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Universidad Alberto Hurtado

Facultad de Filosofía y Humanidades


Departamento de Historia
Curso Temas de Historiografía Chilena
Prof. Dra. Cristina Moyano Barahona
Ayud. Mg. Valentina Pacheco Parra

II° INFORME DE LECTURA


I NTERPRETACIÓN Y A NÁLISIS
Patricio Hidalgo Hidalgo
Licenciatura en Historia
27/06/2019.

A través de este informe de lectura hemos de presentar los planteamientos recogidos


en el texto “¡Escucha, Winka! Cuatro ensayos de Historia Nacional Mapuche y un epilogo
para el futuro”, publicado por la Editorial Lom el año 2006. Este libro es producto de una
invitación formalizada por el historiador Julio Pinto, parte del consejo editorial de LOM, para
conocer la perspectiva de los mapuche sobre su propia historia. Los autores son tres
historiadores y un sociólogo: Pablo Marimán, Sergio Caniuqueo, José Millalén y Rodrigo
Levil. La obra representa un importante esfuerzo de la intelectualidad mapuche de hacerse
oír por la sociedad mayoritaria y dominante. Hay pocos trabajos de historia y de otras ciencias
sociales, elaborados desde la perspectiva del pueblo mapuche, y aunque éste no es el primer
libro de autores mapuche que aborda el tema, lo hace a partir de una investigación de
fuentes primarias, contando con una selección bibliográfica de probada rigurosidad.
Asimismo, tras la investigación hay como motivo de fondo, el interés por elaborar análisis
y propuestas en favor de la reconstrucción del acervo cultural mapuche que incluye una forma
propia de analizar y transmitir la historia de su pueblo.

Sobre los autores, su vida política e intelectual se materializó en este desafiante


contexto de replanteamiento de su identidad y saberes: Pablo Marimán Quemenado nació en
Santiago en 1967, y se mudó a Temuco en 1989 para continuar sus estudios universitarios y
estar en el epicentro de actividad política mapuche en el sur de Chile. Los otros tres autores
son originarios de la región de la Araucanía: José Millalén Pillal nació en 1969 en el
comunidad de Mañiuko, en Galvarino, cerca de Temuco; Rodrigo Levil Chicahual nació en
temuco en 1974 y Sergio Caniuqueo Huircapán también nació en Temuco, en 1976. A fines
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de los años ‘80 y durante la década de los ‘90, todos ellos participaron en redes y espacios
activistas en Temuco, como We Kintun, una organización alumnos mapuches. En 2002
coincidieron nuevamente en bajo el alero de las. actividades de la Coordinación de
Organizaciones Mapuche e Identidades Territoriales, que se convirtió en un referente
indígena influyente en la década de 2000. Para cuando estos cuatro autores comenzaron a
escribir ¡Escucha, winka!, lo que compartieron, además de su implicación política en el
movimiento mapuche, fue un común interés por la investigación centrada en las relaciones
históricas mapuche-chilenas, así como la formación académica en ciencias históricas y
sociales. Este texto pues, aparece en un contexto sociopolítico marcado por casi dos décadas
de movilizaciones indígenas, de renovada presión ambiental por parte de las multinacionales
de la madera sobre las tierras indígenas y de institucionalización de la represión y
criminalización estatal de las demandas mapuches. Cabe mencionar que, paralelamente al
ejercicio de una violencia brusca y brutal por parte de los aparatos represivos de Estado, sus
aparatos ideológicos desempeñaron un papel cada vez mayor, pues el período de la
posdictadura, que se abre en 1989, se caracteriza también por el asentamiento de una nueva
política pública de corte indigenista que se plasma mediante la promulgación de una nueva
ley indígena, la creación de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, la instauración
de una Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato, la puesta en marcha de programas de
educación y salud intercultural, y por último, la ejecución de un multimillonario programa
de etnodesarrollo (Orígenes), concebido desde el Ministerio de Planificación en Santiago y
el Banco Interamericano de Desarrollo, en Estados Unidos.

