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proximales de los miembros, en la mano las zonas de inervación cutánea y las acciones de la

inervación motora están bien definidas, al igual que los déficits funcionales. Desde el punto de
vista de su estructura intrínseca, el nervio radial sólo es sensitivo a través de su ramo superficial
que se dirige al dorso de la mano. El nervio mediano es el más importante en la función del
pulgar y la sensibilidad de los tres dedos y medio laterales y la palma adyacente, mientras que el
ulnar se encarga del resto. Los músculos intrínsecos de la mano constituyen el miotoma T1.
Los nervios y vasos palmares son dominantes, y tienen a su cargo no sólo la cara palmar (más
sensible y funcional) sino también la cara dorsal del extremo distal de los dedos (lechos
ungueales).

ARTICULACIONES DEL MIEMBRO SUPERIOR


En el movimiento de la cintura escapular (cintura pectoral) están implicadas las articulaciones
esternoclavicular, acromioclavicular y del hombro (fig. 6-90), que suelen moverse simultáneamente.
La presencia de defectos funcionales en cualquiera de estas articulaciones limita los movimientos de
la cintura escapular. La movilidad de la escápula es esencial para que el miembro superior se pueda
mover libremente. La clavícula forma un puntal (extensión) que mantiene la escápula, y en
consecuencia la articulación glenohumeral (del hombro), separada del tórax para que se pueda mover
libremente. La clavícula define el radio de rotación del hombro (mitad de la cintura escapular más
articulación del hombro) en la articulación esternoclavicular. Los 15 o a 20o de movimiento de la
articulación acromioclavicular permiten el posicionamiento de la cavidad glenoidea necesario para los
movimientos del brazo.
Cuando se explora la amplitud de movimiento de la cintura escapular debe tenerse en cuenta tanto
la movilidad escapuloto rácica (movimiento de la escápula sobre la pared torácica) como la del
hombro. Aunque los 30 o iniciales de la abducción se pueden llevar a cabo sin que se mueva la
escápula, el movimiento conjunto de elevación completa del brazo se produce en una relación de 2:1:
por cada 3o de elevación, la articulación del hombro confiere aproximadamente 2o y la unión
escapulotorácica fisiológica 1°.

FIGURA 6-90. Cintura escapular, y tendones y ligamentos relacionados. La cintura escapular es un anillo óseo parcial
(incompleto posteriormente) formado por el manubrio del esternón, la clavícula y las escápulas. Las articulaciones relacionadas con
estos huesos son la esternoclavicular, la acromioclavicular y la del hombro. La cintura proporciona la inserción del esqueleto
apendicular superior al esqueleto axial, y la base móvil a partir de la cual el miembro superior ejerce sus acciones.
En otras palabras, cuando se ha elevado el miembro y el brazo ha quedado en situación vertical al
lado de la cabeza (180o de abducción o flexión del brazo), en 120o ha participado la articulación del
hombro y en 60o lo ha hecho la unión escapulotorácica. Esto se conoce como ritmo escapulohumeral
(fig. 6-92 C). Los movimientos importantes de la cintura escapular son los de la escápula (tabla 6-3, p.
698): elevación y descenso, protracción (lateral o movimiento hacia delante de la escápula) y
retracción (medial o movimiento hacia atrás de la escápula), y rotación.

Articulación esternoclavicular
La articulación esternoclavicular es una articulación sinovial en silla de montar, pero funciona como
una articulación esferoidea. La articulación esternoclavicular está dividida en dos compartimentos por
u n disco articular. Este disco se une firmemente a los ligamentos esternoclaviculares anterior y
posterior (unos engrosamientos de la membrana fibrosa de la cápsula articular), y al ligamento
interclavicular (fig. 6-90).
La gran solidez de la articulación esternoclavicular es consecuencia de estas uniones. Así, aunque el
disco articular sirve para absorber las fuerzas de choque transmitidas a la clavícula desde el miembro
superior, las luxaciones de clavícula son raras (a diferencia de las fracturas, que son relativamente
frecuentes).
La esternoclavicular es la única articulación entre el miembro superior y el esqueleto axial, y se
puede palpar fácilmente porque la extremidad esternal de la clavícula se encuentra por encima del
manubrio del esternón.
SUPERFICIES ARTICULARES
La extremidad esternal de la clavícula se articula con el manubrio del esternón y el 1.er cartílago
costal. Las superficies articulares están recubiertas de fibrocartílago.
CÁPSULA ARTICULAR
La cápsula articular rodea la articulación esternoclavicular englobando la epífisis de la clavícula en
su extremidad esternal. Se inserta en los márgenes de las superficies articulares, incluida la periferia
del disco articular. Una membrana sinovial recubre la superficie interna de la membrana fibrosa de la
cápsula articular, y se extiende hasta los bordes de las superficies articulares.

LIGAMENTOS
La estabilidad de la articulación esternoclavicular depende de sus ligamentos y su disco articular. Los
ligamentos esternoclaviculares anterior y posterior refuerzan la cápsula anterior y posteriormente.
E l ligamento interclavicular refuerza la cápsula superiormente; se extiende desde la extremidad
esternal de una clavícula hasta la de la contralateral, y en su recorrido se inserta también en el borde
superior del manubrio del esternón. El ligamento costoclavicular ancla la superficie inferior de la
extremidad esternal de la clavícula a la 1.a costilla y a su cartílago costal, con lo que limita la
elevación de la cintura escapular.
FIGURA 6-91. Movimientos del miembro superior en las articulaciones de la cintura escapular. A) Alcance del movimiento de la
extremidad lateral de la clavícula permitido por los movimientos de la articulación esternoclavicular. Las letras indican la disposición
de la clavícula durante las cuatro posiciones del miembro superior que se muestran en las imágenes inferiores B a D. Los
movimientos, descritos por las flechas de dos puntas, son A↔C, protracción-retracción; A↔D, elevación-descenso. B a E) La
circunducción del miembro superior requiere movimientos coordinados de la cintura escapular y la articulación del hombro.
Partiendo del miembro superior extendido, cintura retraída (B); posición neutra (C); miembro flexionado con cintura en protracción
(D) y, finalmente, miembro y cintura elevados (E).

MOVIMIENTOS
Aunque la articulación esternoclavicular es extremadamente sólida, está dotada de una movilidad
significativa para que se puedan mover la cintura escapular y el miembro superior (figs. 6-91 y 6-92
D). En la elevación completa del miembro, la clavícula se levanta hasta un ángulo de
aproximadamente 60°. Cuando la elevación se lleva a cabo mediante flexión, se acompaña de rotación
de la clavícula alrededor de su eje longitudinal. La articulación esternoclavicular también puede
moverse anterior o posteriormente en un ángulo de hasta 25o a 30°. Aunque no se hace con frecuencia,
excepto tal vez en la calistenia (ejercicios de gimnasia sistemáticos), es capaz de realizar estos
movimientos secuencialmente desplazando su extremidad acromial en un trayecto circular (una forma
de circunducción).
FIGURA 6-92. Articulaciones acromioclavicular, escapulotorácica y esternoclavicular. A) Articulación acromioclavicular
derecha, mostrando la cáspsula articular y parte del disco (recuadro). B) Función del ligamento coracoclavicular. Mientras este
ligamento está intacto con la clavícula fijada al proceso coracoides, el acromion no puede situarse por debajo de la clavícula. No
obstante, el ligamento permite la protracción y la retracción del acromion. C) La rotación de la escápula en la «articulación
escapulotorácica» es un componente esencial en la abducción del miembro superior. D) Los movimientos claviculares en las
articulaciones esternoclavicular y acromioclavicular permiten la protracción y la retracción de la escápula sobre la pared torácica
(líneas roja y verde) y el aleteo de la escápula (línea azul). Durante la elevación, el descenso y la rotación de la escápula tienen lugar
movimientos en una escala similar. Estos últimos movimientos se muestran en la tabla 6-5, que también indica los músculos
específicamente encargados de estos movimientos.

