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RESUMEN.
En el este capítulo se presentan tres concepciones diferentes que tratan de describir,
interpretar y explicar la forma en que los niños ciegos adquieren el lenguaje. La primera
de ellas hace depender el desarrollo del lenguaje del desarrollo cognitivo, la segunda
perspectiva considera que el habla de los niños ciegos es esencialmente imitativa y
carente de creatividad, la tercera perspectiva adopta un enfoque sociocognitivo, que,
además, considera la existencia de diferentes estilos en la adquisición del lenguaje.
Posteriormente se presentan datos empíricos recientes que permiten comprobar la
adecuación de dichas teorías.
Se argumenta que los niños ciegos presentan un estilo gestáltico en la adquisición
del lenguaje, y se ofrecen datos empíricos de que apoyan esta visión. Los niños ciegos
emplean muchas frases congeladas que aprenden de memoria y que después analizarán.
Son niños altamente imitadores. Además se reinterpreta el uso de la imitación desde
una perspectiva socio-cognitiva según la cual el aprendizaje cultural imitativo es
un pilar esencial para la adquisición del lenguaje. Desde este enfoque la imitación
es interpretada de una manera muy diferente a la de las teorías neoconductistas.
Se describe el resultado de investigaciones que demuestran que las imitaciones y
repeticiones, en algunas de sus variedades, reflejan interesantes procesos subyacentes
de análisis lingüístico. También se presentan datos de investigaciones que indican el
papel progresivo que el habla modelada tiene para el desarrollo del lenguaje de los
niños.
El resultado final es que los ciegos llegan a adquirir una competencia lingüística
plena, apoyándose en una excelente memoria auditiva. Este resultado final así como el
proceso hasta llegar a él son afrontados de una manera más adecuada por el enfoque
socio-cognitivo.
ABSTRACT.
In the present paper three different views which try to describe, interpret and
explain how blind children learn to talk are presented. The first view claims that
language acquisition depends on cognitive development; the second view characterizes
blind children’s language as essentially imitative and lacking creativity; the third one
adopts a socio-cognitive perspective, and defends the existence of different styles in
the acquisition of language. Later on, recent empirical data are presented that let us
test the adequacy of the three theories.
It is argued that blind children show a gestalt style in the acquisition
of language, and empirical data are offered in support of this idea. Blind
children use a great deal of frozen phrases which are learnt by rote and
that will be later analyzed by them. Blind children are highly imitative.
Furthermore, the use of imitation is interpreted from a socio-cognitive
view, according to which imitative cultural learning is fundamental
for the acquisition of language. The way of interpreting imitation from
this view is very different from that of neo-behaviorist theories. A few
investigations are presented that prove that some types of imitations and
repetitions entail interesting underlying processes of language analysis.
Data from studies which show the progressive role of modeled speech for
the acquisition of language are presented.
The final result is that blind people acquire full linguistic competence
with the support of an excellent auditory memory. This result and the
process to get it are more adequately faced by the socio-cognitive view
than the others.
con que las realizaba el modelo. Este tipo de imitación con inversión de rol
o aprendizaje cultural imitativo es esencial para la aparición del lenguaje
(Tomasello, Kruger & Ratner, 1993). Es lógico pensar que tanto la lectura
intencional como el aprendizaje cultural son más difíciles de lograr para
los niños ciegos congénitos.
A pesar de estas dificultades que los niños ciegos pueden tener
para el desarrollo de elementos sobre los que se constituye el lenguaje,
sin embargo el lenguaje no aparece con retraso ni tiene un desarrollo
posterior más lento que en los niños sin trastornos. Muchos niños ciegos
sin trastorno asociado logran tener un desarrollo pleno del lenguaje en
ausencia de información visual, y esto, justamente, no sería algo esperable
dadas las condiciones de partida de los niños ciegos.
como habla de loros. Autores como Nagera y Colonna (1965), Fay (1973),
Wills (1979), Dunlea, (1989, 2005), Hobson, et al. (1997), Brown, Hobson,
Lee & Stevenson (1997) o Trevarthen (1999) son algunos ejemplos
de investigadores que han defendido esta idea. Esencialmente esa
concepción hace referencia a la inadecuación pragmática de algunas
emisiones de los niños ciegos. Esa inadecuación se manifiesta en
fenómenos como la inversión pronominal, o uso erróneo de la primera
y segunda personas de los pronombres personal y posesivo (mío en
vez de tuyo o yo en vez de tu, y viceversa). Los niños ciegos, según los
defensores de esta posición, presentarían un habla llena de fórmulas,
rutinas y estereotipias verbales, reproduciendo expresiones que
escucharon en otros momentos (te voy a dar en el culo, no te balancees),
pero que pueden no ser adecuadas a la situación.
El uso de un habla tan imitativa tiene como contrapartida la falta de
creatividad. Desde la vieja polémica de Chomsky contra Skinner se ha
tendido a contraponer estas dos como procesos incompatibles. El uso de
un habla muy imitativa, llena de frases hechas, fórmulas verbales y frases
estereotipadas ha sido considerado como sinónimo de falta de creatividad
en el proceso de adquisición. La creatividad está sustentada en el uso de
reglas productivas que deben extraerse de la experiencia lingüística. Los
niños ciegos tendrían una muy limitada capacidad de extracción de reglas.
