la forma y en el fondo en contra del fallo de la
Corte de Apelaciones, fundando el primero en
Caso Consejo de Defensa
del Estado con Sociedad
Clasificadora de
Materiales de Minería y
Sociedad Minera Santa
Laura Uno y Dos. Tribunal
Constitucional. Sentencia
Rol 1373-2009 de 22 de
junio de 2010: ¿se vulnera
el derecho a la tutela
judicial efectiva y el
debido proceso por lo
dispuesto en el artículo
768 inciso antepenúltimo
del Código de
Procedimiento Civil?
Claudia Barrera
Alumna Magíster Derecho Civil Patrimonial,
UDP.
La discusión que se abordará en el presente
comentario jurisprudencial se inicia con los
hechos que dan origen a los autos caratulados
“Consejo de Defensa del Estado con Sociedad
Clasificadora de Materiales de Minería y
Sociedad Minera Santa Laura Uno y Dos”, los
cuales fueron tramitados en juicio sumario de
reparación ambiental, conforme a las
disposiciones de la Ley N°19.300 sobre Bases
Generales del Medio Ambiente. En dicho
proceso el Fisco de Chile, representado por el
Consejo de defensa del Estado, interpuso
demanda de reparación ambiental por faenas
de extracción de áridos que ocasionaron daño
al suelo agrícola y modificaron su capacidad
de uso, así como daño al componente aire y
contaminación acústica. El Tribunal de
primera instancia acoge la demanda y
condena a las demandadas a restaurar y
reparar el medio ambiente, por lo cual éstas
interponen recurso de apelación en contra de
dicha sentencia, sin embargo, la Corte de
Apelaciones de Concepción la confirma. Los
recurrentes deducen recurso de casación en
que no se habría ponderado la voluminosa
prueba rendida en segunda instancia, dentro
de la cual se incluía la propia inspección
personal de la Corte, lo que, a juicio de las
demandadas, configuró el vicio de no haberse
extendido el fallo con arreglo a lo prevenido
en el artículo 170 del Código de
Procedimiento Civil, ya que éste carecía de
motivación que fundara su decisión,
configurándose, en consecuencia, la causal de
casación en la forma que consagra el artículo
768 número 5 del mismo cuerpo legal.
Con fecha 24 de abril de 2009, estando
pendiente la tramitación de los recursos de
casación en la forma y en el fondo, el abogado
Raúl Tavolari Oliveros, en representación de
Sociedad Clasificadora de Materiales de
Minería Limitada y de Sociedad Legal Minera
Santa Laura Uno y Dos, presentó un
requerimiento de inaplicabilidad ante el
Tribunal Constitucional respecto de la
disposición contenida en el inciso
antepenúltimo del artículo 768 del Código de
Procedimiento Civil, en la parte que impide
pedir la anulación, por casación en la forma,
de las sentencias que, pronunciadas en juicios
regidos por leyes especiales, carecen de las
condiciones de hecho y de derecho que les
sirven de fundamento, como dispone el
numeral 4° del artículo 170 del mismo Código,
ello en consideración a que, como se
mencionó con anterioridad, dicho juicio fue
tramitado conforme a las reglas de la Ley
19.300.
A juicio de las requirentes dicha disposición
viola el artículo 19 N°3 inciso quinto de la
Constitución Política, pues el concepto de
debido proceso supone la exigencia para el
juez de motivar sus fallos y, en cuanto tal,
comprende también el derecho del justiciable
a denunciar la omisión en caso de que ella
tuviere lugar. Además, dicho precepto
vulneraría la garantía de un procedimiento
justo y racional y deja al afectado en
indefensión al introducir la prohibición de
instar por la anulación de una sentencia
definitiva que desconoce el deber de fundar
las decisiones. Asimismo, señalan que la
norma impugnada infringe el artículo 19 n°3
inciso primero, en relación con el artículo 19
n°2 inciso primero de la Carta Fundamental,
pues existiría una violación al principio de
igualdad ante la ley en la protección de los
propios derechos, ya que, según expresan,
quienes litigan por el estatuto común pueden
denunciar el hecho de que sus sentencias
carezcan de motivación y, en cambio, quienes
accionan de acuerdo con leyes especiales no
pueden hacerlo porque el artículo impugnado
del Código de Procedimiento Civil se los
impide. Finalmente, basan la inaplicabilidad
en el hecho que el derecho a obtener una
sentencia fundada se ve no sólo impedido
sino proscrito cuando el precepto legal cuya
inaplicabilidad se solicita viola el derecho a
impetrar la nulidad de la sentencia infractora
a través del recurso de casación en la forma,
vulnerándose, de este modo, el artículo 19
n°26 de la Carta Fundamental.