IRRIGACIÓN
La articulación esternoclavicular está irrigada por las arterias torácica interna y supraescapular (v. fig.
6-39).
INERVACIÓN
La articulación esternoclavicular está inervada por ramos del nervio supraclavicular medial y por el
nervio del subclavio (v. fig. 6-44; tabla 6-8).

Articulación acromioclavicular
La articulación acromioclavicular es una articulación sinovial plana que se localiza a 2-3 cm del
punto más alto del hombro formado por la parte lateral del acromion (v. figs. 6-90 y 6-92 A).

SUPERFICIES ARTICULARES
La extremidad acromial de la clavícula se articula con el acromion de la escápula. Las superficies
articulares, recubiertas de fibrocartílago, están separadas por un disco articular incompleto en forma
de cuña.
CÁPSULA ARTICULAR
La membrana fibrosa de la cápsula articular, que tiene forma de manguito y es relativamente laxa, se
une a los bordes de las superficies articulares (v. fig. 6-92 A). Una membrana sinovial recubre la
membrana fibrosa. Aunque es relativamente débil, la cápsula articular está reforzada superiormente
por fibras del trapecio.

LIGAMENTOS
E l ligamento acromioclavicular es una banda fibrosa que se extiende desde el acromion hasta la
clavícula y refuerza la articulación acromioclavicular superiormente (figs. 6-90 y 6-93 A). No
obstante, la integridad de la articulación se mantiene gracias a ligamentos extrínsecos, situados a
distancia de ésta.
El ligamento coracoclavicular es un par de resistentes bandas que unen el proceso coracoides de la
escápula con la clavícula, anclándolas entre sí. Se divide en dos ligamentos: el conoideo y el
trapezoideo, con frecuencia separados por una bolsa. El ligamento conoideo, vertical, es un triángulo
invertido (cono), con un vértice (inferior) que se inserta en la raíz del proceso coracoides, y una base
más amplia (superior) que se inserta en el tubérculo conoideo de la cara inferior de la clavícula. El
ligamento trapezoideo, casi horizontal, se inserta en la cara superior del proceso coracoides y se
extiende hasta la línea trapezoidea de la cara inferior de la clavícula. Aparte de ampliar la articulación
acromioclavicular, el ligamento coracoclavicular permite que la escápula y el miembro libre queden
suspendidos (pasivamente) del puntal constituido por la clavícula.

MOVIMIENTOS
El acromion de la escápula rota sobre la extremidad acromial de la clavícula. Estos movimientos se
asocian al movimiento de la unión escapulotorácica fisiológica (v. figs. 6-25, 6-91 y 6-92; tabla 6-5).
No existe ningún músculo que conecte los huesos que participan en la articulación y la mueva, sino
que son los músculos axioapendiculares que se insertan en la escápula y la mueven los que desplazan
el acromion sobre la clavícula.

IRRIGACIÓN
La articulación acromioclavicular está irrigada por las arterias supraescapular y toracoacromial (v.
fig. 6-39).
INERVACIÓN
En concordancia con la ley de Hilton (las articulaciones están inervadas por ramos articulares de los
nervios que inervan los músculos que actúan sobre éstas), la articulación acromioclavicular está
inervada por los nervios pectoral lateral y axilar (v. fig. 6-44; tabla 6-8). No obstante, en concordancia
con la localización subcutánea de la articulación y con el hecho de que ningún músculo la cruza,
también le aporta inervación el nervio supraclavicular lateral subcutáneo, lo cual es más típico de la
porción distal del miembro.

Articulación del hombro


La articulación del hombro (glenohumeral) es sinovial y de tipo esferoideo. Permite una amplia
variedad de movimientos, pero esto la hace relativamente inestable.
SUPERFICIES ARTICULARES
La cabeza del húmero, grande y redondeada, se articula con la cavidad glenoidea de la escápula (figs.
6-94 y 6-95), que aunque es relativamente poco profunda se amplía de manera ligera pero eficaz
gracias al anillo formado por el rodete glenoideo fibrocartilaginoso. Ambas superficies articulares
están recubiertas de cartílago hialino.
La cavidad glenoidea acoge poco más de un tercio de la cabeza del húmero, que se mantiene en su
sitio gracias al tono del manguito rotador musculotendinoso (músculos supraespinoso, infraespinoso,
redondo menor y subescapular) (figs. 6-29 y 6-94 B; tabla 6-6).
CÁPSULA ARTICULAR
La laxa membrana fibrosa de la cápsula articular rodea la articulación del hombro y se inserta
medialmente en el borde de la cavidad glenoidea y lateralmente en el cuello anatómico del húmero
(fig. 6-95 A y B). Superiormente, esta parte de la cápsula invade la raíz del proceso coracoides para
que su membrana fibrosa pueda en globar dentro de la articulación la inserción proximal de la cabeza
larga del bíceps braquial, situada en el tubérculo supraglenoideo.

FIGURA 6-93. Articulación del hombro. A) En este espécimen se muestra la extensión de la membrana sinovial de la articulación
del hombro, en cuya cavidad articular se ha inyectado látex violeta y a la que se ha resecado la membrana fibrosa de la cápsula
articular. La cavidad articular tiene dos extensiones: una donde forma la vaina sinovial para el tendón de la cabeza larga del bíceps
braquial en el surco intertubercular del húmero, y la otra inferior al proceso coracoides, que es continuación de la bolsa subescapular
entre el tendón del subescapular y el borde de la cavidad glenoidea. Pueden verse también la cápsula articular y los ligamentos
intrínsecos de la articulación acromioclavicular. B) En esta radiografía, la cabeza del húmero y la cavidad glenoidea se solapan,
ocultando el plano articular debido a que la escápula no se sitúa en el plano coronal (por lo tanto, la cavidad glenoidea está oblicua,
no en un plano sagital). (Cortesía del Dr. E.L. Lansdown, Professor of Medical Imaging, University of Toronto, Toronto, Ontario,
Canada.)
La cápsula articular tiene dos aberturas: 1) una entre los tubérculos del húmero para que pueda
pasar el tendón de la cabeza larga del bíceps braquial (fig. 6-93 A), y 2) una situada anteriormente,
inferior al proceso coracoides, que permite que la bolsa subescapular y la cavidad sinovial de la
articulación se comuniquen. La parte inferior de la cápsula articular (la única que no está reforzada
por los músculos del manguito de los rotadores) es su región más débil. Aquí, la cápsula es
particularmente laxa y presenta pliegues cuando el brazo se encuentra en aducción; no obstante, se
tensa cuando se abduce el brazo.
L a membrana sinovial recubre la superficie interna de la membrana fibrosa de la cápsula y se
refleja desde ella en el rodete glenoideo y el húmero, hasta el límite articular de la cabeza (figs. 6-93
A, 6-94 A y 6-95 A).
La membrana sinovial también forma una vaina tubular para el tendón de la cabeza larga del bíceps
braquial, donde este último se sitúa en el surco intertubercular del húmero y se dirige hacia la cavidad
articular (v. fig. 6-93 A).

