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Desde hace 30.000 años1 nuestro altiplano siempre ha tenido enfermos de un lado y gente que los
cuide del otro. Esa la base de una relación que se sustenta en una necesidad (Hegel), y que sólo
desde hace unos 3.000 años el Estado la asumió para sí como parte de la división social del trabajo.
Desde entonces las labores médicas son parte de su institucionalidad. Por ejemplo, el trabajo estatal
de los médicos paceños y paceñas nació, en el mejor de los casos, hace quinientos años y el
republicano y actual en 1.825. En este marco, la Carrera de Medicina de la UMSA nació hace 187
años: muy joven, comparada con el milenario ejercicio altiplánico del cuidado de la salud.
Por ahí está el origen. ¿Se lo ha olvidado? No lo parece, pues es patente el reconocimiento público
de la cultura que la dupla ha creado. Un enfermo no va al hospital porque es estatal sino porque busca
ayuda. Recíprocamente, un médico que trabaja en el sector de “Emergencias” del Hospital de Clínicas
se las ingenia por la gente y no porque el hospital sea del Estado.
Sobre este núcleo gira este diseño curricular destinado a la formación de profesionales médicos: un
arreglo educativo que permitirá colocar a toda la Carrera de Medicina (a sus aspectos: institucionales,
académicos y administrativos), a la altura de la cultura de la salud y del ejercicio de la profesión de
médico que se practica en la Ciudad de la Paz. El trabajo educativo que se plantea rescatará ambos
aspectos: el cultural y el estatal, el trascendente y el institucional, lo cual aconseja que el método de
diseño sea el hacerlo “desde afuera hacia adentro” (Dr. Mario Rovere - OPS).
Pero sucede que el esto escribe no nada en estas aguas. Por lo tanto, toda esta oferta, aunque bien
sustentada, es sólo una consulta a la comunidad médica y a la Carrera de Medicina.
No se puede predecir con mucha precisión su duración, pero de acuerdo a experiencias, no tan
ambiciosas como la presente, se puede estimar que la primera labor puede durar de unos cuantos
meses a un año; la segunda unas ocho; la tercera seis y la última otros seis.
De lograrlo, las ventajas serían grandes pues se lograría introducir la vida médica paceña real a la
Carrera, asumir críticamente las labores estatales y así lograr gran eficiencia pedagógica. Lo negativo
está en la incertidumbre que su novedad generará en la comunidad de la Carrera.
1
Ver “30.000 años de prehistoria en Bolivia” de Dick Edgar Ibarra Grasso
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Considérese que la Carrera, además de autónoma, es democrática.
2
Según el Diagnóstico de la UMSA (1988), la causa radica en la “ideología” que vive en sus dos
estamentos: el docente y el estudiantil. Un cúmulo histórico de experiencias y comportamientos
universitarios que se han tornado en normas y que sirven para orientar sus labores. El tema está
esquematizado en el Cuadro 1 -que es una copia del que aparece en el citado Diagnóstico Académico-
y es central a la propuesta que usted tiene en sus manos. Ahora bien, esto no quiere decir que la
Carrera de Medicina no tenga un currículum, un rumbo educativo, pues lo tiene, pero por algún motivo
está oculto.
Las labores de un diseño curricular cualquiera, básicamente se reducen a llenar los espacios del
Cuadro 2 principalmente los de la parte superior. Su primer casillero -el de “diagnóstico de
necesidades”- es el más importante pues en él se entrecruzan los intereses del Estado, los de la
sociedad y los de la Carrera de Medicina. Ahora, elaborarlo es invitar a que afloren las más límpidas
y las más oscuras ambiciones que la Carrera tendría que aprender a conocerlas y manejarlas. El resto
es casi una labor de mesa, pues este estilo de diseño curricular es sistémico.