Con esta mezcla de intereses políticos e historiográficos, estos autores recogen la


invitación del profesor Pinto, emprendiendo la tarea de concebir y escribir este libro.
Particularmente, tomaremos de éste a fin de esquematizar nuestro informe, la Introducción y
los ensayos “Siglo XX en Gualmapu: de la fragmentación del Wallmapu a la unidad nacional
mapuche” y “Sociedad mapuche contemporánea”. Más allá del contexto específico de las
relaciones entre Mapuche y chilenos, la obra se inscribe en las corrientes de pensamiento
poscolonial o anticolonial, carácter del cual se hace eco el título, remitiendo a un clásico de
la literatura de la descolonización en África: “¡Escucha blanco!” (1970), de Frantz Fanon,
involucrado en la lucha de independencia de Algeria. Para estos cuatro intelectuales
mapuche, como lo manifiestan en la Introducción, su libro es un “grito de colonizados hacia
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otros colonizados, y al mismo tiempo, al colonizador, con el fin de volver a escribir la


Historia para situar en ella a una de sus voces menos escuchadas” (Marimán et al., 10). El
título mismo busca ser provocativo, buscando llamar la atención de los chilenos que ignoran
la historia mapuche y no entienden las motivaciones profundas de las personas o grupos
mapuche que luchan para defender sus derechos políticos y territoriales (entendiendo que en
mapuzungun, “winka” se refiere al no mapuche, al extranjero, y tiene una connotación
peyorativa).

En "Siglo XX en Gulumapu: de la fragmentación del Wallmapu a la unidad nacional


mapuche. 1880 a 1978", el historiador Sergio Caniuqueo busca explicar el contacto entre
winka y mapuche a partir de las relaciones coloniales. Su propósito es dar cuenta de la manera
en que se produce la frontera étnica entre mapuche y winka, de suerte que de lo que se trata
es de aprehender la manera en que se ha ido produciendo la condición sociohistórica de
oprimido y abarcar, en un mismo movimiento interpretativo, las articulaciones entre
sociedad, identidad y poder. La renovación del pensamiento crítico pareciera provenir, por
lo tanto, en parte de pensadores marginales y subalternos que no se satisfacen con la doxa
neoliberal y multicultural. Obviamente, no todos los mapuches adoptan perspectivas críticas,
pero la posición de dominado que ocupan estos estudiosos, tanto dentro del campo académico
como dentro del espacio social total, puede explicar en gran medida la reflexividad y la
aproximación crítica que demuestran. Si bien Caniuqueo afirma abocarse a la tarea de escribir
"una historia descolonizada", es consciente de que resulta una empresa titánica, por lo que se
asigna como primer objetivo repensar la historia mapuche desde una interrogación sobre el
colonialismo chileno. Así, no pretende interpretar la historia nacional mapuche desde una
pureza cultural indígena, sino desde su relación con la identidad criolla en construcción, en
relación con los grandes procesos de construcción del Estado nacional y de implementación
del modo de producción capitalista. Así, pretende realizar una historia que permita entender
la manera en que su historia ha sido interrumpida y ocultada por los agentes dominantes.

Es así como, en la primera parte de su ensayo, Caniuqueo no se interesa directamente


por la sociedad mapuche sino por la sociedad dominante, por la manera en que se fue
produciendo la incorporación del Wallmapu al Estado chileno o, en sus palabras, "como se
dio el proceso del colonialismo chileno". Insiste sobre la dependencia económica, afectiva e
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identitaria de la sociedad chilena con respecto de los poderes europeos. La dependencia