Con fecha 22 de junio de 2010, el Tribunal
Constitucional declara inaplicable el
precepto, acogiendo el requerimiento
interpuesto y, con fecha 31 de agosto de
2012, la Corte Suprema rechaza la casación en
el fondo y en la forma intentada.
En el presente comentario se abordará el
problema de si, en el caso que analizamos, se
vulnera o no por lo dispuesto en el artículo
768 inciso antepenúltimo del Código de
Procedimiento Civil el derecho a la tutela
judicial y el debido proceso. Paralelamente, se
reflexionará en torno a cómo comprenden los
requirentes y el Tribunal Constitucional
ambos derechos en el presente fallo.
En primer lugar, cabe hacerse cargo de la
formulación de la parte requirente respecto a
que se vulneraría el artículo 19 n°3 inciso
quinto de nuestra Constitución a través del
artículo del Código de Procedimiento Civil que
1 BORDALÍ (2011), pp. 316
2 BORDALÍ (2011), pp. 320
ha sido impugnado en este caso. Para ello, el
requirente plantea que se vulneraría el
debido proceso, toda vez que éste
comprendería el deber del juez de motivar sus
fallos y comprendería el derecho a denunciar
dicha falta de motivación en caso de que se
dé. En este sentido, podemos señalar que la
parte requirente parece comprender que en
el artículo 19 n°3 inciso quinto se encuentra
consagrado el debido proceso, al igual como
lo entiende Bordalí1. Nuestra Constitución
Política expresa en dicho inciso del artículo 19
n°3 que “Toda sentencia de un órgano que
ejerza jurisdicción debe fundarse en un
proceso previo legalmente tramitado.
Corresponderá al legislador establecer
siempre las garantías de un procedimiento y
una investigación racionales y justos”. Según
Bordalí, cuando dicho inciso hace referencia a
“las garantías de un procedimiento y una
investigación racionales y justos” estaría
aludiendo al reconocimiento del debido
proceso como derecho fundamental de los
ciudadanos2. El mismo autor expresa que el
derecho a obtener una sentencia motivada
formaría parte de este derecho al debido
proceso y considera que este derecho no
formaría parte del derecho a la tutela judicial,
como erróneamente ha sostenido en diversas
ocasiones nuestro Tribunal Constitucional3.
Partiendo de dicha base, podemos concluir
que la requirente entiende bien en este punto
el derecho al debido proceso consagrado por
nuestra Constitución, toda vez que entiende
que la falta de motivación de la sentencia que
se ha dado en su caso vulneraría dicha
garantía y no lo engloba dentro del derecho a
la tutela judicial.
La exigencia de motivar las sentencias “se
constituye así, para las partes del proceso, en
una garantía que les permite constatar que su
situación jurídica ha sido evaluada por el juez
con imparcialidad y sin arbitrariedad”4, y
parece ser que en este caso se ve
transgredido dicho deber por parte del juez
3 BORDALÍ (2011), pp. 329
4 ACCATINO (2003)
de segunda instancia, ya que sin más confirma
el fallo de segunda instancia y no indica las
razones precisas por las cuales la abundante
prueba rendida en dicha oportunidad no
logró que cambiara la decisión adoptada por
el tribunal a quo. Como se señala por el
mismo requirente, lo que marca en este
punto la transgresión del deber de
fundamentación y, por consiguiente, del
debido proceso, es el hecho de que rindieron
nuevas probanzas en esta instancia,
probanzas que incluso incluyeron la
inspección personal del tribunal y que
perfectamente podrían haber llegado a
modificar la decisión primitivamente
adoptada, cuestión distinta ocurriría si es que
no se hubiere rendido prueba nueva y el
tribunal se hubiere limitado a confirmar lo
fallado en primera instancia en base a lo
mismo.
