TF III: Revelación (2019)

Examen parcial

Indicaciones generales:

Para responder las siguientes preguntas, se puede utilizar todo el material que se ha
manejado durante el curso: el Programa, los Apuntes y los Textos son la referencia fundamental,
pero también las respuestas preparadas de la Guía de estudio y los apuntes personales pueden
ayudar. POR FAVOR: NO COPIAR CONTENIDOS DE LIBROS O APUNTES; se trata de
relacionar con fundamentos (citar las referencias y transcribir las frases importantes sobre el tema
sólo cuando sea necesario).
Se trabajará en forma individual o en grupos de 2 (dos). Se estima el tiempo necesario hasta
una hora y media.

Preguntas:

1. A partir de al menos dos textos bíblicos y uno del Magisterio, muestre que la revelación
cristiana asume e integra las Escrituras de Israel y que también asume ciertos elementos
culturales y religiosos de los entornos “paganos”.
Citando dos pasajes bíblicos, uno de los Evangelios y otro del Corpus Paulino podemos ver
que el Nuevo Testamento asume las Escrituras de Israel. En el primer caso en boca de Cristo y en el
segundo reflexionándolas cristianamente y con un enfoque dirigido al entorno pagano, donde por
Abraham se justificaron también los pueblos gentiles.
Mateo 5, 17-20:
"17«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar
cumplimiento. 18Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de
la Ley sin que todo suceda. 19Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más
pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en
cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos. 20«Porque os
digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el
Reino de los Cielos."
Gálatas 3, 8-9:
"8La Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, anunció con antelación a
Abraham esta buena nueva: En ti serán bendecidas todas las naciones. 9Así pues, los que viven
de la fe son bendecidos con Abraham el creyente."
Por otro lado, tenemos un escrito actual del Magisterio que asume las Escrituras de Israel y
las reflexiona a la luz de la realidad actual, que podríamos animarnos a llamar pagana:
Christus Vivit 9 “El rey David fue elegido siendo un muchacho. Cuando el profeta Samuel
estaba buscando al futuro rey de Israel, un hombre le presentó como candidatos a sus hijos
mayores y más experimentados. Pero el profeta dijo que el elegido era el jovencito David, que
cuidaba las ovejas (cf. 1 S 16,6-13), porque «el hombre mira las apariencias, pero Dios mira el
corazón» (v. 7). La gloria de la juventud está en el corazón más que en la fuerza física o en la
impresión que uno provoca en los demás.”
Esto nos lleva a ver que la Iglesia Católica no se desentiende de las Escrituras del Pueblo de
Israel sino que las asume y comprende a la luz de la revelación y también las aplica en ámbitos o
situaciones que la tradición de Israel llamaría pagana.
 2. “A Dios nadie lo ha visto jamás; un Dios Unigénito nos lo ha contado” (Jn 1,18). A
partir de este testimonio bíblico, explique la afirmación de que Jesucristo es a la vez
“Mediador y Plenitud de toda la revelación” (DV 2).
De esta frase de DV debemos analizar dos palabras para comprenderla mejor:
- Primero que nada la palabra Mediador. Por dos motivos se lo asigna a Cristo como
Mediador, por un lado ya que es quien da a conocer a Dios mismo, bondadoso y sabio, y
su voluntad (cf. DV 2a). Pero también es quien a los hombres permite acceder al Padre
mediante el Espíritu Santo (cf. DV 2a). La función de Mediador tiene dos sentidos,
desde arriba hacia abajo y desde abajo hacia arriba.
- Por otro lado hemos de señalar la palabra Plenitud. Si bien Dios se ha ido revelando
económicamente a lo largo de la historia de la Salvación, ha llegado a hacerlo
plenamente en Jesucristo que confirma y plenifica esas acciones y palabras dadas y
realizadas en la historia del Pueblo de Israel. (Cf. DV 2c).
Por eso es que llamamos a Jesucristo Dios Unigénito que nos ha contado sobre Dios a quien
nadie ha visto jamás. Es quien ha mediado desde Dios hacia los hombres y desde los hombres hacia
Dios, pero lo ha hecho dándole plenitud a lo previamente anunciado y obrado en el Pueblo de Israel.

