobre los cuales podemos conjeturar y pro-
coraciones contempla dos puntos básicos: el arte de México (antiguo y poner ciertas interpretaciones. Estos últimos no crean un conocimiento
moderno) y el arte mundial, entre los cuales es posible hallar analogías sólido, son una especie de vehículo auxiliar que nos aproxima al sentido
con las figuras encontradas en los textiles estudiados. La necesidad de del pensamiento (López Austin, 2002, p. 28). Por lo anterior, los posibles
usar el arte mundial para la comparación se basa en que muchos investi- significados de los diseños que propongo en el presente trabajo no son
gadores, en su afán de distanciarse de lo occidental, dejan a un lado desde definitivos y no pretenden ser exactos, son sólo aproximaciones. Y si en
el principio el enorme material comparativo ya investigado e interpreta- un futuro hay datos nuevos sobre el tema que podrían cambiar poco o
do. Es por eso que mi propuesta consiste en examinar los diseños mayas mucho los resultados de este estudio, los aceptaré sin duda alguna, ya
a través de la iconografía mundial, para poder acercarme a sus posibles que finalmente el conocimiento se encuentra en constante movimiento
significados de una manera más convincente. y se precisa con el paso del tiempo.
La comparación incluye diversas fuentes iconográficas como el arte
rupestre, la cerámica, los códices, entre otros. Todas estas fuentes con-
tienen una iconografía similar que expresa a su vez un simbolismo re-
ligioso semejante (Girard, 1949 ; Ericastilla, citado en Gil Flores, 2006, p.
21). También propongo realizar un análisis multidisciplinar (o integral)
de los diseños, ya que es indispensable en la búsqueda de las significa-
ciones intrínsecas, según lo planteado por Panofsky (1987, p. 58) y para el
estudio de la tradición religiosa mesoamericana (López Austin, 2002, p.
23 ). La necesidad de usarlo en este estudio consiste en que actualmen-
te no hay evidencias directas sobre los significados de las decoraciones
antiguas, pero existen las indirectas (p. ej. creencias, mitos y ceremo-
nias reflejados en datos etnográficos; interpretaciones de los diseños por
parte de los artesanos) que, al sumarse con las fuentes iconográficas
comparativas, creemos que se puede obtener alguna aproximación al
probable significado atribuido a cada signo iconográfico. Por ello exami-
no los diseños de una manera multidisciplinar, lo cual requiere el uso de

— 18 — — 19 —
Diseños, diseños y más diseños

No todos los componentes de la religión se


transforman con iguales ritmos […], existen algunos
que parecen inalterables al paso de los milenios.
Alfredo López Austin

En la actualidad el término “diseño” tiene múltiples significados. Según


el Diccionario de la lengua española (2014) dicho término viene del italia-
no disegno y se usa para referirse a una traza o delineación de un edificio
o una figura. Cuando se trata de decoraciones, el término “diseño” se
explica por medio de las nociones “motivo” y “elemento”. Elemento es
un dibujo más sencillo; motivo es la combinación de dos o más elemen-
tos que representan una idea dominante; de acuerdo a Shepard (1956, p.
266-267) diseño es la combinación de motivos sobre un área o fondo dado
de un mismo estilo. En el caso de los textiles, puede usarse también
el término “figura” para referirse a las imágenes completas que pueden
distinguirse de los demás, como es el caso de las figuras antropomorfas.
¿Cuándo aparecen las decoraciones en general? El investigador israelí
Ariel Golan (1994, p. 10 ) señala que el proceso de formación de las deco-
raciones abarca un periodo de tiempo ininterrumpido que corre desde el
Paleolítico superior hasta el Neolítico. En el transcurso de ese tiempo se
forma el conjunto básico de diseños con su serie de significados.
Aunque se sabe cuándo aparecieron las decoraciones, todavía no hay
respuestas contundentes de cómo y por qué lo hicieron. Para responder
a estas preguntas es necesario detenernos en la cuestión de los orígenes
del arte. Durante el siglo xx fueron propuestas diversas teorías sobre la
aparición del arte. Las tres principales son la biológica (influencia del
sentimiento estético), la mágica (influencia de las creencias religiosas) y

— 21 —
Alla Kolpakova Diseños, diseños y más diseños

la comunicativa (necesidad de comunicación) (Ivanov, 1963, p. 16; Ugrino- cultura: en el periodo de estabilidad del régimen de vida antes del surgi-
vich, 1982, pp. 36, 55). Esas propuestas se ven reflejadas en los usos de las miento de la civilización, los motivos se transmitían cuidadosamente de
decoraciones, de las cuales pueden destacarse cuatro grupos conforma- generación en generación; con el paso del tiempo se transformaron las
dos según los objetivos que se perseguían al colocar tal o cual ornamen- tradiciones, la ropa, la vivienda, pero los elementos iconográficos se con-
to en determinado objeto: servan durante milenios, sufriendo mínimos cambios o, en ocasiones,
permaneciendo sin transformación alguna (Golan, 1994, p. 8).
1) Decoraciones para transmitir información. Ese tipo de decoraciones ¿Pero cuál es la razón de dicha estabilidad iconográfica? Para respon-
portaba determinada información y por ello se utilizaba como medio der a esa pregunta hay que atender a los datos etnográficos. El etnógrafo
de comunicación, al igual que los primeros dibujos (Ugrinovich, 1982, estadounidense Frank Cashing (citado en Lévy-Bruhl, 1994) señala que,
p. 46). El sentido de cada signo estaba entonces lo suficientemente para el caso de los zuñi (Nuevo México), si los objetos son hechos de
claro para todas las personas. En los diseños las personas grababan forma adecuada, es decir fabricados según el modelo que siempre se ha
y transmitían a sus contemporáneos y descendientes información de usado, entonces pueden utilizarse tranquilamente de forma cotidiana.
importancia vital; otros eran marcadores sociales de género y edad,
emblemas tribales, insignias de poder, indicadores de propiedad, etcé- El pez no puede volar con las aletas, el pájaro no puede nadar con las alas,
tera (Golan, 1994, p. 7; Artemova, 1988, p. 381). […] de la misma forma cualquier objeto de los utensilios, por ejemplo un
2) Decoraciones de uso mágico. Algunos diseños tenían un contenido má- vaso de forma tradicional puede servir sólo para aquel objetivo para el
gico que, al plasmarlos en algún objeto, estos debían proteger a la per- que siempre han servido los vasos de esa especie; en este caso no habrá
sona de espíritus malignos así como atraer felicidad y fertilidad (Golán, nada que temer por las “capacidades” desconocidas de los que podría es-
1994, p. 7, 154; Artemova, 1988, p. 381). tar dotada una nueva forma. (p. 32).
3) Decoraciones de uso utilitario. En ocasiones, las decoraciones tenían
carácter utilitario, como lo notó Sergey Ivanov (1963, p. 14-15) durante Así se explica la estabilidad extraordinaria de estas formas, hasta los
su investigación entre los pueblos siberianos. Por ejemplo, las ranuras detalles más pequeños con que adornan los productos de la industria o
paralelas en los mangos de los cuchillos se hacían para que no resba- de las artes en los pueblos primitivos (Lévy-Bruhl, 1994, p. 32). Esa tradi-
laran en la mano. ción conservadora podría explicar la perduración de elementos icono-
4) Decoraciones para fines netamente ornamentales. A veces, algunos ob- gráficos antiguos al igual que de formas y decoraciones en los objetos a
jetos se decoraban con fines estéticos, simplemente para embellecerlos través de siglos y milenios.
(Artemova, 1988, p. 381). A diferencia de la estabilidad grafica de las decoraciones a través del
tiempo, la cuestión del significado original de los diseños antiguos es
Hay un aspecto de la iconografía antigua muy interesante: la perdura- bastante compleja. Existen varias opiniones al respecto.
ción de la imagen gráfica de los diseños durante largos periodos de tiem- Golan (1994) apunta que para la mayoría de las etnias los significados
po. Al respecto, Sergey Ivanov (1963, p. 23) señala que, efectivamente, las originales y secundarios fueron prácticamente olvidados; aunque se sal-
decoraciones se conservan durante milenios y esa peculiaridad permite vó la imagen gráfica del diseño, éstos siguieron usándose como adornos
comparar los ornamentos contemporáneos con los antiguos. Según Ariel sin saber en qué consistía con exactitud su necesidad. Una idea similar
Golan, el sistema de los diseños es un elemento muy estable dentro de la expresa Miguel Covarrubias (1963), para quien los motivos tuvieron un

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Alla Kolpakova Diseños, diseños y más diseños

significado mágico o religioso que, con el tiempo, se volvió puramente te hacer una comparación entre diseños separados por varios milenios.
decorativo y en muchos casos se olvidó su motivación. Por otra parte, in- Tercero, las propuestas de conservación o pérdida del significado de los
vestigadores como Boris Ribakov y Terence Grieder creen que a pesar del diseños deben tomarse en cuenta al examinar las interpretaciones de las
paso del tiempo los significados de los diseños persistieron y, además, tejedoras para los diseños que plasman en sus prendas.
asimilaron nuevos. De esta manera, los diseños poseen varios significa- Si consideramos la iconografía mesoamericana —específicamente
dos, los nuevos superpuestos a los antiguos, pero todos cercanos por su sus inicios— hay que mencionar la propuesta de Adolfo Best Maugard
valor (Ribakov, 1981, p. 598; Grieder, 1987, p. 165). (1923, citado en Ramos Galicia, 2005), quien distingue siete elementos bá-
Otra propuesta sobre este problema es el proceso de vivificación, me- sicos o motivos primarios en el arte indígena contemporáneo: espiral,
diante el cual los viejos diseños, cuyo significado fue olvidado, podían círculo, medio círculo, línea en “S”, línea ondulada, línea zigzag y línea
ser reinterpretados. Ese proceso se observa en material arqueológico y recta (figura 1). Esos elementos, según el autor:
etnográfico (Krichevskiy, 1949, citado en Ivanov, 1963, p. 21).
Entonces, tenemos tres opiniones sobre el tema que se resumen en el Son parte de los signos primarios que fueron comunes a toda la humani-
siguiente cuadro (cuadro 2). dad y que seguramente representan los mismos objetos o fenómenos y las
mismas divinidades, esto es, que deben ser representaciones del sol, de
las estrellas, del rayo, del agua, etc. (p. 153).
Cuadro 2. Propuestas sobre los procesos que ocurren con los diseños a través del tiempo.

Procesos respecto a significado Además, cabe señalar que algunos investigadores apoyan la existen-
Autores
original de los diseños antiguos cia de antiguas bases mitológicas “panmesoamericanas” de tiempos ar-
caicos (Grove, 1989, p. 12; Marcus, 1989, p. 149), lo que concuerda con los
1. Olvido total del significado Covarrubias, 1961; Golan, 1994
resultados del estudio de un grupo de investigadores rusos bajo la direc-
2. Conservación del significado original
Ribakov, 1981; Grieder, 1987
ción de Yuriy Berezkin. Él señala que el complejo mitológico mesoame-
con superposición de nuevos ricano está aislado de otras partes del continente: muchos de los moti-

3. Reinterpretación con un nuevo significado Krichevsky, 1949 vos populares en América están ausentes en Mesoamérica y sus motivos
típicos, como “colores para los cuatro lados del mundo” o “conejo en la
Fuente: Elaboración propia.
luna” casi no se encuentran en América del Sur. No obstante, dicho com-
plejo tiene muchos paralelos en China, Mongolia y Siberia del Sur (región
del río Amur bajo). Esto permite suponer que la gente que migró a Meso-
Los aspectos mencionados anteriormente deben ser tomados en américa, estando todavía en Asia, ya se hallaba separada culturalmente
cuenta cuando analizamos las decoraciones en textil. Primero, tenemos de los demás grupos, y llegó al continente americano relativamente tem-
que recordar la existencia de cuatro tipos de decoraciones (es probable prano, deteniéndose en el “cuello de botella” centroamericano (Berezkin,
que en las prendas mayas fueran plasmadas las cuatro): 1) decoracio- 2002, p. 296).
nes mágicas, 2) decoraciones informativas, 3) decoraciones utilitarias y Al respecto del bloque cultural de Mesoamérica, López Austin (2002,
simplemente 4) decoraciones embellecedoras. Segundo, la persistencia p. 18-19) señala que éste vivió una historia común, en la que el contac-
de la imagen gráfica de las decoraciones a través del tiempo nos permi- to permanente entre la gente produjo el flujo de técnicas e ideas, y dio

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Alla Kolpakova

lugar a una recia unidad cultural. Esto permite suponer la existencia de


un grupo de elementos iconográficos muy antiguos, comunes para toda
Mesoamérica y similares a los de Viejo Continente.
Para finalizar este capítulo hay que subrayar la idea de que el com-
plejo iconográfico mesoamericano forma parte del complejo mundial y
Los textiles y su iconografía
que para aclarar los significados de sus diseños, se puede y se debe usar
la iconografía del mundo con fines comparativos.
Se puede considerar la labor de tejer como un
procedimiento mágico y a los símbolos tejidos,
bordados o brocados mágicos también.
Eric Thompson

Los textiles más antiguos

Para iniciar la búsqueda del significado de los diseños en la indumenta-


ria es sumamente importante, en primer lugar, averiguar cuándo, cómo
y porqué del surgimiento del vestido. Los inicios de los textiles hay que
buscarlos en los tiempos remotos, cuando nació la necesidad de usar
Figura 1. Los siete elementos básicos primarios en el arte indígena contemporáneo, vestimenta para cubrirse del frío. Al principio, el hombre utilizó las pie-
de acuerdo con Best Maugard, A. [adaptación gráfica de A. Kolpakova].
les de animales y luego descubrió otros tipos de fibras que terminaron
por remplazar a las pieles, sobre todo en los climas más calurosos (Ro-
dríguez López, 2000 ; Pomar, 2005, p. 32).
Los primeros restos de textiles encontrados en Tehuacán, Puebla, da-
tan alrededor de 9000-7000 a. C. (Lorenzo, 1990, pp. 52, 54). Estas fechas del
surgimiento del textil pueden apoyarse con otros restos de objetos orgá-
nicos como redes, petates y cestería, los cuales aparecen desde 7000 a. C.
Dichos restos están hechos en una técnica muy parecida a la del tejido
y por ello se consideran textiles. Como son de materiales orgánicos, es
probable que fueran conocidos desde etapas anteriores (García-Bárcena,
2000, p. 13; Pomar, 2005, p. 32). Esos primeros textiles no estaban hechos de
algodón, ya que este se cultiva en Mesoamérica desde 5000 a. C. (Lorenzo,
1990, p. 56). Es probable que para su elaboración usaran fibras orgánicas
como el ixtle, pochote o henequén (Rodríguez López, 2000 ; Pomar, 2005,

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Alla Kolpakova Los textiles y su iconografía

p. 32). Hay evidencia de la presencia de tela de corteza en el continente Representaciones arqueológicas de textiles mayas
americano (Perú), al igual que entre los mayas (Grieder, 1987, p. 81; Sharer,
2003, pp. 423, 437). Gracias al desarrollo de actividades como la pintura y la escultura, en
Respecto a la cantidad de textiles arqueológicos mexicanos hay que el presente disponemos de numerosas imágenes de la vestimenta de la
señalar la escasa cantidad de ejemplares conservados debido a las con- élite de Mesoamérica. En el caso de los mayas existen muchas represen-
diciones climáticas, principalmente la humedad y su origen orgánico taciones de vestimenta plasmadas en la cerámica, en las estelas y en la
(Anawalt Rieff, 2005, p. 10 ). Los pocos ejemplos que tenemos en la ac- pintura mural.
tualidad fueron descubiertos en las cuevas secas del centro del país. En Aunque se conservaron muy pocos textiles mayas prehispánicos don-
Chiapas, el más reciente hallazgo de textiles del Clásico Tardío (600 -900 de se puedan apreciar claramente los diseños, los ejemplos más anti-
d. C.), encontrado en la Cueva de El Lazo, Cintalapa pertenecía a la guos los podemos observar en los murales de San Bartolo, Guatemala los
cultura zoque (figura 2a) (Instituto Nacional de Antropología e Historia cuales pertenecen al periodo Preclásico Tardío (300 a. C.-300 d. C.) (Satur-
Delegación Chiapas, 2007). También se conservan algunos ejemplos de no et al., 2005, p. 4). En ellos podemos observar a tres mujeres que usan
textiles mayas prehispánicos. Actualmente, los fragmentos de textiles pequeñas faldas con diseños geométricos (figura 3). La primera trae una
mayas más antiguos se han encontrado en Río Azul, Guatemala, los falda blanca con un diseño de zigzags; la segunda tiene una falda amari-
cuales están fechados entre los años 250 y 550 d. C. (Teufel, 2006, p. 354 ). lla con el diseño de reja; el diseño de la falda amarilla de la tercera mujer
La colección más amplia de restos de textil del Posclásico Tardío pro- que sostiene una vasija no se ve claramente, pero al revisar el patrón de
viene del Cenote de los Sacrificios de Chichen Itzá (figura 2b) (Sharer, decoración creo que es un diseño de reja similar al de la mujer anterior.
2003, p. 686). De esa manera, el diseño de reja en la vestimenta maya tiene sus oríge-
A pesar de tener pocos ejemplos de textiles antiguos, podemos ob- nes en el Preclásico, luego tuvo gran desarrollo en el Clásico y Posclásico
servar sus huellas en las impresiones que presentan los restos de ce- y se conserva hasta nuestros días en los huipiles de los Altos de Chiapas.
rámica procedentes de varios lugares de México. Por ejemplo, entre los Si las faldas y los enredos se usaban desde el Preclásico, las demás
más antiguos están los tepalcates que contienen impresiones de texti- prendas de vestimenta femenina aparecen muy tarde, en el Clásico. Así,
les fechadas para el Preclásico Temprano y que fueron encontradas en las primeras imágenes de huipiles muy largos y anchos aparecen en el
la costa del Pacífico de Chiapas, en la región de Mazatán. Los textiles periodo Clásico Tardío. Los podemos ver, por ejemplo, en los famosos
con los cuales se hicieron estas marcas son muy delgados y finos, con dinteles de Yaxchilán o en las estelas y los murales de Bonampak (figura
una gran separación entre hilos de tejido sencillo o cruzado (Ceja Te- 4). Los huipiles se ven muy lujosos con diseños espectaculares.
norio, 1978, p. 165; Coe, 1961, p. 59 ). Estos ejemplos indican que para el
Preclásico Temprano la técnica para fabricar textiles estaba bastante
desarrollada y ya era posible hacer telas finas, adecuadas para un cli- La aparición de diseños en la vestimenta
ma caluroso.
En resumen, se puede decir que el textil apareció en el territorio mexi- En cuanto a las primeras decoraciones en el vestido, existe la hipótesis
cano alrededor del 9000-7000 a. C. y ya para el Preclásico la elaboración de de que la elaboración de diseños en las primeras prendas de piel posi-
la vestimenta entró en la vida cotidiana como un objeto indispensable y blemente es más antigua que el telar, dado que muchos pueblos que no
como cualquier otro oficio. tienen telar presentan ornamentos bordados en sus prendas (Maslova,

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Alla Kolpakova Los textiles y su iconografía

1978, p. 30). Por mi parte, creo que existe la posibilidad de que la aparición Mesoamérica, por ejemplo: en el sitio Paso de la Amada fue encontrada
de decoraciones en la ropa sea resultado de la reproducción de los or- una figurilla femenina desnuda de la fase Ocós (1500-1400 a. C.), con res-
namentos de la pintura corporal. A pesar de que algunos investigadores tos de pintura corporal en el pecho (figura 5b) (Clark y Pye, 2006, p. 43);
proponen que los diseños de la pintura corporal fueron copiados de los un ejemplo de pintura facial en forma de cruz lo encontramos en las
textiles (Oliveros Morales, 2005, p. 675), yo creo que fue al revés; al pare- figurillas planas de Veracruz, fechadas para la fase Chajil (1700-1450 a.
cer, debido al clima cálido, el desarrollo de los diseños se dio en gran C.) (García Cook y Merino Garrión, 2005, p. 100 ); las figurillas preclásicas
parte sobre el cuerpo humano y luego se copió a los textiles. del Occidente de México, como las que representan cuerpos femeninos
Según Terence Grieder “pintar la cara y el cuerpo es una práctica tan desnudos de El Opeño, muestran la gran diversidad de diseños geométri-
antigua que su origen se pierde en la oscuridad de los tiempos” (Grieder, cos y lineales de pintura corporal de color rojo, amarillo, blanco y negro
1987, p. 52). El propósito de la pintura corporal era similar al de los diseños (Oliveros Morales, 2005, p. 672) (figura 5c).
en general: servían para identificar a las personas por su edad, grupo Entre los mayas, pintar el cuerpo y la cara era una costumbre arraigada
social, o a los seguidores de un líder en particular (Turner, 1969, citado en en mujeres y hombres. En los murales de San Bartolo, que menciono arri-
Grieder, 1987, p. 57; Helms, 1979, citado en Grieder, 1987, p. 57). También los ba, todas las mujeres tienen cuerpos y caras pintadas o tatuadas de rojo y
diseños identificaban a los miembros de un linaje, a los chamanes, a los negro (figura 3). Siglos después, los frailes españoles dan testimonio de ello:
cazadores y a los guerreros (Schultz, 1966, citado en Grieder, 1987, p. 58). Y, las mujeres mayas “labrábanse el cuerpo de la cintura para arriba [...] de
claro, la pintura corporal cumplía con la función mágica de protección; labores más delicadas y hermosas que los hombres” (De Landa, 1986, p. 55).
por ejemplo, los miembros del grupo selknam (Tierra de Fuego) se untan Alrededor del mundo hay datos que señalan que la práctica de pintar
el cuerpo con tierra roja bajo la creencia de que los torna inmunes de el cuerpo era equivalente a vestirlo. Por ejemplo, los kwakiutl de Indo-
la intemperie y las enfermedades (Gusinde, citado en Girard, 1977, p. 14). nesia equiparaban la tela de la corteza de los arboles con la ropa, ya
En Mesoamérica, el adorno corporal tenía dos propósitos: señalar una que la tela de corteza era igual a la piel humana (Kooijman, 1972, citado
identidad social y sumar una cualidad determinada al cuerpo (Vela, 2010, en Grieder, 1987, p. 79). En el territorio mesoamericano, lo encontramos
p. 14). En particular, la pintura corporal y facial se empleaba en rituales y en el caso de la cerámica lacandona de Chiapas, ya que los lacandones
en la vida cotidiana, y era usada por todas las clases sociales (Vela, 2010, describen a los incensarios, que representan dioses, con términos que
p. 22). El uso ritual de la pintura corporal todavía se guarda entre algunas refieren al cuerpo humano. Cuando queman los incensarios viejos, para
etnias de México de regiones como el Gran Nayar, la Sierra Tarahumara “matarlos”, les quitan sus diseños pintados, o sea les quita su “ropa y
y Tabasco (Vela, 2012, p. 22). piel” (McGee, 1990, citado en Palka, 2017, p. 253).
Los ejemplos más antiguos de la pintura corporal en México los en- Cuando hablan de vestimenta, los españoles, al llegar al continente
contramos en las pinturas rupestres de Baja California, fechadas alre- americano, siempre describen el uso de la pintura corporal para ador-
dedor de 7500 a. C. (Gutiérrez et al., 2003, p. 4), en donde los cuerpos están nar el cuerpo “y lo más que ellos tenían para adorno era labrarse todo
pintados de rojo y negro (figura 5a). La gran antigüedad de las pintu- el cuerpo y pintarse mil figuras” (Ximénez, 1977, p. 114). Por ello, puede
ras rupestres indica que el uso de la pintura corporal en el territorio de suponerse que, anteriormente, el hecho de pintar el cuerpo humano era
México viene desde tiempos muy remotos, cuando todavía no se usaban equivalente a “vestirlo” con ornamentos.
los textiles. Posteriormente, los ejemplos de pintura corporal los pode- Otro origen de las decoraciones en textil es su traspaso directo de las
mos ver en abundancia en las figurillas de barro del Preclásico por toda imágenes de la naturaleza que rodeaba a las personas. Contamos con un