La “motivación debe ser razonable, no
necesariamente exhaustiva a toda la solicitud,
sino que congruente en sí misma. El objeto de
la motivación permite su potencial control
posterior en revisión por un tribunal superior
y garantiza la interdicción de la
arbitrariedad”5, cuestión que en este caso no
se dio, toda vez que no hubo motivación, lo
cual claramente se diferencia del hecho de
que la fundamentación no ha de ser
exhaustiva. En el caso que analizamos se
omitió el análisis de las probanzas rendidas en
segunda instancia en la sentencia de la Corte
de Apelaciones y parece vulnerar las garantías
del debido proceso, considerando que, a lo
menos, la sentencia debió indicar porque
mantuvo su decisión aun cuando había
prueba nueva que debía ponderar.
Por su parte, el Tribunal Constitucional
entiende, al igual que el recurrente, que se
infringe el deber de motivar las sentencias, y
señala que, si bien este derecho no se
encuentra consagrado de forma explícita en
5GARCÍA Y CONTRERAS (2013), pp. 269
6Sentencia Tribunal Constitucional, Rol 1373-2009 de
22 de junio de 2010, considerando 7°
nuestra Constitución, él se puede desprender
de diversas normas de la misma, como el
propio artículo 19 n°3, el artículo 76 y el
artículo 6 6. Por otro lado, la obligación de
motivar se encuentra consagrada en el
artículo 170 n°4 del Código de Procedimiento
Civil7. Pese a no encontrarse consagrado
expresamente por nuestra Carta
Fundamental, el Tribunal Constitucional ve
infringida la garantía de motivar las
sentencias en este caso y señala lo siguiente:
“DECIMOSEGUNDO: Que si la decisión
judicial sólo puede recaer sobre una solución
legítima; para ser aceptable desde un punto
de vista jurídico y atribuirle validez, es
evidente que la motivación de la sentencia es
esencial. Ella es la justificación –no la
explicación- de la resolución; se trata de un
discurso cerrado, de clausura: una vez
dictado el fallo, debe contener todos los
requisitos de la justificación, no pudiendo ser
variado o modificado…”8
Es decir, el Tribunal Constitucional entiende
que el deber de fundamentar las sentencias
se ve vulnerado en el caso en cuestión en
virtud del que el fallo carecía de motivación y
no contenía una ponderación de la prueba
rendida en segunda instancia, ni tampoco se
señalaba en él porque se había mantenido la
decisión original, pese a la rendición de dicha
prueba, pero, además, el Tribunal
Constitucional entiende que este derecho se
ve también vulnerado por impedirse la
impugnación del fallo que carece de
fundamentos, según explica:
“DECIMOTERCERO: Que la transgresión del
citado deber se produce tanto si el juez no
funda la sentencia, como –al contrario de lo
que ha sostenido la requerida en estrados- si
se impide la impugnación, por ese capítulo,
del fallo que omite su adecuada motivación.
El resultado es el mismo –vulneración del
7 Sentencia Tribunal Constitucional, Rol 1373-2009 de
22 de junio de 2010, considerando 8°
8 Sentencia Tribunal Constitucional, Rol 1373-2009 de
22 de junio de 2010, considerando 12°
derecho-, producido en este caso por la falta
del instrumento que corrija el vicio;”9
Es decir, el Tribunal Constitucional entiende
que el deber de motivar las sentencias por
parte del juez es una garantía constitucional,
que, pese a no estar consagrada
expresamente, merece protección, pero,
además, entiende que dicha garantía se debe
complementar con el derecho a impugnar
aquella sentencia que carezca de motivación.