estructural es el marco a partir del cual hay que pensar la historia económica, política, social
y cultural de Chile, atrapado en el intercambio desigual, tanto a nivel material como
simbólico. Es con la misma intención de entender el punto de vista winka que Caniuqueo se
concentra en la manera en que lo mapuche y los mapuche han sido representados en la
literatura criolla. Por lo tanto, no solo se interesa por la manera en que se produce el nuevo
orden legal, económico y político dominante, sino también por la producción de un sistema
de representaciones que legitima el nuevo orden. A la hora de hablar de las transformaciones
socioculturales experimentadas por la sociedad mapuche, es posible observar que la
perspectiva adoptada por Caniuqueo es definitivamente anticulturalista, pues pone en tela de
juicio la idea según la cual estaríamos frente a un choque de culturas. Para él, el problema es
de índole política. Los procesos de deculturación, hibridación, mestizaje y préstamos no se
pueden entender fuera del contexto político que los determina. Desde este punto de vista, la
postura de Caniuqueo evita caer en el escollo de muchos estudios dedicados al mestizaje, que
han caído en una suerte de contemplación estética de los mecanismos de la mezcla. Aquí no
se habla de pérdida cultural mapuche, sino de la manera en que algunas prácticas culturales
fueron consideradas paulatinamente como ilegales y de cómo fueron sometidas a la nueva
legalidad winka. Muestra que los mapuches no han perdido su cultura (ceremonias funerarias,
ritos agrarios), sino que esta fue declarada ilegal pues, según los agentes dominantes, podían
poner en tela de juicio el orden material y simbólico dominante. Es así como Caniuqueo
rescata varios documentos de la época posderrota, en los cuales aparece claramente la
voluntad por parte de las autoridades de la frontera de erradicar, de una vez por todas, "las
prácticas culturales salvajes" de los indígenas. La conclusión es clara: los mapuches no han
perdido su cultura, sino que han sido sometidos a un etnocidio, a lo que el autor llama "las
restricciones culturales" y a "la prohibición de los aspectos de la vida social que engendraba
la concentración de una gran cantidad de personas mapuche" (167). El insistir sobre los
efectos del ejercicio de la violencia militar y legal en términos de transformaciones culturales
resulta fundamental, habida razón en el papel de la violencia en las transformaciones sociales
y culturales experimentadas por una sociedad. Es así como se interpreta la desaparición de
los rituales agrarios, del chamanismo, del uso del mapuzungun y de los ritos funerarios en la
zona costera como una "pérdida cultural", sin considerar el contexto político violento de la
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dictadura, durante el cual ser mapuche era en sí un hecho subversivo. Hablar mapuzungun,
tocar instrumentos mapuches o tener un kultrun en su casa eran vistos como actos políticos
por parte de las fuerzas policiales, apoyadas en su labor de represión por los evangélicos, que
veían en el uso del idioma mapuche y de los instrumentos locales una manifestación de
Satanás. En este caso no hay "pérdida cultural" o procesos de hibridación o sincretismo, sino
que clara y llanamente etnocidio, manifestándose así el carácter de las articulaciones entre
cultura y violencia. En definitiva, el ensayo de Sergio Caniuqueo, escrito desde una
perspectiva anticolonial, reintroduce lo político dentro del análisis de las transformaciones
culturales, contribuyendo así, desde su posición de dominado, a la crítica de la razón
culturalista. Si bien es cierto que poco se aprende del régimen de historicidad mapuche y de
la memoria histórica de los indígenas actuales, mucho mejor se entiende la manera en que se
aprehende la historia desde la condición sociohistórica de dominado y sobre la manera en
que el winka se construye como winka, produciendo y reproduciendo la frontera étnica entre
él y el mapuche. Un aspecto que merece ser destacado es, pues, la interrogante ausente de la
historiografía de los últimos treinta años, sobre la manera en que se ha ido reproduciendo la
pequeña diferencia colonial entre winka y mapuche, a pesar del objetivo pregonado de
evangelizar, civilizar, asimilar o integrar al indígena. Esta pequeña diferencia colonial,
manifestación del colonialismo interno y base de toda jerarquía social y racial.

El segundo ensayo por abordar, “Sociedad Mapuche contemporánea”, el sociólogo


Rodrigo Levil recorre los difíciles pero intensos períodos de la Reforma Agraria, para
profundizar en la revitalización del movimiento mapuche, ya en pleno período de la dictadura
militar. Allí refiere a la organización AdMapu, de la cual se originan buena parte de las
expresiones actuales del movimiento autonomista mapuche. Levil reconoce la complejidad
que reviste hoy referirse a la sociedad mapuche en su conjunto dada su intrincada diversidad,
por lo cual con un destacable rigor opta por profundizar en la realidad mapuche en Chile. No
obstante, formula la necesidad perentoria de dar cuenta en términos históricos y
contemporáneos de la sociedad mapuche a ambos lados de la cordillera de Los Andes. Hace
evidente la reiteración histórica planteada por diversos sectores de la sociedad chilena, que
señala que los mapuche tienden a desaparecer, ya sea negándolos, dividiéndoles,
expoliándolos, colonizándolos, en suma: “si el winka solamente quiere ver campesinos
pobres, obreros urbanos, pobladores, seguramente no se va a encontrar con los indígenas,
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pero no podrá desconocer que a su lado existen sujetos que pertenecen a un colectivo cultural
y político identificado con la idea, mucho más real que utópica, de Nación Mapuche” (248).

BIBLIOGRAFÍA

Cárcamo Huechante, Luis. “Mapuche Historians Write and Talk Back: Background and Role
of ¡Escucha, winka! Cuatro ensayos sobre Historia Nacional Mapuche y un epílogo sobre el
futuro (2006)”. En Decolonial Gesture, Volume 11, Issue 1, University of Texas, Austin.
(2014).

Marimán, Pablo et al. “¡Escucha Winka! Cuatro ensayos sobre Historia Nacional Mapuche
y un epilogo sobe el futuro”. Editorial Lom, 2006.

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