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Alla Kolpakova Los textiles y su iconografía

dato etnográfico en la obra de Frazer (1981). En este caso, el dibujo de la Abreu y Trejo Sirvent, 2000, p. 199 ; Morris, 1987b, p. 116). Podemos atesti-
piel de serpiente es tomado como modelo para los diseños en textiles (en guar el valor simbólico de tejer en los códices mayas, donde hay varias
el caso de los huicholes): representaciones del proceso que va desde el hilado hasta la decoración
con brocados, los que realizan mujeres jóvenes y ancianas, dioses y es-
Los indios huicholes admiran los bellísimos dibujos del lomo de las ser- queletos (Ciaramella, 1999, p. 48) (figura 6b).
pientes, y por esto, cuando una mujer va a tejer o bordar, su marido caza Por todo lo anterior y puesto que la acción de tejer contiene algunas de
una serpiente grande y la sujeta con un palo hendido mientras la mujer la las características del rito como formalidad, normatividad y sacralidad, se
acaricia con la mano a todo lo largo del lomo; después se toca con la misma puede utilizar el término “forma ritual” para la elaboración de vestimenta
mano la frente y los ojos, poniéndose así en condiciones de hacer tan bellí- al igual que para la danza y el canto (López Austin, 1998b, pp. 12-15).
simos trabajos en el tejido como los dibujos del dorso de la serpiente. (p. 57). En el caso de los textiles, los diseños reflejaban un simbolismo mágico
de fertilidad y estaban relacionados con las antiguas creencias mitoló-
Todo lo anterior sugiere que el principal material que dio origen y de- gicas (Maslova, 1978, pp. 156-157). Por toda Mesoamérica las actividades
sarrollo de las decoraciones es el cuerpo humano. Por lo tanto, los dise- femeninas de tejer e hilar eran metáforas de reproducción sexual, em-
ños en la vestimenta (en su más sencilla representación, como un zigzag, barazo, parto y el poder fecundo femenino (Bricker, 1973, Sullivan, 1982,
por ejemplo) probablemente tuvieron su origen en la pintura corporal y citados en Tate, 2000, p. 1061; Tate, 2004, p. 39). Entre los mayas, el acto de
en las imágenes naturales. Estas decoraciones se empezaron a emplear tejer se relacionaba con la capacidad de las mujeres de procrear vida
cuando aparecieron las incipientes creencias religiosas, al mismo tiem- nueva. Por ejemplo, entre los mayas tzutujil el proceso de tejer es consi-
po que empezaron a ornamentarse diferentes objetos de uso cotidiano. derado como un proceso de parir y procrear: para endurecer los hilos se
Así, es posible suponer que la mayoría de los diseños en la vestimenta no les remoja en atole de maíz y este último es visto por los tzutujiles como
eran simples adornos, sino “textos” antiguos y sagrados, en los que cada carne, de manera que el hilo remojado representa la sustancia primaria
diseño significaba un determinado concepto y trasmitía una especie de del cuerpo humano. Así, tejer una prenda con esos hilos simboliza crear
información (Durasov y Yakovleva, 1990, p. 190 ; Morris, 2006). una nueva vida o parir (Prechtel y Carlsen, 1988, citados en Ciaramella,
1999, pp. 47-48). Entre los lacandones se registra algo similar: las mujeres
son las tejedoras de la vida ya que tejen un niño en su vientre (Marion,
Tejer: acción llena de magia 1992, citado en Nájera Coronado, 2000, p. 44).
Si recordamos que desde el punto de vista de la semiótica las decora-
Como sabemos, la elaboración de textiles estaba estrechamente vincu- ciones son un sistema de signos comunicativos, se puede decir que el mis-
lada con el mundo de la mujer, incluso el surgimiento del tejido como mo vestuario también es un vehículo de comunicación. De esta manera,
trabajo estaba relacionado con las labores femeninas (Shnirelman, 1988, la vestimenta y sus decoraciones podrían servir para comunicar una de-
p. 90 ). Imágenes de mujeres mayas tejiendo abundan en el arte del Clá- terminada información tanto a la gente como a los seres sobrenaturales.
sico y Posclásico. Las más naturalistas son las figurillas de cerámica de Por último, es interesante notar la estrecha relación entre la ornamen-
Jaina, Campeche, del Clásico Tardío (figura 6a). tación de la cerámica y de los textiles. Al parecer, el hecho de que estos dos
Muchos investigadores señalan que la labor de tejer estaba llena de materiales comparten los mismos diseños se debe a que tanto la cerámica
simbolismo y magia (Thompson, 2003, p. 251; Yannini, 1992, citado en Ruiz como los textiles eran elaborados por las mujeres principalmente (Tate,

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Alla Kolpakova Los textiles y su iconografía

2000, p. 1061). Por ello, ambos pertenecían al mundo femenino. Además Al igual que en el caso de las creencias religiosas campesinas y de la
de eso, los unía la relación con la tierra: la cerámica está hecha de ésta élite (Thompson, 1997, p. 13), había dos tipos de vestimenta: de la nobleza
y los textiles destacaban la fertilidad humana por medio de la fertilidad y del pueblo, las que se diferenciaban por las materias primas, técnicas
de la tierra. Es por eso que la temática y los diseños eran similares para de tejido, diseños y colores (Weitlaner, 1993, p. 189). Además, había cier-
ambas fuentes. tos tipos de tela cuyo uso era el privilegio de los nobles. Ese es el caso de
las gazas transparentes, cuyos ejemplos podemos ver en las imágenes
de Bonampak, Lagartero y Calakmul (Pincemin Deliberos, 1999, 2002). En-
Diseños en textil de ayer y hoy tonces, podemos suponer también que había dos tipos de ornamentos:
popular y de élite. Después de la Conquista, los diseños de élite se desva-
En cuanto a las diferencias en los diseños clásicos y contemporáneos, necieron junto con ésta y los populares se manifestaron en prendas de
hay que tomar en cuenta que la representación de los diseños dependía uso obligatorio, los cuales podemos ver actualmente.
y aún depende de los materiales y las técnicas con que están hechos En lo que respecta al significado original de los ornamentos en textil,
los tejidos. También juega un papel importante la imaginación de las María Pomar señala que en el México actual el significado de los diseños
artesanas, quienes podían cambiar ciertos motivos siempre y cuando se ha perdido aun para las mismas tejedoras (Pomar, 2005, p. 35). Por su
se quedaran dentro de los límites del diseño. Además, no hay que des- parte, Walter Morris opina que el significado de los diseños se ha trans-
cartar que la élite maya transformó algunos diseños dándoles formas formado de acuerdo con las épocas (Morris, 1984, p. 7). Por mi parte, apo-
más llamativas y extravagantes, y al mismo tiempo, agregó nuevos di- yo la propuesta de Boris Ribakov y Terence Grieder que consiste, como
seños exclusivos para ella. Ese es el caso del cuatrifolio, símbolo de la ya lo vimos, en que los significados de los diseños persistían y además
cueva, que en los textiles del periodo Clásico aparecía con una estera asimilaban nuevos por lo que los diseños poseen varios significados, los
en su interior. Dicho diseño era un símbolo político de uso general y nuevos superpuestos a los antiguos, pero todos cercanos por su valor
se ponía en la vestimenta de ambos sexos (paño de cadera, huipil y (Ribakov, 1981, p. 598 ; Grieder, 1987, p. 165). De esta manera los diseños
sandalias) para legitimar el derecho a gobernar después de realizar la populares, junto con el pensamiento religioso, lograron sobrevivir a la
entronización en una cueva sagrada-inframundo (figura 7a y 7b) (She- Conquista y siguen reproduciéndose en la actualidad (Thompson, 1997,
seña, 2008, pp. 34-37). También es el caso de la greca escalonada, símbo- p. 230 ; Girard, 1949, p. 781). ¿Cómo explicar la estabilidad en la decoración
lo de la tierra (concepto cueva-montaña), que al estar plasmada en la textil? En mi opinión eso se debe a lo siguiente:
vestimenta femenina hacía alusión a la fertilidad de la mujer (figura 7c) 1. Tradicionalismo y estricta preservación de su cultura tradicional por
(Calvo Domínguez, 2009, pp. 107, 125; Natarén López, 2012, p. 62). Además los indígenas mayas (Ruiz Abreu y Trejo Sirvent, 2000, p. 199). Como se-
de estos diseños había otros relacionados con la tierra y el agua, como ñala Eric Thompson “la conservación de sus tradiciones radica en el es-
“racimos de uvas”, serpientes de agua y representaciones de rostros píritu conservador de ellos hacia su cultura los cuales se impusieron la
de deidades (Chahk, Tlaloc, Itzam Na) (Natarén López, 2012) (figura 7b). tarea de preservar su herencia cultural” (Thompson, 1997, p. 3). Además,
Todos estos eran de uso exclusivo de la clase gobernante, por los men- hay que tomar en cuenta el papel importante que tenían y tienen las
sajes de poder que trasmitían, y, por tanto, no se encuentran en los mujeres en ese proceso de conservación de los diseños antiguos, donde
textiles contemporáneos que son, según mi hipótesis, la viva imagen ellas figuran como conservadoras de las tradiciones y como transmiso-
de la ornamentación popular. ras de la identidad cultural de su comunidad (Ruiz Abreu y Trejo Sirvent,

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Alla Kolpakova Los textiles y su iconografía

2000, p. 199). Ese es el caso de las tejedoras de Chiapas, que siguen repro- Por todo lo anterior, es posible que los diseños en textiles mayas con-
duciendo los diseños antiguos explicando que “es la costumbre, así fue temporáneos sean parte de la cultura popular que anteriormente se ma-
siempre” (Morris, 1987b, p. 116). María Pomar (2005) da otra razón más: nifestaba en diseños de la pintura corporal. Dichos diseños pasaron al
traje indígena, sobre todo los huipiles, y se conservaron hasta nuestros
Miguel Othón de Mendizábal explica que a los conquistadores no les inte- días por las razones señaladas líneas arriba. Esta hipótesis de conserva-
resaba entrar a las humildes casas […] y por lo tanto pasaban por alto su ción permite usar la iconografía de los textiles modernos para esclarecer
modesto bagaje textil. […] Todo ello, aunado a la escasez de telas impor- el significado antiguo de los diseños, siempre y cuando se encuentren
tadas de España, de muy difícil y onerosa adquisición para que las vistiera suficientes paralelos entre diversas fuentes arqueológicas y etnográficas.
el pueblo, permitió a los indígenas seguir sembrando, hilando y tejiendo
algodón de agave a la usanza tradicional, es decir, con el telar de cintura y
de acuerdo con sus viejas técnicas y diseños. (p. 35). Cambios en la indumentaria condicionados
por la Conquista
Entonces los diseños se guardan durante milenios por la tradición
conservadora de la cultura (Lévy-Bruhl, 1994, p. 32; Tylor, 1989, p. 66; Go- Sin duda, la llegada de los españoles trajo consigo grandes cambios para
lan, 1994, p. 8). Aunque se cambió la forma de vestir, los diseños tradicio- la indumentaria indígena. A raíz de la Conquista se dieron los primeros
nales no se trasformaron, sino que se traspasaron a los nuevos tipos de cambios en el vestuario indígena que continúa hasta el presente. Por
atuendos y prendas sin grandes cambios. ejemplo, de acuerdo con María Pomar, en la primera década del siglo xix
2. Como vimos líneas arriba, la labor de tejer era una forma ritual y se registraron varios cambios en la indumentaria de los nahuas, totona-
un acontecimiento mágico. Si tomamos en cuenta que cualquier tipo de cos, otomíes, mixtecas y zapotecas, entre otros, los cuales cambiaron su
manifestación religiosa se caracteriza por tener cierto conjunto de accio- tradicional forma de vestir por la que trajeron los españoles. De esa ma-
nes establecido por la costumbre, las cuales tienen un reglamento estricto nera, para el siglo XX muchos pueblos dejaron de producir su ropa tra-
para su realización (Yablokov, 1998, p. 430 ), es probable que todos los as- dicional; algunos sólo sustituían las telas tejidas por telas industriales,
pectos de tejer estaban reglamentados, incluso los diseños preestableci- pero muchos cambiaron toda la indumentaria: las blusas sustituyeron a
dos. Además, la técnica ancestral del brocado, que perduró hasta nuestros los huipiles y las faldas a los enredos (Pomar, 2005, pp. 37-38).
tiempos, ayudó a la conservación de los diseños a través de los tiempos Sobre este tema ya existen varios trabajos escritos, por ello, a mane-
(Morris y Karasik, 2015, p. 1). ra de resumen, podemos señalar que los cambios fueron en su mayor
3. Pertenencia de los textiles y sus diseños al “núcleo duro” de la reli- parte en cuanto al diseño de prendas, tipo de tela, hilos, colorantes y
gión y cultura maya. Hay que recordar la propuesta de López Austin de algunos nuevos motivos, todos ellos influenciados por la cultura euro-
una sola religión mesoamericana. Dado que el arte estaba vinculado con pea (Rodríguez López, 2000 ; Pomar, 2005, pp. 34-35; Morris, 1984 ; Morris y
la religión, podemos decir que el arte formaba parte del llamado “núcleo Karasik, 2015).
duro” de la religión mesoamericana (López Austin, 2002, pp. 18-20). De esa Regresando a los indígenas de Chiapas, es importante aclarar que la
manera, los textiles bien podrían estar incluidos a esa parte medular de influencia europea no fue tan fuerte en los Altos de Chiapas. Aunque
la cultura mesoamericana. hubo cambios en los trajes, la materia prima y las técnicas, los mayas
actuales no usan los trajes españoles de la Conquista, sino adaptaciones

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Alla Kolpakova Los textiles y su iconografía

sincretizadas con su propia cultura (Morris, 2006, p. 30 ; 1984, p. 33). Es por


eso que los textiles de los Altos de Chiapas tienen un valor científico
muy alto: en ellos lograron conservarse diseños muy antiguos que en la
actualidad podemos estudiar y analizar.

Antes de concluir este capítulo y pasar directamente al análisis de los


diseños en los textiles, es necesario tomar en cuenta algunos puntos
importantes: a b
1. El por qué se pone uno u otro diseño en la prenda. Para eso, es nece-
Figura 2. Textiles arqueológicos: a) Cueva de El Lazo, Chiapas, Clásico Tardío. Acervo del
sario recordar los usos de las decoraciones que señalé antes. Algunos or- Museo de los Altos de Chiapas Ex Convento Santo Domingo de Guzmán. Elaboración pro-
namentos en la vestimenta son de uso informativo (p. ej. para indicar el pia; b) Chichen Itzá, Yucatán, Posclásico Tardío. Acervo del Museo Regional de Antropolo-
estatus social), otros de uso religioso (p. ej. mostrar al santo patrono de gía de Yucatán, Palacio Cantón. Elaboración propia.

la comunidad), otros de uso práctico (p. ej. bordar la orla de la abertura


para la cabeza para que la tela no se separe); además estas decoraciones
se agrupaban de manera vistosa para embellecer la prenda.
2. Cada objeto que contiene ornamentos posee sus propios diseños y
temas iconográficos, lo que debe ser tomado en cuenta para el análisis.
Cabe aclarar que los mismos diseños pueden encontrarse en diferentes
objetos y sus significados pueden ser iguales ya que la razón por la que
son plasmados es la misma. Sin embargo, ciertos temas pertenecen más
a una especie de objetos que a otros; por ejemplo, en las estelas tienden
a representar temas políticos y mitológicos. A su vez, los textiles perte-
necen al mundo de la mujer, eso determina los temas que podrían estar
plasmados allí, por ello sería muy raro si en los huipiles contemporáneos
encontráramos imágenes de guerra y el planeta Venus.
3. Para hacer énfasis en la idea del capítulo anterior, insisto en que el
uso de la iconografía mesoamericana de los periodos Preclásico y Pos-
clásico no es suficiente para una interpretación iconográfica, en general,
y de los textiles, en particular. Los diseños geométricos y sus derivados Figura 3. Mujeres de las murales de San Bartolo, Guatemala, Preclásico Tardío. Recuperado
pertenecen a un estrato iconográfico muy antiguo y pueden esclarecerse de Saturno, W. A., et al. (febrero, 2005) [adaptación gráfica de H. Hurst].

sólo con la ayuda de la iconografía mundial.

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Alla Kolpakova Los textiles y su iconografía

a b c
Figura 5. Figurillas con presencia de pintura corporal: a) ejemplo antiguo del uso de la pin-
tura corporal en México, pinturas rupestres de Baja California, 7500 a. C. Diario El Universal
(México, 5 de abril de 2013) [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; b) figurilla de Paso de la
Amada, fase Ocós (1500-1400 a.C.), Preclásico Temprano. Recuperado de Clark, J. E. y M. E.
Pye, 2006, p. 43. [adaptación gráfica de Á. Moreno]; c) figurillas de El Opeño, Michoacán, Pre-
clásico Medio-Tardío. Recuperado de Oliveros Morales, J. A., 2005, p. 672.

a b
a b
Figura 6. Tejer entre los mayas: a) joven tejedora maya (reproducción), Jaina, Campeche,
Figura 4. Huipiles mayas del Clásico Tardío: a) Dintel 32, Yaxchilán, Clásico Tardío. Recu- Clásico Tardío. Acervo del Museo de los Altos de Chiapas Ex Convento Santo Domingo de
perado de Graham, I. y E. V. Euw., 1975, p. 73 [adaptación gráfica de I. Graham]; b) personaje Guzmán. Elaboración propia; b) tejedores en el Códice Madrid, 102b, 1400-1500 d. C. Recupe-
del cuarto 1, Bonampak, Clásico Tardío [adaptación gráfica de I. S. Pincemin Deliberos]. rado de Lee Whiting, T. A., 1985, p. 135.

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Alla Kolpakova

La tierra romboidal

El cuadro es la proyección sobre la tierra


del piso cósmico celeste y se orienta hacia
los cuatro rumbos solsticiales mientras que
el rombo representa los puntos extremos
de la cruz astronómica que se dibujan en
a b c la falda del cerro, puntos que se unen me-
diante líneas rectas.
Figura 7. Diseños en la vestimenta femenina de la élite maya: a) Dintel 25, Yaxchilán, Clá-
sico Tardío. Recuperado de Graham, I. y E. V. Euw., 1975, p. 55 [adaptación gráfica de I. Gra- Rafael Girard
ham]; b) Estela 2, Bonampak, Clásico Tardío. Recuperado de Miller, M. y C. Brittenham, 2013,
p. 161 [adaptación gráfica de P. Mathews]; c) deidad femenina, Códice Madrid, 30b, 1400-1500
d. C. Recuperado de Lee Whiting, T. A., 1985, p. 99.
Tan solo con una breve mirada a los huipiles mayas se puede notar una
gran cantidad de rombos representados allí. Los rombos agrupados en
forma de una reja ocupan un gran espacio en la parte central superior
de muchos huipiles. Además, los rombos forman parte de numerosas
figuras antropomorfas esparcidas por diversas partes de la vestimenta.
Como se ve, los diseños con rombos se convierten en el tema decorativo
principal de los textiles mayas de los Altos de Chiapas.
Pero los rombos no solamente son el diseño principal en los textiles
de Chiapas, sino también en otras regiones de México, como lo veremos
más adelante. Además, el rombo está presente en las telas tejidas (ves-
timenta, tapices, bolsas, etcétera) de muchos países en el mundo, por lo
que es un diseño textil por excelencia (figura 8).
En el presente capítulo realizo un análisis exhaustivo del diseño del
rombo y procuro esclarecer sus orígenes gráficos y sus posibles significa-
dos, hasta donde es posible.