Se agrega así una dimensión adicional a dicha
garantía, la cual forma parte integrante, como
señalamos anteriormente del derecho a un
debido proceso consagrado en el artículo 19
n°3 inciso 5 de nuestra Carta Fundamental,
cuestión que puede ser admisible,
considerando, como plantea Bordalí, que
“Cuando se hace referencia al debido proceso
en nuestra Constitución, nos encontramos con
una cláusula de contenido indeterminado que
debe ser colmada por el legislador o por los
tribunales de justicia”10, es decir, “con el
debido proceso o racional y justo
procedimiento, estamos frente a un derecho
fundamental o principio constitucional que
hace las veces de un contenedor de varias
garantías procesales para los justiciables, en
algunos casos expresamente señaladas por el
constituyente en forma separada de la
cláusula general, como ocurre con el derecho
de defensa, el derecho a un juez natural, entre
otras”11. Por lo tanto, se podría señalar que el
Tribunal Constitucional en este caso lleno de
contenido al debido proceso, al entender que
el deber de motivar las sentencias trae
aparejado también un derecho a que estas
puedan ser impugnadas en caso de que no
sean fundadas.
Por otro lado, parece ser que en este caso el
Tribunal Constitucional confunde los
conceptos de debido proceso y tutela judicial
efectiva, toda vez que señala que la
motivación de la sentencia es inherente a
9 Sentencia Tribunal Constitucional, Rol 1373-2009 de
22 de junio de 2010, considerando 13°
10 BORDALÍ (2011), pp. 320
11 BORDALÍ (2011), pp. 321
derecho a la acción y a la concreción de la
tutela judicial efectiva, y se refiere a estos
como elementos propios de un proceso
racional y justo:
“DECIMOQUINTO: Que, en armonía con lo
relacionado, puede concluirse que la
motivación de la sentencia es connatural a la
jurisdicción y fundamento indispensable
para su ejercicio. Constituye, a la vez que un
deber del juzgador, un derecho para el
justiciable. Es inherente al derecho a la
acción y, por ende, a la concreción de la
tutela judicial efectiva; elementos propios de
las garantías de un procedimiento racional y
justo, cuya ausencia o limitación vulnera la
exigencia constitucional y autoriza declarar
la inaplicabilidad del precepto objetado;”12
Parece ser que nuestro Tribunal
Constitucional entiende que la
fundamentación de las sentencias es una
garantía que forma parte del derecho a la
acción y a la tutela judicial efectiva, y entiende
que estos dos, a su vez, forman parte del
debido proceso como un derecho global.
Bordalí señala que el debido proceso es un
derecho global, porque contempla diversas
garantías13, sin embargo, el autor aboga
por “no incluir el derecho a la tutela judicial
dentro del debido proceso, sin perjuicio de su
íntima relación y convergencia en el ejercicio
jurisdiccional. Esa no inclusión de un derecho
en el otro se explica porque se trata de
derechos que, analíticamente, operan con
funciones y en momentos diversos. Mediante
el derecho a la tutela judicial los individuos se
aseguran el poder de acceso a los tribunales y
a obtener de estos una decisión según lo que
el derecho prescriba que deba resolverse en
ese caso”14. Por otro lado, el debido proceso
no tiene que ver con el derecho a obtener una
decisión judicial, sino que mediante éste “se
garantiza que la actividad que se desarrollará
ante el tribunal de justicia desde que el
12 Sentencia Tribunal Constitucional, Rol 1373-2009 de
22 de junio de 2010, considerando 15°
13 BORDALÍ (2011), pp. 324
14 BORDALÍ (2011), pp. 321
individuo incoa su actuación o se hace parte motivación a través del recurso de casación
en un proceso como demandado o tercero y en la forma porque el artículo impugnado del
obtiene una respuesta por parte de este, sea Código de Procedimiento Civil se los impide.