FIGURA 6-94. Manguito de los rotadores y articulación del hombro. A) Disección de la articulación del hombro en la cual la
cápsula articular ha sido extirpada y la articulación se ha abierto por su cara posterior como si fuese un libro. Cuatro músculos cortos
del manguito de los ro tadores (supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y subescapular) cruzan y rodean la articulación,
fusionándose con su cápsula. La cara anterior, interna, muestra los ligamentos glenohumerales, que se han cortado para abrir la
articulación. B) Se muestran los músculos del manguito de los rotadores izquierdo y su relación con la escápula y la cavidad
glenoidea. La función principal de estos músculos y del manguito musculotendinoso de los rotadores es fijar la cabeza relativamente
grande del húmero a la cavidad glenoidea de la escápula, mucho menor y poco profunda.

LIGAMENTOS
Los ligamentos glenohumerales, que refuerzan la cara anterior de la cápsula articular, y el ligamento
coracohumeral, que la refuerza superiormente, son de tipo intrínseco (es decir, forman parte de la
membrana fibrosa de la cápsula articular) (figs. 6-94 A y 6-95 B).
Los ligamentos glenohumerales son tres bandas fibrosas, visibles sólo en la cara interna de la
cápsula, que refuerzan la parte anterior de la cápsula articular. Estos ligamentos se extienden de forma
radial lateral e inferiormente desde el rodete glenoideo a la altura del tubérculo supraglenoideo de la
escápula y se fusionan distalmente con la membrana fibrosa de la cápsula cuando ésta se inserta en el
cuello anatómico del húmero.
E l ligamento coracohumeral es una banda resistente y amplia que discurre desde la base del
proceso coracoides hasta la cara anterior del tubérculo mayor del húmero (fig. 6-95 B).

FIGURA 6-95. Cápsulas y ligamentos de las articulaciones del hombro y acromioclavicular. A) Huesos, superficies articulares,
cápsula articular, cavidad articular y bolsa subacromial. B) Ligamentos acromioclavicular, coracohumeral y glenohumerales. Aunque
se muestren sobre la cara externa de la cápsula articular, en realidad los ligamentos glenohumerales son estructuras que pueden verse
desde la cara interna de la articulación del hombro (como en la fig. 6-94 A). Estos ligamentos refuerzan la cara anterior de la cápsula
de la articulación del hombro, y el ligamento coracohumeral refuerza la cápsula superiormente. C) RM coronal que muestra las
articulaciones del hombro y acromioclavicular derechas. A, acromion; C, clavícula; CH, cabeza del húmero; CQ, cuello quirúrgico
del húmero; G, cavidad glenoidea; TM, tubérculo mayor del húmero. (Cortesía del Dr. W. Kucharczyk, Chair of Medical Imaging
and Clinical Director of Tri-Hospital Resonance Centre, Toronto, Ontario, Canada.)

E l ligamento transverso del húmero es una amplia banda fibrosa que discurre más o menos
oblicuamente entre los tubérculos mayor y menor del húmero, pasando por encima del surco
intertubercular (figs. 6-93 A y 6-95 B). Este ligamento convierte el surco en un conducto que mantiene
el tendón del bíceps braquial y su vaina sinovial en posición durante los movimientos de la
articulación del hombro.
El arco coracoacromial es una estructura extrínseca protectora formada por la cara inferior lisa del
acromion y el proceso coracoides de la escápula, entre los que se extiende el ligamento
coracoacromial (fig. 6-95 B). Esta estructura osteoligamentosa forma un arco protector que se
encuentra sobre la cabeza del húmero y evita su desplazamiento superior en la cavidad glenoidea. El
arco coracoacromial es tan resistente que puede aguantar un violento empuje hacia arriba del húmero
sin fracturarse (antes se fracturarían el cuerpo del húmero o la clavícula).
Cuando se transmite una fuerza hacia arriba a lo largo del húmero (p. ej., cuando se está de pie al
lado de una mesa y se apoya parcialmente el peso del cuerpo sobre ésta con los miembros extendidos),
la cabeza del húmero presiona contra el arco coracoacromial. El músculo supraespinoso pasa por
debajo de este arco y se sitúa en profundidad al deltoides cuando su tendón se fusiona con la cápsula
de la articulación del hombro como parte del manguito de los rotadores (fig. 6-94).
La bolsa subacromial facilita el movimiento del tendón del supraespinoso cuando éste pasa por
debajo del arco para dirigirse hacia el tubérculo mayor del húmero (fig. 6-95 A). Esta bolsa se sitúa
entre el arco (superiormente) y el tendón y el tubérculo (inferiormente).

MOVIMIENTOS
La articulación del hombro tiene más libertad de movimientos que cualquier otra articulación del
cuerpo. Esta libertad se debe a la laxitud de su cápsula articular y al gran tamaño de la cabeza del
húmero en comparación con la pequeña cavidad glenoidea. La articulación del hombro permite
movimientos en los tres ejes del espacio: flexión-extensión, abducción-aducción, rotación medial y
lateral del húmero, y circunducción (fig. 6-96).
La rotación lateral del húmero aumenta la amplitud de la abducción. Cuando se abduce el brazo sin
rotación, la superficie articular disponible se acaba y el tubérculo mayor contacta con el arco
coracoacromial, lo cual impide que continúe la abducción. Si luego se rota el brazo lateralmente 180°,
los tubérculos rotan hacia atrás y se obtiene más superficie articular disponible para continuar con la
elevación.
La circunducción de la articulación del hombro es una secuencia ordenada de flexión, abducción,
extensión y aducción (o al contrario) (v. fig. 6-91). A menos que su amplitud sea reducida, en estos
movimientos no sólo está implicada la articulación del hombro aisladamente, sino que también
participan las otras dos articulaciones de la cintura escapular (esternoclavicular y acromioclavicular).
La rigidez o la fijación de las articulaciones en la cintura escapular (anquilosis) restringe en gran
medida la amplitud de los movimientos, incluso cuando la articulación del hombro es normal.

MÚSCULOS QUE MUEVEN LA ARTICULACIÓN DEL HOMBRO


Los movimientos de la articulación del hombro y los músculos que los inducen (músculos
axioapendiculares, que pueden actuar indirectamente porque afectan a la cintura escapular, y
músculos escapulohumerales, que actúan directamente sobre la articulación del hombro; v. tablas 6-4
y 6-5) se ilustran en la figura 6-96 y se detallan en la tabla 6-17. En la tabla también se citan otros
músculos que actúan sobre la articulación del hombro como músculos coaptadores, bien para resistir
la luxación sin inducir ningún movimiento en la articulación (p. ej., cuando se lleva una maleta
pesada), o bien para mantener la gran cabeza del húmero en la relativamente poco profunda cavidad
glenoidea.
IRRIGACIÓN
La articulación del hombro está irrigada por las arterias circunflejas humerales anterior y posterior, y
por ramas de la arteria supraescapular (v. fig. 6-39; tabla 6-7).