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Alla Kolpakova La tierra romboidal

Orígenes gráficos del rombo vo de la reja y el rombo. Dicha vinculación podría ampliarse a los campos
de cultivo de formas cuadrangulares. A partir de entonces, la tierra o capa
Ahora veremos los posibles orígenes gráficos de la figura del rombo que terrestre se muestra cubierta con una malla romboidal, como puede ob-
también pueden esclarecer su vinculación con la tierra. servarse en el arte maya (figura 9j). La imagen de la tierra romboidal ha
Si retrocedemos a la Edad de Piedra, existe una interesante teoría pro- sido conservada y transmitida de generación a generación hasta llegar a
puesta por la paleontóloga Valentina Bibikova, quien considera que el rom- los tiempos modernos, y podemos verla en los textiles mayas.
bo tiene sus orígenes en el diseño natural de los colmillos de los mamuts No hay que descartar otro posible origen gráfico que proviene de un
(Bibikova, 1965). A partir de las diferentes combinaciones del diseño natural objeto creado por los hombres: la red. Los restos arqueológicos de redes
existente en los colmillos del mamut, además del rombo habrían surgido en Mesoamérica aparecen desde 7000 a. C. y, como son de origen orgáni-
los diseños del meandro (rombo con laberinto), reja romboidal y del zigzag co, es probable que se conocieran desde etapas anteriores (García-Bárce-
(Bibikova, 1965, pp. 6-7). Esta teoría es de gran atractivo científico, aunque na, 2000, p. 13; Pomar, 2005, p. 32). La manera como se entretejen los hilos
reconozco que requiere de una minuciosa verificación ya que se trata del de una red crea un diseño de reja repetitivo y equilibrado, lo que pudo
tiempo prehistórico, del cual, no hay muchas evidencias arqueológicas. ser tomado como un ejemplo de decoración. Si se considera su gran an-
Si retomamos la idea naturalista de la iconografía mesoamericana tigüedad, bien podría ser uno de los orígenes para el diseño de la reja y
(Broda, 1991), vemos que el rombo también se encuentra en el dibujo na- el rombo. Por tanto, el origen gráfico del rombo en tanto diseño es muy
tural de la piel de serpiente, también las escamas de caimanes y peces amplio: desde los colmillos de mamut y el dibujo natural de los reptiles
tienen forma romboidal (figuras 9a-c). En el arte maya, este rasgo distin- hasta la red, objeto creado por los humanos.
tivo de la piel de reptiles y peces se marcaba mediante una reja romboi-
dal (figuras 9d-f). Lo interesante es que la piel del llamado “monstruo te-
rrestre” también está representada por una reja, cuya imagen se observa El rombo a través del tiempo
desde el Preclásico hasta el Posclásico (figuras 9g-i). Dicho personaje mí-
tico está presente de forma amplia en el arte mesoamericano y, según El rombo es uno de los ornamentos más arcaicos en el mundo. De acuer-
varios investigadores, es un híbrido en el que predominan los rasgos de do con datos arqueológicos y etnográficos, el rombo se encuentra difun-
reptil de animales como sapos, cocodrilos o tortugas los cuales, en oca- dido en prácticamente todo el globo terráqueo, hecho que evidencia el
siones, personifican a la propia tierra (Baudez, 2007, p. 38; Thompson, 1997, origen remoto de este diseño (Ribakov, 1981, p. 86). La arqueología ubica
p. 270 ; Broda, 1991, p. 487). Este monstruo tiene la apariencia del relieve la aparición del rombo (así como de las demás figuras geométricas) en el
terrestre y su piel, representada por el motivo de “piel de reptil” (rombo Paleolítico Superior (Golan, 1994, pp. 10, 85).
con punto o su mitad), simboliza la superficie de la tierra tanto en su as- En cuanto a su significado en esa época, debido a su gran antigüedad
pecto generativo como en su aspecto acuático. El punto dentro de cada y pocas imágenes conservadas, por ahora es difícil decir con certeza
celda significa una cuenta de piedra verde que puede representar agua, qué es lo que simbolizaba el rombo en el arte del Paleolítico. De acuer-
sangre, semen o pulque (Mondragón Vázquez, 2007, p. 108, 113). do con Bibikova, es probable que los diseños encontrados en la dentina
Por lo tanto, puede decirse que lo que une a todos estos animales es su de los colmillos de mamut se relacionaran con la fuerza, el vigor y la
vínculo con el inframundo, con la tierra y con el agua (De la Garza, 2003, p. suerte en la cacería (1965, p. 8 ). Por su parte, Ribakov agrega que dichas
313; Joralemon, 2008, p. 330 ) lo que se ve reflejado en el significado del moti- decoraciones se vinculaban con la abundancia, el bienestar y la “pros-

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Alla Kolpakova La tierra romboidal

peridad” en general por ser un elemento inherente al mamut, la princi- relación entre el cuadrado y el rombo? Al respecto, Rafael Girard (1949)
pal fuente de prosperidad (1981, pp. 91, 161). propone la equivalencia del rombo y el cuadrado en su significado de
Tiempo después, con la aparición y el desarrollo de la agricultura en representación de la milpa. Girard también especifica que el rombo re-
el Neolítico, el diseño del rombo adquirió un significado concreto, veri- presenta la milpa en la montaña, mientras que el cuadrado la milpa en
ficable y que goza de más aceptación entre los estudiosos del tema. Ese las planicies.
significado era el de la tierra, por la semejanza que presentan los rombos
con la forma que tienen las parcelas de cultivo (Golan, 1994, p. 86). En sitios planos la milpa debe ser cuadrada, a imagen del piso cósmico
Debido a que la principal característica de la tierra para los agricul- que es un plano cuadrado. Pero en las faldas inclinadas de los cerros es
tores era la fertilidad, el rombo asimiló esa característica por asociación imposible representar la figura ideal del piso cósmico debido a las irregu-
y, posteriormente, empezó a representar la fertilidad no sólo de la tierra, laridades del terreno. Y como la milpa tiene entonces proyecciones trian-
sino también de lo humano. Al respecto, Anatoliy Ambroz (1966) piensa gulares hay que adaptarla a la configuración del terreno mediante el uso
que el rombo era símbolo de la fertilidad y podía referirse a la tierra y la del rombo pues solamente esta figura y el cuadro son las formas geomé-
mujer al mismo tiempo. Boris Ribakov (1981, p. 42) tiene ideas similares y tricas autorizadas para servir de patrón a la milpa. (p. 636).
agrega que la mujer era equiparada con la tierra, mientras que el naci-
miento de los bebés con la aparición de nuevas plantas. Así, el diseño de Además, si dentro de un cuadrado o rombo se encuentra una reja, esto
rombo resultó la encarnación del principio femenino que refleja la as- simboliza el parcelamiento de la tierra y del mundo (Girard, 1949, p. 637).
piración de reunir en los mismos deseos de felicidad tanto el nacimien- Entre las creencias mundiales, el cuadrado significa tierra, igualdad,
to de nuevas personas como el rendimiento de los campos. Además, el orden; representa al mundo y al cosmos (Toporov, 1991, p. 630). Esta mis-
rombo, como representación de la tierra, es uno de los pocos diseños que ma situación la observamos en el continente americano, donde el cua-
conservaron su semántica neolítica en las épocas posteriores (Golan, drado o rectángulo era la imagen de la tierra: representaba a la superfi-
1994, p. 87), esto permite suponer que ese significado se conservó mucho cie terrestre o al mundo (Grieder, 1987, pp. 97-98; Martínez del Sobral, 2000,
más allá de lo que podríamos imaginar. p. 241; Galindo Trejo, 2001, p. 31).
Debido a la gran antigüedad del rombo, existe la posibilidad de que Entre las concepciones de los antiguos mesoamericanos esta idea es-
los individuos que cruzaron el Estrecho de Bering ya lo conocieran. Esto taba muy difundida, según constatan Miller y Taube (2004):
no es algo imposible si tomamos en cuenta que los primeros pobladores
ya venían con un determinado conjunto de elementos culturales (Mi- “The earth was also regarded as a flat foursides field, with the four direc-
rambell Silva, 2000, p. 224), lo que sugieren los resultados de la investiga- tions corresponding to each of the sides. For the Maya, this model is me-
ción de Yuriy Berezkin (2002, p. 296). taphorically compared to the quadrangular maize field”. [La tierra tam-
bién era imaginada como un campo llano de cuatro lados con las cuatro
direcciones correspondiendo a cada uno de los lados. Entre los mayas este
El rombo en Mesoamérica modelo es comparado metafóricamente con el campo cuadrangular de
maíz]. (pp. 83-84)2.
Antes de hablar sobre el rombo, hay que detenernos en una figura
geométrica relacionada con éste directamente: el cuadrado. ¿Cuál es la 2
Traducción de Alla Kolpakova.

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Alla Kolpakova La tierra romboidal

Este concepto se encuentra entre los nahuas antiguos (López Austin, vida material o natural” (Rist, et. al., 2000, citado en Hirose López, 2003,
1989, p. 65), los antiguos habitantes de Teotihuacan (Paulinyi, 2007, p. 334), p. 38 ), puede suponerse que con el paso del tiempo la tierra fue absor-
los mayas antiguos (Thompson, 2003, pp. 309-310), los mayas de Yucatán y biendo la idea del mundo y el cosmos y luego se igualó con ellos. Por
de los Altos de Chiapas del siglo XX (Villa Rojas, 1968, p. 131; Vogt, 1993, p. eso muchos autores mencionan esos significados adicionales para el
95; Thompson, 1997, p. 416). rombo y el cuadrado. Aquí se puede observar una evolución del con-
La idea de la tierra (mundo) cuadrangular produjo el concepto de la es- cepto cuadrangular: milpa-tierra-mundo.
tructura cuadripartita de esta, la cual consiste en la distinción de los cuatro Como señalé líneas arriba, con la aparición y el desarrollo de la agri-
lados de la tierra (mundo) y también de su centro. Es importante mencionar cultura, el rombo empezó a relacionarse con la tierra cultivable. En el
que dicho concepto fue desarrollado después del concepto de la dualidad territorio del México antiguo la agricultura se desarrolló entre el quinto
que es el más antiguo de todos (Petrujin, 1988, p. 437; Toporov, 1992, p. 630). y el primer milenio antes de nuestra era (Nalda, 2004, p. 46). Una de las
Sobre el concepto cuadripartita existen varios datos que confirman plantas más reverenciadas entre los pueblos de Mesoamérica era y es el
su amplia difusión por toda Mesoamérica y en especial entre los mayas. maíz, que ya se cultivaba para el 5000 a. C. (Harrison, 2006, p. 71). Aunque
Prácticamente toda la base de la religión maya estaba relacionada con no se sabe con certeza cuándo empiezan a cultivar el maíz los mayas,
el concepto del cuadrado: cuatro Bacabes en las cuatro direcciones del las impresiones de granos de maíz encontradas en la cerámica de los
mundo; cuatro ceibas sagradas en los cuatro lados del mundo; dioses alrededores de Izapa, aproximadamente de 1000 a. C., nos dan una idea
agrupados en cuatro, etcétera (Thompson, 2003, pp. 309-310). sobre el cultivo y consumo de maíz en las tierras adyacentes de los ma-
Esa idea todavía se conserva entre los indígenas mayas de Zinacan- yas (Kolpakova y Lee, 2013, p. 93 ). Entonces, puede inferirse que, al igual
tán, en donde las milpas presentan altares de cruz que marcan las es- que en el Viejo Continente, con la aparición de la agricultura en Meso-
quinas y el centro del campo (Vogt, 1993, p. 91). Además, hay que recordar américa el rombo empezó a identificarse con la tierra, en particular, con
que la división en cuatro lados formaba parte de varios aspectos de la el campo de maíz.
vida de los mayas. Por ejemplo, Diego de Landa señala que en las aldeas Ejemplos antiguos de rombos en Mesoamérica pueden verse en la ce-
mayas se hacían montones de piedra en las cuatro partes del pueblo (De rámica del periodo Preclásico de diferentes partes de México (figuras 10a,
Landa, 1986, p. 63). Dicha división la encontramos también en tiempos b y c.). El textil más antiguo con rombos, datado para el Preclásico Medio
recientes en Yucatán, donde las aldeas son concebidas como un cua- (455-355 a. C.), se conservó en la Cueva de El Gallo, en el estado de Morelos
drado que tiene cuatro entradas principales en las cuatro “esquinas” del (figura 10d) (Vargas Ramos, 2011, p. 39).
pueblo (Villa Rojas, 1968, p. 130). No obstante, en el periodo Clásico las imágenes de la tierra se vuelven
Los mayas de Yucatán y de San Juan Cancuc también hacen referen- más numerosas y variadas. Además del cuatrifolio y la greca escalona-
cia a las cuatro esquinas de la tierra-mundo (Gabriel, 2013, p. 280 ; Figue- da, los mayas utilizaron el diseño de “T” para representar a la tierra fértil
rola Pujol, 2010, p. 109 ) que bien podrían manifestarse en el rombo. Así, (Baudez, 2003, p. 54-63; 2004, p. 135; 2007, p. 38). A pesar de eso, los diseños
el rombo sería un diagrama cósmico compuesto por el centro y cuatro romboidales son bastante comunes en la vestimenta maya de esa época
esquinas de la tierra. (figura 4), lo cual nos lleva a suponer que a pesar de los distintos diseños
Si tomamos en cuenta que para los indígenas mayas “la Tierra in- utilizados en el Clásico y Posclásico para representar a la tierra, los dise-
cluye no sólo el suelo y las plantas y animales que sobre él viven, sino ños antiguos de rombo y reja no fueron olvidados o sustituidos, sino que
que se trata de un concepto mucho más amplio, que abarca toda la se utilizaron de forma paralela con otros diseños.

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Alla Kolpakova La tierra romboidal

Ahora, hay que examinar la idea que han propuesto algunos investi- Después de examinar las propuestas anteriores lo primero que se pue-
gadores de atribuir al rombo el significado de espacio vertical a partir de de señalar es la omisión de la existencia de varios tipos de rombos y el en-
la ruta que describe el movimiento diario del Sol. Marta Turok en su artí- foque en la interpretación de una sola variante. El rombo del que hablan
culo “El “huipil” de la Virgen de Magdalenas” (1995) piensa que el rombo o los investigadores mencionados es una de las variantes del rombo con
“diamante” es la representación del universo con tres planos: inframundo, diseño “complejo”. Son varias ideas sobrepuestas a este rombo: la órbita
tierra y cielo (figura 10e). Al centro está el sol, en el plano del inframundo del Sol de este a oeste, los cargadores del cielo, los solsticios de verano
se muestra su paso diario de oriente a poniente, en el plano terrestre se y de invierno, cuatro puntos cardinales y esquinas de milpa, y hasta el
ven los 4 vashakmen en las esquinas del mundo y la milpa, los 8 hombres quincunce. Para ordenar dichas ideas hay que empezar con la relación del
que sostienen cada plano. En el plano celestial se muestran los solsticios rombo con el sol y su trayectoria.
para indicar las fechas de siembra y cosecha (Turok 1995, p. 138). Como vimos, todos los investigadores señalan la presencia del Sol y su
Ideas similares encontramos en los trabajos de Walter F. Morris (Mo- ruta del movimiento diario en la imagen del rombo en los textiles mayas.
rris, 1987b; 1993; 2006). En su libro “Presencia Maya” (1987b), refrendando la Surge la pregunta del origen de esta suposición.
propuesta de Marta Turok, describe al rombo como diseño en forma de Al seguir el rastro de esta idea llegamos al trabajo de William Holland
diamante que simboliza el diseño del universo, con el sol de mediodía “Medicina maya en Los Altos de Chiapas” (1978) quien hace un dibujo de
en el centro y cuatro pequeños rombos que indican las direcciones car- cosmología tzotzil (Figura 10f). Ese dibujo representa el movimiento diario
dinales. El camino del sol de este a oeste es mostrado por una pequeña del Sol como una especie de rombo vertical escalonado: sol del mediodía,
línea que conecta los diamantes superior e inferior con el del sol central sol nocturno, amanecer y atardecer con el eje del mundo como una ceiba
(Morris, 1987b, p. 106). y con el horizonte marcado. Holland lo describe de la siguiente manera:
En su trabajo más reciente “Geometrías de la imaginación” (2006) hay desde fuera de la tierra el cielo es una enorme pirámide o montaña escalo-
un ligero cambio, ya que ahora los pequeños rombos en las esquinas son nada y desde abajo se asemeja a una cúpula o una taza volteada (Holland,
los cuatro puntos cardinales, donde Este y Oeste son colocados arriba y 1978, p. 69). Al parecer, su dibujo fue influenciado por el sonado concepto
abajo. Las repeticiones de los rombos en la prenda muestran el movimien- “montaña sagrada” representada por una pirámide escalonada.
to diario y anual del sol (Morris 2006, p. 42, 21). Posteriormente su dibujo fue reproducido por Alfonso Villa Rojas (1968)
El ultimo investigador es Kazuyasu Ochiai quien, en su artículo “Las y Gateth Lowe (1982) popularizándose de esa manera entre los investigado-
tejedoras de los Altos de Chiapas” (1997), retoma el tema del significado del res de la cultura maya. De esa manera la figura del rombo fue infundada-
rombo usando como base los trabajos de Morris. En su artículo considera mente vinculada al sol y a su trayectoria diaria, idea que todavía subsiste
que el rombo es una manifestación cosmológica tzotzil, simboliza la tie- entre los investigadores de la cultura maya.
rra, direcciones cardinales, el centro, el sol y su órbita diaria (Ochiai 1997, Pero todo indica que el concepto constituido por dos pirámides uni-
p. 66-67). En la ilustración que presenta sobrepone encima del rombo el das, el cual representa el esquema del plano vertical, no tiene relación
quincunce, que según él representa el plano horizontal de la tierra entre con la figura del rombo. Primero, si hubiese un diseño así, tendríamos
los tzotziles de San Andrés Larráinzar (Ochiai 1991, p. 213). Aunque según muchas imágenes en las que el rombo estaría dividido a la mitad por una
los datos etnográficos que él mismo presenta, la tierra se describe en forma línea horizontal, pero no hay rombos así. Segundo, como bien lo señala
de un cubo de aspecto cuadrado, como las casas indígenas, sostenida en Claude-François Baudez, hay mucha probabilidad de que la división del
las esquinas por cuatro pilares llamados yoyal balumil (Ochiai 1985, p. 43). espacio vertical haya sido importada a las tierras mayas desde el centro

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Alla Kolpakova La tierra romboidal

de México, en una época muy tardía y cercana a la Conquista. El concepto Por todo lo expuesto, el espacio vertical no puede ser aplicado al rom-
más ancestral para los mayas es la división cuadripartita horizontal, per- bo, ya que éste representa a la tierra como espacio horizontal. Por conse-
ceptible tanto en las representaciones iconográficas como en los rituales cuente, al rombo no se le puede aplicar nociones celestes como las rela-
(Baudez, 2004, p. 303, 304). cionadas con el Sol y su trayectoria diaria.3
Asimismo, la imagen del cielo semicircular estaba muy arraigada entre Al respecto, es importante señalar la connotación estelar que se le
los mayas. Por ejemplo, está presente entre los mayas clásicos y posclá- atribuye al rombo. Desde el periodo Preclásico se observa la utilización
sicos, entre los cuales el cielo formaba una bóveda o un arco en forma de del rombo en la escritura como signo para “estrella”; éste siempre es
“U” inversa por la cual circulaba el Sol y que se presentaba en forma de acompañado por cuatro puntos cerca de sus costados (figura 10j). En el
una serpiente o un monstruo-reptil, en ocasiones bicéfalos (Baudez, 2007, Clásico lo vemos colocado dentro de las bandas celestes (figura 10k). Pos-
p. 38). Eso lo podemos ver en la figura 10 g, donde está reconstruido el mo- teriormente, su imagen gráfica evoluciona y se convierte en una cruz
delo cósmico de los mayas clásicos; ahí la tierra, rodeada por el mar, es con cuatro puntos a los lados, que en la escritura maya se utiliza como
un cuadrado dividido en cuatro rumbos con el árbol cósmico en el centro signo para referirse a las estrellas o a Venus (Thompson, 1991, p. 108 ) (fi-
(Wagner, 2006, p. 286-287). gura 10l). Regresando a la vestimenta, a pesar de que este tipo de rombo
Este concepto prehispánico persistió hasta nuestros días y se puede ver en ocasiones se encuentra en los textiles prehispánicos del centro de
en el modelo del universo de los tzotziles, que presenta el mismo Kazuya- México, no logramos ver hasta ahora ningún ejemplo de éste en los tex-
su Ochiai, donde el cielo tiene forma de cúpula (figura 10 h) (Ochiai, 1991, p. tiles mayas contemporáneos.
212). Por tanto, si sumamos los datos expuestos en las páginas anteriores, Al final, para enfatizar la idea desarrollada en las páginas anteriores,
el modelo del mundo de los mayas de los Altos de Chiapas está compuesto hay que advertir que el material, el contexto y la representación gráfica
por dos planos: vertical (más reciente) y horizontal (más antiguo). El hori- son muy importantes a la hora de la interpretación iconográfica, como lo
zontal es un cuadrilátero (cuadrado o rombo) y el vertical es una elipse por podemos ver en el caso del rombo.
la cual circula el sol (figura 10i).
En cuanto al culto del Sol entre los mayas, como bien lo señala Eric
Thompson, fueron los jerarcas quienes se ocupaban de los movimientos
del Sol y cuando ellos desaparecieron, la gente común descuidó bastante
al dios del Sol (Thompson, 1997, p. 207, 295). Es interesante notar que los
mayas actuales de San Juan Cancuc perciben al cielo como un espacio di-
fuso, donde residen divinidades y santos; en cambio, la tierra está dotada
de una serie de poderes asombrosos, innatos, como si gozara de una vida
propia. Ella es un ser versátil, generoso y voraz a la vez (Figuerola Pujol,
2010, p. 281-282, 289). Es por eso que la observación de Thompson resulta
muy justa: lo que tiene más importancia para los mayas actuales es todo
lo relacionado con lo terrestre y no con lo que pasa en el cielo. Lo anterior
no significa que el Sol no tiene importancia para ellos, solo que el culto a 3
Sobre este tema falta analizar la relación de las cuatro esquinas del rombo con
los extremos solsticiales que marcan salidas y puestas del Sol sobre el plano horizon-
la tierra resulta ser más vital.
tal, creencia registrada entre los mayas de Yucatán.