llevada a cabo de una manera tal que permita Se ha indicado que dentro del derecho a
desde luego exponer todos los aspectos tutela judicial efectiva se encontraría el
referidos a cuestiones fácticas y jurídicas que derecho al recurso legalmente previsto19 y se
desee invocar, a objeto de incidir sobre la podría argumentar en este caso que se ve
decisión del tribunal de justicia. Se pretende vulnerado, dicho derecho, sin embargo “este
así, con el debido proceso, legitimar de un es un derecho que no implica la facultad de
mejor modo la justicia de la decisión recurrir de todas y cada una de las
judicial”15. resoluciones, sino que el legislador tiene
libertad para determinar aquellas actuaciones
Nuestro Tribunal Constitucional no separa
jurisdiccionales que sean susceptibles de ser
ambos derechos, e incluso, menciona a la
revisadas”20, por lo cual, en principio, en este
tutela judicial efectiva y al derecho a la acción
caso no se vería vulnerado este derecho, toda
también como cuestiones independientes, sin
vez que no se encuentra previsto por el
embargo, según Bordalí, el derecho a la
legislador que proceda el recurso de casación
acción, o derecho de acceso a la justicia,
en la forma cuando las sentencias dictadas en
forma parte integrante de la tutela judicial16.
procedimientos regidos por leyes especiales
Además, en este caso, no se ve vulnerado el
carecen de motivación. Asimismo, se podría
derecho a acceder a la justicia por no motivar
señalar que hay un derecho al recurso
la sentencia, pues esta garantía se ha definido
propiamente tal en este caso, considerando
como “la facultad de un sujeto de traspasar
que la casación en la forma de todos modos
un conflicto al proceso para lograr una
procede en estos casos, conforme a lo
solución jurisdiccional17” y ello claramente no
expresado por el artículo 768 impugnado,
se relaciona con la fundamentación de los
cuando se ha omitido la decisión del asunto
fallos; acá sí hubo acceso a la justicia. Lo que
controvertido. Además, procede el recurso de
sí se ve vulnerado con ello, como hemos
apelación en estos procedimientos regidos
venido argumentando hasta ahora, es el
por leyes especiales, por lo cual si existe la
debido proceso, toda vez que éste
posibilidad de que haya una revisión por parte
comprende dentro de él el deber de
de un tribunal superior.
motivación.
Pese a lo anterior, debemos hacer presente
Por otro lado, se podría argumentar que se
que “el derecho a la tutela judicial es un
vulnera la tutela judicial, entendiendo que
derecho de tipo prestacional que necesita de
esta garantía se encontraría de forma
configuración legal. Como será el legislador
implícita en el artículo 19 n°3 inciso primero18.
que en definitiva dé vida al derecho, la
Lo anterior se plantea en base a que el
jurisprudencia comparada ha puesto especial
recurrente señala que existiría una violación
énfasis en que la ley si bien puede limitar o
al principio de igualdad ante la ley en la
condicionar el ejercicio del derecho, no puede
protección de los propios derechos, ya que
hacerlo de modo de imponer obstáculos o
quienes accionan de acuerdo con leyes
trabas arbitrarias o caprichos que impidan la
especiales, a diferencia de quienes accionan
tutela garantizada constitucionalmente” y, en
por el estatuto común, no pueden impugnar
este sentido, se podría argumentar que la
el hecho de que sus sentencias carezcan de
traba impuesta en este caso por el precepto

15 18 BORDALÍ (2011), pp. 314

BORDALÍ (2011), pp. 321
16 19 BORDALÍ (2011), pp. 329
BORDALÍ (2011), pp. 329
17 COLOMBO (2003), pp. 95 20 GARCÍA Y CONTRERAS (2013), pp. 270
impugnado en aquellos procedimientos que impedir la casación en la forma por falta de
se rijan por leyes especiales no parece ser una fundamentación de las sentencias.