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1. Primero están las que se acaban de señalar, establecidas en las Leyes 3131 y 459 y ligadas
a la “protección” de las necesidades de la sociedad. Todas ellas se desarrollan al interior de
las clínicas privadas, de la Caja Nacional de Seguridad, en los hospitales, las que realizan las
brigadas de médicos bolivianos graduados en Cuba, etc.
2. En segundo lugar, está el trabajo de los galenos en la burocracia estatal, comprometido con
las necesidades institucionales del Estado: el manejo de planes y programas, el diseño de
normas; manejo de la relación con las políticas mundiales de salud (NN.UU.), elaboración de
convenios de salud; la dirección y control de centros de formación; asimismo de
establecimientos dedicados a elaborar medicamentos. Orientar las prestaciones de salud, las
tarifas, los fondos compensatorios, los bonos, los formatos, la regulación farmacéutica, la
coparticipación tributaria, etc.
3. Las labores médicas empeñadas en la construcción de un Estado Plurinacional y del
Socialismo Siglo XXI (ver recuadro).
4. Las prácticas profesionales médicas ligadas a las instituciones internacionales (ONG, planes,
acuerdos, etc.).
5. Las prácticas profesionales médicas ligadas a la promoción, venta y aplicación de los nuevos
conocimientos y tecnologías en materia de salud.
De lo anterior se podría deducir que existen al menos cinco prácticas profesionales médicas que
constantemente cambian -para fortalecerse o debilitarse- en función de las condiciones sociales,
políticas y económicas por las que atraviesa el país.
3 Práctica profesional: Son las formas concretas de ejercer una profesión. El conjunto de habilidades técnico profesionales que
se exigen para ocupar un determinado puesto de trabajo o empleo. Está también determinada por las estructuras económicas
y sociales las cuales condicionan las posibilidades de su cambio. Aclara el vínculo que la une a una sociedad, así como las
condiciones históricas en que se desarrolla la misma.
Fuente: Guevara Gilberto. “El diseño curricular”. División de Ciencias Biológicas y de la Salud. Universidad Autónoma de
México- Xochimilco, México 1976. El texto que tengo en las manos, ha sido reproducido por el Departamento de Análisis
Académico del Vicerrectorado de la UMSA, en 1987.
4 Por ejemplo, hoy soportamos la presencia dura de los Estados centrales y de las empresas transnacionales que con el afán
de dominio global que les caracteriza (André Gunder Frank) trazan un camino de eficiencia social que ha reducido al ser
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2. Los ligados al flujo de conocimientos. (El conjunto de saberes teórico y prácticos que tienen
preponderancia a la hora de decidir las políticas en el país).
3. Las presiones económicas. (La administración de los flujos económicos, para generar una u
otra política en el país).
• Los de las NN.UU. que impulsan los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” 5, planes en los que
está profundamente comprometido el país.
• Los que detentan varias empresas transnacionales: los fabricantes de drogas, medicamentos
y equipos.
• Algunos países de América Latina interesados en implantar el Socialismo del Siglo XXI,
incluido el nuestro. En este caso estamos hablando de sus políticas sociales que son
centrales.
Si para aquellos es importante dedicarse a los grandes problemas de la pobreza que azotan a la
población mundial, para los otros lo central es lograr que esas mismas poblaciones compren sus
insumos médicos para resolver esos mismos embrollos. Esto genera pugnas entre la aplicación de
políticas sociales de salud y las prácticas privadas; problemas en la planificación, a la hora de escoger
el uso de procedimientos y equipos eficaces o, más bien, de los más eficientes (tecnología médica)
ligada a la “inteligencia artificial” (ver Cuadro 5).
humano a una "realidad objetiva medible" (a una “necesidad básica” por ejemplo), amparados en una lógica que termina
justificando las relaciones de desigualdad que se nos imponen (como las políticas de “reducción de la pobreza”), y basados en
una racionalidad tecnológica y burocrática. Por ejemplo, pensar que en Bolivia se necesitan alrededor de 23 médicos,
enfermeras y parteras por cada 10.000 habitantes es cierto, solamente si se asume como adecuado el balance estadístico
sobre la presencia de necesidades insatisfechas en las colectividades humanas de saneamiento básico, educación y salud en
nuestro medio. Tal vez la población también debiera sumarse a este esfuerzo, pero este es un tema que aún falta por
determinar.