— 52 — — 53 —
Alla Kolpakova La tierra romboidal

zFigura 8. Diseños romboidales en los textiles del mundo: a) faja, Indonesia; b) paño, Esto-
nia; c) falda, Tailandia; d) manta, República de Udmurtia, Federación de Rusia; e) manta, Sur
de Rusia; f) tapiz, Túnez. Museo Etnográfico de San Petersburgo, Rusia. Elaboración propia.

a b

c d

aFigura 9. Orígenes gráficos del rombo y su desarrollo en el arte mesoamericano: a) diseño


natural de piel de serpiente. Elaboración propia; b) diseño natural de piel de caimán. Elabo-
ración propia; c) escamas ganoides (romboidales) de peces depredadores [adaptación gráfica
de A. Kolpakova]; d) tortuga, Códice Madrid, 17a. Retomado de Lee Whiting, T. A., 1985, p. 93;
e) pectoral de jade representando un pez, tumba Margarita, Copán (450-500 d.C.), Clásico.
Retomado de Fields, V. M. y D. Reents-Budet, 2005, p. 251; f) cuerpo de serpiente, Palacio, Pa-
lenque, Clásico. Elaboración propia; g) monstruo cósmico bicéfalo, Palenque, Palacio, pasaje
este. Retomado de Baudez, C.-F., 2004, p. 109; h) pez monstruo en la pierna derecha del Señor
Joven, costa de Guatemala, Preclásico. Retomado de Clark, J. E., 2008, p. 179; i) cocodrilo terres-
tre, Códice Borgia, 27, tomado de Stone, A. J., 1995, p. 23; j) escena de nacimiento del dios del
maíz en un vaso maya (K6289). Retomado de The Maya Vase Book, vol. VI, p. 958 [adaptación
e f gráfica de A. Kolpakova].

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Alla Kolpakova La tierra romboidal

a b

a b

c d

c d

e f

f g h

i j g

— 56 — — 57 —
Alla Kolpakova

Sembrar, germinar, crecer

Las distintas fases del cultivo, desde la prepa-


ración del terreno, pasando por la siembra, el
viaje de la semilla por el interior de la tierra,
la maduración del grano, hasta la cosecha, se
convirtieron, en el imaginario mesoamerica-
h no, en manifestaciones del dios.

i Enrique Florescano

En un trabajo previo (Kolpakova, 2008) sobre los rombos en los textiles


mayas realicé una propuesta de clasificación e interpretación de éstos.
En los últimos años he reexaminado los resultados de esa clasificación
y le he hecho algunos cambios: reordené los rombos de acuerdo con su
diseño. Después de dicha reevaluación, he destacado las siguientes ca-
j k l racterísticas para el estudio:

zFigura 10. Rombo como plano terrestre: a) rombos en la cerámica de Tlatilco, Preclásico. Re- I. Rombos con elementos o diseños en su interior
tomado de Guliaev, V. I., 1992, p. 50; b) rombos en la cerámica maya, Preclásico, procedencia a) Rombo con punto
desconocida. Acervo del Museo Nacional de Antropología. Elaboración propia; c) rombos en la b) Rombo con cruz
cerámica de Raudal, Veracruz, Fase Chajil (1700-1450 a. C.). Retomado de García Cook, Á. y B. L.
c) Rombo con rombo
Merino Garrión, 2005, p. 100; d) rombos en el textil arqueológico, Cueva del Gallo, Morelos, Pre-
clásico Medio. Acervo del Museo Nacional de Antropología. Elaboración propia; e) rombo como d) Rombo con diseño “complejo”
representación del universo con tres planos según gráfica de Turok, M., 1995, p. 139 [adaptación
gráfica de A. Kolpakova]; f) cosmología tzotzil. Retomado de Holland, W., 1978, p. 70; g) esquema II. Rombos con elementos en su exterior (retoños)
del universo maya prehispánico. Retomado de Wagner, E., 2006, p. 286 [adaptación gráfica de A.
Kolpakova]; h) cosmología tzotzil. Retomado de Ochiai, K., 1989, p. 94 [adaptación gráfica de A.
a) Retoños tipo a
Kolpakova]; i) modelo del universo maya, según datos etnográficos. Elaboración propia; j) glifo b) Retoños tipo b
168 de la estela 1 de La Mojarra, Veracruz, Preclásico. Dibujo de S. Méluzin [adaptación gráfica de
Alla Kolpakova]; k) detalle de la banda celeste inferior del mascarón antropomorfo con rasgos so-
III. Rombos agrupados
lares de la Estructura X de Kohunlich, Quintana Roo. Retomado de Fernández, C., en Arqueología
Mexicana, 71, p. 67 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; l) glifo T510b representando a la estrella a) En forma de reja
Venus. Retomado de Thompson, J. E. S., 1997, p. 108 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]. b) En una línea

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Alla Kolpakova Sembrar, germinar y crecer

Cabe destacar que un solo rombo puede presentar diferentes caracte- bradas en ella (Golan, 1994, p. 86). Al parecer así lo consideraban también
rísticas al mismo tiempo, por ejemplo, puede tener un elemento dentro los antiguos mayas, ya que, en su arte, según Yuriy Knorozov, un círculo
y también retoños. Para el análisis, destaqué los tipos de rombos más pequeño puede representar a la semilla, la gota, el orificio e incluso el ojo
frecuentes y numerosos que forman un tipo distintivo. Pero, además de (1963, p. 264). Por ejemplo, el grafema 084 del catálogo del Knorozov (figura
éstos, existen otros tipos como mitades de rombos, rombos que acom- 11r) se refiere al campo cultivado (tierra) donde se ven las filas de puntos-
pañan a otros diseños (como la cruz de San Andrés) y otros casos parti- semillas. La misma semilla es representada por una figura ovalada con
culares poco notables por su cantidad. Por ello, estos últimos no fueron un punto adentro: grafema 112 del mismo catálogo (figura 11s). En el arte
tomados en cuenta para este estudio. olmeca hay una imagen similar a la del grafema 112. La encontramos en
la Estatuilla de los Tuxtlas, en el glifo 1 (figura 11t) que icónicamente se
trata de un rectángulo (tierra) con un pequeño círculo (grano, semilla de
I. Rombos con elementos o diseños en su interior maíz). Ese glifo puede interpretarse, según Piña Chan, como “tierra con
maíz en los surcos” o “milpa sembrada de maíz” (1997, p. 257).
a) Rombo con punto Además, Terence Grieder nota que en el continente americano “la
eyaculación del semen se simbolizaba con plumón blanco de semilla o
1) ¿Cómo está representado este diseño? plumón de ala, que es trasportado por el viento y se posa suavemente
Ese tipo representa a un rombo con un punto en su centro (figura 11a). sobre la tierra” (1987, p. 171). Si consideramos las creencias de que “a me-
Existen varios ejemplos en los que dentro del rombo hay cuatro o más nudo el agua que cae desde el cielo y hace la tierra fértil se comparaba
puntos (figuras 11b y 11c). En algunos casos el punto está dentro de otro con el torrente de esperma del dios del cielo enviado a la madre tierra”
rombo más pequeño (figura 11d) y el rombo presenta retoños de diversos (Biedermann, 1996, p. 73 ), y de que “el agua celeste […] es la materia fer-
tipos (figuras 11e y 11f). tilizante que desde lo alto del cielo cae sobre la tierra […] como cae el
grano tirado por el agricultor” (Girard, 1949, p. 844), entonces se puede
2) ¿Qué o quién está representado en este diseño? conjeturar que en ciertos contextos los puntos no sólo representan se-
Hay que notar que la representación de rombo con punto adentro es millas sino, por extensión, semen divino que cae desde el cielo a la tierra
un motivo de gran antigüedad; por ejemplo, se encuentra en Francia para fertilizarla.
(Paleolítico) y en Irán (5000 años a. C.) (figuras 11g y 11h). En cuanto a las Una creencia similar se encuentra en Veracruz: los huastecos creen
fuentes arqueológicas mesoamericanas, dichos rombos los podemos ver en un cocodrilo terrestre-hembra que es fertilizada por seres celestia-
en diversos materiales arqueológicos como cerámica, pintura rupestre y les, pequeños dioses de la lluvia, el trueno y el relámpago (Stresser-
sellos a partir del periodo Preclásico (Figuras 11i, 11j y 11k). En los periodos Péan, 1952, citado en Thompson, 1997, p. 268 ). De esta manera se expresa
Clásico y Posclásico destaca la cantidad de representaciones de vesti- la condición necesaria para obtener una cosecha abundante: la tierra
menta adornada con reja con puntos en cada celda (figuras 4a, 11l, 11m y es fértil, pero debe ser fertilizada por los poderes fecundantes del cielo
11n). Entre los textiles de otros países y de México es un motivo bastante (Florescano, 2004, p. 28 ). Así la reproducción de las plantas se asemejaba
usual (figuras 8, 11o, 11p y 11q). a la de los humanos.
En cuanto a su significado, si el rombo simbolizaba la parcela, enton- Un dato interesante lo proporciona López Austin (1998a) sobre el pro-
ces los puntos en el centro del rombo representaban a las semillas sem- ceso de fertilización de la tierra:

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Alla Kolpakova Sembrar, germinar y crecer

Acompañando a las lluvias, también invadían el mundo los ‘corazones’ de b) Rombo con cruz
las especies vegetales y las fuerzas de la germinación y el crecimiento. En
las milpas se unían las semillas sembradas […], los invisibles ‘corazones’ 1) ¿Cómo está representado este diseño?
de las plantas, el agua y las fuerzas de las diosas productoras. (p. 13) Este tipo consiste en un rombo que presenta una cruz en su centro (fi-
guras 12a-12c).
De esta manera se daba origen a una nueva planta. Ese dato aplicado
a la iconografía textil puede sugerir que el motivo de un pequeño rombo 2) ¿Qué o quién está representado en este diseño?
con punto dentro incluido en otro rombo más grande debe representar El motivo del rombo con cruz dentro es conocido en otros países desde hace
al grano (rombo) y al corazón de la planta (punto dentro). muchos milenios (figura 12d). Los ejemplos mesoamericanos de esta varian-
Otra posible interpretación del punto dentro del rombo podría ser te normalmente se presentan con escalones y podemos verlos en la cerámi-
como centro de la tierra o su ombligo. En Mesoamérica el ombligo tenía ca, arquitectura y otras fuentes (figuras 12e y 12f). Se observa a menudo en
un simbolismo importante y era comparado con el ombligo del mundo la vestimenta de los antiguos mayas y nahuas (figuras 12g y 12h) y también
el cual, a su vez, era el centro de la Tierra (López Austin, 1989, pp. 65, 216). se encuentra en los textiles contemporáneos de México (figura 12i-12k).
Para los mayas actuales el ombligo de la persona es equivalente al de la Sobre su significado, Ribakov opina que este tipo de rombo apareció
milpa y el centro es equiparado con el ombligo del mundo (Hirose López, gracias al desarrollo de las concepciones geográficas: “Al concepto de la
2003, p. 65; Vogt, 1993, p. 95). tierra cuadrada se sumaron las nuevas concepciones sobre las coorde-
Como vimos, el motivo de reja con puntos dentro de cada celda esta- nadas geográficas y sus ejes: norte-sur, este-oeste” (1981, p. 49). Ideas si-
ba muy difundido en la iconografía mesoamericana. Encontré un ejem- milares estaban presentes entre los antiguos mesoamericanos, quienes
plo llamativo de este motivo en el arte olmeca, en la cerámica de San Lo- creían que la superficie terrestre estaba dividida en cruz, en cuatro seg-
renzo (figura 11u). Este diseño es interpretado por Taube y Saturno (2008, mentos (López Austin, 1989, p. 65). Las mismas ideas están todavía pre-
p. 307) como cuatro mazorcas de maíz que se relacionan con los cuatro sentes entre los chortís de Guatemala, según los cuales la cruz terrestre
puntos cardinales alrededor de un círculo cruzado que quizá representa parte en cuatro secciones la tierra (Girard, 1949, p. 570).
el centro del mundo. Se ve que las mazorcas están representadas por Partiendo de la idea de que la cruz no sólo es el diseño para marcar
medio del motivo de reja romboidal con puntos en cada rombo. Enton- los cuatro lados del mundo sino también de lo sagrado, Golan cree que
ces puede suponerse que en esta imagen vemos la representación de los la fusión del rombo con la cruz es el diseño de la tierra como elemento
granos de maíz con su “corazón” adentro. Por tanto, se entiende que un divino (Golan, 1994, p. 105).
conjunto de rombos con puntos en sus centros simbolizaría el total de la Otro significado para la cruz dentro del rombo podría ser el centro
tierra sembrada, así como su posibilidad de dar frutos. (ombligo) de la tierra o mundo, ya que en el ombligo se ubica la cruz
principal de las tres que forman parte de la estructura del cuerpo huma-
3) ¿Por qué o para qué está representado este diseño? no; esa cruz se refiere al “ombligo de la tierra” (Villa Rojas, 1980, García,
Es probable que en este tipo de rombo se reflejara la idea del centro (om- et. al. 1996, citados en Hirose López, 2003, p. 22; Hirose López, 2003, p. 65).
bligo) de la tierra o del mundo. Desde el punto de vista del ciclo agrícola, Lo interesante es que los mayas contemporáneos dan a ese diseño el
su imagen se ponía en los textiles para representar a la primera etapa nombre de “el ojo en el cielo” o “la semilla en la tierra” (Morris, 2006, p. 37).
del ciclo agrícola: la siembra. Es posible que el segundo corresponda a una de las posibles interpreta-

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Alla Kolpakova Sembrar, germinar y crecer

ciones del rombo con una cruz dentro, sólo que ahora podría representar 3) ¿Por qué o para qué está representado este diseño?
a una semilla que ya germinó. Es posible que un rombo dentro del otro representara una semilla o el
ombligo de la tierra. Además, varios rombos dentro de un rombo se usa-
3) ¿Por qué o para qué está representado este diseño? ban para representar la idea de los niveles de la Tierra.
Las cruces en el centro de los rombos probablemente reflejaban la idea
del centro de la tierra y del mundo, al igual que marcaban las cuatro sec- d) Rombo con diseño “complejo”
ciones de la tierra. Este tipo de rombo podría representar la semilla sem-
brada en la tierra que comenzó a germinar. Así se expresaba la segunda 1) ¿Cómo está representado este diseño?
etapa del ciclo agrícola: la germinación de las semillas sembradas. Este tipo de rombo está compuesto por un pequeño rombo en cuyo cen-
tro parten una o dos volutas en cada lado, acompañadas por cuatro rom-
c) Rombo con rombo bos pequeños, uno en cada esquina (figuras 14a-14e). A su vez, todo está
dentro de otro rombo más grande que a veces se compone por dos o tres
1) ¿Cómo está representado este diseño? líneas paralelas y de éste parten los retoños a los lados y esquinas en
Antes que nada, hay que señalar que es un tipo muy frecuente en los algunas ocasiones. A veces ese rombo está agrupado con otros similares
textiles mayas de los Altos de Chiapas. Representa a un rombo que con- (figuras 14f-14h).
tiene uno, dos o tres rombos en su interior, en ocasiones con un pequeño
punto o una cruz en el centro (figuras 13a y 13b). Existen casos en que de 2) ¿Qué o quién está representado en este diseño?
estos rombos se desprenden retoños (figuras 13c y 13d). Las imágenes de este tipo de rombo se encuentran en los textiles con-
temporáneos de otros países y de México (figuras 14h-14n y 8d). Es intere-
2) ¿Qué o quién está representado en este diseño? sante notar que, con el paso de tiempo, en los textiles nahuas el interior
Al igual que los dos tipos anteriores, el rombo con otro rombo dentro es de estos rombos se transformó en un motivo floral (figuras 14l-14n).
un motivo muy antiguo (figura 13e). Lo podemos ver en el arte mesoame- En cuanto a su interpretación, varios investigadores lo relacionan con
ricano procedente de diferentes fuentes (figuras 13f-13h, 11i y 11k). En las el movimiento del Sol (Turok, 1976, p. 128 ; Ochiai, 1997, p. 66; Morris, 1987b,
imágenes de vestimenta prehispánica, abunda en códices y estelas (figu- p. 106). Pero, como ya vimos, el rombo representa el plano horizontal y
ras 13i-13k, 4a). Es igual de popular entre los textiles contemporáneos de no vertical.
México y Guatemala (figuras 13l-13o, 11p y 11q). Por su parte, Walter Morris señala que este rombo es la representa-
El significado de un pequeño rombo dentro de otro se asemeja al del ción del mundo con los cuatro puntos cardinales (Morris, 2006, p. 42). Las
rombo con un punto adentro: aquí el rombo pequeño podría representar tejedoras contemporáneas también proporcionan el significado de “los
al centro (ombligo) de la tierra o la semilla sembrada. Cuando se presen- lados de la tierra” a ese diseño (Morris, 2006, p. 43). Concordando con Mar-
tan varios rombos colocados uno dentro de otro formando una especie de ta Turok (1995, p. 138 ), pienso que los cuatro pequeños rombos podrían
perspectiva, es probable que se trate de la representación de una rejoya, representar los cuatro Waxakmen tzotziles, los cuatro Chahks o Bacabs
una cueva o incluso de la noción sobre los niveles de la Tierra, la cual, yucatecos o los cuatro Tlaloques aztecas, quienes sostienen al mundo o
según las creencias mesoamericanas, estaba compuesta de diferentes ca- al cielo y se encuentran en las esquinas del mundo. Esa creencia estaba
pas (Miller y Taube, 2004, p. 177). difundida durante la época Clásica en Mesoamérica y todavía persiste

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Alla Kolpakova Sembrar, germinar y crecer

entre los indígenas mayas (Vogt, 1993, p. 91; García Barrios, 2008, p. 205;
Cuadro 3. Variantes de rombo “complejo”
López Austin, 1989, p. 66; Villa Rojas, 1968, pp. 130 -133 ). Una imagen rela-
cionada con esta idea se encuentra en la caja ritual de piedra de Pedre-
gal de Tizapán (San Ángel, Ciudad de México) donde se encuentran los Posibles significados
cuatro Tlaloques en los cuatro lados del mundo (figura 14 o). Además de
los cargadores del cielo, el soporte del cielo podía aparecer como cuatro
árboles (ceibas) (López Austin, 1989, p. 66). Entonces, ese tipo de rombos
podría representar la creencia sobre los cuatro soportes del mundo en 1. Los cuatro soportes del mundo y el cielo
forma de cargadores gigantes o ceibas.
Existe una variante de ese rombo que destaca la posición vertical
y las dos figuras se sustituyen por rombos grandes igualados al rom-
bo central (figuras 14b y 14g). Turok y Morris proponen que estos dos
rombos representan los dos puntos cardinales más importantes: el este
y el oeste (Morris, 2006, p. 42; Turok, 1976). La idea sobre la oposición La oposición oriente-poniente
2.
binaria oriente-poniente es de suma importancia y todavía se encuen-
tra registrada entre los mayas contemporáneos de Yucatán, Chiapas
y Guatemala (Villa Rojas, 1968, pp. 138-140 ; Vogt, 1993, p. 96 ; Ochiai, 1997,
p. 66). Aunque, debo admitir que hasta ahora no he encontrado imáge-
nes similares de la representación de la oposición binaria, por lo que 3. El modelo del mundo

esta interpretación es la única que tengo para dicha variante de rombo


“complejo”. En ocasiones, dicho rombo está incluido en otro más grande
(figuras 14d y 14 e). Morris propone que es una representación de los cua-
tro lados del mundo (2006, p. 43). Concuerdo con él y creo que este tipo de Fuente: Elaboración propia.

rombo podría representar el modelo del mundo en miniatura mediante


una imagen de la tierra con su centro, cuatro soportes-esquinas y una
variedad de plantas a su alrededor.
Entonces destacamos tres variantes de rombo “complejo”. Probable-
mente muestra la creencia común en Mesoamérica y entre los mayas:
cuatro Bacabs o ceibas en las esquinas de la Tierra que sostienen al cielo
y al mundo. La segunda variante posiblemente representa la oposición
de oriente-poniente. Y el último tipo representa un modelo del mundo-
Tierra que hace énfasis en su fertilidad y riqueza (cuadro 3).