3. ¿Cómo se relacionan entre sí la creación y la revelación según la enseñanza de los

Concilios Vaticano I (en Dei Filius) y Vaticano II (en Dei Verbum)? ¿Cuál es la
categoría clave que recuerda el papa Benedicto XVI en Verbum Domini 7?
Dei Filius enseña en el Concilio Vaticano I que hay un conocimiento natural de Dios al que
todo hombre puede acceder mediante la contemplación de la creación, de las cosas creadas. Sin
embargo también nos dice que existe otro camino que se llama revelación sobrenatural que es el
que ha trazado Dios mismo hacia los hombres; distinto del primero que puede trazar cada hombre
hacia Dios. De esta manera es como relaciona la creación y la revelación. El primero utiliza la razón
como instrumento y el otro la fe. Este segundo es el que ha hablado mediante su Hijo.
Dei Verbum afirma también que Dios da testimonio de sí mismo en las cosas creadas y se
manifestó a los primeros padres desde el principio (cf. DV 3a). Pero se reveló personalmente a
Abraham y a partir de él a todos los que le procedieron: Patriarcas, Moisés y Profetas y así instruir
al Pueblo preparando el camino para el Evangelio, Jesucristo, que es plenitud de la revelación.
Por otro lado el Papa Benedicto XVI en Verbum Domini 7 nos dice que el centro de la
revelación divina es Cristo, pero también hay que reconocer que la creación forma parte de las
varias voces en que se expresa el único Verbo. De manera excelente relación la creación con la
revelación, donde Cristo es el centro pero Dios ha dejado oír su voz también en la creación y a lo
largo de la historia de la salvación adquiriendo plenitud en Cristo.

4. La enseñanza del capítulo I de Dei Vebum supera un modelo puramente “doctrinal” de

revelación. Muestre en los textos de DV 2 a 4 las dimensiones: personal, trinitaria,
cristocéntrica, histórica, comunitaria y escatológica de la misma.

Personal
b Así pues, por esta revelación, Dios invisible (cfr. Col 1,15; 1 Tim 1,17), desde la abundancia de su amor
habla a los hombres como amigos (cfr. Ex 33,11; Jn 15,14-15) y trata con ellos (cfr. Bar 3,38) para invitarlos a la
comunión consigo y recibirlos en ella.
Trinitaria
a Plugo a Dios en su bondad y sabiduría revelarse a Sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad (cfr. Ef 1,9),
por el que los hombres, por Cristo, Verbo hecho carne, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes
de la naturaleza divina (cfr. Ef 2,18; 2 Pe 1,4).
d Por lo tanto, Él mismo –quien lo ve, ve también al Padre (cfr. Jn 14,9)– con su total presencia y
manifestación, con palabras y obras, signos y milagros, y sobre todo, con su muerte y resurrección gloriosa de entre los
muertos, finalmente con el envío del Espíritu de Verdad, perfecciona completando y confirma con el testimonio divino
la revelación: Dios está siempre con nosotros para librarnos de las tinieblas del pecado y de la muerte y resucitarnos a la
vida eterna.
Cristrocéntrica

a Plugo a Dios en su bondad y sabiduría revelarse a Sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad (cfr. Ef 1,9),
por el que los hombres, por Cristo, Verbo hecho carne, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes
de la naturaleza divina (cfr. Ef 2,18; 2 Pe 1,4).

d Pero la verdad íntima tanto sobre Dios como sobre la salvación del hombre, por esta revelación, resplandece
para nosotros en Cristo, quien es a la vez mediador y plenitud de toda la revelación.

3. a Dios, creando y conservando todo por el Verbo (cfr. Jn 1,3),

3.c y para que esperaran al Salvador prometido. De esta manera, a través de los siglos, preparó el camino al Evangelio.
4b Pues envió a su Hijo, es decir, al Verbo eterno, que ilumina a todos, para que habitara entre los hombres y les contara
lo íntimo de Dios (cfr. Jn 1,1-18).
c Jesucristo pues, Verbo hecho carne, “hombre a los hombres” enviado, “habla palabras de Dios” (Jn 3,34) y
consuma la obra salvífica que el Padre le dio a realizar (cfr. Jn 5,36; 17,4).

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