INERVACIÓN
La articulación del hombro está inervada por los nervios supraescapular, axilar y pectoral lateral (v.
tabla 6-8).
BOLSAS EN TORNO A LA ARTICULACIÓN DEL HOMBRO
Cerca de la articulación del hombro se sitúan diversas bolsas que contienen películas capilares de
líquido sinovial secretado por la membrana sinovial. Las bolsas se localizan allí donde los tendones
rozan contra el hueso, ligamentos u otros tendones, y donde la piel se desplaza sobre un relieve óseo.
Las bolsas que rodean la articulación del hombro tienen una relevancia clínica especial, ya que
algunas (p. ej., la bolsa subescapular) se comunican con la cavidad articular y, en consecuencia, al
abrir una de ellas se puede penetrar en dicha cavidad.
Bolsa subescapular. La bolsa subtendinosa del músculo subescapular (bolsa subescapular) se
localiza entre el tendón del subescapular y el cuello de la escápula (v. fig. 6-93 A). Esta bolsa protege
al tendón cuando pasa inferior a la raíz del proceso coracoides y por encima del cuello de la escápula.
Normalmente se comunica con la cavidad de la articulación del hombro a través de una abertura
situada en la membrana fibrosa de la cápsula articular (v. fig. 6-94 A), de modo que en realidad es una
extensión de la cavidad articular del hombro.
Bolsa subacromial. La bolsa subacromial, que en ocasiones se denomina bolsa subdeltoidea, se
localiza entre el acromion, el ligamento coracoacromial y el deltoides superiormente, y el tendón del
supraespinoso y la cápsula de la articulación del hombro inferiormente (fig. 6-95 A). En consecuencia,
facilita el movimiento del tendón del supraespinoso por debajo del arco coracoacromial y del
deltoides por encima de la cápsula articular y del tubérculo mayor del húmero. Su tamaño es variable,
pero normalmente no se comunica con la cavidad de la articulación del hombro.

Articulación del codo


La articulación del codo es una articulación sinovial de tipo gínglimo que se localiza 2-3 cm por
debajo de los epicóndilos del húmero (fig. 6-97).
SUPERFICIES ARTICULARES
La tróclea en forma de polea y el capítulo (cóndilo) esferoideo del húmero se articulan con la incisura
troclear de la ulna y la cara superior ligeramente cóncava de la cabeza del radio, respectivamente; en
consecuencia, existe una articulación humeroulnar y una humerorradial. Las superficies articulares,
recubiertas de cartílago hialino, son casi completamente congruentes (se encuentran en contacto)
cuando el antebrazo se sitúa en una posición a medio camino entre la pronación y la supinación, y el
codo está flexionado en ángulo recto.

CÁPSULA ARTICULAR
L a membrana fibrosa de la cápsula articular rodea la articulación del codo (fig. 6-97 A y C). Se
inserta en el húmero en los bordes de los extremos lateral y medial de las superficies articulares del
capítulo y la tróclea. Anterior y posteriormente se dirige en sentido ascendente hasta situarse proximal
a las fosas coronoidea y del olécranon.
L a membrana sinovial recubre la superficie interna de la membrana fibrosa de la cápsula y las
partes intracapsulares no articulares del húmero. Inferiormente también se continúa con la membrana
sinovial de la articulación radioulnar proximal. La cápsula articular es débil anterior y posteriormente,
pero está reforzada en cada lado por ligamentos colaterales.

LIGAMENTOS
Los ligamentos colaterales de la articulación del codo son potentes bandas triangulares formadas por
engrosamientos laterales y mediales de la membrana fibrosa de la cápsula articular (figs. 6-97 A y 6-
98). El ligamento colateral radial, lateral y en forma de abanico, se extiende desde el epicóndilo
lateral del húmero para fusionarse distalmente con el ligamento anular del radio, que rodea y sujeta
la cabeza del radio en la incisura radial de la ulna para que se forme la articulación radioulnar
proximal y se pueda pronar y supinar el antebrazo.

FIGURA 6-96. Movimientos de la articulación del hombro.


FIGURA 6-97. Articulaciones del codo y radioulnar proximal. A) La delgada cara anterior de la cápsula articular ha sido extirpada
para poder ver las superficies óseas articulares de su interior. Los fuertes ligamentos colaterales permanecen intactos. B) Radiografía
de la articulación del codo extendida. C) Membrana fibrosa y membrana sinovial de la cápsula articular, bolsas subcutánea del
olécranon y subtendinosa del tríceps braquial, y articulación humeroulnar del codo. D) Radiografía de la articulación del codo
flexionada. (Partes B y D por cortesía del Dr. E. Becker, Associate Professor of Medical Imaging, University of Toronto, Toronto,
Ontario, Canada.)
FIGURA 6-98. Ligamentos colaterales de la articulación del codo. A) El colateral radial en forma de abanico está insertado en el
ligamento anular del radio, pero sus fibras superficiales se continúan hacia la ulna. B) El ligamento colateral ulnar tiene un fascículo
anterior en forma de cordón, fuerte y redondeado, el cual está tirante cuando la articulación del codo está extendida, y un fascículo
posterior débil en forma de abanico que está tirante cuando la articulación está flexionada. Las fibras oblicuas simplemente hacen
más profunda la fosa para la tróclea del húmero.

FIGURA 6-99. Ángulo de transporte de la articulación del codo. Este ángulo está formado por los ejes del brazo y del antebrazo
cuando el codo está totalmente extendido. Obsérvese que el antebrazo se separa lateralmente, formando un ángulo que es mayor en
la mujer. Teleológicamente se afirma que esto deja espacio para la pelvis femenina, más ancha, durante el balanceo de los miembros
superiores durante la marcha; no obstante, no hay diferencias significativas en lo que se refiere a la función del codo.

E l ligamento colateral ulnar, medial y triangular, se extiende desde el epicóndilo medial del
húmero hasta el proceso coronoides y el olécranon de la ulna, y consta de tres fascículos: 1) fascículo
anterior, similar a un cordón, que es el más potente; 2) fascículo posterior, en forma de abanico, que
es el más débil, y 3) fascículo oblicuo, delgado, que hace más profunda la cavidad para la tróclea del
húmero.

MOVIMIENTOS
La articulación del codo permite movimientos de flexión y extensión. El eje longitudinal de la ulna en
extensión completa forma un ángulo de unos 170o con el eje longitudinal del húmero. Este ángulo se
denomina ángulo de transporte (fig. 6-99), por el modo en que aleja el antebrazo del cuerpo cuando
se transporta algo (p. ej., un cubo lleno de agua). La oblicuidad de la ulna, y en consecuencia del
ángulo de transporte, es más pronunciada (el ángulo es aproximadamente 10o más agudo) en la mujer
que en el hombre. Teleológicamente se dice que así permite que los miembros superiores esquiven la
amplia pelvis femenina cuando se balancean al caminar. En posición anatómica, el codo se encuentra
frente a la cintura. El ángulo de transporte desaparece cuando el antebrazo está pronado.

MÚSCULOS QUE MUEVEN LA ARTICULACIÓN DEL CODO


En total, son 17 los músculos que cruzan el codo y se extienden hacia el antebrazo y la mano. La
mayoría de ellos tienen alguna capacidad para influir en el movimiento de esta articulación. A su vez,
su función y eficiencia en los otros movimientos que generan se ven afectadas por la posición del
codo. Los flexores principales de la articulación del codo son el braquial y el bíceps braquial (fig. 6-
100). El braquiorradial puede inducir una flexión rápida en ausencia de resistencia (incluso cuando
existe una parálisis de los principales flexores). Normalmente, en presencia de resistencia, el
braquiorradial y el pronador redondo ayudan a los flexores principales en la flexión lenta. El extensor
principal de la articulación del codo es el tríceps braquial (especialmente su cabeza medial), al cual
ayuda débilmente el ancóneo.
FIGURA 6-100. Movimientos de la articulación del codo y músculos que los producen.