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Alla Kolpakova Sembrar, germinar y crecer

3) ¿Por qué o para qué está representado este diseño? Ejemplos de retoños tipo b se encuentran en Asia Menor desde hace
El rombo “complejo” en todas sus variantes es un reflejo de la cosmovisión 5 000 -6 000 años a. C. (figura 13e), también los observamos en los sellos e
de los mayas, éste se ponía en la vestimenta para manifestar principales imágenes de textiles prehispánicos (figuras 7b, 15j, 15k y 13h). En la indu-
ideas cosmológicas. mentaria contemporánea de otros países, ese tipo de rombo está bastan-
te difundido (figura 8a, 8d y 14 h). En México y Guatemala los encontra-
mos también con frecuencia (figuras 15i, 11o, 12j y 14k).
II. Rombos con elementos en su exterior (retoños) Sobre la interpretación de ambos tipos de retoños, Golan señala que
el rombo representa la tierra, mientras que las ramificaciones simbolizan
Muchos de los rombos difundidos en los textiles mayas están represen- los retoños que están creciendo sobre ella (Golan, 1994, p. 87). Un ejemplo
tados con ramificaciones de diferentes tamaños y formas que parten de ilustrativo de ese proceso se ve en un malacate en el que, desde el rombo,
sus cuatro lados. He destacado dos tipos: retoños tipo a y retoños tipo b. en los cuatro lados, se desprenden las plantas (figura 15m). Aquí se puede
observar el proceso de crecimiento de las plantas sobre la tierra sembrada.
1) ¿Cómo está representado este diseño?
a) Retoños tipo a 3) ¿Por qué o para qué está representado este diseño?
Son los retoños cortos y rectos que salen de los rombos en sus dos o cua- Es probable que los rombos con retoños representan la segunda y terce-
tro lados y generalmente son 8 o 12 (figuras 15a-15c y 12b). ra etapa del ciclo agrícola: la aparición de los primeros brotes y el creci-
b) Retoños tipo b miento de los cultivos sobre la tierra.
Son los retoños en forma de greca que se desprenden de las esquinas del
rombo principalmente (figuras 15g, 11e, 11f y 13c). En el caso de los rombos
“complejos”, los retoños se desprenden también de los lados (figuras 15i, III. Rombos agrupados
14a y 14c-14f). Hay ejemplos donde los retoños tipo b a su vez están cu-
biertos por los retoños tipo a (figuras 15h, 15i, 13d, 14c y 14e). Entre los textiles mayas encontré varios ejemplos de conjuntos de rom-
bos. La manera más difundida, como lo vimos, es agrupar los rombos en
2) ¿Qué o quién está representado en este diseño? forma de reja. Otra manera consiste en juntarlos en una línea vertical u
Ejemplos de retoños tipo a pero transformados en forma de escalones4 se horizontal.
hallan en el arte mundial desde hace 5000 años a. C. (figura 12d). En el arte
prehispánico los vemos en sellos y textiles (figuras 15d, 12e, 12g y 13i). En a) En forma de reja
la indumentaria contemporánea de otros países, rombos con retoños de
ese tipo son muy populares (figuras 8b, 8e y 14h), en México y Guatemala 1) ¿Cómo está representado este diseño?
los encontramos también muy a menudo (figuras 15e, 15f, 13l-13n). El primer tipo de agrupación consiste en una reja que puede estar com-
puesta por varios tipos de rombos (rombos simples, rombos con un ele-
mento adentro o rombos “complejos”) (figuras 16a-16c, 14d, 14f y 14g). Di-
Debido al material y a la técnica de elaboración, es más fácil hacer un escalón
4
cha reja puede abarcar toda la prenda o sólo una parte.
que un retoño, sobre todo si es tallado en piedra. Al parecer, por esa razón los artistas
prehispánicos optaron por sustituir retoños por escalones. (Nota de la autora).

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Alla Kolpakova Sembrar, germinar y crecer

2) ¿Qué o quién está representado en este diseño? hispánico o mundial. La única imagen que logramos ver se encuentra en
Algunos ejemplos de esta forma de agrupación ya la vimos anteriormen- los textiles contemporáneos de Oaxaca (figura 12i).
te y notamos que es una de las maneras de decorar más populares en la En cuanto a su interpretación, creo que esos rombos unidos en línea
vestimenta tanto de la época prehispánica como de la actualidad (figu- podrían representar la capa terrestre de la misma manera como lo pode-
ras 16d, 16e, 11l-11n, 12h, 13i, 13j, 14h, 14m y 14n). mos ver en el Códice Zouche-Nuttal, donde la tierra está mostrada me-
De acuerdo con Rafael Girard, la reja romboidal representa la milpa diante una línea de rombos dentro de los cuales se encuentra una planta
subdividida en terrenos cuadrados por que “Tanto el altar como la milpa (figura 16m). Esa imagen podría concordar con la línea de los rombos de
y el mundo no son sino representaciones del plano cósmico imaginado los que parten retoños que presentan a la tierra florecida (figura 16h).
como una gigantesca red cuadriculada que cubre todo con sus mallas”
(Girard, 1949 : 570 ). Considero esta interpretación viable ya que el Popol- 3) ¿Por qué o para qué está representado este diseño?
Vuh subraya la importancia que tuvo el medir y dividir la tierra al mo- Al parecer, este tipo de agrupación de rombos se ponía en la vestimenta
mento de su creación (Recinos, 1978, p. 24). probablemente para representar a la tierra o, en específico, a la capa
terrestre.
3) ¿Por qué o para qué está representado este diseño? Al finalizar el análisis del rombo se puede notar su constante relación
Este tipo de agrupaciones de rombos sería entonces el diseño que repre- con la tierra y, en específico, con el ciclo agrícola. En los textiles se encuen-
senta la tierra cultivable dividida en parcelas y podría reflejar la etapa tran representaciones de todas sus etapas: la preparación del terreno de
inicial del ciclo agrícola: la preparación del terreno de cultivo. cultivo, la siembra, la germinación de las semillas sembradas, la aparición
de los primeros brotes y el crecimiento de los cultivos sobre la tierra. No
b) En una línea sorprende que la temática principal de la iconografía textil sea la fertili-
dad terrestre, ya que ésta era la preocupación primordial del campesino
1) ¿Cómo está representado este diseño? en cualquier parte del mundo. Todos los ritos, rezos y ceremonias de ma-
Este tipo de agrupación está formado mediante rombos que forman una gia agraria se realizaban con una sola meta: obtener una buena cosecha.
línea horizontal o vertical. Son varios tipos de rombos que pueden estar Una condición indispensable era el agua, representada en la iconografía
colocados en una fila, pero usualmente son rombos con un elemento bajo la forma de zigzags y líneas onduladas (Golan, 1994, p. 82; Maslova,
adentro (figuras 16f-16h, 16k y 16l). 1978, p. 159 ; Girard, 1949, pp. 1066, 1082, 1086). Por ello los diseños que unen
rombos con representaciones de agua reflejan la preocupación de los an-
2) ¿Qué o quién está representado en este diseño? tiguos y modernos campesinos por obtener una cosecha abundante.
La variante horizontal está más difundida que la vertical. La encontra- La conservación de las representaciones de las etapas principales del
mos en la cerámica de Irán (5 000 a. C.) y en el material prehispánico ciclo agrícola en los textiles se debe a la gran vitalidad de la magia agra-
(figuras 16i, 11h, 11k y 13g). Hay ejemplos de esta variante en los textiles ria en la esfera rural, lo que permitió la preservación de rasgos muy ar-
de otros países (figuras 8a-8c y 8e) y entre los textiles contemporáneos de caicos (Ambroz, 1966, p. 72).
México y Guatemala (figuras 16j, 11o y 11p). Después de todo esto surge la pregunta: ¿Qué relación hay entre la
La variante vertical se encuentra raramente en los textiles de los Al- vestimenta femenina y el ciclo agrícola? La respuesta a ésta y otras pre-
tos (figuras 16k y 16l) y no encontramos ejemplos similares en el arte pre- guntas la encontrará el lector en el siguiente capítulo.

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Alla Kolpakova Sembrar, germinar y crecer

zFigura 11. Rombo con punto adentro: a) diseño de Tenejapa, Chiapas. Retomado de Morris,
W. F. 2006, p. 69; b) diseño de Pantelhó, Chiapas. Retomado de Morris, W. F. 2006, p. 139; c)
diseño de Pantelhó, Chiapas. Retomado de Morris, W. F. 2006, p. 138; d) diseño de Pantelhó,
Chiapas. Retomado de Morris, W. F. 2006, p. 148; e) diseño de Tenejapa, Chiapas. Retomado de
Morris, W. F. 2006, p. 69; f) diseño de Chalchihuitán, Chiapas. Retomado de Morris, W. F. 2006, p.
a b c d e f 145; g) arte rupestre, Lorte, Francia, Paleolítico. Retomado de Elinek, Y. 1985, p. 456; h) cerámi-
ca antigua de Irán, 5000 a. C. Retomado de Golan, A. 1994, p. 292; i) arte rupestre, Actun Dzib,
Yucatán. Retomado de Stone, 1995, p. 92; j) cerámica de Teotihuacán, Clásico. Retomado de
Cardos de Méndez, A., 1990, p. 319; k) rombo con punto, sello, San Luis Potosí. Retomado de
Enciso, J., 1953, p. 6; l) figurilla de Tlatelolco, Postclásico. Acervo del Museo Nacional de Antro-
pología, México. Elaboración propia; m) deidad lunar maya, Clásico. Retomado de Taube, K.

h i j k A. 1992, p. 87; n) figurilla maya, Clásico. Acervo del Museo Nacional de Antropología, México.

g Elaboración propia; o) huipil, siglo XX, Oaxaca. Acervo del Museo Nacional de Antropología,
México. Elaboración propia; p) huipil de los mames, 1930, Guatemala. Centro de Textiles del
Mundo Maya, Acervo del Museo de los Altos de Chiapas Ex Convento Santo Domingo de
Guzmán. Elaboración propia; q) manta, siglo XX, Querétaro. Acervo del Museo Nacional de
Antropología, México. Elaboración propia; r) grafema 084, “campo cultivado (tierra)”. Retoma-
do de Knorozov, Y., 1963, p. 309 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; s) grafema 112, “grano”.
Retomado de Knorozov, Y., 1963, p. 310 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; t) glifo 1, “milpa
sembrada de maíz”, estatuilla de Tuxtla, Veracruz, Preclásico. Retomado de Piña Chan, R.,
1997, p. 260 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; u) mazorcas de maíz en la cerámica de San
Lorenzo, Preclásico. Retomado de Taube, K. A. y W. A. Saturno, 2008, p. 303.

l m n

aFigura 12. Rombo con cruz adentro: a) diseño de Aldama, Chiapas. Retomado de Morris,
W. F., 2006, p. 93; b) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, 2006, W. F., p. 151;
c) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 104; d) cerámica an-
tigua de Turkmenia 5000-4000 a. C. Retomado de Golan, A., 1994, p. 294; e) sello cilíndrico de
p q cerámica, región zoque, Preclásico Tardío-Clásico Temprano. Acervo del Museo Regional
o de Tuxtla Gutiérrez. Elaboración propia; g) diseño en el huipil de la señora Xook, Dintel 24,
Yaxchilán, Clásico, mayas [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; f) tablero en el templo,
Mitla, Oaxaca, Postclásico. Retomado de López Austin, A. y L. López Luján, 1997, lám. 26; h)
figurilla de Tlatelolco, Posclásico. Acervo del Museo Nacional de Antropología. Elaboración
propia; i) huipil, siglo XX, Oaxaca. Acervo del Museo Nacional de Antropología. Elaboración
propia; j) bordados quichés, mediados del siglo XX, Guatemala. Retomado de Girard, R. 1949,
p. 1064 [adaptación gráfica de Alla Kolpakova]; k) manta, siglo XX, Querétaro. Acervo del
r s t u Museo Nacional de Antropología. Elaboración propia.

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Alla Kolpakova Sembrar, germinar y crecer

a b c

a b c d

d
e f g h

e
i j k
g h

l m n o

i j k

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Alla Kolpakova Sembrar, germinar y crecer

zFigura 13. Rombo con otro rombo adentro: a) diseño de Tenejapa, Chiapas. Retomado de
Morris, W. F., 2006, p. 69; b) diseño de Tenejapa, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p.
69; c) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 130; d) diseño de
Chalchihuitán, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 144; e) Asia Menor, 6000-5000
a.C. Retomado de Golan, A., 1994, p. 278; f) arte rupestre, Actun Dzib, Yucatán. Retomado de
Stone, A. J., 1995, p. 93; g) cerámica pintada, El Olpeño, Michoacán, Preclásico. Retomado de
Oliveros Morales, J. A., 2005, p. 659; h) sello, Ciudad de México. Retomado de Enciso, J., 1953,
p. 26; i) detalle del huipil, estela 3, Yaxchilán, Clásico, mayas. Elaboración propia; j) huipil,
Matrícula de Tributos, lámina 4. Recuperado de la Biblioteca Digital Mexicana del Instituto
Nacional de Antropología e Historia, 2018a; k) diseños con rombos en la vestimenta maya,
cuarto 1, Bonampak, Clásico, mayas. [adaptación gráfica de I. S. Pincemin Deliberos; l)
huipil, siglo XX, Oaxaca. Acervo del Museo Nacional de Antropología, México. Elaboración
propia; m) rebozo, siglo XX, Oaxaca. Acervo del Museo Nacional de Antropología, México. a b c d
Elaboración propia; n) faja, siglo XX, huicholes. Acervo del Museo Nacional de Antropolo-
gía, México. Elaboración propia; o) huipil, nahua, Hidalgo. Acervo del Museo Nacional de
Antropología, México. Elaboración propia.

f g
e h

aFigura 14. Rombo “complejo”: a) diseño de Aldama, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., i j k l
2006, p. 93; b) diseño de Tenejapa, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 137; c) diseño
de Tenejapa, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 103; d) diseño de Tenejapa, Chiapas.
Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 86; e) diseño de Tenejapa, Chiapas. Retomado de Morris,
W. F., 2006, p. 123; f) rombo “complejo”, diseño de Aldama, Chiapas. Retomado de Morris, W. F.,
2006, p. 143; g) diseño de Tenejapa, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 108; h) manta,
siglo XX, República de Udmurtia, Federación de Rusia. Acervo del Museo Etnográfico de San
Petersburgo. Elaboración propia; i) textil contemporáneo maya, Quintana Roo. Retomado de
Alonso, Á. 1994, p. 19; j) sarape, siglo XX, Aguascalientes. Retomado de Gómez Poncet, J. 1992,
p. 84 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; k) quechquémitl, siglo XX, totonacas, Veracruz. m n o
Acervo del Museo Nacional de Antropología, México. Elaboración propia; l) huipil, siglo XXI,
nahuas, Hidalgo. Elaboración propia; m) huipil, siglo XXI, nahuas, Hidalgo. Elaboración pro-
pia; n) huipil, siglo XXI, nahuas, Hidalgo. Elaboración propia; o) 4 Tlaloques, caja de piedra,
Pedregal de Tizapán, San Ángel, Ciudad de México. Retomado de Krickeberg, W., 1995, p. 46.

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Alla Kolpakova Diseños mágicos

zFigura 15. Rombos con retoños: a) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris,
W. F., 2006, p. 83; b) diseño de Tenejapa, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 103; c)
diseño de Bochil, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 96; d) sello, Veracruz. Retoma-
do de Enciso, J., 1953, p. 41; e) huipil de los mames, 1930, Guatemala. Centro de Textiles del
Mundo Maya, Museo de los Altos de Chiapas. Elaboración propia; f) textil contemporáneo
maya, Quintana Roo. Retomado de Alonso, Á., 1994, p. 20; g) diseño de Pantelhó, Chiapas.
Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 84; h) diseño de Pantelhó, Chiapas. Retomado de Morris,
W. F., 2006, p. 165; i) diseño de Tenejapa, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 141; j)
a b c rombo con retoños, sello, San Luis Potosí. Retomado de Enciso, J., 1953, p. 41; k) huipil, Ma-
trícula de Tributos, lámina 13. Recuperado de la Biblioteca Digital Mexicana del Instituto
Nacional de Antropología e Historia, 2018b; l) bordado chinanteco, Oaxaca. Recuperado de
Arqueología Mexicana, 19, p. 55 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; m) rombo con retoños,
malacate, México. Recuperado de Enciso, J., 1971, p. 41.

d e f

g h i aFigura 16. Agrupaciones de rombos: a) diseño de Aldama, Chiapas. Retomado de Morris,


W. F., 2006, p. 116; b) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 106;
c) diseño de Aldama, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 143; d) deidad femenina,
Códice Madrid, 72a, 1400-1500 d.C. Retomado de Lee Whiting, T. A., 1985, p. 120; e) huipil de
Aldama (Magdalenas). Acervo del Museo de Sergio Castro. Elaboración propia; f) diseño
de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 142; g) diseño de Tenejapa,
Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 68; h) diseño de Aldama, Chiapas. Retomado de
Morris, W. F., 2006, p. 87; i) sello plano de Guerrero. Retomado de Enciso, J., 1953, p. 9; j) textil
contemporáneo maya, siglo XX, Quintana Roo. Retomado de Alonso, Á., 1994, p. 16; k) diseño
de Chamula, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 100; l) diseño de San Andrés, Chia-
j k l m pas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 67; m) Códice Zouce-Nutall, lámina 39. Retomado
del Acervo digital de la Fundación para el Avance de los Estudios Mesoamericanos, 1993.

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Alla Kolpakova

Ch’ulme’tik, hocker y anjel


a b c
Nacer significa tener raíz. Entre un hombre y la tierra que vio su
alumbramiento hay algo que parece a una relación de sangre.
El hombre que pertenece a un pueblo, pertenece no sólo
a su comunidad, sino también a la tierra de sus antepasados,
a la tierra de la cual él brotó, nació. La profundidad de este
sentimiento permite comprender el por qué un campesino maya
ama a su propia tierra y la considera sagrada.
Marta Ilia Nájera Coronado

En los textiles analizados existen numerosas figuras antropomorfas,


d
la mayoría de las cuales tienen sus torsos y cabezas representados por
rombos. El rombo, como vimos, es la representación de la tierra. Enton-
ces, para poder ubicar los rombos como parte de las figuras antropomor-
fas, es necesario explorar con qué conceptos era vinculada la tierra entre
f
los mayas y otros pueblos prehispánicos.
e Anteriormente mencioné la relación de la fertilidad de la tierra y de
la mujer (Ribakov, 1981, p. 42). Al respecto, varios investigadores señalan
que los agricultores mesoamericanos daban mucha importancia a los
vínculos entre la fecundidad de la mujer y la fertilidad agrícola (López
g i Austin, 2002, p. 33; Girard, 1977, p. 45). Eso lo observan los frailes durante
los tiempos de la Colonia: Ximénez, citando a Román y Las Casas, seña-
la que, en caso de no tener hijos, el médico o el hechicero entre tantas
cosas aconsejaban a la pareja que “durmiesen sobre la tierra desnuda.
h j Todo esto hacían porque sus dioses se aplacasen y les diesen hijos” (Xi-
ménez, 1977, p. 98). Entonces la fertilidad de la tierra se podía traspasar
a la mujer al igual que al revés: de la mujer a la tierra. Esa creencia se
m refleja en la costumbre de practicar la unión sexual entre parejas en la
k l plantación justamente cuando hacen las siembras para obtener abun-

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Alla Kolpakova Ch’ulme’tik, hocker y anjel

dante cosecha, práctica que se observa entre algunos pueblos de Améri- 2000, pp. 38, 250 ). Por ello, la mejor manera de representar gráficamente
ca del Sur (Girard, 1977, p. 85). dicha semejanza es mediante la imagen de un rombo-torso.
Los mayas antiguos creían que la tierra estaba vinculada con lo feme- Casi todos estos rombos-torsos tienen dentro un punto, una cruz o
nino y que era femenina (Thompson, 1997, p. 244; Lowe et al., 2000, p. 325). un rombo pequeño. La explicación a este tipo de imagen se encuentra en
Esa relación se preservó hasta nuestros días, ya que para los mayas chor- las figurillas de mujeres embarazadas provenientes del sitio arqueológi-
tís las ideas de la fertilidad del suelo están asociadas con la fecundidad de co Xochitécatl (Tlaxcala). Estas piezas tienen un orificio cuadrado en el
la mujer (Girard, 1949, pp. 202, 636; 1977, p. 84). Entonces, se puede atestiguar vientre el cual contiene, a su vez, a un bebé-feto (figura 17a). Esas muje-
la estrecha vinculación entre el poder fecundo de la tierra y de la mujer res portan atributos de la diosa huasteca de la Tierra, Tlazoltéotl (Serra
formada en los tiempos remotos y todavía presente en la cultura maya. Puche y Durand, 1998, p. 22). Creo que esas figurillas, que representan
Dicha vinculación puede ser explicada por el hecho de que, según Rafael el embarazo de una manera tan singular, son un análogo de las figuras
Girard, las mujeres han desempeñado un papel decisivo en la domestica- femeninas en los textiles de Chiapas.
ción y cultivo de las plantas durante los tiempos de inicio de la agricultu- Se puede suponer que, así como las artesanas de Xochitécatl (Tlax-
ra: la mujer era responsable de cultivar la huerta doméstica, actividad que cala) representaban al feto dentro del vientre de la mujer, las antiguas
practicó a lo largo de varios milenios (Girard, 1977, pp. 45, 98-99). tejedoras mayas ponían un rombo con una cruz o un rombo con un pun-
La función de la mujer como sembradora todavía se registra durante to dentro del rombo-torso de las figuras femeninas para señalar el em-
finales del siglo XIX entre algunos pueblos de América como los talaman- barazo (figuras 17b y 17c).
cas de Panamá, quienes dejan la tarea de sembrar y cosechar a las mu- Por otra parte, los habitantes del continente americano entendían
jeres ya que, según ellos, como las mujeres paren solas, les toca sembrar que el crecimiento de las semillas en la tierra era similar al crecimiento
y cosechar solas para que haya frutos. Los hombres, por su parte, des- del feto dentro de la madre (Grieder, 1987, p. 171; Matos Moctezuma, 2003,
montan y rozan el terreno para el cultivo (Stone, citado en Girard, 1977, p. p. 17). Creencia análoga se encuentra también en Europa (Ucrania), don-
84). Los chibchas de Colombia tienen la misma costumbre, la siembra se de se han encontrado figurillas femeninas que tienen en el abdomen el
deja exclusivamente a la mujer “porque tienen la preocupación de que, rombo con puntos (figura 17d), que simbolizaba la fertilidad femenina
así como ella sabe parir, debe saber sembrar mejor para que la tierra mostrada por medio de la tierra sembrada (Ribakov, 1981, p. 179 ; Golan,
pueda parir las semillas o raíces que se han depositado en su seno” (Co- 1994, p. 16). Se puede ver que la vida vegetal se asemeja a la humana por-
dazzi, 1881, citado en Girard, 1977, p. 84). que comparten el mismo ciclo vital: nacer, crecer, morir y renacer bajo
Para comprender por qué el torso de las figuras femeninas se marcaba una forma nueva (Girard, 1977, p. 86).
mediante un rombo, resulta muy esclarecedora la creencia mesoameri- Según las creencias antiguas la vida tiene un origen divino, ya que los
cana de que el interior de la tierra (las cuevas) se imaginaba como un dioses la depositaban en los vientres maternos (Navarrete, 1998, p. 72; De
gigantesco útero, lugar de nacimiento de los dioses, de grupos humanos, la Garza, 2003b, p. 33). Dicha creencia todavía persiste entre diversos gru-
de los astros y de oráculos (Heyden, 1998, p. 19). Además, la vinculación pos mayenses que señalan que las almas de los seres vivientes proceden
de la matriz femenina con el espacio que se encuentra bajo la superficie de los sitios ubicados bajo la superficie terrestre, alegóricamente, en una
terrestre se encuentra registrada en las creencias mayas contemporá- matriz telúrica esperando a volver a la vida (Nájera Coronado, 2000, pp.
neas, en las que el seno femenino y terrestre simboliza un centro de 209, 250 ). Por ello, el rombo, símbolo de feminidad en sus múltiples com-
energía creadora, un paraíso saturado de fertilidad (Nájera Coronado, binaciones (Girard, 1977, p. 92), era la mejor manera de representar a una

