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Elia Kazan

Nace en 1909 y fallece en el 2003. De origen griego y nacido en Turquía, vida creativa
toca distintos campos como el Teatro, el Cine y la Literatura. Quizá fue el Teatro el
primero que le deparó un gran prestigio con el triunfo de sus montajes en el Group
Theatre y luego con su participación en la creación del Actor’s Studio, la escuela de
formación de actores más famosa del mundo y que formó a estrellas de la categoría de
Marlon Brando, Paul Newman y muchos otros.

La ley del silencio

Cuando se habla de cine social en los Estados Unidos un título como La ley del silencio
resulta imprescindible. Dirigido en el año de 1954 por Elia Kazan, las circunstancias
que rodearon su realización tienen mucho que ver con la biografía del propio autor y
con el ambiente político que se vivió en el país desde el final de la Segunda Guerra
mundial.

La historia transcurre en los muelles de Nueva York y traza un cuadro violento,


descarnado de la corrupción que allí campea, con una mafia poderosa que maneja los
puestos en el puerto, que cobra cuotas por entregarlos y que utiliza la eliminación de
los opositores como arma clara y definitiva de su dominio.

El peso protagónico lo lleva Terry Malloy, un joven que pudo haber llegado lejos como
boxeador pero al que las oscuras conexiones de su hermano lo obligaron a olvidarse de
los sueños de triunfo. Ahora sobrevive como beneficiario de la organización criminal,
trabaja poco y mira casi con indiferencia lo que sucede a su alrededor. La presencia de
Marlon Brando otorga una fuerza especial a Terry y el Oscar que se le entregó en su
momento hizo justicia a una de las interpretaciones más fulgurantes de su carrera.

A más de Terry otros varios personajes enriquecen la trama y sirven para propiciar las
diferentes lecturas que pueden hacerse del filme. Uno de los más incidentes es el padre
Barry, un sacerdote que decide librar su propia batalla contra la mafia, tratando con sus
prédicas de convencer a muchos de la necesidad de romper el silencio y denunciar ante
la policía a los responsables de los crímenes en el puerto.

Aspectos claves como el amor que surge entre Terry y la hermana de uno de los
trabajadores asesinados o la relación de Terry con su hermano son también líneas
apropiadas para seguir la evolución de una trama tensa y que nunca decae a lo largo de
los minutos, consecuencia natural de la solidez del guion en que se apoya.

Si se quisiera juzgar a Elia Kazan por una sola de sus películas, propósito casi imposible
pero que presentamos como hipótesis, esa obra tendría que ser La ley del silencio. En
ella se reconoce a uno de los directores más completos y talentosos de su generación,
con una riqueza que empieza en la estructura de su guion y se extiende a la perfección
de su puesta en escena.

Orlando Mora

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