IRRIGACIÓN
Las arterias que irrigan la articulación del codo proceden de las anastomosis situadas alrededor de ella
(v. fig. 6-51).

INERVACIÓN
La articulación del codo está inervada por los nervios musculocutáneo, radial y ulnar (v. fig. 6-69;
tabla 6-13).

BOLSAS EN TORNO A LA ARTICULACIÓN DEL CODO


Sólo algunas de las bolsas que rodean la articulación del codo son clínicamente importantes. Las tres
bolsas del olécranon (figs. 6-97 C y 6-101) son:
1. La bolsa intratendinosa del olécranon, que en ocasiones se encuentra en el tendón del tríceps
braquial.
2. La bolsa subtendinosa (del músculo tríceps braquial del olécranon), que se localiza entre el
olécranon y el tendón del tríceps, justo proximalmente a su inserción en el olécranon.
3. La bolsa subcutánea del olécranon, que se localiza en el tejido conectivo subcutáneo situado por
encima del olécranon.
La bolsa bicipitorradial (bolsa del bíceps braquial) separa el tendón del bíceps de la parte anterior
de la tuberosidad del radio, y reduce la fricción entre ambos.

Articulación radioulnar proximal


L a articulación radioulnar proximal (superior) es una articulación sinovial de tipo trocoide que
permite el movimiento de la cabeza del radio sobre la ulna (figs. 6-97 A, B y D, y 6-102).
FIGURA 6-101. Bolsas que rodean la articulación del codo. De las diversas bolsas que hay alrededor de la articulación del codo,
las bolsas del olécranon son las más importantes desde el punto de vista clínico. Un traumatismo en estas bolsas pueden producir
bursitis (inflamación de la bolsa).

FIGURA 6-102. Articulación radioulnar proximal. El ligamento anular se inserta en la incisura radial de la ulna, formando un
collar alrededor de la cabeza del radio (fig. 6-103 A) y creando una articulación sinovial de tipo trocoide. La cavidad articular de la
articulación se continúa con la de la articulación del codo, como se demuestra mediante inyección de látex azul en ese espacio y se
ve a través de las finas láminas fibrosas de la cápsula, incluyendo una pequeña área distal al ligamento anular.

SUPERFICIES ARTICULARES
La cabeza del radio se articula con la incisura radial de la ulna, y se mantiene en posición gracias al
ligamento anular del radio.
CÁPSULA ARTICULAR
L a membrana fibrosa de la cápsula articular engloba la articulación y se continúa con la de la
articulación del codo. La membrana sinovial recubre la superficie profunda de la membrana fibrosa y
partes no articulares de los huesos. La membrana sinovial es una prolongación inferior de la de la
articulación del codo.

LIGAMENTOS
El resistente ligamento anular del radio, que se inserta en la ulna anterior y posteriormente a su
incisura radial, rodea las superficies óseas articulares y forma un semicírculo que, junto con la
incisura radial, constituye un anillo que rodea completamente la cabeza del radio (figs. 6-102, 6-103 y
6-104). La superficie profunda del ligamento anular está recubierta de membrana sinovial, que se
continúa distalmente como un receso sacciforme de la articulación radioulnar proximal, sobre el
cuello del radio. Esta disposición permite que el radio rote dentro del ligamento anular sin trabar,
estirar ni desgarrar la membrana sinovial.

MOVIMIENTOS
Durante la pronación y la supinación del antebrazo, la cabeza del radio rota dentro del anillo formado
por el ligamento anular y la incisura radial de la ulna. La supinación gira la palma anteriormente, o
superiormente si el antebrazo se encuentra en flexión (figs. 6-103, 6-105 y 6-106). La pronación gira
la palma posteriormente, o inferiormente si el antebrazo se encuentra en flexión. El eje de estos
movimientos pasa proximalmente a través del centro de la cabeza del radio, y distalmente a través del
lugar de inserción del vértice del disco articular en la cabeza (proceso estiloides) de la ulna. Durante
la pronación y la supinación es el radio el que rota: su cabeza rota dentro del anillo en forma de copa
formado por el ligamento anular y la incisura radial de la ulna. Distalmente, el extremo del radio rota
alrededor de la cabeza de la ulna. Casi siempre la supinación y la pronación se acompañan de
movimientos sinérgicos de las articulaciones del hombro y el codo que producen movimientos
simultáneos de la ulna, excepto cuando el codo se encuentra en flexión.
FIGURA 6-103. Pronación y supinación del antebrazo. A) La cabeza del radio rota en la «bolsa» formada por el ligamento anular y
la incisura radial de la ulna. B) La supinación es el movimiento del antebrazo que rota el radio lateralmente alrededor de su eje
longitudinal de modo que el dorso de la mano se orienta posteriormente y la palma anteriormente. La pronación es el movimiento del
antebrazo, producido por los pronadores redondo y cuadrado, que rota el radio medialmente alrededor de su eje longitudinal de
modo que la palma de la mano se orienta posteriormente y su dorso anteriormente (figs. 6-105 y 6-106). C) Las acciones del bíceps
braquial y el supinador producen supinación a partir de la posición en pronación de las articulaciones radioulnares.
FIGURA 6-104. Ligamentos radioulnares y arterias interóseas. El ligamento de la articulación radioulnar proximal es el ligamento
anular. El ligamento de la articulación radioulnar distal es el disco articular. La membrana interósea conecta los bordes interóseos del
radio y la ulna, formando la sindesmosis radioulnar. La disposición general de las fibras de la membrana interósea es tal que una
fuerza de empuje superior a la mano se recibe en el radio y se transmite a la ulna.
FIGURA 6-105. Movimientos de la articulación radioulnar distal durante la supinación y la pronación del antebrazo. La
articulación radioulnar distal es una articulación sinovial de tipo trocoide entre la cabeza de la ulna y la incisura ulnar del radio. El
extremo inferior del radio se mueve alrededor del extremo de la ulna, relativamente fijo, durante la pronación y la supinación de la
mano. Los dos huesos están firmemente unidos distalmente por el disco articular, que en clínica se conoce como ligamento triangular
de la articulación radioulnar distal. Tiene una inserción ancha en el radio y una inserción estrecha en el proceso estiloides de la ulna,
que actúa como centro de giro para el movimiento de rotación.
FIGURA 6-106. Radiografías de las articulaciones radioulnares. A) En posición de supinación, el radio y la ulna están paralelos.
B) Durante la pronación, el extremo inferior del radio se mueve anteriormente y medialmente alrededor del extremo inferior de la
ulna, llevándose la mano con él; así, en la posición de pronación, el radio cruza la ulna anteriormente. 1 a 5, los metacarpianos.
(Cortesía del Dr. J. Heslin, Toronto, Ontario, Canada.)