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Alla Kolpakova Ch’ulme’tik, hocker y anjel

mujer fértil. Al señalar el embarazo con un elemento como el punto, la son representadas mediante líneas dobladas que están separadas a los
cruz u otro rombo, el desarrollo del feto dentro del vientre se asemeja al lados hacia afuera y también finalizan con tres líneas cortas.
crecimiento de un brote dentro de la tierra.
Otra interpretación del punto o la cruz dentro del rombo podría ser el 2) ¿Qué o quién está representado en este diseño?
ombligo el cual, como ya lo mencioné, tenía una gran importancia entre El rasgo que distingue a la figura antropomorfa hocker de otras similares
los pueblos mesoamericanos. Para los mayas actuales el ombligo de la son las piernas dobladas a los lados y hacia afuera. Uno de los primeros
persona es equivalente al ombligo (centro) de la milpa (Hirose López, 2003, que puso atención a este tipo de figuras fue Miguel Covarrubias en 1954,
p. 65), los puntos o las cruces en el centro del rombo-torso también podrían quien señaló que la figura hocker (o figura en cuclillas) es una imagen
reflejar la idea de marcar el ombligo tanto humano como de la tierra. común que aparece en las comunidades del Pacífico y además presentó
Para resumir, en los textiles mayas las figuras antropomorfas, cuyo varios ejemplos de ello (Covarrubias, 1961, p. 34) (figuras 18e y 18f).
torso está representado por un rombo, son femeninas y señalan a una Lo interesante de esta figura es su antigüedad, los ejemplos de ella se
mujer fecunda mediante la imagen de un embarazo. De esta manera se encuentran en diversos lugares del mundo y datan de más de 3000 años
expresa la idea de fertilidad tanto de la Tierra como de lo humano. atrás (figuras 18g y 18h). Imágenes muy similares las hallamos en el arte
A continuación, veremos varias figuras femeninas que se relacionan rupestre alrededor de todo el territorio mesoamericano (figuras 18i-18k).
con la idea de fertilidad femínea de una manera muy explícita Muy a menudo, dicha figura se encuentra en la cerámica del Preclásico y
el Clásico (Figura 18l y 18m) y también la vemos en el arte del Posclásico,
por ejemplo, en los sellos de Guerrero (figura 18n), en la cerámica polí-
Figura hocker croma (figura 18o), en los códices mayas, aztecas y mixtecas en los que
esa posición es adoptada principalmente por los Chahks y las deidades
La palabra hocker proviene del alemán y se usa para referirse a una po- femeninas (figuras 18p y 18q). Esa postura es típica para los “monstruos
sición de cuclillas (Miller y Taube, 2004, p. 46). En las investigaciones ac- de la tierra” de los aztecas (figura 18r) (Taube, 1992, p. 128 ; Matos Mocte-
tuales esta palabra se utiliza para las figuras antropomorfas o zoomorfas zuma, 2003, p. 18). La adoptan también los caimanes, las lagartijas y los
cuyas piernas están dobladas en sus rodillas y separadas a los lados; los sapos, para los que es una postura natural (figuras 18s-18u). Además,
brazos normalmente están alzados y doblados por los codos. esas figuras se encuentran también en los textiles arqueológicos meso-
americanos y sus representaciones (figura 18v y 18w). Entonces, a la vista
1) ¿Cómo está representado este diseño? de todas esas imágenes, es de notar su amplia difusión y antigüedad.
La figura antropomorfa de este tipo que observamos en los textiles mayas En cuanto a su interpretación, Marija Gimbutas señala que a menudo
está compuesta por dos rombos: rombo-torso y rombo-cabeza (figuras 18a- la diosa de la fertilidad era representada en posición de parto (Gimbutas,
18d). En ocasiones el rombo-torso tiene dentro un rombo pequeño, punto o 2006, pp. 245-246). Por su parte, el académico ruso Boris Ribakov hizo una
cruz; el segundo normalmente es del mismo tamaño que el torso o a veces propuesta similar (apoyada en el material etnográfico) para las figuras
más pequeño. En el interior también puede tener un punto, una cruz o un del arte rupestre siberiano del Neolítico a las que definió como “deidades
rombo. En algunos casos sobre los dos lados superiores del rombo-cabeza femeninas en el parto” (Ribakov, 1981, p.477) (figura 19a). Para el territorio
se localizan retoños rectos. La posición de los brazos es hacia arriba o ha- mesoamericano, Miller y Taube (2004) señalan que la postura hocker es
cia abajo y estos casi siempre terminan en tres líneas cortas. Las piernas la de parto y que adoptan con frecuencia algunas diosas en el arte del

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Alla Kolpakova Ch’ulme’tik, hocker y anjel

México central del Posclásico Tardío (figura 19b) (p. 46). En el caso de cai- el parto (figura 21). Como se puede ver, está parada y agarrada de un lazo
manes, sapos y lagartijas, al tener esa postura natural eran relacionados atado al techo, además, tiene una faja amarrada alrededor de su torso y
con la tierra y la fertilidad (Taube, 1992, p. 40). atrás de ella, alguien le aprieta su abdomen con los brazos.
La postura de parir en cuclillas era la más usual en muchos pueblos Otra imagen del parto en la posición parada la podemos ver en los gra-
del mundo, incluyendo a Mesoamérica, además, algunos investigadores fitos del Río Bec, Campeche, donde son representadas mujeres embaraza-
la llaman “posición nahua” por considerarse tradicional entre este grupo das desnudas que, entre sus piernas rectas y abiertas, tienen un pequeño
indígena (Nájera Coronado, 2000, p. 145; Matos Moctezuma, 2003, p. 18). elemento debajo de la vulva (figura 20e). Nótese que una de esas figuras
Esta postura puede observarse en una famosa figura mexica que de una tiene trazado su torso en forma de rombo, igual que en los textiles.
manera muy naturalista representa a una mujer dando a luz (figura 19c). En cuanto a los elementos que aparecen entre las piernas de dichas
A la vista de los datos expuestos, puede sugerirse que las figuras an- figuras, como ya vimos en aquella imagen mexica muy ilustrativa, hay un
tropomorfas mostradas en la posición de hocker en los textiles de Chiapas bebé que está naciendo (figuras 19c y 19b), y no es la única imagen de este
posiblemente representan a la mujer en parto en la posición de cuclillas. tipo en el arte mesoamericano. Creo que los elementos entre las piernas
representan precisamente ese momento final del parto; la cabeza del niño
con brazos o el recién nacido completo son simbolizados por un punto, un
Figura parada rombo, una línea o una cruz. Este tipo de figuras antropomorfas también
podría representar a la mujer pariendo, pero ahora en la posición parada.
1) ¿Cómo está representado este diseño? Es importante notar que en los textiles mayas las figuras en la posi-
La figura antropomorfa de ese tipo es parecida a la anterior y está compues- ción parada son muy frecuentes, lo que podría indicar que dicha postura
ta por el rombo-torso y rombo-cabeza que, en ocasiones, tiene dentro un era una muy común para el parto, por ejemplo, en el vaso policromo, en
rombo pequeño, punto o cruz. Lo que la distingue de la figura hocker es que el Códice Madrid y, como lo veremos más adelante, en la representación
aquélla tiene las piernas rectas, muy abiertas y entre las piernas a menudo de la llamada “Madre Chayote” de los tzeltales de San Juan Cancuc.
aparecen elementos como rombos, líneas o “palomas” (figuras 20a-20d). Además de los rombos, cruces o puntos entre las piernas de las figuras
paradas, en muchas ocasiones aparece una línea vertical y en dos casos
2) ¿Qué o quién está representado en este diseño? son varias líneas verticales paralelas. Al respecto hay que examinar algu-
Como bien señala Martha Ilia Nájera, en la cultura maya existen diversas nas figuras antropomorfas del arte rupestre que tienen líneas paralelas
posiciones de parto, ya que durante éste la mujer puede cambiar de pos- debajo de la cintura y entre las piernas. La primera figura (figura 20f) es de
tura para reducir la fatiga y acelerar el paso del niño a través de la pelvis Siberia (3000-4000 a. C.) y es interpretada por arqueólogos como una cha-
(Nájera Coronado, 2000 : 144). Entonces, es posible que en los textiles mayas mana vestida con un traje o como la madre de todo lo existente que está
suceda algo similar. Por mi parte, encontré en la obra de Villa Rojas un dando a luz (Okladnikova, 1990, p. 67). La segunda figura representa al dios
dato sobre otra posición del parto. El autor señala que una mujer dio a luz de la lluvia del suroeste de Estados Unidos (1000 d. C.) en la que las líneas
parada con las piernas abiertas y agarrándose del tronco de un árbol (Villa diagonales paralelas están también abajo de la cintura y son interpreta-
Rojas, 1990, p. 296). Al parecer, esa postura era común entre los mayas pre- das como una falda decorada con “lluvia” (Schaafsma, 2009, pp. 49-50). En
hispánicos; un ejemplo muy ilustrativo lo encontramos en el famoso vaso el arte maya, imágenes similares se pueden observar en el Códice Madrid,
policromo cuadrangular (K5113) en el que está representada una mujer en donde las líneas verticales representan el agua que sale entre las piernas y

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de los pechos de dos deidades femeninas (figuras 20g y 20h). Nótese que la Figura arrodillada o hincada
primera está dando a luz y entre las piernas, junto con el agua, está mos-
trando un triángulo de color oscuro que podría simbolizar la vulva, como 1) ¿Cómo está representado este diseño?
en los grafitos de Río Bec (figura 20e). La segunda no está representada La figura antropomorfa de ese tipo tiene las mismas características que
en el estado de gravidez y el agua no sólo brota de entre las piernas, sino las anteriores: está compuesta por el rombo-torso y el rombo-cabeza que
también de los pechos, lo que podría referirse a la leche materna (figura en ocasiones tienen dentro un rombo pequeño, un punto o una cruz.
20h). Al parecer, en estos dos ejemplos vemos dos diferentes funciones de Esta se distingue por la presentación de las piernas que se encuentran en
las deidades femeninas mayas: procrear y proveer agua fertilizadora. dos posiciones: dobladas hacia adentro (figuras 22a-22c) o dobladas hacia
Encontramos un caso en los textiles de Oaxaca que tiene mucha simi- afuera (figuras 22d-22f). En el primer caso, las piernas terminan en una
litud con la primera figura del Códice Madrid (figura 20i). Es posible que greca y en el segundo normalmente son rectas. En algunos casos entre
las figuras en la posición parada representen el momento inicial del parto, las piernas se encuentra un elemento en forma de punto, paloma, cruz
cuando se rompe la fuente y el líquido amniótico brota de entre las pier- o línea que sale del rombo-torso (figuras 22c y 22f).
nas de la mujer. Al respecto, Terence Grieder señala que “la salida de agua
que precede al nacimiento de un bebé se comparaba con la corriente de 2) ¿Qué o quién está representado en este diseño?
agua en manantiales y arroyos” (1987, p. 171). En la opinión de Mercedes de Respecto a las representaciones de esas variantes, no hallamos imáge-
la Garza, las deidades mayas femeninas simbolizan el aspecto femenino nes contundentes que pudieran sugerir su significado, pero datos etno-
de la lluvia (De la Garza, 2003a, p. 232). Entonces, es viable que por eso la gráficos indican que hay otra postura para el parto: hincada sobre el
diosa de la luna maya estuviera relacionada con cuerpos acuosos y se suelo (Villa Rojas, 1990, p. 298).
considerara la dadora de lluvia (Benavides, 1998, p. 39; Girard, 1977, p. 47). La idea de que en los textiles de Chiapas está presente la figura de una
Al respecto, sería interesante notar la conservación de una imagen mujer pariendo en la posición hincada la expresó Walter Morris para una
entre los mayas contemporáneos de una deidad pariendo. Es el caso de figura llamada “Nuestra Sagrada Madre” (figura 22g). Su rasgo distintivo es
los mayas de San Juan Cancuc, quienes retratan a la llamada Madre el abdomen grande y tiene “pies muy pequeños por lo que parece como si
Chayote, el espíritu del chayote, en el parto (Figuerola Pujol, 2010, p. 171) estuviera hincada” (Morris, 2006, p. 53). Él propone que dicha figura podría
(figura 20j). Cabe notar la conservación iconográfica de dicha figura des- representar a la mujer dando a luz, ya que entre los tzotziles y tzeltales la
de los tiempos remotos: la postura del parto es de pie, con las piernas posición del parto es hincada, agarrando un lazo atado del techo (Morris,
abiertas y la cabeza del bebé aparece entre las piernas. Esos detalles son 2006, p. 53). Puede notarse que su rombo-torso es muy prominente y las
similares a los que vimos en el arte prehispánico y que probablemente piernas son pequeñas y rectas, lo que más bien podría simbolizar al em-
vemos en los textiles contemporáneos. barazo en su última etapa, cuando la mujer está próxima al parto.
Por todo lo anterior, además de una mujer dando a luz, las figuras de Además de la postura hincada encontramos las posturas sentada y
ese tipo podrían representar también a una deidad femenina, adoptando arrodillada (Nájera Coronado, 2000, pp. 145-146). La posición arrodillada
la postura del parto en su función de dar lluvia fértil y con eso la vida, está presente entre los tzotziles, como se puede ver en la escenificación
esto es si asumimos que esa línea o líneas verticales entre las piernas de parto presentada en el Museo de la Medicina Maya, en San Cristóbal de
representan el agua, igual que en los códices. Las Casas (figura 22h). Por ello, es probable que las dos variantes encontra-
das en los textiles representen las posturas del parto de forma arrodillada

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e hincada. Dado que en este momento hay poca información iconográfica Es sorprendente la cantidad de imágenes de mujeres pariendo en los
sobre ese tipo de posiciones, su interpretación es muy tentativa, por lo textiles mayas. Al respecto, Karl Taube (1994, p. 675) señala que entre los
tanto, este tipo de figuras requieren más investigación. Sin embargo, las mayas los rituales de nacimiento constituyen una tradición muy anti-
figuras que tienen un rombo-torso relativamente pequeño (figuras 22b y gua y conservadora (), lo que podemos corroborar en el vaso policromo
22e) podrían también representar a una mujer rezando arrodillada o hin- de forma cuadrangular: el alumbramiento en sí y lo que lo rodea está
cada, las cuales también son posturas tradicionales para orar (figura 22i). lleno de un simbolismo religioso. Por lo tanto, no es de extrañar que las
Al terminar de analizar las posturas de parto, se puede decir que la representaciones del parto como símbolo de fertilidad se guardaran en
figura hocker en los textiles mayas no es un sapo o rana, sino que repre- la memoria de la gente durante milenios, los cuales todavía podemos
senta una silueta femenina dando a luz en cuclillas. Otras las muestran observar en los textiles mayas contemporáneos.
en posición parada, hincada y arrodillada (cuadro 4). En dichas figuras, Después de encontrar varios tipos de figuras femeninas en las distintas
el embarazo es señalado por un rombo-torso que en su interior tiene etapas el parto, hay que contestar la pregunta ¿a quién podrían represen-
puesto un elemento que simboliza al feto dentro del vientre materno. El tar esas imágenes? La respuesta la encontraremos mediante el análisis de
rombo, la cruz, la línea o el punto que aparecen en ocasiones entre las sus rasgos distintivos: los retoños en la cabeza o en las extremidades, tres
piernas se refiere a la última etapa del alumbramiento, cuando aparece líneas cortas con las que terminan las manos y los pies, entre otros.
la cabeza del bebé, o bien, podría ser el recién nacido en sí.
I) El primer rasgo que examinaré son los retoños desprendidos del rom-
Cuadro 4. Figuras femeninas en posturas de parto bo-cabeza. Se encuentran arriba o alrededor de la cabeza y a veces es-
en los textiles y las propuestas de sus significados tán separados de ella (figuras 23a-23d). Las figuras con retoños similares
están en el arte rupestre de Chiapas y otras regiones de México (figuras
Posibles significados 23e-23h, 18i). Además, las vemos en los textiles contemporáneos de Gua-
temala (figura 23i).
Las tejedoras mayas contemporáneas llaman a ese tipo de retoños
1. Posición de parto en cuclillas “corona de los santos” (Morris, 2006, p. 40) y es muy probable que simbo-
licen los tocados de plumas en forma de corona que eran ampliamente
representados en el arte mesoamericano. Podemos observarlos en los
2. Posición de parto parada
códices, estelas, figurillas, etcétera (figuras 23j-23m). Es interesante notar
que estos tipos de tocados todavía están presentes en la actualidad entre
Posición de parto arrodilada-hincada
distintas etnias de México (figuras 23n y 23o).
3.
o posición para rezar En general, las plumas blancas, en tanto adorno ritual simbólico, eran
conocidas en América y hay evidencias de la gran antigüedad del uso de
Posición de parto hincada-arrodillada este material en los ritos, por ejemplo, en Perú donde fueron encontra-
4. o para rezar dos restos de plumón blanco que datan de 3000 a. C. (Grieder, 1987, p. 47).
Así que probablemente esos retoños desprendidos de la cabeza de las
Fuente: Elaboración propia. figuras brocadas mayas representan tocados rituales de plumas de aves.