traba razonable, parece ser que se impone un Finalmente, cabe señalar, que me parece
obstáculo, ya que se impide el hecho de poder justa la decisión del Tribunal Constitucional,
impugnar una sentencia por carecer de toda vez que, aun cuando entendiéramos que
motivación, cuestión que es bastante no se vulnera la tutela judicial al impedirse el
relevante, toda vez que el deber mismo de ejercicio de la casación en la forma por la falta
motivar constituye una garantía. De igual de motivación de la sentencia en el caso de
modo lo entiende el Tribunal Constitucional al procedimientos que se rigen por leyes
señalar lo siguiente: especiales por el hecho de que existen
recursos contemplados, es decir, porque de
“DECIMONOVENO: Que, en los términos
todos modos la decisión puede ser revisada
expuestos, no se advierte claramente una
por un superior y porque lo que se protege es
finalidad intrínsecamente legítima en el
el derecho al recurso “legalmente previsto” y
precepto que, en los juicios regidos por leyes
el legislador no estimó que procediera la
especiales, impide casar en la forma una
casación en la forma por dicha causal en este
sentencia que carece de consideraciones de
caso, considero que igualmente se podría
hecho o de derecho.
argumentar, como señalé precedentemente,
Ningún fundamento racional aparece en la que se ve vulnerado el debido proceso, en el
citada restricción y no se divisa la razón para entendido de que éste es un derecho que
privar al litigante de un juicio determinado debe ser llenado de contenido por el juez o
del mismo derecho que le asiste a cualquier por el legislador y ello fue realizado por el
otro en la generalidad de los asuntos;”21 Tribunal Constitucional al estimarse que se
No parecen haber argumentos razonables viola una garantía cuando la sentencia no se
para prohibir la casación en estos casos, toda encuentra motivada, pero también cuando no
vez que al no permitirse se deja en hay modo de impugnar una sentencia que
indefensión a la parte que se ve privada del carece de fundamentos.
recurso, ya que no hay otra forma de
impugnar la falta cometida por el juez al no
explicar por qué adopta una decisión en un
proceso, cuestión que es más grave en este
caso, en donde ni siquiera se ponderó la
prueba rendida en segunda instancia. Un
único fundamento para permitir lo anterior
podría ser el hecho de impedir que los
procesos duren por mucho tiempo, ya que la
interposición de los recursos impide que éstos
terminen rápidamente, sin embargo, dicho
motivo no parece ser suficiente como para

21Sentencia Tribunal Constitucional, Rol 1373-2009 de

22 de junio de 2010, considerando 19°
 Bibliografía Citada:
-Accatino Scagliotti, Daniela (2003). “La Fundamentación de las sentencias: ¿un rasgo distintivo de
la judicatura moderna?”. Revista de Derecho, Vol. XV, diciembre 2003, p. 9-35. Disponible en
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-09502003000200001 [fecha de
consulta: 2 de noviembre de 2016].
-Bordalí Salamanca, Andrés (2011). “Análisis crítico de la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional
sobre el derecho a la tutela judicial”. Revista Chilena de Derecho, vol. 38 N°2, pp. 311-337.
Disponible en http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-34372011000200006
[fecha de consulta: 2 de noviembre de 2016].
-Colombo Campbell, Juan (2003). “El debido proceso constitucional” (Santiago, Cuadernos del
Tribunal Constitucional de Chile, Nº 32).
-García Pino, Gonzalo y Contreras Vásquez, Pablo (2013). “El derecho a la tutela judicial y al debido
proceso en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional chileno”. Estudios Constitucionales, Año 11,
Nº 2, 2013, pp. 229 - 282. Disponible en http://www.scielo.cl/pdf/estconst/v11n2/art07.pdf [fecha
de consulta: 2 de noviembre de 2016].

Jurisprudencia Citada:
-Consejo de Defensa del Estado con Sociedad Clasificadora de Materiales de Minería y Sociedad
Minera Santa Laura Uno y Dos (2010). Tribunal Constitucional. Sentencia Rol 1373-2009, 22 de
junio de 2010.