MÚSCULOS QUE MUEVEN LA ARTICULACIÓN RADIOULNAR PROXIMAL


La supinación tiene lugar gracias a la acción del supinador (cuando no existe resistencia) y el bíceps
braquial (cuando se necesita potencia porque existe resistencia), con una cierta ayuda por parte del
extensor largo del pulgar y el extensor radial largo del carpo (v. fig. 6-103 C). La pronación tiene
lugar gracias a la acción del pronador cuadrado (principalmente) y el pronador redondo
(secundariamente) (v. fig. 6-103 B), con una cierta ayuda por parte del flexor radial del carpo, el
palmar largo y el braquiorradial (cuando el antebrazo se encuentra en posición de semipronación).
IRRIGACIÓN
La articulación radioulnar proximal está irrigada por la porción radial de la red arterial del codo
(anastomosis arteriales periarticulares de la articulación del codo): las arterias colaterales radial y
media que se anastomosan con las arterias recurrente radial e interósea, respectivamente (v. fig. 6-67;
tabla 6-12).
INERVACIÓN
La articulación radioulnar proximal está inervada principalmente por los nervios musculocutáneo,
mediano y radial. La pronación es esencialmente una función del nervio mediano, y la supinación de
los nervios musculocutáneo y radial.

Articulación radioulnar distal


La articulación radioulnar distal (inferior) es una articulación sinovial de tipo trocoide (v. fig. 6-
104). En ella, el radio se mueve alrededor del extremo distal de la ulna, relativamente fijo.
SUPERFICIES ARTICULARES
La cabeza redondeada de la ulna se articula con la incisura ulnar de la cara medial del extremo distal
del radio. Un disco articular de la articulación radioulnar distal, fibrocartilaginoso y de forma
triangular (por ello denominado en ocasiones ligamento triangular por los clínicos), une los extremos
de la ulna y el radio y es la principal estructura estabilizadora de la articulación (figs. 6-104, 6-105 y
6-107 B). La base del disco articular se inserta en el borde medial de la incisura ulnar del radio, y su
vértice lo hace en la cara lateral de la base del proceso estiloides de la ulna. La superficie proximal de
este disco se articula con la cara distal de la cabeza de la ulna. Por ello, en una sección coronal, la
cavidad articular tiene forma de L con su barra vertical entre el radio y la ulna, y la horizontal entre la
ulna y el disco articular (figs. 6-107 B y C, y 6-108 A). El disco articular separa la cavidad de la
articulación radioulnar distal de la cavidad de la articulación radiocarpiana.

FIGURA 6-107. Huesos y articulaciones del carpo y de la mano. A) En las radiografías del carpo y la mano, el «espacio articular»
en el extremo distal de la ulna parece amplio debido a la radiotransparencia del disco articular. (Cortesía del Dr. E.L. Lansdown,
Professor of Medical Imaging, University of Toronto, Toronto, Ontario, Canada.) B) Esta sección coronal de la mano derecha muestra
las articulaciones radioulnar distal, radiocarpiana, intercarpianas, carpometacarpianas e intermetacarpianas. Aunque parecen no tener
solución de continuidad en las imágenes A y C, las cavidades articulares de las articulaciones radioulnar distal y radiocarpiana están
separadas por el disco articular de la articulación radioulnar distal. C) RM coronal del carpo. Las diferentes estructuras se identifican
en A. (Cortesía del Dr. W. Kucharczyk, Professor and Neuroradiologist Senior Scientist, Department of Medical Resonance Imaging,
University Health Network Toronto, Ontario, Canada.)

CÁPSULA ARTICULAR
L a membrana fibrosa de la cápsula articular engloba la articulación radioulnar distal, pero es
deficiente superiormente. La membrana sinovial se extiende superiormente entre el radio y la ulna
para formar el receso sacciforme de la articulación radioulnar distal (fig. 6-108 A). Esta
redundancia de la membrana sinovial acomoda los enrollamientos de la cápsula que tienen lugar
cuando el ex tre mo dis tal del radio se desplaza alrededor del re lativamente fijo extremo dis tal de la
ulna durante la pronación y la supinación del antebrazo.

LIGAMENTOS
La membrana fibrosa de la cápsula articular de la articulación radioulnar distal está reforzada por un
ligamento anterior y uno posterior. Estas bandas transversas relativamente débiles se extienden desde
el radio hasta la ulna a través de las superficies anterior y posterior de la articulación.

MOVIMIENTOS
Durante la pronación del antebrazo y la mano, el extremo distal del radio se desplaza (rota) anterior y
medialmente, para cruzar por delante de la ulna (figs. 6-103, 6-105 y 6-106). Durante la supinación, el
radio deja de cruzarse con la ulna, ya que su extremo distal se desplaza (rota) lateral y posteriormente,
y los huesos se vuelven paralelos.

MÚSCULOS QUE MUEVEN LA ARTICULACIÓN RADIOULNAR DISTAL


Los músculos que inducen movimientos de la articulación radioulnar distal ya se han descrito en el
apartado dedicado a la articulación radioulnar proximal (p. 806).

IRRIGACIÓN
Las arterias interóseas anterior y posterior irrigan la articulación radioulnar distal (v. fig. 6-104).
INERVACIÓN
Los nervios interóseos anterior y posterior inervan la articulación radioulnar distal.
FIGURA 6-108. Disección de las articulaciones radioulnar distal, radiocarpiana e intercarpiana. A) Se muestran los ligamentos
de estas articulaciones. La mano está en extensión forzada, pero la articulación está intacta. Obsérvense los ligamentos radiocarpianos
palmares, que pasan desde el radio hasta las dos filas de huesos del carpo. Estos ligamentos robustos están dirigidos de modo que la
mano sigue al radio durante la supinación. B) La articulación está abierta anteriormente, con los ligamentos radiocarpianos dorsales a
modo de bisagra. Obsérvese que las caras articulares proximales del escafoides y del semilunar son casi iguales, y que el semilunar se
articula tanto con el radio como con el disco articular. El piramidal únicamente se articula con el disco articular de la articulación
radioulnar distal durante la aducción del carpo.

Articulación radiocarpiana
La articulación radiocarpiana es una articulación sinovial de tipo elipsoidea (condílea). La posición
de esta articulación está indicada aproximadamente por una línea que une el proceso estiloides del
radio con el de la ulna, o por el surco proximal del carpo (figs. 6-89 y 6-106 a 6-108). El carpo
(muñeca) es el segmento proximal de la mano constituido por un complejo de ocho huesos carpianos;
se articula proximalmente con el antebrazo mediante la articulación radiocarpiana, y distalmente con
los cinco metacarpianos.
SUPERFICIES ARTICULARES
La ulna no participa en la articulación radiocarpiana. Son el extremo distal del radio y el disco de la
articulación radioulnar distal los que se articulan con la hilera proximal de huesos del carpo, excepto
el pisiforme. Este último actúa principalmente como hueso sesamoideo, aumentando la acción de
palanca del flexor ulnar del carpo. Se encuentra en un plano anterior a los otros huesos del carpo, y se
articula sólo con el piramidal.

CÁPSULA ARTICULAR
La membrana fibrosa de la cápsula articular rodea la articulación radiocarpiana y se inserta en los
extremos distales del radio y la ulna, y en la fila proximal de huesos carpianos (escafoides, semilunar
y piramidal; fig. 6-108 A y B). La membrana sinovial recubre la superficie interna de la membrana
fibrosa de la cápsula articular y se inserta en los márgenes de las superficies articulares (fig. 6-108 B).
Existen numerosos repliegues sinoviales.