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Otra posibilidad de interpretación puede ser la cabellera (figura 23p). El ¿Qué es lo que significaban todos estos tocados? Al respecto, Grieder
cabello largo se asocia con el viento: por ejemplo, los zoques de Chiapas señala la identificación del plumón blanco con el reino celestial (1987, p.
creen en una deidad femenina llamada Sawaoko, que significa “la Abuela 49). Maslova piensa que es una reminiscencia de la antigua imagen solar
Viento”, quien tiene cabellos de tres metros de largo. Para provocar vien- (1978, p. 161). Girard opina que la corona de plumas distingue a los jerar-
to, ella hace girar su larga cabellera mientras baila (Reyes Gómez, 2011, cas y simboliza los rayos solares (1977, pp. 58, 63). Mountjoy tiene ideas
p. 86). Además de eso, el cabello largo se asociaba con la lluvia, lo cual, similares y cree que los cuernos, las plumas o las rayas grabados sobre
según Golan, se reflejó en las representaciones de la diosa Gran Madre la cabeza de figuras antropomorfas representan el poder mágico o la
que se retrataba con una cabellera abundante (1994, p. 14). Imágenes si- asociación con el dios solar (2001, 59).
milares las podemos ver en los sellos y textiles prehispánicos (figuras 18n La asociación de los tocados con lo celeste puede verse en la imagen
y 18w). Entre los mayas prehispánicos, las deidades femeninas frecuen- de Tláloc: según José Contel, la barba y la cabellera de esta deidad sim-
temente se representaban con la cabellera larga (figura 23q). Además, bolizan la lluvia y su tocado es una representación de las nubes (figura
sus nombres contenían la palabra “cabello”, como lo podemos ver en el 24k) (Contel, 2009, p. 24). Por mi parte, puedo agregar que en la iglesia de
Ritual de los Bacabes, en el que se menciona a Suhuy Tzoots, “La de ca- Tenejapa se encuentran cuatro vírgenes que portan unas coronas do-
bellera virginal” e Ix Hobhol “La de los cabellos sueltos” (Arzápalo Marín, radas de estilo europeo rellenas con algodón blanco; éstas se parecen
2007, p. 161). mucho al tocado de Tláloc.
Además de esta variante de retoños existen otros, pero sólo hay unos Asimismo, la clara relación de este tipo de tocados con los pájaros está
cuantos ejemplos (figuras 24a-24d). Éstos se encuentran en el arte rupes- presente en varios ejemplos del arte maya, donde los vemos como una
tre de diversas regiones de América y son interpretados como un tocado parte de los penachos de plumas, una máscara de ave o incluso éste se
de cuernos (figura 24e y 5a) (Devlet, 2002, p. 366). En actualidad, los ma- encuentra sentado sobre la cabeza de una persona (figuras 24l, 24m, 23j,
yas y otras etnias de México usan tocados de venado durante las fiestas 23l, 7b y 4a).
(figura 24f y 24g). El venado fue un animal de gran importancia para los
mayas antiguos, incluso, según Knorozov, éstos se siguieron llamando II) Otro rasgo consiste en pequeños retoños que están sobre los brazos,
“cazadores de venados”, aunque ya eran agricultores desde hace mucho piernas o incluso torso de las figuras femeninas (figuras 25a, 25b, 25i y
tiempo (Knorozov, 1990, p. 9). Entonces podemos suponer que dichos re- 22c). Figuras con la misma característica se ven en los textiles modernos
toños representan un tocado con cuernos en las divinidades femeninas. de Guatemala (figura 25c). Al parecer, esos retoños representan el plu-
Lo interesante es la gran difusión de esta imagen, ya que las deidades maje o el pelo de algún ave o jaguar que se encuentra sobre un atuendo
de la fertilidad con cuernos en la cabeza se conocen en el arte de todo el ritual (Graulich, 1998, p. 18). Ejemplos donde las personas o deidades usan
continente Eurásico (Maslova, 1978, p. 160). el traje que simboliza a un ave o adornos con plumas son abundantes
Además de esta interpretación, es posible que los dos retoños-grecas entre los antiguos habitantes de Mesoamérica, lo que ya vimos anterior-
que están a los lados de la cabeza representen serpientes (figura 24d). mente (figura 25d, 23j-23o, 19b, 7b y 4a). Esos atuendos de pájaros, al igual
Los tocados con serpientes están presentes México y partes de América que los tocados de plumas, estaban vinculados con el Sol; en ellos, las
(figuras 24h y 24j), eran un atributo de la diosa maya Ix Chel y de otras plumas simbolizaban sus rayos (González Block, 2004, pp. 64-65).
deidades mayas (figuras 24i, 20g y 20h). Entonces es posible que este tipo También hay ejemplos prehispánicos de uso de la piel de jaguar como
represente también un tocado de serpientes a los lados de la cabeza. atuendo ritual (figura 25e). En México, la tradición de vestirse como jaguar

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está ampliamente presente en los carnavales contemporáneos donde los o de ave-águila (ascendiente o diurno) (Baudez, 2007, p. 38; Graulich, 1998,
participantes se ponen trajes que imitan la piel de este felino (figura 25f). p. 20). Parece que en los textiles mayas nos encontramos con una imagen
Este es otro rasgo zoomorfo que se encuentra en las figuras femeninas: antropozoomorfa de una deidad mesoamericana muy arcaica. Al res-
presentación de plumaje o pelo de animal que cubre parte del cuerpo o pecto, Okladnikova señala que la evolución de la creencia en una deidad
incluso el cuerpo entero, lo que podría ser un atuendo ritual. suprema viene desde el Paleolítico, en la que había una interrelación
entre la gente y un ente benéfico en forma de animal el cual adquirió
III) El último detalle zoomorfo característico de las figuras analizadas son rasgos humanos con el paso del tiempo (1990, p. 28).
tres o cuatro pequeñas líneas con las cuales terminan sus extremidades Otro detalle característico que hay que examinar para las figuras fe-
(figuras 25g, 25h, 24b-24d, 23a, 22d-22f, 21a-21c, 19d, 18a-18d). En su momento, meninas son los brazos doblados y alzados (figuras 26a-26c, 24a, 23a, 23d,
Covarrubias notó la presencia de estos rasgos zoomorfos en las extremi- 22d-22f y 20d). Imágenes de ese tipo se encuentran con frecuencia en el
dades y cabeza de las figuras hocker: las manos y los pies son representa- arte rupestre (figuras 24e, 23h, 20e y 20f, 19a, 18i-18k y 5a), en los textiles
dos mediante garras (figura 18f) (Covarrubias, 1961, pp. 34-35). Recordando prehispánicos y contemporáneos (figuras 23i, 18v y 18w) y otras fuentes
que la Diosa Madre tenía una imagen antropozoomorfa, noté que la diosa prehispánicas (figuras 24h, 21h, 19b, 18l-18o, 18r-18u).
O retratada en el Códice Dresde tiene extremidades de un ave y la oreja de Ya vimos que durante el parto las mujeres se agarraban de algún ob-
venado; además, imágenes similares las vemos en el arte rupestre, en los jeto (tronco, viga, cuerda) para hacer fuerza (figura 21). De esa manera,
sellos, y también las observamos en las figuras de textiles (figuras 18j, 18k, sus brazos se encontraban levantados de la forma que podemos ver en
18n, 18s-18u; 19a, 20j, 23e, 23g, 23i, 24h, 24i, 25d y 25e). Thompson señala que las figuras femeninas representadas en el parto. Además de eso, las figu-
en el arte maya era usual que los dioses tuvieran una mezcla de rasgos rillas femeninas de Tlaxcala tienen sus brazos en la misma posición que
humanos y animales (Thompson, 1997, p. 247). Por su parte, Baudez aprecia en los textiles: en alto. Esas figurillas representan a las “oradoras”: los
que en el periodo Posclásico Tardío los dioses mayas tienen un cuerpo brazos en esa posición representaban el gesto de veneración (Serra Pu-
antropomorfo pero la cabeza está compuesta por rasgos de ese tipo y ade- che y Durand, 1998, p. 21). En efecto, alrededor del mundo las figuras con
más zoomorfos (Baudez, 2007, p. 34). Por lo tanto, es posible que estas tres brazos arriba representan la súplica, la oración y la petición (figura 26d)
pequeñas líneas en las extremidades superiores e inferiores sean un rasgo (Ribakov, 1981, p. 337; Okladnikova, 1990, p. 68; Golan, 1994, p. 155). Por ello,
zoomorfo que representa las garras tanto de aves como de felinos. Esta ca- las figuras femeninas en los textiles que se encuentran en la posición de
racterística señala el lado animal de las figuras femeninas en los textiles, oración lógicamente tienen los brazos alzados. Propongo entonces dos
por eso podemos suponer que ellas tienen una imagen antropozoomorfa posibilidades de interpretación para los brazos alzados: agarrarse de al-
al igual que las deidades del Posclásico. gún objeto durante el parto o suplicar y venerar.
Al respecto, hay que señalar que en muchas ocasiones en los brazos
Entonces son varios los rasgos zoomorfos de las figuras femeninas en los alzados de las figuras femeninas se encuentra una especie de “paloma”
textiles mayas, tales como los tocados de plumas o cuernos, plumaje o o planta (figuras 26e, 26f y 24c). En Mesoamérica encontramos imáge-
pelo de animal que cubre el cuerpo, y garras en manos y pies (figura 25i). nes similares en las representaciones de deidades o personas que lle-
Es de notar que dichas características pertenecen a las imágenes de un van plantas en sus manos (figuras 26g y 26h). En la antigüedad las diosas
ave o felino y en Mesoamérica ambos animales eran relacionados con el usualmente eran representadas con un ramo en la mano (Golan, 1994, p.
Sol, el cual puede adoptar la forma de jaguar (descendiente o nocturno) 158). Además, hay que recordar que los mayas antiguos usaban ofrendas

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florales durante ciertos ritos (Thompson, 1997, p. 229). Esa tradición toda- comunes para la diosa I y la diosa O son la relación con el nacimiento, la
vía se conserva en muchos pueblos mayas de Chiapas como Zinacantán, Tierra, la agricultura y el ciclo de la vida femenina en general.
donde las flores y agujas de pino se incluyen en la ofrenda a los dioses Lo interesante es encontrar restos de las creencias sobre la antigua
en varios rituales incluyendo los de campo (Vogt, 1993, pp. 80-81, 91-93, 104- Diosa Madre en el presente. Entre los indígenas, la Virgen María adquiere
109). En Guatemala también hay datos sobre ofrendas florales que debían los atributos de la Madre Tierra (López Austin, 2002, p. 109). Por ejemplo,
hacerse a la madre Maíz (Navarrete, 1998, p. 72). Al parecer, lo que esas la Virgen de Guadalupe se vincula al oficio de tejer y las tejedoras mayas
figuras femeninas llevan en las manos son las ofrendas de origen vegetal de San Andrés le piden que el tejido salga bien, sin errores (Pascuala Pé-
como flores o ramas destinadas para las deidades agrarias. rez López, comunicación personal, 2016).
Después de examinar todos los rasgos, y tomando en cuenta la fun- Al respecto hay que señalar que en el territorio mesoamericano la
ción primordial de procreación de las figuras femeninas analizadas, la importancia de la fecundidad femenina es afirmada por numerosas fi-
investigación nos llevó a la imagen de la Diosa Madre. En general, ella gurillas de barro del periodo Preclásico que representan a las mujeres
era la principal deidad femenina en la mitología panmundial que se vin- desnudas (a menudo embarazadas) y que han sido encontradas en dife-
culaba con la tierra y fertilidad (Rabinovich, 1991a: pp. 178-179 ; 1991b, p. rentes regiones de México (Arroyo García, 2004, p. 20 ) (figuras 27a-27d, 5b y
467). La figura de la Gran Diosa Madre fue ampliamente estudiada por 5c). La más antigua procede de la Cuenca de México con fecha de 2300 a.
Marija Gimbutas en el material arqueológico del continente Eurásico C. (López Austin, 2002, p. 32). Ese tipo de representaciones de las mujeres
(Gimbutas, 2006) y mostró su preponderancia como deidad durante el eran usuales entre las sociedades agrícolas tempranas tanto en América
Paleolítico y Neolítico. Gimbutas distingue tres tipos de deidades feme- como en el Viejo Continente (Petrujin, 1988, p. 428 ; Ribakov, 1981, p. 179 ;
ninas: diosa-personificación de las fuerzas generativas de la naturaleza, Golan, 1994, p. 16). Todas ellas muestran a las mujeres desnudas con el
diosa-personificación de las fuerzas destructivas de la naturaleza y diosa vientre prominente, senos abundantes y las caderas anchas, rasgos que
de renacimiento y regeneración (2006, pp. 243-244). Además, ella señala enfatizan el poder reproductivo femenil (figura 17d) (Florescano, 2005, p.
que la Diosa Madre podría tener una imagen antropozoomorfa (venado, 10 ). Según Enrique Florescano y Rafael Girard, la gran difusión de dichas
alce, oso, pájaro) (2006, pp. 246, 251), de la misma manera que las deidades imágenes señala que entre las culturas del Formativo existía un culto
femeninas en Mesoamérica. extendido a la Diosa Madre, incluso, en Mesoamérica (Florescano, 2005,
Las imágenes de la Gran Diosa Madre las encontramos también entre p. 9 ; Girard, 1977, p. 99 ).
los mayas antiguos, en forma de las dos principales deidades femeninas: Regresando a los textiles, las interpretaciones populares dadas a las
la diosa O (Ix Chel) y la diosa I (Luna) (figura 24i, 20g y 20h) (Taube, 1992, pp. figuras femeninas por las tejedoras mayas oscilan entre sapos y santos.
69, 105; Nájera Coronado, 2000, p. 32). Sus características eran las siguientes: Es interesante que las mismas tejedoras las igualan entre sí diciendo que
la diosa O era una anciana poderosa asociada con la creación, el naci- “todo es lo misma cosa” (Morris, 1987b, p. 118). Al respecto, Walter Morris
miento y la destrucción a la vez. En las imágenes ella porta un tocado de señala acertadamente que muchas de las figuras llamadas santos se re-
serpiente y se relaciona con el telar y la medicina (Taube, 1992, p. 105). La fieren en realidad al Señor de la Tierra (Morris, 1987b, p. 118). Eso apunta a
diosa I era la patrona de las mujeres, de la preñez, el parto y la procrea- que los sapos no se encuentran, como tales, en los textiles, sino que las
ción. Además, también era asociada con los cuerpos acuosos y con la agri- figuras que tienen un parecido gráfico con los batracios recibieron este
cultura, ya que ocasiona la lluvia, el viento y controla el crecimiento de nombre como sobreposición de significado y anteriormente representa-
las plantas (Thompson, 1997, pp. 301, 303; Benavides, 1998, p. 39). Los rasgos ban a las mujeres o deidades dando a luz.

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No obstante hay figuras femeninas que tienen otros nombres, como de un ave que en ocasiones está dando a luz; mujeres o deidades mos-
es el caso de una imagen plasmada en los textiles de Chenalhó la cual tradas en diversas posiciones de parto. La pertenencia de esas figuras
muestra a una figura embarazada y con las caderas prominentes (figura al arte mundial nos habla sobre la antigüedad del tema de la capacidad
27e). Aunque las tejedoras la llaman “Payaso” (Morris, 2006, p. 41), es fácil procreadora femenina. Así que podemos suponer que las figuras antro-
reconocer en ella a una mujer portadora de fertilidad. Además, en San pomorfas femeninas constituidas por rombos son las más arcaicas en
Andrés hay varias figuras llamadas “Nuestra Sagrada Madre” (Morris, los textiles mayas.
2006, p. 53) cuyo rasgo principal, como lo vimos, es el abdomen bastante
destacado o las caderas muy anchas (figuras 27f-27h). 3) ¿Por qué o para qué está representado este diseño?
Otro tipo de figura de San Andrés que también llama la atención se Como señalamos anteriormente, la acción de tejer simbolizaba la produc-
llama “El Señor de la Tierra-Yahval Balumil”, una deidad moderna entre ción de una nueva vida, la cual era puesta en los vientres maternos por los
los tzotziles, amo de las cuevas (Morris, 2006, p. 59). Esta figura posee un dioses. Por ello, es de suponer que las mujeres plasmaban en su vestimen-
abdomen muy destacado y entre las piernas rectas abiertas aparece una ta sus peticiones a las diosas dadoras de vida suplicándoles abundancia
especie de “paloma” (figura 25i). Como ya vimos, este tipo de imagen en de hijos. Morris propone que cuando una mujer maya se pone su huipil
realidad representa a una mujer dando a luz. emerge a través del cuello en el eje del mundo. Los rombos —dibujos del
Al parecer, todo indica que las figuras llamadas “sapos”, “santos”, “pa- universo— se concentran en el huipil para formar una cruz abierta con
yaso”, “Nuestra Sagrada Madre” y “El Señor de la Tierra” contienen restos la mujer en medio (Morris, 1987b, p. 108). Por mi parte, puedo agregar que,
de las antiguas creencias sobre la Diosa Madre Tierra que posteriormen- tomando en cuenta que las cualidades de la ropa que se tiene puesta se
te fueron reinterpretadas y recibieron diversos nombres. De esta manera transfieren hacia la persona (Lévy-Bruhl, 1994, p. 233), se puede señalar que
se puede asociar a las figurillas femeninas de cerámica que representa- la abundante presencia de las figuras femeninas embarazadas o dando a
ban mujeres fértiles (embarazadas) con las figuras en los textiles ma- luz se vincula con el culto a la fertilidad: cuando una mujer se ponía un
yas que simbolizaban la misma idea, donde destaca la figura de la Gran huipil lleno de esas imágenes se equiparaba con la tierra atrayendo hacia
Diosa Madre Tierra como creadora de la vida y portadora de inagotable ella la fecundidad de ésta (Kolpakova, 2014, p. 84).
fuente de fecundidad.
Por lo anterior, es posible que las figuras antropomorfas femeninas en
los textiles muestren también a una arcaica deidad femenina, con rasgos Figura anjel
zoomorfos de ave y venado, la cual personifica a la Diosa Madre Tierra en
sus distintas representaciones (p. ej. dando vida o agua fértil). Tomando Además de figuras femeninas constituidas por dos rombos, existen otras
en cuenta la peculiar capacidad de desdoblamiento de los dioses en Meso- figuras antropomorfas entre las que destaca una que siempre se encuen-
américa, donde un dios podía dividirse en varios (López Austin, 2004, p. 33), tra unida en cadena con otras similares.
no es de sorprenderse que existieran diversas imágenes de las deidades
femeninas y que ahora tienen lugar en la vestimenta de los mayas. 1) ¿Cómo está representado este diseño?
Entonces las figuras femeninas en los textiles mayas tienen varias Dicha imagen siempre se encuentra como parte de la fila de figuras antro-
posibles interpretaciones: mujeres orando o llevando una ofrenda floral pomorfas. Lo que la caracteriza son los brazos grandes representados por
en sus manos; deidad antigua de la Madre Tierra con rasgos zoomorfos las grecas enrolladas hacia adentro, que suben a la altura de cabeza y a ve-

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ces tienen retoños (figuras 28a-28c). El torso es rectangular y está compues- La interpretación de dicha imagen como Chahk es también conside-
to por tres líneas verticales. Las piernas están rectas, formadas por la línea rada por su vínculo con la fertilidad: éste ser era y es una figura im-
doble y terminan con tres pequeñas líneas. Entre las piernas se encuentran portante para los agricultores, quienes la imaginan más bien como una
varias líneas paralelas verticales y, en algunos casos, un rombo. La cabeza deidad agrícola (García Barrios, 2008, p. 332; De la Garza, 2009, p. 37). Por
está formada por un rombo que en su interior contiene otro rombo (figuras lo tanto, las líneas verticales entre sus piernas deben representar lluvia
28ay 28c) o por tres pares de líneas formadas en “V” (figura 28b). Hay que fertilizadora.
señalar que ese diseño en ocasiones está volteado 180 grados. Chahk también aparece como sostenedor de las cuatro esquinas del
cielo (García Barrios, 2008, p. 176). En el Diccionario Maya se refieren a él
2) ¿Qué o quién está representado en este diseño? como un “gigante, hombre de grande estatura”, quien “enseñó la agri-
Su singular representación y la ausencia del rombo-torso que se usa, cultura, al cual tuvieron después por Dios de los panes, del agua, de los
como lo sugerí antes, sólo para las imágenes femeninas, me hizo supo- truenos y relámpagos” (Barrera Vásquez, 1995, p. 77). La característica de
ner que dicha figura puede ser masculina. Entre las tejedoras esta figu- un gigante puede estar representada en el segundo rasgo distintivo: sus
ra recibe los nombres de “pilares”, “zopilote”, “comido por gusanos” o brazos exageradamente grandes que dan a la figura una imagen de poder
“muerte” (Morris, 2006, pp. 51-53). Sus rasgos acentuados son líneas verti- y fuerza. Es interesante notar la conservación de esta interpretación entre
cales entre las piernas y los brazos exageradamente grandes. las tejedoras que, como señalé, consideran dicha figura como un pilar.
En cuanto al primer rasgo, en la iconografía maya encontramos seme- La figura masculina en los textiles mayas también tiene varios rasgos
janza con la imagen del dios Chahk (figuras 28d y 28e), dios celeste del agua zoomorfos: retoños que se desprenden de las manos y los pies con garras.
y de la lluvia, señor de las montañas, protector de las milpas y cultivos, Chahk era relacionado con el pájaro O’ (García Barrios, 2008, p. 320) y entre
quien es considerado como una de las deidades más antiguas del panteón los mayas chortís el dios de la lluvia tiene el aspecto zoomorfo de un ave
maya (Wisdom, 1961, Thompsom, 1989, Bassie-Sweet, 1991, citados en Gar- (Girard, 1962, citado en García Barrios, 2008, p. 329). Por ello, los retoños en
cía Barrios, 2008, p. 135; Contel, 2009, p. 21; De la Garza, 2009, p. 36; Taube, las manos pueden ser plumas y las garras probablemente son de ave.
1992, p. 22). El aspecto de Chahk como generador de la lluvia era y es uno En los textiles la figura masculina tiene imagen de “gigante”, cargador
de los más relevantes entre los mayas (García Barrios, 2008, p. 149; Contel, del cielo que también envía agua fértil a la tierra, lo que lo asemeja al
2009, p. 21; De la Garza, 2003a, p. 249). Son muchas las representaciones en dios de la lluvia Chahk. La preservación de la imagen de Chahk entre los
los Códices de Madrid y Dresde en que se muestra a Chahk como gene- textiles mayas, al igual que entre las creencias de los indígenas moder-
rador de lluvia al expulsar agua entre sus piernas (figuras 28d y 28e). Lo nos, nos habla de su gran importancia para el hombre cuya vida está
interesante es que la creencia de Chahk como dios de la lluvia perdura relacionada con el ciclo agrícola. La principal función de esa deidad era
todavía en los Altos de Chiapas, donde recibe el nombre de Anjel o Chauk enviar lluvia a la tierra para hacer crecer a los cultivos, así que esa lluvia
(De la Garza, 2009, pp. 37, 39; López Austin, 1995, p. 111). tenía aspecto fertilizante.
Es de notar que encontré una imagen similar en los textiles de Oaxaca
(figura 20i), donde se muestra una figura femenina expulsando el agua 3) ¿Por qué o para qué está representado este diseño?
entre sus piernas. Su parecido con la figura de Chahk es muy evidente y Se puede suponer que las tejedoras ponían dicho diseño para pedir a la
al parecer aquí presenta su forma femenina de la misma manera que en deidad de la lluvia (anjel o Chahk) que proporcione abundante lluvia ferti-
el Códice Madrid (figuras 28d y 28e). lizadora para que caiga sobre la tierra y así asegurar una buena cosecha.