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Objetivos de desarrollo sostenible. 1. Fin de la pobreza. 2. Hambre cero. 3. Salud y bienestar. 4. Educación de calidad. 5.
Igualdad de género. 6. Agua limpia y saneamiento. 7. Energía asequible y no contaminante. 8. Trabajo decente y crecimiento
económico. 9. Industria, innovación e infraestructura. 10. Reducción de las desigualdades. 11. Ciudades y comunidades
sostenibles. 12. Producción y consumo responsables. 13. Acción por el clima. 14. Vida submarina. 15. Vida de ecosistemas
terrestres. 16. Paz, justicia e instituciones sólidas. 17. Alianzas para lograr objetivos.
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Acá entran los planes del Estado Plurinacional y su ordenado sistema de conocimientos planteados
en la Agenda Patriótica 2025 y que tiene como objetivo dominar la vida política, técnica y
administrativa del país. (Que todos se representen la realidad6 como ya lo hace el Estado).
El segundo sistema de conocimientos más visible es el de las NN. UU. con sus “Objetivos de
Desarrollo Sostenible”. Los mismos ligan cuatro aspectos importantes: el “Desarrollo sostenible”, el
“Crecimiento económico”, la “Inclusión social” y la “Protección del medio ambiente”. El inconveniente
radica en que no todos(as) los(as) bolivianos(as) manejamos o estamos de acuerdo con estas
categorías y estudios.
También está la Ley del Seguro Universal de Salud (ver Cuadro 6), que con sus conocimientos
técnicos busca generar consenso e imponer una política en el Sistema de Salud. Tiene tres
componentes: El político: “resolver los problemas de salud”, el técnico: “la más alta tecnología”, y el
administrativo: “red de institutos de salud”. Esto sin contar con que el Estado se pondrá a la altura de
las circunstancias para poder diagnosticar y corregir constantemente todos y cada uno de ellos.
Pero también están los intereses contenidos en las prácticas profesionales médicas privadas, los de
la “industria médica” y los de cada uno de los componentes del sistema de salud, todos con idénticos
objetivos hegemónicos. A esto se denomina flujo de conocimientos (ver Cuadro 7).
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Definición de epistemología de Raúl Prada Alcoreza
7
Las NN.UU. y el Estado Plurinacional buscan afianzar sus políticas de dirección social distribuyendo
financiamiento. Nos referimos a los fondos de las NN.UU. y del presupuesto estatal destinado al
Sistema de Salud (acá está el del CNIDAIIC), y a la subvención a todas las universidades públicas,
que genera una lealtad a las leyes y a la Constitución, por encima de la “autonomía universitaria” (ver
Cuadro 8).
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Se trata de diagnosticar:
Están, en primer lugar, los que nacen de la esfera docente, de médicos con actividad privada o estatal
y que por lo general manejan complicadas agendas de intereses, cuyas formas de hacer y maneras
de pensar son decisivas. En segundo término, los de la parte estudiantil, que son más homogéneos
pero que en determinadas circunstancias hace tambalear los planes. Esto hace referencia a los
mecanismos de presión docente y estudiantil que tienen maneras para imponer sus criterios sobre los
asuntos universitarios en general y académicos en particular. Especialmente sobre la estructura y
mapa curriculares. De hecho, si se mantiene la actual estructura académica es porque ese fue el
consenso logrado en algún momento.
Para finalizar y aunque no está dicho todo, presentamos un esquema final (ver Cuadro 14), que
muestra cómo se distribuyen los diversos intereses.