LIGAMENTOS
La membrana fibrosa de la cápsula articular está reforzada por resistentes ligamentos radiocarpianos
dorsales y palmares. Los ligamentos radiocarpianos palmares van desde el radio hasta las dos filas
de huesos carpianos (fig. 6-108 A). Son resistentes y se orientan para que la mano siga al radio durante
la supinación del antebrazo. Los ligamentos radiocarpianos dorsales tienen la misma orientación
para que la mano siga al radio durante la pronación del antebrazo.
La cápsula articular también está reforzada medialmente por el ligamento colateral ulnar, que se
inserta en el proceso estiloides de la ulna y en el piramidal (figs. 6-107 B y 6-108 A). La cápsula
articular también está reforzada lateralmente por el ligamento colateral radial, que se inserta en el
proceso estiloides del radio y en el escafoides.

MOVIMIENTOS
La articulación radiocarpiana puede aumentar la amplitud de sus movimientos mediante pequeños
desplazamientos adicionales de las articulaciones intercarpianas y mediocarpiana (fig. 6-109). Sus
movimientos son de flexión-extensión, abducción-aducción (desviación radial-desviación ulnar) y
circunducción. El grado de flexión de la mano sobre el antebrazo es superior al de extensión; estos
movimientos se acompañan (de hecho, se inician así) de movimientos similares en la articulación
mediocarpiana (entre las filas proximal y distal de huesos carpianos). El grado de aducción de la mano
es mayor que el de abducción (fig. 6-109 B). La mayor parte de la aducción tiene lugar en la
articulación radiocarpiana. En la abducción desde la posición neutra está implicada la articulación
mediocarpiana. La circunducción de la mano consiste en una serie sucesiva de movimientos de
flexión, aducción, extensión y abducción.

MÚSCULOS QUE MUEVEN LA ARTICULACIÓN RADIOCARPIANA


Los movimientos de la articulación radiocarpiana se deben principalmente a la acción de los músculos
«carpianos» del antebrazo, cuyos tendones se extienden a lo largo de las cuatro esquinas del carpo
(cuando se compara una sección transversal del carpo con un rectángulo; v. fig. 6-109 C) para
insertarse en las bases de los metacarpianos. El flexor ulnar del carpo lo hace a través del ligamento
pisiganchoso (fig. 6-110 A), que sería una continuación de su tendón si se considerara al pisiforme
como un hueso sesamoideo situado dentro del tendón continuo.
• La flexión de la articulación radiocarpiana está producida por los flexores radial y ulnar del carpo,
con la ayuda de los flexores de los dedos y del pulgar, el palmar largo y el abductor largo del pulgar
(fig. 6-109 C).
• La extensión de la articulación radiocarpiana está producida por los extensores radiales corto y
largo del carpo, y el extensor ulnar del carpo, con la ayuda de los extensores de los dedos y del
pulgar.
• La abducción de la articulación radiocarpiana está producida por el abductor largo del pulgar, el
flexor radial del carpo y los extensores radiales corto y largo del carpo; está limitada unos 15o
debido a la interposición del proceso estiloides del radio.
• La aducción de la articulación radiocarpiana está producida por la contracción simultánea del
extensor ulnar del carpo y el flexor ulnar del carpo.
La mayoría de las actividades requieren un reducido grado de flexión del carpo; no obstante, la
prensión tensa (cierre con fuerza del puño) necesita un movimiento de extensión. La posición
ligeramente extendida es también la más estable y la «posición de descanso».

IRRIGACIÓN
Las arterias que irrigan la articulación radiocarpiana son ramas de los arcos dorsal y palmar del carpo
(v. figs. 6-61 A y 6-67).

INERVACIÓN
Los nervios que inervan la articulación radiocarpiana proceden del ramo interóseo anterior del nervio
mediano, el ramo interóseo posterior del nervio radial, y los ramos dorsal y profundo del nervio ulnar
(v. figs. 6-69 y 6-85; tablas 6-13 y 6-16).

Articulaciones intercarpianas
Las articulaciones intercarpianas, que interconectan los huesos carpianos, son sinoviales planas (v.
fig. 6-107), y se resumen de la siguiente manera:

• Articulaciones entre los huesos carpianos de la hilera proximal.


• Articulaciones entre los huesos carpianos de la hilera distal.

FIGURA 6-109. Movimientos del carpo. A) En esta sección sagital del carpo y de la mano durante la extensión y la flexión,
obsérvense las articulaciones radiocarpiana, mediocarpiana y carpometacarpianas. Casi todos los movimientos tienen lugar en la
articulación radiocarpiana, con movimientos adicionales localizados en la articulación mediocarpiana durante la flexión completa y la
extensión. B) Se muestra el movimiento en las articulaciones radiocarpiana y mediocarpiana durante la aducción y la abducción
como se verían en una radiografía posteroanterior. C) Las flechas indican la dirección en que se mueve la mano cuando los tendones
de los músculos principales («carpianos») actúan en las «cuatro esquinas» de la articulación, individualmente o al unísono. ECC,
extensor ulnar del carpo; ERCC, extensor radial corto del carpo; ERLC, extensor radial largo del carpo; FCC, flexor ulnar del carpo;
FRC, flexor radial del carpo.

• Articulación mediocarpiana, que es una articulación compleja entre las hileras proximal y distal de
huesos carpianos.
• Articulación del pisiforme, entre el pisiforme y la superficie palmar del piramidal.
CÁPSULA ARTICULAR
L a s articulaciones intercarpianas y carpometacarpianas (con la excepción de la articulación
carpometacarpiana del pulgar, que es independiente) forman una cavidad articular común continua. La
articulación radiocarpiana también es independiente. La continuidad de las cavidades articulares, o la
ausencia de ésta, es significativa en relación con la diseminación de infecciones y con la práctica de
artroscopias (en las cuales se inserta un fibroscopio flexible en la cavidad articular para visualizar sus
superficies internas y sus características). La membrana fibrosa de la cápsula articular rodea las
articulaciones intercarpianas y ayuda a mantener unidos los huesos carpianos. La membrana sinovial
recubre la membrana fibrosa y se inserta en los márgenes de las superficies articulares de los huesos
carpianos.

LIGAMENTOS
Los huesos carpianos están unidos por ligamentos anteriores, posteriores e interóseos (figs. 6-108 y 6-
110 A).

MOVIMIENTOS
Los movimientos de deslizamiento que tienen lugar entre los huesos carpianos se acompañan de
movimientos en la articulación radiocarpiana que los extienden y aumentan la amplitud global de
movimiento. De hecho, la flexión y la extensión de la mano se inician en la articulación
mediocarpiana, entre las hileras proximal y distal de huesos carpianos (figs. 6-107 B y 6-109 A). La
mayor parte de la flexión y de la aducción se produce principalmente en la articulación radiocarpiana,
mientras que la extensión y la abducción implican principalmente a la mediocarpiana. Los
movimientos en las otras articulaciones intercarpianas son pequeños, aunque la hilera proximal es más
móvil que la distal.
FIGURA 6-110. Articulaciones de la mano. A) Ligamentos palmares de las articulaciones radioulnar, radiocarpiana, intercarpianas,
carpometacarpianas e interfalángicas. B) Articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas. Los ligamentos (placas) palmares son
modificaciones de la cara anterior de las cápsulas articulares de las articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas. C) Dedo
índice flexionado mostrando sus falanges y la posición de las articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas. Los nudillos están
formados por las cabezas de los huesos, y el plano de la articulación queda situado distalmente.

IRRIGACIÓN
Las arterias que irrigan las articulaciones intercarpianas proceden de los arcos dorsal y palmar del
carpo (v. fig. 6-82; tabla 6-15).