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Alla Kolpakova Ch’ulme’tik, hocker y anjel

Después de examinar las figuras antropomorfas encontradas en los


textiles mayas, hay que mencionar que además de las que vimos existen
otras cuya interpretación presenta ciertas dificultades. Entre éstas se en-
cuentran la figura compuesta por tres rombos y la figura con forma de
cruz de San Andrés. No se puede proponer una interpretación para ellas
porque en el material etnográfico y arqueológico usado para el estudio a b c
no se encontraron las referencias o correspondencias con esos tipos de
imágenes, por lo que éstas requieren ser investigadas más a fondo.
En cuanto a la ubicación geográfica de los diseños más representati-
vos y antiguos, noté que ellos se encuentran sólo en dos comunidades:
San Andrés Larráinzar y Aldama (Magdalenas). Al parecer, en estos dos
pueblos las tejedoras lograron conservar los diseños arcaicos y recordar
muchos de sus significados. d e f g h

a b c d l
i j k m
Figura 17. Rombo-torso como símbolo femenil: a) figurilla de mujer embarazada, Xochi-
técatl, Pirámide de las Flores, Tlaxcala, Epiclásico, 650-850 d. C. Retomado de Arqueología
Mexicana, 29, p. 22 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; b) diseño de Pantelhó, Chiapas.
Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 118; c) diseño de Aldama, Chiapas. Retomado de Morris,
W. F., 2006, p. 167; d) figurillas femeninas, Tripolie, Ucrania, 3000-4000 a. C. Retomado de
Ribakov, B. A. 1981, p. 182.

n o p q r
aFigura 18. Figura hocker en el arte mundial y mesoamericano: a) diseño de Chalchihuitán,
Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 162; b) diseño de Aldama, Chiapas. Retomado
de Morris, W. F., 2006, p. 78; c) diseño de Chenalhó, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006,
p. 128; d) diseño de Aldama, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 78; e) figura en
cuclillas, Manabí, Ecuador. Retomado de Covarrubias, M., 1961, p. 36; f) figura en cuclillas,
Manabí, Ecuador. Retomado de Covarrubias, M., 1961, p. 36; g) figura antropomorfa en la
posición de parto, España, Mesolítico. Retomado de Golan, A., 1994, p. 334; h) figura antro-
pomorfa en la posición de parto, Armenia, 3000 a. C. Retomado de Golan, A. 1994, p. 334; i) fi-
s t u v w
gura antropomorfa en la posición de parto, arte rupestre, Oropolí, Honduras. Retomado de

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Alla Kolpakova Ch’ulme’tik, hocker y anjel

Indiana, 16, p. 180 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; j) figura antropomorfa en posición


del parto, arte rupestre, La Cola del Tortolero, Jalisco. Retomado de Arqueología Mexicana,
47, p. 58 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; k) figura antropomorfa en posición de parto,
arte rupestre, Actun Dzib, Yucatán. Retomado de Stone, A. J., 1995, p. 92 [adaptación gráfica
de A. Kolpakova]; l) figura antropomorfa en la posición de parto, plato policromo maya,
Preclásico Tardío, Tierras Bajas de Guatemala. Acervo del Museo Nacional de Arqueología
y Etnología de Guatemala. Elaboración propia; m) figura antropomorfa en la posición de
parto, cerámica maya, Uaxactun, Clásico. Retomado de Noguera, E. 1965, fig. 131; n) figura
antropomorfa en la posición de parto, sello, Guerrero. Retomado de Enciso, J. 1953, p. 136;
a b c d
o) figura antropomorfa en la posición de parto, cerámica policroma maya (K4661), proce-
dencia desconocida. Retomado de The Maya Vase Book, vol. IV, p. 581 [adaptación gráfica
de A. Kolpakova]; p) Tlasoltéotl en la posición de parto, Códice Laud, lámina 39. Retomado
del Acervo digital de la Fundación para el Avance de los Estudios Mesoamericanos, 1993; q)
Chahk, dios de la lluvia maya, Códice Madrid, 5b, 1400-1500 d. C. Retomado de Lee Whiting,
T. A., 1985, p. 87 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; r) Tlaltecuhtli-Tláloc, monstruo de
la tierra en la posición del parto, aztecas, Postclásico. Retomado de Miller, M. y K. Taube,
2004, p. 167 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; s) figura zoomorfa, sello, Teotihuacán,
Clásico. Retomado de Enciso, J. 1953, p. 68; t) figura zoomorfa, sello, Teotihuacán, Clásico.
Retomado de Enciso, J. 1953, p. 69; u) cocodrilo representando a la tierra, Copán, Clásico,
maya. Retomado de Stone, A. J., 1995, p. 24; v) figura antropomorfa en la posición de parto, e f g
detalle del textil femenino, Dintel 26, Yaxchilán, Clásico. Retomado de Graham, I. y E. V.
Euw. 1975 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; w) figura antropomorfa en la posición de
parto en textil arqueológico, cueva de Chilapa, Guerrero, Posclásico. Retomado de Arqueo-
logía Mexicana, 17, p. 37 [adaptación gráfica de A. Kolpakova].

h i j
Figura 20. Postura de parto parada: a) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris,
W. F., 2006, p. 113; b) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 113;
c) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 113; d) diseño de San
Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 113; e) figuras femeninas en parto en los
grafitos de Río Bec, Campeche [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; f) figura de una chamana
o diosa-madre que está dando a luz, arte rupestre, 3000-4000 a. C., Altái, Kalbak-Tash, Rusia.
a b c Retomado de Okladnikova, E. A., 1990, p. 89; g) deidad femenina, Códice Madrid, 32b, 1400-1500
d. C. Retomado de Lee Whiting, T. A., 1985, p. 100; h) deidad femenina, Códice Madrid, 30b,
Figura 19. Postura de parto en cuclillas: a) mujeres en el parto, península de Kolsk, Rusia. 1400-1500 d. C. Retomado de Lee Whiting, T. A., 1985, p. 99; i) figura antropozoomorfa, diseño
Retomado de Ribakov, B. A. 1981, p. 477; b) Tlazoltéotl dando a luz a dios de maíz, Códice en un huipil mixteco, Oaxaca. Retomado de Arqueología Mexicana, 9, p. 28 [adaptación gráfica
Borbónico, lám. 13. Retomado de Krickeberg, W. 1995, p. 160; c) figura mexica de mujer en de A. Kolpakova]; j) Madre-Chayote pariendo un nuevo fruto, Cancuc, Chiapas. Retomado de
el parto. Retomado de Arqueología Mexicana, 60, p. 16 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]. Figuerola Pujol, H. 2010, p. 171 [adaptación gráfica de A. Kolpakova].

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a b c d

e f g

h i
Figura 22. Postura de parto hincada o arrodillada: a) diseño de Pantelhó, Chiapas. Retoma-
do de Morris, W. F., 2006, p. 118; b) diseño de Pantelhó, Chiapas. Retomado de Morris, W. F.,
2006, p. 114; c) diseño de Pantelhó, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 114; d) diseño
de Tenejapa, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 86; e) diseño de San Andrés, Chia-
pas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 153; f) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de
Morris, W. F., 2006, p. 153; g) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006,
p. 113; h) escenificación de un parto maya tsotsil, Chiapas. Acervo del Museo de la Medicina
Maya, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Elaboración propia; i) postura tradicional para
Figura 21. Escena de un parto maya, vaso policromo cuadrangular (K5113), procedencia des- rezar entre los tsotsiles, Chiapas. Acervo del Museo de la Medicina Maya, San Cristóbal de
conocida. Retomado de The Maya Vase Book, IV, p. 650 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]. Las Casas, Chiapas. Elaboración propia.

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zFigura 23. Tocados de plumas: a) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris,
W. F., 2006, p. 79; b) diseño de Chenalhó, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 74; c)
diseño de Pantelhó, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 165; d) diseño de Aldama,
Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 167; e) figura antropomorfa con un tocado, arte
rupestre, Mascota, Jalisco. Retomado de Arqueología Mexicana, 47, p. 62 [adaptación gráfi-
ca de A. Kolpakova]; f) figura antropomorfa con un tocado, arte rupestre, Pethá, Chiapas.
Retomado de Pincemin Deliberos, I. S., 1999, p. 121 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; g)
figura antropomorfa, arte rupestre, Ixtapatongo, Estado de México. Retomado de Stone, A.
J., 1995, p. 54 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; h) figura antropomorfa con un tocado de
a b c d ave, arte rupestre, cueva del Tigre, Chiapas. Retomado de Pincemin Deliberos, I. S., 1999, p.
143 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; i) figura femenina, diseño de los bordados quiché,
Chichicastenango, Guatemala. Retomado de Hecht, A. 2001, p. 40 [adaptación gráfica de
A. Kolpakova]; j) figurilla de barro, gobernante, Jaina, Campeche, Clásico Tardío. Acervo
del Museo Regional de Antropología de Yucatán, Palacio Cantón. Elaboración propia; k)
traje militar azteca, Matrícula de Tributos. Retomado de la Biblioteca Digital del Instituto
Nacional de Antropología e Historia, lám. 8, 2018b; l) jugador de pelota, estela de Tonalá,
Chiapas, Clásico Temprano. Acervo del Museo Regional de Tuxtla Gutiérrez. Elaboración
propia; m) Tláloc, Códice Vaticano 3738 A, 48v. Retomado del Acervo digital de la Fundación
para el Avance de los Estudios Mesoamericanos, 1993 [adaptación gráfica de A. Kolpakova];
n) tocado de comanche, danza de comanches tepehua, Huehuetla, Hidalgo, 2010. Exposi-
e f g h i ción temporal “Máscaras mexicanas”, Palacio de Gobierno, Ciudad de México. Elaboración
propia; o) tocado de plumas en forma de corona, zoque, Chiapas. Museo Zoque, Copoya,
Chiapas. Elaboración propia; p) figurilla de una mujer, Jaina, Campeche, Clásico Tardío.
Museo Arqueológico de Campeche, Fuerte de San Miguel. Elaboración propia; q) deidad
femenina, Códice Madrid, 72a, 1400-1500 d.C. Retomado de Lee Whiting, T. A., 1985, p. 120.

aFigura 24. Tocados de cuernos y serpientes: a) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado
de Morris, W. F., 2006, p. 155; b) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F.,
2006, p. 90; c) diseño de Aldama, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 172; d) diseño
de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 153; e) figura antropomorfa con
j k l m tocado de cuernos, arte rupestre, Oropolí, Honduras. Retomado de Indiana, 16, p. 180 [adap-
tación gráfica de A. Kolpakova]; f) máscara de venado usada en danzas mixe, Oaxaca, 1970.
Exposición temporal “Máscaras mexicanas”. Palacio de Gobierno, Ciudad de México. Elabo-
ración propia; g) máscara de venado usada en danza del venado maya, Guatemala. Acervo
del Museo Nacional de Arqueología y Etnología de Guatemala. Elaboración propia; h) figura
antropomorfa con un tocado de serpientes, sello, Guerrero. Retomado de Enciso, J., 1953, p.
136; i) diosa O, Códice Dresde, 74, 1200-1250 d. C. Retomado de Lee Whiting, T. A., 1985, p. 77; j)
deidad con tocado de serpientes, arte prehispánico de Perú. Retomado de Golan, A., 1994, p.
328; k) Tláloc-cerro, Primeros Memoriales, f. 282v. Retomado de Arqueología Mexicana, 69, p. 24
[adaptación gráfica de A. Kolpakova]; l) figurilla con mascara-yelmo de ave maya, Palenque.
n o p q Acervo del Museo de Palenque “Alberto Ruz Lhuillier”. Elaboración propia; m) deidad femeni-
na, Códice Madrid, 94c, 1400-1500 d. C. Retomado de Lee Whiting, T. A., 1985, p. 131.

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a b c
d
a b c d

g h
e

e f

f i

g h i
Figura 25. Rasgos zoomorfos de las figuras femeninas: a) diseño de Pantelhó, Chiapas. Re-
tomado de Morris, W. F., 2006, p. 114; b) diseño de Chenalhó, Chiapas. Retomado de Morris,
W. F., 2006, p. 74; c) diseño de textiles de Guatemala. Retomado de Girard, R., 1949, p. 1071
[adaptación gráfica de A. Kolpakova]; d) guerrero ataviado como águila, pintura mural de
Cacaxtla, edificio A, Tlaxcala, 650-800 d. C. Retomado de De la Garza, M. 2003a, p. 408; e) gue-
rrero ataviado como jaguar, pintura mural de Cacaxtla, edificio A, Tlaxcala, 650-800 d. C.
Retomado de De la Garza, M., 2003a, p. 408; f) máscaras y trajes de tigres: izquierda, nahua,
Guerrero, 1970; derecha, mixteco, Oaxaca, 1980. Exposición temporal “Máscaras mexica-
nas”, Palacio de Gobierno, Ciudad de México. Elaboración propia; g) diseño de Chenalhó,
j k l m Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 74; h) diseño de Aldama, Chiapas. Retomado
de Morris,W. F., 2006, p. 167; i) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F.,
2006, p. 170.

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a b c

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d e f

e f g h

Figura 27. Representaciones de mujeres fecundas en cerámica y textiles: a) figurilla de mu-


g h jer embarazada, Tlatilco, Estado de México, Preclásico. Retomado de Westheim, P., 1980,
p. 96 [adaptación gráfica de A. Kolpakova]; b) figurilla de mujer embarazada, Paso de la
Figura 26. Gesto de veneración y ofrendas vegetales: a) diseño de San Andrés, Chiapas. Re- Amada, Soconusco, Chiapas, Preclásico Temprano. Acervo del Museo Regional de Tuxtla
tomado de Morris, W. F., 2006, p. 153; b) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, Gutierrez. Elaboración propia; c) figurilla de mujer embarazada, Kaminaljuyu, Guatemala,
W. F., 2006, p. 79; c) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 77; Preclásico Tardío. Acervo del Museo Nacional de Arqueología y Etnología de Guatemala.
d) gesto de veneración, diseño de textiles rusos. Retomado de Maslova, G. S. 1978, p. 122; Elaboración propia; d) figurilla de mujer embarazada estilo Bolinas, Salvador, Preclásico.
e) diseño de Aldama, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 75; f) diseño de Aldama, Acervo del Museo Popol Vuh, Guatemala. Elaboración propia; e) diseño de Chenalhó, Chia-
Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 75; g) ofrenda de flores, Códice Magliabechano, pas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 102; f) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de
f. 39r. Retomado de Arqueología Mexicana, 78, p. 43; h) mujer con plantas en las manos, va- Morris, W. F., 2006, p. 113; g) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006,
sija, Xochicalco, Morelos, Clásico. Retomado de Arqueología Mexicana, 32, p. 36 [adaptación p. 125; h) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 91.
gráfica de A. Kolpakova].

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Alla Kolpakova

Conclusiones
a b
Después de desarrollar mi propuesta sobre el significado de algunos
de los diseños en los textiles mayas, puedo presentar las siguientes
conclusiones:

1) En los textiles analizados se refleja el culto agrario que incluye el culto


a la fertilidad
c d e
Como vimos a lo largo del libro, el diseño más difundido en los textiles
Figura 28. Figura masculina en los textiles: a) diseño de Aldama, Chiapas. Retomado de
es el rombo, cuyo significado principal es la tierra. Esta última estaba
Morris, W. F., 2006, p. 107; b) diseño de Aldama, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, vinculada con lo femenino y por ello las ideas de la fertilidad de la tierra
p. 116; c) diseño de San Andrés, Chiapas. Retomado de Morris, W. F., 2006, p. 90; d) Códice se vincularon con la fecundidad de la mujer. Dicha relación se refleja en
Madrid, 9, 1400-1500 d. C. Retomado de Lee Whiting, T. A., 1985, p. 89; e) Códice Madrid, 31a,
la imagen del rombo-torso que se refiere al poder prolífico tanto humano
1400-1500 d. C. Retomado de Lee Whiting, T. A., 1985, p. 100.
como de la naturaleza. Esto permite valorar al rombo como una expre-
sión de culto agrario entre los mayas antiguos y contemporáneos. De
esta manera, se puede decir que el tema predominante de los huipiles
mayas es la fecundidad tanto de la mujer como de la tierra.

2) La mayoría de los diseños de los textiles pertenece al arte mesoamericano

Al comparar los diseños que aparecen en los atuendos mayas moder-


nos con las fuentes etnográficas y arqueológicas de Mesoamérica, noté
la gran coincidencia en su presentación. Eso señala la existencia de un
conjunto de imágenes comunes que formaban “el núcleo duro” de la cul-
tura mesoamericana y también la conservación de la mayoría de esas
representaciones pictóricas en la indumentaria moderna. De acuerdo
con los numerosos ejemplos expuestos en el presente trabajo, es muy
probable que las interpretaciones propuestas aquí sean los significados
no sólo de los diseños textiles sino también de los que están presentes

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Alla Kolpakova Diseños mágicos

en la cerámica, el arte rupestre y otras expresiones artísticas tanto de motivos en el arte pictórico. Así puede decirse que los textiles de Chiapas
los mayas como de otras etnias de Mesoamérica. guardaron en su repetición mecánica varios de los mitos antiguos que la
gente olvidó o transformó.
3) La mayoría de los diseños pertenece al arte mundial
5) Las tejedoras contemporáneas conservaron algunos de los significados
Después de presentar las imágenes comparativas procedentes de diver- antiguos
sos lugares del mundo, se puede notar que casi todas las decoraciones
en textil tienen su correspondencia en el arte universal. Además de eso, El hecho de que algunas de mis interpretaciones estén respaldadas por
las imágenes en los textiles de Chiapas no son la única fuente etnográfi- las explicaciones que dan para esos diseños las tejedoras, habla acerca
ca común donde se conservaron unas ideas tan antiguas. Seguramente de la preservación entre los indígenas de los Altos de Chiapas de unos
si se hiciera un estudio etnográfico comparativo completo se encontra- conceptos muy antiguos. Ese hecho es muy sorprendente y tal vez uno
rían muchos más paralelos de los que señalamos. de los pocos en el mundo donde se observa el proceso de conservación
de las creencias tan antiguas entre la gente.
4) Los diseños encontrados en los textiles mayas son de gran antigüedad Los significados que se lograron conservar son: el de zigzag como
serpiente o “camino de serpiente”; el rombo y la cruz dentro del rombo
La presencia en los textiles de Chiapas de diseños mundialmente cono- como la representación de la semilla en la tierra; los nombres de “Santo”,
cidos nos habla de su gran antigüedad. Esta condiciona la polisemántica “Señor de la Tierra”, “Padre-Madre” y “Nuestra sagrada Madre” para las
de dichas imágenes, ya que todas ellas resultaron tener varias posibles figuras antropomorfas.
interpretaciones. Como señalé, este fenómeno de conservación se debe en gran parte
Al parecer, el conjunto de los elementos iconográficos primarios se a que las técnicas de tejido en el telar de cintura no han cambiado con
formó en Mesoamérica en el transcurso del tiempo de los recolectores- el paso del tiempo (Morris y Karasik, 2015, p. 1). La técnica de brocado,
cazadores. Con la aparición de la agricultura, estos se adaptaron a las al igual que sus diseños, perduraron a través de los siglos sin muchos
necesidades de esa época y, en algunos casos, cambiaron su significado. cambios; es por eso que varios de sus significados antiguos lograron con-
Dentro de ese estrato antiguo se pueden señalar los siguientes diseños servarse entre las tejedoras, quienes los trasmitían según la costumbre
que se encuentran en los textiles de Chiapas: rombo, figuras femeninas ancestral generación tras generación.
en la posición de parto y zigzag. Por ello, los diseños en la vestimenta maya no eran y no son simples
Hay que notar que algunos de los diseños tuvieron ciertas compli- adornos, sino textos peculiares, antiguos y sagrados, en los que cada
caciones en su interpretación, principalmente por la poca presencia de diseño se refería a un concepto determinado y trasmitía cierta informa-
material etnográfico mesoamericano que los respalde, pero que tenían ción. Por esa razón, los textiles de los mayas, como los de otros pueblos
concordancias con los ejemplos del arte mundial. Eso me lleva a suponer del globo, son en realidad expresión de la compleja visión que tenían los
que por la conservación de las imágenes arcaicas en el arte en gene- antiguos habitantes de Mesoamérica del mundo.
ral, esos motivos, como los demás, siguieron copiándose siglo tras siglo,
pero el mito correspondiente a esa representación gráfica cambió y se
transformó, ya que el folklore es más vulnerable a los cambios que los

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Alla Kolpakova

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Entrevistas de campo
Pascuala Pérez López (19 de marzo de 2016).
Juana Pérez López (19 de marzo de 2016).
María Méndez Vásquez (11 de agosto de 2017).

— 132 —
CONTENIDO

Nota de la autora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
El estudio de la iconografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Diseños, diseños y más diseños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Los textiles y su iconografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Los textiles más antiguos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Representaciones arqueológicas de textiles mayas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
La aparición de diseños en la vestimenta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Tejer: acción llena de magia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
Diseños en textil de ayer y hoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Cambios en la indumentaria condicionados por la Conquista . . . . . . . . . . . 37
La tierra romboidal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Orígenes gráficos del rombo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
El rombo a través del tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
El rombo en Mesoamérica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Sembrar, germinar, crecer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
I. Rombos con elementos o diseños en su interior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
II. Rombos con elementos en su exterior (retoños) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
III. Rombos agrupados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Ch’ulme’tik, hocker y anjel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Figura hocker . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
Figura parada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
Figura arrodillada o hincada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Figura anjel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
La edición estuvo a cargo de la Dirección de Publicaciones
del CONECULTA-Chiapas y la impresión fue auspiciada por la Secretaría
de Cultura, gracias a los subsidios para instituciones estatales de cultura
del Presupuesto de Egresos de la Federación.

Corrección de estilo / Andrea Ximena Vargas Ledesma / Fabián E. Rivera Juárez


Diseño y formación electrónica / Mónica Trujillo Ley

Diseños mágicos. Análisis de los diseños con rombos en los huipiles mayas de Chiapas

se terminó de imprimir en agosto de 2018 en Ediciones de la Noche, en la ciudad


de Guadalajara. Los interiores se tiraron sobre papel cultural de 45 kg y la portada
sobre cartulina couché de 169 kg. En su composición tipográfica se utilizó
la familia PMN Caecilia. Se imprimieron mil ejemplares.

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