Por ejemplo, se ha dicho (Miecznikowski y Andersen, 1986) que los niños
ciegos no producen sobrerregularizaciones como andó en vez de anduvo o
rompido en vez de roto, porque la sobrerregularización se produce como
resultado del uso de una regla productiva (de participios pasados, pasados
simples…) también con formas que son una excepción a esa regla. Sea como
fuese, la producción de sobrerregularizaciones se asocia a la creatividad
lingüística, a la capacidad de producción mediante el empleo de reglas. Por
tanto, el hecho de que los niños ciegos no empleen sobrerregularizaciones
sería una evidencia más de su falta de creatividad en el uso del lenguaje,
su escasa capacidad de análisis del lenguaje y extracción de reglas, y su
abuso de la imitación como mecanismo de aprendizaje (véase no obstante
Pérez Pereira y Castro, 1997, donde se presentan datos empíricos en contra
de esta idea).
3) Finalmente, la tercera posición combina la idea de que existen
diferencias individuales en el desarrollo con el enfoque socio-cognitivo
(Peters, 1987, 1994; Pine, Lieven & Rowland, 1997; Tomasello, 2003).
“está frío”
emisión construida o patrón productivo 24 meses
“está caliente”
“está roto”
Tabla 1: Ejemplo de despliegue progresivo de una construcción particular.
En la Tabla 1 aparece cómo es el despliegue de una construcción
productiva (estar + adjetivo/participio pasado), que se puede llegar a
generalizar a varias palabras diferentes partiendo de una expresión inicial
que es una frase congelada. Como se puede ver, los niños comienzan
produciendo un solo y único ejemplo de esta construcción y después van
progresivamente realizando esa combinación de estar + adjetivo o participio
pasado con otras palabras o ítems léxicos diferentes. La cuestión es que
puede haber diferencias en ese proceso de despliegue de una construcción
determinada entre los niños gestálticos y los analíticos. Los niños analíticos
tardarían más en realizar las primeras combinaciones de palabras, pero
generalizarían antes que los gestálticos esa construcción a otras palabras,
puesto que cuando empiezan a producir una combinación ya saben cómo
funcionan sus elementos. Mientras que los niños gestálticos empezarían
usando esa expresión como una frase que aprenden de memoria, asociada
a la realización de una intención en un contexto determinando. Sólo más
tarde empezarán a analizar sus elementos componentes y a producir otras
instancias de ese tipo de construcción con otros ítems léxicos.
¿Presentan los niños ciegos un estilo gestáltico?
Se ha dicho que los niños ciegos presentan una forma de adquisición
y procesamiento del lenguaje que se asemejaría más al estilo gestáltico
(Pérez Pereira y Castro, 1997; Pérez Pereira y Conti-Ramsden, 1999; Peters,
1994), pues tienden a usar primero y analizar después. Hay varios indicios
que nos llevan a pensar que esto puede ser así.
Figura 5. Porcentaje del tipo de emisiones producidas por la niña ciega y la vidente.
Comentarios finales.
A lo lago de esta exposición espero haber demostrado que el lenguaje
de los niños ciegos se entiende mejor desde un enfoque funcionalista
y socio-cognitivo. Efectivamente, las otras dos posturas tienen serias
dificultades para explicar cómo los niños ciegos llegan a formar un lenguaje
plenamente desarrollado y funcional, que no coincide en absoluto con
la llamada habla de loros, ni con la imposibilidad de formar significados
conceptuales plenos. La capacidad que tienen para describir, interpretar y
explicar el desarrollo del lenguaje estas dos teorías no es equiparable a la
del llamado enfoque socio-cognitivo.
En el proceso de adquisición del lenguaje por los niños ciegos el
uso de la imitación y del habla modelada en general juega un papel
muy importante y claramente promotor del desarrollo, debiéndose
interpretar dicha habla modelada no como algo mecánico y antagónico
con la actividad de análisis del lenguaje, sino todo lo contrario. Todos los
niños realizan un importante trabajo de análisis del lenguaje. En el caso
de los niños ciegos la mayor atención que prestan al lenguaje hace que
desplieguen también una intensa actividad mental sobre él (búsqueda
de regularidades posicionales y aprendizaje distribucional funcional,
extracción de patrones, establecimiento de analogías, etc.). El habla de los
niños ciegos llega a ser plenamente creativa, si bien el proceso que siguen
en su desarrollo les asemeja más a los niños que emplean un tipo de
procesamiento gestáltico, según el cual tienden a aprender frases hechas
con un claro valor pragmático que después analizarán.
El lenguaje de las personas ciegas, por tanto, se comprende mejor desde
una perspectiva que tenga en cuenta que existen diferencias individuales
en la forma de adquirir el lenguaje. Las personas con ceguera responden
más a un patrón gestáltico de uso del lenguaje, que resulta finalmente en
un lenguaje plenamente adaptado en la mayoría de los casos.
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