INERVACIÓN
Las articulaciones intercarpianas están inervadas por el ramo inter óseo anterior del nervio mediano y
por los ramos dorsal y profundo del nervio ulnar (v. fig. 6-85; tabla 6-16).

Articulaciones carpometacarpianas e intermetacarpianas


L a s articulaciones carpometacarpianas e intermetacarpianas son sinoviales planas, con la
excepción de la articulación carpometacarpiana del pulgar, que es en silla de montar (v. fig. 6-
107).

SUPERFICIES ARTICULARES
Las superficies distales de los huesos carpianos de la hilera distal se articulan con las superficies
carpianas de las bases de los meta-carpianos en las articulaciones carpometacarpianas. La importante
articulación carpometacarpiana del pulgar se establece entre el trapecio y la base del 1.er
metacarpiano, y está dotada de una cavidad articular separada. Al igual que los huesos carpianos, los
metacarpianos adyacentes se articulan entre sí; las articulaciones intermetacarpianas tienen lugar
entre las caras radial y ulnar de las bases de los metacarpianos.

CÁPSULA
Las cuatro articulaciones carpometacarpianas mediales y las tres articulaciones intermetacarpianas
están englobadas por una cápsula articular común en las caras palmar y dorsal. Una membrana
sinovial común recubre la cara interna de la membrana fibrosa de la cápsula articular, y rodea una
cavidad articular común. La membrana fibrosa de la articulación carpometacarpiana del pulgar rodea
la articulación y se inserta en los márgenes de las superficies articulares. La membrana sinovial
recubre la superficie interna de la membrana fibrosa. La laxitud de la cápsula facilita la libertad de
movimientos de la articulación del pulgar.

LIGAMENTOS
En la región de las articulaciones, los huesos están unidos por ligamentos carpometacarpianos e
intermetacarpianos palmares y dorsales (v. fig. 6-110 A), y por ligamentos intermetacarpianos
interóseos (v. fig. 6-107 B). Además, los ligamentos metacarpianos transversos superficial y
profundo (en los que se inicia la aponeurosis palmar), que se asocian a los extremos distales de los
metacarpianos, limitan el movimiento de las articulaciones carpometacarpianas e intermetacarpianas
porque se oponen a la separación de las cabezas de los metacarpianos.

MOVIMIENTOS
La articulación carpometacarpiana del pulgar permite movimientos angulares en todos los planos
(flexión-extensión, abducciónaducción y circunducción) y un cierto grado de rotación axial. Es
especialmente importante el hecho de que aquí tiene lugar el movimiento esencial para la oposición
del pulgar. Aunque el oponente del pulgar es el principal impulsor, todos los músculos hipotenares
contribuyen en la oposición.
Las articulaciones carpometacarpianas de los dedos 2.o y 3.o casi no tienen movimiento, la del 4.o
es ligeramente móvil y la del 5.o es moderadamente móvil, ya que puede flexionarse y rotar
ligeramente cuando se agarra con fuerza algo (v. fig. 6-73 G y H). Cuando la palma de la mano adopta
forma de «copa» (como sucede al oponer los pulpejos del pulgar y el meñique), dos tercios del
movimiento tienen lugar en la articulación carpometacarpiana del pulgar y un tercio en las
articulaciones carpometacarpiana e intermetacarpianas de los dedos 4.o y 5.o.

IRRIGACIÓN
Las articulaciones carpometacarpianas e intermetacarpianas están irrigadas por anastomosis arteriales
periarticulares del carpo y la mano (arcos dorsal y palmar del carpo, arco palmar profundo y arterias
metacarpianas) (v. figs. 6-82 y 6-83).
INERVACIÓN
Las articulaciones carpometacarpianas e intermetacarpianas están inervadas por el ramo interóseo
anterior del nervio mediano, el ramo interóseo posterior del nervio radial y los ramos dorsales y
profundo del nervio ulnar (v. fig. 6-85).

Articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas


Las articulaciones metacarpofalángicas son sinoviales de tipo elipsoidea, y permiten movimientos
en dos planos: flexión-extensión y aducción-abducción. Las articulaciones interfalángicas son
sinoviales de tipo gínglimo, y sólo permiten movimientos de flexión-extensión (v. fig. 6-110 B).

SUPERFICIES ARTICULARES
Las cabezas de los metacarpianos se articulan con las bases de las falanges proximales en las
articulaciones metacarpofalángicas, y las cabezas de las falanges se articulan con las bases de las
falanges más distales en las articulaciones interfalángicas.
CÁPSULAS ARTICULARES
Cada articulación metacarpofalángica e interfalángica está englobada por una cápsula articular dotada
de una membrana sinovial que tapiza una membrana fibrosa que se inserta en los márgenes de cada
articulación.
LIGAMENTOS
La membrana fibrosa de cada articulación metacarpofalángica e interfalángica está reforzada por dos
ligamentos colaterales (medial y lateral). Estos ligamentos constan de dos porciones:

• Porciones similares a cordones, más densas, que discurren distalmente desde las cabezas de los
metacarpianos y las falanges hasta las bases de las falanges (v. fig. 6-110 A y B).
• Porciones en forma de abanico, más delgadas, que discurren anteriormente para insertarse en
láminas gruesas, densamente fibrosas, o fibrocartilaginosas (ligamentos palmares), que forman la
cara palmar de la cápsula articular.
Las porciones en forma de abanico de los ligamentos colaterales hacen que los ligamentos palmares
se muevan como una visera por encima de las cabezas de los metacarpianos o las falanges
subyacentes. Las resistentes porciones similares a cordones de los ligamentos colaterales de las
articulaciones metacarpofalángicas se insertan excéntricamente en las cabezas de los metacarpianos, y
por ello se relajan durante la extensión y se tensan durante la flexión. Como resultado, los dedos en
general no pueden separarse (abducir) cuando las articulaciones metacarpofalángicas se encuentran en
flexión completa. Las articulaciones interfalángicas están dotadas de los mismos ligamentos, pero
como los extremos distales de las falanges proximales y medias están aplanados anteroposteriormente
y poseen dos pequeños cóndilos, no permiten movimientos de abducción ni de aducción.
Los ligamentos palmares se fusionan con las vainas fibrosas digitales para formar un túnel
longitudinal liso que permite que los tendones de los flexores largos se deslicen y se mantengan
centrados cuando cruzan las convexidades de las articulaciones. Los ligamentos palmares de las
articulaciones metacarpofalángicas 2.a a 5.a están unidos por ligamentos metacarpianos transversos
profundos que mantienen juntas las cabezas de los metacarpianos. Además, el dosel dorsal de cada
aparato extensor se inserta anteriormente en los lados de los ligamentos palmares de dichas
articulaciones.
MOVIMIENTOS
En las articulaciones metacarpofalángicas 2.a a 5.a hay movimientos de flexión-extensión, abducción-
aducción y circunducción de los dedos 2.o a 5.o. El movimiento de la articulación metacarpofalángica
del pulgar está limitado a la flexión-extensión. En las articulaciones interfalángicas sólo se dan
movimientos de flexión y extensión.
IRRIGACIÓN
Las arterias digitales profundas que se originan en el arco palmar superficial irrigan las articulaciones
metacarpofalángicas e interfalángicas (v. figs. 6-82 y 6-83).

INERVACIÓN
Las articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas están inervadas por nervios digitales que
proceden de los nervios ulnar y mediano (v. fig. 6-85 A y B).

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